Bella POV

No podía creer lo que nos estaba pasando. No podía entender como en un momento toda mi vida se había vuelto una tortura. Esta situación dolía más que cualquier otra de mis experiencias dolorosas, esto dolía más que cuando pensé que moriría, o cuando Edward se entero de mi engaño… esto dolía más que la muerte de mi madre, esto lo cambiaba todo. Tan solo quería tirarme al suelo a llorar y no saber nada más de nadie o de mí.
Ian me había acompañado junto a mi hijo y estábamos en el aeropuerto esperando información clasificada que solo se les darían a los familiares directos de los pasajeros. Por santo díos esta vez quería ser egoísta, quería que solo dijeran que habían encontrado a un sobreviviente y que ese fuese mi marido. Necesitaba que me lo dijeran, no sabía que sería de mi cuando me confirmaran que él ya no estaba o cuando me entregaran su cuerpo inerte, si es que alguna vez lo encontraban… dios mío… volví a llorar mientras mi hijo me abrazaba y acariciaba la espalda, él tenía esperanzas aún y se lo agradecía… Ian se acercaba a los dependientes del lugar para pedir detalles pero todas las veces le negaban la información.

- Necesitamos que los familiares de los pasajeros…- comenzó a dar todos los nombres de las personas que habían abordado el avión- … Edward Cullen…- y mi corazón se arrugó. Dolía escuchar que él estaba en esa lista, dolía escuchar que su nombre estaba en la lista de los difuntos por el accidente.
- ¿hay posibilidades de que se encuentre algún sobreviviente?- preguntó Carlisle con su rostro demacrado… él era el culpable de todo… él era el culpable de que mi Edward estuviese muerto, por su culpa, por no poder decirle a otro que cumpliese esa labor… por su culpa su hijo estaba muerto y había arruinado a su familia… por su culpa todos sus seres amados sufrirían-… …- sabía que estaba diciendo algunas cosas más pero mi ira por él me cegaba y no podía entender nada.
- Es tu culpa- susurré al instante se quedo callado y me observo detenidamente- tu culpa…- susurré otra vez, mi voz casi ni salía, pero fue suficiente como para que me escuchara.
- No me hagas esto…- me suplicó con lágrimas en los ojos.
- Tu culpa…- era lo único que salía de mi boca, juro que quería gritarle y hasta golpearlo, pero mi cuerpo no reaccionaba.
- Bella es mi hijo… también estoy sufriendo- ahora lágrimas caían por su rostro, pero no me interesaba, lo había dicho, esta vez sería egoísta solo sentía mi dolor y no me conmovía nada más.
- Tu maldita culpa…- la mujer que estaba hablando llamo mi atención.
- Aquí nadie es culpable… esto es cosa del destino… no sabremos si podremos encontrar algún sobreviviente o si algunos cuerpos se extravían, solo sabemos que haremos lo que sea por devolverles sus seres amados… fuerza, se que nos los reconforta el que les diga que lo siento porque gracias a dios ni un familiar mío iba en ese avión- era muy sincera- pero lo único que les puedo decir es que ellos estén donde estén los seguirán amando siempre… pase lo que pase… no se culpen, únanse como familia, dense apoyo, es lo mejor en este momento… yo les juro por lo más sagrado que estaremos haciendo lo más que esté en nuestras manos para conseguirles los cuerpo de sus familiares…- toda la gente en la sala estaba llorando, algunos por sus hijos, hermanos, padres, madres… quizás porque lazos… solo sé que todos los que estábamos ahí, en este lugar estábamos devastados.
- ¿Bellita?- era la voz de Esme, automáticamente me tiré en sus brazos y ambas comenzamos a llorar.
- ¿Qué voy a hacer?- hipé con gran dolor.
- Estamos aquí…- me apoyó.
- ¿Cómo voy a seguir adelante?- pregunté desconsolada.
- Estamos aquí… para ti… para los niños… bella jamás estarás sola- era una desconsiderada, ella había perdido a su hijo y yo solo estaba preocupándome por mi dolor.
- Hay Esme… lo siento tanto… era tu hijo… perdóname pero el dolor me supera- me excusé.
- Lo sé mi amor…- me acarició el rostro maternalmente.
- No se que voy a hacer… sin él no puedo vivir Esme…- susurré casi sin respiración otra vez…- no… y-yo… no… pu-pue-dooooo- me puse a llorar desconsoladamente hasta que caí arrodillada al suelo, sentí de un segundo a otro aquellos brazos que recordaba tanto, esos brazos tan cariñoso, era mi gran amigo Jake que estaba tratando de mantenerme de una pieza como siempre… me abrazaba con mucha fuerza por la espalda.
- Mi bella…
- Jake….- lloré más… lloré como jamás… lloré por todos… por él… porque sabía que algo iba a pasar, lloré porque no debí dejarlo alejarse de mi- ¿Qué voy a hacer Jake?- seguí llorando.
- Seguir por tus hijos- me di cuenta que él lloraba junto a mi.
- No sé… no se hacerlo… no puedo… Jake no puedo… me duele- me abrazaba más fuerte- Jake… no quiero que esté muerte, lo quiero aquí conmigo, prohibiéndome cosas… gritando cuando se enoja… mirándome con dulzura… lo quiero conmigo- ya no tenía fuerzas y sabía que si no fuese por los brazos de mi amigo yo ya estaría en el suelo.
- Mi bella…- hipó junto a mí.
- Sácame de aquí- le supliqué… no quería ver a nadie- sácame Jake- miré de reojo el rostro inquieto de Bri… y quizás ella pensaba que esto significaba algo o quizás al ver a Jake llorando conmigo a ella la dejaba insegura. La miré y solo cerré los ojos… egoísta… esa era la única palabra que me rondaba.
- Mamá las niñas te necesitan- me dijo mi hijo.
- No me importa… ya no me importa nada- susurré contendiendo las impulsivas ganas por llorar otra vez. Jake casi en brazos me sacó de aquel lugar, me subió a su carro y manejó.
- ¿Dónde quieres ir?- pero ya no quería responder… ya no quería nada, ya no quería ni siquiera respirar- ¿Bella?- me miró fijamente, pero no le dije nada otra vez así que solo manejó… manejó por todos lados sin dirigirme la palabra mientras yo seguía llorando y sintiéndome más desgraciada.- ¿sabías que con Britany estamos pasando por una crisis?- me preguntó como quien no quiere la cosa… y obvio lo miré al instante, me dio pena porque a él le dolía lo notaba por su todo de voz.
- ¿Por qué?- susurré.
- No lo sé… pero no estamos bien- levante mi mano y juro que fue un gran esfuerzo, casi ni podía moverme.
- Te juro que lo siento- susurré.
- Lo sé… lo sé…- suspiró apesadumbrado y juro que me dolió el alma, con él no podía ser egoísta, él era mi mejor amigo, lo amaba mucho.
- Lo solucionaran, ustedes se aman- le reconforté.
- Me pidió el divorcio- me quedé de una pieza.
- ¿Qué?- no lo podía creer.- pero… ¿Por qué? O sea… digo se aman los e visto… ¿Qué pasa? ¿Por qué ya no están bien Jake? Puedes confiar en mi tu sabes que estaré siempre para ti…- le dije olvidando por un momento mi pena y centrándome en la de él.
- Ella piensa que entre nosotros pasa algo…- susurró…
- ¿Qué?- ahora si que no comprendía…
- Ella cree que yo te amo y que entre nosotros hay una conexión tan especial que piensa que en esta ecuación ella sobra…- no lo podía creer y más encima yo me lo traje.
- Date la vuelta- le pedí.
- ¿Qué?
- Ella pensará cosas más equivocadas si estamos juntos y solos… no quiero que por mi culpa pierdas… pierdas a tu amor- yo estaba sintiendo lo que es perder… claro que lo mío era más radical, pero era una perdida al fin y al cabo.
- No bella… ella tiene que entender que entre nosotros hay algo especial y yo no te voy a dejar por nada… me duele que no confíe en mi amor, porque de verdad la amo, pero no le voy a dar en el gusto, porque en este minuto tu me necesitas y ella no- me dijo muy seguro.
- No quiero que te separes- le dije.
- Ni yo quiero hacerlo, pero ella tiene que entender que yo te amo mucho, que sufrí por ti y contigo, que toda mi vida viví amándote- había estacionado el auto y se había volteado para poder decirme estas cosas que me estaban poniendo nerviosa- pero que ese amor que antes sentí por ti hoy es otro tipo de amor… hoy te amo como hermana- pude suspirar tranquila, no es que se me estuviese declarando- bella yo antes te deseaba como mujer y te puedo jurar que hasta hace poco lo seguía haciendo, pero ahora ya no… ahora te amo con un sentimiento más puro y no te voy a dejar sola porque no puedo y no quiero y no pienses que me estoy aprovechando de la situación, porque de verdad esto no es una declaración, amo a mi mujer y a mis hijos… dios amo a mi familia, pero quiero que ella entienda que entre nosotros ya no existe nada, nada que nos pueda unir en una relación sentimental… haré todo lo que haga falta para que no me deje, pero este es tu momento- no me había dado cuenta pero estaba llorando a mares otra vez.
- Te amo Jake- le dije mientras me tiraba a sus brazos- no quiero que sufras, te juro que cuando pueda estar un poco mejor, conversaré con ella ¿ok?- asintió.
- Bueno… ¿A dónde quieres ir?- preguntó.

“Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree.”
Paulo Coelho

“Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija lo uno o lo otro.”
Henrik Johan Ibsen

Edward POV

No quería morir, eso era lo único que rondaba en mi cabeza, no quería que el destino dispusiera mi fin tan luego, quería disfrutar de la vida, de los placeres y los deberes que nos presenta… no quiero morir dios mío… no quiero morir. Casi ni sentía mi cuerpo, y estaba sumamente desorientado, sentía mucho peso sobre mi, era como una presión. A lo lejos sentía murmullos, gritos, llanto descontrolado, en el ambiente se olfateaba el dolor físico que nos asechaba a todos. Intenté enfocar mí vista en el lugar, quería poder ayudarme con algo para poder salir de aquí, sabía que me dolía todo, pero tenía que alejarme o esto podría explotar. Me comencé a afirmar de fierros para poder impulsarme, solo podía con una mano ya que probablemente por el dolor y lo lánguido de la extremidad, tenía quebrado el brazo. Sentía gente pedirme ayuda millones de lágrimas cayeron por mi rostro cuando comprobé que la mujer que era mi compañera de asiento con la que había conversado y que era muy parecida a mi esposa estaba muerta, tenía a su pequeña hija en sus brazos, también estaba muerta, Carrie, era preciosa y me había regalado sonrisas cuando conversamos. Había cuerpos de jóvenes esparcidos por todos lados, eran parecidos a mis hijos y la angustia me carcomía por dentro. No podía creerlo, estaba espantado con la catástrofe que había en el lugar. Intenté seguir moviéndome pero me di cuenta que no podía, un metal aplastaba mis piernas, intenté incorporarme un poco para mirarme y pude ver que estaba perdiendo mucha sangre. Dios mío… intenté con mi mano buena encontrar mi teléfono celular para ver si estaba bueno y poder pedir ayuda, pero cuando lo vi estaba destruido, quizás con el impacto de mi cuerpo se había quebrado. Seguí llorando, por primera vez en la vida tenía mucho miedo, me inundaba un desquiciado pavor a desfallecer y desaparecer por siempre. Ahora entendía tanto a Bella, solo cuando estas cerca de la muerte es cuando puedes experimentar tantas cosas… mi familia… mis hijos, no quería dejar solitas a mis bebitas que estaban recién nacidas, quería que me conocieran, quería estar presente en la vida de mi nieta y de Diegito, quería poder abrazar a todos mis hijos, quería amarlos por mucho más tiempo. Me di cuenta que estaba tiritando, el sonido de mis dientes castañear me sacó de mis pensamientos, soy medico y juro que estoy en blanco no sé como ayudarme. Me recosté más cómodamente sabiendo que estos serían mis últimos minutos con vida… recordé la primera vez que vi esos ojos tan lindos del amor de mi vida, la primera vez que ella me autorizo poder recorrer su perfecto cuerpo, poder besarla completa y hacerle el amor, pensé en la vez que me enteré que sería papá por primera vez… pensé en mis mejores momentos junto a mis hermanos, los brazos cariñosos de mis padres, recordé a mis abuelos, recordé mi primera vez con Tanya, recordé mis 4 años de sufrimiento por no haber podido ayudar a Marina… Pensé en todas y cada una de mis vivencias, casi ni sentía mi cuerpo solo sentía que estaba temblando y que junto a eso todo se me movía, cerré los ojos porque me estaba mareando y vi a todos mis familiares en el jardín de mi casa mirándome con una gran sonrisa, bella me estiró sus brazos y yo encantado caminé hasta poder abrazarla y besarla, sonreí.

- te amo…- susurró ella.
- No más que yo…- la besé como si ese fuese nuestro último beso.
- No te rindas- me suplicó y de un segundo a otro la vi con el rostro cubierto en lágrimas- no me dejes te lo suplico…- volvió a pedirme.
- Jamás te dejaré…- abrí los ojos y me centré, lo que me ocurriría era que me desmayaría por la perdida de sangre, pero no me iba a morir, yo no me podía morir…

- ¡Con cuidado!- sentí gritar a un hombre ¿lo estaba soñando? ¿Era un juego de mi mente maldita y retorcida?- hay que buscar rápido esto puede explotar en cualquier momento.- estaba escuchando más claramente.
- Hey- casi ni reconocí mi voz, salio completamente afónica.
- Por aquí… se ve gente allá- dijo otro hombre, parece que no me habían escuchado.
- Auxilio- volví a gritar, pero el sonido de mi voz salía casi sorda.
- Rápido- este era mi momento, si no me encontraban ahora, me moriría aquí y solo, prefería mil veces que mi fin fuese en una camilla, sosteniendo la mano de mi esposa y rodeaba de mis seres amados. Traté de incorporarme, pesqué lo que primero vi, parece que era un bastón y como pude con la mano buena comencé a golpear el pedazo de metal que estaba sobre mis piernas.
- Hey…- volví a gritar.
- Escuchen- dijeron a lo lejos…- por aquí- de un segundo a otro, 4 hombres estaban junto a mí y me estaban tratando de ayudar.
- ¿mi familia?- pregunté como pude.
- Su familia estará feliz de saber que esta usted con vida- me sonrió uno rubio que me hizo recordar mucho a papá.
- Dile que los amo- susurré, quería que pudieran decirle que mis últimos pensamientos estuvieron con ellos- dile a bella que la amo.- susurré otra vez.
- Se lo dirá usted, lo sacaremos de aquí ¿ok?- asentí- solo quédate con nosotros ¿vale?- no sabía si podría, ya que estaba muy cansado, solo quería dormir un rato- ¿Cómo se llama?- me preguntó el mismo hombre rubio.
- Edward Cullen- le dije.
- Dr. Cullen- sonriendo asentí.- soy su gran admirador señor…- dijo mientras trabajaba en mi, sabía que era parte del procedimiento para mantenerme conciente.
- Gracias- susurré.
- Fui su alumno en la universidad, me hace sentir pésimo que no me recuerde- dijo sonriendo, mientras traban de quitar el metal sobre mis piernas.
- Quizás te recuerdo, pero veo borroso así que perdón- dije tratando de excusarme.
- ¿Cómo esta su esposa Isabella?- preguntó con una bonita sonrisa en el rostro.
- Hermosa… más que nunca- dije recordándola hoy por la mañana.
- No lo dudo, Dr. Sentirá presión en las piernas, pero es porque sacaremos el metal ¿ok?- asentí.- y ¿sus hijos?- sonreí, si este había sido mi alumno, era un real orgullo para mi.
- Grandes- tuve que morderme los labios para no gritar a todo pulmón.
- Que bueno que lo estén… déjeme decirle tiene usted una hermosa familia- sonreí, estaba muy claro en aquello.
- Gracias- respondí. Tuve que esperar un rato, el muchacho que resultó ser Steven Cam al que recordé al pasar de los minutos hizo un gran trabajo, me mantenía muy interesado y a la vez conciente de la situación, me daba aliento y me pedía que luchara por mi familia. Trajeron una camilla y vi como otros muchachos que se notaban muy jóvenes, quizás eran voluntarios de la misma universidad, ayudaban a más gente, de los cuales me percaté 1 solo  vivo… “yo”. Los otros estaban tratando de sacar restos.
- Iremos lo más rápido posible al hospital donde trabaja su padre, así que solo ayúdenos un poco más… por su familia- me rogó y yo asentí. Me quedé pensando por mucho tiempo, realmente no sé cuanto exactamente, pero lo que si sabía era que estaban sacándome ya de la ambulancia. Lo único que deseaba era ver los ojos de mis familiares decirles que los amaba con toda mi alma, y que todo esto saldría bien, que tuviesen fe. Levanté un poco la cabeza, a pesar de que un dolor punzante me atravesara, pero era la mejor postura para poder ver a mi familia. Veía todo de forma borrosa, mi Vlady, sus ojitos se iluminaron cuando me vio, intento acercárseme pero los paramédicos me llevaron rápido, intenté decirle que lo amaba pero ya no controlaba mi voz. A lo lejos me percaté que Jake tenía entre sus brazos a mi mujer y la tenía sujeta de una forma tan posesiva que me molestó mucho, juro si me pudiese poner en pie se la abría arrebatado de las manos ¿Por qué no estaba con su mujer? ¿Por qué la tenía tan sola? Me fije al entrar que estaba recargada sola ¿acaso estaba aprovechando la oportunidad de que probablemente no saldría de esta? Pero que equivocado estaba este idiota… ella era mi mujer. Bella se percató de mi presencia y sin más se zafo de los brazos de su “amigo” y corrió como si el alma se le fuera del cuerpo hasta mi lugar. Me dolía el cuerpo, la cabeza… pero lo que más me extrañaba y preocupaba era no sentir las piernas, pero mi único brazo bueno lo levante precariamente para poder borrar un poco sus lágrimas, me dejé caer nuevamente en la cama.
- Gracias dios mío- sollozó mientras besaba mi pecho y luego mis labios. Me besó con gran fervor.- dios mío te amo Edward- ella no podía controlar su histeria y juro que no me di ni cuenta que yo también lloraba, era maravilloso poder sentir el perfume de mi mujer, los ojos cristalinos de mis hijos, mi Nessie abrazada al cuerpo de su hermano y con mi Perlita en su regazo, inquieta como siempre. Mi Uzziel estaba con una mirada llena de tranquilidad. Mis bebés, estaba durmiendo en los brazos Alice una y la otra en los de mi madre.
- Necesitamos que se aleje señora- le pidió a Bella un paramédico y era mejor por el momento dar por terminado el contacto, necesitaba atenderme, lo de mis piernas podía ser grave y serio.
- Necesito ir cariño- mi voz salió ronca, quizás por los gritos para que los paramédicos me encontraran, dejé que me besara de nuevo, quería poder recordarla si es que no era lo suficientemente fuerte y moría.
- Te amo- susurró y luego se alejó del camino.
- Yo más… te amo más.- logré susurrarle. Me llevaron a cirugía, papá estaba dentro.
- Haré mi mejor esfuerzo- me dijo y después de eso todo se me fue a negro. Comencé a soñar, soñé con una gran fiesta donde mi esposa, la más hermosa mujer que conocí en la vida estaba de anfitriona con un maravilloso vestido. Era feliz viendo las sonrisas de mis hijos, era feliz sabiéndome fuera de peligro junto a ellos, pero a pesar de que el sueño era muy vivido yo sabía que solo era eso, un maravilloso sueño del que a lo mejor jamás volvería a despertar.
- Te amo…- sentí que sollozaban a mi lado.- te amaré a pesar de todo… te amaré siempre- hipó mi esposa y me asusté ¿acaso me moriría? Pero si ya incluso sentía que estaba despertando, ya no me dolían las piernas…
- Amor…- susurré, lo único que sentía era un gran cansancio, pero de seguro era producto de la anestesia. Quería explicarle que estaba bien y que yo también la amaba…
- ¿Edward?- preguntó sorprendida. Abrí lentamente los ojos y la vi, tan bella como siempre pero con el rostro totalmente descompuesto por el dolor. ¿Qué sucedía?
- Bella…- susurré.
- ¿Cómo estás?- preguntó soltando nuevas lágrimas.
- Perfecto y listo para comenzar a recuperarme e irme a casa- dije feliz.
- Te dije que no fueras- sollozo recargando su rostro sobre mi pecho.
- Lo sé… pero jamás pensé que de verdad presentías algo… desde ahora jamás volveré a dudar de tu intuición- jugué ¿Por qué lloraba tanto? Está bien, era emocionante que estuviésemos juntos otra vez, pero yo conocía a mi mujer como la palma de mi mano, sabía que algo sucedía.
- Perdón- siguió llorando.
- ¿Qué pasa?- pregunté inquieto con mi mano buena tomé su barbilla y subí su rostro hasta dejarlo a mi altura.
- Perdóname… tuve que hacerlo- dijo tratando de alejarse de mi otra vez.
- ¿Qué te pasa bella? Me estás asustando- le pedí reteniéndola.
- Tuvieron que cortarla- dijo derramando más lágrimas.
- ¿Qué?- pregunté sin entender.
- Tu pierna… una… tuvieron que amputarla- me quedé helado. No… eso no era verdad… mentira… me daba terror quitar la sabana y mirarme, no podía aceptar la idea de que ya no estaría completo de que ya no sería bueno para mi familia, que ya nunca más volvería a caminar, que tendría que andar en silla de rueda. Me puse a llorar.
- Mentira…- no quería mirar estaba paralizado- ¡mentirosa!- le grité- ¿Por qué juegas con eso? ¿Por qué me haces esto?- preguntó.
- Has estado días en coma Edward… Carlisle no quería hacerlo, pero la gangrena iba avanzando… si no se hacía algo al instante ibas a morir…- me trató de explicar.
- Pero… pero…- aún no me observaba- Carlisle no pudo hacer eso, él sabe que yo tendría que haberlo autorizado, ¿Por qué me hizo esto? Me amputó… llámalo, él no pudo hacer esto… yo no firme nada- dije lo último gritando.
- Pero yo si…- susurró mirando el suelo.
- ¿Qué?
- Yo autoricé, yo tenía el derecho de hacerlo y Carlisle me pidió a mi que tomara la decisión… perdóname- volvió a llorar, temeroso tomé la sabana y la corrí mi extremidad llegaba solo hasta la rodilla, ya no tenía pie… ya no podría volver a caminar o jugar con mis hijos o salir a correr, ya no podría hacer nada, ya no podría hacerle el amor a mi esposa porque ella sentiría asco con mi cuerpo mutilado- no importa… ya no importa nada… te amo… y te voy a amar toda mi vida Edward… no me importa que perdieras tu pierna, solo me interesa que estés vivo.
- ¿Por qué me hiciste esto bella?- pregunté con gran dolor.- debiste esperar, debiste esperar a que me despertara- le critiqué lleno de dolor.
- Pero abrías muerto- dijo frunciendo el seño.
- Abría preferido eso antes de convertirme en esto- me miró sin creer mis palabras… en realidad ni yo las creía.
- ¿lo dices de verdad?- preguntó habiendo un adorable puchero, un puchero que me arrugó completamente el corazón.
- No… lo… sé- dudé.
- ¿preferirías haber muerto y dejarme sola?- preguntó rompiéndome el corazón con su dolor. Me dolía más verla sufrir por mis palabras que por no tener mi pierna.
- Bella yo…- bajé la vista… no sufría tanto por mi, sufría por no ser lo suficientemente bueno para ella, sufría por no volver a hacerla sentir completa o poder hacerla feliz como ella se merecía… esto no era por mi, era más por ella y por mi familia, soy médico, una dura rehabilitación y podría ver la opción de según como avance la cicatriz poder usar una prótesis, pero yo jamás volvería a ser el mismo para ella, ese era mi miedo y mi dolor.
- Lo prefieres…- susurró y volvió a llorar aún más.
- No es eso, es…- no pude seguir me puse a llorar.
- ¿Dónde quedó el “Siempre nuestro”?- preguntó y me entristecí más… ella jamás formaría un “siempre nuestro” nunca más… ella se quedaría conmigo solo por remordimiento, por haber firmado ese papel para que me cortaran la pierna, ella se sentiría malditamente culpable… dios mío hoy hasta Jacob era mucho mejor para ella, era un hombre completo.- ¿ya no lo crees?- preguntó sufriendo.- ¿ya no me amas?- preguntó y fue como si algo se rompiera en mi interior, algo se removió dentro de mi…
- Tu… ¿me amas?- pregunté.
- Más que a mi vida entera- volvió a llorar- y ¿tú?- preguntó.
- Ya no importa lo que yo siento… ya no estoy completo para ti- le dije- ya jamás volverás a verme como antes porque veras solo al pobre hombre que le falta una pierna del que tendrás que cuidar, quizás ni siquiera me amas si no solo te sientas culpable.- le dije muy convencido de que esa era la verdad.
- No me siento culpable… firme a sabiendas de que podrías dejarme por mi decisión… sabía que podrías odiarme después de esto, pero aún así no me arrepiento de mi decisión y si tuviese que volver a hacerlo aún sabiendo que me podrías volver a mirar como lo haces, siendo aún así volvería a firmar… aún así preferiría que me miraras con esos ojos de odio a saberte muerto- agregó susurrando.
- No te odio… te amo con toda mi alma, Bella… me odio a mi por esto- apunté mi mutilado pie- me odio por ya no ser bueno para ti… por ya no ser un hombre en toda la extensión de la palabra- le dije con dolor.
- No vuelvas a decir eso- se me acercó molesta- jamás vuelvas a decir que no eres un hombre y no te atrevas jamás a volver a dudar de mi amor… a mi no me interesa si ya no tienes una pierna o si no tuvieses tus manos o ya no me pudiese volver a hacer el amor… solo me interesa que tu corazón- dijo presionando su dedo en mi pecho hacia mi lado izquierdo- que tu corazón siga funcionando, nada más eso me interesa… te amo, te amo, te amo, te amo… yo no puedo vivir sin ti… pase horas pensándote muerto y lo único que deseaba era irme contigo, era morirme contigo, Edward te extrañé con cada célula de mi cuerpo… te amo Edward, eres mi vida, por favor no me alejes… te lo suplico, no podría vivir sin ti- ¿de verdad me seguía amando? ¿a pesar de estar incompleto ella me seguía amando?
- ¿a pesar de todo me amas?- pregunté.
- Siempre… a más no poder… de forma irracional… irrevocablemente- sonreí, sus labios se movían de una forma tan convincente.
- ¿de verdad no te importa que posiblemente ya no pueda volver a caminar?- pregunté mirándola fijamente para saber si en algún momento dudaba, pero me contesto al instante.
- No… y si pudiese cargarte yo misma créeme que no me importaría- sonreí otra vez por su particular forma de hacerme distraer de mis ideas descabelladas.
- Te amo Bella… te amo más que a mi propia existencia, te amo por sobre mis capacidades, eres lo que de verdad más amo en este mundo junto a nuestra familia- sonreí y ella automáticamente se me acercó y besó.
- Y… volverás a caminar- dijo mientras pasaba su lengua jugando por mis labios, sonreí- y a hacerme el amor así que no te preocupes por eso- sonreí ¿Cómo podía pensar en hacer el amor en estos momentos?
- Te amo- le dije.
- Yo más- susurró.
- “Siempre tuyo… siempre mío… siempre nuestro”, eso Bella… eso siempre existirá- susurré, la amaba, la amaba más que a mi propia vida.

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chicas ahora si que si un cpitulo o sea epilogo y esto muere... jejejeje excusenme por el retraso no fue mi intension demorar tanto pero es que a mi cabeza loca no llegaba nada

las quiero mil