Nessie POV

-         ¿De donde eres Nessie?- pregunto la mujer. Aún no reaccionaba. Ya estábamos sentados en la sala, así que me dediqué a mirar por todos lados para encontrar alguna foto y ahí estaba.

-         No lo puedo creer- estaba tan emocionada.

-         ¿Qué sucede? ¿te molestó algo?- me quedé embobada mirando una foto donde salía mamá y tío Jake conmigo en sus brazos. No podía creer como el destino me los puso en el camino.

-         ¿Nessie? ¿te sientes bien?- me paré e impulsivamente cogí el cuadro que estaba puesto en la pared.

-         Es mi padre- agregó ian.

-         Wow…- me miró completamente anonadado.

-         ¿Qué pasa familia?- se sintió aquella inconfundible voz, como pude le entregué el cuadro a ian para que nadie pudiese percatarse de que me pasaba algo extraño y menos él. Me sentía tan contrariada por mi cuerpo, por un lado necesitaba, quería correr a abrazarlo, quería sentirme protegida por mi padrino, pero por otro lado quería gritarle y enjuiciarlo, pedirle explicaciones de por qué dejó sola a mi madre, de por qué nunca volvió a llamarla. Las millones de veces que converse con mamá ella terminaba llorando por no saber del paradero de su mejor amigo, de no saber de su salud, de que si seguía vivo o no.

-         Hola amor- corrió la mujer al encuentro de su esposo. Aquella mujer debía ser Britany. Si de seguro era ella, mamá y el abu Carlisle me hablaron mucho de ella, me dijeron que era una muy linda mujer.

-         Por fin libre para mi familia, ya estamos oficialmente de vacaciones- agregó echándose en el sillón.

-         Hola papá- saludo ian.

-         Hola campeón ¿Cómo a sido tu día?- le pregunto estrechándolo hacia su cuerpo con un abrazo cariñoso. Me recordó mucho a los abrazos de oso de tío Emmett.

-         De lujo- acotó este, Britany rodó los ojos.

-         ¿así? ¿Por qué si se puede saber?- volvió a preguntarle, él aún no se percataba de mi presencia.

-         Conocí a una muchacha- le susurró, me sonrojé ¿Qué acaso pensó no escucharía? Pero si estaban muy cerca, ian hizo un gesto y Jacob se volteó para encararme, yo aun vestía el bañador con la polera de su hijo, me observo de pies a cabeza, me miro como tratando de insinuar algo.

-         No vallas a pensar lo mismo que mamá, mira que ya me avergonzó demasiado- se apresuro a decir ian. Mí padrino se paro al instante y me extendió una mano.

-         No entiendo porque estas casi desnuda en mi casa, pero déjame decirte que es un gusto que mi hijo por fin aya conocido a una niña tan linda como tú…- dijo mirándome, después lo miro a él- por fin una digna de sentirme orgulloso, déjame decirte que traía puras chicas que eran feas, o lindas pero tontas… pero algo en ti me dice que eres diferente- me hizo sonreír el rostro de ian, estaba con la boca abierta y lo miraba con incredulidad, como no dando fe a lo que acabábamos de escuchar.

-         Papá…- le recrimino.

-         ¿Cuál es tu nombre?- me preguntó el hombre.

-         Nessie- le dije, con toda el alma esperaba que no me reconociera de buenas a primeras.

-         ¿Nessie?- me reconoció- ¿Nessie Cullen?- preguntó, mi mente maquinaba a mil las posibilidades de inventar algo.

-         Nooooo- agregué tranquila- Estefanie Valle, me dicen Nessie- ¿Cómo podía mentir con tanta naturalidad? Me extrañaba esa capacidad que jamás, jamás ejercité.

-         Aaaaah… te confundí con otra persona, lo siento.- después de eso nos sentamos en el living a conversar. Era un hombre extremadamente gracioso, con cada una de sus ocurrencias me hacía estallar en carcajadas. Me daba pena tener que mentirle, pero es que no quería que me interrogaran sobre todo, o simplemente no quería que volviese a desaparecer si se enteraba que mamá estaba aquí en la misma playa que estaban alejados por unas cuantas casas. Me dieron muchas ganas de llamar a mamá, pero no tenía ánimo de escuchar las reiteradas disculpas de mi padre.

-         Se parece o ¿no?- preguntó Jacob en dirección a su esposa, ahora si que me cacharon.

-         Y mucho- concluyó la otra.

-         ¿Cómo se llaman tus padres?- cuestionó.

-         Is…- casi la suelto, pero no quería que se fuera, primero quería que pudieran verse con mamá.- Israel mi padre y Martina mi madre.

-         Y ¿de donde son?- preguntó ian, sabía que esa pregunta trataba de darle esperanzas, pero eso no era real, jamás después de estas vacaciones volveríamos a vernos.

-         F… Florida- agregué.

-         Wow… que lejos- agregó un desmotivado ian.

-         Y tus padres viajaron ¿por negocio o placer?- preguntó Jake otra vez.

-         Placer, hace años que papá nos promete vacaciones y ahora que mamá esta enferma se las tomo-… eso ya era mucha información.

-         ¿Tú mamá esta enferma?- preguntó ian.

-         Si… tiene cáncer al estómago- agregué muy a mi pesar.

-         Lo siento…- todos quedaron en silencio, ya basta, no podía seguir dando información.

-         Y ¿A qué se dedica Israel?

-         ¿perdón?- idiota Israel es tu padre.

-         Tu papá… Israel me dijiste ¿no?- preguntó extrañado.

-         Si… es que distraje con lo de mamá, él es médico.- y ahí estoy de nuevo dando más información.

-         Wow… papá también es médico- ian estaba emocionado por la coincidencia.

-         ¿y en qué se especializa?- pregunto aun extrañado.

-         Ya basta, la muchacha tiene que estar cansada y tu dale que dale con preguntas- inmiscuyó la esposa. Le agradecí en silencio.

-         Si en realidad estoy un poco cansada.

-         Ven, te enseñaré tu recamara.- de la nada empezaron a sonar unos rayos, dios y con lo que le temía a las tormentas eléctricas.

-         ¿Qué dijeron mis padres?- pregunté, igual me estaba preocupando, quizás pasaran en vela preguntándose donde estoy.

-         Me suplicaron que les diera la dirección, pero no lo hice, igual creo que se quedaron muy preocupados, si gustas el teléfono esta a tu disposición cariño, creo que de esa forma los dejaras más tranquilos, si no quieres no tienes para que darles la dirección, pero no es lo mismo conversar con una extraña que escuchar la voz de la hija- acotó enseñándome la recamara hermosa que usaría. ian estaba tras ella, escuchando la conversa.

-         Gracias- dije dándole la mano- muchas gracias por dejarme quedar- le confesé, porque ellos sin saber quien era me estaban brindando su apoyo.

-         Mamá ¿podrías dejarnos conversar un rato?- preguntó ian, ella sintió y se fue.- toma- dijo extendiendo la mano con el teléfono, suspire y lo tome. Marqué y espere no más de 5 segundos para que alguien contestara. Era papá.

-         Papá- le dije.

-         Dios santo Nessie ¿Dónde estas? Estamos muy preocupados por ti cariño.- estaba histérico.

-         Estoy bien, te lo juro, estoy en casa de un amigo ¿recuerdas el campamento del valle rosco?- le pregunté, ian me miraba extrañado.

-         Si lo recuerdo…- mi padre también estaba extrañado.

-         Bueno te conté que al encuentro fue gente de todas partes, bueno, da la coincidencia que me encontré con ian, un amigo que conocí ahí- le cerré el ojo a mi acompañante, este sonrió.- fue neta casualidad, después de lo que me dijiste estaba dispuesta a pasar la noche en la playa pero él me invito a quedarme en cu casa, estamos con toda su familia así que no vayas a pensar mal- le pedí.

-         Pero hija, tienes que dejar que te vayamos a buscar, tu madre esta enormemente preocupada, Renesmee, siento con toda mi alma decir esa estupidez, pero te pido, te suplico que me des la dirección, no dormiremos nada si no llegas, por favor.- me suplico.

-         No me crees ¿verdad?... piensas que te estoy mintiendo- trate de hacerlo sentir culpable, más que mal este juego hoy debía ser mío.

-         No hija, te creo, lo juro…- le corté.

-         Déjame hablar con mamá.- le pedí.

-         Está bien- agregó él desanimado.

-         Siento mentir, nunca lo hago, pero ahora es necesario.- le susurré a ian. Él me guiñó el ojo.

-         ¿Nessie?- mamá se escuchaba pésimo, su voz denotaba gran cansancio.

-         Tranquila no te agites- le pedí.

-         ¿Dónde estas cariño?- me paré, no quería que ian me escuchara, y susurre al teléfono.

-         En casa de Jake- mamá no dijo nada- no lo digas, aún no pueden venir.

-         ¿con Ja…

-         Shhhhhhhh, no lo digas, aun es secreto- le pedí.

-         Pero… dios es que no lo puedo creer ¿Qué te dijo? ¿te reconoció? ¿te preguntó por mí? ¿le contaste sobre mi enfermedad?- todas las otras preguntas fueron hechas con gran euforia debido a la noticia, pero la última fue con preocupación.

-         Si má si le conté sobre tu enfermedad, pero no sabe que eres Isabella- susurre aun más despacio- ni que soy tu hija- sabía que escuchar eso la decepcionaría, pero no me quedaba de otra, no quería que se fuese aún.

-         Pero… ¿Por qué?- preguntó, se notaba que estaba susurrando también.

-         Es que me da miedo que se vaya- respondí- ya má tengo que cortar, te juro que estoy bien, por favor no te preocupes, duerme, porque yo dormiré en una camita enorme, así que te pido descansar- lo dije fuerte para que ian pudiese escuchar, pero lo que dije a continuación lo susurré otra vez- no me puedo ir, porque no quiero que el se marche, te juro que le diré. Te quiero má.

-         Te quiero y cuídate y cuida a mi nieto ¿ok?- ya hasta me había olvidado del embarazo, lleve la mano libre hasta mi panza.

-         Te lo juro- después de eso colgué la llamada.

-         ¿Cómo esta?- preguntó ian.

-         Cansada y preocupada, pero trate de hacerle ver que yo…- de pronto se escucho un trueno lo que hizo que cerrara al instante los ojos.

-         ¿te asustan?- preguntó, estaba sentado en la cama.

-         Me aterran, donde vivo son muy reiteradas, papá siempre dormía conmigo cuando las había- agregué.

-         ¿la soleada florida?- pregunto, me di una bofetada mental.

-         Es que en el pueblo que vivo llueve mucho- acoté velozmente, idiota, no sabes mentir.

-         ¿Dónde vives Nessie? Pero dime la verdad- pidió con la misma mirada que papá tenía cuando se preocupaba por mamá.

-         Lo siento, pero aún no puedo…- agregué bajando la vista.

-         ¿quieres que te haga compañía?- preguntó.

-         Pero…

-         No sabrán- agregó sonriente. Este chico era magnifico, sabía que le estaba mintiendo y más encima seguía ayudándome y siendo muy lindo conmigo. Me habría encantado haberlo conocido antes, antes que a Gastón.

-         Pues si no se enteraran, entonces si- susurre.

-         Ok, más o menos en 1 hora vuelvo. Mamá te dejo uno de sus pijamas ahí para que duermas más cómoda.

-         Gracias.- después de eso salio de la pieza dándome privacidad. Me encantaba ian, me daba tanta pena tener que dejarlo solo en mi pasado una vez que volvamos a Forks. Me apenaba enormemente tener que mentirle, ni siquiera poder decirle mi verdadero nombre. Él confió en mí, me contó sobre su pasado y yo ni siquiera era capaz de decir mi verdadero nombre. “Todo es por Jake” me autoconvencí “si no quieres que se valla, entonces no le des más información”. Y era eso lo que iba a hacer, no le daría chance para escapar otra vez. Tomé una ducha, quería poder relajarme, a demás tenía mucho frío así que una ducha calentita era justo lo que mi cuerpo necesitaba. Me vestí en el baño, costumbre que herede de mamá.

-         ¿lista?- preguntó ian una vez que salí del baño.

-         Lista y dispuesta…- acoté tirándome a la cama, con una gran sonrisa él también se acomodó a mi lado, nada más que lentamente. Me extraño la lejanía que mantenía, su cuerpo estaba casi en la orilla de la cama, podría jurar que si se recargaba completamente de espalda una parte de su cuerpo quedaría fuera de ella. Me reí de la actitud infantil. Pero después recapacité, nos acabábamos de conocer, era obvio que no tendríamos que estar muy cerca, él era un extraño para mí. Pero, también pensaba que mantenerlo lejos era una perdida de tiempo, estas dos semanas las voy a aprovechar junto a él, después tendré tiempo de sobra para lamentaciones. Le tome la mano y le hice ademán de que se me acercara.- no muerdo- agregué jugando.

-         Ja… ok- estaba nervioso ¿pero por qué? ¿Qué acaso nunca había estado con una chica?

-         ¿Te puedo hacer una pregunta?- pedí.

-         Por supuesto

-         ¿tienes novia?- de ahí sacaría la información necesaria.

-         No- se puso rojo.

-         Te sonrojaste- sonreí.

-         Lo noté, me arde la cara- dijo tocándosela y desviando la mirada. Se veía tan adorable, era mayor que yo, pero se avergonzaba mucho más. Me recordaba tanto a papá, en la forma de hablar, en la forma de ser conmigo, ni siquiera Gastón al principio de nuestra relación fue tan amoroso. Al parecer este chico me estaba gustando. Sonreí ante la conclusión- ¿de que te ríes?

-         De nada- agregué riendo más, pero no de felicidad, si no que de mi maldita suerte, de lo maldito de enamorarme de un chico al que solo vería por 2 semanas y del cual no volvería a saber nunca más, porque no sabía lo que pasaría con Jake cuando se enterara de nosotros, no sabía si optaría por volver a alejarse o volver al pueblo, a su pueblo con su gente.

-         No es de felicidad ¿verdad?- preguntó, ¿Cómo lo supo? Fue como si hubiese leído mi rostro o más aun mi mente.

-         No…- suspire. Quizás el solo quería ser amable, quizás ni siquiera pensaba que era linda, pero y ¿lo que le dijo a su Jake sobre mí? Quizás fue para… para… que se yo, para fanfarronear sobre una nueva conquista… si eso, quizás era igual que todos e intentaba hacerse el lindo para conseguir de mi lo mismo que Gastón, ese idiota mal nacido que ahora se burlaba de mí.

-         ¿Te han dicho que cambias muy rápido tu estado de ánimo?- preguntó lo que me confundió.- recién estabas feliz, hace un momento tus ojos denotaron tristeza y ahora tu frente surcada y tu entrecejo denota ira… ¿Qué sucede contigo?- preguntó sonriéndome y acercándoseme un poco más, me sorprendió aquello y creo que mi cara lo manifestó- y ahora sorpresa…

-         Siento ser tan leíble señor- agregué volviendo a mi estado de ira.

-         ¿Qué te enojo Estefanie?- preguntó. Me extraño que usara “mi nombre”, papá solo lo hacia cuando trataba de comprender algo que le preocupaba verdaderamente en mamá.

-         No me digas así no me gusta…- le pedí. Era como si no se estuviese refiriendo a mí, me comían los labios por confesarle mi verdadera identidad.

-         ¿Qué te enojo “Nessie”?- volvió a preguntar.

-         Pienso que…- pero me callé.

-         ¿Qué piensas? Nessie por dios te juro que me interesa saber lo que esta pasando por tu cabecita- agregó con un tono meloso. Este hombre me estaba derritiendo, nunca había conocido a un hombre que me mirase así, bueno no a mi pero si a alguien la miraban así, era obvio saber a quien y quien. Suspire pero no pude seguir- Nessie me interesas, me gustas, se que es estúpido dejarme llevar por un sentimiento que no tendrá frutos porque te iras, pero el tiempo que estés aquí en esta alejada isla quiero que lo pases conmigo, quiero estar a tu lado todo el tiempo que dura tu estadía aquí ¿me lo permitirías?- me quede anonadada.

-         ¿le preguntas eso a todas las chicas que llegan a esta isla?- pregunté.

-         No… porque nunca me había interesado ninguna, nunca e estado con ninguna chica- y eso si que termino por extrañarme ¿o sea él es virgen?

-         Tu…

-         No Nessie, nunca e “estado” con una chica- con eso me dejo más que claro que era virgen pero…

-         Claro- dije alargando la frase- eso mismo me dijeron antes y mírame- agregué ¿Qué? ¿pero por qué dije eso? Idiota, idiota.

-         Mirarte ¿Por qué?- preguntó extrañado.

-         Lo siento es que yo…

-         No me importa Nessie, no me interesa nada de Florida. Lo de ella se quedó allá- eso era falso, porque mi embarazo esta aquí conmigo y es lo que debería traer mi conciencia para detener esto antes de que salga más dañada. Dios estoy embarazada, tengo 15 años y más encima estoy pensando tirarme encima de este muchacho… dios ¿puedes darme un respiro?- solo quiero pasar tiempo contigo, no te pido nada a cambio.

-         Es que…- ¿le decía? ¿le contaba la verdad? En fin de cuenta lo de ser Cullen era una estupidez, lo de mayor envergadura era confesarme sobre el embarazo.

-         De verdad que no tienes que contarme nada de ti… no me interesa tu pasado te quiero aquí, ahora y conmigo, tu presente es el que me importa- después de eso no me pude aguatar más las refrenadas ganas y eliminé el espacio que aún había entre nosotros, lo besé. Besé aquello dulces labios que susurraban tan comprensibles palabras, me acerque todo lo que pude a su cuerpo. Quería sentirlo. Quería tenerlo cerca de mí, muy cerca, aunque sabía de sobra que no lo haríamos, yo no iba a quitarle lo que después podría entregarle a su indicada. Me dejo sin habla pero a la vez me estimulo mucho que metiera una mano bajo la polera que traía de su madre. ¡Su madre! ¡Su madre y su padre! ¡Jake!, ellos habían confiado en mí, yo no podía hacer esto, pero mi cuerpo no recibía órdenes.

-         Te quiero- le susurré. No quería decirle lo mucho que lo deseaba porque era ilógico, pero lo podía gritar en mi cabeza ¡LO DESEO! ¡DESEO A ESTE CHICO QUE ACABO DE CONOCER! ¡DESEO HACER EL AMOR CON ÉL!

-         Te deseo- aquella palabra salio tan ronca de sus labios que supe él estaba sintiendo lo mismo que yo.

-         Pero…- no quería quitarle su primera vez, si nunca había estado con ninguna otra chica era porque no estaba preparado.

-         Quiero hacerlo- de pronto se separo un poco de mí y bajo la vista sonrojado.

-         ¿Qué paso?- pregunté.

-         Yo… yo… yo nunca- y no pudo seguir, se estaba muriendo de la vergüenza.

-         Y es eso lo que me duele aun más- de pronto levanto la vista confuso.

-         No entiendo…

-         Que si no fueses virgen no tendrías porque arrepentirte después, no me sentiría culpable por quitarte algo- le dije- si nunca haz estado con nadie es porque no estas preparado.

-         Es porque nunca encontré a la indicada- agregó. ¿él pensaba que yo era su indicada? Pero si lo nuestro es imposible.- aunque se que lo nuestro es imposible, se que jamás me arrepentiré de estar contigo… aunque jamás te vuelva a ver se que te tendré en mi mente siempre, siempre te podré recordar por ser mi primera mujer- agregó- y no me interesa si tienes novio o si ya no eres virgen o si estas casada- me reí de lo bobo- solo se que esto es lo que quiero- y me atrajo más a su cuerpo- ahora bien quiero saber si es lo que tu quieres, ¿Nessie quieres hacer el amor conmigo?- me preguntó, DIOS ME PREGUNTÓ… Gastón jamás me preguntó ni siquiera en nuestra primera vez.

-         Quiero- y era totalmente verdad. Quería que este joven hermoso me tomara o yo lo tomara a él. De pronto un sentimiento me inundo, quería ser la primera, quería ser su primera mujer, la primera que pudiese deleitarse con su excitación, a la primera que nombrase cuando estuviese por explotar de deseo.

Se acercó más a mi cuerpo y siguió acariciándome, aunque era sutil y cariñoso sus caricias eran primerizas por eso no tan exactas. Como pude lo tumbé en la cama, si ya estábamos en esto y esta sería su primera vez entonces me encargaría de hacerlo disfrutar lo más que pudiese, lo haría sentir la mejor experiencia, que jamás pudiese olvidarse de esta primera noche y mucho menos de mí, así como mi cuerpo se iría con su nombre tatuado. Me posicione sobre él y seguí besándolo, poco a poco baje hasta su cuello, ya podía percatarme del fruto de mis caricias, su pijama estaba abultado. Fui desabotonando la parte de arriba y dejando sutiles besos por donde la piel iba apareciendo. No tenía mucha experiencia en esto, pero cuando se lo hacía a… ¡STOP! Te prohíbo terminantemente pensar en este momento en ese idiota, solo déjate amar, déjate ser deseaba y querida de verdad. Por fin pude quitar de en medio lo que me molestaba, pude ver nuevamente su cuerpo muy bien agraciado, un cuerpo que provocaba que mi entrepierna ya estuviese húmeda, lista para recibirlo. Lo miré y sus ojos estaban cerrados, estaba excitado, disfrutando de cada una de mis caricias. Seguí bajando y llegué hasta su ombligo, le pase la lengua lo que le provoco risitas, pero mi destino era otro y cuando él se percato se atemorizó, lo pude notar en su semblante.

-         Si no quieres puedo parar- le dije, pero de todo corazón esperaba que eso no fuese así.

-         No, es solo que estoy nervioso- agregó sonrojado y muy quieto.

-         Solo déjate llevar… déjate envolver por el deseo- dije mientras depositaba besos en su pelvis, hecho la cabeza para atrás y sonreí ante mi momentáneo éxito, pero ahora venia la prueba de fuego, tenia que lograr bajar su pijama. Comencé y volvió a levantar la cabeza para observarme con expectación. Finalmente deje su excitación expuesta ante mis ojos, lo que hizo que me mordiera el labio inferior, ya me imaginaba todo el placer que ian, este maravilloso hombre podría hacerme sentir. Sonrió, al parecer mi gesto lo complació.- aquí vamos- le susurré.

Tome su sexo y empecé a masajearlo, automáticamente susurró un gemido que me complació enormemente. Seguí con mi trabajo hasta que me acerque a ella y me metí a la boca solo la punta. Me volvió a observar expectante y cuando él aun me observaba la besé completa. La empecé a meter y sacar de mi boca, tomé una de sus manos y la puse en mi cabeza.

-         Tú marcas el ritmo, hazme saber como lo quieres- le pedí y él lo hizo. Empezó a marcar él ritmo que lo estaba excitando completamente, lo que me complació, cada vez se agitaba más, pero tenía que parar de hacerlo por que o sino ya no podríamos llegar a la acción. Me fascinó como pronunciaba mi nombre, sonaba tan placentero mezclado con la excitación del momento. Me alejé y empecé a subir besando su vientre. Me saqué la polera y quedé expuesta ante sus ojos ya que no traía sujetador, quedó estático, así que nuevamente tomé sus manos inexpertas y las llevé a mis senos, que dolían un poco por esto del embarazo. Los masajeo sutilmente, sus manos eran tan suaves que me estaba excitando mucho. Su sentó en la cama y los beso, lamió y mordisqueo. Quedamos abrasados, sus brazos rodeaban todo mi cuerpo, me sentía tan protegida y por sobre todo me sentía deseada.

-         Eres hermosa- susurro, su voz estaba muy ronca. Acarició mis trasero por sobre la ropa. Como pude me safé de su enganche y me quite el short quedando ahora si completamente desnuda, antes de montarme nuevamente sobre él gimió con los dientes apretado- sencillamente maravillosa.

Me puse sobre su cuerpo desnudo y lo volví a besar, de repente gruño sobre mis labios, eso me descoloco mucho.

-         ¿Qué paso? ¿No te gusta como vamos?- estaba completamente dudosa.

-         Noooooo….- lo dijo velozmente- me encanta, pero creo vamos a tener que esperar, porque no creo sea buena idea ir a pedirle un condón a mis padres- aquello me hizo sonreír, estaba embarazada, ya no podía estarlo más, me reí otra vez ante mi tan idiota pensamiento. Otra mentirita más no creo marque gran diferencia.

-         Tomo la píldora- agregué.

-         Bendita píldora- concluyo atrayéndome nuevamente a su cuerpo, al parecer ya no estaba tan avergonzado.

-         ¿estas seguro que soy la primera?- pregunte entre juego y enserio, el que no fuese la primera no cambiaría en nada, solo necesitaba la verdad.

-         Seguro, esta es mi iniciación- bromeó besándome. Tenía que volver a agarrar el hilo de lo perdido así que empecé a frotarme sobre él.

-         ¿le pusiste llave a la puerta verdad?- pregunté aún frotándome sobre él.

-         ¿Hasta ahora te preocupas de eso?- me sobresalté.- le puse bobita- después de eso volvió a besarme. Me vengaría y conocía una buena forma, tome nuevamente su pene, que con la emoción del momento pensando que la puerta estaba abierta solté y empecé a frotarlo por mi centro, como entrando y sacándolo. Era estúpido torturarlo haciendo eso, porque lo que provocaba era que me torturase a misma.- Dios me matas- gimió ian. Hasta que no aguante más y empecé a descender por su prominente erección. La excitación total, el deseo completo, y tantos otros sentimientos llegaron a mi cuerpo, era como si nuestras partes se moldearan exactamente, como si mi intimidad se hubiese llenado con su presencia. Me daba cuenta que ian era todo lo que necesitaba. Su cara estaba expuesta hacía mí y pude ver el placer que esto provocaba, pude sentirme feliz cuando con cada embestida me nombraba. Me tomo de la cintura y me ayudo con el movimiento, le sonreí eso era justo lo que quería. Cada penetración activaba algo en mí, algo que jamás podría volver a sentir con nadie, algo que solo su cuerpo podría provocarme. Se sentó en la cama y me abrazó, lo que permitió que pudiese enterrar mis manos en su cabellera negra. En un segundo me posiciono sobre la cama y el quedó entre mis piernas, intento penetrarme pero no pudo. Sonreí un poco por su inexperiencia.- guíame- pidió. Tome su pene y lo hice.

-         Por aquí cariño- ambos sonreímos pero continuamos manifestándonos el deseo por el compañero. Sus embestidas comenzaron a ser mas persistentes, era magnifico poder sentirlo de esta forma, poder escuchar como escapaba de su boca mi nombre. Siguió con un ritmo maravilloso hasta que juntos estábamos por terminar en la gloriosa cima de lo que jamás había logrado sentir antes. Podía decir que ambos estábamos teniendo nuestra primera verdadera experiencia, porque este niño inexperto en las artes del placer, me estaba haciendo sentir lo que jamás “aquel” provocó en mí, jamás había sentido tal placer, jamás había llegado en este grado de excitación a un orgasmo, esto era tan irreal, si hubiese sabido que existía de seguro lo habría buscado.- Dios ian- gemí en su oído.

-         ESTEFANIE- grito en su última embestida, fue un grito que no sobrepaso los márgenes de lo permitido para que sus padres no nos escucharan. Me dio pena, y lagrimas cayeron de mis ojos, pena por no haberle confesado mi verdadero nombre, de no haber tenido el placer de escucharlo en sus labios cuando grito de deseo- ¿Qué pasa? ¿te dañe? ¿hice algo malo?- preguntó alterado, pero después vislumbre desesperanza en su rostro- no fue lo que esperabas ¿verdad?- preguntó otra vez e intentando salir de mi interior, lo que por supuesto no permití.

-         Jamás me sentí tan querida por alguien- le confesé- esto fue maravilloso, irreal- volvió a sonreír, pero la felicidad no llego a su mirada.

-         Entonces ¿Por qué lloras?- preguntó.

-         Porque sentí como si hubiese sido mi primera vez- susurre, de seguro pensaría que soy una mojigata, una mosca muerta.

-         ¿de verdad?- preguntó extrañado- no intentes hacerme sentir bien, desde un principio se acordó que no había compromiso.- sabía que no pensaba de verdad eso.

-         ¿de verdad quedamos en eso? Que mal porque ahora te quiero más- acoté besándolo.

-         Me alegra tanto saberlo- volvió a besar con un poco más de esperanza, al parecer le alegraron mis palabras.

-         A penas te vi, te reconocí- dije sobre sus labios.

-         ¿mmmm?- me miró extrañado.

-         Supe que eras lo que siempre busque- me daba pena tener que dejarlo ser libre, porque él nunca cargaría con la responsabilidad de un hijo que más encima no era de él.

-         Y yo… y yo Esty- no quise corregirlo me dejé querer, me dejé querer una vez mas esta noche donde ambos llagamos nuevamente al más hermoso de todos los orgasmos. Ya no existía tormenta, padres, ni siquiera Gastón entraba en esta ecuación, solo éramos él y yo, amándonos.

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ESTE CAPI ES UNO DE MIS FAVORITOS... JEJE..

ME ENCANTA ESA INGENIUDAD DE IAN... JEJE\

QUIERO UNO PARA MI ASI... JEJE

BUENO ESPERO QUE LES AYA GUSTADO... Y SI SE PREGUNTAN POR QUE SI NO ES NECESARIO?

BUENO YO TAMBIEN ME LO PREGUNTO..

JEJE

BUENO MAS ADELANTE IRA ACLARANDOSE TODO

LAS QUIERO MIL SIGANME APOYANDO Y LEYENDO Y VOTANDO OBVIO

JEJE

AIOZ