Bella POV
El Tercer mes
Necesitaba interiorizarme un poco más contigo, eso decía el doctor, pero no podía, no deseaba tu llegada, era extraño quería que a mí llegara ese maravilloso sentimiento que me había expresado Marina por Gastón, pero no podía, no estaba preparada para ser madre, lo que no quería decir que no te quisiera, pues eres parte de mí. Aun no le e contado nada a ti al abuelo Charlie, no e tenía el valor de ir a su casa para decírselo, no terminamos muy bien después de la lectura del testamento. Me había portado muy grosera con Celeste. Ella era mi amiga, dejo de serlo cuando supe que estaba enamorada de tu abuelo y que él también lo estaba de ella. Pero no puedo mentir, en estos momentos la necesitaba mucho.
Quiero contarte que tu papá a sido el más contento con tu llegada, ha venido todos los días para saber como estamos, nosotros no estamos juntos, pero él siempre desea saber de ti, por eso decidí que después que nazcas te iras con él por un periodo, el periodo que me hará madurar y extrañarte, quizás con eso pueda amarte y entregarte todo lo que mereces. También estarás con tus abuelos, Esme y Carlisle, son personas muy buenas, también esta tu tía Alice una maniática compradora compulsiva, pero que hará que te veas muy lindo o linda, junto a ella esta tú tío Jasper, su novio, es una muy linda persona, siempre relajado y con buen sentido del humor, estará Emmett tu tío, con él si que lo pasaras muy bien, porque es un niño más, y junto a ella estarán tu tía Rosie y Emily, tú prima, ella también esta en la panza de tu tía. Es mayor que tú por dos meses.
Tuve que dejar de escribir porque sonó el timbre, cuando abrí me percate que era la misma mujer que había visto junto a Edward la vez que lo eché hace 3 meses.
- ¿puedo ayudarte?- pregunté curiosa, no sabía que podía estar haciendo aquí y que era lo que podría querer. Entro sin que la invitara y empezó a mirarlo todo- oye ¿Quién eres y porque entras a mi departamento de esa forma?- le pregunté.
- Soy Jessica, Jessica Stanley, la mujer de Edward- agregó con una actitud muy segura.
- Y eso ¿tendría que interesarme?- pregunte tratando de fingir indiferencia.
- Quiero que sepas que no lograras alejarlo de mi vida con esto de tu embarazo ¿me oíste? Voy a desenmascararte, porque lo más seguro es que ese bastardo ni siquiera sea de él.- más que doler, me molestaron sus palabras, yo no quería arrebatarle nada y bien si no creía sobre la paternidad de mi hijo, que de paso no era ni un bastardo, eso no era mi problema. Tuve que acercarme a ella y le di una cachetada muy bien puesta en medio de la boca, podría decir que veía mi mano marcada en su bello rostro.
- Lávate la boca antes de hablar de mi hijo ¿Ok? Y sobre la paternidad de él es un tema que no tengo que tratar contigo y si no quieres que llame a Mike lárgate de mi casa- dije abriéndole la puerta y justo estaba Edward con la mano lista para tocar el timbre, se exalto cuando nos vio abrir.
- ¿Jessica?- preguntó sorprendido él rostro de ella era de sorpresa y estupefacción.
- ¿Le puedes pedir a tu mujer que se largué de mi casa?- pregunte muy enojada hacía Edward.
- ¿mi mujer?- preguntó en mi dirección, después miro a la chica que me acompañaba- ¿Qué demonios sucede aquí?
- Nada, ya me voy.- dio un gran golpe en el hombro de Edward el pasar.
- Permiso- dijo éste ignorando lo sucedido.
- Dile a esa tipa que no vuelva a mi casa y menos a referirse de mi hijo como un bastardo ¿me oíste?- le amenacé.
- ¿eso dijo?- su rostro se descompuso, estaba muy molesto
Los días eran un calvario, aunque mis nauseas se estaban yendo y no orinaba con tanta frecuencia, sufría mucho con problemas de estreñimiento, mis senos estaban pesados y ultralente sensibles, ya no podía acostarme como me encantaba que era de panza hacía la cama, me costaba mucho quedarme dormida, aparte el aumento de peso, era evidente, Jake me pasaba puro molestando.
Jake era magnifico, él había aceptado mi embarazo de muy buena forma, incluso me prometió que podía contar con él cuando quisiera. Su apoyo era el que ayudaba a seguir adelante, gracias a él seguía de una pieza, porque mis malos ánimos me destrozaban, me pasaba llorando todo él día, pero él y su tierna sonrisa me sacaban del estado de pesimismo. Saciaba todos mis antojos, era un gran hombre. Incluso me había hecho ver que era una idea descabellada lo de entregarle a Edward el niño. Pero él ni nadie entendía lo que significaba eso, quería probar que si al faltarme, podía sentir la necesidad por él y amarlo de verdad.
Cuando me hice el ultimo chequeo medico estuvo Edward a un lado con los ojos abnegados en lagrimas y Jake por otro conteniéndolas.
Según Carlisle todo estaba bien con él niño, decía que era muy despierto, ya que sus extremidades se movían mucho, dijo que a esta altura su cráneo se estaba formando y que su tamaño era de 10 centímetros un poco más grande de lo normal y pesaba 30 gramos. Era una cosita que abultaba ya mi vientre. Le pedí que me dijera el sexo, más que mal Edward y Jake ya lo sabían con solo mirar la pantalla. Me confeso que era una niña. Sentí un leve cosquilleo en mi interior y tuve que reír, era lindo saber que dentro de mi crecía una linda niña, que ojala la genética premiara con ser más parecida a la familia de su padre que a la mía.
El cuarto mes
Tu abuelo Carlisle ya me confirmo que eres una niña, y que estas creciendo muy rápido, y que eso es bueno, me lo dijo cuando vio que mi cara tenía una expresión un tanto preocupada, tenía miedo de que se adelantara el parto y que llegaras mucho antes a mi vida.
Que puedo decirte eres un bebé muy odioso, apenas me dejas estudiar, te mueves mucho pero ¿te digo algo? Me encanta cuando lo haces, me permite saber cuando estas incomodo con mi posición o cuando tienes hambre o cuando simplemente deseas comunicarte conmigo. En la ultima ecografía que me hice se vio muy bien tu carita, te estaba chupando un dedo, nos matamos de la risa cuando te vimos, y tu despertaste, al parecer te asustamos, porque después de eso no dejaste de saltar, toooooda la noche. Mides 18 centímetros y pesas 135 gramos. Por tu culpa mi cintura desapareció, ahora estoy redonda. Ja.
No e tenido aun el valor de contarle nada a Charlie y no e visto a Celeste, al parecer se cambió de horario ahora va por las tardes, algo así me dijo Emmett que se los encontró el otro día.
Dios que sustito me dio ese grandullón cuando me dijo que les había contado de mi condición, casi me voy encima de él y le reviento ese lindo rostro típico de un Cullen.
Luego se lo tendré que decir, ya que no podré seguir ocultándoselo, tiene que saber que existes, por tu derecho a ser reconocida como su nieta.
Mis energías estaban muy renovadas, casi toda la familia Cullen pasaba en mi departamento, incluso Alice y Esme estaban acondicionando el otro cuarto para la “esperada llegada”. Les pedí que lo dejaran ya que la niña se iría con ellos apenas naciera. Pero no me hicieron caso y de igual forma la acondicionaron.
Jacob era mi pilar, era tan especial en mi vida, se había convertido nuevamente en mi mejor amigo, nunca más volvió a proponerme algo, y tenía bien claro que eso era un gran esfuerzo en él, le tuve que implorar su silencio, nadie de la Push podía enterarse de mi embarazo, porque o sino llegaría automáticamente a los oídos de Charlie, y quería ser yo misma la que tuviera las fuerzas para contárselo.
El quinto mes
El tiempo estaba pasando rápidamente, era muy difícil dormir con esta enorme panzota, apenas tenía cinco meses y había subido 10 kilos, dios estaba redonda, pero todo era por ti, necesitas alimentarte muy bien, lo malo es que se te ocurren puras comidas chatarras y que más encima tu padre me trae, o sino es él, es tu tío Jake, que te quiere mucho, y que esta tratando de convencerme para que te quedes conmigo. Pero lamentablemente yo no estoy preparada para tenerte a mi lado. Pero te juro que apenas lo este vivirás conmigo.
Tu abuelito Carlisle dice que estas muy bien, que todos tus órganos se desarrollan a la perfección, tus parpados aun se encuentran cerraditos y ahora pateas y me manoteas, mides 33 centímetros y pesas 570 gramos, déjame decirte que estas bastante gordita, igual que mamá. Ja.
Me estaba sintiendo muy cansada, me dolían los pies por mi excesivo aumento de peso, el cual se debía a los constantes agasajos culinarios tanto de Edward como de mi amigo Jake, e tenido que cambiar mi ropero completamente ya que nada me queda bueno, Emmett pasa burlándose de mí todo él rato por mi aumento de rubor en las mejillas, los doctores, dicen que se debe al aumento de circulación de la sangre. Estoy hace como 5 días sin poder dormir por las noches, así que después de llegar de la universidad me dedicaba a descansar, no me estaba yendo muy bien, pero mis notas eran lo suficiente como para mantener mi beca.
Toc, Toc. Golpee dos veces. Después se comenzaron a acercar unas pisadas. Mis manos sudaban.
- ¿Bella?- preguntó muy sorprendida, mientras pasaba por mi cuerpo y se detenía en mi abultado vientre.
- La misma, pero con 10 kilos más- dije tratando de bromear.
- Bella… dios, no lo puedo creer… ammm… ¿Quieres ver a Charlie?- preguntó nerviosamente.
- En realidad a los dos- dije aun más nerviosa que ella- traje Pasta al Pesto- era un platillo muy querido por mi padre.
- Ammmm…- al parecer quedo muy sorprendida, ya que no acoto nada más.
- Emmm… si molesto… pues, puedo venir otro día- acoté.
- ¿Quién es amor?- preguntó un muy feliz Charlie.
- Es… emmm… es Bella- pude escuchar a mi padre maldecir muy bajito, quizás el creía que vendría a montar un espectáculo otra vez.
- ¿Qué haces aquí?- Pregunto aun sin llegar a la puerta y de forma muy brusca. Cuando llegó nos quedamos en completo silencio, sus ojos vagaron por mi cuerpo y se detuvieron en mi abultado vientre. Baje la cabeza y me puse a llorar, me merecía su rechazo, después de todo lo que yo les he dicho, lo mínimo era que no me quisiera ver más.
- ¡Dios lo siento! No debí venir, disculpen lo siento, siento molestar.- dije sin mirarlos, me dispuso a irme, estaba destrozada por la indiferencia de mi padre, pero de pronto sentí unas manos que me sujetaron por la cintura y se posaban sobre mi panza. Fueron muy sutiles, la acariciaron con mucho amor. No aguante y solloce aun más fuerte, el puso su rostro a la altura de mi hombro y seguimos ahí parados frente a la que fue mi hogar por muchos años.
- ¿Cuánto tienes?- pregunto sutilmente.
- Cinco meses, es grande para su edad- agregué sonriendo.
- ¿Qué será?- volvió a preguntar.
- Niña- le conteste, sentí como se puso a llorar.- lo sé otra impulsiva Swan- el rió.
- Deberías entrar Charlie, hace frío para que bella este afuera.- agregó Celeste. De verdad no me merecía este recibimiento.
- ¿quieres pasar?- preguntó Charlie. Sentí que Celeste se acercaba
- Claro que entrara- dijo mientras arrebataba la bolsa de mi mano y tocaba mi vientre- tiene mucho de que platicarnos ¿verdad?- preguntó sonriéndome.
- Lo siento tanto Cells- agregué mientras tocaba su rostro, mi papá mi vientre y ella también. Vi como sus manos se juntaron al contacto, como si algo invisible las hubiera atraído, y a mi ya no me quedaba más que aceptarlo.
- No te preocupes, tendremos tiempo para arreglar todo- me confeso- con Charlie esperamos mucho este momento, solo que no lo contabilizamos a él- agregó sonriéndome pícaramente.
- Ni yo- me confesé.
- Ella, Celi, es ella- dijo acariciándome la panza. Ella se sonrió mucho.
- Ya se lo que piensas, otra caprichosa bella, pero no, tratare de que sea una mejor niña- agregue sonriéndole también.
- Sigamos dentro de la casa, esta muy frío para ti, después te puedes pescar un resfrío.- agregó con tono sobre protector. La casa estaba tan linda, irradiaba un toqué juvenil, uno que lógico se trataba del de celeste, ya que mi padre tenía pésimo gusto. Todos los muebles estaban en lados diferentes y el color de la casa había cambiado, habían nuevas fotografías de ellos juntos, pero en su mismo sitio seguían las antiguas, las de mamá junto a mi y Charlie.
- Esta todo tan cambiado…- la cara de mi papá se descompuso ¿Qué? ¿no podía dejar de pensar que por todo haría un escándalo? Así que mejor debía aclarar mi postura en son de paz- tan lindo, te felicito Celi- le dije el apodo que Charlie acostumbraba a decirle- se nota que es por ti que esta casa sigue en pie, si papá no te hubiese tenido, esta casa estaría en ruinas- me encanto la sonrisa que ambos se regalaron, fue una de complicidad y de amor.
- Me alegra que lo pienses bella- agregó celeste. Yo le sonreí.
- Incluso te ves mejor, estas mas delgado- agregue apuntándolo- parece que esta chica te hace bien, ¡te las traías Celi!- dije mientras la abrazaba, de verdad que me sentía cómoda con ellos.
- Bella… ammm tú…- agregó, pero no dijo nada. Le sonreí, me fascino su nerviosismo.
- Me dolió, no lo puedo negar, quizás si me hubiesen dicho antes el impacto hubiese sido menos duro, pero debo admitirlo, ella te hace feliz, lo noto en tu cara cada vez que la miras. Quiero mejorar, por ella- dije mientras me acariciaba la barriga.- quiero ser mejor para ella, será un largo proceso, pero es mejor empezar cuanto antes.
- Me alegra escucharte hablar así.- agregó mi padre- pero quiero que mi digas ¿Quién es el responsable?- preguntó muy serio.
- Yo- dije haciéndole ver que esto del embarazo era mi responsabilidad y no solo del padre- y Edward Cullen- agregué. Al parecer Celeste ya se había enterado de la fama de Edward, ya que se sorprendió mucho.
- Fue antes, antes de su fama, antes de que termináramos- agregué pero no se tranquilizó, sino que todo lo contrario. Aun estábamos parados.
- Pero bella ese muchacho tiene una fama que lo precede hace años.- agregó muy apenada Celeste.
- Lo sé… les cuento con detalles, pero podemos sentarnos, los pies y la columna me matan- agregue. Ellos se disculparon y me hicieron pasar a la cocina, pues ya íbamos a comer.
- Wow extrañaba tu comida- agregó con satisfacción en el rostro, Celeste le dio una pequeña palmadita en la cabeza.
- Hey no insultes a tu chica- le critiqué. Celeste me regalo una radiante sonrisa. Ella misma sirvió, encantada me habría ofrecido, pero me dolían mucho los pies, incluso me saque las sandalias.
- Es verdad lo que dicen- agregó mi padre.
- ¿sobre?- preguntamos Celi y yo al unísono, era una vieja costumbre, nos tapamos la boca para reír como cuando éramos pequeñas.
- Bueno- dijo lentamente, tratando de asimilar nuestra reacción- lo de que las embarazadas se ponen muy lindas.- me sonroje aun más con su acotación.- estas radiante, cariño.
- Pues, gracias.- agregue.
- Bueno y cuéntanos sobre ti, sobre tu vida, ¿Dónde estas viviendo?- pregunto serio mi padre.
- En la colonia de estudiantes- agregué- ahora en un mes más termina mi contrato de 6 meses, así que voy a decidir si quedarme ahí o comprar otro lugar.- agregué.
- Eso sería lo mejor hija, las propiedades inmobiliarias son buenas inversiones.- agregó él.
- También lo creo, además estaría invirtiendo en lo mío y no en pagar arriendo. Aunque no puedo negarlo mi departamento me encanta, ya me acostumbré a él- les confesé- un día de estos quiero que vallan a cenar, paso gran parte del día sola, Edward o Jake, casi siempre llegan por las tardes.
- Es un hecho, bella- agregó, pero cambió de tema- ¿Cómo has estado?
- Cansada- le confesé, pero sabía a lo que se refería- e intentando ver el lado positivo a todo esto. Hace días que no duermo del todo, las notas han bajado, son suficientes para mantener las becas, pero menos de lo que solían caracterizarme.- le agregué.
- Te ha tocado duro- agregó mi padre con un rostro contrariado.
- Si, ha sido difícil, más aun cuando no quieres esto- dije apuntando mi barriga.
- ¿Por qué dices eso, bella?- preguntó muy sorprendido mi padre.
- No nací para ser madre, no estoy preparada, es por eso que se la voy a entregar a Edward por un tiempo.- le dije como si fuera la reacción más normal de una madre.
- ¿Estás loca, bella? ¿entregarle a tu niña? Dios ¿en qué piensas?- preguntó sobresaltado.
- En que necesito madurar, él también es el padre y puede estar con ella él tiempo que sea necesario para mí. Yo no la dejaré, es solo que no viviré con ella.- le dije.
- ¿Carlisle esta de acuerdo con esto?- pregunto indignado. Pero esta vez tenía razón mi idea era un tanto descabellada, pero era necesaria para mí, para necesitarla. Aunque dijese lo que dijese, la decisión ya estaba tomada.
- Fue él mismo quien me lo propuso, es el único que entiende que ese tiempo es el que necesito para madurar.- agregué.
- Él lo dice, porque quiere que la niña este con él, él no esta pensando en su bienestar, sino que en el de su familia.- Agregó exasperado.
- ¿te falta apoyo, bella?- pregunto dulcemente Celeste- porque si es eso, esta es tu casa, nosotros podremos ayudarte con la bebé, así ella podrá estar con la mamá, a quien más necesita en su desarrollo y crecimiento.- agregó. Me hacía tan feliz que me involucrara nuevamente en su mundo.
- Quizás sea apoyo Celi, pero es mi decisión, y esta tomada, la niña se ira con su padre hasta que yo este lista para cuidarla. Obvio que los primero días tendré que irme a casa de Edward, mientras toma pecho, pero después podré irme a mi departamento otra vez y la iré a ver todos los día, pero no puedo tenerla junto a mí aun, porque no estoy preparada para ser madre.- les sentencie.
- En todos los hospitales deben haber cursos para enseñarles a las chicas a como ser madres te inscribirás bella, esa es la mejor forma de enfrentar esto, aunque ya ayas decidido que lo mejor para la niña es estar con él padre, es un curso que te servirá a largo plazo- agregó Charlie, y me pareció una espectacular idea.
La tarde paso muy agradable, después de la reacción sobre que la niña vida con el papá, no volvimos a pronunciar el tema. Les dí mi número de teléfono, y les dije que nos juntáramos a cenar un día, ellos aceptaron, me juraron que estarían al pendiente de lo que necesitara.
Capitulo 1: El comienzo de una larga Historia
