Bella POV

Arranqué el auto y nos fuimos directo al mi departamento. Le pedí que entrara para que conversáramos unos minutos.

-         ¿te sientes bien?- preguntó. Al parecer mi nerviosismo salía por los poros.

-         Si…- dije tímidamente- ¿quieres pasar?- le pedí frente a la puerta.

-         Me encantaría- le sonreí.

-         ¿Qué te gustaría comer?- le pregunté sutilmente.

-         ¿Qué te gustaría a ti?- preguntó.

-         Eso no se vale, esta es mi forma de disculparme, tu eres el consentido- dije agarrando sus manos y poniéndolas en mi panza. Nunca se lo permitía, pero desde ahora trataría de ser mejor con él. Nos quedamos en silencio por mucho tiempo, hasta que mi estomago gruño. Le produjo gran simpatía ya que se carcajeo.

-         ¿te parece si pido algo a mi gusto?- preguntó.

-         Me encantaría, mientras me iré a cambiar, quiero usar algo más cómodo, y estas sandalias me matan.- agregué.

-         Ok- gritó mientras subía por las escaleras. Igual nos podíamos ver, mientras él se sentaba en la sala. Saqué mi pijama y me puse tras el bastidor de mi pieza. Lo escuche pedir filete de pavo al curry con manzanas y pasa, mi favorito. Él era fantástico. Lo escuche despedirse.

-         Te escuché, se suponía que era a tú gusto.- le critiqué.

-         Pero me encanta… se convirtió en mi platillo favorito.- agregó.

-         Por eso te quiero- le confesé. Tenía un espejo frente mí y pude ver mi cara enrojecer fervientemente. Edward estaba en silenció. Ni siquiera sentí cuando llego al segundo piso y se paro frente a mí.

-         Y ¿solo me quieres?- preguntó acercándose más y regalándome esa sonrisa que me deslumbraba.

-         Yo… emmm… yo- pero no pude articular palabra.

-         Solo déjate llevar por lo que sientes- me pidió.

-         No creo que esta barriga ayude- le confesé mordiendo mi labio.

-         No creas. Te ayudare a no sentir que estorba- agregó tomándome por fin de la cintura o donde alguna vez hubo una.

Me aproximo a su cuerpo y empezó a besarme, bajo rápidamente el vestido que traía y que como quede embobada no pude cambiar. Se quedo parado observándome.

-         ¿crees que estoy fea?- pregunté. Me miro con extrañeza.

-         ¿fea? Bella por Dios, eres la mujer más hermosa en este planeta, nadie podría verse tan excesivamente dulce y sensual a la vez.- agregó.

Agarro mis manos y me aproximo a la cama. Me ayudo a desnudarme y me recosté. El acto más hermoso, las caricias más bellas fueron cuando besaba mi vientre, nuestros ojos se llenaron de lágrimas. No podía entender como lo había privado de sentirse padre y como yo, pude no haber amado y anhelado esto tan lindo que era parte mía y de mi Edward.

Recargó su oído a mi vientre y se quedo por unos minutos. Hasta que subió y pude ver que lloraba.

-         Gracias- confeso entre sollozos- gracias por mi hija, por cuidarla, gracias por perdonarme.

-         No hay nada que perdonar, estaba equivocada, ahora quiero estar contigo, quiero ser otra vez tu mujer y que podamos formar una familia junto a nuestra hija. Bueno… solo… ammm… solo si quieres- me bajo la duda, ya que él hoy se presentaba como novio de Gina.

-         ¿lo dices por Gina?- preguntó. Solo asentí.- no somos novio, con el impacto de ver a Marina frente a mis ojos, no pude negarlo, solo iba como compañero de cena. Bella estaba dispuesto a olvidarte, a sacarte de mi cabeza, pero no sabía si algún día lograría remplazarte.

No pude aguantar más y lo bese. Él solo se acomodo a mi lado para poder acariciarme ya que mi hija, una palabra tan llena de significada ahora para mí, estaba muy grande. Le ayude a quitarse la ropa y quedamos desnudos.

-         ¿estas seguro que no es riesgoso?- le pregunté

-         Te aseguro que no, no me recargare encima de ti, y no te penetrare mucho, médicamente esas son las indicaciones esenciales.- confeso sonriéndome.

-         Ok- le sonreí tímidamente.

Comenzó a acariciar mis senos. Dios el contacto era magnifico, extremadamente placentero. Luego los beso y me sentía en las nubes, estaba muy estimulada, quizás es por que mi cuerpo lo necesita, necesitaba saber si era muy pronto para proponer el irnos directo a la acción, baje mi mano para cerciorarme, pero ahí estaba él sin decepcionar. Su erección estaba completa.

-         Te necesito ahora mismo, no se que me pasa, pero si sigues tocándome acabaré sin que lleguemos a la acción.- lo dije todo muy rápido. Le produjo risa.

-         Son tus hormonas. Cuando las mujeres están embarazadas disfrutan más de las relaciones sexuales- acotó levantando las cejas.

Me puso en pie, él se acomodó en la esquina de la cama y se sentó. Lo que me permitió a mí sentarme sobre él y con los pies en la cama. Poco a poco sentí entrar su enorme pene en mi cavidad, se preocupó mucho de que no entrara toda, esa si que era una indicación medica.

La excitación y la pasión envolvente en el ambiente eran salvajes. Era una excitación especial, era quizás el hecho de saber que por fin mi vida estaba tomando un nuevo rumbo y que por gracia y obra del destino, era al lado de mi Edward Cullen.

Quedamos frente a frente y nuestros ojos gozaban con su propia excitación, dios este hombre era magnifico, alentaba a cada parte de mi ser. Cada recoveco de mi cuerpo se embriagaba de su perfume y mis labios añoraban la suavidad y dulzura de los suyos. Sus caricias, me estaban volviendo loca, tenía la necesidad de gritar su nombre, quería que supiera, que solo él provoca esto en mí, quería que se diera cuenta que nadie más era capaz de deleitarse con ahora mi cuerpo abultado, que al parecer a él le fascina. Quería que supiera que desde ahora, sus gemidos, caricias y que vulgarmente hasta su erecto pene, me pertenecerían solo a mí.

-         No serás de nadie más, nadie más tendrá el placer de deleitarse con tu cuerpo, con tus caricias- le confesé entre gemidos- serás solo mío, solo mi nombre pronunciaras entre gemidos ¿me oíste? Solo yo me deleitare con escucharlos- acoté autoritaria, mientras saltaba en su erección.

-         Solo tuyo, de nadie más mi bella. Solo tuyo.- agregó besándome apasionadamente.

-         No pido nada más.- agregué.

Y antes de lo que esperaba llegue a mi clímax total, Edward demoró un poco más que yo. Fue extraño, por lo general durábamos más, y me dio pena con él, porque sabía que no se saciaba con tan poco.

-         Lo siento- le confesé apenada.

-         ¿Por qué?- agregué.

-         Dios… no… duré…- pero no termine la oración.

-         No te preocupes cariño, es normal con la cantidad de hormonas revoloteando por todo tu cuerpo, y créeme que me alegra, porque con la excitación de poder acariciarte otra vez no habría estado a la altura de la situación.- comenzamos a reírnos. Estaba tan feliz a su lado, nos habíamos acomodado en la cama, bajo las sabanas pues me había dado un poquito de frío, cuando de repente tocaron a la puerta

-         La comida- agregó. Se puso los Jeans y bajo. Me comencé a vestir para que pudiéramos comer a bajo.

-         ¿Qué haces?- pregunté cuando no lo oí.

-         Espera.- y comenzó a subir con una bandeja.- ¿Por qué te vistes?

-         Para que comamos a bajo.- agregué.

-         Pero si aquí tenemos todo, aparte estas cansada, relájate, tú ya me consentiste demasiado, ahora te toca a ti.- agregó con una espectacular sonrisa.

-         Ok, pero voy a ponerme pijama, no quiero resfriarme.- agregué, mientras él acomodó las mantas de la cama, para ordenarlas un poco.

-         ¿quieres ver una película o solo la programación de televisión abierta?- agregó.

-         Tengo cable, quizás estén dando algo bueno.- acoté.

-         Ok…

Me aproximé a él, encontró su pijama que aun estaba guardado en mi closet, nunca quise deshacerme del. Cuando me vio me sonrió, estaba tan feliz, lo notaba, estaba dichoso, me extendió los brazos para abrazarme. Me acerqué mucho a él y me deleite con su pecho desnudo, después de unos momentos recordé que tenía mucha hambre, y que al parecer Renesmee también.

-         Anda, come, la niña tiene hambre.- agregó incorporándome sutilmente y acercándome la bandeja.

-         Le debo una disculpa a tu familia- solté de la nada, pero bajando la cabeza por la vergüenza.

-         Bella, ellos no están molestos contigo- agregó.

-         Lo sé, son tan buenos, que fueron capaces de perdonarme sin siquiera disculparme, es por eso que lo quiero hacer, porque se los debo. Ellos son tu familia y ahora también la nuestra- sonrió ante mi aceptación.

-         Siempre lo fuiste, incluso aun cuando me echaste y comencé a hacer estupideces… dios bella perdóname por todo lo que viste. Perdóname por serte infiel, debí haber esperado un poco más.- agregó triste.

-         ¿sabes lo que más me dolió?- pregunté acariciando su rostro, él solo negó- Que creíste que no te amaba, que una sola palabra destruyo todo lo maravilloso que habíamos formado, que tan solo un “NO” quebró toda la confianza en mí. Te dije mil veces que te amaba, te entregue mi cuerpo, mi alma, mi corazón, y dos simples letras rompieron tu fe en mí.- me dio pena confesarlo, porque vi amargura en sus ojos.

-         Lo siento bella….- susurro bajando la vista.

-         Te perdono, te perdono por estar con otras, por dudar de mí, pero tu tienes que perdonarme por mentirte, por no creerte, es que… es que yo estaba ciega por el dolor, no podía vivir, respirar sabiendo que tu podrías haber sido. Dios lo siento, tenía que haber confiado en ti y no lo hice… perdóname por eso- de mis ojos caían lágrimas.

-         Mi bella…- dijo llevándome a su pecho- nos hicimos daño, ambos, pero es el momento de empezar de nuevo, sin mentiras, donde solo entremos nosotros 3- tocó mi barriga- ¿te parece empezar de 0? ¿Cómo si nada de lo anterior hubiese pasado? Tu ya me perdonaste por todos mis errores y yo ya perdone los tuyos… ¿te parece lo que te propongo?- preguntó inseguro… ¿pero que lo mantenía inseguro?

-         ¿Por qué dudas de mi respuesta?- le pregunte con extrañeza.

-         Por que… no lo sé… ammm… ¿lo que quieres es formar una familia conmigo?- me preguntó.

-         Eso es lo que más anhelo- le respondí con una enorme sonrisa.

-         Y si yo…. Si en este momento te pidiera algo, cualquier cosa ¿me dirías que sí?- pregunto especulativo, pero tramando algo, sus ojos me lo daban a conocer.

-         Cualquier cosa…- respondí rápidamente. Sería capaz de responder cualquier cosa, menos estar lejos de él.

-         Espera- dijo alejándose de mí- voy y vuelvo… dame 5 minutos- y desapareció de la casa. Me sonreí por su actitud.

Me acomode en la cama y comencé a comer, de verdad tenía mucho apetito, porque mi plato ya estaba vacío.

-         Volví- agregó.

-         Bajaste con pijama ¿nadie se burlo de ti?- pregunte, riéndome por su actitud. Corrió velozmente a mi encuentro y corrió la bandeja, donde mi plato estaba vacío.

-         Dijiste que cualquier cosa ¿verdad?- preguntó, claramente tramando algo.

-         Ya me esta dando miedo haber dicho eso…- confesé- pero sí, cualquier cosa.

-         Ok- dijo sacando una cajita de su bolsillo, la abrió y me dejo ver un maravilloso anillo de compromiso- ¿te casarías conmigo?- pregunto sudando, sus manos tiritaban. Me dejo sin habla. Nunca jamás pensé que podría tratarse de eso, aunque la idea no me desagradaba, igual lo encontraba apresurada.

¿QUÉ MÁS ESPERAS? Preguntaba mi voz interna ¿QUÉ LLEGUE OTRA Y TE LO QUITE? Nooooooooooo eso ni loca…. ¡DILE QUE SÍ! APARTE ¿PIENSAS ESTAR SIEMPRE CON ÉL? Obvio ¡ENTONCES SI ES AHORA O DESPUÉS SERÁ A LARGO PLAZO LO MISMO, DEJA DE REBUSCAR! ¡DILE QUE SÍ!

-         ¿Bella?- pregunto confundido- ¿me responderás? Si no quieres podemos….- pero no lo deje terminar.

-         Si….- lo mire detenidamente, él tenía su vista en el suelo, pero cuando me escucho la levanto y me miro con unos ojos como platos.

-         ¿si?- preguntó aun dudoso.

-         Si, si, si… quiero casarme contigo, quiero ser tu mujer, la señora Cullen…- agregué sonriendo.

-         Te amo- después de eso se abalanzo sobre mí, pero sin presionar mi barriga y comenzó a besarme.

-         Y yo más- agregué.

-         ¿Cuándo te gustaría?- preguntó aún abrazándome.

-         Lo antes posible, quiero que la niña nazca dentro del matrimonio ¿te parece?- le pregunté. Ahora necesitaba lo mejor para mi niña, y lo mejor sería nacer dentro del matrimonio y con una familia hermosa.

-         Si fuera por mí, te llevaría a las vegas y nos casaríamos mañana mismo.- agregó riendo, como si de verdad se lo estuviera pensando.

-         ¡Estás loco! ¿Y quitarles la diversión a Esme y Alice? Eso jamás, ellas tienen que ser las encargadas de todo. Además quiero que todo este pueblo, en su mayoría mujeres, sepan que tienes dueña.- agregué mordiendo mi labio de forma sensual. Me observó con deseo y luego me besó.

-         Y para mí sería un orgullo confesarle al mundo entero que eres mi dueña.- dijo aun con sus labios en mi boca.

-         Eso espero.- después nos separamos. Le pedí que comiera.

-         Mañana a primera hora iremos a decirle a todos, ¿quieres invitar a Charlie y Celeste?…- agregó especulativo.

-         ¿no te conté?- le pregunté, al parecer él no sabía que me estaba llevando con ellos.

-         ¿sobre?- pregunto inseguro.

-         Ya estamos bien…- agregué.

-         ¿o sea ya se hablan?- pregunto muy feliz.

-         Más que eso…- agregué feliz.

-         Dios no tenía idea ¿Cómo sucedió?- pregunto abrazándome.

-         Me di cuenta que estaba siendo tonta y decidí disculparme, no te voy a mentir el primer paso fue difícil, pero después todo se hizo más sencillo. Los necesitaba y en el fondo tengo la idea, que ellos también a mí.- le confesé muy feliz.

-         Me siento orgulloso de ti bella… bueno, entonces llámalos y dile que mañana hay un almuerzo en mi casa.- concluyo.

-         Primero llama a tu casa y pregunta…- agregué.

-         Tu sabes que dirán que sí, pero lo haré.- agregó pescando mi teléfono.

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este capitulo va dedicado para mi niña hermosa de la danny que la quiero enormemente

dannyta juntas en todo

te quiero mil....

espero les guste el capi