Edward POV

Cuando desperté estaba en el hospital. Mi padre trabajaba en mí. Me dolía todo.

-         duele el brazo- susurre.

-         Te sedare hijo, ya no sentirás más dolor.- dijo con la frente cercada de arrugas.- se que no es el momento, pero necesito saber ¿Qué paso?

-         ¿Está bella afuera?- pregunte ignorándolo.

-         ¿Bella?- preguntó confundido.

-         La muchacha, una muchacha que estaba con Alice.- confesé aguantándome el dolor.

-         Aaaah… si esta afuera.- concluyo.

-         Dile que no se vaya, dile que no se culpe por favor. No es su responsabilidad.- agregué, mi padre se quedo muy confundido.

-         ¿De que hablas Edward?

-         Permítele pasar, necesito verla, ¿por favor?- supliqué.

-         Veré lo que puedo hacer. Ahora cálmate, el sedante empezará a hacer efecto. Te ayudara a dormir un rato. – dijo mientras salía de la habitación.

Trate de hacerle caso. Pero no podía dejar de pensar en mi bella, y en lo afligida que debía estar, más encima ahí con toda mi familia. Quizás Rosalie fuese grosera con ella. Necesitaba su presencia aquí conmigo, necesitaba ver sus ojos chocolates en paz. Sin la pena producida por las palabras de Black y sin el miedo por la pelea. La necesitaba tranquila. Esa chica era mi cura, lo tenía muy claro, solo su presencia me ayudaría verdaderamente. Solo espero que papá pueda hacerla entrar. Poco a poco me fui consumiendo en un profundo sueño.

De pronto sentí que se abrió la puerta y se sintieron pisadas. Unas se movían por toda la sala y otras no se sentían daba la impresión como si se hubiesen quedado estáticas en la entrada.

Luego sentí una veloz proximidad, era bella, lo sabía, sentí su maravilloso perfume, lamentablemente no pude abrir los ojos el madito sedante no me lo permitió.

-         aquí estoy, y no me moveré de tú lado si así lo deseas.- susurro en mi oído, su voz denotaba gran tristeza. Pero el contenido de sus palabras me maravillaron.

-         Eso es lo único que deseo- pude expresarle.- no te vallas por favor- rogué.

-         Shhhhhh… no digas nada, debes descansar, te juro que estaré aquí, que podrás contar conmigo, te lo juro- se acerco lo suficiente como para depositar un sutil beso en mi frente, sentí una corriente envolver toda esa zona, aunque fuese en la frente ella me había besado- te lo juro-susurró.

-         Gracias.- acoté

-         Si deseas acompañarlo para mí estaría perfecto, de esa forma me excusaré para que mi esposa no entre aun- dijo mi padre, era cierto, Esme no debía entrar aún, no debía verme en este estado, el cual solo le produciría pesar- el único favor que te pido es que no hable mucho necesita descansar, toma- dijo arrastrando algo en dirección a bella- para que no te recargues en la camilla ¿OK?- debió de ser una silla. Pero que inoportuno gesto de mi padre, lo único que anhelaba con todo mí ser era que esa mujer se aproximara más a mí.

-         Ok… gracias por todo- dijo con su dulce tono- ¡dios, lo siento tanto! No quise causarles problemas, ni menos que su hijo saliera herido, discúlpeme por favor.- bella estaba llorando, necesitaba ponerme en pie y abrazarlas, hacerle saber que yo estaba bien, que dejara de sentirse culpable por lo que hizo ese imbécil de Black.

-         cariño, yo no te responsabilizo de nada- al parecer el se había acercado. Maldito sedante- ¿La culpa de que mi hijo este así? Pues la sabremos más adelante, pero por ningún momento he pensado que sea tuya.

-         Tu no, pero parte de tu familia sí.- estaba muy apenada.

-         ¿Rosalie?- preguntó mi padre.

-         Si- susurró, dios ¿Cómo se le ocurría a esa mujer recriminarle algo a bella? ¿Qué acoso no se daba cuenta de lo que esta chica había producido en mí?

-         Por ella no te preocupes, siempre tiende a extralimitarse un poco, es muy sobre protectora con toda la familia. Hablare con ella, así que no te preocupes ¿Ok?- eso me parecía lo apropiado, Rosalie necesitaba darse cuenta que no todo el mundo gira en torno a ella, y que esta vez esto se trata de bella y de mí.

-         No por favor, no le digas nada, no quiero causarles más problemas. Por favor no le digas nada ¿Ok?- no quería que le llamasen la atención. Esta chica era encantadora.

-         Ok, bella. Pero ahora por favor tranquila, Edward lo necesita, si te ve llorando tratara de quitar esa responsabilidad que sientes hablando hasta por los codos- como me conocía mi padre, eso era lo que más deseaba en estos momentos- así que tranquila porque es justo eso lo que en este momento hay que evitar.

-         Gracias- respondió, papá abandono la sala.

Después de eso, se aproximo a mi lado y se sentó en la silla que mi padre le había dado.

Lamentablemente y aunque luche con todas mis fuerzas volvía a dormirme.

Me avivo un poco el sonido de un teléfono móvil. Al parecer era el de bella, porque la sentí alejarse de mí.

-         ¿Hola?- susurro.

-         Estoy en el hospital…

-         A mi nada, papá. Así que tranquilo. Estoy acompañando a un amigo.- por lo menos ya era parte de su vida, aunque con el tiempo lo sería como yo realmente quería, siendo su novio.

-         ¿ahí?- preguntó con tono de sorpresa.

-         Aaaaaaah… y ¿él aun esta ahí?

-         El muy idiota se le tiro encima a mi amigo, casi lo mata, ahora estoy aquí con él.- el idiota era Black y el amigo era yo, esto me estaba empezando a gustar.

-         Bueno, hace ya mucho que no lo veías ¿Cómo puedes saber si es que no era violento?- pregunto con recelo.

-         Ese es el problema papá, que si es agresivo conmigo, lo puede esperar con cualquiera, e incluso esperaba que este muchacho saliese aun más herido. Tú no lo viste, no viste como lo golpeaba con que rabia lo hacía, dios estaba irreconocible.- era claro yo había sido testigo de cómo golpeó el brazo de bella para poder correrla ¿pero esa había sido la primera vez que era agresivo con ella? O ¿se había vuelto costumbre para ese idiota? Dios esto me estaba intranquilizando, necesitaba saber más. Pero primero dejaría que terminara su llamada telefónica.

-         Eso que estaba irreconocible, parecía un animal- aseguró.

-         Nada papá, me refiero a que en actitudes es agresivo- estaba omitiéndole información a su padre. A lo mejor no quería meter en problemas a ese perro.

-         Actitudes papá, forma de hablar, acciones, nunca golpes ni nada de eso, bien sabes que no lo permitiría.- si, era claro, lo estaba tratando de proteger.

-         Noooo- dijo en estado de pánico, su actitud me hizo sobresaltarme- no quiero que venga Jake, aquí esta el hermano de mi amigo y si lo ve se va armar una grande- eso si que era verdad, si Emmett lo veía se le tiraría encima. A mi también me gustaba la idea de que no viniese, pues no quería hacer participe de esa escenita a mi madre.

-         Si, pero dijiste iremos a buscarte…- acotó

-         ¿celeste aun esta ahí?- al parecer esa noticia la hacía muy feliz, el tono de su voz fue de una alegría envolvente.

-         Discutimos y terminamos. Pero bueno después te cuento, y no hagas nada impulsivo con Jake, el aún es mi amigo ¿Ok?- aunque no me agradase la idea de que fuese amiga de un animal, tenía que comprender que eso era totalmente verdadero.

-         Pap…- trató de hablar, pero al parecer le había cortado.

Se quedó mirando hacía la ventana. No se movió por unos minutos, al parecer sus cavilaciones la mantenían absorta.

-         ¿Preocupada por algo?- no podía dejar que se siguiese envolviendo en sus pensamientos, aparte no sabía que papel jugaba yo en ellos. Se volteó en el instante y me miro con dulzura.

-         No- en su rostro se dibujo una sonrisa. Comenzó a acercarse.

-         Tu tono decía lo contrario.- contraataqué.

-         Y él tuyo que un tienes que descansar, así que cállate.- dijo jugando. Sencillamente me encantaba esta mujer.

-         E descansado bastante, ahora quiero platicar.- trate de apelar, pues sabía la indicación que le había dado mi padre.

-         Tu padre se enojara conmigo si no logro cumplir con su indicación.

-         ¿Qué indicación?- pregunté tratando de hacerme el desentendido.

-         No dejarte hablar- dijo muy sería como si fuese a desaprovechar los minutos que tenía en su compañía.

-         Dame unos minutos aunque sea, los merezco, no estoy cansado, aparte también debes tener en cuenta mis indicaciones, me falta poco para ser medico.

-         ¿Verdad?- preguntó fascinada, ¿Qué acaso no tenía la pinta como para ser medico?

-         Si, estoy en mi penúltimo año.

-         Entonces no puedo seguir tus indicaciones aun no eres medico.- dijo con una sonrisa irónica.

-         A punto…- susurré.

-         Entonces cuando lo seas seguiré tus indicaciones ¿Ok?- me fascino la idea sobre el tiempo. A mí me quedaban 2 años para titularme, entonces ella pretendía estar en mi vida. Esa conclusión me plantó en el rostro una sonrisa, la cual tuve que apagar en el instante, pues una pulsación de dolor me inundó.- Por favor descansa, no me metas en problemas, o no me dejaran entrar a verte otra vez…- dijo suplicándome. ¿ella quería seguir viéndome? ¿Lo hacía porque le estaba empezando a gustar? O ¿por culpabilidad?

-         ¿te gusta estar aquí o lo haces por que te sientes culpable?

-         No lo se… no te voy a mentir me siento extremadamente culpable de lo que te sucedió- intenté interrumpirla, pero no me lo permitió- cállate, yo hablo tu escuchas, no queremos que tu padre me regañe ¿Verdad?- puse los ojos en blanco, pero cedí a su petición.

-         Verdad, prosigue.

-         Decía que me siento enormemente culpable. Pero también me siento cómoda aquí contigo, no quiero separarme de ti, pero no entiendo él motivo, y créeme no quiero encontrarlo aún, necesito tener una platica conmigo misma para comenzar a entenderme, para saber quien soy y que es lo que siento. Se que eres un gran muchacho y gracias por consolarme en la Universidad, por eso en este minuto lo único que me interesa saber es que quiero ser tu amiga. Quiero que puedas contar conmigo para lo que necesites, así que si quieres ser mi amigo parto con: - se acomodo en la silla y me saludo con la mano. su acción me hizo sonreír.

Hola mi nombre es Isabella Swan, pero me gusta que me digan Bella o Bells. Mi nombre a secas no porque lo encuentro muy duro, me recuerda cuando se enojaban conmigo y me llamaban así. – expresó con una mueca de disgusto- Tengo 20 años, vivía en Phoenix, allá estaba estudiando Literatura curse todo mi primer año, me traslade aquí después de la muerte de mi mamá.- o sea, su madre había muerto hace poco tiempo- Charlie, mi padre, necesitaba un cambio todo allá le recordaba a ella, así que decidí seguirle el juego y dejarlo todo para volvernos a Forks.- ¿ella ya había vivido aquí? ¿Cómo es que nunca la vi?- Y sí, viví acá hasta los 10 años- dijo respondiendo a mi interrogante, esa conexión me encantó- mamá se quiso ir porque decía que este pueblo la apagaba, le quitaba las ganas de vivir. Que ironía- dijo suspirando- cuando fue Phoenix, la que termino apagándola. Bueno prosigo- dijo como tratando de olvidar aquellos sucesos- Mantuve una relación de 5 años que hoy llegó a su fin, se llamaba Alec, nos llevábamos por 7 años, lo conocí por medió de mi mejor amiga, ya que es su hermano. Ella se llama Celeste- esta chica era muy estable a la hora de tener pareja y si recién había terminado con él, entonces aun sentía cosas, aunque estuviese confundida con su amigo- y estudia Literatura también, lo mejor de todo es que esta acá, le dieron unos días libres ya que su facultad esta en remodelación, pero tendrán que recuperar las clases perdidas. Estas son como “sus vacaciones” ya después no tendrá…- dudó cual podía ser el contenido de su narración- ¿Qué más te puedo contar?....- su actitud me causo mucha gracia, trate de sonreír pero no con tanto ímpetu como denante – Me encanta la música clásica y mi escritora favorita es Jane Austen…- sus palabras me sorprendieron y decidí interrumpirla.

-         ¿“Orgullo y Prejuicio”?- pregunté con una sonrisa en el rostro.

-         Mi favorito- confesó.

-         Y el mío…- confesé.

-         ¿verdad?- su cara denotaba sorpresa.

-         Verdad, lo e leído como mil veces, tengo el ejemplar editado por ella misma.- había sido un regalo de mi padre.

-         ¡Te odio!- dijo derepente, me quedé helado y la sonrisa se me borro, no entendía que le había molestado que le había llevado a ese sentimiento por mi.

-         ¿Qué hice?- pregunté casi disculpándome- si dije algo…

-         Bobo… era broma, siempre e soñado con tener ese ejemplar, el mío es de tapa blanda, podrás imaginarte como esta- dijo riendo. Expire de un golpe el aire acumulado en mis pulmones, volví a reír.

-         Aaaaaaaah…- acoté.

-         Un día tendrás que enseñármelo, aunque sea ajeno quiero sentirlo en mis manos.- me propuso.

-         No hay problema. Aaaah y a mi también me encanta la música clásica. Debussy.- dije.

-         ¿Claro de Luna?- preguntó.

-         Mi favorita- señalé.

-         Y la mía- advirtió. A cada segundo me encantaba más el hecho de que tuviésemos tanto en común.

Estuvimos un rato platicando de todo y nada a la vez.

-         hasta que lo lograste- lo señalo.- Lograste distraerme y conversar como un loro.- su expresión me causo mucha gracia.

-         Ok me callare pero quiero que me respondas una última cosa, ¿puedes?- trate de sonar muy amable.

-         Obvio, pero cuando puedas hablar más te cobrare una descripción de tú vida, no solo yo debía presentarme ¿Ok?

-         Ok- dije sonriendo, esta hermosa muchacha me alegraba muchísimo.

-         Está bien dispara.- agregó.

-         ¿Qué es lo que tienes con Black?- esto era serio y quería que ella se diese cuenta de aquello.

-         Eeeeh… somos amigos- dijo, pero bajo la vista.

-         ¿Y?- repunté.

-         Y que debía ser solo eso, pero yo me confundí, y lo confundí a él. Mira…- dijo dudando- ni siquiera soy capaz de darte una respuesta firme. Lo único que se es que lo quiero con toda mi alma, que jamás podré sacarlo de mi vida, pero no se realmente que es lo que necesito de él.

-         Él tiene novia- le confirmé.

-         Y lo se… pero eso no me era impedimento- dijo avergonzada.

-         ¿terminaste con tu novio por él?- pregunté, necesitaba saberlo.

-         Si…- susurro.

-         te arrepientes- concluí, su cara dejaba al descubierto una nube se confusión.

-         No- respondió firmemente.

-         Quieres estar con Jacob- eso era una afirmación y me dolía mucho sacarla al descubierto- pero estas indignada con él, por mi culpa.

-         ¿Cómo puedes decir eso?- preguntó dudosa- ¿por culpa tuya? Dios santo, si esto es mi culpa Edward, por mi confusión estás así- dijo indicándome- aquí. Dios no digas otra vez que es tu culpa, porque me haces sentir peor.

-         No fue mi intención bella, solo estaba tratando de descifrar tus sentimientos.- necesitaba levantarme y abrasarla, y si era posible acariciar su semblante para que lo suavizara.

-         ¿Qué haces?- dijo impidiéndolo, su contacto fue doloroso, porque sabía que esas caricias jamás serían verdaderamente mías.- no me obligues a llamar a Carlisle.

-         Bella no quiero que te sientas culpable. Necesito que me jures que no seguirás responsabilizándote por el incidente. Además esto proviene desde hace mucho antes, creo que tu fuiste la gota que repleto el vaso nada más.- confesé más tranquilo.

-         ¿Qué quieres decir?- preguntó curiosa.

-         A mi me llamaba enormemente la atención su novia, y digamos que discreto no era a la hora de mirarla, además a mi favor jugaba el hecho de que soy ayudante de mi padre en una clase que le da a su curso. Anteriormente, en una ocasión se acerco a advertirme que dejara de observarla, pero no le hice caso. Así que si a el le gustas, que me acercara a ti no debió ser de su agrado.

-         Ah…- fue lo único que dijo. Pude ver en su cara la especulación, pero no pude entender a que se debía.

-         Así que no te sientas culpable, soy responsable de mis acciones y esto es el resultado de ellas- dije tranquilo.

-         ¿O sea que tu estas enamorado de Gina?- pregunto con tristeza. Eso me alegro, ella estaba apenada porque suponía que a mí aun me gustaba Gina.

-         Es tonto, nunca me acerque a ella, más que en las clases, solo la vi y me gusto, pero ya no, eso es parte de mi pasado. Puedo confesarte que tengo otros intereses para mi presente y futuro- debía tranquilizarla y no tenía de otra más que darle a entender un poco mi gusto hacía ella. Aunque eso me diera mucha vergüenza. Pude sentir el calor en mis mejillas.

Toc, Toc. Golpearon a la puerta.

-         adelante- dijo bella.

-         ¿bella?- susurro Alice.

-         Si- me agració que bella también susurrara.

-         Llego tu papá, dice que es tarde y que necesitas descansar, yo también creo lo mismo estas de la mañana y no has comido nada.- ¿había estado todo él día junto a mí?

-         ¿Por qué susurramos?- pregunto bajito- tu hermano despertó y no a parado de hablarme.- me acuso.

-         ¿verdad?- pregunto Alice, quien velozmente se aproximó.

-         Verdad. Hace mucho rato ya.

-         Ed. ¿Cómo te sientes hermanito?- pregunto, se notaba que estaba muy preocupada.

-         Bien Gusi. Un poco adolorido pero mi animo esta excelente- mire fugazmente a bella, dándole a entender que mi animo se debía exclusivamente a ella

-         Ya veo- dijo Alice observándola.

-         ¿Qué significa eso de Gusi?- pregunto una muy curiosa bella.

-         O dios. No me digas así delante de la gente… no ves que me dejas en vergüenza.- confeso mi hermana, lo que me hizo reír.

-         ¿Te molesta decirlo? Porque no es necesario, si es algo privado o interno lo entiendo.- bella lo dijo con una gran sonrisa.

-         No seas boba, bella, claro que no me molesta. Al parecer mis hermanitos no tenían vida cuando éramos pequeños y se la llevaban molestándome todo el santo día. Le cortaban el cabello a mis muñecas, quebraban mis tasitas para tomar te. Hasta que por ultimo me apodaron Gusi, por gusanito, según ellos parecía uno ya que era delgada. Esa es la historia- dijo sonriendo.

-         Aaaah, ya veo- bella la observo de pies a cabeza y no pudo evitar sonreír.

-         ¿ves lo que consigues?- pregunto levantando un dedo acusador en mi dirección- ahora también perdí el respeto de bella- sabia que no hablaba en serio pues termino sonriéndome dulcemente. Mi hermana era encantadora siempre se portaba muy bien conmigo.

-         No te preocupes aun pienso lo mismo desde el momento que te vi; “que eres odiosa”…- sus palabras me produjeron mucha gracias y tuve que reír bulliciosamente. El puchero fingido de Alice era enternecedor. Pero no tenía como engañarme.

-         Ooooh…. Me duele mucho que pienses eso de mi- puso su mejor cara de lástima.

-         Alice, estaba bromeando, tu sabes que me caes muy bien, eres amorosa te lo juro- dijo bella acariciándola, al parecer ella si había caído en su jueguito.- aparte eres mi primera amiga aquí en Forks.- aparte de hermosa era inteligente, porque sabía muy bien que utilizando esa palabra podría tranquilizar la fingida pena de mi hermanita.

-         ¿verdad?- pregunto muy alegre, al parecer de verdad le había gustado que bella la considerase su amiga.

-         De verdad Gusi- Alice puso los ojos en blanco- eres la primera… bueno la segunda…- dijo bajando su mirada hacía mí- persona que me trata bien, sin siquiera conocerme. Eso te hace mi amiga.

-         Gracias bella- dijo mi hermana abrazándola- no sabes que feliz me haces.

-         Cuando gustes.- dijo riendo. Me gustaba la idea de que fui la primera persona que la trate bien en este pueblo. Pensándolo ni siquiera su amigo lo había hecho. Eso me lleva a conclusión que él no la merece.

-         Mañana después de clases podemos venir a ver a Ed juntas, ¿te parece?

-         Suena bien…- dijo mirándome- si es que no te molesta que venga…- acotó. ¿Cómo podía creer ella que me molestaba su presencia?

-         Tu presencia me alienta…- susurré.

-         Gracias. Bueno lamentablemente me tengo que ir. Papá debe estar cansadísimo y yo necesito una ducha.- clavó sus maravillosos ojos chocolates en mí.- vendré mañana a verte, y espero que estés un poquito mejor.

-         Si me reconfortas con tu presencias lo estaré- trate de expresarle todo el gusto que me producía su presencia.

-         Gracias por ser así conmigo- dijo aproximándose. Dios sin poder creerlo se acerco más y puso sus labios sobre los míos. Fue un beso muy sutil, muy cortito, pero el mejor de mi existencia. Dios anhelaba todo de ella, necesitaba sentirle y tenerla segura entre mis brazos.- lo siento, no pensé.- dijo alejándose rápidamente. Su ausencia se sintió como un dolor punzante, pero necesitaba dejarla ir por ahora, necesitaba darle su espacio e ir enamorándola sin ser insistente.

-         No hay problemas, me encanto que no pensaras.- dije dedicándole mi mejor sonrisa.

-         Amm…- bajo la mirada- nos… emmm… nos vemos mañana… ¿te quedas?- preguntó a Alice.

-         Te acompaño después vuelvo.- dijo.

-         Ok… nos vemos- me privilegio con una última mirada. Yo me sentía en las nubes, no podía dejar de sonreír. Me había besado, había sentido el calor de sus labios y aunque esto me costara mucho, estaba dispuesto a pagar un alto precio. Estoy dispuesto a luchar contra su destino para lograr unirlo al mío. Porque de algo estaba bien seguro: YO YA NO PODIA VIVIR EN UN MUNDO DONDE ELLA NO EXIXTIERA. DONDE SU VIDA NO ESTUVIESE UNIDA A LA MÍA. SIMPLEMENTE NO PODÍA IMAGINARLO.

Necesitaba conocerlo todo de ella, sus gustos, sus vivencias, sus penas y alegrías. ¡NECESITABA SABERLO TODO! Necesitaba sentirme parte de su vida.

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sigan la historia por favor porque a mi creer el prox capitulo es uno de los mejores....

se sabe una gran verdad que estuvo oculta por mucho mucho tiempo.....

uyuyui

se biene buena la cosa.....

espero les guste a mi me encanto escribirlo... se los dejo a continuación....--