Bella POV

Ya nada dolía. Estaba tan bien, la vida me sonríe. Me siento tan afortunada. Mis hijos son una maravilla y para que decir mi esposo. Vuelvo a recalcar, la vida me sonríe como nunca.

-         ¿Cómo te encuentras amor?- preguntó Edward después de haberme hecho el amor.

-         De maravilla- dije acomodándome de costado para poder besar su mejilla.

-         Te amo- dijo acariciando mi cabello, por que sí, ya me había crecido el cabello.

-         Tanto como yo a ti- le confesé. Sus ojitos me miraron con detención. Me puso nerviosa.- ¿pasa algo?

-         ¿Eres feliz?- preguntó seriamente, le sonreí ¿Qué acaso podía no serlo?

-         Soy feliz… soy enormemente feliz- le confesé- no cambiaría nada de lo que a pasado entre nosotros o en mi vida o en la tuya. Soy feliz, soy una de las tantas mujeres que superan el cáncer, mi vida va de maravilla, tengo nuevamente aquel cabello que te gusta tanto y tenemos a Ashley- nuestro bebé de 5 meses, ya había pasado 1 año y medio de mi operación, aquella tan complicada. Ambos miramos donde antes estuvo mi velador de noche, ahora estaba remplazado por una pequeña cunita que contenía el pequeño cuerpecito de nuestro bebé, una pelirroja de grandes ojos verdes, extremadamente blanca y con pequitas esparcidas por toda su nariz, era igual a su padre, lo que me encantaba.

-         Tráela- me pidió. Le sonreí, lo que más decía Carlisle era que no la sacáramos de su cuna, esa sería la única forma de lograr su independencia.- Hey cuando tomaras enserio mis indicaciones, también soy medico- agregó abrazándome y besándome.

-         Jamás… la vez que seguí una de tus indicaciones Nessie se nos adelanto- me sonrió ladinamente- y también Ashley.

-         Pero lo disfrutaste- agregó sabiendo que así era.

-         Sabes que sí- le dije.

-         Ve a buscarla, quiero apapacharla- agregó, era un excelente padre. El había formado a nuestros bebés, que eran tan felices. Nessie junto a Ian que nos regalaron un maravilloso nietecito, Imanol, un morenito exquisito de ojos verdes. Vlady esta tan grande y se a hecho muy amigo de Sarah, la hija de mi gran amigo y salvador Jake. Grece esta hermosa, me ayuda tanto con la niña, el otro día nos pinto, es tan talentosa y esta enamorada de un compañero de la escuela, Franco. Es un buen muchacho. Y para que decir de Uzzy, esta feliz, por fin el grandullón de Emmett y la rubia le autorizaron para que fuese novio de Emmy. Está tan cambiado, es un buen niño, un excelente muchacho. Mi vida está de maravilla.

-         Solo por esta vez- le dije, intente ponerme en pie pero no me dejo.

-         Aun puedo esperar un momento- dijo acomodándome sobre la cama, después se acomodó sobre mí. Era tan excitante sentir el calor de su cuerpo desnudo sobre el mío, era, era… sobrehumano. Empezó a sonreírme y acariciar atrevidamente mi cuerpo, lo que me fascinaba, le sonreí devuelta y baje mis manos hasta alcanzar su trasero, salto cuando me sintió y reí con ganas.- me pillaste de sorpresa…

-         Claro- dije alargando la expresión y besándolo.

-         Te deseo- dijo con voz ronca- te deseo tanto bella. Me excita verte así- continuaba mientras se deleitaba con el lóbulo de mi oreja- tan vulnerable ante mis caricias, por cada día ir descubriendo más de ti, descubrir aún más tu cuerpo- cada una de sus frases me enloquecían más.

-         Edward…- susurre excitadísima. Empezó a rozar mis senos lentamente los cuales reaccionaron automáticamente. Nuestras respiraciones se volvieron erráticas y presurosas. Ambos estábamos sobrepasando los límites, pero era un preámbulo maravilloso.

Edward POV

Ya no podía más, la excitación dominaba mis actos, pero quería hacerla disfrutar al máximo, quería ser ese amante perfecto. Besé apasionadamente sus labios, deleitándome con el maravilloso sabor de su lengua. Susurre una y otra vez cuanto la amaba. Jugué el más sensual de los juegos con sus labios, para comenzar a dibujar el mapa de su cuerpo. Lo hice sin prisa deteniéndome en sus senos, otra vez, rozando y humedeciendo al pasar los pezones, antes de lamer arriba y abajo la línea imaginaria que los separa. Con la misma enervante lentitud fui bajando por su vientre hasta posarme en su perfecto ombligo por cuyo contorno e interior pasee ávido. Mientras se deleitan mis labios y mi lengua con la delicia de su piel mis manos han ido recorriendo sus curvas hasta estrechar sus caderas.

-         Ya… no… agu… anto más- confesó erráticamente.

-         Solo un momento- dije antes de perderme entre sus piernas. Este era su momento, no había algo que me interesara más que brindarle la mejor de las sensaciones, de darle todo el placer que ella merecía y aun así entregarle más. En este instante quería entregarle todo de mí. Cuando me percate que estaba llegando a su límite me separé y subí hasta llegar a sus labios.

Bella POV

No aguantaba más, este hombre es maravilloso y sabe que parte en mi tocar y como tocarla, detallaba tan bien cada sensación, detallaba tan bien cada caricia, me fascinaba y me hacia amarlo aun más el hecho de que preponderara mi satisfacción, por sobre la del.

Lentamente me otorgó el mejor de los deleites, empezó a adentrarse en mi interior lentamente. Este hombre era magnifico y cada parte de él se amoldaba perfectamente a otra mía. Los latidos de nuestros corazones se aceleraban cada vez más por la presión de la sangre. Cada embestida era más profunda que la anterior. En un minuto pensé que se alejaba de mí, que algo malo había pasado, pero una perfecta sonrisa ladina me advirtió que eso no ocurriría que era parte de un malévolo juego, que me inundo de deseo cuando lo hizo, se alejo completamente de mí, pero de un segundo a otro y en un veloz y ágil movimiento estaba otra vez en mí, otra vez me clavaba profundamente. Lo repitió varias veces, se separaba, pero volvía a entrar con más fuerza. Estábamos agitados y sudorosos, con el corazón desbocado, los músculos tensos y el cuerpo febril donde comienza a imprimirse una cadencia acompasada, cada vez más veloz, que termino única y exclusivamente cuando lo sentí irse en mi interior. Nuestros cuerpos se estremecieron en un vibrante orgasmo, un momento de placer que nos permitió tocar una vez más el techo de nuestro placer.

Edward se quedó descansando en mi interior, acto que me encantaba. Pude sentir la reducción de su miembro en mi interior y me fascinaba.

-         ¿aun quieres que la traiga?- pregunté, sin decir nada se limitó solo a asentir.

Estaba desnuda pero fui rapidito. El cuerpo de mi bebé era tan pequeñito, hace tanto ya que no me sentía tan realizada, tan feliz. La tomé y sus manitos empezaron a moverse por la nada, su rostro se contrajo, al parecer la incomode, no debí despertarla. La lleve hasta la cama y la acomodé en los brazos de mi esposo, que sonrió como bobo cuando la contemplaba.

-         La amo… porque es igual a ti- dijo. Que mentiroso este hombre.

-         Patrañero… es tu vivo retrato- acoté.

-         Tiene el color de mis ojos y el de mi cabello, pero su rostro es igual al tuyo, con forma de corazón. Será una niña preciosa si se parece a ti, aun más- agregó, sonreí era un gran adulador.

-         Te amo- le dije.

-         Nunca me cansaré de agradecerte por dármela… por darme a todos mis hijos- dijo con los ojos llorosos.

Después de apapacharla, fascinarnos aun más, si es que se podía, con todas las cositas que hacía, por como nos miraba con sus ojitos preciosos. Nos quedamos todos completamente dormidos.

Cuando desperté me percate que Edward tenia a nuestra bebé sobre su pecho desnudo, era tan chiquitita, pero demasiado consentida y eso era única y exclusivamente a que tiene una familia que la complace en todo, es que creo que para todos es tan lindo tener algo tan pequeñito a nuestro cuidado.

El sol se colaba por las cortinas, sería un día precioso. Demasiado iluminado para nuestro adorable Forks. Me levante lentamente y me pare frente a la ventana y pude ver a lo lejos como jugaban Ian, Nessie e Imanol. Se veía tan lindo el fondo, una playa magnifica, aquella playa que siempre hubo como casi jardín de nuestra casa. Me vestí porque aun estaba completamente desnuda y fui a preparar el desayuno.

-         Mamá recuerda hoy viene toda la familia a almorzar, domingo familiar ¿recuerdas?- preguntó recordándome lo que tan pendiente tuve, pero que a fin de cuenta termine olvidando.

-         Dios… lo había olvidado por completo… iré al supermercado a comprar ¿vienes conmigo?

-         Preferiría quedarme por si papá necesita ayuda con Ashley ¿si te parece?- preguntó, le sonreí cariñosamente.

-         Me parece perfecto- le dije- cualquier cosa me llamas al celular.

-         Ok má- besé su cabeza.

Estaba todo tan luminoso, las calles se parecían a Phoenix y no a Forks. Era tan maravilloso poder volver a la vida, porque desde que tuve esa maldita enfermedad me sentía muerta. Era un maldito dolor constante. Llegué al supermercado y agarre un carrito, compré todo lo que hacía falta. Me dirigí a las verduras y fue cuando los vi. Me paralice, quede completamente helada. Sentí miedo, vergüenza, sentí de todo mezclado. No quería por ningún motivo que me pudiese ver, pero fue imposible sus ojos se posaron en mi y lo vi palidecer.

-         Bella…- susurró. No quería acercarme, me sentí sonrojar. Pero lo peor de todo fue cuando su acompañante se volteo y me permitió ver la panorámica completa. Era Gabriela mi terapista… mi terapista…. Dios mío mi terapista.

-         Alec…- susurré. Gabriela nos miro extrañada.

-         ¿ustedes se conocen?- preguntó extrañada.

-         S-si- tartamudee, estaba experimentando todo tipo de sensaciones- fuimos amigos- acoté pero Alec se sonrió.

-         De hecho… fuimos mucho más que amigos- sonrió ladinamente y fue cuando sentí que mi corazón se detuvo completamente.

-         ¿más que amigos?- preguntó escéptica.

-         Fuimos novios cuando pequeños…- le trato de restar importancia al asunto- ella es la hija de Charlie.

-         Wow… tanto tiempo conociéndonos y no tenía idea que eras familiar de mi cuñada- se me acercó a abrazarme y fue cuando mi vista se posiciono en un encantador niño, ese era Fernando el que había visto en la fotografía que le di a Cely. De un segundo a otro levanté mi vista y lo vi, el muy descarado me guiñó el ojo lo que me descolocó mucho.

-         ¿En qué andas bella?- preguntó Gabriela.

-         Ando comprando cosas para un domingo familiar- les dije.

-         Nosotros también…- agregó ella.

-         Pero lo pasaremos solo nosotros ya que Cely y Charlie con los niños están comprometidos en tu casa- esa era la media indirecta.

-         Si gustan pueden ir a mi casa…- le dije tratando de ser cortes más que mal somos familia, lo único que esperaba sinceramente es que Edward pueda ser capaz de llevar en paz el tema.

-         Eso sería magnifico, pero ¿tendrías que preguntar  primero o no?- agregó Gabriela.

-         Por supuesto que no… es mi casa- le sonreí.

-         Entonces magnifico…- agregó sonriendo.

-         Los espero, pueden ponerse de acuerdo con Cely…- le di un beso a Gabriela, a Fernandito y finalmente a Alec, quien susurró.

-         Quizás tengamos tiempo de pasarlo bien… otra vez- me quede otra vez heladísima. ¿Cómo podía ser tan caradura? Dios estaba su mejer frente a nosotros, su bebé… ¿Cómo podía no interesarle nada? Idiota.

-         Los espero aya- después de eso me aleje velozmente, después me las arreglaría para no acercarme a él, no quería tener nuevos problemas familiares.

La mañana se me pasó velozmente, llegue a casa y los niños me ayudaron a organizarlo todo, dejamos preparadas las ensaladas y ordenamos la mesa en el jardín, hace mucho que no teníamos un día tan lindo y había que aprovecharlo al máximo.

Poco a poco comenzaron a llegar los invitados, la familia. Emmett tan feliz como siempre, empezó a intimidar a mi hijo. Todos reímos a carcajadas. Edward mantuvo todo el rato en brazos a Ashley, quien dormía placidamente.

Llegaron Fernandito, Gabriela y Alec. Lo que pensé sería las horas más tensas del mundo fueron totalmente lo contrario. Edward me demostró una vez más lo mucho que me amaba al haber olvidado todo. Incluso lo saludo muy tranquilamente casi, casi pareciendo como que aquí no había pasado nada.

La noche fue magnifica, nos dedicamos a recordar anécdotas del pasado. Jake y Edward recordaron su primer encuentro, por mí. Nos reímos a carcajadas recordando las caras de Emmett cuando Rossi estaba en trabajo de parto con Emmy. Fue simple y llanamente una noche realmente maravillosa. Pasamos al salón porque Ashley se hecho y necesitábamos cambiarla.

Era tan pequeñita, todos la miraban encantados, Esme y Carlisle casi babeaban por ella.

Todo fue maravilla hasta que empezó a llorar. Me reí, ahora dejaría de sernos encantadora. Edward la paseo, yo le di pecho y le dimos formula, pero no quería nada. Nessie nos pidió que la durmiéramos porque despertó Imanol. Tratamos pero nada funcionaba.

-         No se que le sucede…- agregué sin saber que era lo que podía hacer. Toda la familia estaba igual de desesperados que nosotros porque se estaba poniendo roja y la temperatura le esta subiendo.

-         No lo sé, pero ya no es incomodidad, esta sequita, ni tampoco hambre, así que debe de dolerle algo, mejor la voy a examinar.- de un segundo a otro me maree.

-         Wow- dije, me tuve que sentar en el sillón para poder tranquilizarme un poco. De repente la puerta se abrió y fue cuando la vi.- ¿Qué haces aquí?- pregunté confundidísima, ella no podía estar aquí era ilógico e irreal.

-         Te vine a ver…- agregó ella.

-         Pero… pero tu no puedes estar aquí- agregue temerosa.

-         Estoy aquí bella y te vine a buscar- no entendía nada de lo que sucedía, de hecho la única posibilidad era que mi mente me estuviera jugando una mala pasada.

-         Tu no puedes estar aquí… tu estas muerta mamá- era Reneé tan tranquila e igual a como antes que enfermara. Se veía realmente bella.

-         Lo mejor del momento es que Ashley se quedo calladita- agregó mamá.

-         Menos mal que silenció- concordé con ella mientras me acariciándome la cabeza. Mi respiración se paró al instante al sentir, porque no era capaz de mirar aun, sentí lo mismo que hace tantos años. Esto no podía ser. No podía ser verdad. Miré mis manos y me puse a llorar. Le mostré a Edward mis manos, pero no le tomo importancia, sus ojos estaban fijos en la niña. De pronto se puso a llorar y acercó su rostro a la pancita de ella.

-         Noooo….- dijo llorando aun más.

-         ¿Qué?- pregunté horrorizada.

-         No puede ser…

-         ¿Qué le pasa?- ya no susurraba, ahora gritaba.- ¿Qué tiene mi hija?- me fui directamente a verla ya que él no me diría nada. Toda la familia estaba expectante.

-         No respira- y fue en ese momento donde sentí que mi vida se iba a la mierda. Caí inconciente.

Estaba adolorida. Me dolía todo el cuerpo, pero bien poco me interesaba. Lo único que quería ahora ya, era que Edward pudiese informarme del estado de nuestro bebé, solo le pedía a dios que estuviese sanita, si ella me faltaba yo me muero. Los sentía murmurar, me parece que es Jake, Edward y Carlisle.

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las quiero chicas.... spero que me sigan apoyando... y no se preocupen que seguire subiendo.... revisen mis otros fics si alcanzo subo capis....

besos