Bella POV
- Isabella…- estaba dudoso-… ¿Cuándo fue tú último periodo?
- ¿Qué?- no entendía a donde pretendía llegar, esto claramente no era problemas por el síndrome premenstrual.
- ¿hace cuanto tiempo fue tu último periodo menstrual?- volvió a preguntar. Al parecer era importante porque toda su atención estaba puesta en mí.
- Ammm…- estaba pensando. Hasta que de un segundo a otro me percaté de adonde quería llegar. Tuve que llevar mis manos a la boca para silenciar el grito de histeria que proferí.
- ¿Qué bella?- dijo poniéndose en pie… claro ahora era bella.
- ¡No puede ser, no pude ser!- me tape la cara y me puse a llorar.
Dios era tan irresponsable de mi parte estar embarazada, no podía ser, de vez en cuando era irregular, así que esta vez podría tratarse de lo mismo. Es que dios mi vida entera cambiaria, esto era… dios esto era una desgracia, más encima Edward no querría, dios que irresponsables. Tengo apenas 20 años, estoy en 2do de mi carrera, tengo toda una vida por delante, juventud y no quiero ser madre. No estoy hecha para eso, no pudo traer a un bebé al mundo donde más encima sus padres ya no podrán estar juntos. ¿Por qué? ¿Cómo pude ser tan irresponsable? 2 veces, ni siquiera fui conciente mis primeras 2 veces. Dios que dirá Charlie, Edward, Jake, Celeste, dios la familia de Edward.
No estoy lista para asumir esta responsabilidad, no quiero asumir esta responsabilidad, a parte estoy tan sola, mi departamento es una basura, nunca e cuidado mi alimentación, me encanta el café. No quiero estar embarazada, porque no quiero traer un bebé a mi mundo solitario y lleno de penas, si tan solo no estuviera embarazada juraría cuidarme, dios te juro seré prudente pero no me hagas esto, soy joven y no seré capaz de ser madre.
- bella, ¿te sientes mal? Necesito que me respondas, es importante descartar.- agregó ahora acercándose a mí.- si lo esta, te apoyaremos, estaremos…- no lo deje terminar.
- ¡Es que tu no entiendes!- le grite- ¡no quiero esto! No quiero estar embarazada de tu hijo- agregué despectivamente.
- Si es que lo estas ya es inevitable…- agregó.
- No estoy lista para ser madre.- agregue llorando otra vez.
- Nosotros podremos ayudarte en todo, aparte si quieres nosotros podríamos hacernos cargo del bebé hasta que estuvieras lista bella.- ¿Qué? ¿El me ofrecía que se los diera? ¿Qué cuando naciera yo se los entregaba y me desligaba? Bueno obvio que hasta que estuviera lista. Eso me parecía una buena idea, más que mal Edward esta apunto de terminar la carrera y abría toda una familia que estaría al cuidado del… bueno del niño.
- ¿harían eso?- pregunte perpleja.
- Por supuesto bella, aparte es nuestro nieto o ¿no?- pregunto sonriendo.
- Si es que estoy… dios… si es que estoy embarazada, pues si.- agregue. Nadie se imaginaba cuanto anhelaba que esto fuera falso, que mis síntomas se debieran a otra enfermedad.
- Ven- dijo estirando su mano- quiero confirmar o negar la idea ahora, mientras antes salimos de dudas mejor, ¿Ok?- agregó. Le obedecí, eso era lo mejor, mientras antes supiéramos, antes asimilaría que mi vida es estaba yendo al bote de la basura y todo por que no pude cuidarme.
- ¿me aras un examen de sangre?- pregunté.
- No esto es más rápido, si es que estuvieras embarazada ¿tendrías como 2 meses más o menos?- preguntó mientras me indicaba la camilla. Me recosté.
- Si.
- Ok. Entonces podremos ver algo. Bueno yo veré más que tú en todo caso- se le notaba radiante, le encantaba la idea de que su hijito me hubiese embarazado.
- Perfecto- agregué. Estaba completamente nerviosa, deseaba con todo mi corazón que me dijera que mis síntomas no se debían a eso.
- Ok… veamos- dijo mientras colocaba un gel en mi estomago y acercaba una máquina. Cuando puso esa cosa en mi estomago, me sentí extraña, esta situación era demasiado irreal. No quería vivirla. Quizás esto era un sueño. Cerré los ojos, quizás cuando los vuelva a abrir, despierte en mi cama.
- ¿quieres ver?- preguntó. Esto ya me olía mal y al parecer esto era más real que mi gran amor por Edward, porque aunque me lo negara lo seguía amando.
- Solo dilo- le pedí con los ojos cerrados aún, temía que si los abría lo vería ahí en el monitor y eso provocaría mi histeria.
- Aunque solo mide 3 cm puedo ver su cuerpecito formado, se ven sus brazos, sus piernas, el feto esta perfecto, vas a ser madre. Debes cuidarte bella es pequeñito y la actividad brusca los primero 3 meses son fatales para él. Te daré la impresión de las imagines, por si las quieres ver luego o para que las vea Edward- él no paraba de hablar. Se notaba la emoción. Yo aún estaba en estado de shock, no quería ni creer que era verdad y como había sido capaz de decírmelo tan risueñamente.
- ¿Qué es?- pregunté. Sentí una leve curiosidad.
- Aun no pudo saberlo, para la próxima.- agregó. Aun tenía esa cosa en mi vientre. ¿quieres escucharlo?- preguntó.
- No.- dije rápidamente. Abrí los ojos y me puse en pie, alejándolo de mí.
- No estoy feliz con la noticia, podría decirte que mi sentimiento es todo lo contrario, porque un no estaba lista para esto. Yo amo a tu hijo pero no puedo estar con él, una por que esta implicado en la violación de mi amiga y dos porque se la pasa recolectando chicas diferentes todos los días y no específicamente para conversar. No creo que pueda sentirme tan feliz cuando mi vida es una mierda y más encima traeré otra a la mísera existencia a mi lado, donde de seguro estará solo igual que su madre.- le estaba gritando cuando él no tenía la culpa de esto.
- Pero independiente a todo bella, mira cariño- dijo tomando mi mano- este consejo ya no te lo doy como medico ni como el abuelo de ese bebé que esta creciendo- dijo apuntando mi vientre- te lo doy como si se lo daría un padre a una hija, tienes que asumir la bendición que te esta dando dios. Estoy sumamente de acuerdo que con Edward no están en su mejor momento, pero este bebé es tuyo y no le pertenece a nadie más que a ti, no lo rechaces porque él lo sentirá, debes amarlo porque es parte de ti, porque gracias a ti él respira. Ámalo por sobre todo, no lo odies porque él ya te ama, bella.- sus palabras más que emocionarme me dolieron, me dolieron porque era una mala persona, ni siquiera los animales renegaban a sus hijos, pero es que en este momento no pudo ver de buena forma esto, cuando siento que corta mis alas.
- Gracias.- dije- me tengo que ir, mañana será un día de locos.
- ¿Por qué lo dices?- preguntó curioso.
- Matemáticas…- agregué- difícil tarea.
- Ya veo- se puso en pie y camino hasta su impresora, de ahí extrajo unas fotografías que metí a mi mochila.- estas otras son para Edward- agregó con la copia de las fotos.
- Se las doy- dije quitándoselas de las manos- gracias Carlisle, y pensaré el ofrecimiento.
- Ok…- agregó mientras me sonreía.
Cuando salí estaba Edward y Alice parados en un salón de espera. Era la situación perfecta, el hecho que él estuviera ahí me solucionaba todo, si quería saber más cosas iría donde su papá y yo podría irme.
- ¿Cómo estas bella?- pregunto Alice- aunque no debería ni preguntar, con lo mal educada que fuiste ese día.
- ¿Sabes? Si no te interesa de verdad mi maldito estado, no me preguntes- agregué irritada.
- Parece que esta bien, lo maldito aquí sigue siendo su genio- agregó Edward dándose la vuelta para salir e irse. Pero lo detuve antes.
- Edward no te vallas- le pedí irónicamente- cuando veas esto te darás cuenta que lo maldito aquí no es solo mi genio.- agregué mientras le daba la carpeta.
- ¿Qué es?- preguntó.
- Tómalo- agregué extendiendo la mano, él aun no la tomaba.
- No me interesa, mi padre puede darte una opinión.- agregó. Se me nublo la vista, por lo visto esta claro su rechazo, quizás hasta diría que no era suyo.
- Ok…- quería llorar- ¿Alice?- y se lo entregué, esta lo tomo en el instante.- nos vemos- me despedí y me fui muy rápido, lo ideal sería no encontrarme con él en este instante.
Tenía tantas ganas de ir a casa, a mi verdadero hogar, quería conversar con Celeste y que Charlie me dijera que no importaba, que todo estaría bien y que podía contar con su apoyo. Cuando llegué al departamento pesque el teléfono y marque el número de Charlie. Sonó dos veces y contestaron. Era una voz masculina, de hecho de mi padre.
- ¿aló?- preguntaron al otro lado de la línea. Me daba vergüenza hablarle después de que fui tan grosera cuando no juntamos para la lectura del testamento de mamá y fui dura con Celeste. - ¿aló?- volvió a preguntar.- ¿Quién es? ¿Necesitas algo? Sabes que si no hablas no nos podremos comunicar, la idea es que digas algo así yo te respondo- bufó y colgó.
- ¡Te necesito!- colgué la llamada que había sido cortada ya. Me quede sentada un buen rato. Fui y me prepare un vaso de leche caliente y unas tostadas, realmente tenía mucho apetito. Cuando termine me quede dormida, esta noche no desperté en medio de una pesadilla como las otras, parece que saber la verdad me tranquilizó un poco.
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sigan apoyandome.... poco a poco la historía se pone mejor..... las quiero mil.... y no se pierdan el final no se lo esperaran.. aunque todavia no terminara, pero se los digo para que se enganchen mas. jajajajaj
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