Bella POV

Todo estaba tan normal, la vida me sonreía maravillosamente… todo lo que un día me había preocupado ahora formaba parte del pasado. Echaba de menos lo que un día fue mi vida, o lo que creí fue. Mi hija ya había tenido a mi primer nieto… era una cosita tan pequeñita y linda… digo linda en femenino porque todos los doctores de la familia se equivocaron, le vieron tilín cuando no lo tenía… en el parto al que entramos Ian, Edward yo… y bueno Gastón… era entendible que quisiera entrar, bueno a la hora del parto quedamos todos sorprendidos cuando en vez de niño, salió una hermosa niñita que abrió unos grandes ojos, lo que me sorprendió. Tenía el mismo color de ojos que su abuelo y el de su madre. Mi dulce Perlita, un bebé hermoso con un cabello oscuro y de piel muy blanquita. Habíamos comprado todo para niño y no lo usaríamos, cada vez que íbamos a ver a mi nieta veíamos a una jovencita que no era visitada por nadie, así que nos acercamos a ella y el regalamos toda la ropita de niño para su bebecito que tenía 2 días de nacido. Me dio tanta pena su historia, su nombre es Daniela y  su bebé Diego… era una bolita exquisita. Tenía 16 años la misma edad que mi hija, cuando su novio se enteró que ella estaba embarazada se fugó dejándola completamente sola… pensó que sus padres la apoyarían y se equivocó, su papá se enfureció tanto que la hecho de la casa, ni siquiera pudo sacar sus cosas, se quedó en la calle sin nada, tuvo que pedir asilo en la casa de una de sus amigas, pero un día escucho que a la mamá de su amiga decir que ella era un estorbó en la casa, de ahí se fue a una casa de acogida y pasó el tiempo que duró el embarazo, se puso a llorar debiéndome que no sabía como lo haría ahora que no sabía como podría darle algo a su bebé cuando a ella misma le faltaba todo en esta vida… otro día que llegue me encontré a adopción conversando con ella, lo que me enfureció, les pedí que se marcharan y la regañé, le dije que como se le podía ocurrir querer regalar a su bebé, me juró que no lo quería hacer, pero que se veía en la necesidad. La decisión estaba tomada, se iría a vivir a mi casa, no me interesaba que me diría mi esposo, ella sentía lo mismo que yo en su momento, soledad… no me quedaría de brazos cruzados, de eso estaba segura, junto a Edward teníamos los medios suficientes para poder ampararla y que volviera al colegio y si ella lo quería después a la Universidad, esta chica se iría conmigo, y así fue… lo acepto llorando de emoción. Edward me sonrió cuando se lo hice saber. Perlita despertaba como a las 9 de la noche y lloraba mucho, gracias a dios que Dani estaba en un cuarto alejado de ella, porque no quería volver a esos años donde despertaba llorando Nessie y luego despertaba a su hermano Uzzy que se rajaba llorando, Nessie se desesperaba cuando no lograba comprender lo que quería, habían veces que nos quedábamos con Edward cuidándola para que Nessie durmiera y pudiera estar Ok para ir al colegio. Ian se quedaba algunos días para cumplir el rol que Gastón no cubría totalmente, no puedo negar que se a portado súper bien con Nessie y la niña.

De Uzziel solo puedo sacarme el sombrero, ha cambiado del cielo a la tierra, es un niño especial, que hoy por hoy comparte con su familia, ayuda en casi todo a su hermana y su sobrina. Junto a Emmy era con quien quería verlo, ella era maravillosa para él, se llevaban muy bien, diría espectacular, eran como imanes, se movía uno y luego se movía el otro, me encantaba la conexión entre ellos. Recuerdo que un día Emmy se enojo porque Uzzy se llevaba muy bien con Dani, le ayudaba mucho con los deberes para con el bebé. Se había cuesto muy celoso, hasta que un día Dani la metió a su pieza y sabe dios que conversaron y ahora son muy amigas.

Grece está tomando clases de pintura, estuvo interesada en un muchacho pero este le dijo que no la quería y empezó a salir con una de las amigas de ella, mi niñita sufrió mucho, pero lo estaba superando, poco a poco se que lo superara y mi Wladimir se llevaba muy bien con Sarah, me pide que lo pase llevando a la Push o que Jake la traiga para acá.

-         Perla… ven con la abuelita- le pedí cuando termine de mudarla, mi hija estaba en su escritorio terminando un trabajo- ¿Quién es mi bebé?- le pregunte jugando con su cascabel- ¿Quién es la Perlita más linda?- le pregunte.

-         Mamá… aun no aprende a hablar- se rió Nessie.

-         Lo sé… pero hay que incentivarla y hablarle mucho, así se acostumbra…- agregué. Nessie se paró del escritorio y se me acercó.

-         Hola…- dijo Dani entrando al cuarto con Dieguito dormido en los brazos, Nessie y ella se habían vuelto muy buenas amigas.

-         Hola- susurró Nessie acercándose a ellos y le arrebató con sumo cuidado al niño de los brazos, lo apapacho y beso mucho.

-         ¿Cómo estás mi niña?- le pregunté a Dani mientras se sentaba en la cama.

-         Bien Bells… hola preciosa- le empezó a hacer gracia a Perlita.

-         ¿Fuiste?- pregunte dudosa, Nessie se sentó al otro lado de la cama con el niño en los brazos.

-         Si- respondió desganada.

-         ¿Y?- preguntó Nessie.

-         Nada… golpee le dije a mamá que él era su nieto y que quería que lo conociera, podría decir que igual le produjo algo- sus ojitos se aguaron- pero cuando salió papá me dijo que no me daría dinero o que no me dejaría llevarme nada de su casa así que me largara y bueno, me fui- me apené, acaricié su rostro.

-         Hija, aquí jamás les va a faltar algo…- le sonreí.

-         Lo sé… y gracias- susurró.

-         Mamá, ve a descansar ya termine el trabajo y nos la podemos arreglar entre las dos- me dijo.

-         ¿quieres que me valla?- le pregunte.

-         Obvio que no, pero tu tienes que descansar, no queremos que algo malo ocurra- dijo observándome con dedicación.

-         Por supuesto que no quiero que algo malo ocurra, pero tampoco quiero agarrotarme sentada todo el día.

-         ¿Qué fue lo que te dijo el papá?- preguntó alzando las cejas. Me reí.

-         A ti te dijo que esta gorda- le hice cosquillas a mi nieta que se carcajeo- era gordo- acompañamos las carcajadas del bebé, Dieguito se removió y empezó a abrir los ojos.

-         Si, pero eso es diferente…

-         Pero teníamos todo de niño, nos cambió el mundo nuestra Perlita…- nos reímos- aunque eso nos llevo a este guatón- acaricié la cabeza de Dieguito y le di un besito, él me sonrió.

-         Mamá- agregó poniéndose sería de nuevo- tienes que cuidarte, los bebés están grandes, no puedes revolotearla tanto, son 6 meses y medio, si no te cuidas el parto se adelantará- por inercia lleve mis manos a la gran panza que tenía. Sonreí como una idiota, la dicha me inundaba. Tenía 6 meses y medio de un maravilloso embarazo de dos gemelitas que crecían como la mala hierba… jejeje… estaban muy sanitas. Toda la familia me consentía al doble y obvio me cuidaban y protegían al doble… con Edward decidimos preguntarle a Jake para saber cuando era prudente y el nos recomendó el tiempo indicado. Estábamos tan felices, juro que cuando Carlisle me lo dijo me puse a llorar, yo ya temía estar embarazada, pero de gemelas, era maravilloso, hasta Edward se emocionó hasta el punto de brincar por todos lados cuando le conté al resto de la familia. Esto venía a cambiarnos la vida. El cáncer, el dolor y el sufrimiento habían quedado en el pasado.

-         Familia- agregó mi queridísimo esposo que se acercaba con dos obsequios. Me besó, su sabor era tan dulce y exquisito que me excitaba. Ambos nos habíamos emocionado un poco, pero con los labios únicamente.

-         Son para mí- trate de distraerme con una pregunta insulsa.

-         Nop- sonrió besando la punta de mi nariz.

-         ¿para mí?- preguntó Nessie estirando su trompita para que este le diera un besito.

-         Te amo- le dijo Edward- pero no es para ti- sonrió. Ambas rodamos los ojos.

-         Ella ni siquiera sabes que son los regalos- le criticó Nessie.

-         No me importa- se acercó a Dani y besó su cabeza, ella era muy parecida a Nessie.- es un regalo para Dieguito- dijo entregándole un obsequio a Dani, esta se sonrojo y lo recibió.

-         Gracias- susurró ella y tomo en sus brazos al niño.

-         De que pues cariño…- el había aprendido a quererla mucho. Edward se acomodó en la cama y puso a la niña entre sus piernas sentándola- para Perlita- le besó su cachetito rojo.

-         La concientes mucho- Susurró Nessie. Edward le abrió el papel y sacó una linda muñequita con ricitos rubios, una gran sonrisa y pequitas en la nariz. Abrió unos grandes ojos y luego aplaudió, tenía 9 meses, pero era una niña muy despierta, muy inteligente.

-         ¡Que linda!- gritamos nosotros. Tomo la caja y trato de sacarla aun muy emocionada. La niña levanto la vista y lo miró con grandes ojos, Edward era el que mejor la conocía, era tan legible para él, igual que Nessie cuando era bebé.

-         ¡Ok!- dijo y tomó la caja para sacar la muñequita que era preciosa.

-         Es el único que le entiende todo- él sonrió.

-         Pasó lo mismo que contigo, era el único al que tu mirabas y él entendía automáticamente lo que deseaba- todos reímos mientras Perlita jugaba con su muñequita, una más para su colección- es porque me esposo es un maravilloso lector de almas- lo besé.

-         Ahora mi ahijado- le sonrió a Dani. Le regaló a Diego un hermoso perrito que se le tocaba por ejemplo la nariz y daba sonidos, la panza, las orejas, enseñaba los números, a Dani se le aguaron los ojos.

-         Gracias… esta muy lindo- susurró mirando el rostro feliz de su niño mientras jugaba con el perrito.

-         Te amo- susurré cerca de su oído.

-         ¿tratas de distraerme?- alce una ceja- porque no me sacaras una idea de la cabeza- me intrigué- DESCANSAR- rodee los ojos.

-         Por dios… no estoy cansada- de hecho me sentía perfecta, maravillosamente feliz. No me interesaba descansar, no quería descansar, si no que quería disfrutar en su totalidad mi embarazo.

-         Cariño ya queda poquito para que le proceso se termine… no queremos que lago malo pueda ocurrir ¿No?- ¿Cómo pensaba que podría querer que pasara algo malo?

-         ¿Cómo…

-         Inconcientemente lo estas haciendo… ellos necesitan descansar, es la única forma de que no se alteren y no se adelante el parto… lo preferible es que lleguemos a 8 meses… aunque como vamos…

-         No voy a estar echada todo el día… ya tenemos a Inés- la señora de limpieza- e dejado de ir de nuevo a la Universidad de la que terminaran despidiéndome e dejado de atender casi totalmente a mi nieta o a dieguito ¿ahora qué? ¿pintar tampoco ponte tu?- pregunté con ironía.

-         Permiso- entró Inés- disculpen vengo a buscar la ropa sucia- agregó.

-         Te ayudo- dije.

-         No- me sorprendió- usted tiene que descansar Bellita, esa bebitas no se cuidan solitas- me sonrió, me paré.

-         Inesita toda la familia me reta, tu no, eres mi amiga mujer, así que te ayudaré- iba a ir por la ropa.

-         ¡Bella!- agregaron Dani y Nessie al unísono. Trate de ignorarlas mientras reía infantilmente.

-         Isabella- habló Edward toscamente, su tono de voz me hizo parar en seco, se notaba que estaba enojado por la situación- no estoy bromeando Isabella, no quiero que hagas nada aparte de descansar- agregó y fue como si me tirara un balde de agua fría. Empecé a vero todo rojo.

-         ¿Por qué me ordenas?- pregunté pero sin gritar, ni nada, lo que me extraño porque de verdad estaba muy enojada- te recuerdo que eres mi esposo, no mi dueño- cerré la oración dirigiéndome a la puerta, quería irme de ahí, un poco más y todo eso de enojarte le hace mal a los bebés se me iría a la mierda. Baje hasta la sala y vi a Wlady jugando con Sarita, me fui a la cocina por unos refrescos y galletas. De vuelta se los dejé en la mesita.

-         Gracias má- me sonrió mi niño que estaba cada vez más grande y hermoso.

-         Gracias tía Bells- toque cariñosamente la cabeza de ambos.

-         Cualquier cosa, estoy en el estudio ¿Ok?- ambos asintieron. Me dirigí a mi estudio con un vaso de leche en mi mano. cuando llegue vi una bochornosa escena… Emily estaba acostada en el sillón y Uzziel estaba sobre ella, en ese mismo sillón donde tantas veces mi esposo me había tomado… tosí para que se percataran de mi presencia y sus manos volvieran a lugares legibles, bueno las de mi hijo eran las únicas que no se veían. Uzziel rodó la cara y me observó tranquilo, incluso sonrió un poco, para que decir Emmy, estaba roja como un tomate, trató de quitar a Uzziel de encima, pero este no se percató.

-         Uzziel…- susurró ella.

-         Oh… si- se paró automáticamente- ¿no golpeas?- preguntó acercándoseme sonriendo.

-         ¿En mi propio estudio?- le sonreí también, era difícil saber que tus hijos y chicos más encima ya habían iniciado su vida sexual, pero prefería tragarme la vergüenza y apoyarlos, a Emmett le tocaba la peor parte, un día cuando nos quedamos hasta tarde en su casa, los chicos se desaparecieron y entre broma y broma insinuamos que nadaban teniendo relaciones. Me dio mucha risa, casi se nos muere porque se ahogó no se con que cosa que estaba comiendo.

-         Lo siento Bells, me apena que nos… bueno… lo siento…- susurró aún más roja.

-         No hay problema, pero no en mi estudio, lo respeto- sonreí y entre.

-         Claro- alargó la frase- ¿tengo que creer eso? O ¿Cómo crees que se formaron mis cositas?- me acarició el vientre cariñosamente.

-         Bobo- también me sonroje. Pero me desconcentre con algo muy lindo que vi. Era un lienzo a medio pintar, era un bosquejo de ellos a la distancia besándose, fotografía que yo misma les había tomado- que lindo…- verdaderamente les estaba quedando muy bien, era un orgullo para mi que todos mis hijos hubiesen sacado mi habilidad en la pintura.

-         Mentirosa- sonrió mi hijo.

-         De verdad, juro que esto va muy bien- me acerqué, bebí un trago de mi leche y lo deje en la mesita- ¿Quién lo hizo?

-         Ambos- respondieron al unísono, sonreí, estaban muy conectados.

-         Esta muy bien… faltan algunos detalles, pero muy lindo…- me espanto un rayo que se escucho… maldita tormenta.

-         ¿estás bien?- aún tenía los ojos cerrados. Asentí.

Empecé a ayudarlos, los aconsejé e hice pequeñas cosas que a la vista formaban grandes cambios. Ellos completaban lo demás, Emmy se veía muy linda, muy sonriente. Me emocioné cuando ella recargo su cabeza en el pecho de mi hijo y este cerró sus ojos y besó su mejilla… estaban muy enamorados. Seguíamos pintando.

-         Pensé que era más que tu esposo- agregó poniendo sus manos en mi pronunciada panza- creí haberte escuchado decir muchas veces que me pertenecías- susurró en mi oído.

-         Lo decía porque me convenía- sonreí, pero sin que se diera cuenta, no valía la pena estar enojados, así que todo rastro de enojo se me había pasado.

-         Eso lo aclara todo- se hizo el desinteresado.

-         Que bueno, porque no tengo dueño- agregué, los chicos nos miraban y sonreían. Lo que era yo me dedique a pintar el cuadro que los chicos me pidieron, bueno a comenzarlo diría yo.

-         Lo siento Bells- susurró.

-         Isabella… ese te acomoda más ¿No?- que infantil, jijjiji.

-         Sabes que no me gusta imponerte nada, pero quiero que te cuides, te juro que después que las tengas podrás hacer lo que desees, te consentiré totalmente ¿Ok?- sonreí, esto me estaba gustando.

-         ¡Hecho!- y sellé la oferta con un beso en sus labios.

El parto normal no pudo llevarse a cabo, tuvo que ser Cesaria, una de las bebés estaba en proceso de sufrimiento fetal. Gracias a dios todo salio bien, el proceso fue todo un éxito y las niñas nacieron perfectas. Eran bebitas hermosas e iguales, no había como distinguirlas, pero uno como mamá lo lograba. Kristen y Nikki, unas colorinas de ojos verdes muy hermosos, tente la idea de ponerle a una Ashley, Edward me apoyo totalmente, pero después consideré la opción como enfermiza.

-         ¿Cómo están?- me preguntó.

-         Perfectas… han dormido placidamente después que las acosté al revés.- le confesé el secreto para que se les normalizara el sueño. Se supone que uno tiene que acostarla hacia los pies de su cunita, secretos antiguos.

-         Patrañas- fruncí el seño- lo siento, pero no creo en esas cosas.

-         Me lo dijo Billy e incluso tu madre dijo que lo hizo con Alice y le funcionó- sonreí mientras él rodaba los ojos.

-         Tengo una mala noticia- acomodé mi pijama y me volví a acostar en la cama, las niñas estaban en sus cunitas respectivas, me espante.

-         ¿Qué pasa?- me dio miedo, una maldita corazonada rondó por mi cabeza.

-         Tengo que ir a New York…- agregó.

-         ¿Qué… pero… pero por qué?- tartamudee.

-         Tengo que ir a dar una conferencia… universidad- agregó, acababa de salir de la ducha el pelo mojado le quedaba perfecto.

-         Pero… pero las niñas están tan chiquitas, Perlita también, no puedes irte, tienes que ayudarme- lloriquee.

-         Que más quisiera amor mío, pero será solo una semana a lo más dos, lo juro…- baje la vista apenada.

-         ¿Cuándo te vas?- pregunté.

-         Mañana a primera hora- también estaba apenado.

-         Te extrañare tanto…- nos besamos, se acostó sobre mí.

-         ¿Y tu crees que yo no?- preguntó, me hice la desentendida.

-         No lo sé…- esquivé su mirada.

-         ¿quieres que te lo demuestre?- preguntó tentándome. Baje mis manos hasta sus perfectos glúteos y el se sorprendió. Me reí.

-         ¿no me lo ibas a demostrar?- le pregunté.

-         Cuarentena… se sensata mujer…- en todo caso no lo podríamos hacer porque aún me duele el abdomen.

-         ¿Entonces para que me tientas?- sonrió sin ganas, sabía que si por el fuese, me tomaría ahora mismo, pero hace un rato le comente mi dolencia.

-         No quiero dañarte…- susurró.

-         Lo sé… solo abrásame… esa es una linda forma de demostrármelo- me besó larga y tendidamente.

-         Te amo…- susurró.

-         Yo más…- pasamos gran parte del tiempo conversando sobre la vida.

-         6 niños… wow… ¿Quién lo diría?- se autopreguntó.

-         Una gran familia…- sonreímos orgullosos.

-         ¿Quién diría que te encontraría y sería tan feliz?- me miró con detenimiento- has hecho de mi al hombre más feliz del mundo… hemos tenido hermosos momentos, como nuestras caídas, pero siempre nos hemos sabido reponer… te amo… te amo por darme todo lo que tengo, te amo por regalarme los mejores, los mejores años de mi vida…- se rellenaron los ojos de lágrimas, mi pecho se hinchaba de adoración cuando me decía esas cosas.

-         Gracias… yo también te amo… eres mi hombre perfecto…- le sonreí- gracias por hacerme feliz…- suspire y cerré los ojos- la esposa más feliz del mundo, me diste hijos maravillosos una nieta preciosa- lágrimas caían de mis ojos, el suspiró satisfecho.

-         Lo sé, una familia perfecta…- besó aquellas lágrimas que salían de mis ojos.- una hermosa y perfecta esposa- sonreí. Hoy por hoy tenía todo lo que quería, podría vivir así por siempre… de un segundo a otro el sueño me venció y dormí placenteramente…- cariño- susurraron…

-         ¿mmmmm?- pregunté.

-         Me tengo que ir hermosa.

Edward POV

Fue una noche placentera, tenerla entre mis brazos siempre era la mejor sensación, me recordaba nuestros primeros momentos, aquellos donde nos acariciábamos horas… si no hubiese sido por la maldita cuarentena o aquella dolencia que le molestaba le abría hecho el amor hasta desplomarme totalmente. Lo mejor sería dejar de pensar en ello o sino terminaría demasiado excitado.

-         Cariño…- susurré cerca de ella, acostado aún.

-         ¿mmmmm?- preguntó adormilada.

-         Me tengo que ir hermosa…- le besé la mejilla. Me daba pena tener que dejarla solita con las niñas recién nacidas, porque estaba absolutamente cansada. Las niñas habían despertado, le pedía a Grece que me trajera leche de pecho que Bella había congelado en la nevera, por cualquier emergencia. Las mudé, vestí e hice dormir, todo sin que ella lo notara.

-         No…- me abrazó fuerte.

-         Cariño, prométeme que te vas a cuidar…- le pedí.

-         No… no si no estás…- agregó fingiendo un adorable puchero.

-         Despierta, no quiero irme sin despedirme bien de ti…-le pedí, no tenía ganas de ir, ahora mi vida entera estaba aquí, en momentos como este odiaba a mi jefe que de casualidad era mi padre. Bella abrió unos grandes ojos para observarme con fijación.

-         No vallas- suplicó.

-         Tengo que ir…- le informe, el contrato estaba saldado… tenía que ir, jamás me había alejado tanto de mi familia.

-         No quiero que vallas, siento… siento como… so sé, extraño- agregó preocupada, me reí para apaciguar su malestar.

-         No sucederá nada, iré y volveré en menos de lo que imaginas- la besé- te amo- cerró los ojos y suspiró vencida- no te preocupes… ven- me paré y le estiré la mano, ella la tomo y se levanto. Llegamos a la salida donde estaba toda la familia de la cual me despedí con abrazos fraternales.

-         No vallas…- volvió a susurrar.

-         Amor, nos cuesta la separación, pero te juro que ni sentirás el tiempo… estaremos a cada rato en contacto ¿Ok?- asintió y luego me besó- te amo, eres el amor de mi vida y siempre lo serás…- después de eso subí al coche quería irme rápido para volver lo antes posible. Llegué al aeropuerto y aborde mi vuelo sintiendo una presión en el vientre… este viaje me tenía no sé… extraño.

¿Qué les pareció chicas? Espero que les haya gustado… ¿Qué les dice el capi? ¿Se despidieron de forma normal o no? Bueno… espero que les parezca bien… ¿Por qué tantos presentimientos? Jijijijij si que soy malvada… denme su opinión o sugerencias… si quieres recomiéndenme algunas cosas por mi email para mantener el suspenso… jejejejej

Tereyyo2@hotmail.com

Se les quiere chicas, besitos de su amiga Esme…