Destino (+18)

Autor: Esme
Género: + 18
Fecha Creación: 28/12/2009
Fecha Actualización: 29/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 164
Visitas: 212050
Capítulos: 70

!!!Terminada!!!El destino se encarga de juntar a dos amigos que tubieron que distanciarse. Jacob y bella volveran a darse una oportunidad... lamentablemente el destino les tiene preparada diferentes cosas. edward un chico solitario entrara de forma abrupta a la vida de bella. Amor, deseo, pasion... muchas expresiones sentimentales son las que caracterizaran a esta historia. Con final muy dramático e intenso.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 16: ¡La amo, Bella!

espero les guste va con mucho cariño

_________________________________________________________________________

 

Bella POV

 

La que estaba terminando había sido una semana sumamente agotadora, entre la casa, la universidad, visitas al Hospital, celeste y mis cavilaciones, no había tenido suficiente tiempo para descansar. Pero felizmente las realizaba todas. En la casa me encantaba realizar las cosas que hacían más cómoda y tranquila la vida de mi padre, que para nada contaba como problema. Las obligaciones de la universidad me encantaban sencillamente porque mi carrera me fascinaba. Celeste es maravillosa, esta tratando de convencer a Alec, para que éste la traslade a la universidad de Forks, papá estaba maravillado con la noticia, a él le encantaba celeste, podía notar con que ojitos tan dulces la miraba, la sentía como otra hija de eso estaba segura.

Con respecto a las visitas al hospital eran la mejor parte de mi día, y aunque solo fuesen 2 horas en compañía de Edward me encontraba encantada. Siempre trataba de calcular lo que demoraba en llegar a casa y me llamaba, ahí nos quedábamos charlando una hora más. Compré un manos libres para poder hablar desde mi teléfono celular mientras aprovechaba cocinando la cena, pero cuando me corte rebanando una zanahoria, me di cuenta de que no fue una muy buena idea. Mis gritos dejaron histérico a Edward, hasta que mi padre tuvo que confirmarle que no había sido nada serio. Y sobre mis cavilaciones, bueno esa cuenta como la peor parte de mi día. Cuando llegaba la noche y me dispongo a dormir, no puedo hacerlo, seguía pensando en Jake, en sus palabras y en las mías. Desde esa gran pelea no supe nada más de él. De repente me daban ganas de salir corriendo hacia la Push y ser yo quien se disculpase por desconfiar de sus llamadas. Se que eso debe haberle dolido mucho. Pero después me arrepentía, él también me había dañado y en último caso lo menos que deseaba era causarle problemas con su novia.

 

Edward llevaba una semana en el hospital, y su recuperación era excelente. Él mismo era quien decía que su padre exageraba dejándolo internado. Pero un día conversando con Carlisle me dí cuenta de que no era verdad y que esas cosas las decía solo para tratar de tranquilizarme.

-         Carlisle, ¿Por qué aún no lo llevas a casa?- pregunte confianzudamente.

-         Porque aun no esta preparado para el alta medica…- acotó muy nervioso.

-         Pero si sus lesiones se están haciendo imperceptibles, solo queda la recuperación de su brazo.- contraataqué.

-         Emmm… si, pero debo hacerle una vigilancia por unas horas más- argumentó muy nervioso.

-         ¿Qué no me haz dicho? Se que no tengo derecho para inmiscuirme en tus asuntos, pero necesito saber todo sobre su salud, por favor.

-         Bella…- dijo pero dudo- me dí cuenta desde el comienzo que Edward estaba presentando un Traumatismo Craneoencefálico… no quise decírselo a nadie, para no preocupar. Se lo dije a él, pues merece estar informado de su condición. Y fue él mismo quien me pidió que no te lo dijese, no quería asustarte y que te sintieras aun más culpable.

-         Pero ¿Por qué sucedió?- pregunte, yo no entendía nada de ese tipo de cosas- ¿Qué significa esa enfermedad? ¿es grave?

-         Probablemente sucedió por un fuerte golpe, quizás al caer se golpeo la cabeza contra algo o quizás Jacob lo golpeo, exactamente no lo sabemos. Este traumatismo es muy peligroso bella, en muchos casos provoca la muerte. Es una de la principal causa en la tasa de mortalidad entre los jóvenes.- emití un grito. – pero gracias a dios este caso no corresponde al de Edward- me afirmó, wow eso si que me había asustado- me pude percatar de síntomas, tales como: conmoción; dolor e hinchazón en la parte trasera de la cabeza. Habían cosas que con exactitud no las recordaba. Lo que me extraño es que eran cosas del pasado, nada de lo relacionado contigo o con la acaecido ese día lo olvido.

-         Y ¿eso es bueno?- pregunte temerosa.

-         En parte, pues nos hacía ver que su capacidad de almacenar información estaba buena. Pero por otra nos preocupaba la perdida de sus recuerdos, nos preocupaba por el hecho de que esto podía comenzar a expandirse y consumir toda la información.

-         Pero ¿él esta bien ahora? O ¿aun no se puede saber nada?- volvía interrogar, estaba muy afectada por la noticia.

-         Esta mejor bella, pero aun tenemos que descartar, ayer tuvo una convulsión así que necesito realizar una resonancia magnética  para evaluar posibles sangrados. Si eso fuese así estaríamos preparados para la intervención.

-         ¿lo de su visión se debe al golpe también?- pregunté.

-         Si bella. Es producto del traumatismo.- acotó

-         Pero va a estar bien ¿Verdad?- pregunté.

-         Espero que sí bella, la situación no tiene tan mala cara. Solo necesito un par de días y si todo resulta bien Edward se puede ir a casa.

-         Eso es lo que espero- acoté desanimada.

-         No te desalientes cariño, si pensamos positivo esto saldrá mucho mejor. – me miro con ojos serenos, solo pude asentir- ahora necesito que me hagas un favor- me miro expectante.

-         Ni que lo digas, no le diré que me lo dijiste.- sabía muy bien que era eso lo que me pediría. A penas habían pasado unos días desde que los había conocido pero sus actitudes de amor eran muy predecibles, lo que para mí era maravilloso.

-         Gracias cariño, eso me deja más tranquilo.- argumentó.

-         ¿puedo pasar a verlo?- pregunté expectante.

-         Ni que lo digas… a estado preguntando todo él día por ti.

 

 

Habían pasado unos días de aquella conversación y según Carlisle la evolución de Edward era magnifica, lo único que aun no podía saber era si la lesión de su ojo sería permanente o ambulatoria. Lo que más deseábamos todos es que no fuera nada permanente que le ocasionara problemas con su carrera. Ya que para ser neurocirujano, que era la especialización que el deseaba tomar, no se podía tener problemas de visión.

Hoy se cumplía una semana de su hospitalización y me dirigía en mía auto hacía su casa, había quedado de ir a buscar a Alice. Ya que Jasper no se encontraba disponible, pues tenía unos exámenes mañana.

Me había dado la dirección y verdaderamente fue muy complicado llegar, tuve que llamarla para que terminara dándome indicaciones según las descripciones que yo le iba haciendo. Al final dí con esa increíble residencia. Wow era preciosa, tenía 3 pisos y unos ventanales tremendos, debe de ser muy iluminada. Era de color blando y si te acercabas más, sentías la calidez de un hogar. Estaba rodeada de árboles y flores. No me percate cuando se me acercó Alice.

 

-         ¡BELLA!- me gritó efusivamente.

-         ¿Cómo estas Alice?- pregunte amablemente.

-         Muy bien amiga, pero ven pasa- dijo tendiéndome la mano- hay alguien que quiere verte.

 

Entre muy nerviosa. Debe de ser Esme que tan amable le había pedido a Alice que me hiciera pasar para recordarme una vez más, como todas las veces que nos veíamos, que yo no era la responsable del estado de su hijo.

Y así era, Esme estaba sentada en el salón con una tasita de té en las manos. Cuando me vio se puso en pie al instante y me sonrió dulcemente.

 

-         Cariño al fin llegaste- acotó muy sonriente y con aires de tranquilidad. Como si mi llegada la relajase.

-         Mamá…- dijo Alice alargando la frase.

-         Lo siento hija… es que su llegada me complace.- sus palabras me hicieron recordar a las de su hijo. Cuando se portaba tan bien conmigo.

-         Gracias Esme, por valorarme tanto- se me llenaron los ojos de lágrimas.

-         No hay de que amor.- concluyo.

 

De repente no pude creer lo que mis ojos estaban viendo. Era como un espejismo, una maravillosa alucinación. Era Edward que venía desde el jardín trasero en una silla de ruedas impulsada por su hermano Emmett, al lado de este se encontraba su padre.

 

-         ¡Dios esto no es posible!- dije muy contenta.

-         O si que sí- argumentó Alice- hoy por la mañana le dieron el alta.

-         ¡eres una mentirosa!- la mire fingiendo enojo, lo real es que su sorpresa me dejaba sin palabras.

-         Lo siento… no quería, pero sabía que después me perdonarías.

-         Y así es- dije acercándome a ella y depositando un besito en su mejilla.- ¡Estás perdonada!- le confesé mientras me alejaba de ella y me aproximaba a su hermano. Me sonreía. Su ojo estaba casi abierto completamente y su cara ya no estaba tan morada.

-         ¿te dije que te odio, pero que a la vez te quiero?- pregunte juguetonamente, mientras me paraba frente a él con las manos en la cintura.

-         La parte de que me odiabas si, creo que una vez- dijo simulando que pensaba- pero lo de que me quieres lo has omitido mucho.

-         ¡Oohhh!- fingí sorpresa- ¿Cómo pude olvidarlo?- me acerque hasta su mejilla- pues te quiero- dije y lo bese.

Se puso muy colorado y miró hacía otro lado.

 

-         ¿continuaras con eso?- pregunte indicándolo.

-         ¿con qué?- pregunto un poco confundido.

-         Sonrojándote pues hombre- acoté.

-         Pues es involuntario. Lo siento- dijo sonriendo torcidamente. Me quede embobada observándolo.

-         Y tú, ¿seguirás babeando mientras lo miras?- pregunto un burlesco Emmett. Me limité a sacarle la lengua. Los 3 hombres que podían observan mi rostro se rieron.

-         Pasemos a sentarnos- dijo Carlisle.

 

Todos nos acomodamos en la sala. Edward se quedo en su silla, pero Emmett lo acomodo para que quedara a mi lado. Se lo agradecí al cielo, pues necesitaba su proximidad.

 

-         ¿Cómo es que te dieron el alta y tú no me dijiste nada?- pregunte fingiendo enojo.

-         Es todo culpa del Doctor- dijo indicando hacía su padre- no me había dicho nada hasta que vi a toda mi familia en la habitación y ellos me lo confesaron. Quise llamarte para que supieras, pero ALICE- dijo recalcando el nombre de su hermana- no me lo permitió.

-         Malvada- acoté mirándola con ojos de un falso odio.

-         Lo siento- su voz era sutil y divertida.

-         Pero ¿Cómo estas? ¿ya te sientes mejor?- pregunté.

-         Estoy mejor y me siento mejor.- recalcó.

-         Pero y ¿la silla?- cuestioné indicándola.

-         Es para no perder el equilibrio, aun no lo recupero.- confeso.

Mire a Carlisle, el cual asintió, dándome a entender que su desestabilización era producto del traumatismo.

 

-         y tú ¿Cómo has estado?- preguntó Edward.

-         Ammm… bien… con bastantes deberes, pero muy bien.- trate de fingir tranquilidad, verdaderamente no me encontraba tan bien, estaba cansada y extrañaba a mi amigo.

-         ¿de verdad?- pregunto otra vez.

-         Si- sonreí. Pude ver en su cara que no se trago ni mi respuesta, ni mi sonrisa.

-         Y ¿Cómo están tus padres? La última vez no hubo tiempo para conversar.- pregunto Esme.

-         Ammmmm… bb.. bien…- confesé temerosa, no quería tocar el tema de mamá, estos días estaba muy sensible y por todo lloraba, sabía que era producto de mi periodo menstrual, pero también era por la soledad que sentía a periodos del día.

-         Cuéntame, ¿Cómo ha estado mi amiga Reneé? ¿me ha extrañado esa ingrata?- pregunto muy risueña. Me dio pena de que no se hubiese enterado de su muerte. A lo mejor ellos habrían ido al funeral.

 

Edward carraspeó la garganta. Y trato de desviar el tema.

 

-         Alice, deberías contarle tus planes para mañana- acotó un desesperado Edward que aun observaba a su madre, como tratándole de hacerle ver que su pregunta no me era cómoda.

-         Oooh… ya casi se me olvidaba- confeso una eufórica Alice. No la deje continuar. Pues me precipité a responderle a Esme. Ella había sido muy buena conmigo, se merecía mi mayor intento por no flaquear.

-         Murió- confesé mirándola a los ojos. Trate de que no se me quebrase la voz, pero solo fue un pobre intento.

 

Esme se llevó las manos a la boca y sus ojos se abnegaron en lágrimas, lo único que hacía era negar con la cabeza. La mirada de Carlisle era igual que la de Esme. Estaba muy sorprendido. Aferro una de sus manos al hombro de la mujer, que lloraba con gran pesar, mientras Edward aferraba una mano a las mías, que estaban muy temblorosas.

 

-         ella murió de cáncer hace poco- susurre bajando la vista, ya sentía las lagrimas correr por mi rostro.

 

Esme no aguanto más y tapo su cara con las manos, se escuchaban sus sollozos.

 

-         dios cariño, cuanto lo siento- dijo levantándose rápidamente para abrazarme.

-         Lo se- solloce, no me pude aguantar.

-         Dios, no lo puedo creer, ella era mi mejor amiga, tenía la esperanza de que un día volviera.

-         Ja…- trate de sonreír- eso habría sido estupendo. Sería estupendo si estuviese aquí.- hundí mi rostro en el hombro de Esme, una mano tibia continuaba aferrando las mías, y a esto se le agregó una cortes mano que palmeaba mi espalda.

-         Estaremos aquí para ustedes, no te preocupes. Los apoyaremos en todo- argumento Carlisle en mi oído, mientras me besaba la mejilla.

-         Gracias- aun no podía parar de llorar- lo siento, cuando hablo del tema me pongo así- trate de alejarme de Esme pero no pude me recordaba tanto a mamá.

-         No te disculpes- note que ella aun lloraba- sentimos un dolor parecido en estos momentos por su perdida cariño.

-         Me recuerdas tanto a ella Esme, tu dulzura es parecida a la que ella me entregaba.- dije mientras me aferraba a su cintura.- me la recuerdas mucho…- dije aun llorando.

 

La atmosfera era muy dolorosa, pude ver en el rostro de todos dibujada una mueca de dolor. Trate de contenerme cuando vi el descompuesto rostro de Edward. Solté una mano de su fuerte enganche y la pase por su pómulo, quería desaparecer una lágrima que comenzó a visualizarse.

-         te quiero- susurro.

-         Gracias- susurre.

 

Alice trajo 2  vasos con agua y azúcar. Quería tranquilizarme ya era hora. Esme también necesito uno, al igual que los míos, sus ojos aun emanaban espontáneas lagrimas. Me aferre aun más a la mano de Edward.

 

-         ¿estas mejor?- me preguntó.

-         Si- susurre, esta vez lo decía de verdad- lo siento, pero estos días…- no me dejo terminar.

-         No te disculpes por llorar, es una perdida muy dolorosa, quiero que sepas que estaré contigo para apoyarte, aunque no pueda ponerme en pie para abrazarte.- confeso un poco triste

-         No sabes cuanto provoca en mi esto…- susurre alzando un poco nuestras manos. Él se sonrojo- ¿seguirás con eso?- pregunte poniendo los ojos en blanco.

-         Lo siento es involuntario.- dijo rehuyendo mi mirada, tome su mentón y no me pude resistir a su exquisitez, me acerque lo suficiente como para besar sutilmente sus labios.

-         ¡Oooooh!- gritaron 2 hermanos muy sorprendido.

-         ¡Les dije que tenían química!- grito Emmett- ¡bien hecho Bro!

-         ¡dios no - lo - puedo – creer!- dijo Alice separando la oración.

 

Me separe de él y me puse roja, en el rostro de Edward había dibujada una muy linda sonrisa.

 

-         no sabes cuanto lo desee- me susurro muy bajito.

-         Y yo… - le confesé tímidamente. De reojo pude ver como sus padres se sonreían y luego nos miraban.

-         ¿ahora tú?- preguntó. Lo mire confundida.- Estas roja- concluyó.

-         Lo siento, es involuntario- dije haciendo una muy pobre imitación de su voz.

 

La tarde fue magnifica, la pasamos riéndonos con las locuras de Emmett y las maravillosas obsesiones de Alice. Hasta que me dí cuenta de la hora. Ya era muy tarde y necesitaba irme a descansar, aparte mañana tenía clases.

 

-         me tengo que ir…- confesé.

-         O no…- concluyó Alice.- te quedaras ya lo hablamos con Charlie y accedió. Tu sabes, no puede decir que no a los encantos de la señora Cullen- confeso lo último rodeando la cintura de Esme y depositando un calido besito en su mejilla.

-         Así es cariño, creo que tengo algún extraño poder sobre nuestro querido amigo.- confeso mirando a su esposo.

-         Me pondré celoso Esme, detente por favor- dijo depositando un apasionado pero cortó beso en los labios de su esposa. Me encantaba ver esa entrega de amor. Me hacía recordar a los mejores años de mis padres.

-         Me encantaría pero de verdad que no puedo- acoté.

-         Pero si él esta informado- argumento Edward.

-         Creo que no es apropiado…- le dije casi susurrando. Edward comprendió el significado de sus palabras y asintió.

-         Si eso es lo mejor…- acotó.

-         Lo es…- le susurre aún más cerca, estaba segura que solo el era capaz de escucharme.- aparte aun no estas del todo recuperado y si estoy tan cerca de ti no se si podré controlarme- deposite un beso en su oreja. El se estremeció eso me hizo sonreír bastante. Estaba jugando, no me dí la consecuencia de mis actos.

-         Pues…- los ojos de Edward ardían de deseo por el contenido de mis palabras. Pero finalizó sonrojándose y apartando la vista.

-         Te quiero, y me encantas más cuando te sonrojas- termine besando sus labios.

-         Pueden dejar de derramar miel por favor…- dijo un muy agraciado Emmett- si sigo siendo participe de esta escenita, tendré que raptar a mi mujer- concluyo aferrándose al cuerpo de Rosalie.

-         ¡Por dios! Están tus padres, no digas esas cosas.- argumentó una muy sonrojada Rosalie que deposito una palmada en la cabeza de su grandulón.

-         ¿Qué? Pero si te amo Rose- concluyo besándola. Esme y Carlisle sonreían.

-         ¡Quédate bella! ¿Por favor?- puso su mejor cara de corderito triste, pero no podía convencerme- de esa forma nos iremos juntas a la universidad y al finalizar las clases nos vamos al centro comercial.

-         ¿Qué? ¿al centro comercial?- pregunté, no entendía lo que tenía YO que hacer en ese lugar. Pocas veces iba a un Mall, no me gustaban hay mucha gente, todo es tan grande, grandes filas… puaj. No para nada. Ese no era mi sitio. Muchas de las cosas que me gustaban las encontraba en catálogos y las compraba por la Internet.

-         Iremos de compras, a las chicas les encantan las compras ¿verdad Rosi?- preguntó a su hermana.

-         Verdad, cuando no hay grandes acontecimientos nos perdemos en el Mall. Si no quieres venir igual no estas obligada.- dijo tratando de dejarme fuera del panorama.

-         Ammmm… es que en realidad me encantaría pasar tiempo con ustedes chicas, pero como 2 o 3 veces en MI VIDA e ido a un Mall, ¡DIOS, LOS ODIO!- confesé. La cara de Alice de desfiguro, su quijada se abrió marcando en sus labios una exquisita O.

-         ¿estas jugando conmigo, verdad?- preguntó fingiendo una sonrisa.

-         La verdad es que NOP- acoté. La cara de los chicos estaban marcadas con grandes sonrisas, al parecer les hacía gracia que no me gustase ir.

-         No puedes hablar en serio, ¿pero como compras tus cosas?- preguntó sorprendida.

-          Catálogos e Internet- confesé con una amplia sonrisa.

-         Eso es aberrante bella. Tú debes ir mañana con nosotras. Es una obligación.- concluyó, su voz de mando no me agradaba.

-         ¿así?- pregunté.

-         Apuesto que gana la manipuladora de Alice- susurro Jasper muy bajito.

-         Hecho. Pero ganara bella es una cabezotas.- argumento riendo en mi dirección un encantador Edward.

-         Vamos bella. Si no vas mañana te quedas hoy, ¿Cuál de las dos opciones tomas?- era justo tenía que elegir. Pero no podía ser tan desatenta con celeste, más que mal ella estaba aquí por mí, y casi ni pasaba tiempo con ella.

-         Nos vemos mañana- dije con tono de asumida derrota.

-         ¡Eso es!- gritaron Alice y Jasper al unísono.

-         ¿Qué quieres?- pregunto un sonriente Edward.

-         Una cena para 2 esta noche.- concluyo Jasper abrasando por la espalda a su chica.

-         ¿Solo eso o algo más?- preguntó Ed con una sonrisa picara.

-         Los por menores de mis deseos te los comentare en privado.

-         ¡dios se que son grandes y que tienen sus vidas casi armadas y lo mucho que se aman, pero deseo vivir en la inconciencia!- argumento un aparentemente disgustado Carlisle que abandonó la sala.

-         ¡contrólense muchachos! Adiós mi bella, nos vemos- dijo depositando un beso en mi mejilla- voy a ir a ver a mi esposo y sobre lo de la salidita esta noche- dijo apuntando hacia Alice y Jasper- ¡Que lo pasen bien!- todos terminamos riéndonos.

-         Me voy- dije nuevamente- no pudo seguir abandonando a mi amiga, la e dejado muy sola.

-         ¿nos veremos mañana?- preguntó Edward.

-         ¿me irás a ver?- bromee con tono juguetón.

-         Emmmm… me encantaría- dijo mirando la silla.

-         Estaba bromeando, obvio que nos veremos- me acerque para besarlo. La idea era depositar en sus labios un pequeño besito pero él tomo mis mejillas y lo intensificó. Su lengua acarició mi labio inferior pidiendo permiso para poder adentrarse. No quería que esto tomara gran forma, pues aun no tenia claros mis sentimientos, pero no pude negarme a su tan majestuosa petición. Abrí la boca y pude sentir su calida lengua abrazando la mía, era como si hubiesen sido creadas para estar juntas. La sensación era magnifica y provocaba muchas cosas en mi parte baja. Dios su sabor era como el mejor de los manjares y su aliento era deseoso.

Alguien carraspeó su garganta bajándonos desde el mismísimo cielo. Hace mucho que no sentía esta sensación. La sensación de desear más, de necesitar, de querer y añorar su cuerpo junto al mía, de necesitar sus manos recorriendo mi cuerpo entero, más específicamente acariciando mi entrepierna que ya se encontraba húmeda por las fantasías. La respiración de Edward era acompasaba, sentía su respiración entrando por mi boca y eso me excitaba aún más. Decidí aleje rápidamente y pude ver como Emmett y Rosalie caminaban escaleras arribas. Intente pasar por alto aquella escena, podía vivir sin pensar en lo que sucedería. Alice me miraba con una dulce sonrisa y Jasper la observaba a ella. Termine despidiéndome con la mano y por ultimo mire a Ed y le envié un último beso con la mano, él fingió atraparlo y lo acercó a su boca. La acción fue muy dulce. Cerré la puerta y me subí al carro. Conduje en dirección a casa tratando de no fantasear más con aquel ser especial.

 

Cuando llegué a casa note el lugar muy oscuro, era raro, porque un que era tarde no era la hora en que papá acostumbraba acostarse. Quizás había sido un día agotador en su nuevo empleo. Así que agradecí al cielo que mi carro fuese muy silencioso.

Me baje y camine tranquilamente aún no podía dejar de pensar en Edward. Sus labios eran tan suaves, demasiado dulces. Era un sueño poder besarlo, y que él sintiese algo por mí. Porque ese beso me lo demostró.

Trate de hacer el menos ruido posible, las luces de la sala estaban apagadas, así que lo más probable era que se hubiesen ido a dormir sin esperarme más que mal se suponía que hoy no llegaba.

Al pasar lentamente para subir las escaleras vislumbre una tenue luz en el comedor, así que decidí acercarme, quizás a papá se le quedo prendida una lámpara, aunque no teníamos ni una que alumbrase tan poquito. Al acercarme comencé a sentir susurros.

 

-         te quiero- era voz femenina, sonaba agitada.

-         Y yo…- contestó un hombre, esa voz me era sumamente familiar.

-         ¡dios Charlie!- no, eso no era verdad eso era un ¿gemido?

-         Eres perfecta… dios eres perfecta- comento entrecortadamente ¿Charlie?

-         No te detengas, dios no te detengas…- …

 

Cuando me asome un poco vi lo más repugnante que pude haber presenciado en la vida. ¡Era celeste! Estaba sentada en un mueble con las piernas abiertas y mí padre estaba entre ellas penetrándola.

Me quede helada, no pude mover un músculo de mi cuerpo. Ellos no se percataron de mi presencia.

 

-         ¡dios Celeste eres tan estrecha!- que asco por díos. Comencé a llorar, era una angustia profunda, la escena era asquerosa, no por que fuese sexo de un hombre mayor con una muchacha mucho menor, si no que era mi padre el que estaba teniendo sexo con mi mejor amiga en la sala de nuestra casa.

-         ¡Charlie!- gritó ella arqueando su espalda.

-         ¡o dios!- gritó mi padre dando su última embestida.- te quiero Celi- ¡¿Celi?! Eso era patético. Sabía que tarde o temprano él necesitaría rehacer su vida, más que mal es un hombre apuesto y encantador. Pero nunca se me paso por la mente que lo haría 6 meses después de la muerte de la mujer que se suponía era el amor de su vida y mucho menos que se encamaría con mi mejor amiga. Por eso que la miraba así, no eran ojos de padre a hija… eran de hombre a mujer. ¡Que ciega dios! ¿Cómo fui tan ciega?

Aproveche que el interruptor para encender la luz estaba justo a mi lado y lo presione. Ambos se voltearon en el instante. Sus rostros estaban desfigurados por la sorpresa, mi padre se acomodó el pantalón como pudo y celeste bajo su vestido. Que calientes ni siquiera alcanzaron a llegar a la pieza y a hacerlo como la gente, no entendía como mi papá era tan idiota. Ni siquiera fue tierno, si se suponía que era la primera vez entre ellos, podría no haber sido tan impulsivo y tomarla en cualquier lugar.

-         ¡bella yo… yo!- trato de decir mi padre mientras se me acercaba.

-         ¿tu qué? ¿te calentaste con mi amiga y te la tiraste?- dije con lagrimas en los ojos, pero la rabia se hizo presente.

-         Ten más respeto, soy tu padre.- argumentó, pero casi sin energía en la voz. Bajó la cabeza.

-         ¿respeto? Y tú ¿respetaste mi espacio? Por que esta- dije apuntando hacía Celeste- formaba parte de mí espacio.- celeste se puso a llorar.

-         No seas injusta bella, déjanos explicarte…- acotó Charlie.

-         ¿Explicarme qué? ¿Cómo podrías explicarme algo que vi con mis propios ojos?- le grité.

-         Lo quiero…- susurro celeste.

-         ¿Qué?- había escuchado muy bien lo que había dicho, pero quería hacerla sufrir un poco.- no te escuche.

-         Que lo quiero…- dijo un poco más alto.

-         ¿Qué?- pregunté mientras me acercaba más a ella.

-         Que lo quiero bella, que me gusta Charlie…- me gritó.

 

No pensé en lo siguiente solo actué. Levanté la mano y le puse una bofetada que le volteó el rostro, estoy segura que la bofetada me dolió muchísimo más a mí que a ella.

-         ¡Dios! Bella…- gritó mi padre acercándoseme y tomándome por los hombros, pero yo no dejaba de mirar a Celeste.

-         ¿Cómo pudiste? Se suponía que eras mi amiga… como pudiste encamarte con mi papá… ¿lo disfrutaste?- pregunte enfermizamente.

-         Basta bella…- argumentó Charlie.

-         ¿lo gozaste?- le grite le pregunta mirándola con furia.

-         ¡BASTA!- grito mi padre.- ¡DEJA DE HUMILLARLA!

-         ¿pero y por qué? Solo le estaba preguntando detalles, ¿somos amigas o no?- pregunte sarcásticamente- déjala que me responda. ¿disfrutaste abriéndole las piernas a mi papá?

Por primera vez vi a mi padre levantar el brazo y darme una gran cachetada. Me dolió, pero mucho más lo hizo su mirada agresiva.

Pero ese juego sería a la par, si él había sido capaz de hacerme eso, tendría que aguantarse mis palabras.

 

-         ¡responde!- dije apretando los dientes.

-         Si bella… lo disfrute, siempre lo e disfrutado.- dijo avergonzada

 

Mis ojos se abrieron como platos. ¿Cómo dijo? ¿“siempre lo e disfrutado”? esto era un juego, ellos querían hacerme enojar más ¿verdad? No podía ser posible que ellos se hubiesen acostado en reiteradas veces. Mire a Charlie y este se limitó a bajar la mirada.

 

-         Noooo…- dije dándome un golpe en la cabeza.- ¿es una broma verdad?- ambos silenciaron. Cerré los ojos y me deje llevar por la angustia, me era cada vez más difícil respirar.

-         Bella… ¿estas bien?- pregunto el hombre muy angustiado.

-         ¿Qué si estoy bien? ¿a ti te parece que enterarse de que tu padre se encama con tu mejor amiga es estar bien?- argumente histérica.

-         ¡cálmate!- me pidió.

-         ¿hace cuanto?- pregunte tratando de tranquilizarme.

-         ¿Qué?- pregunto mi padre.

-         ¿Cómo que qué?- pregunte indignada- ¿hace cuanto tiempo te la estas gozando?- pregunté apuntándola, mi tono era de broma.

-         No seas ordinaria…- me criticó el hombre.

-         Perdón señor, lamento ser tan vulgar, verdad que usted es el hombre decencia.- me burle.

-         ¿Sabes? Ya estoy arto de tú actitud, si no estas dispuesta a escucharnos y sigues con tu ordinariez, me voy- concluyó tomando la mano de Celeste y haciendo ademán de subir las escaleras.

-         ¡A no!- dije agarrándolo del brazo- me darás una explicación.

-         ¡Déjanos en paz Bella!- gritó mi padre.

-         ¿déjanos? ¿A ti y a ella?- pregunte anonadada con su actitud.

-         Si bella, a mí y a ella. Porque si ella quiere ser parte de mi vida, lo será.- sus manos estaban aferradas.

-         ¿hace cuanto?- pregunte reteniendo las lagrimas.

-         Hace mucho, hace mucho bella.- volvió a gritarme.

-         ¿Hace cuanto?- pregunte mirando hacía celeste.

-         Hace tres años.- confesó.

 

Mire a mi padre para que este pudiese negar la información. Pero nunca lo hizo, solo bajo la vista. Comencé a marearme, tuve que recargarme en la pared. Lleve una mano a mi boca para ahogar los sollozos, Charlie trato de acercarse pero lo detuve.

 

-         pero… pero… mamá estaba viva…- dije llorando, me dolía el pecho.

-         Lo se, pero ya no estábamos bien bella, las cosas ya no resultaban como antes.- confirmó, eso me dio rabia, ni no hubiese sido pecado lo hubiese golpeado.

-         ¡PORQUE ESTABA ENFERMA! ¡SE ESTABA MURIENDO!- le escupí en la cara.

-         ¡PERO YO NO! ¡YO AUN ESTABA VIVO Y SEGUIRÍA VIVIENDO CUANDO ELLA SE FUESE!- no podía dar fe a sus palabras.

-         Eres un egoísta…- no podía parar de llorar, no podía creer la frialdad con que se refirió a ella.

-         No bella… yo la amaba, pero…- no pudo continuar.

-         Pero eres hombre…- complete la oración, pensé por un segundo que podría negarlo, pero no hizo.- ¡no te quiero aquí!- dije apuntando hacía celeste.

-         Ella se quedará- dijo mi papá- Alec, la traslado y ella se viene a vivir aquí con nosotros.

-         ¿Qué? En buena hora se te ocurrió- acoté.

-         Lo siento- susurro llorando Celeste, me dio pena, pero no pude hacer nada.

-         ¡Quiero que se valla!- grité.

-         Ella no se va a ir…- me sentenció.

-         ¡Ok!- acoté- si no te vas por las buenas lo aras por las malas.- amenacé.

-         ¿y que piensas hacer?- preguntó un agraciado Charlie. Como si no supiese de lo que soy capaz. El jugó sucio yo solo seguiría su ejemplo.

-         ¡Voy a llamar a Alec!- dije desafiante. Pude ver el miedo en el rostro de Celeste, así que deduje que él no estaba enterado de nada.

-         ¡No puedes…- trato de decir ella, pero la callé alzando la voz.

-         ¡O si que puedo! Y sabes que una pura llamadita haría que tu hermano estuviese mañana a primera hora golpeando esa puerta.- indique la entrada.

-         ¡No lo aras!- concluyo mi padre.

-         ¿así? Y ¿Cómo llegas a esa conclusión?- pregunté.

-         Porque si tú haces algo para dañar a Celeste te vas de esta casa…- concluyó con pesar en el rostro.

 

Tragué en seco y mis ojos se abrieron de par en par. Su rostro expresaba dolor pero intransigencia. Quise llorar, me dolieron demasiado sus palabras. Me limite a asentir y cerré mis ojos. Sentí como corrían lágrimas por mi rostro. Sentí pena por mamá, por lo engañada que estuvo.

 

-         así que ¿De eso se trata? ¿La eliges a ella sobre mi?- no pude evitar el quiebre de voz. Charlie estaba apunto de llorar. Sus semblante expresaba el dolor que sentía teniendo que contestarme. Pero a mi ya me había quedado clara su postura. Prefería a su calentura antes que a su hija.

-         Bella… -susurro.

-         ¡No hace falta!- concluí llorando- entiendo no tienes que decirlo.

-         Bella quiero a las dos aquí conmigo.- argumento

-         No siempre se puede tener todo en la vida.- critiqué.

-         Si se puede bella…- contraatacó

-         ¡quiero que la eches! Esa es la única forma que hará que me quede.- sentencie.

-         No lo voy a echar bella.- miré para otro lado y lloré, lloré como una niña, tape mi boca para no permitirle el privilegio de escuchar mis sollozos y ver lo doloroso que era esto para mí. Él nunca mereció a mi madre, ni siquiera me merece a mí.

-         ¡bella yo… yo te amo!- y eso aun me daba más rabia, si me amaba ¿Cómo prefería dejarla a ella y echarme a mí? Me limpie las lágrimas y me incorpore a la disputa.

-         ¡Si me amaras no me harías esto!- acoté.- dame permiso- dije pasando entre los dos subía hacía el que era había sido mi cuarto, ya no me pertenecía, si quería podría dárselo a Celeste. O bien podría llevársela a dormir a su cuarto… ¡OH DIOS! Dije agarrándome la cabeza, si esto se había confesado ellos tendrían una vida de pareja.

 

Saque de mi armario las maletas con las que había llegado, saqué del closet lo que más pude de ropa y lo introduje en ellas. Metí los cuadernos de la universidad, mis útiles de aseo y mis libros favoritos. Incluí zapatos y mi ropa interior. Busque bajo mi colchón todo él dinero que tenía, era lo suficiente como para vivir tranquila unos meses mientras encontraba un empleo que congeniara con las clases. Además como ya era mayor de edad le pediría que se leyese el testamento de mi madre para que me diese lo que ella me había dejado. No permitiría que Celeste tomase nada de lo que me pertenecía, y que un día fuese de mi mamá.

Metí todo lo más personal en mi mochila y me dispuse a bajar. Pero antes de abrir la puerta me voltee y la melancolía me invadió. Ese cuarto era tan pequeñito pero era muy querido. Contenía millones de recuerdos con mi mamá, con él y con Jacob. Abrí la puerta y saqué las dos maletas que contenían lo único que era mío en este lugar. Cuando comencé a bajar, Charlie salió desde él salón y me miro con grandes ojos. Primero tome una maleta y la baje, después tuve que subir y bajar la segunda. Cuando me disponía a abandonar la casa me tomo del brazo y me detuvo.

 

-         no lo hagas bella.- dijo con los ojos abnegados en lágrimas.

-         Ya elegiste y no a mí- tenía ganas de llorar pero no lo volvería a hacer.

-         ¡Me iré yo!- grito Celeste.

-         Eso sería lo más lógico, pero te quiere aquí para vivir en su mundito de fantasías, donde el hombre mayor se acuesta con una jovencita. En esa fantasía no entra el estorbo de su hija.- concluí. De verdad me daba lástima que ahora que mamá había muerto de deshiciese de mí.

-         ¿Cómo puedes pensar que eres un estorbo para mí?- preguntó indignado.

-         Lo pienso, pero tu me lo dejaste bien claro también.- concluí.

-         ¡Bella no te vallas, la que se tiene que ir soy yo!- dijo Celeste con histeria en la voz.

-         Me conmueves mami…- dije fingiendo pesar.- pero no puede aceptar su oferta.- acoté.

-         ¡déjate de insultar bella!- agregó Charlie.

-         ¡Te odio!- el tono era de real furia- ¡NUNCA TE VOY A PERDONAR!- le grité.

-         Bella…- susurró.

-         Engañaste a mamá, mientras ella agonizaba- le critiqué al hombre. Luego mire a Celeste- y tú… tú fuiste capaz de sentarte a su lado y fingirle cariño…- moví mi cabeza varias veces- perra…- termine susurrando.

-         Ella sabía…- agregó Charlie.

-         ¿Qué?- no podía ser verdad… eso si que era una mentira.

-         Renée sabía de mi relación con Celeste yo mismo se lo conté cuando nos despedimos- agregó, no pudo reprimir más las lagrimas.- ella me perdono, me pidió que fuese feliz y que te contara, pero no pude hacerlo bella, me daba pavor tu reacción.- concluyo.

-         ¿tú… le… contaste todo?- pregunte casi ahogada.

-         Si bella… y ella me perdono.- agregó como si eso le quitase gravedad a los hechos.

-         ¿Cómo pudiste? ¿Por qué le hiciste eso?- ahora tuve que llorar- eres una porquería… ¿ella estaba casi muerta y tu la hiciste pasar por eso? ¿por la verdad?- poco a poco estaba alzando más el tono de mi voz.- déjame pasar.

-         No Bells… es tarde, por último quédate hasta mañana, después te vas- agregó.

-         A donde voy ya no te importa soy mayor de edad y ni te preocupes en buscarme, ya no me interesa mantener una relación contigo. Mis padres están muertos. ¿Ok?- cayeron unas lagrimas de sus ojos.

-         ¿pero a donde vas? Es tan tarde, te puede pasar algo pequeña…- agregó.

-         Eso debiste pensar antes… ¡Ahhhh! Y si lo que más les preocupa es que se sepa lo de vuestro “nidito de amor”- mi padre cerro los ojos- no se preocupen, no diré nada. Ya no me incumbe lo que hagan con sus vidas.- me dispuse a irme. Lleve las maletas hasta el auto y las metí.

-         Bella por favor- trató de convencerme.

-         ¡Ahhhh! Y contratare un abogado que se comunicara pronto contigo para ver lo del testamento de mi mamá.- mis palabras lo sorprendieron.

-         Eso no es necesario bella, tienes que volver esta es tu casa. Además esa herencia es tuya, yo no quiero nada de eso, te la doy toda.- concluyó.

-         Ja… emmm… mira que cómico, pues yo ya no lo veo así, hace un raro me quedo muy claro que esta casa ya no es mía también… y con respecto a lo de la herencia, quiero solo lo que por ley me corresponde ni un solo peso más. ¿Ok? Gracias por cuidarme Charlie, pero desde este momento mi vida la manejo yo. Fue un gusto.- concluí dándole la espalda.

-         ¡LA AMO, BELLA!- me gritó.- FRENTE A ESO ¿Qué PUEDO HACER?

-         Debiste dejarla ir cuando podías. Debiste no amarla, ¡NUNCA DEBISTE FIJARTE EN ELLA!- le grité. Introduje la llave y lo encendí, lo miré y me aleje.

-         ¡BELLA!- fue lo último que le escuche gritar desde en medio de la calle.

 

Si hubiese sido diferente juro que habría tratado de entender. Pero el engaño hacia mi madre, eso jamás, jamás lo perdonare. No pudo, sencillamente no podré nunca perdonarle el que la haya hecho infeliz y desdichada el último minuto de su vida.

__________________________________________________________________

 

 

lo hice con mucho cariño para utedes... espero les guste......

era un poquitito largo per a mi gusto encantador... (bueno dicen que uno es su propia fans numero 1)

las quiero y sigan leyendo.... adiosin

NO SE CUANDO PUEDA VOLVER A SUBIR POR ESTO DE MI MALESTAR ASÍ QUE POR ESO LES DEJE ARTO POR LEER...

XOXO--

Capítulo 15: Quiero conocerte mas Capítulo 17: No tengo donde ir esta noche........

 


Capítulos

Capitulo 1: El comienzo de una larga Historia Capitulo 2: Por fin la espera se acabo...... Capitulo 3: Verdades Omitidas Capitulo 4: Me merezco una conversacion...(parte 1) Capitulo 5: Me merezco una conversacion..... (parte 2) Capitulo 6: Entendiendo el conflicto... Capitulo 7: Grandioso Domingo, Maldito Lunes... (Parte 1) Capitulo 8: Grandioso Domingo, Maldito Lunes (Parte 2) Capitulo 9: Conociendo al enemigo de Jake Capitulo 10: Amiga del Enemigo Capitulo 11: ¡Dios, lo siento tanto! Capitulo 12: La Pelea Capitulo 13: Llamada de Madrugada Capitulo 14: Alejate de mi Capitulo 15: Quiero conocerte mas Capitulo 16: ¡La amo, Bella! Capitulo 17: No tengo donde ir esta noche........ Capitulo 18: Soledad.... Capitulo 19: te amo, TE AMO!.... (primera parte) Capitulo 20: te amo, TE AMO! (Segunda parte) Capitulo 21: te amo, TE AMO! (Tercera parte) Capitulo 22: La conversacion Capitulo 23: Autentico Desconocido Capitulo 24: El tiempo pasa y el dolor aumenta Capitulo 25: ¡No puede ser! (1era parte) Capitulo 26: !No puede ser! (2da parte) Capitulo 27: ¡No puede ser! (3era parte) Capitulo 28: Esperando su llegada? (I) Capitulo 29: Esperando su llegada? (II) Capitulo 30: Reconciliacion Capitulo 31: Rosalie Capitulo 32: Emily Cullen Capitulo 33: Emily Cullen Capitulo 34: Debes descansar Capitulo 35: Pequeño Disgusto 1 Capitulo 36: Pequeño Disgusto 2 Capitulo 37: ¡SE ADELANTO! Capitulo 38: Desesperacion total Capitulo 39: Vuelve, por favor vuelve Capitulo 40: De vuelta en casa Capitulo 41: Años........... Capitulo 42: Enferma Capitulo 43: Herencia Capitulo 44: Vacaciones Capitulo 45: Vacaciones...2 Capitulo 46: Te vi? Te reconocí Capitulo 47: Reencuentro Capitulo 48: La verdad Capitulo 49: Luchando por mi 10% Capitulo 50: Puedo perderlo todo, menos las esperanzas?/ Reencuentro Capitulo 51: Lo estoy perdiendo todo Capitulo 52: Luz? I Capitulo 53: Luz? II Capitulo 54: Celos Capitulo 55: Reiniciando Capitulo 56: Una gran perdida Capitulo 57: Desesperación Capitulo 58: explicaciones Capitulo 59: Capitulo 60: Se marchó Capitulo 61: Felicidad Capitulo 62: Despertando Capitulo 63: ¿Tan fácil te olvidaste de mí? 1 Capitulo 64: ¿Tan fácil te olvidaste de mí? 2 Capitulo 65: De vuelta a la realidad Capitulo 66: Nuestras vidas Capitulo 67: Destino I Capitulo 68: Destino II Capitulo 69: The end (Imagenes) Capitulo 70: The end

 


 
14447279 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios