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CHICAS VI ECLIPSE Y ES PERFECTA… ME ENCANTO… LA E VISTO 2 VECES Y QUIERO MAS… JEJEJEJE, POR FIN LO QUE QUERIA VER, MAS BESOS, APAPACHOS, MAS PIEL Y ESAS COSAS… ME ENCANTO… XD

LAS QUIERO LINDAS… BESITOS

Uzziel POV

Tenia que conversar con ella, tenia que tener mi oportunidad de hablarle, ella no se iría de Forks sin saber mis sentimientos.

-         Gracias chicas, las amo- agregue, ambas me miraron extrañadas- por dios- rodee los ojos

-         ¡OK!- alargo la frase Grece- Arturo quedo instalado en una pieza para huéspedes- gracias a dios era la mas alejada- le advertimos que lo haríamos sufrí si se acercaba a nuestro cuarto, así que se que no lo hará- amaba a estas chicas- Emmy se esta cambiando en nuestro baño, así que ve- y no lo dude, me metí al cuarto de mis hermanas y cerré con pestillo, guarde la llave en mi pantalón. Me senté en la silla mecedora que perteneció a la abuela Reneé, luego a mamá y ahora a mis hermanas. La tuve que esperar no se, quizás por unos ¿20 minutos? Cuando salio me quede sin aliento. Vestía un short diminuto, sus piernas largas eran maravillosas, para arriba llevaba un TOP de tirantes, todo el conjunto era verde manzana, aun llevaba el cintillo con forma de hoja, venia descalza. Aun no se percataba que yo estaba ahí, hasta que se recostó y se exalto al verme sentado.

-         ¿Qué haces aquí uzziel?- pregunto fría, se relajo totalmente, parecía desinteresada.

-         ¿Por qué estas así?- pregunte sulfurado.

-         ¿así como?- pregunto curiosa y sonriendo ladinamente.

-         Tan cambiada, tan fría- agregue con el entre cejo fruncido.

-         El tiempo y las experiencias fuertes hacen cambiar a las personas- dijo despreocupada.

-         Son solo 2 meses Emmy, tu estilo es diferente, tu look es diferente, cortaste tu cabello y además tienes novio- se tenso todo mi cuerpo.

-         Y ¿Qué querías? ¿Qué aun te llorara? ¿Qué aun siguiera viviendo en tu maldito recuerdo?- pregunto.

-         Emmy son solo 2 meses- trate de hacerle ver mi punto de vista.

-         ¿sabes? No me interesa hablar contigo- se levanto, iba a salir del dormitorio pero se encontró con la puerta cerrada.

-         Tendrás que hablar conmigo, es la única forma de que te de la llave- le informe mostrándosela.

-         Dame la llave- pidió y yo lógicamente negué- no me interesa, vendrán las chicas y te harán abrir la puerta- me reí.

-         ¿lo crees?- me volví a reír.

-         Me hiciste daño, jugaste conmigo, ahora que lo he superado vienes y me pides conversar ¿pretendes lograr algo?- agrego molesta.

-         Solo quiero que me escuches…- le pedí seriamente.

-         Ya se lo que quieres… ¿quieres acostarte conmigo? ¿eso quieres verdad? No me engañes y vamos directo al grano, total ya no tengo nada que perder, si así me dejas tranquila, me acuesto contigo otra maldita vez- escupió lo ultimo. Me sorprendió su actitud.

-         Solo quiero que me escuches- se rió irónicamente.- solo eso quiero- reafirme.

-         Di lo que tengas que decir y déjame en paz- volvió a sentarse en la cama, me senté frente a ella.

-         Te amo- agregue, ella iba a protestar pero no se lo permití- y no tienes derecho a enjuiciarme porque no has visto todo lo que e cambiado.

-         Eres muy cara dura- desvió la mirada sonrojada.

-         Me hiciste cambiar Emmy, solo tu lo lograste- me sincere- eres el amor de mi vida- me observo atentamente para después doblarse de la risa.

-         Eres un idiota- se reía- ya se lo que sucede. Estas celoso, crees que me perderás, déjame aclararte una cosita, nunca me tuviste y no pienses que diciéndome esa sarta de porquerías me separaras de Arturo, porque eso jamás sucederá ¿OK? Jamás… métetelo bien en tu cabeza- agrego sonriendo irónicamente, pero muy seguro de sus palabras- jamás volveré a ser la idiota que sedujiste y engañaste ¿me oyes?

-         Se que me comporte como un mal nacido, se que dije cosas horribles, que te herí. Emmy se que me equivoque, pero también se que merezco otra oportunidad, Emmy tu me cambiaste- desvió la mirada, me acerque a ella, puse mis manos en sus rodillas, sin dobles intenciones- mírame, Emmy me conoces, tu eras la única que se daba cuenta cuando decía la verdad o mentía, Emily mírame y dime si te estoy mintiendo- le suplique.

-         No me estas mintiendo Uzziel, lo veo en tus ojos, pero ya es tarde…- agrego con los ojos oscuros.

-         No me digas eso Emmy, necesito que me perdones, que me des la oportunidad para demostrarte que cambie- le pedí.

-         Te perdono- la vida volvió a tener sentido para mi, sonreí y me llene de ilusiones y esperanzas- pero no te daré otra oportunidad con la que solo conseguirás darme aun mas- sentí esperanzas y ella las destruyo con tan pocas palabras, se paro de la cama y se acercó a la maleta de la que saco un chaleco que de seguro debía ser de “Arturito”.

-         Emmy…- no me dejo terminar.

-         Amo a Arturo- agrego seriamente, trague en seco- y no lo voy a dejar, el es un gran hombre y le debo mucho- zanjó.

-         Te dejare en paz si eres capaz de responderme solo una cosa- le informe y ella asintió.- Te juro que no volverás a sufrir por mi insistencia… solo tienes que mirarme y decirme que me valla porque ya no me amas- le pedí, abrió la boca y la cerro varias veces- si eres capaz de decirme que ya no me amas me voy Emmy y te juro jamás volver a insistirte- agregue a medida que me iba acercando. La tome de la cintura y la atraje totalmente a mi cuerpo- anda dilo- se puso excesivamente nerviosa.

-         Yo… yo…- empecé a rozar mi nariz en su mejilla.

-         Dilo… si lo haces me iré- le susurre sensualmente llegando hasta su oído, donde mordí intensamente el lóbulo de su oreja. Se estremeció entre mis brazos y fue lo que me basto para concluir en 2 cosas: ella aun me ama o por lo menos me desea.

-         Uzziel yo… aléjate de mi- me empujo, estaba sonrojada y respiraba de forma errante.

-         Tu cuerpo me reconoce Emmy- le dije jalándola de la chaqueta y volviendo a posicionarla entre mis brazos- tu cuerpo me tiene marcado- agregue con suficiencia, ella me amaba, no hacia falta que lo dijera.

-         Uzziel- susurro mientras yo acariciaba su cabellera.

-         ¿Por qué lo cortaste?- le pregunte curioso, lo que mas me gustaba en ella era su hermosa cabellera, otra cosa en común con mi padre, el amaba el cabello de mamá.

-         Porque sabia que te gustaba, quería borrar todo lo relacionado contigo- agrego con los ojos cerrados y suspirando erráticamente.

-         Deberías haberte pelado, porque amo el aroma de tu cabello- ella tenia un olor muy dulce.

-         No me des ideas- sonreímos.

-         Anda… dilo- le pedí.

-         No puedo- sonreí, me aprovecharía de la situación.

-         No es tan difícil, solo debes decir algo como “Uzziel yo también te amo”, con eso bastaría- abrió los ojos rápidamente.

-         Estoy con Arturo y lo quiero mucho- agrego.

-         Tú le debes mucho que es diferente, Emmy no puedes estar con alguien al que no amas- le aconseje.

-         Es que yo lo amo…- se me revolvieron las tripas y me tense.

-         ¿igual que a mi?- le pregunte.

-         Quizás- bajo la vista, pero esa respuesta no me tranquilizaba ni complacía, la obligue a mirarme.

-         ¿igual que a mi?- volví a preguntarle. Negó- ¿me amas mas a mi o a el?- la respuesta podía tener dos consecuencias en mi… felicidad absoluta o decepción total.

-         A ti- susurro- no cabía más en mí, rompí la distancia.

-         Te amo- le dije para luego dedicarme a besarla, necesitaba compensar todo ese tiempo sin tenerla- te amo ¿me oyes?- pregunte mirándola a los ojos- te amo con todo mi corazón- sonrió con los ojos lloroso.

-         No sabes cuando deseaba oír eso- agrego.

-         ¿ya no?- bromee- dijiste deseaba- también se rió.

-         Ya no quiero pensar mas- me tomo de la cintura y me llevo hasta la cama, quedo encima de mí. Se movía bien, empezó a besarme sabedora de lo que eso podría provocarme- te deseo- dijo y eso fue lo que faltaba para que mi masculinidad reaccionara. Pasó sus manos por mis costados y las metió bajo de mi polera, su calidez era excitante. Poco a poco la levantó y me la saco. Sabia que hacer muy bien, ya no quedaba rastro de aquella niña a la que toma por primera vez. Sabia claramente que hacer y cuando hacerlo, su cuerpo se movía sobre mi intimidad… no parecía que ella lo hubiese hecho una sola vez… porque… ella… caí en la maldita cuenta.

-         ¿Has estado con el?- pregunte sin tener ganas de escuchar la respuesta, se quedo helada, cerré los ojos y toda la excitación se me fue a la mierda- has estado con el- fue una afirmación. Delicadamente la saqué de encima de mi cuerpo.

-         Yo pensé que jamás volvería a estar contigo- agrego sonrojada.

-         Pero, lo conoces hace 2 meses y el primer mes no debió pasar… Emily llevabas ¿Cuánto? ¿unos días de novia con el?- me horrorizaba pensarlo.

-         Ya no tenia nada que perder, tú ya me lo habías quitado todo Uzziel- me critico, lo que me enfureció aun más.

-         Ahora dirás que es mi culpa el hecho de que te revolcaras con ese hijo de puta- le grite.

-         Si que es tu culpa- también grito- me dejaste cero autoestima, devastada. Me sentí querida, sentí lo que tu jamás me hiciste sentir- me iba a acercar, tenia que aceptar que todo lo que decía era verdad- aléjate de mi- chillo- eres un mujeriego, te tirabas a cuanta zorra se te cruzaba ¿Y me vienes a criticas por tener relaciones con mi novio?

-         Emmy yo…- pero no me dejo expresarle mis sinceras disculpas, ya que todo lo que yo había hecho realmente la había destruido y tengo que aceptar que ese hijo de puta supo aprovechar bien la oportunidad.

-         Estoy harta de ti- se acercó a la puerta y la abrió, toque mis bolsillos y ya no tenia la llave, me las saco no se cuando- lárgate.

-         No me echarás de mi casa- le hice saber.

-         Lárgate si no quieres que llame a mi padre- me amenazo.

-         Solo hablemos- le pedí otra vez empezando de cero.

-         Yo ya no tengo nada que hablar contigo- dijo. Fingí rendirme mientras me acercaba  ala puerta, hice como que salía y volví a cerrar la puerta, pero esta vez sin llave ya que ella aun la tenia- lárgate- grito.

-         No me iré porque tú no quieres que me valla- dije.

-         Eres un mal nacido… ¿te caíste de la cuna cuando eras bebe?- pregunto molesta- ¿Qué parte del lárgate no comprendes?

-         El hecho de que lo digas… se que en verdad no lo quieres- me acerque, la agarre de los bolsillos del chaleco y la volví a besar. Lo que no esperaba era que me respondiera tan bien.

-         Te amo… pero lo nuestro ya no puede ser- me dijo segura.

-         No me digas eso- le pedí susurrando con mi frente pegada a la de ella.

-         Por el amor que dices tenerme, aléjate de mi… solo déjame tranquila- suspiro con los ojos cerrados.

Si ella así lo quería me iría, la dejaría en paz solo por esta noche, porque jamás, jamás me daría por vencido. La solté y me fui. También necesitaba alejarme de ella, necesitaba enfriarme un poco, tenía que tranquilizar mi maldito temperamento adolescente que atentaba contra mí, de vez en cuando. Tenia que controlarme porque no sabía que podría suceder sabiendo que el mal nacido que se acostaba con mi mujer dormía en mi misma casa.

Tome una larga ducha y de agua fría, estaba demasiado encolerizado. Salí de la ducha, me cepille los dientes y salí del baño, desnudo.

-         Lo siento- agrego una voz que me sobresalto en la oscuridad- se que estoy siendo un poco dura contigo pero me dañaste mucho- agrego, estaba totalmente sorprendido. Me tendió el pijama, la luz natural me permitió darme cuenta de lo sonrojada que estaba. Lo recibí y me lo puse al instante. Alzo su mano para que yo se la tomara. Nos sentamos en la cama y ella se sentó a lo indio frente a mí.

-         Emily…- no me dejo hablar.

-         Lo siento… pero la situación es difícil- agrego apenada, con la otra mano alce su rostro para que me observara.

-         Se que “fui un mal nacido” y puede ser “que me aya caído de la cuna cuando era bebe”- cite sus palabras, ella negó- Emmy, lo se… se que lo fui, pero cambie y me encantaría que tu me permitieras demostrarlo- le pedí.

-         Uzziel yo… mira- acomodo el cabello que caía sobre su rostro tras de sus orejas- yo creo que no resultara nada entre nosotros- dijo decepcionada.

-         Si lo intentamos podremos…

-         Somos primos, casi hermano…

-         Los hermanos no tienen relaciones sexuales Emily- me enojo la estupida comparación- los hermanos no se desean, porque nosotros nos deseamos- le informe, aunque ella lógicamente tendría que tenerlo muy claro.

-         Lo se, pero lo nuestro es imposible, quiero tener una relación normal, quiero tener una pareja estable, alguien que me ame y no me haga sufrir- sabia que todo lo que me decía era motivado por el miedo a sufrir, pero con el tiempo ella se daría cuenta que yo ya no seria capaz de volver a hacerle daño.- y ese hombre es Arturo.

-         Emily, si no me quieres dar una oportunidad dame tiempo- le pedí- solo el te demostrara lo mucho que te amo y lo incapaz que seria de volver a lastimarte.

-         No creo poder quedarme- agrego bajando nuevamente la vista.

-         Pero dijiste que me amabas más, quédate por mi… por tu familia o ¿Me vas a decir que no extrañas el humor infantil de tu padre o la ternura de tu madre o tu hermanita?- sonrió con nostalgia.

-         No se que haré- agrego sin mirarme.

-         ¿Por qué tienes que ser tan malditamente cabezotas?- pregunte enojándome un poco… ¿Qué le costaba tanto? Dijo que me amaba ¿Qué acaso prefiere irse con el que quedarse junto a mi? ¿junto a su familia?

-         ¿Y tu tan insistente?- pregunto enrabiada.

-         ¿ahora te enojaras?- pa5tuda, ni siquiera era capaz de darme buenos argumentos, esta chica estaba demasiado confundida.

-         ¿Cómo quieres que no me enoje, si eres un idiota? ¿Cuál seria la respuesta aceptada? Dime que pretendes que te diga… talvez de esa forma me dejes en paz- ya estaba parada y se movía por todo el dormitorio.

-         Eso es insultante- le grite- ¿le digo lo que quiere escuchar para que me deje de molestar? ¿para no decir realmente lo que siento?- volví a molestarme, esta mujer me sacaba de mis casillas.

-         Te amo, pero quiero ser feliz- me grito enfadada.

-         Emily, por dios- le dije a medida que me acercaba a ella. Estaba cerca del balcón, era un día muy frío y mas encima estaba sin polera, tirite.

-         Yo…- estampe mis labios sobre los de ella, ya no quería mas conversa.

Emily POV

Era fácil dejarse llevar. Los labios de este hombre eran mi perdición. Guió mis manos hasta su pecho desnudo. Mis recuerdos no le hacían la justicia suficiente. Tenía su pecho muy bien tonificado, su pelo castaño estaba desordenado y mojado, en aspecto era muy parecido al de mi tío. Este hombre me excitaba solo con la proximidad y el calor de su cuerpo.

-         Te deseo- agrego observándome con esos ojos color chocolate profundo. Su piel nívea se veía maravillosa bajo la luz de la luna. Me rodeo con los brazos y me alzo, lo que me permitió enganchar las piernas en su cintura. Me llevo rápidamente hasta la cama y con sumo cuidado me acostó y luego el se acomodo sobre mi. El roce era magnifico. Entrelazo nuestras manos y comenzó a besarme, no quería sufrir, no quería que me dañara, pero ya no podría parar. Me besaba con gran ahínco, lo que ya me tenía completamente mojada.

-         Dios mío...- quería dejar de pensar, quería que me tomara ya… si sufría, seria el costo de volver a deleitarme con el manjar de su cuerpo.

-         ¿Qué sucede?- pregunto mientras bajaba lentamente por mi cuello y se posicionaba sobre mis senos. El roce se sus labios me hicieron arquear la espalda. Soltó mis manos para empezar a jugar con los tirantes de mi polera. Mis manos se fueron hasta su espalda.

-         Uzziel…- susurre excitada.

-         ¿mmmm?- pregunto, me desesperaba su lentitud, ya no podía esperar mas, lo necesitaba, me dolía la entrepierna. Bajo los tirantes de la polera y dejo mis pechos al descubierto- Eres hermosa mujer- agrego observando mis pechos con gran dedicación.

-         Fanfarrón- me reí. Pero el no se desconcentro en lo absoluto y rompió la distancia. Parecía que iba a enloquecer por aquella tortura. Sus labios apresaron con fuerza uno de mis pezones. Agarre su cabeza para que no se le fuese a ocurrir dejarme a media, una de sus manos bajo presurosa hasta mi entrepierna, de mis labios se escapo un fuerte gemido, al parecer eso lo complació porque sonrió triunfoso.

-         Te extrañe tanto…- suspiro entre el hueco de mis pechos- no sabes cuanto…

-         Te a-amo-ooo- le grite un poco, estaba excitada de sobremanera. Volvió a sonreír.

-         No sabes cuanto desee oírte decir eso- metió la mano bajo mi short y toco todo a su paso. Yo seguía acariciando su espalda hasta sus glúteos. Los acaricie y apreté- ya no aguanto mas- bajo automáticamente mi short y me dejo desnuda hacia abajo. Se levanto y aproximo hasta su closet del que saco unos condones. Me acomode en la cama mientras el se desnudaba. Deje vagar mis ojos por su maravillosa anatomía- ¿te gusta lo que ves?- pregunto alzando una ceja.

-         Sabes que si- sonreí.

-         ¿si que?- pregunto mientras se ponía el condón.

-         Que me encanta tu cuerpo- me sonroje un poco, estar con el era un sueno, el paraíso mismo, sabia que el había estado con tantas y muy bellas, me daba pudor que me viera desnuda otra vez y tan sumida a sus encantos.

-         Todo lo que ves es tuyo, cuando quieras lo tienes- se cayo para luego preguntar- ¿Por qué te sonrojas?- se acomodo a mi lado.

-         Vergüenza- confesé.

-         ¿a que?- acariciaba el contorno de mi cintura.

-         Has estado con muchas que eran mucho muchísimo más bellas y con mucha mas experiencia que yo- baje la vista- jamás llegare a complacerte totalmente- confesé apenada, me daba mucha pena que el jamás pudiera saciarse solamente conmigo…

-         Mírame- me pidió y así lo hice- cambiaria todos los placeres del mundo por solo un beso…- tuyo- concluyo besándome- después de esto- hablo con los ojos cerrados- ya no necesito mas.

-         Ni yo- le dije suspirando, me acerque lo que mas pude a su cuerpo.

-         Si no quieres no haremos el amor, será a tu tiempo ¿OK?- sonreí ¿Cómo podía pensar que no quería?... ¿dijo amor? Sonreí como una maldita idiota.

-         ¿hacer el amor?- pregunte.

-         Por supuesto… y si no quieres, lo respeto amor- beso la punta de mi nariz.

-         Y a ti ¿Quién te dijo que yo no quería hacer “el amor” contigo?- pregunte recalcando aquellas palabras que tanto significaban para mi. Me acomode sobre su cuerpo.

-         ¿a no?- pregunto agarrándome de la cintura, sonriendo.

-         Para nada- bese su cuello, lo lamí y mordisquee.

-         Emmy…- susurro agitado. Note su excitación en mi intimidad.

-         ¿Qué?- pregunte haciéndome la inocente.

-         Me vuelves loco…- gimió cuando me restregué contra su sexo- por favor- y lo complací, no hubo necesidad de tomarlo y guiarlo, solo baje y se adentro automáticamente. Si lo de antes era maravilloso, esto no tiene expresión… si lo de antes era el paraíso mismo esto tendría que parecerse a estar en los brazos de un ángel. Nos acoplábamos tan bien, mi cuerpo ahora si que estaba completo, con cada penetración algo en mi volvía a la vida, con cada embestida una de  mis terminaciones nerviosas se encendía.

-         Dios mío- gemí. El placer era abismal, me sentía en el espacio. Sus manos fuertes me guiaban de la mejor forma. A veces cuando estaba en la intimidad con Arturo me permitía vagar en las caricias de Uzziel. Muchas veces quise engañarme pensando que Arturo me hacia sentir mucho mas. Pero “DIOS MIO QUE EQUIVOCADA ESTABA”. Me di cuenta de lo mucho que lo necesitaría cunado me fuera. Me agarro y me acostó en la cama para el quedar sobre mi.

-         Dios Emmy…- gimió. Las embestidas se volvieron cada vez más fuertes y constantes. Estaba a punto de llegar a mi tope máximo, ya no podía mas de excitación.- eres tan calida- fue lo ultimo que recordé dijo cuando estallamos juntos en la mayor muestra del amor que le tenia y que el me profesaba, terminamos juntos otra vez. Se salio de mi interior pero me llevo con el cuando quedo acostado en la cama… esta situación era tan diferente a la otra, aquella en la que después de quitarme la virginidad se fue…- eres una diosa- me reí- mi diosa del amor.

-         Mi memoria no te hacia la justicia suficiente- le dije escondiéndome en su pecho, me sonroje. Quería piropearlo, hacerle ver lo importante que esto era para mí.

-         ¿en la intimidad?- pregunto sorprendido. Asentí. No pude aguantar la risa cuando empecé a saltar en su vientre, sus risas fueron las causantes- me encantas mujer- agrego tapándome. Me relajé un montón.

-         Fue maravilloso- suspire.

-         Fue estar en los brazos de un ángel, de mi ángel personal- agrego golpeando un dedo en mi nariz, ambos sonreímos para luego besarnos apasionadamente. Me encantó que concordáramos en el mismo p[pensamiento y que compartiéramos de igual manera la segunda vez que estábamos juntos, pero la primera que hacíamos verdaderamente el amor.

-         Te amo- dijimos ambos al mismo tiempo y como dos niños nos reímos.

Chicas déjenme sus mensajes y su apoyo… se les quiere mucho….

Esme

Ciao