Edward POV

-         ¿Por qué triste?- preguntó con preocupación.

-         Por Emmy- ya, estaba dicho, igual es su hermana y amiga de Emmy a lo mejor si ella iba a apoyarla no se sentiría tan mal.

-         ¿por Emmy?- preguntó reacia.

-         Si cariño… Emily y Uzziel estuvieron juntos…- confesé.

-         Juntos… juntos ¿Cómo?- pregunto alzando las cejas.

-         Cariño, no creo que tenga que explicártelo- dije rodando los ojos. Sus ojos se abrieron como plato y se llevó las manos a la boca para silenciar el grito de horror.

-         ¿Qué Uzziel hizo qué?- ¿Por qué solo Uzziel? Fueron los dos los que quisieron dárselas de grandes y jugar al papá y a la mamá.

-         No eres objetiva- dije rodando los ojos.

-         Que hijo de….- pero se frenó- no quiero insultar a mamá, pero ese se merece lo peor- dijo sumamente sulfurada- se merece todo lo que tío Emmett le hizo.

-         Uzziel se enamoró- le informe un poco molesto con su actitud, o sea es comprensible que entienda a su prima o la apoye pero de ahí a justificar la paliza que le dieron a su hermano, eso no era correcto. Sus ojos se abrieron más de lo que ya estaban, al parecer no le entraba esa posibilidad.

-         Claro- dijo alargando la expresión- eso lo dijo para quedar como siempre “el niño que nunca hace nada” “el pobre niño que nunca juega con las mujeres”- me puse a reír.

-         Deberías apoyar a tu hermano, esta experimentando nuevas emociones- le pedí. Rodó los ojos- de verdad- confirme y me miró extrañada.

-         ¿de verdad?- preguntó sorprendida.

-         De verdad- me enorgullecía decirlo- mi hijo se enamoró.

Uzziel

Me dolía todo el cuerpo. El abuelo me examinó, pues dijo que si mamá despertaba se alteraría demasiado si me veía todo ensangrentado. Mi nariz estaba sumamente hinchada, y mi brazo roto, Emmett me había roto mi bracito. El abuelo quería tratarme de inmediato, pero yo lo único que necesitaba era ver a mamá, ya luego lidiaría con lo demás. Con mis dolores y mis confesiones.

Cuando por fin pude verla, me impacté. Estaba irreconocible, deseaba con toda mi alma poder ser yo quien ocupara su lugar y evitarle tanto dolor e incomodidad, me vestí completamente de verde y por fin pude entrar para poder tocarla. Estaba helada, siempre me caracterice por ser un hijo cariñoso, con mamá, pero al parecer estaba tan absorto en mis pensamientos que no me percaté que estaba sumamente delgadita, sus huesos estaban pronunciados. Se me partió el corazón al verla así que no pude aguantarme las lágrimas, cubrí mi boca para que no se sintieran mis sollozos demasiado audibles, no quería alterarla. Besé su frente y sus manos, la amaba, más que a nadie ni a nada, la amaba como jamás a otra mujer, es un amor tan especial tan puro, era una mujer perfecta, no podía sentirme tranquilo, esto me superaba.

-         ¿tienes miedo?- la oí susurrar, no podía ser posible era un maldito engaño de mi mente.

-         Mamá…- solté de golpe… como quería que de verdad ella me hubiese dicho algo, aunque fuese para pelear conmigo o llamarme la atención por lo imprudente que fui al pensarla muerta.

-         ¿Por qué tienes miedo?- y no pude aguantar mi sorpresa, abrí unos ojos de plato y me quedé sin aliento.

-         ¿mamá?- pregunte aun sin creer que eso fuese verdad.

-         Hijo…- casi ni podía escucharle- estas triste- no era una pregunta era una aseveración.

-         No quiero perderte- le informe recomponiendo mi voz, no quería que se preocupara más de lo que debía, a fines de cuenta eso ya había salido bien ¿no?

-         No te libraras de mi tan luego- le costo, pero me hizo reír, era ella la que estaba adolorida, la que estaba pasando por un pésimo momento, ý era ella quien me reconfortaba… es por eso que la admiro tanto.

-         Te admiro má- le dije y una hermosa sonrisa se vislumbró en su pequeñito y delgado rostro.

-         ¿Qué pasa?- preguntó tan perceptiva como siempre, pero no deseaba atormentarla con tantos enredos míos, además yo ni siquiera sabía que era lo que me pasaba.

-         Nada… solo extrañadote en casa- le dije, y volvió a sonreírme.

-         Mi bebé…- reí, no me gustaba cuando me decía así, pero ahora era capaz de soportar todo.

-         Mamá- bromeé.

-         Te conozco- se removió incomoda y abrió los ojos, que estaban derramados. Tuve ganas de seguir llorando, pero me aguante. No tenía ganas de decirle, pero sabía muy bien que no se tranquilizaría hasta que le contara.

-         Estuve con Emmy- le susurré, pero ella no se percató del trasfondo de lo dicho.

-         ¿y que dijo?- preguntó inocentemente. Por respeto a mi privacidad no podía reproducir lo que ella decía mientras estábamos juntos.

-         Mamá…- la mire para tratar de corregir el hilo de sus deducciones.

-         ¿Qué?- intento comprender, pero no lo hacía. Tuve que cortar el hilo de nuestra mirada, pues estaba muy nervioso, y fue entonces lo que le permitió darse cuenta- oh- sus cejas se juntaron.

-         Lo siento- dije y nuevamente una lágrima traicionera transito por mi mejilla. Nunca había dolido tanto algo, y ahora me dolía enormemente haberla hecho llorar o haberla hecho sentirse desgraciada. Yo jamás quise forzarla, jamás quise obligarla a algo, yo la deseaba, deseaba su contacto, yo… yo… yo la amaba… y sí, podía volver a decirlo la amaba, amaba… a… a mi prima… admití desganado, porque ella era mi prima y aunque la quisiera no podríamos, es inmoral.

-         No lo puedo creer…- susurró, quiso acomodarse, pero le dolió y se quejó.

-         Ya no me digas nada- restregué una de mis manos por la cara y me quejé, la nariz me empezó a doler horrores. Mamá enfocó la vista, cuando se percató abrió unos grandes ojos. Miró mi brazo.

-         ¿Qué paso?- preguntó horrorizada. En ese momento entró el abuelo.

-         Bella tienes que tranquilizarte, hace unas horas te sometieron a una muy complicada operación- ahora se dirigió a mí- si bella se alterara cada vez que entres, te quedarás fuera ¿entendido?- estaba enojado conmigo, se notaba, pero no era algo con lo que trataría de lidiar ahora, después tendría que ofrecerle una disculpa a la familia entera.

-         Entendido- besé la frente de mamá y salí dejándola ahí con sus dudas.

No quería que todos siguiesen criticándome, no quería que todos me siguiesen mirando con ojos de reproche, sabía que me había equivocado, pero si no hubiese ido a la casa de Emmy jamás me abría dado cuenta de lo mucho que la amo. Porque sí, la amo y ya no me da vergüenza aceptarlo.

-         Hijo ¿Cómo esta la mamá?- me preguntó aquella voz tan conocida, el abuelo.

-         Bien- no me di cuenta cuando estaba llorando, sentí lastima de mamá, pena por mi, sentía amor por Emmy, era un millón de emociones mezcladas en un solo momento.

-         ¿Qué pasa?- dijo abrazándome al instante. Me sentía tan vulnerable, porque eran millones de cosas que jamás había experimentado.- ¿le pasó algo a bella?- negué rápidamente no quería alterarlo.- entonces dime, hijo ¿Qué pasa?

-         Soy yo… solo yo- dije sollozando.

-         Vamos a la cafetería, Edward me dijo que no tomaste ni comiste nada, así que vamos y conversamos ¿te parece?- y sí que me parecía. Nos sentamos y dejó que se pasara la angustia. Era verdad no había comido nada desde ayer por la mañana y me había dedicado a beber como condenado, el estomagó me ardía a morir.

-         Es un mezcla de mucho- agregué rompiendo el silencio.

-         Desmembremos- dijo cariñosamente- quizás lleguemos a muchas conclusiones- y di gracias a dios por haberme dado un abuelo así.

-         Siento que… que… me gustaría estar en el lugar de mamá- dije sinceramente. El se sorprendió mucho de escucharme decir eso.

-         No digas esas cosas Uzzy, eres un niño y tienes mucho por delante.

-         O sea mamá puede morir- dije con mucha pena.

-         Es mi hija- se le llenaron los ojos de lágrimas- soy padre y abuelo, no me gustaría que ningún integrante de mi familia pasara por esa situación… se que es difícil hijo, pero tenemos que tener fuerza.

-         Lo sé…- pero eso no era lo único que me acomplejaba.

-         ¿Y?…- me alentó alzando una ceja.

-         ¿y?... ¿te parece poco?- le cuestioné.

-         Para nada… pero venga hombre, eso no es todo lo que te tiene así… o ¿crees que estoy tan viejo y mi vista tan mala como para no darme cuenta de tu abultada nariz o tu brazo con cabestrillo? Eso no se hizo solo- rodeé los ojos y le sonreí.

-         Fue Emmett- solté de una, se sorprendió porque sus ojos casi se salían de sus cuencas.

-         ¿Quién?- preguntó exasperado.

-         El solo hizo lo que cualquier padre haría y créeme, merecía más que esto- hice alusión a mis lesiones.

-         Nada puede justificar la violencia… eres menor de edad, esto no quedará así- agregó golpeando la mesa.

-         Créeme, lo que hice si lo justifica- agregué sonriendo pero con un sentimiento muy alejado a la felicidad.

-         ¿Qué hiciste?- preguntó sospechoso.

-         Emmy y yo tuvimos relaciones- agregué lo más rápido que pude, me daba pudor, pero necesitaba conversarlo con alguien que no se me fuera a trompadas.

-         ¿Qué tu qué?- preguntó enrojecido.

-         Eso… fui a su casa…- no quería darle detalles de aquella noche, porque si que me retaría si sabía de mi andada borracho en el auto de papá y aun más si sabía que les había robado.- bueno anoche lo pase mal, creí que mamá había muerto y mi último paradero fue su casa, hablamos y luego decidimos estar juntos, por propia voluntad- le aclare- nunca la obligue o la forcé a hacer algo que ella no hubiese querido, jamás podría lastimarla- me observó extrañado.

-         ¿Qué tu qué?- volvió a preguntarme. Me reí de su expresión.

-         Se que soy un niño… para ustedes, pero si no hubiese experimentado esa sensación junto a ella, jamás hubiese sabido que estoy completa y profundamente enamorado de ella- sonreí, por primera vez con un poco de felicidad.

-         ¿Qué tu qué?- preguntó otra vez, esto ya me estaba molestando, necesitaba conversar y que me pudiesen dar una opinión de algo y no escuchar un disco rallado.

-         ¿podrías decir otra cosa? Es irritante.- jugué con su humor, movió la cabeza para ambos lados, el objetivo creo espabilarse.

-         Es que… bueno, me eres irreconocible… ¿Dónde esta mi nieto?- frunció el seño y preguntó muy serio- ¿Qué hiciste con él? ¿Qué le hiciste a mi nieto?- me tomo de los hombros y me zarandeo, reímos.

-         Eres absurdo- le dije.

-         Es que… bueno, no lo puedo creer… jamás escuche salir de tu boca la palabra enamorarse mezclada con el nombre de alguna muchacha… y si me preguntas jamás me imagine que esa muchacha que terminara embobándote fuese Emmy- dijo aun confundido.

-         Créeme ni yo… jamás pensé que algo como esto pudiese pasarme…- suspiré apesadumbrado. No me servía de nada estar enamorado si de todas formas era algo que no tenía ni pies ni cabeza.

-         ¿pero?- preguntó.

-         Pero no tiene mayor importancia a fines de cuenta, jamás podremos tener algo- le informe.

-         Se que es extraño y poco convencional hijo, pero cuando el amor esta de por medio, no hay nada que puedas hacer…- agregó levantando los hombros- si la amas, tienes la obligación de jugártela por ella. La marcaste como tuya… ya es tu mujer- era algo machista, pero en cierta forma ella debía de ser mía, de nadie más, jamás podría concebir la idea de saberla en brazos de otro, que otro pudiese deleitarse con el festín que me ofreció a mí me enajenaba.

-         Me gustaría tanto poder estar con ella, pero no se si Emmett o Rosalie me aceptarán.- le confesé.

-         Quizás lo hagan, solo si tu les dejas en claro tus intenciones- me golpeo el hombro.

-         Pero… ¿Cómo se los digo? Me da miedo, vergüenza…- le informe.

-         ¿vergüenza de sentir amor?- preguntó.

-         Vergüenza de expresarlo- le dije.

-         No sientas vergüenza expresando lo que sientes, si la amas has que todos lo sepan, eres un buen muchacho, solo debes cambiar algunas cosas, hacerles ver que la mereces, que no quieres jugar, que quieres algo serio- le sonreí, eso era todo lo que necesitaba. De reojo vi a papá acercarse, venía con Celeste, Alec de 10 años, Charlie de 5 y Marie de 5, gemelos, mis tíos.

-         Charlie- le saludó papá.

-         Hijo ¿Cómo estas?- preguntó poniéndose en pie abrazándolo.

-         Mejor, si bella lo esta yo también- agregó suspirando, debía de estar muy cansado.

-         Te notas cansado… ¿quieres que vamos a casa a descansar?- le pregunte.

-         Primero quiero verla, después nos iremos, ustedes necesitan descansar- se refería a mis hermanos y a mí.

-         Ok- no quise contradecirlo, pero cuando estuviéramos en casa le pediría a Nessie que me ayudara a convencerlo de descansar un poco.

Pasó alrededor de una hora cuando papá se desocupó, venía muy entristecido, bajoneado, así que me acerqué velozmente para despejar lo que lo estuviera reprimiendo.

-         ¿estas bien?- se que era una pregunta estúpida, pero me daba pie para empezar.

-         No mucho hijo- puso su mano en mi hombro.- ve por tus hermanos, quiero llevarlos a casa, necesitan descansar para ir al colegio- no quise contradecirlo, pero ni loco iría al colegio si podía pasar más tiempo junto a mamá, fui a buscar a mis hermanos que estaban en la cafetería con Jacob, los veía reír y eso me complacía, me encantaba que estuvieran bien y que esto no les afectara tanto.

-         Uzzy- agregó mi hermana sin saber muy bien como sería mi reacción, les debía una disculpa a la familia entera, mi comportamiento estaba muy alejado al esperarse.

-         Hola- los miré a todos y pude ver las manos de mi hermana e Ian unidas, me sentía aun más feliz, ahora sabía lo que era el amor, ahora podía comprenderla y justificar la prematura relación que iniciaron. Ahora podía comprender mucho e incuso justificar a papá, el la amaba y todo lo que intentó hacer fue para el bien de ella, ni siquiera pensando en él, sino única y exclusivamente en ella. Me sentía un afortunado de la vida de tener unos padres que se amaran tanto, por tener una familia tan linda, sonreí y creo que todos se sorprendieron- bueno… papá me mando a buscarlos, quiere que vayamos a casa a descansar- les informe, todos se pararon y fuimos, vi de reojo como les costaba despedirse a mi hermana y mi cuñado, sonreí, pronto yo estaría igual, porque de algo estaba seguro, daría la mejor de mis peleas, ella valía eso y muchísimo más. Con nosotros vino la abuela, ella sería quien nos cuidaría. Pero eso no sucedería porque de alguna forma persuadiríamos a papá para que se quedara a dormir por esta noche, que mamá estaría bien. Después llevaría a la abuela a casa, más que mal estábamos cerca, no me arriesgaría a una infracción, además necesitaba pasar por la casa de Emmy, eso era de vital importancia.

-         ¿quieres que conduzca cariño?- preguntó la abuela

-         No te preocupes, má- nos acomodamos todos en el auto. Llegamos y papá se dispuso a ir por una fruta a la cocina para volver a irse.

-         ¿Nessie?- la llame, estaban en el estudio de mamá mostrándole a la abuela el cuadro que le estaban haciendo a mamá para cuando volviera.

-         Si- se veía encantadora con su pancita pronunciada, no me había fijado en el brillo de sus ojos y en la alegría que irradiaba su rostro, se veía realmente hermosa.

-         Te ves hermosa- dije acercando mis manos a su pancita, nunca lo había hecho y me impacto lo enorme que estaba. Se sonrojo y la vi contraer el rostro, estaba extrañada.

-         Gra-… Gracias- agregó desconcertada.

-         Disculpa por todo, te amo y no me di tiempo para demostrártelo- su quijada quedó floja, porque vi como su boca se abrió en un segundo- se que nunca expreso lo que siento, pero tampoco es para tanto- le dije agraciado por su expresión, iba a decir algo, pero la frene, después tendríamos tiempo para hablar, lo primero era lo primero.- Nessie te quiero pedir un favor, después conversaremos, se que te debo una disculpa más formal- le dije.

-         Claro… pues, ¿En qué soy útil?- preguntó.

-         En mucho, pero esta vez necesito un favor especial, convence al papá de que se quede en casa descansando- le pedí- si te dice que volverá más tarde no le creas, no lo hará, a mi no me hace caso, pero a ti y a mi sobrino- acaricie nuevamente su panza- si.

-         ¿al papá?- preguntó extrañada de que lo llamara así, asentí.

-         Que bonita escena- dijo papá acercándosenos, me percaté que mis manos aun estaban sobre la pancita de mi hermana.

-         Me he perdido mucho en estos meses y estoy dispuesto a recompensar el tiempo perdido- dije sinceramente.

-         No sabes como me alegra Uzziel- me dijo dando unos golpecitos en mi espalda. Hace mucho que había perdido la costumbre de decirle papá y el de vez en cuando no me decía hijo, y era algo que verdaderamente dolía ahora que comprendía muchas cosas, ahora que quería cambiar. empezó a alejarse de nosotros un poco, dirigiéndose a la puerta.

-         Y a mi pá- le dije con el mismo calor que hace muchos meses, de antes que me enterara de la enfermedad de mamá, desde antes de nuestros malditos enfrentamientos. Se volteó lentamente y me miró anonadado- a mi también me alegra mucho el hecho de poder cambiar, papá- dije dando énfasis a la última palabra.

-         ¿papá?- preguntó con los ojos enternecidos.

-         Eres mi papá ¿no?- agregué, se me acercó y apoyó sus manos en mis hombros para después abrazarme.

-         Te quiero hijo… ahora me tengo que ir…- dijo suspirando- pero me alegra mucho que esta situación que esté haciendo cambiar, te amo hijo- agregó y se separó, ya pensaba en irse, me quedé anonadado que me dijera esas cosas. Nessie se adelanto un poco.

-         ¿papá?- le preguntó.

-         ¿si cariño?

-         Creo que deberías quedarte, te ves muy cansado- agregó ella, aunque igual no cedería de esa forma, lo sabía. Tenía pensado una forma que jamás fallaría conociéndolo como lo conozco jamás iría después de eso.

-         Estoy cansado, pero prefiero estar al lado de bella, ella ha despertado y sabrá que estoy ahí acompañándola.- era verdad, pero jamás estaría sola, porque esta noche se quedaría el abuela Charlie.

-         Papá, creo que deberías quedarte, estaría mucho más tranquila- le pidió.

-         No insistas… hijos ayúdenme en esto, necesito estar con su mamá, háganle la tarea fácil a la abuela ¿ok?- Nessie asintió derrotada, pero yo no, pues aun tenía una carta bajo la manga.

-         Dile la verdad- le susurré. Nessie me miró sin saber a lo que me refería, papá se estaba yendo pero mi acotación atrajo su atención, se paró y nos miró confundido.- Nessie dile, puede ser de gran ayuda que se quede- le volví a decir. Al parecer se percató que esto formaba parte de un plan.

-         ¿Qué pasa?- preguntó papá preocupado.

-         Nada… papá anda, estaremos bien- le incitó, pero papá no le hizo caso y se acercó más a nosotros.

-         No me iré tranquilo sin saber lo que pasa… ¿te hizo algo Ian?

-         Nooooooo- negó abriendo unos ojos inmensos.

-         ¿entonces que pasa?- la miró a ella, pero Nessie bajo la vista sin saber que decir- hijo- me llamo.

-         Lo que sucede es que…- pero me interrumpió… Nessie eres una gran actriz.

-         No le digas… pá no es nada.

-         Nessie no se a sentido bien desde ayer, siente punzadas en la barriga- sabía que era feo jugar con eso, pero era una mentirita piadosa, papá necesitaba descansar tenía unas muy feas ojeras.

-         ¿verdad?- preguntó muy preocupado- ¿Por qué no dijiste nada en el hospital? Puede haberte atendido ahí- preguntó acariciando su barriga. Me envió una mirada envenenada, dándome a entender que no quería que volviera a jugar con eso, asentí sin que papá se percatara, le hice una seña para que siguiera.

-         Es que… bueno… no quería preocuparte más- agregó y sonreí con satisfacción.

-         Pero esto me preocupa más ¿Qué sientes?- preguntó ayudándola a sentarse en la sala. Me volvió a mirar sin saber que hacer, suspiro.

-         Fatiga- papá iba a hablar, pero Nessie no lo dejo- pero he comido mucho, Uzzy mismo me ha visto, Ian no permite que no coma, ayer me dio una puntada en el centro de la barriga y ha estado muy inquieto- agregó.

-         Será mejor que vayamos al hospital ahí podremos verlo.

-         Será más estresante para ella volver al hospital, quizás esta cansada y el niño también.- agregué.

-         ¿Quieres que llame a Ian?- estaba tras papá, así que podía hacerle señas sin que él se percatara. Negué y le hice gestos para que le dijera que solo quería estar con él.

-         No…- sus ojos se pusieron llorosos, esta chica si que sabía jugar sucio- te necesito a ti, quiero que estemos todos en el dormitorio viendo películas, quizás si estoy cansada… ¿podrías quedarte?- su cara era impagable- o si no ve… más tarde vuelves- una lágrima recorrió su mejilla.

-         No cariño… no estés asustada mi amor… no pasara nada, debes de estar estresada con todo esto… ven vamos a la recamara- dijo dándole la mano y luego me miro- dije a tus hermanos y a la abuela que esta tarde y noche será solo de películas, mañana no irán al colegio… ¿ok?- asentí.

-         ¿Papá?- le llame mientras ellos empezaban a subir las escaleras- se que no lo merezco, pero me gustaría ir a ver a Emmy… saber como sigue- le dije.

-         Ve- sonrió ladinamente- solo se prudente, si puedes y quiere o le dan permiso, invítala, pasaremos una agradable noche- no era lo que esperaba, deseaba que pudiese descansar, pero de eso nos preocuparíamos después.

-         Gracias- les dije a los demás que los esperaban arriba y me fui en busca de mi chica, porque sí, ella sería mi chica, mi mujer, mi todo. El trayecto fue una tortura, no sabía que diría ni como reaccionarían mis tíos o hasta ella misma, no sabía si me odiaría, pero lo único que tenía claro era mi amor por ella. Me estacione y baje velozmente, toqué el timbre. Espero hasta que el fortachón de mi tío salió.

-         ¿Uzziel?- estaba sorprendido.

-         Si…- no sabía que decir, me cohibí.

-         ¿Qué quieres?- estaba apenado, no me lo esperaba. Pensé que estaría enojadísimo.

-         Venía a ver a Emmy… solo si tu me lo permitías- le informe.

-         No esta- dijo.

-         ¿a que hora volverá? Es que estamos haciendo una pillamada en casa y papá junto a la abuela me pidieron que viniera a invitar a Emmy y a Esme- le dije.

-         Ella no podrá ir- me informó, no me extrañaba que dudara.

-         Emmett se que no confiarás en mi de buenas a primeras, pero quiero que sepas que no le volveré a hacer daño, llama a casa y pregunta, estarán todos, quiero empezar de nuevo, y la quiero, solo dame la posibilidad de demostrar que e cambiado por favor…- le pedí.

-         No esta porque se fue… Rose la llevo a la casa de su abuela en New York. Ella fue quien tomo esa decisión, pasar una temporada allá no le hará mal- después de eso me cerró la puerta en la cara.

-         ¿Qué?- susurré solo para mí.- ¿se fue?

Me volví a subir al auto y conduje a casa. Me tire en la cama y me puse a llorar, quería desaparecer, quería que nada de lo que estaba pasando pudiera afectarme, quería no darme cuenta de nada. Quería desaparecer del mundo.

-         Se fue… ella se fue…- susurré antes de sollozar aun más fuerte. Como deseaba que mamá estuviera conmigo, como deseaba un abrazo de ella.- se fue… ella se fue- volví a susurrar.

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bueno chicas....  aqui les dejo un nuevo capi...

espero volver a la pista desde ahora....

un millon de gracias a todas ustedes, chicas sinceramente las e sientido muy sercanas...

las quiero mil....

besitos y abrazos para todas

su amiga esme...

mi email es tereyyo2@hotmail.com par las que aun no me han agregado....

besos