Bella POV

Pase una noche de perros. La cama era extremadamente cómoda, pero nunca pude dejar de extrañar la comodidad de la mía.

Me levante tempranísimo, para poder tomar una exquisita ducha. Me puse unos pantalones que llegaban a las rodillas y una polera sin mangas de color azul. Y obvio una chaqueta, porque aunque hoy había amanecido soleado, Forks era muy, muy inestable.

Baje y fui a la cocina a ver las cosas que me habían traído anoche. Eran solo cosas individuales, para que no fuese a necesitar vaso o platos y cubiertos. Tome leche y entibié en el microondas un panecillo, desde pequeña los comía así. Tuve que sentarme encima de los muebles para comer tranquila. Cuando termine me dirigí nuevamente a mi habitación lavé mis dientes y tendí la cama. Tome la mochila, mi billetera, las lleves del auto y me fui.

Cuando cerré la puerta me percate que iban saliendo mis vecinos. Quizás debería intentar conocerlos para no estar tan sola. Cuando me propuse hablarles la muchacha se adelanto.

-         yo a ti te conozco…- insinuó.

-         Emmmm… soy nueva aquí.- agregué.

-         No de la universidad, creo…. – dijo con ojos pensativos- siiiiiii…. Tú estas en mi curso- concluyó. En realidad no sabía si eso era verdad o no. No había puesto mucha atención en la gente ahí, si es que no estaba totalmente concentrada en la materia, estaba pensando en Edward.

-         Ammmm… puede ser.- agregué tratando de poner mi mejor cara para que no se fuese a sentir por mi falta de conocimiento.

-         Así es- dijo acercándose más- hola soy Ángela Weber y él es mi novio Erick. Él no esta en nuestra clase, estudia Enfermería.

-         Hola soy Isabella Swan, pero me pueden decir Bella.- agregué.

-         Hola bella…- dijeron al unísono. Los tres comenzamos a reír.

El viaje a la universidad fue muy tranquilo y corto. Cuando venia desde casa de Charlie me demoraba como 1 hora, pero hoy fueron 15 minutos.

Cuando llegue me estacione y me dirigí a la facultad de Edward, quería saludarlo y pedir disculpas por mi actitud de ayer. Prefería eso antes de perderlo. Pero cuando me acerqué lo encontré con una muchacha espectacular, tenía el pelo rojizo y le llegaba a la cintura. Su tez era clara. Vestía muy parecida a mí con unos pantalones que llegaban un poco más arriba de las rodillas y una chamarra azul. Conversaban muy amenamente. Edward se notaba tan cómodo en su compañía reía como en todo el día de ayer no lo había visto. Comencé a acercarme, y a medida que lo hacía dolía el estomago por el nerviosismo de saber quien era esa muchacha.

Edward POV

Me molestó mucho la actitud de bella. ¿Cómo no era capaz de defenderse un poco más? El tipo ese la había insultado haciendo referencia a 4 hombres en su vida, y ella muy campante dejo que la besara. No lograba entenderla. Se lo critiqué, pero ella termino sacándome encara que eran amigos hace mucho ya. Bueno si lo prefería a él, entonces que se quedara con él, yo no sería su juguete.

Se alejó de mí y se dirigió a Alice. Al parecer Jazz se percato de nuestros estados de ánimo porque comenzó a acercarse a mí.

-         ¿Qué pasa hombre? Irradias ira- acotó muy serio.

-         Me indigna la actitud de bella frente a ese idiota de Black- confesé.

-         Es su amigo viejo.- agregó.

-         Bueno si quiere estar conmigo tendrá que dejar de serlo.- escupí con rabia.

-         Él es parte de ella en estos momentos viejo, entiéndela, si le pides que se aleje de él estará sola y lo que necesita es apoyo, no que la critiques en todo.- me aconsejo.

-         Nunca le e criticado nada Jazz…- confesé más tranquilo- pero ella tendrá que entender que no nos puede tener a los 2 en su vida.- acoté

-         Lo único que espero, es que ella tome la decisión que tú esperas- confeso agachando la mirada. Sus palabras tomaron cabida en mi interior ¿Qué pasa si ella no me elige?

-         También lo espero- dije esta vez impulsado por la nostalgia de lo que sería si ella no lo hace.

Las muchachas se nos comenzaron a acercar y bella dio las gracias a Jazz por el televisor que le habían regalado él y Alice.

Trataría de arreglar todo en el carro, aunque no con palabras la abrazaría y la besaría para tratar de hacerle ver que la amaba y aprovecharla algún tiempo más por si ella no me elegía a mí. Pero para mi disgusto mayor le pidió a Alice que se sentara a su lado en el asiento trasero, con la escusa de nuevos planes para comprar el resto de los muebles para su casa. Bella le ponía poca atención, la veía vacilando de vez en cuando por el espejo retrovisor.

Hicimos que acomodarán la cama en su cuarto. Pude notar el sacrificio que hicieron los 2 muchachos, así que dí una muy buena propina 100 dólares a cada uno.

Las sabanas eran preciosas, el color se veía magistral en torno a bella, hacía que su piel fuese más cristalina y blanquita. La vi sonreír, pensé que me diría algo pero no lo hizo, me ignoró por completo. Eso ya era el colmo, quería que mis padres llegaran lo antes posible para que nos fuésemos y la pudiésemos dejarla tranquila.

Al paso de mis cavilaciones sonó el timbre, después de que una efusiva Alice acoto algo sobre visitas oficiales bella fue a abrir, iba muy lentamente pude verla titubear en los escalones, mientras que el timbre volvía a sonar.

Era la otra parte de la familia. Ayude a Emmett con una de las maletas de Bella y pude ver su rostro cuando salude a mi familia. Estaba triste.

Nos quedamos unos minutos más en su dormitorio mientras Jazz terminaba de instalar la TV. Decidimos que era hora de irnos y dejar descansar a bella. Cuando bajamos vi una de las situaciones más bellas y la más triste a la vez. Mis padres la estaban abrazando con mucho cariño, eso me puso muy feliz, sabía que ellos ya la amaban, pero me entristeció mucho ver el rostro de bella cubierto en lágrimas. Esas lágrimas tenían responsable y era yo. No pude acercarme me dio vergüenza. Cuando nos vio se limpio muy rápido y trato de fingir una hermosísima sonrisa, pero a mí no me convenció me dio más rabia conmigo mismo por hacerla sufrir. Necesitaba irme por esta noche estaba bien de peleas. Si me quedaba podía dañarla más porque aun tenía rabia.

-         ¡oh! Muchas gracias- dijo- siento no tener asiento para ofrecerles. Otro día los invitare a una cena de inauguración.- acotó de forma animada.

-         No te preocupes por los asientos, ya es tarde y tenemos que irnos.- concluyó mi padre que miro con ¿decepción?- adiós cariño- depositó un beso en la cara de bella, todos se despidieron menos yo. No podía acercarme a ella. Me desconocía necesitaba su contacto pero me lo prohibía.

-         Voy a dejarlos abajo…- agregó dulcemente. Di gracias al cielo que Emmett llenara el silenció en el ascensor.

-         Adiós. Gracias por venir- agregó bella cuando todos comenzaban a alejarse.

-         De nada cariño.- grito Esme.

-         ¿Subirás?- me estaba haciendo una majestuosa invitación abriendo sus brazos en mi dirección, pero mi cuerpo no se movió ni un centímetro. Me quede estático donde estaba mirándola seriamente.

-         En realidad no…- agregué- tengo que irme, mañana tengo clases muy temprano.

-         Ah…- acotó muy sorprendida y bajando despacio sus brazos. -entonces nos vemos por la tarde, si quieres puedes venir para que cocinemos algo, ya tendré mesa.- me regaló una radiante sonrisa.

-         Doy clases con papá…- mi voz era fría.

-         Ok… entonces cuando puedas o “quieras” verme me llamas y nos ponemos de acuerdo- recalco muy bien la palabra “quieras”.

-         Te llamo entonces- concluí y me fui en dirección al auto de papá, me extraño verlos solo. Pensé que les gustaba que Rose se fuese con ellos. Mire a bella de reojo y aún permanecía parada en el mismo lugar donde la había dejado, miraba en nuestra dirección.

-         Pensé que te quedarías- agregó mi padre.

-         No- agregué.

-         Volvimos al si y al no ¿verdad?- agregó otra vez, nunca había visto un atisbo de enojo en su rostro, pero esta vez su frente estaba surcada de arrugas y su ceño estaba fruncido. No le respondí.

-         ¿terminaron?- preguntó mamá.

-         ¿Cómo podríamos terminar si nunca hemos empezado nada?- dije mirando a mamá- y ahí no respondí con un sí y un no- dije en dirección a padre.

-         ¿sabes lo difícil que es para bella esto?- preguntó mi padre.

-         Y ¿sabes lo difícil que es para mí?- pregunté.

-         No lo sé porque no me lo haz dicho.- acotó.

-         Es difícil dejarla ir sabiendo que la amo.- agregué.

-         Pero ¿Por qué quieres dejarla ir?- pregunto sorprendida Esme.

-         Se que ustedes le tomaron aprecio, se que me a hecho cambiar, pero no estoy dispuesto que comparta su tiempo con Jake, mientras el la humilla.- dije un poco exaltado.- si ella quiere estar con él que lo esté, pero que no juegue conmigo, porque a largo plazo lo único que conseguirá es hacerme daño.

-         La mujer que amas esta sufriendo y tu ni cuenta te das…- agrego muy apenado mi padre.

-         Sufre por que quiere…- argumente.

-         ¿así? Wow que masoquista, entonces ella quiso que su madre muriera, ella quiso ver a su padre y a su mejor amiga en una relación sentimental. Ella quiso perder a dos grandes amigos y ahora quiere perder al muchacho que más ama.- agrego sarcásticamente- ah y se me olvidaba ella quiso estar sola en un departamento vacío llorando, sintiendo su vida miserable.- agrego aferrándose más fuerte al volante. No pude mirarlo me dio vergüenza.

-         Tranquilo amor…- agrego mi madre tomando su brazo.

-         Tu no entiendes… estoy enamorado de ella, pero quiero alejarme ahora que puedo, porque después cuando ella no me elija, será peor para mí.- confesé con ganas de llorar.

-         Ella te eligió…- susurro mamá.- ella te eligió a ti, cuando decidió que por culpa de su amigo no te dejaría ir.- entonces lo que me había dicho bella en la tienda del centro comercial sobre la promesa que se había hecho era verdad, yo pensé que en parte lo había dicho para hacerme hablar.

-         Necesito volver a hablar con ella…- agregué.

-         Ya es tarde, déjala tranquila por esta noche.- agregó. Me callé por que más que un consejo era una orden, al parecer mi actitud si que lo había molestado porque nunca me había hablado de esa forma. Quizás bella si estaba mal y lo que les había dicho en la cocina era muy importante.

De repente sonó mi teléfono celular, el visor marcaba que era un mensaje de texto y de Bella.

“tu ausencia se siente por todos lados. B.”

Dios me comió la amargura. La llame en el instante, pero su teléfono estaba apagado, y no había tenido tiempo para pedir el de su casa.

-         ¿sucede algo cariño?- preguntó mi madre.

-         Nada.- agregué sin ganas de hablar.

Cuando llegamos me percate que había un auto que no conocía aparcado frente a nuestra casa. ¿Quién sería?

Al bajarnos y pasar por el lado del deportivo auto nos percatamos que estaba vacío. Así que era de suponer debían haber sido invitados a pasar por mis hermanos.

Se podían oír las risas de 3 personas mientras que el payaso de mi hermano les hacia bromas. ¡Ésta situación da asco! No me interesa quienes son las visitas estoy cansado y sin ganas de charlar por diplomacia. Me iré a dormir. Cuando me dirigía groseramente a las escaleras sin mirar siquiera en dirección a la sala, pude notar que una voz muy familiar me llamo.

-         ¡Edward!- tuve que darme vuelta para saber si era verdad o estaba alucinando por el extremo cansancio. Dios era ella. Estaba parada frente a mí. Con esos ojos azules y ese cabello rubio rojizo que le llegaba hasta la cintura, esa pequeñísima y plana cintura. Su cuerpo era escultural, diría de ensueños.

-         ¿Tanya?- dije mientras aparecía una sonrisa por mi rostro.- ¡dios! ¿eres tú?- pregunte bajando las escaleras que había subido y yendo en su dirección.

-         ¿Quién más?- pregunto con su particular tono de voz.

-         No lo puedo creer, sencillamente no lo creo.- dije abrazándola, la tome y dí vueltas en el aire.

-         Que bueno que te emocione mi visita, pensé que te habías molestado y por eso ibas derecho a tu habitación.- agregó sonriente.

-         ¿molestarme?- pregunte sorprendido- pero si estoy feliz de que ayas vuelto- dije besando rápidamente su mejilla.

-         Pues eso me tranquiliza.

-         Edward…- agregó Harry, padre de Tanya.

-         Harry, me haces feliz trayendo otra vez a esta niña- dije sonriéndole mientras daba su mano- ¿Sue? – me acerque a ella para darle un abrazo de bienvenida, era tan linda como su hija.

Después de eso, prosiguieron los abrazos con el resto de la familia. Me encantaba la idea de que mi amiga Tanya estuviese acá, hace años que no nos veíamos. Ella se había querido ir a estudiar a Dartmouth licenciatura en matemáticas, quería dar clases a chicos universitarios. Cuando nos conocimos me encante automáticamente de ella, estuve coqueteándole como pude, la diferencia de edad me jugaba mucho en contra ella tenia 18 y yo tan solo 13. Ha fines de cuenta logré mi cometido y la enamore. Fue con ella con la primera que tuve relaciones. Ella ya no era virgen, pero me importaba bien poco, lo único que sabía era que quería que ella fuese mi primera mujer. Nunca podré olvidar esa maravillosa noche. Decidí que lo mejor era irme a acostar no necesitaba seguir mirándola, no quería tentarme. Amo a bella, pero esta muchacha a la que había tenido el placer de probar me enloquecía.

Decidí darme una ducha fría. Quería bajar ese calor que inundaba a mi pelvis. Me puse la pijama y me metí a la cama.

Extrañaba el contacto de bella. Su aroma aún estaba en la almohada que abrazaba. Poco a poco fui durmiéndome.

Estaba muy entrada la noche no podía ver nada cuando sentí un contacto tibio bajando desde mi vientre hasta meterse bajo mi pantalón. El contacto me hizo gemir. Estire la mano para encender la lámpara de mi velador, pero sin mover un centímetro de mi cuerpo, el contacto se sentía extraordinario. Cuando la encendí pude ver a Tanya acariciándome, mi pantalón estaba bajado tan solo un poco, el poco que le permitía dejar mi intimidad al aire. Sus ojos estaban fijos en la acción, no pude evitar sorprenderme. Pero no me negué a sus caricias. Me acomode para quedar con la espalda en la almohada, lo hice lentamente, para que no pensara que deseaba se detuviera. Tanya lucía un diminuto pijama, dejaba sus piernas, el vientre y un pronunciado escote a mí vista. Se percató que miraba sus pechos.

-         puedes tocar si quieres- dijo sensualmente y lo hice.

El contacto se sentía maravilloso, mis manos se amoldaron a su cuerpo, pues lo recordaban muy bien. Juguetee con el pezón y ella emitió una rico gemido. Se acerco para besarme y le respondí el beso, quiso con su mano libre desabrochar la parte de arriba de mi pijama. Pero me apresuré y la saqué de su camino inmediatamente. Me sonrió y yo se la devolví. Comenzó a bajar depositando pequeños besitos por mi pecho. Cerré los ojos estaba muy excitado. Hace como 4 años que no tenía relaciones. Hasta que llego a mi erecto miembro, lentamente y mirándome a los ojos comenzó a meterlo en su boca, lo saboreo, la lamió e hizo con el lo que quiso. Yo aun continuaba acariciando sus pechos. El calor que sentía en aquella zona amenazaba con superarme, puse mi mano libre en su nuca marcándole el ritmo y con la otra que estaba en sus senos comencé a bajar para tocar su intimidad que ya estaba húmeda, ante mi contacto emitió un gemido contra mi pene lo que me provoco un estado glorioso de excitación. Metí un dedo en su intimidad. El deseo fluía hasta por los poros, se sentía tan bien como…

Me quede helado, la excitación se me esfumo. Solo sentí mi cuerpo petrificado parecía una roca, Tanya se percató y me miro.

-         ¿Qué sucede cariño? Lo estoy haciendo bien ¿no?- pronunció y después volvió a meter mi miembro en su boca. Me pare en el instante y la empuje un poco. Debo admitirlo fui muy brusco y ella no era la culpable de nada.

-         Lo ciento, ciento esto- dije indicando la cama. El placer que había sentido con ella, era parecido al que había sentido la otra noche en el sofá de mi casa mientras besaba y acariciaba a Bella, la diferencia era que a Bella la amaba y ese sentimiento nunca se podría comparar con otro.

-         Si deseas puedo hacerte sentir más.- agrego sensualmente mientras se acariciaba la entrepierna.

-         Estoy enamorado Tanya- confesé. Ella se petrifico y abrió unos ojos como plato.- y estuve a punto de acostarme contigo, sin pensar un segundo en ella.- me avergoncé de mi debilidad, debí detenerla desde un principio.

-         Wow... veo que es serio, de otra forma nunca me hubieses rechazado.- confeso un poco irritada. Ella no estaba acostumbrada a ser rechazada por nadie.

-         Lo siento mucho Tanya, solo puedo ofrecerte mi amistad. La amo.- confesé apenadísimo.

-         Mmm- pronunció con una mueca en el rostro.- no me puedo conformar con tu amistad, eso no es suficiente para mí, pero si aceptando puedo estar a tu lado y cuando te des cuenta de que ella no es la indicada sino yo querrás estar conmigo otra vez, entonces acepto.- agregó muy segura de que en un futuro cercano la elegiría.

-         Eso no va a pasar Tanya, porque ella es la indicada. Si no te conformas siendo solo mi amiga entonces y con mucha pena te pido que te alejes de mí, tu presencia confunde a mi cuerpo.- confesé.

-         Quiero ser tu amiga- agregó mientras de acercaba a mí.- no me basta, pero me conformo por ahora- dijo besándome en la mejilla- que lastima- acotó finalmente mirando mi pene erecto que aun permanecía descubierto- pudimos haberlo pasado salvajemente bien.

Me hizo tragar en seco. Su cuerpo confundía al mió, nada más. Así que me cubrí para que ella saliera rápidamente. No estaba acostumbrado a encerrarme en el cuarto de mi propio hogar, pero mientras ella estuviera aquí lo haría, no daría pie a malos entendidos.

Cuando me levante por la mañana, me percaté de que el día estaba muy soleado, me  preguntaba ¿Cómo fue la noche de bella en su nueva casa? Pero me avergonzaba al pensar en ella. Porque a su recuerdo se le unía el recuerdo de Tanya. Se lo debía contar, debía decirle la verdad.

Me bañe y baje a desayunar, era muy temprano así que no me toparía con Tanya. Pero para mi mala suerte acompañando a mi padre estaba ella. La mire interrogativamente.

-         es temprano para las dormilonas- concluí tratando de hacer una broma y no preguntar ¿Qué diablos haces levantada a esta hora? ¿quieres seguir acosándome?

-         Ya no duermo tanto, ahora soy madrugadora- concluyo tomando café. Sentí que me ignoraba un poco o quizás trataba de no mortificarme.

-         Voy de salida, me retrace un poco- dijo mi padre mientras agarraba una tostada y salía de la cocina. ¿Por qué justo ahora me tenía que dejar solo con ella?

-         ¿Cómo estuvo tu noche?- pregunto comiendo.

-         Tanya por dios…- trate pero ella me detuvo.

-         No me refiero a eso, lo pregunto de verdad, quedamos en que seriamos amigos…- no creí mucho en sus palabras- Edward lo siento, no debí hacerlo, me siento pésimo, no suelo ver a un chico y tirarme en su cama así de fácil. Es difícil explicar lo que me sucedió, me nuble. Hace mucho que no nos veíamos y te haz puesto muy guapo.- agregó- pero no quiero echar por la borda nuestra amistad. Te juro- dijo levantando una mano- que no intentare nada nunca más. Solo amigos ¿vale?- su rostro se veía afligido. Yo también sentía eso, habíamos compartido mucho como amigos y también como novios, no valía la pena tirar todo al vote de la basura por un error.

-         Esta bien Tanya, solo amigos- dije estirando la mano en su dirección la idea era que ella la estrechara.

-         Nunca hemos sido de ese tipo de amigos- dijo levantándose y dándome un corto abrazo.- si estás enamorado yo te apoyare te lo juro.

-         Gracias, no esperaba menos de ti.- agregue.- ahora dime. ¿te levantaste tan temprano para disculparte?

-         Sigues igual- dijo poniendo los ojos en blanco- no todo el mundo gira en torno a ti. Soy maestra ¿lo olvidas?- agregó.

-         ¿Darás clases aquí? ¿En Forks?- pregunte escépticamente. Ella encontraba de lo más aburrido este pueblo.

-         Si- agregó- en la universidad de Forks.

-         Wow. Quien lo diría… nunca creí que ejercerías aquí.- concluí.

-         Para que veas.

La mañana fue muy tranquila, realmente Tanya se porto muy bien conmigo, fue como si lo de anoche jamás hubiese sucedido. Había tenido clases y cuando salí me la volví a topar era muy entretenido tenerla aquí otra vez. Recordar lo bueno de mi pasado era fenomenal.

-         ¿recuerdas cuando obligue a Emmett a ser mi compañero de Ballet?- me preguntó. No pude parar de reír, era sorprendente recordar la infinidad de cosas que habíamos hecho cuando pequeños, Emmett se caracterizó por ser el más usado de todos. Era muy bobo.

-         Pusimos su foto en el frigorífico- dije entre risas.

De repente me percate de una mirada que no podría desconocer. Eran unos ojos chocolates preciosos. Nos miraba con nerviosismo. Pude verla tropezar 2 veces con sus mismos pies. Me recordó cuando la vi por primera vez, venía a disculparse con Jacob Black.

Había pasado mala noche, pude notarlo en sus ojos surcados por unas ojeras muy oscuras. Probablemente había llorado también. Debe haber llorado pensando en lo sola que se sentía y en que yo estaba enojado con ella. Debió haber llorado por mi culpa mientras yo estuve a punto de acostarme con otra. No pude seguir observándola, volví a posicionar mi mirada en Tanya.

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las quiero y sigan dejandome su apoyo

mi email es Tereyyo2@hotmail.com

para quien quiera gregarme y un día charlar... seria entrete...

se les quiere

xoxo

Esme

en el prox capi se viene el primer encuentro de amor entre Bella y Eddie... espero les guste a mi me fascino nos vemos muy luego... dejen sus comentarios y si gustan votos