Jacob POV

Nunca pude sacarla de mi cabeza, siempre se me presentaba en espejismos, ¡pero esto!, esto ya era mucho.

Me encontraba en casa disfrutando de la compañía de mi novia Gina. Habíamos quedado en ver una película cuando saliéramos de la Universidad hoy. Le ofrecí ir al cine, pero no quiso, se escuso de que estaba cansadísima con los exámenes impuestos esta semana.

Era viernes, tendríamos el fin de semana para nosotros, sus padres saldrían de viaje y yo podría ir a quedarme a su casa. Ella provocaba en mi lo mas cercano a sentir amor. Digo lo mas cercano, porque siempre estuve enamorado de Bella, pero ese siempre fue un amor imposible… un amor dañino, me propuse olvidarla desde el día que decidió no volver a contestar mis llamados. Dolió como nunca me había dolido nada… dolió más que la muerte de mi madre, dolió su ausencia. Pero lo iba a superar y en eso estoy ahora.

Gina es hermosísima, es una mujer perfecta, de buenos sentimientos, protectora, buena con mi padre y con mis amigos. Bueno y lo importante, ME AMA.

Habíamos dejado de ver la película, ella me había besado y había comenzado a excitarme. La bese, como si de eso dependiese mi vida, la acaricié como si fuese la ultima vez que lo haría. Ella se senté en sima de mí, con su boca pegada a la mía. Teníamos tiempo de sobra para hacer el amor, Billy había ido al mercado y tardaría alrededor de unas dos horas solo en el mercado y una mas entre el viaje de ida y vuelta.

Aferre mis manos a su cintura y me pare, sutilmente la recosté en el sillón y me posicione sobre ella entre abriendo sus piernas tan solo un poco. Cuando sintió mis labios entrando en contacto con su cuello, soltó un leve gemido que me excito demasiado.

Le desabroche la camisa y se la saqué, y le desabroche el sostén. Los deje en la mesita de centro. Luego seguí sin apremio besando sus pechos y mordiendo la cima de estos. Gina arqueaba su espalda, me encantaba saber lo que provocaba en ella, saber que era yo quien la poseía y la hacía sentirse una mujer completa.

Le baje sus jeans, traía una tanga hermosa de un color rojo apasionado. No quería que nada se opusiera para entrar en contacto con ella. La quite inmediatamente también y comencé a acariciar su entrepierna. Cuando mis dedos entraron en contacto  con su intimidad, emitió un gemido glorioso. El cual me dejo enloquecido. Rápidamente baje mi jeans y mi ropa interior, antes de introducirme dentro de ella, la mire con deseo y le susurre con picardía.

-         no más preámbulos cariño, tus gemidos me tienen loco… lo siento, pero eres culpable, por ser tan exquisita.

-         No hay problemas cariño. Te quiero dentro de mí ahora mismo.

Después de eso me introduje en su interior cuidadosamente ya que no quería producirle algún daño debido a que no estuviera lista. Había sido testigo de lo dolorosas que fueron nuestras primeras noches, no para mí, para mi fueron increíbles, me dí cuenta que era por mi culpa, ya que sin pensarlo me iba directo al grano, sin preámbulo ni nada. Ella nunca estaba lo bien lubricada para que no se produjera dolor. Pero de los errores se aprende. Después de eso nuestras noches, bueno mañanas, medios días, tardes, etc. Fueron inundadas de una maravillosa pasión.

Cuando me adentré en su intimidad arqueó la espalda y posiciono sus pies en torno a mis caderas. Trate de no ir tan rápido pero ella me pidió mas velocidad. Solo la obedecí. Entre y salí de Gina y cada una con mas excitación que la otra. Ella me miraba con deseo en el rostro y yo con ternura. Aun no podía mirarla del todo con amor.

Las embestidas cada vez eran más rápidas y profundas. Mi pene se sentía apunto de estallar, su estreches me volvía loco y me hacía embestirla cada vez con mas brusquedad.

Hasta que al fin llegamos al orgasmo juntos, siempre era igual me complacía el hecho de que pudiésemos terminar en la gloría juntos. Como estaríamos por siempre.

Me recosté en el sofá era grande así que yo cabía perfectamente. Posicione a Gina a mi lado y la acurruque en mi pecho.

-         te quiero mucho Gina… te necesito mucho cariño.- fue lo único que pude susurrar en su oído. Aun recuperándome de los recientes jadeos.

-         Y yo a ti cariño, también te necesito. Te amo cariño.

Me daba lástima el hecho de no poderle decir que yo también la amaba. Pero no quería mentirle. Mas que mal con el tiempo podría decirlo de corazón, ya estaba olvidando a bella. Ella estaba con un tipo, el que probablemente era dueño de sus besos, de sus alegrías, de sus tristezas y desilusiones, pero lo más importante y lo que me indignaba por sobre todo. Dueño de su cama, de su deseo y sus gemidos, de sus orgasmos, dueño de su intimidad. No me podía sacar de la mente el hecho de que el la tocara y la besara como yo lo hago con Gina. De que el la poseyera como nunca yo podría hacerlo. Porque Si, yo anhelaba poseerla, anhelaba amarle, sentirme dentro de su intimidad, de poder sacarle esos gemidos que tanto me gustarían escuchar. Peder acariciarla y besarla por completo. Peder llegar junto a ella a la sima total de excitación de llegar junto a ella a un maravilloso orgasmo.

¡BASTA! Me grite en mi fuero interno. Deja de pensar en ella mientras abrazas a la mujer que acabas de hacerle el amor. ¡DEJA DE PENSAR EN ELLA JACOB, POR DIOS! ¡OLVIDALA!

Como si fuera tan simple lo e intentado durante 10 años, y aun no lo consigo del todo. Pero es solo cuestión de tiempo, nada más. La voy a olvidar.

Inesperadamente tocaron a la puerta. La que produjo que saliera de mis cavilaciones.

-         Billy- dijo Gina incorporándose rápidamente y tapando su boca con las manos.

-         No cariño. Billy lleva llaves, si fuese el ya nos habría visto.- dije cerrándole un ojo con picardía, mientras agarraba mi ropa y me la ponía.- vístete cariño, por si es alguien que tenga que pasar, aunque para serte verdaderamente sincero, por mi te quedaras así por un buen rato más.

Gina se coloco roja. Aunque yo siempre vivía halagándola, ella nunca terminaba de acostumbrarse, siempre se sonrojaba de gran manera. Lo que me hacía enternecer un montón. Volvieron a golpear la puerta. Ella comenzó a vestirse me le aproximé, y le bese dulcemente los labios.

-         te amo.- le dije. No se como, ni cuando decidí decirlo, nunca se me paso por la mente, solo lo escupí. Esboce una gran sonrisa, al parecer si la amaba. Y eso me hizo enormemente feliz.

Los ojos de Gina brillaban con esperanza, yo nunca le mentí, siempre fui claro y le conté todos mis sentimientos sobre bella.

-         Gracias… no sabes… lo que es para mí…

-         Te amo…- le volví a decir con mis labios pegados a los de ella- y vístete no quiero que mis amigos tengan el honor y privilegio de ver a mi mujer desnuda

Gina solo se sonrojo y rió tímidamente.

Yo reí de forma estridente.

Me aproxime a la entrada y abrí la puerta.

Nunca pude sacarla de mi cabeza, siempre se me presentaba en espejismos, ¡pero esto!, esto ya era mucho.

Los observe. Pero no lo entendía.

¡DIOS ES ELLA! ¡ELLA! ¡DIOS ES BELLA! ¡BELLA! ¡UNA HERMOSA BELLA!

Los observe con gran detalle, primero a Charlie y después a bella. La observe detalladamente de pies a cabeza. Por último la mire fijamente a los ojos y estaba ahí. Aquí, enfrente a mí. Dios la espera por 10 años había acabado, estaba aquí, bella estaba frente a mí.

      -  ho… hola… ¿Charlie?- fue lo único que atiné a preguntar.

      - pues si hombre, ¿Que acaso ya no me reconoces?

¿Y que importaba? ¿Qué importaba si ella estaba aquí? ¿Le perdonaría todo? El abandono, la ausencia, el desaire, la indiferencia… nunca le importamos. Esa es la verdad. Éramos solo parte del paquete, del maldito paquete que era estar aquí.

Pero, ¿Qué diablos hacían acá? ¿Aquí? ¿En mi casa?... ¿Por qué ahora? Después de todo ese tiempo, ¿Cómo se le ocurría traer su hermosa presencia ante esta casa? Porque claramente una cosa no se podría negar jamás… ella es la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Con sus ojos chocolates profundos, su pelo marrón hasta la cintura, wow y que hablar de su cintura, pequeñita, finita. Que daría por tenerla entre mis manos. Dios ese cuerpo es glorioso. Su piel casi traslucida le daba un toque excitante, ella entera era excitante. Wow la vida se ensaña conmigo, trato de olvidarle y esta mujer se posa frente a mi casa con este cuerpo de diosa y que no me pertenece… de hecho le pertenece a otro… ¡AL DIABLO CON LA MALDITA PROMESA! ¡AL DIABLO CON ISABELLA SWAN! ¡AL DIABLO CONTIGO BELLA! ¡YA NO TE QUIERO EN MI VIDA! ¡VETE CON ESE TIPO, DEJALO QUE TE HAGA SU MUJER, QUE TE POSEA, A MI YA NO ME IMPORTA! ¿ME OISTE? ¡YA NO ME IMPORTA! Todo eso y mas me daban ganas de gritarle a la cara. Pero me limite y concentre al máximo. Esto se acabaría pero de la mejor manera posible. La haría pensar que ya no me interesaba… mi indiferencia será su peor castigo.

      - Wow… en realidad, me sorprende mucho. Anda pasa- dije dirigiéndome exclusivamente a Charlie.

Entre a la casa acompañado de los visitantes… ¿Por qué diablos Billy no me dijo nada? ¿O será que me lo dijo en la mañana?

-         Jack en la tarde iré al mercado, quiero comprar unas cosas y como no vas a estar cuando salga prefiero informarte ahora.

-         ¿y para que iras al mercado aun no es la fecha? ¿necesitas comprar algo en especial?

-         Bueno si especial, necesito hacer algo muy especial, algunas cosas para atender a un par de invitados que vendrán a casa.

-         Wow que misterioso… y ¿se puede saber quienes?

-         NO

-         ¿Por?

-         Porque no.

-         papá ésa ni siquiera es una buena respuesta.

-         No necesito que sea buena, solo que no te lo diré.

-         Vamos jefe… ¿Qué acaso es una novia?- pregunte un poco sorprendido… bueno comprendo que es hombre pero no me lo imagino con otra mujer aquí en casa… siendo así como mi mamá

Charlie me saco de mis pensamientos.

-         Wow Jack- dijo asombrado- no recordaba que tu casa fuese tan hermosa

-         Es que… emmm… no lo era… de a poco… emmmm… hemos ido arreglándola…- dije aun sorprendido con la presencia de aquella diosa en mi hogar.

No se que me sucedía pero aun no podía creer que bella estuviese parada frente a mi, algo que de hecho e esperado desde hace 10 años y ni siquiera le he dicho hola o la he saludado.

-         Oh… ya veo… y bueno… esta es bella… ¿la recuerdas o no?- pregunto con un tono sarcástico.

-         Bueno si…- dije muy seguro, no pude aguantar una pequeña sonrisa que se dibujo en la comisura de mis labios… por dios Charlie ¿Cómo no la voy a recordar? Si tu supieras como me la imagino… dios eso si que no te gustaría. Pronto me di cuanta de lo estúpido que estaban siendo mis pensamientos. Así que me limite a proseguir- es solo que están diferentes… eso es todo… sorprendido…

Cobardemente proseguí sin dirigirme directamente a bella.

“¡NO TE MIENTEAS!” me decía mi voz interna. “¡MUERES POR CRUZAR EL ESPACIO QUE HAY ENTRE AMBOS Y ABRAZARLA Y HASTA SI ELLA TE LO PERMITIERA BESARLA!”

-         Bueno… ¿y mi amigo Billy?- dijo Charlie sacándome de mis locuras, en este momento se lo agradecí.

-         Fue al mercado… por unas cosas… dijo que volvía enseguida…

-         Ah…- fue lo único que pronuncio.

-         ¿Lo quieren esperar?- trate únicamente de romper el hielo, de esa forma si era formal y se quedaban podíamos dejarnos de boberías y pasar al salón, aunque debo admitirlo mi voz salio un tanto grosera.

-         Si no te molestamos- respondió bella bruscamente.

-         No… no molestan… ustedes son amigos de Billy, y estoy seguro que saltara por toda la casa tan solo con ver tu auto afuera Charlie.

Eso fue un golpe bajo, lo puedo ver en su rostro, me alegro que le duela. Eso es lo que quiero que se de cuenta que con su ausencia y abandono, perdió a un amigo.

Se me había olvidado del todo la presencia de Gina. Así que cuando apareció desde el salón me lleve un gran susto.

Pude ver la especulación en el rostro de la que un día fue mi mejor amiga. Pude ver sus ojos abiertos como platos mirando de pies a cabeza a mi novia. Bella nunca fue una chica con mucha autoestima, incluso podría apostar que en este preciso momento esta comparándose con Gina y sintiendo inseguridad de su belleza. Pero que ilusa podría llegar a ser si cometiera tal sacrilegio. ¿Que acaso no se da cuenta que ella es la mujer mas hermosa del planeta? ¿Que cualquier hombre desearía estar con ella antes de estar con cualquier otra? Por dios bella que torpe puedes llegar a ser.

-         Hola…- murmuro Gina hacía mí con curiosidad.

-         Gina- dije sonrojándome y mirando de refilón a bella. No entendía su expresión ¿Que le sorprendía tanto? ¿Qué yo tuviera una novia y me hubiese olvidado de ella?

-         ¿Quiénes son?- dijo Gina aún observándome, mientras tomaba de mi mano.

-         Son Charlie y su hija Isabella.

“¿¡ISABELLA!? ¿¡DIOS QUE DEMONIOS TE SUCEDE!?” pregunto de nuevo la vocecita en mi interior.

“¡BUENO ISABELLA ES SU NOMBRE!” contraataqué en mi interior. “Y SI NO ME INTERESA MANTENER NINGUN LAZO CON ELLA NO TENGO PARA QUE LLAMARLA DE OTRA FORMA” dije casi gritando con lágrimas dentro de mi pecho.

“TE VAS A ARREPENTIR… TE VAS A ARREPENTIR” decía la vocecita en mi interior. Estaba burlándose de mí.

“¡¡¡¡YA CALLATE MALDITA SEA!!!!”

Y la voz en mi interior por fin cesó.

-         Amigos de mi padre.- concluí

Pude ver en su rostro la pena, todos fuimos capaces de verla, incluso Gina, quien me apretó más la mano. Charlie observo a bella y luego me envió una mirada asida.

-         ah… - dijo Gina observándome detenidamente a bella.- y bueno… ¿no me presentaras?- dijo especulativa. ¿porque hacía eso? ¿Qué pensaba? ¿Qué la iba a dejar por el simple hecho de que volvió bella? Es una boba y eso me molesto porque yo n… yo nun… yo… no… puedo… yo… no la dejare… nooooo… no justo ahora que se le tinco volver… no puedo dejarla, no debo dejar a Gina ella me quiere y yo la quiero… yo la a… yo… dios no puedo.

Logré apreciar los ojos especulativos de Gina. Como casi esperando que la presentara no sé… quizás… ¿Cómo una amiga?

Por dios que poco me conoce.

-         Por supuesto cariño- y ahí estaba de nuevo esa expresión en el rostro de bella, esa especulación de no saber nada… - ella es Gina… mi novia…

¿Dolor? ¿Qué acaso es dolor lo que vislumbra en el rostro de bella? ¡Dios santo pero si ella tiene novio! ¿Podría exigirme que yo la esperara en castidad mientras ella se… con su… sex… tiene novio?

-         un gusto conocerlos, Billy siempre habla de ti Charlie…- dijo Gina. Lo único que esperaba era que no se le ocurriese decir que yo también le hablaba de ella.

Y ahí estaba otra vez esa expresión como esperando que prosiguiera, que Gina le lograra proporcionar mayor información.

Nos quedamos unos segundos en completo silencio…

     -Bueno bella- dijo su padre- será mejor que nos vamos, es tarde y creo que Billy va a tardarse… mejor venimos mañana…

-         Si gustan…- dije. La cara de bella se puso roja.

-         ¿no quieres que estemos acá?- preguntó rudamente.

-         ¿Cómo?- trate de hacerme el desentendido, pero bien sabía yo que en el tono que estaba hablando dejaba al descubierto un mensajito tal como ¡¡¡¡¡NO VUELVAN POR AQUÍ!!!!!

“¿ESTAS SEGURO QUE ESO ES LO QUE QUIERES JACOB BLACK?”. Ignore la vocecilla en mi interior.

-         ¿Qué si deseas que nos vamos “JACOB”?- enfatizó la pronunciación de mi nombre, fue raro escuchar como salía una palabra tan dura de esos delicados y maravillosos labios.

Fruncí el seño.

-         Que ocurrencias bella… ¿Por qué Jack querría que nos fuésemos?- pregunto su padre.

-         No lo se, por eso se lo estoy preguntando.- volvió a mirarme con ira, esperando una respuesta, valla, si que a cambiado su carácter.

-         Wow veo que el tiempo te ha puesto paranoica- dije más encima con una mueca sarcástica en los labios.

-         Me largo- fue lo último que dijo, de pronto se dio la vuelta, camino hasta la salida, pero antes de que pudiese abrir la puerta, Quil. Mi viejo amigo. Tubo que venir a vivirse aquí hace dos años, sus padres murieron en un accidente automovilístico. Por lo que dicen los policías el padre de Quil venía bajo la influencia del alcohol y se quedo dormido al volante, estrellándose en una curva en la carretera. Desde aquel momento le brindamos apoyo y un nuevo hogar. Otra cosa que la señorita “Prefiero una Gran Ciudad que este Maldito Pueblo” ignoró.

-         ¿Bella?- pregunto Quil con enorme curiosidad- Dios bella, ¿eres tú?

La miro con la misma incertidumbre que tuve yo en el rostro. Podría asegurar que bella no lo reconoció. Quil tiro al suelo su mochila y su chaqueta. Se acerco a tropiezos y comenzó a elevarla del suelo y darle vueltas en el aire.

-         oh dios bella, no sabes que contento- decía sin parar de reír, parecía un chiquillo de 15 años.

-         Quil- fue lo único pronunció bella antes de comenzar a responder al efervescente recibimiento de “mi” amigo.

-         Dios bells, no lo puedo creer…- la deposito en el suelo- ¡estas aquí!, dios si que estas aquí- decía tocando cariñosamente su rostro, me pude dar cuenta que su hermosura lo despampano al igual que a mi.

“¡SIN PRESIÓN TU SOLITO LO ADMITISTE!” Ironizo la voz en mi interior

-         Si aquí estoy…- dijo con una grande y radiante sonrisa, aquella sonrisa que no me dedico a mí al verme.

-         Estas tan cambiada… tan linda bells…- ¿Qué demonios? ¿Le dice que es linda? ¿Y con que fin?

-         Emmm… gracias Quil… por el… recibimiento… si hubiera sabido que sería así habría ido directo a tu casa…- dijo riendo, ¿Qué trato de decir con eso? ¿Qué hubiera preferido ir a verlo a él antes de a mi?

-         Bueno, en ese caso aquí estamos… esta es mi casa ahora, desde que murieron mis padres.

El rostro de bella se paralizó, no esbozó ningún sentimiento, es como si te hubiesen apuntado con un control remoto y le hubiesen puesto pause. Hasta que rompió el silencio, pero aun sin moverse.

-         ¿Qué?- dijo jadeando estridentemente.

-         No te preocupes bells no tenías como saber… no hay problema paso hace años, lo e ido superando… poco a poco pero superando…- dijo con una sonrisa apesadumbrada.

Lo primero que habría hecho, habría ido donde Quil y le habría dicho que no tuviese pena, que luchara por seguir reconstruyendo su vida. Y segundo me habría acercado a bella, le abría obligado a mirarme, y hubiese descubierto que estaba pasando por su mente ahora mismo. Lentamente se volteó mirando directamente a los ojos de Charlie.

-         Si Quil, tenía como saber.- dije mirando furiosamente su padre. ¿podría ser efectivo, que bella nunca hubiese estado al tanto de las cosas que pasaban en la Push porque Charlie nunca se las contaba?

-         Lo siento bella.- dijo su padre mirando hacia el suelo.

-         ¿Por qué? ¿Por qué?- grite con odio. -Tenía derecho a saber.

-         Bells yo…

-         ¿Tu qué?... ¿Cómo demonios podrías explicarme el hecho de dejarme al margen de la muerte de los padres de mi amigo?

Ahora era oficial, bella no tenía idea de lo sucedido en la Push Charlie se lo oculto todo.

-         Bella…- dijo Quil preocupado- no te enojes con tu padre, el debe tener razones fuertes para eso, te las puede explicar pero quizá deban hacerlo en privado. Charlie se sentiría mas relajado.

¿Pero que demonios hace Quil? ¡Él nos debe una explicación a todos! El debe explicarme porque dejo a mi mejor amiga fuera de la muerte de mi madre. O del divorcio de los padres de Marina. O del embarazo precoz de esta misma.

-         Vamos a casa. Allá podremos hablar tranquilamente…- dijo bella con desilusión en la voz.

-         Lo siento tanto amigo, no quise estar lejos de ti en esos momentos tan difíciles de tu vida… nunca lo supe… lo siento.- dijo abrazándolo y escondiendo su rostro en el pecho de aquel gigante muchacho- lo siento mucho- su tono comenzó a asustarme.

-         No te preocupes bella- dijo mientras levantaba su rostro para mirarla a los ojos, pero el rostro de Quil dibujo sorpresa y yo pude acertar en mis suposiciones, bella estaba llorando- bells no, por dios, no, por mi bella, por favor no llores cariño…

No aguante mas di tres pasos hacía ellos, decidido a ir y abrazarla, a pedirle disculpas por mi actitud, que nunca quise verla llorar. Pero sentí una mano aferrada a mi brazo, una que me llevo a pisar tierra otra vez. Adquirir un compromiso otra vez. Quería con toda mi alma acercarme a bella y besar ese manjar de labios, pero no lo hice, por mí, por ella y por Gina.

-         te juro que vendré mañana, para que podamos hablar extendidamente, me comprometo contigo, ¿Ok?

-         Ok- respondió Quil.

En ese momento bella salió de la casa sin voltear a verme, solo se fue, otra vez, pero esta vez no sería definitivo porque ella había vuelto, ¿Por qué? No tengo idea. Lo único que sabía era que Por fin la espera se había acabado…