POV. BELLA

Mis sentidos habían mejorado mucho estas ultimas semanas todo era. Afilado. Definido.

La luz de arriba de mi cabeza seguía siendo brillante, sin embargo, pude ver claramente los filamentos dentro de la bombilla. Pude ver cada color del arco iris en la luz blanca y, en el mismo borde del espectro, un octavo color para el cual no tenía nombre.

Detrás de la luz, pude distinguir los distintos granos en el techo de madera oscura. Delante de él, pude ver el polvo moviéndose en el aire, las partes tocadas por la luz, y los lados oscuros, distintos e independientes. Como pequeños planetas, se desplazan en torno a sí en una danza celestial.

El polvo era tan bello que lo inhalé en estado de shock; el aire silbaba en mi garganta. La acción se sentía mal. En él, pude saborear la habitación. El sabor del movimiento del polvo, la combinación del aire con el flujo del aire más fresco proveniente de la puerta abierta. El sabor de un exuberante whiff de seda.
Y sobre todo, podía saborear el aroma de casi-miel-lila-y-sol- que era el más fuerte, el más parecido a mí.

el aroma que era algo parecido a la miel y la lila y el sol, con lo que nuevos sabores. Canela, jacinto, pera, agua de mar, levadura, pino, vainilla, cuero, manzana, musgo, lavanda, chocolate… intenté una docena de comparaciones diferentes en mi mente, pero ninguno de ellas encajaba. Era tan dulce y agradable.

escuche La TV de abajo había sido silenciada, y escuché a alguien – charlie – cambiando su peso en el primer piso. También escuché un débil ritmo, con una voz gritando airadamente acompañándolo. ¿Música rap? Yo estaba mistificada por un momento y, a continuación, el sonido se disipó como un coche que pasa rápidamente por las ventanas con laminados..  si mis sentidos se habían hecho mas fuertes que antes pero no podía decirle a nadie sobre esto. Pensarían que era un fenómeno.

Ya habían pasado 3 meses desde que estaba con Jacob y todo el tiempo que podíamos estábamos juntos. Mis primos y familiares de la push nos felicitaron por nuestra relación. Todos estaban encantados      y mas nuestros padres. Sue me dijo que yo era la hija que nunca tubo y que me queria como tal, Billy también estaba muy contento y mi padre Charlie mas. Mi vida no podía ser mas feliz, tenia un novio hermoso y guapo que me queria, un padre que me amaba mucho y una familia que me adoraba tal y como era. Ya estábamos a principios de agosto, Jacob y mi padre me convencieron de que me inscribiera a la preparatoria para acabar mis estudios. Como Jacob estaba en la escuela de la la reserva  junto con mis primos  decidieron que se cambiarían al instituto de forks, para darme apoyo con todo lo demás.  Todos iríamos al instituto de forks, nada me alegraba mas que ver a todo mi familia junta. Todo estaba volviendo a la normalidad, bueno si es que puedo considerarme una persona normal.  Es algo muy extraño lo que siento porque, por mas  que tratara de hacer las cosas como eran y tratar de comportarme todo el tiempo como una persona , había algo que no en mi que me decía que esa no era yo, era muy extraño para mi tratar de comportarme normal. Trataba y trataba pero no me sentía comoda asiendo lo que asia,  tratando de ser alguien mas, alguien que yo no era. Y hoy para mi desgracia era un dia de esos. Siempre  interpretando a alguien que no era yo.

Eddy mi fiel compañero siempre estaba hay conmigo, siempre cuidándome. Recuerdo que una vez le pregunte a Jacob, sobre Eddy le pedi que me contara como había llegado a mi vida, pero solo me dijo que una persona me lo había regalado y lo había nombrado como ella. Eso era extraño porque, quien podría llamarse Eddy era un nombre estraño. Un nombre extraño pero lindo. Mi bolita peluda como aveces lo llamaba ya estaba viejito pero siempre con la misma chispa de vida en su pequeñito ser, siempre jugando y haciéndome sonreir.  

Hoy estaba nublado como de costumbre en forks, era un dia perfecto para ir de paseo normalmente llego a Eddy conmigo pero hoy lo dejare en casa porque estaba durmiendo eran tan tierno y hermoso cuando dormía.  Me puse unos vaqueros y una blusa de trato tipo franela, y nis zapatos. Como mi casa estaba junto al bosque no corria peligro de que nadie me viera. Gire hacia la ventana de mi cuarto y Apretando mis dientes mientras me concentraba, traté de imitar su casual paso al aire vacío.
 La tierra parecía moverse hacia mí tan lentamente que no se me hizo difícil colocar mis pies. Amortigüé el impacto con la parte redonda de mis pies, no queriendo separar mis delgados talones. Mi aterrizaje fue tan tranquilo como el de un gatito. Mientras corría, no pude evitar reírme despacio por la emoción,  la risa no me detenía o me desconcentraba. nunca se chocaba con los árboles mientras corría. No era una sensación peculiar, el equilibrio entre la velocidad y la claridad. Puesto que, mientras me disparaba, bajo, y por el laberinto en un grado que debería haber reducido todo a mí alrededor a unas simples manchas verdes, pude ver claramente cada diminuta cosa en esas manchas mientras pasaba.

El viento de mi velocidad sacudía mi cabello, aunque sabía que no debería, se sintió caliente en mi piel. Así como el rudo piso del bosque no debería sentirse como un terciopelo bajo mis desnudas suelas, y así como mis brazos y piernas no deberían sentir que estuviera esquivando suaves plumas en vez de ramas. El bosque no estaba tan vivo como pensaba  pequeñas criaturas cuyas existencias nunca hubiera adivinado abundaron en las hojas a mi alrededor. Todas continuaron silenciosas después que pasaba, al parecer me tenían miedo, su respiración era rápida con miedo. Los animales tenían una reacción mucho más sabia a nuestro olor que las personas humanas. Seguramente había tenido un efecto contrario en mí.

Seguí esperando para sentirme ventilada, pero mi respiración llegó sin esfuerzo alguno. Esperé el momento en que comenzarían a quemarme los músculos, pero mi fuerza sólo parecía incrementarse mientras me acostumbraba a mis grandes pasos. Mis sobresaltados huesos se estrechaban más y más. Me reí de nuevo, exuberantemente. Mi pie  empezó a tocar el suelo rara vez que parecía que estuviera volando.
 me detuve un momento para darme cuanta en donde estaba. Pero no reconocí el lugar. Había muchos pinos gigantes que cubrían el cielo. Era un lindo lugar, se podía escuchar lo tranquilo que estaba todo a mi alrededor solo se escuchaban los pájaros y los pequeños animalitos que habitaban el bosque. Me senté en un grueso tronco que estaba tirado recargándome en el pino que estaba junto a el. Era tan silencioso y tranquilo, mientras observaba el hermoso lugar mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que el sueño me venció.

Un olor extraño me inbadio, mis ojos todavía cerrados mientras escuchaba y respiraba ese olor. Otra batalla de ardor empezó en mi conciencia y de repente el calor, ese olor tan fuerte no era del todo desagradable. Al menos sería algo caliente y húmedo en mi boca disecada. Mis ojos se abrieron de repente. Me dejé llevar por el olor, apenas preocupada por mis movimientos mientras me deslizaba hacia el prado de donde venía el torrente. Que me estaba pasando mi cuerpo se movía siguiendo ese delicioso aroma. Mi cuerpo avanzó automáticamente y me puse en cuclillas en el borde de helechos del árbol, vacilando. Pude ver un ciervo grande, dos docenas de puntos adornando sus cuernos, en el borde del agua, y las borrosas sombras de los otros mientras se dirigían hacia el este, adentrándose en el bosque sin prisa. Me centre en el olor del macho, un punto cálido en su cuello peludo, donde la calentura y el pulso eran más fuertes. Sólo treinta yardas – dos o tres saltos – entre nosotros. Que me estaba pasando, no sabia porque mi cuerpo se sentía de esta manera y lo peor un ardor en mi garganta se asia mas fuerte. Entré en tensión para el primer salto. Pero mientras mis músculos se preparaban, el viento se levantó, soplando más fuerte ahora, y desde el sur. No me paré a pensar, me lancé fuera de los árboles en un camino perpendicular a mi plan original, asustando a los alces en el bosque, corriendo detrás de una nueva fragancia tan atractiva que no me daba otra opción. Estaba obligada a hacerlo. El olor me llenó por completo.

Estaba con la mente en una sola cosa, preocupada sólo por el olor que tenía que acabar. El ardo empeoró, tan dolorosa ahora que confundió todos mis pensamientos. La única cosa que tenía opción de penetrar mi concentración, un instinto más poderoso, más básico de lo que necesitaba para apagar el fuego era el instinto de protegerme del peligro. Estaba siguiendo el rastro de un olor tan dulce. Que provocaba un ardor desgarante en mi garganta. Para en seco cuando vi lo que estaba frente a mi. Me di cuenta que había estado a punto de atacarlo. Con un fuerte tirón, me levanté de mi posición defensiva. Contuve mi aliento mientras volvía a concentrarme, temiendo el poder de la fragancia que arremolinaba desde el sur. El viento se levantó, llevando el olor de tierra húmeda y viniendo directo hacia mi rostro, liberándome del ardor del olor anterior  un olor tan delicioso que sólo podía ser de un humano. Me di cuenta que había estado a punto de atacarlo. Su rostro estaba absorto y cauto mientras me congelé, horrorizada.  Me quede observando al pobre hombre que estaba muerto. No se movía y su rostro era palido. mi respiración se izo mas agitad, con mucho cuidado  retrocedí unos pasos lentamente y con mucha claridad pude escuchar unas respiraciones detrás de mi. Me gire rápidamente. Para encarar al monstruo que había acecinado a ese pobre hombre.  No pude ver nada pero sentía su presencia y escuchaba su respiración. Parecieron de uno en uno en la linde del bosque a doce metros de mi posición. El primer hombre entró en el claro y se apartó inmediatamente para dejar paso a otro más alto, de pelo negro, que se colocó al frente, de un modo que evidenciaba con claridad quién lideraba el grupo. El tercer integrante era una mujer; desde aquella distancia, sólo alcanzaba a verle el pelo, de un asombroso matiz rojo. Cerraron filas conforme avanzaban con cautela hacia donde me encontraba, mostrando el natural recelo de una manada de depredadores ante su presa. Su paso era gatuno, andaban de forma muy similar a la de un felino al acecho. Se vestían con el típico equipo de un excursionista: vaqueros y una sencilla camisa de cuello abotonado y gruesa tela impermeable. Las ropas se veían deshilachadas por el uso e iban descalzos. Los hombres llevaban el pelo muy corto y la rutilante melena pelirroja de la chica estaba llena de hojas y otros restos del bosque.

El líder, con su piel de tono oliváceo debajo de la característica palidez y los cabellos de un brillantísimo negro. Era de constitución mediana, musculoso, por supuesto.  Esbozó una sonrisa agradable que permitió entrever unos deslumbrantes dientes blancos.
La mujer tenía un aspecto más salvaje, en parte por la melena revuelta y alborotada por la brisa. Su mirada iba y venía incesantemente de los hombres que tenía en frente al grupo desorganizado que me rodeaba. Su postura era marcadamente felina. El segundo hombre, de complexión más liviana que la del líder tanto las facciones como el pelo castaño claro eran anodinos, revoloteaba con desenvoltura entre ambos. Sin embargo, su mirada era de una calma absoluta, y sus ojos, en cierto modo, los más atentos.

Los ojos eran diferentes. No eran dorados o negros, como cabía esperar, sino de un intenso color borgoña con una tonalidad perturbadora y siniestra.

Mirad, hemos encontrado un postrecito—inquirió con voz incrédula el hombre con el pelo castaño claro, mientras, sin darse cuenta, daba un paso adelante.

Pero es humana —protestó Laurent. No había agresividad en sus palabras, simplemente estaba atónito- no entiendo porque su aroma es diferente, al de cualquier humano.

Me la pido primero- dijo la mujer quien me dedico una sonrisa sonbria.

Acabemos con esto de una buena vez- dijo el líder y de un momento sentí una frias manos tomar mi cuello, el hombre de pelo castaño olfateaba y rosaba su naris con mi cuello, me dio tanto miedo que me tense y el lo noto asiendo sonar una fuerte risa entre sus afilados diente.

Todo el pavor, la desesperación y la devastación de mi corazón habían requerido menos tiempo del que había pensado. Los minutos transcurrían con mayor lentitud de lo habitual. El pulso del irresistible de  detenerlo y defenderme. Una burbuja de sonido salió de mi pecho, mis labios se retiraron de su propio acuerdo de exponer mis dientes en alerta. Mi pie bajó su marcha, la necesidad de proteger mi lucha contra el deseo de defenderme. Tomo al hombre de pelo castaño y lo arroje contra una árbol, mientras el hombre se estampaba corri lo más rápido que pude, pero algo me detuvo, era como si estuviera envuelta en una burbuja de hielo no me podía mover. En menos de medio segundo  ya estaba en las manos del castaño, quien me miraba con mucho odio en su mirada mientras que los otros dos estaban en shock.

Como hiciste eso- contestó el líder sorprendido— Lo has hecho muy deprisa. Estoy impresionado. Demasiado rápido para ser una simple humana, diría yo- la peliroja se debatía internamente.

No te preocupes,  sea lo que sea, la mateare de todos modos—dijo esto con despreocupación, casi divertido. cuando sentí mi cuerpo libre,  Salí corriendo liberándome de su agarre mientras crusaba unos arboles cuando de pronto sentí como otra vez era atrapada por la la extraña burbuja y poco después salía volando hasta estellarme con el tronco de una árbol. Al caer de nuevo me arastro este poder extraño y me llebo volando a manos del castaño. Se apoderó de mí un miedo tan fuerte que me quedé literalmente paralizada. Era incapaz de dar un solo paso. O salir corriendo de nuevo. Pero lo mas currioso fue que no me dolio nada el golpe.

Te arrastraría de nuevo si lo vuelves a tintentar- me dijo en el oído el castaño mientras me tenia sortenida del cuello. Evitando que escapara.

No me dolio eso—contesté llena de alivio.

No pareces enfadada porque te haya golpeado, pero solo puedo levantar o estrechar cosas con otras- su tono de vos era algo frustrante.

Acaba con ella de una bueva vez con ella james- La euforia repentina me había insuflado coraje. ¿Qué importaba ya todo? Pronto habría terminado. Me sentía casi mareada. La parte más racional de mi mente me avisó de que estaba a punto de derrumbarme a causa del estrés.

Qué extraño, parece que victoria, esta celosa de una niña—sus ojos oscuros me examinaron con interés. El iris de sus pupilas era casi negro, pero había una chispa de color rubí justo en el borde. Estaba sediento— He de conceder a vuestro extraño aquelarre que vosotros, los humanos, podéis resultar bastante interesantes. Supongo que observaros debe de ser toda una atracción. Y lo extraño es que muchos de vosotros no parecéis tener conciencia alguna de lo interesantes que sois- dijo con tono seductor y esto iso que victoria explotara de los celos.

Ok, si no lo haces tu lo are yo- dijo furiosa mientras me miraba y abanso con paso elegante hasta nosotros.

Victoria detende- le grito furioso y esto empeoro las cosas. Entonces, se echó hacia atrás y se agazapó en una postura que reconocí de inmediato. Su amable sonrisa se ensanchó, y creció hasta dejar de ser una sonrisa y convertirse en un amasijo de dientes visibles y relucientes. No pude evitarlo, intenté correr aun sabiendo que sería inútil y que mis rodillas estaban muy débiles. Me invadió el pánico y salté hacia la salida de emergencia.

La tuve delante de mí en un abrir y cerrar de ojos. Actuó tan rápido que no vi si había usado los pies o las manos. Estaba tan asustada no sabia que hacer estos tipos me matarían de verdad. No lo pensé mucho y del miedo que tenia. Estire mis brazos para tomar la cabeza de james con mis manos, cuando pude sentir apenas que la tomaba, la sujete mientras lo abalanzaba delante de mi, haciéndolo chocar con el cuerpo de victoria,  los dos salieron volando por el aire. No espere a ver como acababa todo aquello. Sali corriendo por el bosque. Podía sentir como me siguian. Cuando estaba  tan cercas de  llegar, un cuerpo duro como el mármol choco conmigo asiéndome caer al suelo, era james que estaba delante de mi, totalmente solo y  con la mirada furiosa, me levante paridamente para defenderme, pero no me dio tiepo de atacarlo, se abalanzo sobre mi tratando de atacarme. Se movia tan rápido y era muy ágil pero no podía ganarme. Después de muchos intentos fallidos, no se como,  pero logre tomarlo por el cuello y sujetándolo fuertemente.

 Si no te rindes, no tendre otra opción, que matarte- le dije algo cansada del esfuerzo.

Bueno, que gane el mejor fenómeno- me dijo revirándose de mi agarre y abalanzándose sobre mi. Giramos varias veces en el suelo hasta que ambos salimos volando por los aires cayendo separados uno frente al otro.

En ese minuto jamesse lanzó sobre mi, pero yo,  fui mas rápida y salte evitando su agarre. James sujetó una de mis piernas en el aire y me  lanzó con un seco movimiento contra el suelo. Cuando estuve de pie, lo agarro por una pierna y la desgarre. James aulló de dolor, mientras lo tomaba por los brazos y los desprendí como si se tratara de un muñeco. Me quede observando a james un momento cuando escuche un gruñido de dolor.

Nooooooo – grito victoria cuando me vio de pie observando a james quien estaba despedazado a mis pies, me miraba venenosamente con su mirada fría. No espere a que me atacara cuando Sali corriendo por el bosque lo que me faltaba. Casi podía sentir que estaba volando.

Victoria y el líder me seguían, corriendo detrás de mi , eran muy rápidos me detuve a observar mi alrededor pero no sabía donde estaba en unos minutos estuvieron frente a mi. Con la cara fría y los ojos negros. Victoria se abalanzo sobre mi y lo único que pensé con todas mis fuerzas fue que ella se apartara de mi.  mi mirada estuvo fija en ella y antes de que pudiera tocarme victoria salió volando hasta caer a un acantilado. Esto era extraño había hecho lo que james podía hacer lo que james había hecho conmigo. Ni medio segundo había pasado y Salí corriendo seguida nadamas del líder.  Corri lo mas que pude pero mis piernas me enpesaban a fallar ya estaba cansada para seguir me detuve en seco en medio de un prado y el a unos metros de mi.

No me mates —susurré dócilmente.

Y por qué no —la sonrisa de Laurent se hizo más amplia- Recorrió con la mirada el pequeño claro entre los árboles—Las próximas lluvias borrarán mi olor y nadie va a encontrar tu cuerpo; habrás desaparecido, simplemente, como tantos y tantos humanos. Puedes estar segura de que esto no es nada personal. Sólo tengo sed.

Por favor —contesté jadeando- dejame ir- negó con la cabeza sin perder la expresión amable.

Míralo de este modo, tienes suerte de que sea yo quien te mate- me dijo muy tranquilo.

Ah, sí —dije sin hablar, moviendo sólo los labios, mientras retrocedía otro vacilante paso.  me siguió, ágil, grácil.

Sí —me aseguró— Seré rápido, no vas a sentirlo, te lo prometo—sacudió la cabeza con un movimiento lento, casi de disgusto— De verdad, deberías estarme agradecida por esto. En menos de mediosegundo ya estaba frente a mi. Le miré horrorizada. Olfateó la brisa que lanzaba mechones de mi cabello en su dirección.

Se me hace la boca agua —repitió mientras inhalaba profundamente. Me tensé para dar un salto.  Iba a morir. Jacob te amo. Mis ojos entrecerrados contemplaron cómo dejaba de inhalar y giraba bruscamente la cabeza hacia la izquierda. Me daba pánico quitarle los ojos de encima para seguir la trayectoria de su mirada, aunque difícilmente iba a necesitar una distracción u otro tipo de treta para dominarme. Estaba demasiado asombrada para sentir alivio alguno cuando comenzó a alejarse lentamente de mí.
No te fíes, me dijo una voz tan bajito que apenas la oí.

Entonces, tuve que mirar. Escudriñé el prado en busca de la interrupción que había prolongado mi vida durante unos segundos más. No vi nada en un primer momento, y mi mirada revoloteó de vuelta hasta mi asecino, que ahora se retiraba más deprisa sin dejar de horadar el bosque con la vista.

En ese momento vi una gran figura negra salir con calma de entre los árboles, silenciosa como una sombra, para luego acechar con parsimonia al sujeto frente a mi. Era enorme; tenía la altura de un caballo, pero era más corpulento y mucho más musculoso. El gran hocico se contrajo con una mueca que reveló una hilera de incisivos afilados como cuchillas. Profirió entre dientes un gruñido espeluznante que retumbó por todo el claro como la prolongación del restallido de un trueno. Aquella gigantesca criatura negra debía de ser la causante de toda la alarma. Visto de lejos, se le podía confundir con un oso. Qué otro animal iba a tener una constitución tan descomunal y poderosa. Me hubiera gustado tener la suerte de haberlo visto a lo lejos. En vez de eso, anduvo sin hacer ruido sobre la hierba a poco más de tres metros de mi posición.

Me quedé mirando fijamente a la monstruosa criatura, con la mente bloqueada en el intento de ponerle un nombre a aquel ser. Guardaba una cierta semejanza canina en cuanto al contorno y la forma de moverse. Atenazada por el pánico como estaba, sólo se me ocurría una posibilidad, pero aun así, jamás hubiera imaginado que un lobo podía ser tan grande.

Su garganta emitió un gruñido sordo que me hizo estremecer. El líder del Aquelarre estaba retrocediendo hacia la fila de árboles. Me azotó una oleada de confusión y helado pánico. Por qué se retiraba. El lobo era de un tamaño desmedido, sin duda, pero sólo era un animal. Por qué iba a temer un animal. Y estaba aterrado. Tenía los ojos desmesuradamente abiertos, como los míos. De repente, como una respuesta a mi pregunta, el colosal lobo recibió compañía. Le flanqueaban otros dos gigantescos compañeros que penetraron silenciosamente en el prado. Uno tenía un pelaje gris oscuro y el otro castaño, pero ninguno alcanzaba la altura del primero. El lobo gris salió de los árboles a escasos metros de mí, con la mirada fija en mi asecino. Entonces, un gruñido  del líder sono, quien contemplaba la manada de lobos gigantes con una sorpresa no disimulada, y con miedo. Eso podía entenderlo, pero me quedé pasmada cuando, sin previo aviso, se dio media vuelta y desapareció entre los espesos árboles.
Salió corriendo. Los lobos fueron tras él un segundo después; cruzaron la hierba del claro a la carrera, con cuatro brincos, entre gruñidos y chasquidos de fauces tan fuertes que, por instinto, me llevé las manos a los oídos. El sonido desapareció con sorprendente rapidez una vez que se perdieron en el bosque dejándome sola. Se me combaron las rodillas y caí al suelo sobre las manos mientras en mi garganta se agolpaban los sollozos.

Era consciente de que debía irme, e irme ya. Cuánto tiempo iba a transcurrir antes de que los lobos que se habían ido vinieran  por m

========  NOTA  IMPORTANTISIMA   =========

HOLA mis ermoxas lectoras solo kiero agradecls a  mi sobrinita linday  ermoxa k c yama angussss,  kien m dijo k es mi fan numero 1 y k le encanta mi fin, también kiero agradecerles a todas las demás niñas ERMOXASSSS k me an comentado k les enkanta mi historia de doto coraqzon muxas graxias,  también  kiero decirles k ya no actualizo tan seguido como antes, xk estoy con otra historia k acabo de empesar c yama LAS APARIENCIAS ENGAÑAN EDWARD CULLEN x si gustan pasar. Pero les prometo k subiré capissss. Lo + pronto k pueda…………………….. muxasss graxiasss de nuevo a todas mis lectoras ermoxass k an siguido conmigo esta linda historia de amor. las kelo muxot mis niñas y LES MANDO un ABRAZOT y un BESOTd parte de su amiga LAURA SELENE desde mexico….   =)