Bella POV
Desde el centro de la ciudad hasta casa de los Cullen teníamos una media hora de trayecto hasta la zona residencial donde se encontraba la gran mansión.
Jasper aparcó el coche en la entrada, detrás de un volvo plateado.
Salió a la entrada una chica menuda, con el pelo corto y con las puntas disparadas en todas direcciones. Nos acercamos y se lanzó al cuello de Jasper besando sus labios dulcemente, así que ella debía de ser Alice Cullen, la novia de Jasper.
- HOLA! Tú debes de ser Rosalie y tu Bella – dijo animadamente señalándonos a amabas en el mismo orden que había pronunciado nuestros nombres. - Si Alice, ella es mi hermana Rosalie y Bella nuestra amiga – confirmó Jasper. - ENCANTADA!!! – dijo Alice enérgica. - Un placer Alice – dijo Rosalie. - Encantada Alice – contesté yo también.
En la entrada nos esperaban los que debían ser los padres de Alice. El doctor Carlisle Cullen, amigo de la facultad de Charlie, que había conocido en el hospital, y la debía ser su esposa. Ambos estaban sonrientes.
Al fondo de la sala pude ver a dos personas más que se acercaban también a la entrada para recibirnos. Mi vista se fijó en la esposa del doctor Cullen.
- Hola chicas. Me alegro de que hayan aceptado nuestra invitación, yo soy Esme Cullen. Él es Carlisle, mi esposo. - Hola señora Cullen encantada de conocerla, soy Rosalie Hale, hermana de Jasper – dijo Rosalie tendiéndole la mano, a lo que la señora Cullen respondió con un abrazo y un par de besos en las mejillas de Rosalie – nada de señora, me hace mayor, llamadme solo Esme. - Tú debes ser Isabella Swan – dijo Esme sonriente- - Si, hola señora Cullen, perdón Esme, encantada de conocerla – dije algo avergonzada. - Ellos son Emmet y Edward, son mis otros dos hijos – dijo Esme indicando hacía los dos muchachos que se habían parado a su lado.
Cuando alcé la vista me encontré con la cara sonriente de un chico moreno con ojos azules como los de su padre y Alice. Y a su lado estaba el otro doctor Cullen, el que me atendió en el hospital. Tenía el pelo del mismo color que Esme, un tono broncino, y me miraba con unos enormes y maravillosos ojos verdes. Me quedé muda mirando a Edward. El día que lo había conocido no recordaba que fuera tan…guapo! Pero claro yo no estaba en condiciones de apreciar todo lo que tenía a mi alrededor. Pero hoy si, y desde luego no iba a desaprovechar la ocasión de admirar a aquel hombre. Era fantástico en todos los sentidos. La voz de Emmet me hizo volver a poner los pies en el suelo.
- Hola Rosalie, me alegro de verte de nuevo – dijo Emmet a Rosalie, yo no entendía de que se conocían…espera! El fotógrafo guapo!!! - Hola Emmet – dijo Rosalie tímidamente. - Hola Bella, encantado de conocerte – me dijo Emmet dirigiéndose ahora a mí. - Hola Emmet – conteste a modo de saludo. - Hola soy Edward, encantado Rosalie. Bella, encantado de volver a verte. Veo que tu deja ya está curada del todo – dijo de modo profesional.
No pude evitar llevar mi mano a mi rostro donde habían estado los puntos.
- Si, ya casi no se nota. Hiciste un buen trabajo con los puntos – le dije sonriéndole.
Él me devolvió la sonrisa y casi me caigo al suelo al ver aquel gesto en su rostro. Pero que me pasaba con aquel hombre? Como podía resultarme tan atractivo?
Pasamos al comedor para tomar unos aperitivos antes de la cena.
Al rato nos sentamos en la mesa, Edward se sentó frente a mí, y junto a Jasper y Emmet. Yo tenía a Rosalie a un lado y a Alice al otro.
La cena transcurrió de un modo agradable, con miradas fugaces entre Edward y yo. No sabía que me estaba pasando con aquel hombre, pero creo que literalmente estaba babeando sobre el mantel de la mesa cada vez que él hablaba o me miraba.
Después de cenar nos levantamos y nos quedamos en el salón charlando animadamente en varios grupos, pero yo no podía quitarle la vista a Edward. Era sumamente atractivo, y tenía una sonrisa que me tenía totalmente hipnotizada.
Carlisle me estuvo preguntando por mi padre y yo le conté como le iba en el hospital de Forks, y todo lo que había sucedido en su vida en estos últimos años. Parecía feliz de tener noticias de Charlie y saber que le iba tan bien y estaba feliz trabajando en el hospital de un pueblecito como Forks. Esme me preguntó por mi madre, y me animó a invitarlos un fin de semana a New York a casa de los Cullen.
En el otro lado del salón Rosalie charlaba con Emmet y Alice, Jasper y Edward estaban algo más alejados también charlando junto a un piano magnífico de cola.
Mientras Carlisle me hablaba observé como Edward se sentaba en el asiento frente al piano y levantaba la tapa. Alzó su vista y me sonrió, y entonces empezó a flotar por el aire una melodía maravilloso.
Todos quedamos en silencio y mirando a Edward tocar el piano. Esme sonreía, y podría decir que estaba casi a punto de derramar alguna lágrima. No la culpo, la melodía y oír un piano en el salón de casa, resultaba embriagador y maravilloso.
Conseguí escuchar como Esme le susurraba a Carlisle al oído…
- Hacía mucho tiempo que no tocaba…creo que desde … - Si – contestó Carlisle – hace ya más de un año.
Hablaban de que Edward llevaba un año sin tocar el piano? Pero si lo hacía maravillosamente, porque habría dejado de tocar…?
La dulce melodía se transformó en otra distinta, algo más lenta, pero igualmente maravillosa. Edward alzó la mirada para encontrarse con los ojos de su madre y sonreírle, y luego desvió la mirada hacía mí. Noté como los ojos de Alice seguían la dirección de la mirada de su hermano, primero de Edward a Esme y luego a mí. Alice sonreía, y cuando nuestras miradas se encontraron me guiñó un ojo.
Esme también se dio cuenta de que Edward me estaba mirando sólo a mi, de hecho creo que todos en la sala se dieron cuenta de que nuestras miradas estaban conectadas mientras él volvía a cambiar la melodía por otra distinta. Ésta si la conocía, Claro de luna.
Edward POV
Estábamos hablando junto al piano, y no pude evitar sentarme y abrir la tapa para acariciar las teclas. Hacía más de un año que no tocaba el piano, desde que Tania y yo rompimos, no había sido capaz de volver a tocar.
Notaba la mirada atenta de Alice que había dejado de hablar con Jasper y se había girado en mi dirección observándome.
- Toca algo Edward – me había dicho Alice con tono dulce.
Alcé mi vista y vi los ojos chocolate de Bella mirándome desde el otro lado de la sala, y mis manos empezaron a deslizarse por las teclas del piano.
Noté como el resto de la familia me miraba, seguramente estaban extrañados de verme tocar de nuevo, pero no más que yo mismo.
Toqué una de mis melodías favoritas, una que yo mismo había compuesto. Luego cambié de melodía para tocar la favorita de Esme, no pude evitar mirarla, estaba radiante y me sonreía. A su lado estaba Bella, cuando puse mis ojos sobre los suyos quedé atrapado en ellos. Cambié de nuevo de melodía, una de mis favoritas de Debussy.
Seguía tocando y mirando a Bella, no podía apartar mis ojos de ella, y ella seguía mirándome sorprendida y con los ojos muy abiertos.
Emmet POV
Se empezó a escuchar el piano por toda la sala. No podía creerlo, Edward volvía a tocar el piano. Sonreí abiertamente. Estaba feliz de ver que mi hermano había recuperado sus ganas de vivir, ya volvía a ser él.
- Tu hermano toca muy bien el piano – me susurró Rosalie al oído. Me estremecí al notar su aliento cerca de mi oído, y sentí algo de celos de que ella alagara a mi hermano, pero era cierto, Edward tocaba el piano como los angeles. - Si, llevaba un año sin tocar el piano, y que haya decidido hacerlo de nuevo es algo fantástico – dije feliz - Un año sin tocar el piano? Pero si toca de maravilla? – preguntó Rosalie confusa. - Verás hace un año Edward estaba prometido, se iba a casar con Tania, su novia de hacía 5 años, pero un día cuando llegó a su apartamento antes de lo previsto encontró a Tania con otro. - Vaia! Esa historia me suena – dijo Rosalie sarcástica. No entendí el motivo de esa frase. Ella me miró y me susurró de nuevo para aclararme. - Hace casi 2 meses Bella se iba a casar, le llevó la cena a su novio al trabajo para darle una sorpresa, y la sorprendida fue ella cuando lo encontró con su secretaria en plena faena. Ahí fue cuando salió corriendo de la oficina de Jacob y la atropelló un coche, por eso fue a parar al hospital donde trabaja tu padre y tu hermano. Desde entonces Bella vive conmigo.
Miré a Bella sorprendido, ella había sufrido igual que mi hermano, ahora entendía porque Rosalie estaba tan unida a ella y vivían juntas. Al mirar a Bella vi que estaba embelesada mirando a Edward tocar el piano, pero lo que más me sorprendió es que él también la miraba a ella del mismo modo, sería posible que al final estos dos… - pensé para mí.
Alice POV
Edward estaba embobado con Bella, y ella con él. Él estaba tocando el piano de nuevo, y lo estaba tocando para ella. Mi hermano estaba enamorado de nuevo.
Me sentía feliz de ver de nuevo ese brillo tan especial en sus ojos. No podía evitar seguir su mirada y ver a cada rato a Bella y luego a él.
Creo que no fui la única que me di cuenta, ya que Emmet y mi madre también miraban a ambos y sonreían.
Edward dejó de tocar y todos seguíamos en silencio. Emmet fue quien rompió el hielo.
- FANTÁSTICO EDWARD!!!!!!!!! – dijo gritando feliz – veo que después de un año no has perdido facultades!
Edward se levantó y metió sus manos en sus bolsillos y miró tímidamente hacía sus zapatos con una sonrisa en su rostro. Esa sonrisa que hacía tanto tiempo que no veía.
Mi madre se acercó hasta él y lo abrazó, se le escapó alguna lágrima y Edward intentó suavizar el momento.
- Bueno como tenemos invitados había que entretenerlos de alguna manera no? – dijo tímidamente.
Todos reímos. Cuando ya se había hecho tarde Jasper, Rosalie y Bella se despidieron, halagando a Esme por la cena, y agradeciendo al resto de la familia por su hospitalidad, y prometiendo que íbamos a repetir la cena o incluso una barbacoa en el jardín, ya que el tiempo ya se prestaba a ello.
Mamá y papá se quedaron en casa, y Emmet, Edward y yo salimos a despedirlos hasta el porche.
Rosalie finalmente le dio su número a Emmet, y yo sonreía viendo a ambos mirarse como dos tortolitos.
Edward en cambio no le pidió el numero a Bella, creo que aún le costaba dar ese paso, pero no tardaríamos en arreglar alguna salida para volver a hacer que se encuentren. Ahora que conocía a mi cuñada creo que ambas nos arreglaríamos para hacer de celestinas.
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