Bella POV
Después de la comida partimos rumbo al aeropuerto. Me constó muchísimo despedirme de nuestra hija, estaría casi un mes sin verla, y aquello me rompía el corazón, pero después de todo lo que habíamos pasado en éste último año Edward y yo, necesitábamos éste tiempo para nosotros.
Los planes eran visitar varias ciudades de Europa y pasar unos días en cada una de ellas.
La primera parada era Italia, Grecia, Noruega y luego México y ya de ahí a Forks y New York.
Italia fue maravillosa, pasamos un par de días en Roma, visitando la ciudad del vaticano, algo impresionante.
De ahí fuimos a Florencia dos días más y luego rumbo a Grecia.
En Grecia disfrutamos de tres días visitando todas las ruinas que había en la ciudad, sin duda de un gran valor histórico.
Tomamos nuestro vuelo a Noruega y allí pasamos cinco días. El clima era muy distinto del de Italia y Grecia, pero no por ello menos agradable. Visitamos varias ciudades y pueblecitos así como los famosos fiordos noruegos, una zona inigualable por su belleza. Me recordaba a Forks, por tanta agua y tanta vegetación. El verde era el color predominante allí.
Después de esos cinco días nos fuimos rumbo a México, teníamos muchas ganas de conocer parte de la cultura Azteca y todos los templos y ruinas que aún conservaba el país.
En México pasamos otros cinco días más. Ya llevábamos diecisiete días fuera de casa, y no habíamos dejado de llamar ni un solo día. Echaba de menos a Renesme, pero nos reuniríamos con ella en Forks, ya que Esme y Carlisle vendrían a pasar unos días allí con mis padres y con nosotros en Forks. Llegamos al aeropuerto de Seattle donde nos fueron a recibir nuestros padres junto con nuestra preciosa niña, que estaba ya por cumplir cuatro meses de vida. Estaba muy grande y cambiada! La había echado tanto de menos.
Victoria POV
Había leído días atrás una nota de prensa:
El famoso doctor Edward Cullen, hijo del conocido también doctor Carlisle Cullen, se ha casado con la agente publicitaria Isabella Swan. Ambos tienen ya una niña de tres meses fruto de su relación que ya dura hace más de un año.
Esa mosquita muerta lo había conseguido! Tenía todo lo que yo había deseado: marido, casa, hijos y dinero. Yo no podía decir lo mismo, me encontraba en la cárcel y en una silla de ruedas, algo con lo que tendría que lidiar el resto de mi vida.
Gracias a la estupidez de Jacob, que no sirvió ni para secuestrar y alejar a la maldita de Isabella de la vida de Edward, ahora me veía en ésta situación. Pero él había sufrido su merecido. Había podido ver como Isabella tenía un hijo con Edward y lo despreciaba hasta aborrecer. Él en un intento de arruinar de nuevo su vida había disparado contra Edward en el juagado, provocando una lluvia de balas contra él que me alcanzó a mí en la columna dejándome en ésta maldita silla de ruedas.
Ahora si me daban la libertad condicional debía depender de mis padres para todo, esa era la condición impuesta por el juez.
No entendía porque el destino se había empeñado en mantenerme allí, viendo en lo que se había convertido mi vida atada a aquella maldita silla.
Edward POV
Bella no pudo contener las lágrimas cuando vimos a nuestros padres en el aeropuerto y a nuestra hija. Estos días que habíamos pasado de luna de miel viajando habían sido maravillosos, pero nuestra hija era ahora nuestra realidad y nuestra prioridad y una de las cosas más importantes de nuestra vida, y la habíamos echado en falta.
Estaba muy grande y guapa, con su vestido rosa en brazos de Esme. Ya tenía casi cuatro meses, y era una niña risueña y muy despierta.
- Hola mi amor – dijo Bella tomándola en brazos.
A lo que nuestra hija correspondió con una gran sonrisa y agarrando con sus manos los mechones de pelo de su madre. Lejos de tirar de ellos, los atrapaba con sus manos y se los quedaba mirando intentando llevárselos a la boca. Seguro que notaba el aroma a fresas de su champú, algo que para ella debía resultar apetecible.
- Hola princesa – le dije tomando su manita y dando un beso en su diminuta frente.
Saludamos a nuestros padres y nos fuimos a casa de los Swan. Mis padres se estaban quedando en la habitación de invitados, y nosotros lo haríamos en la antigua habitación de Bella, era algo pequeña pero suficiente para los tres.
Cenamos en casa charlando animadamente de la luna de miel y explicando cómo habían sido las distintas visitas a las ciudades en las que habíamos estado.
Bella había quedado encantada visitando Italia y Noruega, eran los dos países que más le habían gustado. Aunque durante aquella cena no estaba muy habladora, tenía a nuestra hija en nuestro regazo desde que le había dado su biberón y la había cambiado, y no la había acostado a dormir, la mantenía allí observándola a cada rato mientras Renesme dormía tranquila en los brazos de su madre.
Pasamos cerca de diez días en Forks antes de regresar a New York con mis padres y nuestra hija. Ya estábamos a mediados de Septiembre y en un par de días más regresaría a trabajar al hospital.
Bella se quedaría en casa hasta después de las navidades, momento en el que regresaría al trabajo dejando a Renesme con Esme, la cual había insistido que ella se haría cargo de la niña mientras Bella trabajaba.
No regresaría para realizar la jornada completa, solo iría a la oficina por las mañana y trabajaría desde casa por las tardes para poder estar con Renesme.
Esme POV
Bella y Edward estaban radiantes después de su luna de miel. Nos encontramos en el aeropuerto y Bella, Renné y yo no pudimos contener las lágrimas cuando nos abrazamos y nos saludamos.
Tenía a Renesme en brazos y se la pasé a Bella, que tampoco pudo reprimir las lágrimas cuando tuvo a su hija en brazos.
- Hola mi amor – dijo Bella tomándola en brazos.
Edward terminó de saludarnos y se acercó a su esposa y a su hija, con aquella mirada de adoración y amor que no había visto antes. Aquella mirada que vi por primera vez cuando conoció a Bella, cuando empezó a amarla y después cuando tuvieron a su hija.
Edward era la felicidad personificada, amaba a su esposa y a su hija incondicionalmente. Ellas eran su vida, más que la medicina, que hasta ahora pensaba que era lo que más amaba Edward.
Salimos del aparcamiento del aeropuerto rumbo a casa de los Swan, allí pasaríamos unos días todos juntos antes de regresar a New York.
Edward POV
Los días en Forks habían sido maravillosos.
- Tengo una sorpresa – dijo Bella animada.
- Cuál es? – dijo divertido frunciendo el ceño y sonriendo.
- Si te lo digo deja de ser una sorpresa – dijo ella tocando mi nariz con la punta de su dedo y dándome un beso en los labios.
El día era soleado en Forks, cosa poco habitual, así que Bella y yo pasaríamos el día fuera. Cargó una gran cesta de picnic que yo llevé hasta su viejo monovolumen.
Se puso al volante y nos encaminamos hacía una carretera que se adentraba en el bosque, un camino rural que llegó un momento que después de desvíanos por otro camino más angosto, se terminó en el borde del bosque.
- No soy buena senderista, así que tendrás que tener paciencia, pero creo que valdrá la pena – dijo sonriente mientras bajaba del coche.
- Bien – dije curioso.
Empezamos a caminar adentrándonos en el bosque, no tenía ni idea de a dónde íbamos, pero tampoco tuve tiempo de preocuparme de ello, pasaba más rato pendiente de la cesta de picnic y de que Bella no tropezara y acabara en el suelo, que realmente de disfrutar del paisaje.
De repente se empezó a ver más claridad en frente nuestro. El sol se filtraba entre los arboles del bosque, hasta que llegamos al borde de un claro.
Bella POV
El claro estaba tal y como lo recordaba años atrás, la primera vez que lo vi cuando me había adentrado en el bosque para hacer una excursión, así fue como lo descubrí. Tenía por costumbre ir a vagabundear por el bosque durante horas. Si algo peligroso y estúpido, teniendo en cuenta mi equilibrio y mi sentido de la orientación, pero amaba aquel bosque, aquellos arboles..
Edward se quedó maravillado mirando el claro. Luminoso, lleno de flores color lavanda y algunas mariposas revoloteando por el lugar. Parecía digno de una película de esas románticas.
- Es maravilloso – dijo aún observando a nuestro alrededor.
- Te gusta? – pregunte contenta de haberlo traído – lo descubrí por casualidad hace algunos años.
- Venías aquí sola? – dijo con el ceño fruncido.
Solo asentí en señal de respuesta, estaba claro que había salido la vena protectora de Edward.
- Bella… - empezó a decir, pero no lo dejé seguir hablando, sabía que venía ahora, y era el típico discurso de Edward acerca de la seguridad, de no vagabundear sola en el bosque que me puedo hacer daño, perderme…bla,bla,bla….
Mi beso surgió el efecto deseado y conseguí que se olvidara de lo que estaba por decirme.
Nuestros cuerpos se fundieron en un beso, que se inicio de modo delicado y cariñoso y se había vuelto demandante.
Necesitaba a Edward, y lo necesitaba allí y ahora.
Me separé de él dejándolo con el ceño fruncido y extrañado, nunca antes me había deshecho de su abrazo de ese modo.
Tomé la manta y la coloqué en la mullida hierba y me tumbe esperando que él hiciese lo mismo, pero se tumbo a mi lado atrayéndome hacía él y haciéndome rodar sobre mi espalda y quedando sobre él.
Edward POV
Nos besamos apasionadamente y rodé sobre mi mismo haciendo que Bella quedase tumbada de nuevo con su espalda sobre la manta y yo sobre ella, apoyando una de mis manos cerca de su cabeza para no poner todo el peso de mi cuerpo sobre ella.
Empecé a acariciar su pierna y subir por su muslo. Agradecía aquel vestido ligero que se había puesto que me daba acceso directo a ella.
Llegué al punto que más deseaba y con mis desde la hice jadear contra mi boca.
No pude reprimir el deseo y ella tampoco ya que cuando ambos estábamos más que excitados Bella se las arregló para hacerme tumbarme sobre la manta y desabrochar mis pantalones cortos y sentarse a horcajadas sobre mi miembro.
No dejaba de sorprenderme gratamente cuando hacía eso. Introduciéndose mi miembro en su humedad y moviéndose como una diosa, haciéndome jadear su nombre con la respiración entre cortada por la actividad sexual y la excitación.
Entre jadeos y besos llegamos al clímax, explotando ambos al mismo tiempo.
Bella se quedó aún sentada a horcajadas y llevó su cabeza a mi pecho descansando allí para recuperar el ritmo de nuestro corazones y de nuestra respiración. Pasado un rato se tumbó junto a mí.
- Te amo – dijo sonriente.
- Yo más – contesté feliz de estar allí con la mujer de mi vida.
Bella POV
Ya estábamos de vuelta en New York. Edward había vuelto al trabajo y estaba radiante. Se le veía feliz. Se levantaba temprano y mientras yo preparaba el desayuno él jugaba y cambiaba a Renesme.
Luego desayunábamos juntos antes de marcharse al trabajo.
Algunos día iba al hospital a buscarlo con la niña y nos íbamos a comer juntos, de ese modo no se nos hacían tan largos los días separados, ya que ambos nos echábamos de menos incluso en las horas de trabajo.
La navidad estaba cerca y nuestra pequeña ya tenía nueve meses de vida. Era una niña risueña y cariñosa, la consentida de la familia.
Renné y Charlie llegaron desde Forks para pasar la navidad con nosotros. La cena de navidad sería en casa de Esme, y el año nuevo lo celebraríamos en mi casa. Tenía ganas de preparar algo especial al ser las primeras navidades que pasábamos como marido y mujer con nuestra hija en nuestra nueva casa.
Antes de la cena de navidad iría al hospital a buscar a Edward, ya que había pasado todo el día en el centro haciendo compras y nos fuimos juntos en su coche por la mañana
Faltaban un par de horas para que Edward acabase su jornada en el hospital, así que tenía tiempo de ir a recoger los análisis que me había hecho Carlisle por la mañana.
Flashback
- Buenos días Bella – dijo Carlisle cuando entré en su despacho.
- Hola Carlisle – dije sonriente.
- Como está mi princesa? – le dijo a Renesme que le sonreía y estiraba sus bracitos desde el carro. La desaté y se la pasé a Carlisle. Mi hija amaba a sus abuelos, y en especial a Carlisle, era su abuelo favorito.
- A que debe ésta agradable visita? – dijo Carlisle mientras jugaba con Renesme. - Verás Carlisle, llevo algunos días que no me siento bien – dije seria, a lo que Carlisle me prestó más atención mirándome directamente – y me gustaría que me revisaras, no he querido decirle nada a Edward porque sabes que enseguida se preocupa, y prefiero decírselo cuando tenga algo seguro que contar.
- Bien Bella, y que clase de mal estar has sentido? – dijo Carlisle.
- Bueno el caso es que tengo los mismos síntomas que cuando me quedé embarazada de Renesme – dije algo soriente – así que creo que…
- Estas embarazada? – dijo sonriente
- No lo sé, apenas tengo una falta, pero solo tengo un retraso de una semana, así que no es seguro.
- Bien, no te preocupes, te sacaré sangre y haremos un análisis completo incluyendo una prueba de embarazo. Lo pediré a mi nombre, así nadie sabrá nada y me lo entregarán en mi despacho.
Dicho esto me devolvió a Renesme y salió del despacho. Regreso de nuevo con todo lo necesario y él mismo me hizo la extracción.
Flashback
Ahora estaba de nuevo en su despacho esperando los resultados.
- No tardaran en llegar, ya he llamado al laboratorio y Jessica me los entregará – dijo Carlisle sonriente. En menos de cinco minutos tras unos golpes en la puerta entró Jessica con unos informes en la mano.
Me saludó a mí y a la niña y se fue rápidamente.
- Bien vemos… - empezó Carlisle mientras miraba seriamente los informes del laboratorio – bueno Bella…FELICIDADES!!! Estas embarazada!
Me quedé con la boca abierta y sin decir nada, hasta que unas lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas. Esto era tan diferente a la primera vez que me quedé embarazada. Aquellos tres primeros meses de embarazo que no había podido compartir con Edward, y que ahora si lo haría.
- Oh! - fue todo lo que conseguí decir
Estaba feliz, otro hijo de Edward y mío…
- Bella, te encuentras bien? – dijo Carlisle ante mi reacción.
- Si, muy bien. Estoy feliz Carlisle – dije llorando a lagrima viva.
El rodeo su mesa y se sentó a mi lado tendiéndome sus manos y tomando las mías entre las suyas.
- Es solo, que este embarazo va a ser tan diferente de los primeros meses en los que estaba embarazada de Renesme… - él comprendió a lo que me refería y me sonrío apretando mis manos entre las suyas.
- Lo será Bella, y todos vamos a estar ahí contigo – dijo sonriente.
Me abracé a Carlisle y descargue todas mis lágrimas sobre su hombro.
Cuando estaba más tranquila charlamos animadamente, hasta que la hora de recoger a Edward había llegado.
- Lo llamaré para decirle que pasaste a verme – dijo Carlisle.
- Bien, no mencionemos nada, quiero hacer algo especial para darle la noticia, será ésta noche durante la cena – dije sonriente.
- Bien.
Llamó a Edward que vino al despacho ya con su ropa de calle y listo para irnos.
Nos depedimos de Carlisle y salimos rumbo a casa. Debía preparar la sorpresa y no sabía cómo lo iba a hacer.
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