Edward POV
Sobre las dos de la mañana caímos agotados y nos quedamos dormidos en mi cama. Tenía a Bella durmiendo contra mi pecho, y me sentía feliz y extasiado por todo lo que había compartido estos últimos días con ella. Al día siguiente nos esperaba un día duro, ya que habíamos quedado con Emmet y Rosalie para ir a instalarnos en los apartamentos y llegaría la empresa de mudanza con las cajas con las cosas de Bella y Rosalie.
Durante el resto de la semana estaríamos entre nuestro apartamento y la casa de mis padres acomodando todas las cosas de Bella, ya que en una semana se reincorporaba al trabajo y queríamos irnos antes del fin de semana a vivir solos.
Había algo que no le había contado a Bella, y no sabía cómo hacerlo. Ella parecía agena a todo lo que había pasado y se estaba recuperando muy bien, y no quería estropear estos últimos días que nos quedaban por pasar juntos antes de irnos a vivir a mi apartamento. El abogado de la familia llevaba el caso de la agresión que había sufrido a manos de Jacob, y me había informado que había salido bajo fianza. No tenía antecedentes ni había riesgo de fuga, así que volvía a estar en la calle…
Bella POV
Los primeros rayos de sol de la mañana me despertaron. Me estiré en la cama intentando colocar mis articulaciones de nuevo en su lugar, parecía que la noche me las había dejado desencajadas. Había dormido como hacía mucho que no lo hacía. Rodé en la cama para abrazarme a Edward pero la cama estaba vacía, estaría ya en la cocina.
Me levanté y me fui al baño para darme una ducha. Después de la ducha me vestí con algo informal y bajé las escaleras para ir a la cocina a desayunar algo, pero las voces algo alteradas que me llevaban hasta la escalera detuvieron mi avance.
- Debes decírselo Edward – Decía Alice algo alterada.
- No quiero estropear la semana de vacaciones que nos queda hablando de ese maldito perro – contestó Edward a su hermana.
- Pero no te has parado a pensar que puede pasar si ella vuelve al trabajo y él la busca de nuevo, debe saberlo para poder protegerse, no ir nunca sola, y sobre todo no quedarse hasta tarde en la oficina sin nadie más – dijo Alice algo más calmada.
No entendía la conversación, pero estaba claro que Edward me ocultaba algo.
- Hijo, tu hermana tiene razón, Bella debe saber que Jacob ha salido bajo fianza hasta el juicio – dijo Esme No pude seguir escuchando más. Solo repiqueteaban una y otra vez en mi mente las palabras de Esme “Jacob ha salido bajo fianza hasta el juicio”.
Estaba parada en la escalera, no podía ni subir ni bajar, me había quedado clavada en el sitio. Noté como mis mejillas empezaban a humedecerse y mis lágrimas empezaban a caer sin control.
Alguien había salido de la cocina, oí los pasos como se acercaban hasta la escalera.
- Bella durmiente veo que ya… – corrió hasta mí – Bella que pasa, sucede algo malo? Te encuentras mal? – me decía angustiado.
Mi cuerpo se tensó, no podría decir si por el enfado de haberme enterado a hurtadillas de que Jacob estaba libre, o por el miedo que eso me producía.
- CUANDO EDWARD? – no pude controlar el tono de mi voz. Él me miraba sin comprender – CUANDO PENSABAS DECIRMELO? – su cara mostró sorpresa al principio pero enseguida fue consciente de que había escuchado la conversación de la cocina.
Esme y Alice salieron de la cocina y Edward les hizo un gesto con la mano para que nos dejaran solos.
- Bella cariño, te lo pensaba decir, pero quería encontrar el momento adecuado para que no sufrieras ni te preocuparas. Ahora no hay motivo para ello, vamos a vivir juntos y él no podrá acercarse a ti, si es necesario contraeremos alguien para que te proteja.
- PERO QUE ESTAS DICIENDO EDWARD CULLEN? NO PIENSO DEJAR QUE JACOB BLACK CONDICIONE MI VIDA!!! NO VOY A DEJAR DE HACER NADA DE LO QUE HACÍA HABITUALMENTE POR MIEDO A ENCONTRARMELO EN ALGUN LUGAR.
Después de escupirle las palabras me subí dando zapatazos hasta mi habitación, la que compartía con Rosalie. Ella no estaba había salido temprano a trabajar con Emmet. Notaba como Edward iba tras de mí. Me giré bruscamente para enfrentarlo.
- Necesito estar sola – le dije con rabia.
Él se detuvo en el pasillo y no me siguió más. Pude ver el dolor en su mirada cuando le dije aquellas palabras, pero realmente necesitaba estar sola y pensar. Podía entender que Edward me hubiese ocultado que Jacob hubiese salido bajo fianza, pero no entendía que quería decir con lo de “si es necesario contraeremos alguien para que te proteja”. No quería que Jacob y lo que me había hecho condicionaran mi día a día, quería recuperar mi vida, salir a trabajar, ir a comer a mi restaurante favorito, poder pasear por la calle tranquilamente, ir de compras, quedarme a trabajar en la oficina hasta tarde si era necesario y vivir con Edward.
La parte racional de mi cerebro me decía que debía protegerme e intentar no estar sola para no darle ocasión de acercarse a mí de nuevo, pero había otra parte menos racional que estaba enfadada por sentirse débil y pensar que él podría volver a hacerme lo mismo que me había hecho.
No sé cuanto rato llevaba allí tumbada en la cama pensando y mirando el techo, hasta que unos golpes en la puerta me hicieron volver a la realidad…TOC,TOC,TOC.
- Adelante – contesté.
Se abrió la puerta y entró Alice tímidamente con una bandeja con algo de desayuno. La dejó sobre el escritorio y se acercó hasta la cama. No venía saltando como hacía habitualmente, así que cuando la vi y le sonreí abiertamente se lanzó hasta la cama dando sus habituales saltitos.
- Sigues enfadada con Edward? él solo intentaba – no la dejé terminar y le puse un dedo en los labios.
- No estoy enfadad con él, puedo entender porqué lo hizo, aunque no estuvo bien, pero no estoy enfadada – contesté. Alice me sonrío y se lanzó a mi cuello para abrazarme – Alice, necesito que me ayudes con algo.
- Lo que sea Bella, dime – contestó el duendecillo muy atento – pero podrías comer algo, son las once de la mañana y llevas más de dos horas aquí encerrada y no desayunaste.
Entonces le conté mi plan mientras me iba comiendo las tostadas y el zumo de naranja, sabía que a Edward no le iba a hacer ninguna gracia, pero era mi decisión, algo que necesitaba hacer.
Edward POV
Había metido la pata hasta el fondo, debí contarle a Bella lo de Jacob, pero sabía que su reacción iba a ser exactamente la que había sido, pero ahora a de más de estar asustada estaba enfadada, mala combinación.
- Hijo, Bella es una persona razonable, dale tiempo para asimilar la noticia y verás como todo se arregla – me decía mi madre cariñosamente.
- Pero lleva encerrada ya más de dos horas!!!. He metido la pata mamá, debía haberle contado todo a Bella - dije algo molesto conmigo mismo.
- Voy a ir a verla y a llevarle algo de desayuno – dijo Alice preparando unas tostadas y sirviendo zumo de naranja en un vaso.
- Alice no creo que… - no me dejó terminar la frase y me mandó callar.
- Sssssssh! No discutas, conmigo no se ha enfadado, y espero que tampoco lo esté contigo, pero no ha desayunado, y creo que con la excusa de eso podré intentar hablar con ella, ya me lo agradecerás más tarde.
Y dicho esto, salió de la cocina hasta la habitación de Bella con la bandeja de desayuno. No pude más que seguirla hasta el inicio de las escaleras para ver si Bella le tiraba la bandeja por la cabeza, idea algo descabellada, sabía que Bella jamás se comportaría de ese modo, pero no pudo evitar que esa imagen se formara en mi mente.
Desde mi escondite en las escaleras oí como Alice tocaba a la puerta y Bella le contestaba desde dentro. - Adelante – contestó Bella.
Alice entró cerrando la puerta tras de sí. Acabé de subir los dos escalones y me acerqué hasta la puerta, no pretendía escuchar la conversación, solo necesitaba comprobar que no estaba sufriendo y que estaba bien.
- Sigues enfadada con Edward? él solo intentaba – preguntó Alice.
- No estoy enfadad con él, puedo entender porqué lo hizo, aunque no estuvo bien, pero no estoy enfadada – contestó Bella.
Ya no seguí escuchando la conversación, oír su voz clara y suave diciendo que no estaba enfadad fue suficiente para hacerme de nuevo el hombre más feliz de la tierra.
Bajé los escalones de dos en dos hasta la cocina, y tomé el teléfono y marqué. Esme me miraba curiosa al verme tan feliz, y también sonreía ante mi cambio de humor.
- Hola, quería encargar un ramo de rosas rojas, si para hoy. Podría ser para dentro de un par de horas? – pregunté a la floristería. - perfecto, si para la señorita Bella Swan.
Acabé de dar todos los datos al hombre de la floristería y colgué, mi madre me miraba con una sonrisa en su cara, estaba feliz de verme a mí feliz, de eso estaba seguro.
- Veo que recuperaste tu buen humor, y me parece buena idea que le des una sorpresa agradable a Bella – dijo acercándose a mí y acariciando mi mejilla. Mi madre era una de las personas más cariñosas que conocía.
- Si mamá, amo a Bella, y no quiero estar enfadado con ella, ni que ella lo esté conmigo, y como Alice consiguió entrar a la habitación a hablar con ella, creo que eso significa que ya se le está pasando el enfado – iba a obviar contarle a mi madre que había escuchado a Bella y Alice a hurtadillas, no quería ganarme una reprimenda.
- Me gusta verte feliz hijo, y creo que Bella es lo mejor que te ha pasado en mucho tiempo – dijo mi madre saliendo de la cocina hacía el salón.
Alice POV
Bella había reaccionado mejor de lo que pensé ante mi visita, me dejó entrar y se comió el desayuno sin rechistar. Cuando me empezó a contar su plan casi me caigo de la cama. Me gustaba la idea, pero tengo que reconocer que a mi hermano no le iba a parecer para nada buena idea. Era sobreprotector con todos los que quería, pero con Bella lo era aún más, solo pensar en cual iba a ser su cara cuando se enterase… Pero Bella había tomado una decisión, y yo como su amiga, cuñada y hermana, la iba a ayudar en todo lo que estuviese en mi mano.
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