Destinados (+18)

Autor: a_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 26/05/2011
Fecha Actualización: 31/08/2011
Finalizado: SI
Votos: 27
Comentarios: 178
Visitas: 220912
Capítulos: 59

TERMINADO

Durante esos meses sin saber de él mi vida había pasado sin más. Me había dedicado a mi trabajo, a evitar a mi ex, y a intentar recuperar algo de lo que había sido Isabella Swan.

La ruptura de mi compromiso a un mes de la boda me había afectado a todos los niveles. Me había vuelto más huraña y desconfiaba de los hombres y las relaciones, y motivos no me faltaban?

Pero todo tiene un principio y un final, y seguramente yo ya estaba a medio camino de lo que sea que el destino me tenga preparado.

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Capítulo 48: Bella...te necesito.

Carlisle POV


Tuvimos que practicar una incisión en el abdomen de Bella para localizar el origen de la hemorragia. Un desgarro había sido la causa. Conseguimos controlar la hemorragia, pero Bella había pedido mucha sangre y había necesitado varias transfusiones. Las siguientes horas eran decisivas para ella.


Cuando terminamos la cirugía Bella pasó a cuidados intensivos.


- Voy a ver a tu madre – le dije a Edward apoyando mi mano sobre su hombro – debería venir a ver a tu hija.


- No pudo papá, no puedo separarme de Bella, ella es mi vida – dijo compungido. Me dolía ver sufrir a mi hijo, pero en estos momentos había hecho todo lo que estaba en mis manos por salvarle la vida a Bella.

- Está bien. Iré a buscar a la niña y la traeré junto a Bella – dije saliendo hacía la sala de espera donde esperaba el resto de la familia.

Esme estaba con la pequeña en brazos, tenía una sonrisa en sus labios cuando miraba a nuestra nieta, pero esa alegría no le llegaba a los ojos.


- CARLISLE!!! – gritó Rosalie con lágrimas en los ojos en cuanto me vió.


- Hola Rosalie – dije algo cansado, estaba siendo un día duro.


Toda la familia estaba pendiente de mi, esperando oír buenas noticias de Bella.


- Hemos conseguido controlar la hemorragia – suspiros de alivio se escucharon en la sala – pero las siguientes horas son las más críticas, debemos tener fe y esperar. Bella es fuerte – dije avanzando hacía Esme – y a hora tiene una razón más para luchar por su vida – dije acariciando la mejilla de mi nieta.

- Como se llama? – me pregunto Esme

 
No sabíamos aún que nombre le querían poner Edward y Bella a la niña, no habían tenido tiempo de ello. Sabíamos que estaban indecisos entre varios nombres, pero no sabíamos cual era el definitivo.
- No sé cual decidieron finalmente – dije algo triste al recordar como Bella se había quedado inconsciente justo cuando conoció a su hija.


- Y Edward? – preguntó Esme


- Está con Bella, no pueden entrar visitas, pero al ser médico del hospital…. – teníamos ciertos privilegios.
Todos nos quedamos en silencio, iba a ser una noche muy larga.


- Vayanse a casa, cualquier cosa les llamo – dije tendiéndole los brazos a Esme para que me entregase a la pequeña – no podemos hacer nada más aquí.
Esme me entregó a la niña y poco a poco todos salieron de la sala hacía la salida.

- Me quedaré en casa de Emmet por si hay algo nuevo – dijo Esme besando la cabecita de nuestra nieta, que ahora dormía ajena a todo lo que pasaba a su alrededor y al peligro en el que se encontraba la mujer que le había dado la vida.


- Está bien, te llamo si hay novedades – le dije a Esme dándole un beso en los labios.


Me encaminé hacía la habitación de cuidados intensivos donde Edward velaba el sueño de Bella sentado en una silla junto a su cama. Estaba toda monitorizada y cada poco rato el mismo revisaba sus constantes.


Entré con la niña y alzó su vista dejando una leve sonrisa que era una pequeña inclinación de sus labios hacía arriba.


Dejé a la niña junto a la cama, pegada al cuerpo de su madre para que sintiese su calor.


Edward se levantó de la silla y se acercó hasta la niña.


- Tiene la nariz de Bella – dijo con lágrimas en los ojos.


- Lo sé – dije apoyando mi mano en su hombro para reconfortarlo.


Allí permanecimos durante un rato en silencio hasta que un pitido en el monitor cardíaco de Bella nos alertó. Me levanté enseguida y conseguí acercarme y revisar sus contantes, solo había sido un leve arritmia, nada serio. Bella parecía inquieta, así que llamé a la enfermera para que le inyectase un calmante. Necesitaba que pasase la noche lo más tranquila posible.


Me senté en la otra silla que había junto a la cama de Bella y me quedé dormido.


Desperté con los sollozos de Edward, estaba con su hija en brazos y con las lágrimas rodando por sus mejillas.


- Bella….te necesito…no me dejes, no nos dejes – le rogaba Edward a Bella.


Aquello me partía el corazón.


- Edward, deberías salir un rato a comer algo - en aquel momento entró Jessica con un biberón en la mano.


Le entregó el biberón a Edward y se retiró. Edward se quedó mirando el biberón sosteniéndolo en su mano. Se le veía algo confuso así que me acerqué a él.

- Sientate aquí a mi lado – le dije guiándolo por la estancia. Cuando tomó asiento se miró a los ojos con la duda impresa en ellos – es muy fácil, si yo fui capaz de daros el biberón a ti y a tus hermnos cualquiera puede – dije bromeando. Edward me miró y esbozó una leve sonrisa y empezó a darle el biberón a su hija.


Miré mi reloj y eran ya las seis de la mañana, Esme no tardaría en llegar. Sentía todo el cuerpo entumecido de estar tantas horas en aquella silla y me levanté para estirar las piernas. Cuando me giré a ver a Bella ella miraba a Edward y a su hija con lágrimas en los ojos.


- Bella! – dije sorprendido.


Edward levantó su cabeza y se quedó viendo a Bella. Ambos se habían quedado conectados por sus miradas y ambos derramaban lágrimas que bañaban sus mejillas.


- Bella mi amor – dijo Edward levantándose y acercándose hasta la cama de ella.


- Edward…está bien? – dijo Bella mirando el bulto que Edward sostenía en sus brazos.


- Está perfectamente, es tan bonita como tú – dijo sonriendo, y está vez si le llego la alegría a los ojos – quieres terminar de darle el biberón? – preguntó Edward


- No, mejor termina tu, no tengo demasiadas fuerzas y temo que se me caería – dijo sonriendo.


- Estoy seguro de que sus abuelas también estarán encantadas – dije acercándome a revisar las contantes de Bella. Me había mantenido algo al margen de aquella conversación, había querido concederles algo de privacidad, pero necesitaba asegurarme de que Bella estaba bien – bueno me voy a dar una ducha y a cambiarme.


- Papá! – llamó Edward – gracias – dijo llegando hasta mí y dándome un calurosa abrazo.


- Para lo que necesites – le susurré.

Salí de la habitación y le marqué a Esme camino del vestuario, necesitaba decirle que Bella estaba a salvo y que todo iba a estar bien a partir de ahora.

 

 

 

Edward POV


No había conseguido dormir en toda la noche, no hacía más que mirar a Bella y los monitores de modo frenético.


Me acerqué hasta su cama y tomé su mano, no podía más, me sentía solo, destrozado y sin fuerzas para seguir si ella no estaba a mi lado.


- Bella….te necesito…no me dejes, no nos dejes – le rogué a Bella


No dejaba de sollozar y derramar lágrimas, nunca creí poder llorar tanto en toda mi vida.


- Edward, deberías salir un rato a comer algo – me dijo mi padre que acababa de despertar.


Jessica entró con un biberón en la mano y me lo entregó retirándose. Me quedé mirando el biberón. Esto debía estar haciéndolo Bella, ella debía ser quien alimentase a nuestra hija por primera vez o por lo menos estar consciente de ello.


Pero Bella estaba en una cama luchando por su vida.


- Sientate aquí a mi lado – me dijo mi padre guiándome a la sillas. Clavé mis ojos en él, no sabía como hacer esto sin ella – es muy fácil, si yo fui capaz de daros el biberón a ti y a tus hermnos cualquiera puede – dijo bromeando. Esbocé una leve sonrisa e intenté darle el biberón a mi hija.

Estaba enbelesado mirando a mi hija. Tenia la nariz de Bella, mis labios, y su carita sonrosada se veía feliz succionando el biberón con avidez.


- Bella! – oí que decía mi padre.


Levanté la cabeza y ahí estaban aquellos ojos marrones mirándome anegados en lágrimas. No pude contenir mis própias lágrimas y estas empezaron a rodar por mis mejillas.


- Bella mi amor – dije levantándome y acercándome hasta ella.


- Edward…está bien? – dijo Bella mirando a nuestra hija en mis brazos.


- Está perfectamente, es tan bonita como tú – dije sonriendo con ganas. Ella estaba ahí, me estaba hablando!!!! – quieres terminar de darle el biberón? – pregunté.


- No, mejor termina tu, no tengo demasiadas fuerzas y temo que se me caería – estaba aún débil, por eso su miedo a tomar en brazos a nuestra hija.
Me senté junto a ella en la cama a terminar el biberón de nuestra hija y cuando acabe la coloqué junto a Bella.


- Hola Renesme, que bonita eres – dijo Bella.

- Como la has llamdo? – pregunté algo confuso.

- No te gusta? – dijo Bella – es la combinación de Renné y Esme.


- Me encanta! – dije sonriendo. Realmente me daba igual el nombre de la niña, ella sería quien lo escogiese, lo .


- Estoy seguro de que sus abuelas también estarán encantadas – dijo mi padre a mis espaldas acercándose a comprobar los monitores de Bella. Por un momento me había olvidado del resto del mundo– bueno me voy a dar una ducha y a cambiarme.

- Papá! – llamé justo antes de que saliese por la puerta – gracias – dije llegando hasta él y dándole un cariñoso abrazo.


Había salvado la vida de mis dos soles.


- Para lo que necesites – me susurró.

Y así era y así había sido. Siempre había contado con mi familia. Con su apoyo incondicional en todo y para todo, y en ésta ocasión no había sido distinto.

- Si todo va bien ésta tarde pasaremos a Bella a una habitación en planta – dijo sonriendo.


Yo solo asentí y observé como se perdía en los pasillos del bullicioso hospital, que ya empezaba a tener la actividad cotidiana habitual después de la tranquilidad nocturna.


Por la tarde pasaron a Bella a una habitación en planta. Toda la familia incluidos los padres de Bella que habían llegado hacia apenas un rato del aeropuerto, estaban en la sala de espera aguardando para poder entrar a ver a Bella.


Renné y Rosalie eran las que más inquietas se veían. Renné por ser la madre de Bella, y Rosalie era como su hermana, y había vivido de primera mano todo el proceso del parto con Bella y cuando la cosa se puso fea y entró a quirófano.


Cuando llegamos a la habitación al poco rato empezaron a llegar nuestros familiares.


Los primeros fueron Charlie y Renné, ambos lloraron a lágrima viva al conocer a su nieta y al ver a Bella a salvo.


Charlie estuvo hablando con Carlisle largo rato acerca de las complicaciones que habían surgido y como habíamos intervenido a Bella.


Cuando terminó de hablar me abrazó y me susurró un gracias al oído. Estaba agradecido por la confianza y el cariño de los padres de Bella para conmigo, en especial Charlie, que desde el secuestro de Bella habíamos afianzado nuestra relación.

Luego llegaron Rosalie y Emmet. Emmet llegaba con un gran oso en los brazos y un ramo de flores con globos que le entregó a Bella sonriente.


- Para mi sobrina - dijo tendiéndome a mi el oso y acercándose hasta Bella para abrazarla suavemente – no me des más estos sustes me oíste? – dijo Emmet señalando a Bella como si estuviese riñendo a un niño pequeño.


Bella estayo en carcajadas sujetándose la barriga.


- EMMET!!! NO LA HAGAS REIR, SE LE SALTARÁN LOS PUNTOS – dijo Rosalie dándole un capón a Emmet, cosa que hizo que todos estallásemos en carcajadas.
Rosalie se acercó a la cama de Bella y se sentó en el borde. Le acarició la mejilla con la mano y a Bella se le escapó una lágrima que rodó por su mejilla.


- Estuviste ahí – dijo Bella mirando a Rosalie.


- Siempre voy a estar para cuando me necesites – contestó Rosalie con la voz rota por el llanto.


Ambas se abrazaron y todo contemplábamos la escena emocionados.


- Ya, ya, ya!!! Dejen de llorar que ya llegué – dijo el terremoto de Alice entrando en la habitación seguida de Jasper.


Todos volvimos a reir y Alice se acercó a Bella.


- Cuñada, una noche más como ésta y me van a salir arrugas prematuras!!! – Alice y sus ocurrencias – y ni la mejor crema va a conseguir nada!!!


- Te quiero Alice – dijo Bella sujetando la mano de Alice fuertemente.


Jasper se acercó y besó su frente con dulzura.


- Todo bien cariño? – dijo sujetando su mentón.
Bella asintió con la cabeza sonriendo.


Esme estaba en la puerta parada mirando la escena con lágrimas en los ojos. Abrazó a Renné y luego se acercó hasta la cama de Bella, que estaba rodeada por toda la familia.


- Mi niña… - dijo Esme besando sus manos y acariciando su frente y colocando un mechón de pelo tras su oreja – que alegría tenerte sana y salva – dijo emocionada.


- Yo también estoy contenta de estar aquí con ustedes – dijo Bella sonriéndole a Esme.


Silvia, la enfermera entró con mi princesa. Ya estaba con la ropita que le habíamos comprado para sus primeros días de vida. Estaba dormida en la cunita del hospital y toda la familia se quedó mirando el recorrido de la enfermera con la cunita hasta detenerse junto a Bella.


- Ahora traigo el biberón – dijo Silvia sonriendo.


Tomé a mi princesa en brazos y se la entregué a Bella. Ahora ya estaba algo más fuerte después de haber comido algo, y sabia que madre e hija se necesitaban la una a la otra.


- Bueno y como se va a llamar ésta princesita? – dijo Esme acercándose para ver mejor a su nieta.


Bella me miró y yo asentí concediéndole el honor, al fin y al cabo el nombre había sido idea suya.


- Renesme – dijo Bella sonriendo.


- Renesme? – preguntó Alice algo confusa.


- Si, Renné por parte de una abuela y Esme por parte de la otra abuela, así que salió Renesme.


Las dos abuelas se miraron emocionadas y sonriendo, sin duda Bella les acababa de hacer el regalo más maravilloso que se le podía hacer a una abuela, ponerle a su primer nieto su nombre.


- Quieren saber su segundo nombre? – dijo Bella sonriente.


- Carli, que es Carlisle y Charlie junto – ahora los emocionados eran los abuelos.


- Renesme Carli Cullen Swan – dijo Charlie orgulloso – me gusta, tiene personalidad.


Todos nos reimos y Silvia entró de nuevo con el biberón de Renesme entregándoselo a Bella que se lo dio inmediatamente, ya que la niña andaba algo inquieta esperando su comida.


Sin duda estaba hecha una tragona, ya que agarró la tetina del biberón y no la soltó hasta que terminó el contenido por completo.


Bella me la pasó para hacerla eruptar, aún le costaba manejar el peso de la niña por la tirantez de los puntos.


Entró de nuevo Silvia.


- Venga a buscar a esta princesita para cambiarla, la traigo en un rato.


- Quereis acompañarla? Les dije a Renné y a Esme que miraban embobadas a la niña


- Podemos? – preguntó Esme incrédula


- Claro, ahora ya no hay casi nadie en el hospital – dijo Silvia tomando la cuna con la niña.


Salieron ambas abuelas junto a Silvia para acompañarla a cambiar a la niña, más tarde la traerían de regreso para dormir en la habitación con Bella.

 

 

Bella POV


Despertar de aquel sopor con la imagen de Edward dándole el biberón a nuestra hija era algo que se iba a quedar grabado en mi retina el resto de mi vida.
Ahora a parte de Edward había una personita que era tan importante como él, nuestra hija, ese pedacito de cielo que había nacido de nuestro amor.


Ahora lo peor había pasado y ya estaba en una habitación con mi familia. Todos estaban allí, conmigo, mi familia.


El apoyo que todos y cada uno de ellos me brindaban durante los momentos difíciles era incalculable. Me sentía arropada, amada y dichosa por tener a mi familia, y a Edward.


El había sido hasta el nacimiento de mi hija, el pilar de mi vida, ahora esos pilares eran dos.


Toda la familia estaba encantada con la niña. Cuando anuncié su nombre pude ver el brillo en los ojos de sus abuelos, sin duda había sido un regalo para ellos, pero para mi no era más que el reflejo del amor que sentía por los cuatro.


Silvia regresó con la cunita de Renesme seguida de Esme y Renné que estaban felices y totalmente embelesadas mirando a la niña, que ahora dormía tranquila.


- Bueno creo que será mejor qe nos vayamos, necesitas descansar – dijo Renné tomando mi mano.

- Edward hijo – dijo Esme – deberías ir a casa y descansar.


- Edward, estaré bien – dije mirando a mi amor a los ojos, aquellos ojos verdes que me hipnotizaban cada vez que clavaba mi vista en ellos.


- Después del cambio de turno me marcharé – se refería al cambio de turno de las enfermeras, las conocía a todas, y seguro quería dejar “instrucciones” para irse tranquilo.


- Está bien hijo – dijo Carlisle – tu madre y yo te esperamos en mi despacho y nos iremos juntos.

- Bien papá, gracias – contestó Edward sonriendo.
La familia se despidió a excepción de Edward, que se quedó con Renesme y conmigo.


Entró de nuevo Silvia con algunos calmantes y tras ella otra enfermera que no conocia, con la bandeja de la cena.


- Hola Maya – saludó Edward

- Hola doctor Cullen – dijo dejando la bandeja de comida en la mesita – es preciosa – dijo mirando la cunita – felicidades a ambos – agregó con una sonrisa mirándonos a ambos.


Era agradable estar en aquel hospital en el que todo el mundo estaba pendiente de mí, me sentía segura y tranquila.


- Silvia, quien hay en el turno de noche? – preguntó Edward


- Están Anni y Martha – Edward asintió sin duda conocía a todas las enfermeras del hospital. Una pequeña punzada de celos me hizo fruncir el ceño, pero enseguida se esfumó.


- Te sientes bien Bella? – preguntó viendo mi ceño fruncido


- Si, algo cansada – mentí, aunque no del todo, realmente me sentía agotada.


- Bien, cena algo y luego a descansar – dijo Edward como un autentico doctor a su paciente.


- Si doctor – dije a modo de broma. Estábamos solos de nuevo en la habitación.


Ambos sonreímos y me acercó la mesita con la cena. Realmente prefería las cenas de Esme, pero en un hospital la comida no era siempre demasiado sabrosa y apetecible.


Me lo comí todo y Edward me felicitó.

- Crees que pueda levantarme al baño? – pregunté.


- Hoy o no, mañana ya si podrás hacerlo – dijo serio – que necesitas?


- Quería labarme los dientes… - dije algo enfadada.


- Eso lo podemos solucionar! – dijo sonriente saliendo hacia el baño.


Me trajo dos vasos, uno con agua y otro vacio, y el cepillo y la pasta de dientes.


- Gracias! – dije entusiasmada, realmente necesitaba labarme los dientes!


Se hizo el cambio de turno y Edward habló con Anni y Martha, ambas sonrieron antes la demanda de Edward de atenderme y vigilar mis constantes, y luego se despidió para ir a dormir algo y a darse una ducha.


- Mañana temprano estaré aquí – aseguró.

- Tranquilo, te espero, no creo que salga a ninguna parte – bromee


- Te amo – dijo besando mis labios


- Te amo – contesté devolviéndole el beso.


En cuanto Edward salió por la puerte me quedé frita, realmente estaba agotada y los calmantes que me había traido Silvia antes de la cena eran geniales!

 

Cuando me quise dar cuenta ya habían pasado cinco día y me daban ya el alta del hospital. En un par de días más me quitarían los puntos, y por fin me iba a casa con mi hija.


Renesme había permanecido en el hospital conmigo, pese a estar sana y no necesitarlo, pero no me quería separar de ella.


Como apenas podía hacer nada, decicimos irnos a casa de los Cullen por un par de semanas, hasta que pudiese tener algo más de movilidad. Ni que decir que Esme estaba encantada.


Charlie y Renné se marchaban al dia siguiente a Forks, no podían demorar más su partida, y como yo ya salía del hospital había llegado el  momento de volver a casa.


- Te voy a extrañar – decía mi madre.


- Y yo a ti mamá – contestaba yo despidiéndome de mi madre en el porche de la casa de los Cullen.


- Cuidate hija, y promete venir a visitarnos a menudo – dijo Charlie abrazandome.


- Lo prometo papá – dijo devolviéndole el abrazo.


Ambos se marcharon con Emmet y Rosalie que los acompañarían al aeropuerto, y allí me quedé yo en el porche con Renesme en brazos despidiendo a sus abuelos.

Capítulo 47: Dulce espera Capítulo 49: El juicio.

 


Capítulos

Capitulo 1: Sorpresa inesperada. Capitulo 2: Mi destino. Capitulo 3: Vagando por mi mente Capitulo 4: Recuperando mi vida Capitulo 5: Invitación Capitulo 6: Preparativos Capitulo 7: La casa de los Cullen Capitulo 8: Confidencias Capitulo 9: Fiesta de pijamas Capitulo 10: Tocando el cielo Capitulo 11: Un día maravilloso Capitulo 12: Crueles intenciones Capitulo 13: No puedo perderte, tú eres mi vida. Capitulo 14: No puedo separarme de ella Capitulo 15: De vuelta Capitulo 16: Disfrutando el momento Capitulo 17: La propuesta Capitulo 18: ¿Cuándo pensabas decírmelo? Capitulo 19: Misterios Capitulo 20: Consecuencias Capitulo 21: Se que le estoy mintiendo, pero ahora no puedo decirle la verdad. Capitulo 22: Cambio de planes Capitulo 23: Todo tiene un principio y un final Capitulo 24: Forks mi oasis personal. Capitulo 25: De vuelta a mi vida. Capitulo 26: Isla Esme Capitulo 27: Disfrutando del paraíso. Capitulo 28: Volviendo a la realidad Capitulo 29: Ella de nuevo en mi vida. Capitulo 30: Se ha descubierto el pastel Capitulo 31: La verdad siempre sale a la luz. Capitulo 32: No quiero separarme de ti nunca más. Capitulo 33: La mudanza Capitulo 34: No puedo soportar ver a Bella con él. Capitulo 35: El cumpleaños de Esme. Capitulo 36: Me estoy volviendo paranoica. Capitulo 37: Una nueva Bella. Capitulo 38: Descubriendo sus intenciones Capitulo 39: Fin de semana y vuelta al trabajo Capitulo 40: Disfrutando juntos Capitulo 41: Salida en velero Capitulo 42: Ella no está. Capitulo 43: Sorpresa inesperada Capitulo 44: A salvo Capitulo 45: El reencuentro Capitulo 46: Nueva vida Capitulo 47: Dulce espera Capitulo 48: Bella...te necesito. Capitulo 49: El juicio. Capitulo 50: El jucio (parte 2) Capitulo 51: Disparo fallido Capitulo 52: Todo lo que me importa está aquí. Capitulo 53: Tengo una boda que organizar!!!! Capitulo 54: Hogar, dulce hogar Capitulo 55: La boda Capitulo 56: La boda II Capitulo 57: Luna de miel Capitulo 58: Tengo algo que decirte...(Capitulo final) Capitulo 59: Epílogo

 


 
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