**Edward POV**

No había podido dormir bien, Jessica había dado justo en el clavo, trayendo a mí un mundo de dudas y reviviendo dolorosos recuerdos, estaba viendo por la ventana queriendo borrar cada imagen que pudiera si quiera comparar en lo más mínimo a Bella y a Tanya. Estaba tan absorto de mis pensamientos que no escuche más que cuando se cerró la puerta, me gire y ahí estaba mirándome con sus enormes ojos chocolate, traía de nuevo vaqueros y una camisa gris que se ceñía perfecta a sus formas, se sonrojo cuando noto que la miraba detenidamente, era tan hermosa nuestra breve separación me había dolido literalmente ya que mis músculos estaban tensos y se relajaron solo hasta que la vi entrar, tome aire y me invadió su perfume, ¿podría ella estarme mintiendo?

-Hola- La salude tratando de que no se notara que me volví loco todo el tiempo que no estuvimos juntos.

-Buenos días – contesto con una tímida sonrisa.

-¿Qué tal tu fin de semana?

-hem, bien ¿y el tuyo?-

-No tan mal-

Estaba todavía pensativo con lo que me habia pasado durante el fin de semana así que decidi comenzar haciendo ajustes a una cuenta bancaria para así tratar de distraerme y efectivamente se nos pasó muy rápido el día, Bella estaba sentada en su escritorio y yo estaba detrás de ella me incline un poco más con mis dos brazos rodeando su cuerpo note que le dio un ligero escalofrió cuando le decía muy cerca del oído donde tenía que enviar un traspaso de dinero, mis sentidos se vieron invadidos por su perfume olor a fresas me acerque más a su cuello y note que había un ligero obscurecimiento como un moretón, estaba seguro de saber perfectamente que era esa marca y conocer al grandísimo cabrón que se la había hecho.

-¿Qué te sucedió aquí?- pregunte molesto mientras le tocaba un poco.

-No es nada…- Se puso el cabello sobre sus hombros rápidamente y su piel adquirió ese rubor tan peculiar en ella.

Apenas iba a decir algo cuando en eso sonó su celular no me moví ni un milímetro por lo que escuche perfectamente su voz.

-Hola Amor, ¿voy por ti para comer? Hoy salí temprano de la escuela – Sentí que me subía un calor intenso por el cuerpo, no era posible que detestara tanto a este chico.

-…Sí, pero recuerda que solo tengo una hora – ¡¡ahhh con que sí!!. Obvio, ¿qué otra cosa esperabas Edward?, pensé.

-Perfecto justo el tiempo antes de entrar a mí trabajo, nos vemos entonces- Colgó su celular.

Me enderece de mi postura y camine hacia mi escritorio, estaba tan molesto que solo me dedique a mirar unos papeles, como buscando algo cuando en realidad no buscaba nada.

-¿Edward?- No respondí estaba muy molesto – Edward ¿te molestaste? – volvió a preguntar, como pude tome aire para hablar.

-No-

Rodeo mi escritorio y me quito de las manos los papeles que sin fijarme apretaba fuertemente y tomo mi mentón para que la mirara.

-¿Quieres que le diga que no venga? – Pregunto con una pequeña sonrisa y le sonreí devuelta levemente.

-Eso no es necesario ya habíamos quedado en eso ¿no? Cada quien tiene sus compromisos tú con Jacob y yo con Jessica, pensándolo bien creo que le hablare para que comamos-

-Como prefieras – Su sonrisa desapareció y me soltó dándose la media vuelta.

Pensaba en hablarle a Jessica pero antes de que diera línea colgué sería imposible pedirle después que se fuera, resople me salí de la oficina molesto. Comí solo en el restaurant de enfrente donde solíamos comer Bella y yo, me sentí un poco incómodo ya que Bella siempre acaparaba mi atención hasta este momento me percate de las miradas intensas de algunas comensales y de la mesera mientras ordenaba mi comida, por lo que mi malhumor no disminuyo ni un poco.

Cuando entre a mi oficina Bella ya había llegado y miraba por la ventana. Se giró para verme.

-Creí que comerías con Jessica- Me encogí de hombros tratando de ser indiferente supongo que me había visto salir del restaurante solo. Bravo Edward eres buenísimo provocando celos ya veía a Demetri burlándose de mi mala pericia para estos casos.

Camino hacia a mí y deslizo su mano para poner el seguro de la puerta, me quede frío puedo jurar que incluso me sonroje, ella sonrió y me abrazo puso su frente en mi pecho y yo no pude hacer otra cosa más que cerrar mis ojos.

-Te ves adorablemente guapo cuando te pones celoso –

-Te equivocas si piensas que me celo de ese o de alguien, en realidad no me importa lo que hagas con tu vida - me hice el indignado y deje mis brazos a los lados sin corresponderle el abrazo.

-Ah ya veo... – Dejo de abrazarme y suspiro  – Lamento haberte malinterpretado...– Me miró fijamente a los ojos y me perdí en el chocolate intenso de ellos queriendo imaginar que yo le importaba si quiera un poco de lo que ella significaba para mí note en sus ojos que le había dolido mi respuesta absurda y a mí me dolía el corazón de solo pensar en una separación ¿a qué hora deje de ver esto como un juego? No recordaba bien pero ya no importaba no quería verlo más como solo un juego y solo había una manera de probarlo de pronto tuve una idea… estire mis manos hacia su cintura antes de que pudiera irse de mi lado.

-No tienes idea de cuánto te extrañe…- Ella suspiro y camino un paso hacia mí para recargar su frente en mi pecho de nueva cuenta – Luces tan espectacular que obvio no podías ser mía nada más, si estoy celoso, muy celoso... - Ya estaba, lo había dicho. Escuche una risita, su aliento golpeo mi pecho y la apreté más contra mi cuerpo un calor intenso me golpeo y mi cuerpo se prendió con el solo hecho de tocarla.

-No sé qué me estás haciendo, pensé en ti todo el tiempo cuando estuve con él, ¿pensaste en mí?–

-¿Disculpa? Recuerdo yo haber sugerido eso- La mire y fruncí el ceño.

-Es un enojón señor Cullen-

-Eso es porque mi asistente se pone hablar con su novio frente a mi sabiendo que me molestan las llamadas personales a la oficina- de nuevo escuche su risita.

-Lo lamento, procurare no contestarle cuando este en horario de trabajo-

-Bien entonces ya nos estamos entendiendo-

-No respondió a mi pregunta, señor Director- sus manos jugaban con mi corbata.

-No debería de responderla pero para tu satisfacción si lo hice cada momento – le susurre y me hundí en su cabello inhalando su aroma a fresas.

No me importaba ser engañado nuevamente, no importaba que tuviera novio, ni tampoco importaba que mi corazón acabara hecho añicos, hundí  mis  manos en su rostro y deposite mis labios en su boca entregándole todo mi amor y pasión, ella paso sus manos por mi cuello y yo me moví hacia mi escritorio, atrayéndola se recargo en el y nuestro beso se volvió más demandante me sentía como si hubiera corrido un maratón y ella fuera la botella de agua, ¡como había extrañado su sabor! Sentí como Bella se intentaba subir al escritorio abrí mis ojos y ella me miro divertida, le sonreí de vuelta y avente todo lo que estaba sobre el y la subí sin dejar de besarla, supuse que le lastimaría pero parecía no importarle tampoco, comencé a desbrochar su pantalón mientras ella me quitaba el cinto, cuando logre retirárselo me deshice también del mío, Bella seguía arriba del escritorio y se hizo hacia atrás apoyándose en sus codos y levantando sus caderas un poco hacia mí, me acerque a ella y entre de una sola estocada los dos jadeamos comencé con las embestidas sin ningún cuidado, no habíamos tenido tiempo de quitarnos por completo la ropa mi cuerpo la necesitaba y cada célula de mi ser gritaba por ella, sentía que a ella le pasaba lo mismo, apreté más sus caderas contra las mías como si la vida se me fuera en ello y así era, mis piernas temblaban de deseo todos los músculos de mi cuerpo se estaban derritiendo, sentí cuando su espalda se arqueaba mandando vibraciones a través de todo mi cuerpo, las palpitaciones en sus pliegues atraparon mi erección la mire y ella mordió su labio reprimiendo un gemido que salió como un leve murmullo por lo que no pude contenerme más tiempo. Aun jadeando la levante en volandas como si fuera una novia entre mis brazos para sentarnos en el sillón. Ella estaba fuertemente abrazada a mi cuello y duramos así un tiempo en lo que nuestra respiración volvía a su ritmo normal busque su boca de nuevo no podía dejar de deslumbrarme con cada uno de sus rasgos mis manos recorrieron su rostro y recordé la idea que había tenido antes de que me ganara la pasión.

-Bella…-

-¿Mmm?-

-Quisiera… pasar contigo el fin de semana completo… ¿crees que podrías deshacerte de tu novio por dos días?-  no respondió inmediatamente y un nudo se comenzó a formar en mi estomago.

-¿Y tú podrás? – respondió tajante.

-¡Bah! Por supuesto que puedo, te recuerdo que al menos yo no vivo con Jessica no tenemos un compromiso tan formal- Le hice mala cara.

-Edward...yo... – mordió su labio inferior por lo que lo toque para que lo soltara.

-Dime…-

-Es que yo… quería saber si soy además de Jessica claro, tú única... aventura que pena me da haber caído tan bajo- Se puso súper roja y miro hacia abajo. Levante su barbilla para que me mirara.

-Eres algo más que una aventura para mí, ¿lo sabes verdad? Quiero demostrártelo, por eso te pido que me acompañes- Mordió su labio de nuevo y tardo una eternidad en responder…

-Veré que puedo hacer... ¿pero a dónde? ¿Qué es lo que quieres hacer?-

-Tengo una residencia en una playa y me gustaría mucho pasar contigo más tiempo solos y sin necesidad de estarnos escondiendo siempre, o teniendo encuentros tan dificultosos – Mire las cosas tiradas de mi escritorio le sonreí y ella se mordió el labio inferior- Te vas a provocar un hematoma, como el de tu cuello…- le dije en tono sarcástico viendo como mordía ese labio.

-¿No lo vas a dejar pasar verdad?-

-No-

-Eres imposible-

-Tú tienes la culpa por dejarte mordisquear por ese perro-

-Lo lamento no lo puedo evitar lo sabes, y si me muerdo el labio es por tu culpa me pones nerviosa...Veremos qué pasa en la semana casi creo que Jacob trabajara todo el fin de semana por el mismo caso que se fue la vez pasada, por lo pronto señor director, vamos a vestirnos que ya casi es la hora de salida-

-¿Ahora tú das las órdenes, no te digo? Recordare perfectamente esto a la hora de seleccionar a mis asistentes-

Esta vez me despedí rápido en el estacionamiento en cuanto escuche que llegaba su novio, no quería topármelo ni con la mirada.