**Bella POV**
Maldición, maldición, maldición
-Jake- farfulle entre sus labios
-mmm
-Se me va hacer tarde- empuje su pecho
-Es algo que me tiene sin cuidado- suspiro – No hay que ir a trabajar hoy, mañana saliendo de la escuela me voy de viaje, ¿recuerdas? quédate conmigo ¿sí? Quedemos aquí
-No puedo faltar Jake, lo sabes
-¿Te acuerdas cuando un día me escape del despacho vine por ti y nos fuimos en la motocicleta al campo?
Sonreí - Te descansaron dos días
-Vámonos ahora en este momento
Mi cabeza daba vueltas recordando ese momento, recordando nuestra relación, mi madre me había llamado poniéndome muy mal como cada vez que llamaba, le hable llorando a Jake y sin pensarlo dos veces vino por mí y me llevo al campo, bromeo toda la tarde haciendo que me olvidara de mis pesares y justo traer esos recuerdos a mí mente provoco que quisiera llorar. ¿Pero que estoy haciendo? ¿Valdrá la pena dejar a Jake por Edward?
Sin embargo no sentía la emoción que sentí cuando Edward me pidió que nos fugáramos, mi corazón no se contraía con solo observarlo. Sus grandes ojos marrones me miraban curiosos y sus manos fuertes apretaron mi cintura en señal de que quería una respuesta.
-Otro día mejor Jake
-Regresando de mi viaje no tendrás pretextos
Suspire y me solté de su abrazo tome mis cosas y me llevo a la oficina, no sin antes volverme a besar tanto que me dejo más confundida.
-¡Recuerda que hoy no puedo venir por ti para ir a comer!- grito mientras me iba
-Está bien
Llegando me puse a analizar unos estados financieros, me faltaba Edward no podía concentrarme cuando de repente abrieron la puerta de la oficina, era una mujer muy blanca traía unos tacones negros altísimos por lo que no pude apreciar bien su estatura, tenía puesto un vestido negro que gritaba glamur en toda la extensión, tenía que ser de algún diseñador famoso el corte era muy fino tenía su cabello suelto lacio del color del oro apenas sujeto por una delgada diadema negra. Sus ojos azules se notaban mucho más por los tonos oscuros de sus ropas, su figura era grandiosa y ante tanta belleza no había notado que me miraba furiosa.
-TÚ debes ser Isabella- No era una pregunta.
-Sí, ¿en qué puedo ayudarle?- En eso sonó mi teléfono, me apresure a contestar mientras ella cerraba la puerta.
-¿Bella? ¿Ya llego Jessica contigo? Es la ex novia del señor Edward…- El sentimiento que me produjo saber quién era… es como cuando estas dormida que sientes que vas a caer…
-Si Victoria, ya me doy cuenta te llamo en un momento- colgué.
-No creo que puedas ayudarme en nada, al contrario no has hecho más que destrozar mi vida por completo, ¿con eso no te basta!?- grito.
-No creo estar entendiendo…- No sabía cómo responderle me había tomado por sorpresa.
-¿Tengo que decirte que Edward fue mi novio para que lo entiendas? No puedo creer como vienes y apareces con tu cara angelical, metiéndotele a los ojos a un vulnerable Edward…-Hasta que me aventó un periódico en el escritorio pude ver a qué se refería, era la misma nota que me había enseñado Victoria- Tu destruiste mi compromiso con Ed, ¿si sabias que nos íbamos a casar!?-
-¿Casarse??- Las palabras salieron de mi boca apenas, como si me hubieran pegado en el estómago.
-Claro! CA SAR NOS pero tu como todas las demás vienes buscándole porque sabes que esta hasta el tope de dinero... ¿Pero sabes qué? Él siempre vuelve a mí, no importa cuántas moscas muertas lo anden rondando, SIEMPRE vuelve a mí así que disfrútalo cuanto puedas, porque no será mucho y después cuando pases a la historia como las demás, pregúntate si es bueno andar destruyendo la vida de los demás por solo una calentura ¿o solo porque querías un mejor puesto? O tal vez su dinero!… te lo dejo de tarea- Se dio la media vuelta y salió como un bólido azotando la puerta.
Sus palabras me hirieron en lo más hondo de mi ser
-Destructora de hogares- dije en voz alta y apenas alcance a sentarme, las piernas me temblaban y el corazón me latía a mil por hora, ¿interesada en su dinero además?? Me había llamado en pocas palabras oportunista comencé a sollozar cuando menos lo pensé, no podía pensar en otra cosa, jamás había pensado en todo lo que estaba haciendo, me había dedicado a destruirle la vida a medio mundo, al final había seguido los pasos de mi madre…
-Bella… -Victoria entro a mi oficina y corrió a mi lado para abrazarme.
-No puuedo.. ya coon esto..- dije entre sollozos
-Cálmate, ayer te advertí que podía venir ¿no es así? ¿Qué te dijo? ‘Qué arruinaste su vida? Le hubieras dicho que ya no viera tanta televisión esos diálogos están muy gastados en verdad-
-Pero tieeene razoooón- No podía dejar de llorar.
-No, grábatelo no la tiene, piensa bien Bella si no hubieras sido tú el día de mañana alguien más iba a pasar por el camino de Edward y de la misma manera la habría dejado porque ya no la quiere-
-Pero see iban a casaar- Definitivamente esa era la peor parte.
-¿Eso te dijo? Y si así fuera cualquiera puede cambiar su decisión-
Continúe llorando entre sus brazos, ella no entendía lo que sentía que me hubiera dicho eso que soy una destructora de hogares, oportunista de lo peor; sin embargo también tenía razón cuando sea podemos tomar las riendas de nuestras vidas y hacer elecciones cuantas veces sean necesarias. Hable por fin cuando deje de llorar.
-Gracias Victoria… ahora sé lo que tengo que hacer-
-¿Y qué es lo que harás?- Pregunto confundida.
-Iré en este preciso momento a buscar a mi novio a su colegio-
Llame a Ángie para pedirle su auto y me dispuse a ir al colegio, alcance a ver la moto de Jake estacionada y encontré un lugar vacío muy cerca, pensé en mandarle un mensaje para que saliera pero siempre lo interrumpía en clases, podían hasta reprobarlo… así que mejor decidí esperar afuera en lo que salía, ya no faltaba mucho para la hora de salida.
Estuve cambiando de estación en la radio, luego lo apague, jugué con las llaves nerviosa y se me cayeron al subir la vista mis ojos no podían creerlo vi a Jake era fácil distinguirlo su complexión era difícil de encubrir pero traía abrazada por la cintura a una rubia despampanante, tenía puestos unos jeans deslavados, unos tacones morados bastante altos el viento agitaba su cabello color rubio rojizo desasiendo un poco sus risos, sus ojos eran como de color miel y tenía una figura de modelo se recargo en la moto de Jake jalándolo de la chaqueta hacia su boca, mientras él sonreía entre sus labios y colocaba sus manos a los lados de la motocicleta, luego Jake se hizo hacia atrás sonriéndole. Le dio un último beso y se subió en la motocicleta y para mi asombro ella también… arranco la moto y se fueron.
Fui incapaz de bajarme del auto, de decirle algo, totalmente muda me quede ahí apretando fuertemente el volante con mis manos, de nuevo llanto, tristeza, este día parecía que no iba a acabar jamás, que le podía decir yo a Jake… ¿Porqué lo hiciste?? Si yo era igual ¿o peor? A qué hora nos habíamos hecho esto, ¿a qué hora nos habíamos distanciado tanto?, las imágenes que habíamos tenido juntos me golpeaban mentalmente una y otra vez, entendiendo porque sus llegadas tarde, porque sus continuos viajes, desde cuando me estaría haciendo esto?? Pasado un muy buen rato me dirigí al departamento tome algunas de mis ropas y le deje un mensaje escrito en la barra del comedor,
Hoy no me quedare aquí avísame en cuanto regreses de tu viaje, tenemos que hablar.
Había decidido quedarme a dormir con Ángela no podía encararlo no sabía bien que decir, por dónde empezar…
Ángela me consoló muy buena parte de la tarde y ya por la noche me dejo sola, ella era mi mejor amiga entendía perfecto que necesitaba llorar, sacar de mi hasta el último recuerdo de Jake, no quería que Edward presenciara esto, llore y llore. Sin saber porque en realidad, si por el desengaño, si por lo que me había dicho Jessica…
-Nena lo mejor que puedes hacer es casarte con Jacob, dudo mucho que alguien más te haga el favor
-¿De nuevo te drogaste Renée?
-Eso quisieras ¿no nena? Que te diga que estoy drogada y justificarme, pero no, no estoy drogada y te estoy diciendo la verdad.
Un mensaje que llego me sobresalto despertándome de un muy mal sueño.
-Empiezo a creer que cuando te pienso, me escuchas. Que cuando digo tu nombre, aun estando lejos, suspiras. Empiezo a creer que sí eres mía-
Era Edward, como siempre hasta con mis pensamientos le llamaba, mi cuerpo lo necesitaba, necesitaba abrazarlo y que me dijera que todo iba a estar bien. Su mensaje me hacía sentirme reconfortada y feliz cerré mis ojos no quería dormir y que Renée me visitara en sueños ni pensar en lo que había visto en la tarde, definitivamente dudaba mucho volverme a dormir.
|