**Edward POV**

El sol entraba por mi ventana cuando abrí los ojos, me gire hacia un lado para seguir durmiendo, de reojo vi el reloj marcaba ¡las 9 Joder! Me levanté rápido aún estaba vestido, no me podía creer que me había quedado tan profundamente dormido, me apure a bañarme pero me tarde escogiendo el traje con el que quería comer con Bella. Y mientras me veía frente al espejo mi traje color hueso, me ajusté alrededor de mi camisa negra la corbata también negra con líneas verticales en tonos hueso. Traté de acomodar mi cabello pero cómo siempre era un caso perdido.

Cuando llegué a la oficina casi me caigo de espaldas. Tomando una bocanada de aire caminé hacia ella, no definitivamente no había apreciado absolutamente nada de la hermosura de Bella.

De pie moviendo unos papeles estaba la criatura más hermosa que hubiera visto, su vestido de color negro de un solo tirante, dejaba ver gran parte de su piel nívea, alrededor de su cintura tenía un cinto que acentuaba a un más sus caderas. Y su cabello recogido en una coleta con pequeños risos al final dejaba ver ese largo cuello que por alguna extraña razón me daban ganas de morder. Sus zapatos altos negros, estilizaban por completo todo su semblante, y mientras tanto como un puto adolescente un extraño calor estremeció mi espalda descendiendo directamente a mi vientre bajo. Suspiré mortificado, joder ¿Qué me estaba pasando? Y para colmo su perfume nublo mis sentidos.

—Wow  ¿en verdad eres Bella? —Aclaré mi garganta y mi voz sonó bastante ronca para mi gusto. Ella se giró y me sonrió

—Lo mismo digo, hoy te ves espectacular.

— Para nada, me opacaras en la comida. —Moví mi cabeza a los lados, sin duda no era consciente del efecto que acababa de tener en mí.

— ¿Cómo? ¿Crees que es muy atrevido el vestido? —En un intento ridículo de alargarlo tiró de el hacia abajo.

Absurdo.

Caminé cual león para acortar el espacio que nos separaba. Sí, ella tenía la culpa de ponerme como un jodido salvaje. Sin pensarlo tomé su mentón y le di un beso en la mejilla. La sensación que me produjo fue indescriptible, todo mi cuerpo tembló de deseo me habría encantado darle el beso en su tentadora boca y morder de una puta vez ese labio… pero no…

—No seas ridícula te ves hermosa y ya deja de distraerme, comencemos con el discurso que daré en el hotel—Dije sonriendo y retirándome de una maldita vez hacia mi escritorio antes de que mis manos decidieran bajar por su cuello, acercar su cintura a mi cuerpo… basta Edward ella tiene ya dueño… Me repetí a mí mismo molestándome de pronto.

**Bella POV**

—Edward ya tienes tus líneas ¿o quieres que te ayude con ellas? —Pregunté para saber lo de su discurso más tarde.

—No, déjalo yo lo resuelvo en un momento —Respondió de forma muy seca, sacándome de lugar ya que inclusive con su voz aterciopelada había sonado muy formal.

Durante la mañana no volvió a verme, hizo varias llamadas y escribió su discurso él solo, me pregunté en que parte me perdí o que dije que le pudiera molestar tanto, por más que hacia memoria no lo recordaba, me moría por preguntarle pero temía que fuera a molestarse más estaba debatiéndome entre hacerlo o no cuando hablo.

—Trae tu abrigo, ya es hora de que nos vayamos. —Volvió a emplear ese tono frío, me puse nerviosa y se me cayó la bolsa, tomándola rápido salí detrás de él.

Durante el camino fue muy serio, al igual que la oficina. Estiró su mano hacia el estéreo y  puso música para quitarle hierro al asunto, quiero creer.

— ¿Debussy? —Pregunté asombrada. Se sonrojo ahora él un poco y diablos, se veía absurdamente adorable.

— Si... a veces me pongo melancólico. —Respondió estirando su mano para cambiar de disco.

— No, a mí también me gusta Claro de Luna —Giró hacia mí al fin, y sonrió. Al menos ya no estaba tan enojado.

Llegamos al coctel y de nuevo corrió para abrir mi puerta me estiro su mano con una sonrisa y de pronto su gesto se puso serio ¡otra vez! ¿Acaso tendrá problemas de doble personalidad??

Mientras caminábamos no sonreía, seguía muy serio, pasamos por largo corredor hasta la recepción, y algo cohibida observé la cantidad de personas que ya estaban reunidas.

—No te me despegues, te puedes perder aquí con facilidad —Susurro en mi oído y me estremecí con su aliento.

 ¿Qué diablos me estaba pasando hoy? No solo él andaba raro yo andaba de unas calenturas uff que ni para que pensar en eso, sin duda me hacía falta un encuentro con Jake… si eso ha de ser. Seguimos caminando hasta llegar a un círculo de personas.

— ¡Mamá! —Dijo alzando la voz y me tense al instante. Aquel círculo de personas parecía ser su familia.

— Ven Bella te voy a presentar a mi familia. —Mierda.  No estaba equivocada.

—Bella, esta es Alice mi hermana menor. —La mujer frente a mí era igual de hermosa que Edward llevaba el cabello corto y despeinado pero le daba una elegancia increíble, su vestido era azul eléctrico y de la cintura aparecían pequeñas plumitas, parecía un Ángel.

—Y la única hermana, que no se te olvide. —Dijo mirando divertida a Edward y luego se giró hacia mí. —Mucho gusto Bella —Me abrazo y me tomó por sorpresa.

—El gusto es mío. —Murmuré tomando algo de aire aún estaba impresionada.

—Este es Emmett —Dijo Edward mientras daba un codazo a su hermano, el cual era alto de cabello rizado, con una musculatura increíble, su sonrisa al verme fue de oreja a oreja como si nos conociéramos de siempre.

—Mucho gusto pequeña Bella. —Me abrazó al igual que Alice. —Espero que tú si aguantes al amargado de mi hermano. —Soltó una carcajada, Edward le dio otro codazo.

—Bella, mis padres Carlisle y Esme—  Estreche la mano de cada uno, definitivamente en esa familia todos eran como unos ángeles.

—Por ultimo Bella te presento a Jasper y Rosalie mis cuñados.

—Mucho gusto —Mas cohibida que nunca susurré mientras veía la belleza de Rosalie y la mirada atenta de Jasper.

 —Bueno voy a ver lo de mi discurso, Bella y yo tenemos que revisar unas cosas con permiso. —Edward tiró de mi brazo, como loco alejándonos de ahí.

— Mucho gusto dije mientras miraba por encima de mi hombro.

En realidad pensé que el humor de Edward había mejorado al ver a su familia pero luego me miró de arriba abajo y otra vez estaba molesto. No entendía su comportamiento, me pidió que le leyera sus líneas en voz alta y luego él las repitió para mí, en realidad no estaba nervioso podía verlo, se notaba que ya lo había hecho cientos de veces pero quería que todo saliera muy bien.

—Bueno creo que ya estoy listo, quédate cerca por si me trabo o algo. —Dijo de nuevo con su tono serio.

**Edward POV**

Estaba listo mi discurso, estaba bien escrito pero no podía quitarme el mal humor cada vez que miraba a Bella. ¿Por qué jodidos tenía que haber venido tan hermosa a la comida? La mirada acechadora de algunos inversionistas sobre ella me tenía como loco, así como algunos amigos habían hecho gestos con sus manos indicándome que la presentara. Esos cabrones me estaban volviendo loco de celos, por no poder abrazarla ni defenderla de todos aquellos oportunistas, con Bella me aparecía un lado protector que nunca me había nacido ni por Tanya mucho menos por Jessica, era absurdo, no era ni su novio, ni su padre.

Además hablando de padres, note la cara de mi madre cuando llegue con Bella un poco confundida y supe que esperaban a Jessica. Pero no era ella a quien quería tener a mi lado… era Bella.

Me nombraron y dije mis líneas tal cual las había escrito. Mientras los inversionistas aplaudían busque con mi mirada a Bella, estaba en medio del salón, algunos clientes acudieron con Bella para entregar sus tarjetas de presentación, y estoy seguro de que más de uno lo hizo con toda la intención de que Bella la guardara personalmente albergando la posibilidad de un encuentro. Estupidos.

Así continué la comida aguantando la bilis de ver a todos como perros hambrientos y por la noche uno que otro sacándole platica a Bella.

— ¡Edwaaard!—   Suspiré mortificado

— ¿Qué tal Demetri, Félix? —Dije girándome y dándoles la mano.

— ¿Qué Acaso ya no somos amigos? —Preguntó Demetri con tono burlón.

—Por supuesto ¿Por qué la duda?

—Porque hace mucho tiempo que no salimos ni nada por el estilo ¿cómo está Tanya? —Rodee mis ojos.

— ¿Qué crees? Hace  más de un año que terminamos. —Respondí sarcástico.

—No te molestes Edward, eso es por abandonarnos ¿ves?—Dijo Félix

— Tienen razón lo… Lamento ahora salgo con otra mujer se llama Jessica.

— ¿Stanley?—  Dijo Demetri

— La misma.

— Wooow tu sí que andas perdido de veras Edward, definitivamente tenemos que salir.

Gire mi vista un poco y vi como unos tipos se le acercaban a Bella ya no lo soportaba más. ella estaba parada sonriendo y agradeciendo las cortesías incomoda rodeada por esos sujetos.

— ¿Quién es ella? —Preguntó Demetri refiriéndose a Bella.

—Nadie. —Joder, solo esto me faltaba. —Bueno prometo llamar, ya me tengo que ir… ¡nos vemos! —Como energúmeno caminé hacia Bella esquivando a la cantidad de gente y la tome por detrás de su pequeña cintura.

—Acompáñame. —Susurré a su oído y tembló deliciosamente entre mis manos.

Sujetándola por la cintura caminé sin decir ni una palabra, me dirigí hacia uno de los patios traseros del hotel que bien conocía ya que era de mi madre. Afuera hacia un poco de frío, el patio estaba iluminado por velas alrededor del largo pasillo el cual era escoltado por pilares de mármol, al fondo podía ver un kiosco muy iluminado en el centro del patio.

Desviándome hacia un lado,  la recargue sobre el mármol de uno de los pilares, quedando frente a ella y sin darle lugar para moverse hacía ningún lado. Ella me miro confundida a través de sus largas pestañas.

¿Qué me estaba pasando?

No me pertenecía, no era nada mío, no debería de importarme si incluso quisiera salir con alguno de esos, pase una de mis manos por mi cabello frustrado.

— ¿Qué es lo que pasa Edward? ¿Por qué estás tan enojado conmigo, que hice mal? ¿Es por el vestido? Es...

— Nada de eso Bella y a la vez todo —Interrumpí, ella me miró juntando las dos cejas más confundida  aún, sus ojos me demostraban que no tenía ni idea de lo que estaba pasando pero no me dijo nada. —Es que... no sé qué me pasa contigo... te lo juro ¡eres mi perdición!

— ¿A qué te refieres con tu perdición? ¿Es por los balances generales? —Solté una carcajada de veras que no tenía ni idea.

—Por supuesto que no —Acercándome más a ella sentí como cambiaba su respiración, pude sentir también en ese momento el impulso de devorar su boca ya me era imposible contenerme más.

Tome aire y apoye mis manos en la columna justo a la altura de su rostro. Me acercaría más para besarla… ¿Qué podía pasar? Que me diera una bofetada y se fuera furiosa y renunciara, eso me dolería mucho pero necesitaba en verdad saber... Acercándome peligrosamente a sus labios cerré mis ojos preferiría no ver venir la bofetada.