**Edward POV**
— Ahora quien es Victoria...— respondí molesto de pensar que fuera Jessica de nuevo.
— Huuuy hermanito ¡qué carácter! —Respondió del otro lado una melodiosa voz —Consíguete quien te dé a ver si así te quita lo malhumorado.
—Alice te recuerdo que ya tengo quien me dé y tiene nombre, Jessica ¿Cuántas veces te lo voy a repetir?
—Pues parece no darte bien.
—Vulgar.
—Enojón.
—Lo lamento ha sido un día muy pesado, he decidido contratar una asistente personal y todo el día estuve de aquí para allá...
— ¿En verdad? —Interrumpió— que bueno Edward eso solo quiere decir que ya estas superando a ¡Tanya! Finalmente —su comentario me removió un agujero que ya había logrado enterrar un poco, me dolió tanto su comentario que me vi forzado a sentarme.
**Flashback**
— Hola Mucho gusto soy Tanya Denali y seré tu nueva recepcionista —dijo con la voz más encantadora que jamás había escuchado.
La chica alta de piel muy blanca, me miró a través de sus ojos color miel. Su cabello caía sobre sus hombros en ondas de un color rubio rojizo. Su traje sastre negro, remarcaba cada parte de su cuerpo, desde sus grandes pechos hasta sus hermosos pómulos. Como un idiota quede cautivo de su mirada y en un abrir y cerrar de ojos, me sentí embriagado de su perfume. La quería, la deseaba, no esto no era normal.
**Fin de Flashback**
— Lo lamento Ed, no pensé que aún te lastimaría...— Note su tono de voz visiblemente consternado. — Con eso de que ya tienes a Jess…
— No Alice, discúlpame tu a mí, creo que a estas alturas debería de superarlo pero a veces me veo arrastrado hacia su recuerdo —dije mientras me repetía estas mismas palabras a mí mismo…
**Flashback**
Acabamos de regresar de un viaje de ensueño.
París. Tanya no lo conocía y yo me había jurado mostrarle el mundo entero.
En un descuido de ella compre un hermoso anillo de Tiffany's tenía diamantes en todo alrededor y culminaban en una argolla de diamante con forma de marquesa, simplemente a la altura de Tanya.
Aquél día estaba lloviendo por lo que me apresuré a entrar a nuestro departamento ya traía conmigo el anillo con el cual le entregaría no solo todas mis ilusiones y esperanzas también mi corazón. Con el sonido de la lluvia y los truenos afuera no estaba seguro de que me habría escuchado llegar, aprovechando eso caminé hacia nuestra habitación para secarme y ponerme algo descente antes de llevarla a cenar donde le pediría que fuera la mujer de mi vida.
Mientras caminaba descalzo hacia mi habitación unos murmullos me distrajeron, provenían de la cocina. Tanya estaba lavando unos platos y hablando por teléfono, su hermoso vestido verde ajustado marcaba su respingón trasero, por un momento me vi tentado a cubrirle los ojos y besarle el cuello seductoramente. Pero no sé porque me pareció que era importante su llamada así que me quedé detrás recargado en el marco de la puerta para no molestarle.
— ¡Creo que ya lo tengo en mis manos Irina!— su voz entusiasmada se dirigía a su hermana. —Hoy vamos a cenar me pidió que me pusiera un vestido hermoso que me regalo y estoy segura de que allí me lo propondrá además ¿te conté que en París se me desapareció un buen rato? Espero que el anillo valga la pena de verdad. — tomó aire mientras del otro lado de la línea hablaban.
Sonriendo me di la media vuelta Tanya siempre un poquito interesada, nada del otro mundo y nada que me interesara escuchar, y hablando de cenas se me estaba haciendo tarde —Ya sé, ya sé estoy nerviosa 4 años aguantándolo pero me contengo…— parando mi cuerpo en seco terminé de escuchar la conversación.
— ¡De solo pensar en la fortuna que voy a tener! Imagínate que piensa que lo amo con todo mi corazón y que cada noche que pasamos juntos es la mejor única e inigualable, no sabe que mientras lo hacemos imagino que es Albert. Haha de solo acordarme como batallé para trabajar en esa empresa, hasta tuve que estudiar duro contabilidad pero valió la pena al final… cada noche, cada desvelo… te prometo que te pondré una casa será lo primero— hubo una pausa— Si, no te preocupes durare casada cuando mucho 3 meses ya pensé lo que le diré que el matrimonio deterioro nuestra relación, sus hermanos siempre me vieron con malos ojos y ya me canse, uff tengo tanto de donde pensar… tu solo espera y veras…
Seguía contándole mil cosas a su hermana Irina mientras mi cuerpo se llenaba de bilis como una olla a presión. En ese puto momento no me lo podía creer, tenía la boca seca y los puños cerrados a los lados. Juraría que si alguien me lo contaba no lo creería jamás. Mis hermanos ya me habían dicho que Tanya solo me hacía gastar dinero que era una interesada, a lo que siempre refute en su cara, jamás puse a prueba su amor, 4 años para mi eran más que suficientes para callarles la boca a todos.
Me distancie de mis hermanos, de mis padres, de mis amigos, nadie apoyaba nuestra relación pero cuando uno se enamora en mi caso me entregué por completo y de la misma manera me habían visto la cara, no tenía a quien hablarle para desahogarme y en ese momento no supe que hacer solo me di la vuelta sin decir ninguna palabra, no quería que siquiera intentara convencerme de que no era cierto lo que había escuchado, porque no sabía si sería capaz de controlarme, nunca le había pegado a una mujer y hoy no sería la excepción.
Emmett la sacó de mi departamento y Alice aventó toda su ropa a la calle con una sonrisa triunfal que casi creo que a mi hermanita le dio un orgasmo con tantas cosas que destruyó. Aunque me buscó miles de veces en la oficina siempre le negaron el acceso, con el tiempo se rindió y no la he vuelto a ver hasta la fecha…
**Fin de flashback**
— ¿Por qué te cae tan mal Jess?
—Te trata como si fueras su premio.
—Nunca te parece nadie hermanita.
—Esta vez espero estar equivocada. ¿Estas bien?
Mi comportamiento a partir de entonces era hostil y reservado además por qué no valoró verdaderamente a ninguna mujer, con la entrevista que acababa de hacer durante el día las mujeres no hicieron más que dejármelo claro, siempre buscan el dinero, siempre.
—Sí.
—Ed, soy testigo de lo mucho que te ha costado salir adelante...— y como no. Aún recuerdo el dolor aplastándome y el rifle en mi cabeza, pensé. —Pero te veo ahora y me siento muy orgullosa de ti ya no pienses en el pasado, me da mucho gusto de tu nuevo asistente, ¿cuéntame cómo es? ¿Ya lo seleccionaste?
—Mmm fíjate que sí —De pronto recordé a la chica… busque la carpeta con sus datos y ahí estaba su nombre Isabella Marie Swan... con esos ojos tan intensos y su mirada tierna, esperaba que el destino no me jugara chueco esta vez, y contratara a la persona correcta.
—Es muy inteligente y parece que es buena.. – dude en cómo expresarme no era bueno seleccionando mujeres al parecer.
Cuando llegué a casa parecía no haber nadie, Alec ya había terminado su turno por lo que no sabía si Jessica estaba ahí o no, encendí la luz de la sala y aventé el maletín al sofá, me quite los zapatos y caminé por el pasillo rumbo a mi habitación descalzo sintiendo la alfombra en mis pies, eso me relajaba mucho, abrí la puerta y cuando iba a prender la luz escuche una voz.
—No prendas esa luz. —Dijo mientras prendía una tenue lámpara de mesa. Estaba a punto de enojarme y gritar sandeces cuando la vi.
Jessica tenia puesto un vestido diminuto de color rosa el cual se confundía con su piel, sin embargo el sostén era de encaje rosa palo, llevaba el cabello recogido y me hizo señas para que fuera hacia ella.
—Esto... Jessica tenemos que hablar —mi voz sonó tan seca que tuve que aclarármela un poco Jessica siempre lograba excitarme no importaba lo molesto que estuviera.
— Y qué te parece si hablamos después de esto... —Gateando hacia a mí a través de la cama, se acercó al borde donde yo estaba, se inclinó y comenzó a desabrochar mi pantalón, no dije nada.
Comenzó a besar mis muslos y a frotar mis glúteos y sentí como me iba excitando cada vez más, ella lo noto también y saco mi erección, comenzando a lamer poco a poco y a jalar de arriba hacia abajo en movimientos muy rápidos.
— ¿Te gusta?— pregunto con voz sensual.
—Por supuesto— respondí en un tonó ronco de excitación.
Continuó con esos movimientos y luego puso su boca alrededor, comencé a moverme dentro de su boca tomando su cabeza fuertemente, ella seguía el ritmo que le marcaba con mis manos, me sentía muy cerca del clímax, sujete fuertemente sus hombros mientras ella seguía una y otra vez sacando mi erección de su boca, se separó de mí y la mire. Sus ojos estaban oscurecidos por la excitación, la tome entre mis brazos, y ella enrosco sus piernas en mi cadera, caminando hacia atrás me encontrarme con la pared y la recargué, comenzando a penetrarla intensamente.
— ¿Te… las…timo? — Jadeando por el esfuerzo pasé una mano por detrás de su espalda para no lastimarla.
— No… hables… no… me… lastimas —murmuró entre besos y su boca mordió fuertemente mi hombro.
Mi cuerpo estaba totalmente pegado al suyo y nuestras caderas se movían al mismo compas, sus senos apenas podían moverse en la prisión de nuestros pechos y mi boca recorría su cuello, seguí besando hasta el lóbulo de su oreja, y metí la lengua en ella, lentamente. Jess gimió fuertemente mientras arañaba mi espalda, de nuevo busqué su boca para asilenciar sus jadeos, mis manos sostenían todo su cuerpo apretando fuertemente sus glúteos, cuando ya me acercaba a el orgasmo sentí como ella llegaba al suyo, su intimidad apretaba mi erección haciendo más calientes mis embestidas, casi sentí cuando me venía en ella y de nuevo recordé que no tenía protección, ¡Joder! me quite de inmediato.
— ¿Es que estás buscando un hijo?— pregunté aún con falta de respiración debido al esfuerzo y la excitación.
—Para nada mi amor, eres tú el que lo está buscando, siempre se te olvida usar protección — sonrió y se encamino al baño.
No sé porque pero estas situaciones no me daban buena espina, Jessica nunca era tan atrevida, de un tiempo para acá buscaba tener relaciones en diferentes maneras que nunca habíamos tenido, o una de dos, ya se había dado cuenta de mi distanciamiento y quería componer las cosas… o estaba buscando que tuviéramos un hijo para casarnos... Me estremecí de solo pensarlo.
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