Haciendo Elecciones (+18)

Autor: skuichy
Género: + 18
Fecha Creación: 26/01/2012
Fecha Actualización: 19/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 39
Comentarios: 248
Visitas: 145640
Capítulos: 54

Todo comenzó con una atracción; me gustabas, quería cazarte. Ambos teníamos pareja, así que sólo era eso, un juego. ¿Pero que pasa cuando uno de los dos quiere más? El juego deja de serlo y una terrible verdad queda sobre nosotros. En el amor las cosas nunca son fáciles, claro tampoco nadie me advirtió que serían así de difíciles.

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 43: Confrontaciones


No sé a ciencia cierta que es la vida, mucho menos que es la muerte. Pero sé que esta no llegará con la vejez, si no con el olvido. Después de todo creo que sí sé que es la muerte, es un sintoma de que hubo vida. Te extraño.


 

**Bella POV**

Hummm —Suspiré mortificada.

Las pequeñas gotas de lluvia salpicaban la ventana del avión dejando ver muy poco las luces de la ciudad. El cumpleaños de Edward se acercaba ¿Qué regalarle a alguien que puede tener lo que quiera? En mis oídos sonaba Trouble, de ColdPlay, una canción tan triste como muchas en el Ipod de Edward. Ahora podía ver que este grupo sí que le gustaba.

Me revolví incomoda en el asiento, ni siquiera podía imaginarme que comprarle, obviamente no carecía de nada y ningún disco de música sería el adecuado, en su Ipod venia música desde ColdPlay hasta Sinfónicas de Brahms, cuando estuviera de regreso en Nueva York tendría que buscar en cada tienda para encontrar algo. Finalmente aterrizamos y caminé hacia el lobby del aeropuerto. Subí el cierre de mi chaqueta negra, apenas había dado unos pasos cuando lo vi, vestido con su cazadora de siempre y sus vaqueros desgastados…. lo observé sin poder evitar sonreír.

— ¡Papá! —Agité las manos.

— ¡Bells! —Sonriendo nos abrazamos efusivamente, su loción se coló por mi nariz haciéndome añorar los días a su lado. Sólo al separarnos miré que a su lado venía una mujer.

—Sue, hace mucho tiempo que no te veo ¿Cómo han estado?, discúlpame no te había visto.

Ella vestía una larga falda de color verde olivo, una chaqueta de cuero negro y su gran y espeso cabello cayendo por detrás de sus hombros.

—No te preocupes hermosa, yo comprendo que Charlie robé todas las miradas.

Intercambiaron una mirada tan larga que mi corazón se contrajo emocionado ante esos hechos, se veían tan felices, que no pude evitar unas ridículas lágrimas al volver a mirar a papá, finalmente estaba enamorado y correspondido.

— ¿Ocurre algo Bells? —Preguntó Charlie con voz alarmada.

—Nada, —negué secándome las lágrimas —solo estoy muy feliz de verlos.

Charlie condujo hacia casa donde Sue había preparado una deliciosa comida de bienvenida. Llegando, me quité la chaqueta quedando en una blusa de color rojo de manga corta.

— ¿Qué te paso aquí Bells? —preguntó Charlie tocando los casi imperceptibles moretones que se veían en mi piel.

Suspiré… no me quedó más remedio que explicarle. Charlie se puso rojo y luego morado, caminó como león enjaulado por la casa y ni la pobre de Sue, logró controlarlo, gritó una y otra vez que me iba a sacar de trabajar, y sólo cuando estuvo más calmado, le expliqué que ahora ya estaba con Edward y que él me protegería… bueno no estaba con él, pero contaba con que así sería.

—Pues dile a ese Edward que tu padre es policía, cualquier cosa por mínima que sea Bella así te la hayas hecho tú corriendo o te pasara por accidente, iré a arrestarlo personalmente.

— Papá…—Sonreí, siempre tan protector.

—Billy dice que Jake no la ha pasado nada bien…—murmuró Sue tratando de relajar el ambiente —ahora ya entiendo porque. —Resoplé, había olvidado por completo que ellos sabían muy poco de Edward

—Después de todo, —una de las pobladas cejas de  Charlie se elevó  —los rumores de que andabas con uno de los hombres más ricos de Estados Unidos eran ciertos. —Fruncí el ceño, después de todo la prensa sí me había seguido.

—Papá… eso no tiene nada que ver y además no creo que Jake lo esté pasando tan mal… enserio hace poco nos vimos. —Un silencio incomodo se estableció mientras terminábamos la comida.

— ¿Vamos a visitar a Billy? —Preguntó Sue, salvando de nuevo la situación.

Mi corazón se aceleró, en verdad quería ver a mi ex suegro. Era muy amable y me sentía muy reconfortada a su lado y ¿qué decir de la madre de Jake? era un amor. Ellos habían sido como mi segunda familia… casi como la única durante mucho tiempo… Asentí y nos dirigimos a la Push.

La casa de Jake lucia exactamente igual, era una pequeña cabaña en medio de la reserva, con el tejado pintado en rojo y la vegetación subiendo por los alrededores.

— ¡Bella!

—Hola Billy ¿Cómo han estado? —Pregunté inclinándome para abrazarlo, él se encontraba postrado en una silla de ruedas.

Jacob había tenido que cuidar desde muy chico de su padre, ya que él había sufrido un aparatoso accidente de auto donde perdió ambas piernas. Así que si, sabía lo que la pobre de Jessica había sentido y lo necesario que era que alguien viera por ti… sacudí mi mente. Ahora ella estaba bien, ya no necesitaba más de Edward. Sonreí hacia Billy mientras entrábamos.

—Mi esposa esta con sus hermanas no pensamos que fueras a venir hoy. —Comentó Billy.

—Sí, lo lamento es que no había planeado este viaje.

Nos sentamos Sue y yo en un sillón de color azul y Charlie enfrente, la casa estaba remodelada por dentro. Tenía un pequeño comedor al fondo en la cocina el cual, nunca había visto al igual que la nueva cocina en color aluminio.

—Jake ha andado por aquí ¿verdad? —Pregunté sonriendo y sin dejar de ver todas las nuevas adquisiciones.

—No, más bien nos ha estado apoyando enviando dinero. —Contestó Billy con una sonrisa que tan rápido como vino se fue.  —Estamos un poco tristes desde que terminaron…

—Ahmm lo siento Billy…— Mordí mi labio y retorcí las manos incomoda. Sue no perdió de vista mi acción y sujetó mis manos mientras sus ojos negros me miraban con ternura. —Sin embargo seguimos siendo amigos, él vendrá mañana…

—No te preocupes niña, no sé qué habrá hecho ese tonto de mi hijo para perderte pero quiero regalarte algo que hice especialmente para ti. —Tragué saliva, yo también había hecho mi parte para perderlo.

Seguí a Billy hacia una habitación la cual normalmente usaba para hacer pequeños rituales. Del techo colgaban varios tipos de plantas, algunas secas, otras no. En una mesa había miles de piedras y diferentes amuletos. Él era una especie de chaman y le gustaba creer en los amuletos, así como en las fuerzas de la naturaleza. Girándose hacia mí, puso en mis manos dos pulseras de cuero negro. Las miré con detenimiento… una era un poco más gruesa y tocándola, comprobé que era de textura lisa como el cuero, tenía dos listones negros con los que se podía sujetar y un pequeño símbolo grabado en forma de media luna y un sol. La otra era igual pero más delgada y fina.

—Son preciosas. —Susurré.

—Estas pulseras indican la perfecta armonía de dos partes. —Los profundos ojos de Billy se clavaron en los míos haciéndome recordar tanto a Jake —Representan el equilibrio que debemos guardar en nuestras relaciones personales, usarlas significa asumir el reto de pasar del miedo al amor. Derriban las barreras que hemos creado para protegernos, pero dentro las cuales hemos quedado prisioneros. —Se encogió de hombros. — Claro eso solo será si en verdad esa persona te ama o tú la amas, no es ningún hechizo ni nada de eso sólo es una reafirmación de un hecho… —sonrió mostrando una hilera de perfectos dientes blancos —dirás que soy un charlatán pero igual las puedes usar tú y esa persona especial, las había hecho para ti y mi Jacob pero sé muy bien que te servirán para encontrar tu amor verdadero.

— ¿Qué significa el símbolo de la luna y el sol? —Pregunté desplazando los dedos por donde estaba grabado el pequeño dibujo.

—Describe las dos fuerzas fundamentales, opuestas pero complementarias, la luna y el sol se definen por la aparición de opuestos: luz u oscuridad, sonido o silencio… Además simbolizan un eclipse y todo lo que conlleva.

Suspiré, y luego le regresé una sonrisa. Edward era el eclipse en mi vida, había llegado y con tan sólo mirarlo había quedado ciega y muy tarde me di cuenta, de que sólo tendría ojos para él. Ahora estaba en mí el recuperar esa confianza que un día no tuvo barreras ni condiciones.

**Edward POV**

 — ¿En qué demonios estabas pensando? —Ladré furioso mientras deseaba que mis ojos fueran unos láseres y la traspasaran.

—Edward, no sé qué abras oído de mi madre, pero has de saber que me había amenazado con esto. —Jess miró directamente a mi ojos. —Dijo que si no te dejaba, iba hacer lo que estuviera en sus manos para separarnos, así que aprovechando que estabas aquí supongo que debió contarte muchas cosas… —Murmuró gesticulando nerviosa con sus manos.

—Jessica, —siseé — ¿Por qué no me dijiste que podías caminar?  ¿Por qué mentiste?

—No podía caminar… ¡No mentí! —Sus ojos eran duros, seguros. Por un momento dudé ¿Y si fuera cierto? Que su madre invento esto… no.

—Por favor, si te queda algo de dignidad —grité — ¡deja de mentirme!

Los minutos pasaron para mí como si cada segundo fueran horas, ella no dijo nada y como si fuera un duelo de miradas finalmente ella perdió. Sus ojos azules se llenaron de lágrimas y bajó su mirada.

—Acababa de perder a un hijo, —susurró —además de perderte a ti también, ¿Qué se suponía que hiciera? Estaba sola y devastada…

— ¿Cómo pudiste Jessica? —levantándome furioso del sillón, caminé de un lado a otro por la oficina.

—Lo único malo que he hecho es enamorarme de ti Edward, —gritó y se levantó encarándome —perder un hijo tuyo y quedar inútil. —Tomó un largo trago de aire y apretando los puños me lanzó una mirada cargada de ira. —Pero eso se acabó, quiero mi vida de vuelta y te quiero en ella, ninguna arribista ¡ni nadie me va a quitar lo que es mío! —Gritó furiosa.

Mi corazón golpeaba dolorosamente en las costillas, haciendo que me faltará incluso el aire, pasé una mano por el cabello revolviéndolo,  ¡diablos! me sentía en el puto infierno.

— ¿Cómo pudiste mover influencias contra Isabella? —mi mandíbula estaba tan apretada que pensé que iba a quebrarse si volvía a hablar. — ¿Cómo jodidos pudiste hacer eso?, ¿En qué demonios estabas pensando? —Grité mientras cerraba los puños a los lados, quería hacer tantas cosas que seguramente el que terminaría en la cárcel seria yo y no ella.

Retrocediendo unos pasos Jess se llevó las manos a la boca y luego se dejó caer sobre el sillón, con las manos en su rostro cubriéndolo, y tuve que contener el impulso de estrujarla. Pasaron de nuevo unos minutos eternos y cuando levantó finalmente la mirada, estaba ensombrecida y podía jurar que se trataba de otra persona.

—Haría lo que fuera por ti Edward, por nosotros. —Murmuró con voz ronca viéndome con ojos certeros. —Lo que fuera, si tengo que volver a pedirle a Emmett que te llamé, lo haré, —se puso de pie —sí tengo que darte el alcohol que te encanta para que así, aunque sea inconsciente pueda tenerte... —caminó hacia mí mientras la miraba atónito —ten la certeza de que lo haré también. Pero nunca movería influencias contra nadie, tengo mejores cosas que hacer, ¡no soy una maldita loca!

— ¿Que tú qué?

—Discúlpame mi amor. —Respiraba intentando calmarse, como siempre solía hacerlo cuando estábamos discutiendo. Enterrando su rostro en mi pecho me rodeó con sus brazos. —No he podido quitar de nuestro camino a Isabella, pensé que al ver todos los encabezados, al igual que el resto del mundo, se enteraría de que tú y yo nos amamos… y se largaría. —Cerré los ojos, su contacto me quemaba pero por alguna razón mi cuerpo se negó a moverse. —Que equivocada estaba, no puede ni siquiera respetar la memoria de nuestro pequeño bebé, no le importó que tú y yo estuviéramos juntos de nuevo, pero no por eso le haría algo. También está esa chiquilla… Jane, ya le había dicho a Benjamín que ese condominio no se podía rentar a ninguna mujer, es un idiota…

—Jessica. —Separándola de mí con brusquedad, miré fijamente sus ojos. — ¿Entonces no fue cierto lo que me dijiste el otro día? ¿Que no me habías informado de eso porque fue justo el día de tu accidente? —Ella negó.

—Lo siento, mentí, eso fue después. Yo no quiero ver a ninguna mujer a tu alrededor, entiéndeme tu solo estas esperando a cualquier mujer para abandonarme, nos íbamos a casar cuando volvieras de las vegas ¡y de nuevo me cambiaste! eso no puedo permitirlo. —Gritó. La miré incrédulo, esto tenía que ser una puta pesadilla. —Yo sólo quiero tenerte para mí. —Volvió a abrazarme con fuerza. —Pero nunca te haría daño ni a ti ni a nadie, yo soy incapaz de…

—No puedo creerlo Jessica, —la interrumpí y tomándola de los hombros la aparté de nuevo —todo este tiempo no has hecho otra cosa más que separarme de Bella. —Ella me miró entre lágrimas y rodeó su cintura como si tuviera frío. —Creí que me entendías, incluso creí que me querías, pero no Jess esto es enfermizo, ¡me mentiste! ¿Desde cuándo? —Rugí furioso. Ella volvió a negar. —Por favor no me digas que…— estaba inseguro de lo que iba a decir, con el corazón incluso en la mano, pero tenía que hacerlo. — ¿Lo de nuestro hijo fue mentira también? —Mi voz sonó rasposa y mortífera.

—Nunca jugaría con algo como eso. —Me lanzó una mirada furibunda y sin un atisbo de duda.

—Contigo ya no sé qué creer, ¡mierda! es que no puedo creerlo, —haciéndome hacia un lado tiré de mi cabello —todos mienten... ¡eres peor que Tanya!

— ¡No Edward! —Interrumpió —yo te amo, si te mentí con lo de mi salud es porque te amo —sonreí irónicamente porque justo eso mismo había hecho Bella, mentirme porque me amaba —sí, perdimos un hijo al que extraño cada maldito segundo. —Se estremeció. —Yo te amo, yo sí lucharía por ti con todo lo que tengo, —sujetó mi brazo y contuve el impulso de sacudirlo —con todo lo que esté a mi alcance, nunca me iría con ningún otro hombre que no fueras tú,  justo como lo está haciendo Isabella, nosotros aún podemos ser una familia, solo cometí un error al mentirte…

— ¡No! esto no es un error, un error es cuando era tu turno de sacar la basura y lo olvidaste, un error es quedar en llamar y no hacerlo. Esto, esto ni siquiera sé lo que es ¿cómo pudiste hacerlo Jessica? ¿Fingiste que necesitabas muletas, la silla de ruedas? —Sus ojos brillaban llenos de culpa — ¡Por Dios te deje mudarte a mi casa!  —Di unos pasos hacia atrás, la cabeza me daba vueltas. — ¿También me has hecho beber a propósito?

—Yo no te puse el licor en la boca ¡eres un alcohólico! ¿Qué no lo ves? Tienes años bebiendo sin control, primero por culpa de Tanya, estuviste incluso a punto de morir, ahora por culpa de Isabella, lo único que yo he hecho, ¡es tratar al menos de usar eso en mi favor!

— ¿En tu favor? ¿Estás loca? —Jessica caminó hacia mí con la intención de abrazarme pero la sujeté de los brazos impidiendo que lo hiciera, y la fulminé con la mirada. —Te desconozco totalmente… —soltándola caminé hacia la puerta, tenía que salir cuanto antes.

—No… —Jessica se puso frente a mí y me abrazó, cerré mis ojos esto estaba por superarme. Tomando sus brazos volví a separarla con fuerza, y ella de nuevo se revolvió entre mis brazos mientras lágrimas bajaban como torrente por su rostro. —No puedes dejarme, —sollozó —estas sacando todo de quicio, tú no puedes dejarme, lo que quieres es correr al lado de la mentirosa de Isabella…

—Déjame de una vez Jessica, —interrumpí ya al borde de volverme loco, soltándola, caminé hacia la ventana en un intento de serenarme pero ver a un puñado de reporteros con sus cámaras, y lentes listos esperando como siempre mi salida, me puso peor. —Déjame antes de que te haga algo estúpido. Esta vez llegaste al límite. No quiero volver a verte, no quiero que busques más a mi familia. —Me giré hacia donde estaba y caminé hacia ella. —Y donde descubra que hiciste algo en contra de Isabella te juro… —sujeté su rostro y clavé mis ojos en los suyos llenos de lágrimas —que me vas a conocer. —Siseé y tomando un largo trago de aire la solté y me dirigí a la puerta, ella se sujetó el rostro con fuerza, sollozos abandonaban su garganta mientras me seguía por lo que me detuve una vez más. —Te recomiendo que no me sigas, a menos de que quieras dar una entrevista en ese estado tan deplorable en el que te ves. —Limpió sus lágrimas un poco, corriendo su maquillaje, sus ojos azules se volvieron centellantes, casi me miró con el mismo odio con el que yo la miraba.

—Esto no se va a quedar así Edward. —Como si no hubiera hablado, caminé hacia la salida — ¡Tú eres mío y eso no lo puede cambiar nadie! —Gritó.

Cerré la puerta con un sonoro golpe, la señora Stanley dio un respingo asustada y no supe si me dijo algo o no, mientras caminaba fuera de aquí, mi mente estaba desconectada, me sentía completamente asqueado y hasta un tanto mareado. Entré en mi auto, cerré los ojos y durante unos minutos traté de tranquilizarme, pero era imposible.

— ¿Demetri? —Llamé a mi amigo a su oficina.

¿Qué ocurre Edward? no te escuchas muy bien…

—No, no lo estoy —bramé —necesito que me investigues que estuvo haciendo Jessica los últimos… no sé meses al menos…

**Bella POV**

— ¿Mami, como se me ve este vestido? —Pregunté.

—Siempre tan delgada Isabella ¿Por qué no comes lo que te hago?

—Es que ya estoy satisfecha mamá.

—Se te ve mal, pareces un cadáver. Odio Forks no permite que tengamos un color de piel más bronceado, —Movió sus brazos y una mirada de decepción recorrió su rostro, luego volvió a mirarme — ¿Por qué te hiciste una coleta? Ya te he dicho que pareces un ratoncito – suspiró —pobre de ti no le vas a gustar a nadie nunca mi niña…

—No digas eso mami yo de verdad espero encontrar un día un príncipe azul. —Apreté contra mi pecho mis libros.

— ¡Isabella! Eso no existe, —caminó hacia mí — los hombres de ese tipo son solo inventos de gente loca, los príncipes No-Existen. —Golpeó con su dedo mi frente —Grábatelo. Arrebatándome mis libros los aventó hacia otro lugar. —Ubícate de una vez… te quedaras sola si sigues con estas estupideces y ya come de una buena vez…

Desperté sudando y agitada.

Al mirar por la ventana ya era de tarde y llovía como siempre en Forks. Sin duda me traían miles de recuerdos este lugar, el viejo árbol se movía de un lado a otro estrellando sus ramas en la ventana.

—Sí, Renée nunca me ayudaste con mi autoestima… —Susurré, mis manos estaban cerradas en puños y al abrirlas vi las pulseritas que me había regalado Billy, mi pecho se oprimió al recordar porque me había quedado dormida con ellas.

**Flashback**

—Hola cielo, ¿Cómo estás? —Pregunté.

—Estoy…—suspiró —estoy bien Isabella, ¿Y tú? —su voz sonó seca, sin vida. — ¿Qué tal están tu padre y Sue?

—Ellos están muy bien gracias, en cambio tú no te escuchas muy bien… —Murmuré esperando una respuesta pero de nuevo no recibí nada, así que me fui a un terreno más seguro —he estado escuchando tu música. —Susurré.

— ¿Ah sí? Espero que no te aburra mucho.

—De hecho, escuchó las sinfonías de Brahms para dormir. —Sonreí, obvio lo decía solo para molestarlo. 

—Ya te lo dije, voy a tocar un día el piano para ti, así conciliaras el sueño más fácil. —Por su tono de voz casi pude percibir una sonrisa

—Tienes muchas canciones de Coldplay, —murmuré —veo que te gusta mucho.

—Mmm bueno, gustaba en tiempo pasado, eso era antes de que Chris Martin se casara, fuera feliz y cambiara el estilo de su música.

—Suenas como un amargado Edward, —sonreí —estoy segura de que un día tú serás igual de feliz, te casaras, tendrás hijos y te identificaras con su nuevo estilo.

— ¿Casar y tener hijos? —Resopló —eso no suena como algo que quiera en mi vida, quizás… después,  —suspiró —por lo pronto no puedo ser feliz si tu estas allá tan lejos. —Sonreí, mi estómago inmediatamente se llenó de mariposas.

—Yo también ya quiero regresar. —Respondí pero luego recordé que… —Edward… hay algo que tengo que decirte.

— ¿Qué ocurre, estas bien? —Preguntó con voz extrañamente alarmada y grave, fruncí el ceño.

—Sí, todo está bien es solo… bueno… Jake va andar por aquí como te dije, sus padres viven acá…

— ¿Te pusiste de acuerdo con él? —Su tono fue mortífero y me vi en la necesidad de mentir.

—No, bueno es solo que…

—Isabella tengo muchas cosas que hacer estoy ocupado hablamos luego.

**Fin de Flashback**

Dos días habían pasado de eso. Bajé para cenar con Sue y Charlie, sin poder evitarlo revisaba de cuando en cuando mi celular. No tenía ningún mensaje de Edward y eso comenzaba a desanimarme, quizás había sido un error decirle que Jake vendría pero no quería tener más secretos con él, si después se enteraba que él había estado conmigo seguramente sacaría suposiciones. Últimamente era muy celoso y no podía culparlo, además su ya marcada bipolaridad no debería tenerme tan desconcertada. Sin embargo me sentía vulnerable, no me quedaba más que aferrarme a las pulseras como si fueran mi conexión con él de alguna manera. Subí cual zombi las escaleras de mi casa después de cenar y entré a la habitación. Acostándome puse las pulseras sobre mi regazo y me quedé mirándolas absorta, no supe durante cuánto tiempo hasta que unos pequeños golpes llamaron a la puerta.

**Edward POV**

—Joder hermano, no sé qué decir. — Emmett me miraba atónito.

Había venido a visitarme por mi ausencia en el trabajo, le había dicho que me sentía mal pero no me había creído, ahora aquí estaba, con su cabeza inclinada hacia un lado, sus ojos azules destellando furia.

—Así es como no puedo confiar en nadie ¿lo ves? —murmuré pasando una mano por mi cabello.

— ¿Crees que esté haciendo algo contra Bella? —Preguntó con voz grave. —Maldición Edward, yo… lo lamento.

—Tú no tienes la culpa Emm, uno nunca sabe a quién presenta ni mucho menos lo que eso conlleva.

—No pero, —Emmett caminó unos pasos hacia mí —lamento haberme portado mal con Bella, no debí decirle que no te merecía, creo que con esto queda claro que mi juicio a la hora de juzgar a las personas no es muy bueno…

Sonreí levemente incapaz de decir nada, a estas alturas yo era el rey de los estúpidos a la hora de juzgar a las personas.

—Iré la semana entrante a trabajar ¿está bien? —Murmuré pasando una mano por mi cabello.

—Por supuesto Ed, yo me hago cargo, —se acercó a mí y me dio un abrazo que casi puedo jurar que me fracturó alguna costilla —lamento mucho todo esto, quizás sea bueno que le diga a Alice…

Mi celular timbró, un mensaje de Isabella llegó justo en este momento, lo leí y luego volví a guardarlo en el bolsillo de los jeans sin responderlo. Me carcomía el hecho de que estuviera pasando sus vacaciones con ese perro, no me importaba que dijera que era solo su amigo, ¿Cómo demonios voy a poder volver a confiar en alguien? me sentía confundido, dolido y solo… muy solo.

—Sí quieres cuéntale pero… —hice un mohín —eso implicará que aparecerá por aquí en cualquier momento. —Emmett sonrió.

—Esperaré entonces unos días.

Después de que mi hermano se fue, sabía bien que emborracharme era lo último que debía hacer, pero no pude evitarlo. Maldita sea. ¿A qué hora me había visto Jess de esa manera la cara? ¿Qué le había pasado a la dulce niña de grandes ojos azules que conocía? ¿Por qué demonios todas las mujeres en mi vida tenían que ser así?

**Bella POV**

—Bells ¿Puedo pasar?

—Claro Sue, adelante. —Empujé las cobijas a un lado y me senté.

— ¿Qué te ocurre? —Parpadeé desconcertada por su pregunta.

—Eh... no, no ocurre nada… —Ella se sentó enseguida de mí y acunó mi mejilla en su palma.

—Lo veo en tus ojos Bella, eres como Charlie, tienes problemas ¿no quieres contarme? —La miré directo a sus profundos ojos negros, su cabello largo y lacio se expandía por delante de los hombros y sus labios se curvaron en una media sonrisa con la intención de brindarme confianza.

—Bueno… ¿Prometes no contarle nada a papá? —Mordí mi labio debatiéndome entre contarle o no.

—Por supuesto nena.

—Yo… —desvié la mirada —tengo algunos problemas con mi novio. —Bueno en realidad ni siquiera sabía qué relación teníamos Edward y yo, pero no quería contarle nada de eso a Sue. —No es nada de importancia… —Susurré realmente incomoda, no quería hablar de esto, y me quedé en silencio.

— ¿Sabes? —Murmuró —Tu padre y yo también tuvimos muchos problemas. —Volví a mirarla mientras ella tomaba de mis manos —Él quedó muy lastimado por lo que Renée le hizo, y en toda mi experiencia como psicóloga jamás pensé que me tocara enamorarme de un paciente. —Sonreí, Sue y mi papá justamente se conocieron así, en consultas. —Le ha costado mucho dejar de huir de su pasado. Sé todo lo que cuesta superar las cosas, sin embargo lo ha hecho con la frente en alto, ¿Te pasa algo similar?

—Bueno… yo… —sus ojos me vieron llenos de experiencia y supe que sabría si mentía. Suspiré — sí.

—Es normal nena, ustedes han pasado por mucho, siempre quise platicar contigo, sabía que de alguna manera tú también te has visto afectada. —Mordí mi labio inferior de verdad que no quería hablar de esto. —A veces correr de las cosas, cerrar la puerta y echar llave parece lo más fácil, y lo es… pero solo por un tiempo, porque tarde o temprano te van a dar alcancé las cosas. —Miré hacia nuestras manos, debía tener confianza y ser fuerte, si quería que entre Edward y yo funcionaran las cosas.

—Me echo a correr cuando las cosas se ponen feas, porque estoy segura de que todo va a terminar mal.  Ya me he quedado y todo ha salido mal. Lo único que puedo controlar es ser yo la que se vaya en lugar de ser la quedé lastimada. Por eso prefiero… huir. —Susurré.

—Y sin embargo aquí estas, has huido y de todas formas saliste lastimada. —Cerré los ojos y mi pecho se oprimió. —No dudo que por eso te fueras de Forks, todo el divorcio debió ser igual de fuerte para ti, pero ahora ¿Qué ocurrió en Nueva York?

—Es Edward, yo… lo dejé años por ideas mías. El caso es que estoy tratando de recuperar su confianza en mí, de verdad estoy tratando. —Abrí los ojos y nunca me había invadido tanta certeza como en este momento. —Porque lo amo.

— ¿Me dejarías ayudarte? —Su mirada llena de paz me hizo sentir tranquila. Sonriendo asentí. —Vi tu nerviosismo con el tema de Jake, ya hablaremos de eso. —Mordí nerviosa mi labio, ella me sonrió y luego tocó mi nariz. —Muy bien, descansa Bells, aunque te adelanto… Charlie y yo pensamos tomarnos unas vacaciones a tu lado en Nueva York bueno… —se sonrojó un poco —no nos quedaremos en tu casa, pero quizás si te daremos algunas molestias…

— ¿Es enserio Sue? ¿Convenciste a mi padre de ir a Nueva York? —Asintió — ¡Gracias! —La abracé con todo el amor que hacía mucho tiempo no sentía por nadie. Ella me dio un beso en la mejilla.

**Edward POV**

Hoy era el tercer día que estaba hundido, en lo que sea que fuese esto. Las botellas estaban regadas por todos lados en el suelo, mi cabeza palpitaba terriblemente y tambaleándome, recargué la espalda contra la pared. Todo se movía de un lado a otro haciéndome sentir mareado, lentamente me deslicé hasta caer en el suelo necesitando sentir tierra porque parecía que todo volaba. Unos golpes llamaron a la puerta, y con cada golpe sentía como un martillo en mi cerebro. A pesar de eso no atendería, de pronto la puerta se abrió, joder ni siquiera la había cerrado.

—Esto es propiedad privada. —Murmuré y escuché mi voz diferente, como si hubiera arrastrado las palabras.

—Edward borracho Cullen, —vistiendo un corto vestido en color rosa mi fastidiosa vecinita tomó el vaso y lo quitó de mis manos sentándose a mi lado —mira como estas, sabía que esto pasaría ¡lo sabía! tienes que olvidar lo que ella te hizo pero no así…

—No sólo es lo que ella me hizo, —interrumpí poniendo los dedos en los labios suaves de la rubia — ¿no ves que toda mi vida está llena de mentiras? Toda mi vida es una mi-erda. —Arrebaté torpemente el vaso de su mano salpicándonos a los dos. —Déjame, no quiero escuchar sermones hoy.

—No te voy ayudar a investigar que hizo la tierna de Jessica Stanley, si vuelves a ladrarle así a Jane. —El tonó de voz de Dimitri fue amenazante, elevé la vista y el sol amenazó con desgarrarme las pupilas. ¿Era de día? Diablos, creí que aún no amanecía. Me reí y mi voz fue ronca y baja.

—Lo lamento, Geeiinn. —Si se llamaba así ¿qué no? Ella apretó los labios conteniendo una sonrisa, fruncí el ceño y miré a Demetri — ¿Y tú qué haces aquí?

—Bueno me topé aquí a fuera a Jane llorando, —ella sonrió y le dio un leve codazo a mi amigo que le guiñó un ojo —diciendo que tenías días sin salir de acá, así que coincidimos en  venir a comprobar que no estuvieras muerto ni nada de eso. Me alegra ver que solo pareces un vagabundo.

—No necesito sus visitas. —Bramé mientras intentaba ponerme de pie, todo el cuarto se movió haciéndome tambalear y antes de estamparme en el suelo, Demetri me sujetó y puso uno de mis brazos sobre su hombro, extrañamente mis pies no respondían mientras él me arrastraba a la cama donde me dejé caer pesadamente, el techo daba vueltas, sujeté mi rostro con ambas manos.

Las imágenes de cada jodida cosa que me habían ocurrido, pasaban como flashes, si cerraba los ojos veía a Isabella, si los abría veía a Jessica. ¡Joder! no veía la hora de quedarme inconsciente y así olvidarme, aunque fuera por un momento de todo.

—Edward estás tan borracho que si te quedas dormido temo que no despiertes. —Dijo Demetri con voz reprobatoria.

—Quiero.Que.Se.Vayaan. —Golpeé la cabeza contra el colchón fastidiado.

—Sigue así como energúmeno y no te ayudaré con lo Jessy es enserio. —Rodé los ojos, no quería que empezara con sus cosas.

— ¿Al menos sabes algo? O sólo hablas por hablar.

—Sí, pero no te lo diré… hasta que dejes de beber, esto se te está saliendo de las manos. —Dijo Demetri sus ojos bailaban oscuros y mortíferos, parecía un padre regañón, de sólo imaginarlo con una sotana y a Jane vestida de monja… una carcajada abandonó mi garganta y de pronto ya no podía dejar de reír. —Joder, ¡Edward! ¿Qué demonios te pasa?

**Bella POV**

Por la mañana me levanté muy temprano el sueño se me había espantado y bajé a tomar un poco de agua, mi celular sonó y conteste de lo más feliz esperando que fuera Edward.

— ¿Sí?

—Hola nena. —Dijo con voz extrañamente ronca.

— ¿Qué quieres Renée?

— ¿A dónde te fuiste? He venido a buscarte y me entero que estas de vacaciones, ¿estas con Charlie?

—No. —Mentí.

—Este mes le ha ido muy mal a Phil con su equipo, estamos pasando por una crisis, y ahora estoy enferma, necesito que me mandes más dinero.

—Yo no trabajo para mantenerte.

— ¿Quizás deba pedírselos a Charlie no crees? Sé que tiene una noviecita, supongo que si tiene para salir con ella, podrá apiadarse de la madre de su hija…

 …”Bells, mi Renée me dejó Bella… me dejó, ¡nos abandonó! ¿Qué sigue? Yo no sé vivir sin ella Bella, yo simplemente no puedo”…

Lagrimas bajaban por mi rostro sin que pudiera evitar todos los recuerdos enterrados que se abrieron frente a mí. Charlie desconsolado, abatido, muerto…

— ¡No! —Respondí, mi papá era feliz con Sue, al fin la había olvidado, de ninguna manera iba a permitir que destruyera eso. —Déjame pensarlo… llámame mañana.

En cuanto colgamos, unos toques llamaron a la puerta y limpiándome las lágrimas abrí.

—Bells, ¿Quién diría que de nuevo vendría por ti a casa de tu padre? —Jacob me vio con una enorme sonrisa y luego la borró inmediatamente. —Bells, ¿Qué ocurre? ¿Estás llorando?

 —Jake, ¿Por qué sigo siendo tan insegura? —Susurré.

—Oh Bella, no puedes seguir con eso, —tiró de mi mano y salimos de la casa. — ¿Qué ha pasado?

—Renée llamo de nuevo. —Gimoteé.

—Bells no puedes dejar que ella te siga persiguiendo, esa madre tuya es como una extorsionadora. —Susurró mientras me abrazaba —Eres hermosa, eres lista, tienes un buen trabajo y aunque no estemos ya juntos siempre te voy a querer, ánimo.

—Lo sé, yo también te quiero.

—Pero no como yo. —No respondí nada y me liberé lentamente de sus brazos.

— ¿Vamos a la Push? —Preguntó. Sonreí hacía años que no íbamos a esa playa.

—Sí.

Hacia un poco de frío y una ligera llovizna caía mientras caminábamos en la arena. Me abracé instintivamente. El mar lucia tranquilo, el ir y venir de las olas era todo lo que podía escuchar.

— ¿A que no sabes para quien estoy trabajando? — Jake rompió el silencio.

— ¿Para quién?

—Para Jessica maniaca Stanley.

— ¿Qué? ¿Por qué maniaca? —Pregunté y no pude ocultar una leve sonrisa.

—O una de dos, o es lesbiana, o tiene un serio problema de obsesión contigo.  Ha estado queriendo… no sé si la palabra adecuada sea seducirme o acosarme, el caso es que no hace otra cosa que preguntarme en donde estas,  no sé porque tiene tanto interés en ello, en saber de nosotros.

—Y tu todo amable, te dejaste seducir. —Entrecerré los ojos hacia él y su risa ronca me hizo sonreír de nuevo.

—No, de hecho tuve problemas para poder venir aquí, ya que ella quería trabajar con todo lo referente al caso de su padre sólo conmigo, con nadie más. —Rodó sus ojos. —No dudo que se haya vuelto loca ahora que no me presenté y mande a Embry mi compañero en mi lugar.

  — ¿Le dijiste dónde estoy?

—No, pero esto se me hace muy extraño. Quizás debas decirle al asqueroso de Cullen que la ponga en orden. Ella me da desconfianza. Ya vez como pueden ser los ex novios de obsesivos, dímelo a mí que te quiero exactamente igual que la última vez que estuvimos aquí. —Lentamente barrió con el pulgar mi mejilla.

Había platicado con Sue respecto a mi relación con Jake, ella me había recomendado que fuera clara, que a veces y sin quererlo, mandaba mensajes incorrectos con mis acciones… es tiempo de ver si eso que dijo era cierto.

—Jake, yo quería hablarte sobre nosotros…—tomé su mano que aún seguía en mi rostro.

—Bells… —sus ojos brillaron cálidos.

—Deja que lo haga, —tomé un respiro y contuve el deseo de mentir y cambiar de tema. Me moví hacia un lado, caminé hasta llegar a una roca y me apoyé contra ella —sé que todavía albergas una esperanza con lo nuestro, y soy culpable de esto.

—Bella, eres mi amiga, si me quieres a tu lado, de la forma que sea con eso me basta. —Susurró acercándose a mí, acorralándome con su gran y tonificado cuerpo, tomó mi mentón. Miré a través de sus grandes ojos marrones

—No te basta con eso, te conozco. —Elevé una mano tocando su mejilla. Su piel era extrañamente templada mientras yo moría de frío. —Pero Jake, —tragué saliva —amo  a Edward, —su rostro se contrajo y su cuerpo se tensó —he intentado que no sea así y sólo he logrado lastimarme y lastimarlo a él, estoy segura de que él también me ama y si no logró nada con él, será horrible pero no podré dejar de amarlo. —Jake soltó mi mentón y caminó hacia la orilla del mar, sus ojos bailaban dolidos. Se puso en cuclillas y tomó algunas piedras que luego comenzó a lanzar por el borde del agua.

—Eso lo sé, —murmuró con voz cansada —tenía la esperanza de que él hubiera huido de ti, pero ya veo que no. De cualquier forma hace mucho que sé que lo nuestro terminó, es solo que me negaba aceptarlo. —Sonrió ladinamente cuando me acerqué a él pero no me miró y siguió lanzando pequeñas piedras. —Ya me aburrí de ser un rogón contigo… creo que es tiempo de seguir.

— ¿Seguirás siendo mi amigo?

—Hasta el último día de mi vida Bells. —Sonrió y se giró hacia mí abrazándome con fuerza. Correspondí a su abrazó hundiéndome en su amplio pecho, sintiendo como se desprendía de mí ser una etapa, una vida completa, para dar paso a otra llena de retos... pero que con suerte, sería al lado de la persona que más amaba.

— ¿Escuchaste eso? —Preguntó abruptamente soltándome.

—No… ¿qué fue?

—Humm, no lo sé, juraría que alguien se acercaba a nosotros por allá, —apuntó hacia el extremo norte —olvídalo, quizás, ya estoy alucinando.

**Edward POV**

Demetri golpeó como demente la puerta del cuarto, pellizqué el puente de la nariz recordando nuestra última discusión:

Te conozco lo suficiente Edward, una vez que te diga lo que sé, no vas a querer ir al grupo.

Así que, aquí estaba, con unas gafas oscuras y mi gorra tratando de cubrirme lo más posible, sería fatal que me descubrieran en esta clase de grupos.

—El alcoholismo es parte de factores genéticos, psicosociales y ambientales. A menudo se convierte, en una enfermedad progresiva y fatal, en la que es fácil detectar cómo:

* Empiezas a perder el control sobre tu manera de beber.

* Te sientes preocupado y ansioso cuando te falta el alcohol.

* Consumes “a lo bestia” aun cuando conoces las consecuencias negativas que ello tiene.

Blah blah, el orador me estaba durmiendo, ya les había dicho que esto no era ningún problema para mí, y no perdía el control sobre nada.

Si sigues negándolo, nunca vamos a progresar Edward. Dijo Demetri su voz sonó llena de fastidio, al salir de la plática.

Gracias por preocuparte, pero ya te dije qué esto no es un problema... Dije mientras subíamos a mi volvo.  

**Bella POV**

Diario le había mandado mensajes a Edward alentada por Sue y había obtenido escuetas respuestas como: Sí, todo bien. O un: Nos vemos pronto.

Hoy tenía que regresar y a pesar de que la melancolía estropeó mi estado de ánimo en los últimos días, no podía negar que se me había pasado muy rápido mi estancia en Forks.

—Ey Bells, ¿no vas a desayunar? —Charlie, vestido ya con su uniforme de policía caminó hacia mí.  —No quiero dejarte en el aeropuerto sin que hayas probado bocado.

—Lo siento papá es que me acabo de levantar, creo que se me hizo tarde.

Charlie se sentó a mi lado — Bells, has… bueno ¿has sabido algo de Renée? —Preguntó con voz débil y luego desvió los ojos de los míos.

—Lo último que supe es que esta en Florida, sigue con Phil. —Mentí, no le diría que me había estado llamando. —Ha sido fácil… bueno no sé para ti… ¿perdonarla?

—En un principio tu bien sabes que no Bells, lamento haber dejado caer sobre ti todo el peso de ser una mujer cuando apenas eras una niña, literalmente dependí de ti y lo lamento…

— No papá…

—Si Bella no sé cuánto daño te haya hecho Renée al irse sin más o yo mismo por no ser lo suficientemente fuerte como debí… pero me da gusto que tengas a Edmund a tu lado…

— ¡Papá! Se llama Edward. —Sonreí dándole un leve codazo.

—Edmund, Edward, lo que sea, quizás sea hora de que perdones a Renée preciosa, no es bueno vivir guardando rencores. —Pasó un mechón rebelde de mi cabello por detrás de mí oído.

—Quizás… —uff Charlie si supieras.

—Sue ha sido lo mejor que me pudo pasar, así que el abandono de tu mamá ya ni lo recuerdo, sólo que veo en tu mirada que tu no lo has superado.

—No es fácil que con nueve años te abandonen. — Y luego que te llamen varias veces al mes para pedirte dinero. Pensé.

—Lo sé nena, pero has un pequeño esfuerzo… ella me ha llamado preguntando por ti de verdad se escucha arrepentida. — ¿Qué llamó, qué? ¡Cínica!

— Papá, —miré a través de sus ojos del mismo color que los míos. —Renée no quiere que nos reconciliemos.

— ¿Cómo dices?

Sus ojos se dilataron confundidos, y bueno ok, también tendría que comenzar a poner en práctica lo que había estado hablando con Sue sobre mentir y huir…

—Ella… —Tragué saliva —me ha llamado sí, pero… ha sido para pedirme dinero… —Los ojos de Charlie se abrieron de par en par. —Ella me ha amenazado cada día con decir que te llamará si no le deposito, tenía miedo papá, —tomé sus manos —tenía miedo de que aún sintieras algo por ella y te hiciera daño, pero ahora te veo con Sue y tengo la certeza de que ya no la quieres…—Mi voz se quebró mientras lagrimas descendían por mis mejillas.

—Isabella Swan… —soltó mis manos y sujetó mis hombros — ¿Cómo pudiste creer todo eso nena? Por supuesto que no me habría hecho daño, no soy un niño Bells, la abría mandado por un tubo, ¿pero en qué cabeza cabe eso nena? —Me atrajo hacia su pecho abrazándome con fuerza — ¿Cuánto le has dado?

—No tiene caso papá… —Sollocé.

—Diablos Bells… ojalá que no haya sido mucho porque me va a escuchar… —Sonreí mientras Charlie limpiaba mis lágrimas.

—Ya olvídalo… no volverá a suceder…

Me despedí de Sue y papá recordándoles que los esperaba en una semana en Nueva York, y mientras veía por la ventana del avión el hermoso cielo de Seattle, pensé que cometía error tras error creyendo que protegía a los demás, cuando en realidad debía de protegerlos de mi misma.

**Edward POV**

—Sírvame otro vaso de whiskey. —Pedí al mesero mientras leía un mensaje.

Hoy regreso a Nueva York, espero que estés bien…  me avisas cuando quieras verme. Bella.

El mesero me sirvió el vaso y jugué moviendo la bebida de un lado a otro mientras decidía que hacer.  No buscaba a Isabella porque no me sentía listo para reanudar las cosas entre nosotros, confiar en alguien de nuevo era una palabra que se veía muy lejana.

Hoy me encontraba de muy mal humor, sentía una necesidad terrible de tomarme algo y hasta sentía mis hombros tensos. La mayoría de las veces en días como hoy corría por horas, escuchando la música de Isabella. A veces por las noches me dolía todo el cuerpo de la tensión, y por las mañanas me levantaba con ojeras producto del insomnio.

Alec me había traído al bar, no veía la necesidad de estar tenso y solo en mi casa. ¿Debería ir por Isabella al aeropuerto? ¿Debería no volver a ver a ninguna mujer jamás? Quizás debería irme de la ciudad, empezar en el otro lado del mundo…

**Bella POV**

La noche era fría y a mi parecer la ciudad de Nueva York hoy lucía un poco triste. El conductor del taxi dejó mis maletas justo en la entrada de mi departamento, le sonreí levemente mientras le pagaba. El agua de alguna tubería reventada a causa del frío, corría por un lado de la calle, haciendo que se escarchara un poco el camino y se volviera peligroso, me estremecí involuntariamente.

Edward ni siquiera se había tomado la molestia en contestarme. Claro, no era como si esperara que fuera por mí al aeropuerto y nos fundiéramos en un beso que dejará sin aliento a todo el personal pero…

Bueno Sí.

Honestamente sí esperaba eso. Cerré los ojos, no iba a llorar a mitad de la calle y tragué el doloroso nudo que comenzaba a formarse en la garganta, alisé mi falda negra como si tuviera arrugas y subí un poco el cuello del abrigo en color gris que hoy usaba. Centre la vista en un hermoso automóvil negro que venía llegando estacionándose justo enfrente de la calle. Parpadeé un poco asustada, había olvidado que un automóvil igual de lujoso había intentado… arrollarme, dando la media vuelta tomé la maleta y me dirigí a mi muy oscuro departamento. Cerré con seguro la puerta prendí la calefacción y subí hacia la habitación para asomarme por la ventana esperando que ese automóvil ya se hubiese ido. Dejé la maleta sobre la cama que seguía igual de intacta que como la había dejado, la sobrecama era verde claro y grandes almohadas blancas la adornaban, así en las noches no me sentía tan sola, al menos las almohadas me hacían compañía.

Caminé hacia la ventana y justo en ese momento el timbre de la puerta comenzó a sonar haciéndome dar un respingo… asustada, me asomé de todos modos por la ventana y el automóvil negro brillante aún seguía ahí. Quizás debería llamar a la policía, nadie viene a visitarme tan tarde… el timbre siguió sonando una y otra vez como si un niño estuviera tocando. Tomé el celular y tecleé el número de emergencias, dejándolo listo por si necesitaba usarlo, bajé lenta y temerosamente las escaleras, deteniéndome justo frente a la puerta miré por la rejilla.

— ¿Quién es? —Mi voz sonó débil mientras sujetaba con fuerza el celular, el número de emergencias aún brillaba en la pantalla, en caso de algo… sólo tenía que pulsar el botón de llamada.


Hola nenas, esta vez me apuré sacandoles el capitulo, les cuento que estoy trabajando ya en otras historias, de hecho voy a meter una a un concurso, si gusta veremos si la convierto en Fic, desde ahorita les adelanto que no se parece, (ninguna de las historias que estoy escribiendo, a esta) Así que espero me den una oportunidad :)

Se me había olvidado agradecerles por sus recomendaciones en la Sala Cullen en la sección de fics para leer, busqué de nuevo para escribir aquí los nombres de quienes me recomendaron pero ya no encontré el apartado, pero bueno, se los agradezco infinitamente. A las chicas que empiezan a leerme, admiro su paciencia para haber llegado hasta aquí, a las que ya tienen casi un año admiro su paciencia para seguir esperandome, ajaja. A rebbe muchas gracias por orientarme como siempre y ser tan veloz con la correción de capis, eres mi idola.

Gracias por tomarse la molestia en dejar su votito pero sobre todo me encanta leer sus comentarios, enserio además de orientarme me dan ideas. elenita4_cullen prima linda aquí te dejo otra actualización espero también te guste,  martha mi fiel lectora aquí estoy apresurandome para no dejarlas colgadas tantos días, MayaMasenCullen amé tu comentario jaja te prometo que todo a su tiempo, ya las piezas van encajando unas con otras, spcullen nena aquí respondo a tus preguntas, Edward va a investigar a Jessica ahora que ya sabe de lo que es capaz, lo de Aro con Mike lo estoy escribiendo para el siguiente capi, ya veras... Lo de la persecucion hacia Bella, hum ahí tengo un as bajo la manga ya lo voy a ir sacando a la luz, lo prometo y lo del hijo, era lo unico real en toda esta mentira, gracias por tus comments escribeme de nuevo tus preguntas aclararé todas las que pueda, Rebbe tramposa sabes bien los planes que tengo para la historia ¿y te ries como loca? jajaja a ver si es cierto ya quiero ver tu cara cuando estes corrigiendo el próximo capi haha. Gladys linda! que bueno leerte por aquí espero que ya estes mejor y si tienes razon con lo del restaurant :) pero no podia delatarme antes con eso. Ness gracias por leertelos en dos días que barbara, jajaja yo me tardo como una hora leyendo mi capi antes de subirlo jeje. Tina hola hola aquí va la actu, espero sus comments nos leemos prontito.

Chicas ya les habia comentado, esta historia la publico también en FF. pero en otra versión, es decir es similar, pero cambie algunos dialogos y cosas me encuentran en:

http://www.fanfiction.net/s/7950681/1/

habia tratado de traerme los capis corregidos acá pero se mueve mucho la historia, por eso dejé de hacerlo, son libres de pasarse por allá, y sí yo soy la misma autora.

 

¿Cómo ven con Jessica? a sido capaz de llegar muy lejos, pero no sé en realidad si solo llegó hasta ahí, o esto a penas empieza. La semana que entra es mi cumpleaños numero ochomil así que como regalo para ustedes y para mí aquí les dejo un adelantito del siguiente capi, me dicen si les gusta:


—Lo siento Bella. —Murmuró y luego se rio por lo bajo.

 —Estás muy borracho. —Espeté.

 —Lo estoy. —Deslizaba sus labios por mi cuello.

 — ¿Por qué? —Pregunté tocando con los labios su piel.

 —Quería… —suspiró —olvidarme de todo. —Me enderecé para mirarlo sin dejar de pasar las manos una y otra vez por su marcado pecho. Él hacía perezosos círculos en mi espalda, sus ojos eran de nuevo oscuros e intensos, brillaban seductores. Supe lo que eso significaba. Traté de ponerme de pie pero él lo impidió. —Te necesito. —Deslizaba su boca por mi mejilla y mi cuello. —Necesito estar dentro de ti...

 Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo haciéndome temblar de anticipación, sus manos en mi piel estaban haciendo estragos, nublando mi mente, la sangre cantaba ardiendo en mis venas, hundiéndome en un pozo de sentimientos de pasión contenida, en el que estaba segura, que me ahogaría...

Capítulo 42: Nada es lo que parece Capítulo 44: No hay vuelta atras.

 


Capítulos

Capitulo 1: Superando Errores del pasado Capitulo 2: La nueva Asistente Capitulo 3: La razón Capitulo 4: Conociéndonos Capitulo 5: La comida Capitulo 6: Aventura Capitulo 7: Juegos Capitulo 8: Complicaciones Capitulo 9: Cada quién con su cada cual Capitulo 10: Aclarando dudas Capitulo 11: Planeando nuestra salida Capitulo 12: Bora Bora Capitulo 13: A flor de Piel Capitulo 14: Frente al mar Capitulo 15: Deteniendo el tiempo Capitulo 16: De regreso Capitulo 17: El viaje Capitulo 18: Confesiones Capitulo 19: Verdades al descubierto Capitulo 20: De regreso del Viaje Capitulo 21: Malos entendidos Capitulo 22: Cuestión de tiempo. Capitulo 23: Sorpresas Capitulo 24: Haciendo elecciones Capitulo 25: Por algo pasan las cosas Capitulo 26: Empezar de nuevo Capitulo 27: Cambios Capitulo 28: Amigos Capitulo 29: Final del día Capitulo 30: Salida Capitulo 31: Salida segunda parte Capitulo 32: Cosas por hacer Capitulo 33: Las Vegas Capitulo 34: No importa el tiempo Capitulo 35: En peligro Capitulo 36: Contigo Capitulo 37: Una nueva oportunidad Capitulo 38: Un mes Capitulo 39: Impulsos Capitulo 40: Queja Capitulo 41: Cita Capitulo 42: Nada es lo que parece Capitulo 43: Confrontaciones Capitulo 44: No hay vuelta atras. Capitulo 45: Central Park Capitulo 46: ¿Qué soy para ti? Capitulo 47: Visitas inesperadas Capitulo 48: Noticia Capitulo 49: Reacciones Inesperadas Capitulo 50: Adicción Capitulo 51: Todo o nada Capitulo 52: Propuesta Capitulo 53: Transtornos Capitulo 54: Tú, mi felicidad.

 


 
14445684 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios