Haciendo Elecciones (+18)

Autor: skuichy
Género: + 18
Fecha Creación: 26/01/2012
Fecha Actualización: 19/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 39
Comentarios: 248
Visitas: 145613
Capítulos: 54

Todo comenzó con una atracción; me gustabas, quería cazarte. Ambos teníamos pareja, así que sólo era eso, un juego. ¿Pero que pasa cuando uno de los dos quiere más? El juego deja de serlo y una terrible verdad queda sobre nosotros. En el amor las cosas nunca son fáciles, claro tampoco nadie me advirtió que serían así de difíciles.

 

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Capítulo 38: Un mes

**Bella POV**

— Bella te presento a Demetri y a Félix.

— Mucho gusto—  Me ruborice por la mirada intensa de ambos.

— Es un gusto conocerte Bella qué bueno que Edward llego a tiempo, yo soy Félix—  Estrecho mi mano y sentí miedo de que la fuera a romper, ¡este tipo es enorme!

— HASTA QUE POOOR FIIIN—  su abrazó fue como si fuéramos grandes amigos. Supuse que era Demetri, él era más bajo que Félix, su cabello revuelto, su piel tan blanca como la mía destacaba aún más por su abrigo negro.

—  Ten cuidado está herida—  Susurró Edward separándonos y me rodeo con sus brazos de forma protectora.

— ¡Edward! No estoy herida—  refunfuñé.

— Si lo estás.

— Hahaha se me paso decirte Bella que te salvamos de un violador pero ahora no sé quién te salvara de este loco, mucho gusto yo soy Demetri. —  Quise estirar mi mano pero Edward me apretó más contra su pecho.

Ella es mía.

— Mierda Cullen, ¡Eres tan ridículo!—  afirmó Demetri y nos reímos los cuatro.

En verdad eran buenas personas,  Demetri se encargó de decirme todo el sufrimiento por el que había pasado Edward como si fuera la cosa más graciosa del mundo y aunque no paraba de reírse mi corazón se encogió por haberlo hecho pasar por todo esto. Al final los llevamos al aeropuerto ellos ya se tenían que ir.

— Espero que nos volvamos a ver para comer juntos—  Félix me dio un abrazo.

— Claro que si me ha dado mucho gusto conocerlos.

— Ojala que te vaya bien Bella, en verdad te compadezco mira que aguantar a Edward… ¡Joder! no cualquiera—  Demetri me guiño un ojo y se dio la vuelta rápido antes de que Edward dijera algo.

Finalmente llegamos al hotel donde yo me estaba hospedando y comencé hacer mis maletas, Edward miraba por la ventana y de vez en cuando me veía, estaba molesto podía sentirlo. Lo que no sabía era si conmigo por lo que habíamos platicado o si por todo lo que había pasado con James, y cada vez que me miraba fijamente detenía su mirada en mis golpes apretando sus puños… suspiré. Mientras me llevaba al aeropuerto  insistí en que no necesitaba que viajara conmigo en el avión. Necesito dejarlo tranquilo, que piense sobre nosotros y después hablaríamos.

— Pues bien—  me gire hacia él—  nos veremos pronto, llámame cuando estés mejor.

— ¿Yo? — señaló su pecho.

— Si bueno, sé que estas molesto por todo lo que ha ocurrido…

— No puedo creer que sigas consolándome— me interrumpió — eres tú la que debería estar asustada, molesta, que se yo… eres tan ridícula —  jaló de mi cintura y su boca encontró la mía. Sin perder el tiempo enrosque mis manos a su cuello. Edward subió una de sus manos a mi cabello jalándome más a su rostro y su lengua se enredó con la mía. Podía tener muchas dudas, montones, las que no nos dejaban ser felices. Pero nuestros cuerpos no tenían ninguna duda. Al menos el mío ya comenzaba derretirse en sus brazos.

— Pasajeros a la ciudad de Nueva York tomar la salida 7.

— Ese es mi vuelo—  jadeé en sus labios. Edward tomó un largo respiro. Abrió sus ojos y con una sonrisa se separó de mí sujetando mi equipaje para acompañarme a la salida.

— Te llamare—  aseguró.

  **Edward POV**

Duré una semana y media más en las vegas. Pero no logré sentirme mejor, no lograba poner en orden ni mi cabeza, ni mis sentimientos y aunque no quería, en Nueva York tenía algo más difícil que hacer;  que era encarar a Jessica.

Llame a su madre contándole que necesitaba estar solo, armo un escándalo que no quise seguir escuchando, solo me limite a pedirle que mandara a su chofer por ella a mi residencia. Al llegar me encontré a Jessica en medio de la sala, tenía puesta una blusa de un solo tirante azul, unos jeans súper ajustados y estaba descalza, a pesar de verse tan indefensa fue lo mismo; más drama. No podía creer que pese a todo este tiempo volviera con la misma mujer, pero Bella me había explicado otras cosas que Jessica había hecho que yo no sabía.

— Me lo prometiste Edward, ¡lo prometisteee!—  Rugió furiosa.

— Jessica si tal vez tu madre y tú no hubieran actuando con tantos impulsos, estaría con Isabella desde que te dije que tú y yo habíamos terminado, me engañaron ¡también ustedes la obligaron a que me abandonara!—   grité de vuelta.

— ¿Eso te dijo? ¿Y le creíste? ¡Eres tan ingenuo! ¿Qué no vez que solo te busca por tu dinero? ¡Lo que quiere es estar con todos los hombres que pueda!—  gritó.

Mierda, la sangre hirvió en mis venas, estaba perdiendo el control y antes de hacer cualquier estupidez me di la vuelta y le hable al chofer que esperaba afuera para que entrara de una maldita vez por sus cosas.

— No, no Edward discúlpame —sujetó mi brazo— vamos a calmarnos mira yo sé que tú la quieres y que no la has olvidado — sus ojos azules me miraban llenos de lágrimas —pero yo creo que es una obsesión y nada más… ¿me vas a abandonar así como así?

— No he decido volver con ella Jess solo necesito estar solo.

— Bien, pues me iré entonces—  afirmó —  pero… eso no significa que deje de buscarte… ¿o quieres que te deje en paz?—  lo pensé por unos segundos.

— No. Soy demasiado egoísta como para pedirte eso—  una gran sonrisa se ilumino en su rostro. — pero es tu decisión.

— No te apures Ed, seguiré buscándote porque te amo. — Limpie sus lágrimas detestaba hacerla llorar. — No voy a perder lo que es mío tan solo porque un fantasma quiera venir a separarnos—  puso su mano en mi mejilla—  respeto tu espacio pero te llamare en la semana para vernos, ¿te parece?

Sonreí ante el cambio que dio nuestra conversación sabía que Jess se tomaría bien las cosas a veces dudaba de la exageración de Alice con ella, en realidad siempre tomaba las cosas para bien y trataba de controlarse. ¿Cómo dudar de alguien que siempre buscaba mi bienestar?

— Bien, entonces nos llamamos—  se acercó lentamente dándome un beso y se lo correspondí.

Al día siguiente no fui a trabajar me quede dormido. Hacía mucho que no dormía tanto y necesitaba tiempo para reorganizar mi casa. Me levante perezosamente y me puse unos jeans únicamente, caminé descalzo hacia la cocina a buscar algo de zumo, en la nevera.

Genial. No quedaba más que para un vaso. Y mirando bien no quedaba comida para alimentar a nadie. Me deje caer pesadamente sobre la silla en el comedor.

El silencio de la casa era perturbador, nunca había estado solo en ella, lo único que se escuchaba eran las manecillas del reloj y nada más. ¿Qué se supone que tengo que hacer? me tumbe en el sillón y prendí la televisión; novelas, películas, clases de cocina, noticias, todo era tan tedioso. Leí el contrato que tenía que presentarle a Lauren. Todo fue inútil.

 ¿Será buena idea vivir solo? – Lo pensé solo por unos cuantos minutos más – CLARO, Edward Cullen desde hoy comienza una nueva etapa en su vida y ya no hay marcha atrás.

Tenía que irme. Simplemente no podía quedarme donde todo me recordaba la vida que se había ido.

— Si… quiero que todo esté listo para esta tarde… espero su respuesta – colgué el teléfono, mudarse era realmente tedioso, tome mi chaqueta y salí de la oficina, le di algunas instrucciones a Victoria y me marche. La velocidad siempre me había resultado fascinante y llegue en lo que fue un record para mí. Ya todos los muebles estaban cubiertos, lo único que me quedaba por recoger eran mis artículos personales. Mi celular sonó…

—  Edward desaparecido Cullen. Fiesta esta noche, en casa de Félix paso por ti a las diez, bye. – del otro lado Demetri se disponía a colgar.

—  Un momento. Si vas a mi residencia verifica que Alec tenga todo en orden.

— ¿De qué diablos hablas, en donde estás?

—  Lamento no comentarlo antes, pero me he mudado.

— Ah perfecto, o sea que si me pasa algo y quiero llegar a tu casa ¿le diré a Alec que me ayude?

— Que nena te escuchas ¿sabes?—  Demetri bufó—  no te pasará nada anota mi nueva dirección.

— No garantizo visitarte a ese lugar al que te mudas… medio campo, lugar desierto de antros, cero chicas. Uff se escucha tan divertido, hazme una cita para… no sé el año que viene.

— No exageres no esta tan lejos, necesito un poco de tranquilidad, alejarme un poco de todo el bullicio de la gran manzana…

Al colgar metí las cosas que me faltaban a mi Aston Martin, si le hubiera dicho a Demetri que aún no me iba, jamás habría podido salir hoy de aquí. Alec fue el primero en salir a bordo de mi Volvo para que despistara a la maldita prensa que no se cansaba de atosigarme.

Pasados unos cuantos minutos encendí el auto dejando atrás todo lo que pudiera. Ahora era su turno de demostrarme que todas sus palabras eran verdad, que esto no era solo un capricho contenido que a ambos nos lastimaba. La música a todo volumen y el viento entrando por las ventanas era relajante, cantar y gritar mientras conducía era algo que había dejado de hacer.

El camino rodeado de árboles, el aire puro y fresco me reconfortaba. El gran edificio de apartamentos lo podía vislumbrar adelante, no contrastaba mucho con el paisaje, pero  sin duda alguna una de las mejores inversiones que había realizado hasta el día de hoy. Al bajar del auto, se respiraba por completo otro ambiente, algo más cálido y placentero, incluso familiar y acogedor, algo que extrañaba de mi hogar. Sí, ahora más que nunca me hacía falta mi familia, mi madre y por supuesto mi padre, mi hermana loca y sus grandes paquetes de ropa, mi hermano y sus bromas...

— Bienvenido… Señor Cullen ¿Cierto? – un hombre mayor se acercó a mí con su mano extendida – es un placer señor tenerlo por aquí, soy Benjamín y es una grata sorpresa que usted se haya decidido vivir aquí – entusiasmado me dio un fuerte apretón de manos, abrí la boca para hablar pero no me dejo articular palabra alguna – pero que hace ahí parado, entre, entre, que su departamento está listo, el mejor que tenemos, solo para usted.

— ¿Qué quiere decir con el mejor? – pregunte mientras subía por las escaleras a conocer el departamento.

—  Pues, vera…  — comentó nervioso – hemos tenido unos problemitas con los inquilinos.

— Ahhh Benjamin – dijo una mujer mientras bajaba hasta nosotros – que bueno que lo veo, ¿Ya pudo hablar con el idiota del dueño? –  la mire atónito… Benjamín, estaba igual de sorprendido que yo – ¿No me ha escuchado? ¿Ya hablo con él?, ¡El maldito techo de mi casa se está cayendo a pedazos sobre mí!, si no tengo una respuesta pronto…—realmente se estaba molesta — además de que los niños siguen jugando en el segundo piso donde aún no están puestos los barandales.

— Disculpe señorita pero sus solicitudes ya están en progreso – respondió Benjamín avergonzado ¿Por qué no había sido informado de esto?

— ¿Para que pagamos nuestra renta? Solo para hacer más rico a ese tal Cullen – eso de verdad me cabreo, yo no tenía ni la más mínima idea de la situación – perdón Benjamín, sé que usted hace lo mejor que puede – se acercó a él y le dio una palmada en el hombro— pero ya vera, cuando me encuentre a ese tipo no sabe lo que le espera.

—  Pues dígamelo — mi tono sonó más altanero de lo que me hubiera gustado — yo soy el idiota del que tanto habla — en su rostro se notó la sorpresa por unos instantes, pero se compuso al instante.

— ¿Cullen? — Se echó a reír como si le hubieran contado la mejor de las bromas – es… ¿Es enserio? – Agarro su estómago mientras reía – tiene que ser una broma ¿No? – Miró a Benjamín quien inmediatamente lo negó con su cabeza – pues no puedo decir que estoy encantada de conocerte porque no es así, y que bueno que estas aquí, porque me has ahorrado las palabras para decírtelo nuevamente, así que has tu trabajo y deja de gastarte nuestra renta en tus bienes personales. —Se dio la media vuelta y comenzó a subir nuevamente a su departamento dejándome como un grandísimo idiota sin saber que responder, suspiré.

— Perdón señor Cullen, perdón, usted no tenía por qué presenciar esto, a eso me refería con que tenemos problemas, hemos tratado de comunicarnos con usted al teléfono que nos dejó su asistente…

— ¿Mi asistente? – Pregunte sorprendido —  ¿Cuál era su nombre? – no pude evitar que el rostro de Isabella se me viniera a la mente, no ella no podía ser así.

— Creo que… mmm Jessica – ¿Jess? Debía ser un error…

— ¿Jessica? No, creo que debe de haber un malentendido en esto, mi asistente no se llama Jessica.

— No lo creo señor Cullen, ella vino aquí y se presentó como su asistente, nos dijo que cualquier cosa relacionada con este lugar, nos comunicáramos a ese número, pero lo intentamos y lo intentamos y no daba resultado, hasta hace poco pude conseguir el número de su oficina e iba a llamarle, pero su secretaria, la señorita Victoria se comunicó antes conmigo, me preguntó que si había un lugar disponible y acaban de desocupar uno de los apartamentos,  así que de verdad estoy contento de que usted esté aquí.

Que extraño. Esto sí que no me lo esperaba ¿Jessica había venido hasta aquí? ¿Qué pretendía con hacer esto? No quise pensar en eso. Venia llegando y ya había recibido gritos, malas noticias y sorpresas. Ahh y para el colmo de los colmos mi apartamento estaba enseguida de aquella amigable mujer. Al menos definitivamente me había distraído.

Entrada la tarde, después de intentar arreglar mi ropa en el armario me dio mucha hambre, me acerque a la pequeña cocina que había, mirando dentro del refrigerador.

– Sigo en las mismas – dije al no ver nada en la nevera. Con una pereza descomunal me dirigí a algún supermercado. Llene el carrito con todo lo necesario. Frutas, pan, leche ah claro dos botellas de whiskey  – Agg ¡joder!—  sujeté mi tobillo—  pero ¿Qué demonios? Alguien me había golpeado con su carrito de compras –  giré furioso para ver quién fue.

– Perdón – dijo mientras volteaba para encararme, inmediatamente su rostro se volvió frío – Tu de nuevo. Perdón no era mi intención golpearte – dijo restándole importancia y con sumo esfuerzo intentó colocar un gran bulto de alimento para perro sobre la banda transportadora.

— Ok, no te apures déjame te ayudo—  coloque el alimento sin esfuerzo.

— Gracias, músculos escondidos.

— ¿Perdón?

— Dije que yo sola no habría podido.

Apreté los labios intentando contener una sonrisa. Al menos no era tan nefasta como me había imaginado.

—  ¿En qué vienes?

—  ¿Por qué? ¿Es una cita? 

Bufé — Para nada, te pregunto porque ni siquiera puedes con ese costal y quería saber si necesitabas ayuda.

— No me vendría mal.

—  Ok…

— Jane.

— Jane, déjame ayudarte entonces.

Me quede viendo a la pequeña mujer que caminaba a mi lado empujando su carrito, sus jeans rotos, la insignia de LA en su playera, un montón de pulseras en la muñeca, su cabello tan rubio y brillante que se parecía al de Jessica al igual que sus profundos ojos azules.

— Bueno—  dejé la última de sus bolsas dentro de su puerta—  fue un mal comienzo pero ten por seguro que lo lamento mucho, no sabía lo mal que estaba todo aquí.

—  Ok, no te preocupes… —  estiro su mano hacia mí— ¿amigos?

**Bella POV**

No es tan malo, solo toca y ya.

Armándome de todo el valor toqué el timbre de aquella puerta gigantesca que me separaba de Edward.

— ¿Señorita Swan?

— Hola Alec. —Aclaré mi garganta — ¿Se encuentra Edward? — Alec suspiró y luego miró hacia los lados.

— Lo lamento señorita el joven Edward… bueno él se ha mudado de aquí. Y me ha prohibido dar cualquier información sobre su paradero….

Tomé una gran bocanada de aire ¿Estaría Edward huyendo de mí?

— Gra… gracias Alec.

Dando la media vuelta el mundo se desplomaba a mis pies. Edward no solo no me había llamado en un mes, si no que se había mudado. Quizás había mal interpretado todo, quizás no vi en sus ojos la verdad, y solo vi lo que quise ver. No me amaba. Ya no lo hacía.

— Angie él, él se ha ido—  susurré

¿Pero a dónde, de que hablas? — preguntó del otro lado de la línea.

—  Edward, ya no vive aquí.

¿Y por eso estas así? Ánimo Bells voy por ti, tienes que buscarlo no puedes solo darte por vencida…

— No hace falta Angie, ya voy rumbo a mi departamento.

Colgué la llamada, no quería escuchar más, solo quería irme lejos, llorar ese tipo de llanto que no quieres que nadie presencie que solo es para uno mismo.

— ¿Bella?—  Apreté mis ojos fuertemente y no me gire. Grandioso. – Bella alto – gire y esta vez me estrellé contra su pecho.

Siempre mi salvavidas, Jake me miraba con el ceño fruncido, traía puestos unos jeans ajustados, una camisa blanca remangada hasta sus codos, su cabello corto un poco revuelto por el uso del casco.

— Oh, Jake.

— ¿Qué ocurre?

Con mis tontos balbuceos solo le di a entender que me llevara a mi casa, pero en lugar de eso me llevo a la suya y me preparo un té.

— Tómalo, ¿Puedes decirme que demonios te pasa?

— No—  gemí.

— Siempre tan cabezota—  suspiró y me abrazó.

Sus brazos como siempre acababan casi con todo el oxígeno en mis pulmones pero no me importo. Me quede ahí sollozando y cuando por fin fui capaz de volver a hablar, lo mire.

— Jake, bueno yo… ¿Podrías enseñarme andar en moto?

—  Cada vez estas más loca, toda una vida conociéndonos y en realidad no te conozco. —Me miró con el ceño fruncido—  ¿Además ya te había enseñado, lo olvidaste?

— Hace mucho que no me subo a una motocicleta.

— Bueno siempre y cuando me digas porque estas llorando.

Rayos

— Por favor Jake…

—  Ok, ok no me lo digas… en este momento. Pero luego…

—  Lo prometo.

 **Edward POV**

— Y esa es mi larga historia.

— Pues wow—  contesto Jane.

— ¿Qué? ¿Cómo que wow?, dime algo más golpéame, regáñame.

— Es que eres tan impulsivo como ella, salen corriendo de sus problemas, eso mismo estás haciendo aquí—  suspiró—  y yo que creí que habías venido a remodelar todo, ahora tendré que conformarme con restos del techo sobre mis bebidas.

— Eres una exagerada además ya repare todos los condominios.

Había pasado más de tres semanas desde que me había mudado y sin duda llegando había tenido que invertir bastante en la remodelación de todo el edificio. Aún no habían terminado pero bueno al menos el cuarto de Jane había sido el primero.

— Lo sé, me gusta molestarte—  sonreí—  Me desespera que siempre estés ausente al menos últimamente sonríes más ¿Por qué no la llamas?

— No. Si le intereso ella debe llamarme.

— Cual señorita.

— Basta Jane ¿No entendiste mis motivos?

— En realidad se me hacen absurdos, discúlpame.

Bufé pero era imposible enojarme con ella, simplemente el estar con ella me había hecho mucho bien, me sentía vivo y le daba un  sentido diferente a mi vida, menos… depresivo. Justó ahora mientras estábamos en su departamento donde me encantaba estar, así no me sentía solo, pero…

— Cómo de absurdos ¿Qué has pasado tú para juzgarme?

— ¡Mira! Seguramente es ella—  dijo al escuchar el timbre afuera en mi departamento.

Salte como loco del sillón en el que me encontraba, mi corazón latiendo como desaforado, abrí la puerta tratando de controlar un ligero y ridículo temblor en mis dedos, pero lo que vi me dejo con la boca abierta.

— Hola hola guapo. ¿Qué no se supone que vives aquí? ¿Qué haces allá?

— ¿Qué tal… Jess?—  la mire de arriba abajo. Traía un escotado vestido negro, su cabello dorado suelto solo sujeto por un pequeño listón—  te ves de maravilla.

— Así me siento Edd, si no fuera por tus cuidados jamás me hubiera podido subir en estos tacones—  levanto un pie hacia arriba sonriendo y le sonreí devuelta— ¿sabes cuánto batallé para encontrarte? Más de dos semanas.

— O sea casi nada. — respondí sarcástico.

— Vamos tengo un sorpresa para ti. — Tomó de mi mano.

—Espera, ¿Jane?

—Que.

— Te presento a Jessica — Jane me miro con cara de ¿Qué demonios? Pero extendió su mano con la sonrisa más fingida que le había visto jamás.

— Es la chica del súper busto. — apreté mis labios conteniendo una carcajada.

— ¿Perdón? — Jessica le lanzo una mirada furibunda.

— Dije que ¡mucho gusto!

— El gusto es mío pequeña— Jane frunció el ceño — ¿Vamos?—  no lo pensé por mucho tiempo. No me caería nada mal salir por unos días de mi encierro, claro salía diario por el trabajo, pero solo eso…


Hola nenas ¿cómo estan? muchas gracias por todos sus comentarios, sus quejas, sus amenazas, su apoyo :) gracias a todas las personitas que me siguen en Facebook y me dicen palabras muy lindas para seguir escribiendo. Este capi fue escrito por mi pero con la gran ayuda de Rebbe muchisimas gracias linda me has sacado de una laguna mental que se estaba formando en mi cabeza jajaja. Y por supuesto Martha, Gladys, Martacullen, y mis lectoras anonimas :)

Ya saben este mismo fic pero modificado esta en: 
http://www.fanfiction.net/s/7950681/16/Haciendo_Elecciones

Les dejo mi facebook
http://www.facebook.com/danny.cullen.35

¿Que les ha parecido Jane?  y ¿Bella? ¿Creen que esta actuando muy lento? ¿Sera bueno que este apoyandose en Jake? ¿Que tal Jessica que no se da por vencida?

 

Capítulo 37: Una nueva oportunidad Capítulo 39: Impulsos

 


Capítulos

Capitulo 1: Superando Errores del pasado Capitulo 2: La nueva Asistente Capitulo 3: La razón Capitulo 4: Conociéndonos Capitulo 5: La comida Capitulo 6: Aventura Capitulo 7: Juegos Capitulo 8: Complicaciones Capitulo 9: Cada quién con su cada cual Capitulo 10: Aclarando dudas Capitulo 11: Planeando nuestra salida Capitulo 12: Bora Bora Capitulo 13: A flor de Piel Capitulo 14: Frente al mar Capitulo 15: Deteniendo el tiempo Capitulo 16: De regreso Capitulo 17: El viaje Capitulo 18: Confesiones Capitulo 19: Verdades al descubierto Capitulo 20: De regreso del Viaje Capitulo 21: Malos entendidos Capitulo 22: Cuestión de tiempo. Capitulo 23: Sorpresas Capitulo 24: Haciendo elecciones Capitulo 25: Por algo pasan las cosas Capitulo 26: Empezar de nuevo Capitulo 27: Cambios Capitulo 28: Amigos Capitulo 29: Final del día Capitulo 30: Salida Capitulo 31: Salida segunda parte Capitulo 32: Cosas por hacer Capitulo 33: Las Vegas Capitulo 34: No importa el tiempo Capitulo 35: En peligro Capitulo 36: Contigo Capitulo 37: Una nueva oportunidad Capitulo 38: Un mes Capitulo 39: Impulsos Capitulo 40: Queja Capitulo 41: Cita Capitulo 42: Nada es lo que parece Capitulo 43: Confrontaciones Capitulo 44: No hay vuelta atras. Capitulo 45: Central Park Capitulo 46: ¿Qué soy para ti? Capitulo 47: Visitas inesperadas Capitulo 48: Noticia Capitulo 49: Reacciones Inesperadas Capitulo 50: Adicción Capitulo 51: Todo o nada Capitulo 52: Propuesta Capitulo 53: Transtornos Capitulo 54: Tú, mi felicidad.

 


 
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