Haciendo Elecciones (+18)

Autor: skuichy
Género: + 18
Fecha Creación: 26/01/2012
Fecha Actualización: 19/01/2014
Finalizado: SI
Votos: 39
Comentarios: 248
Visitas: 145631
Capítulos: 54

Todo comenzó con una atracción; me gustabas, quería cazarte. Ambos teníamos pareja, así que sólo era eso, un juego. ¿Pero que pasa cuando uno de los dos quiere más? El juego deja de serlo y una terrible verdad queda sobre nosotros. En el amor las cosas nunca son fáciles, claro tampoco nadie me advirtió que serían así de difíciles.

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 42: Nada es lo que parece

Llorar o reír, si no sabes disfrutar de cada emoción entonces no sabes vivir. Ya casi dos meses y para mi sigue siendo como ayer, acuerdate de mí en donde estes.

 

**Edward POV**

Mi corazón golpeaba tan dolorosamente que me dolían incluso las costillas, cuando me giré para ver a Bella por última vez antes de abandonar la habitación. Tumbándome pesadamente sobre el sillón, miré el techo esperando que las horas pasaran rápido, lo cual seguramente sería imposible. Podía contarle alguna mentira y volver a su lado, pero sabía que no sería suficiente con decirle que había tenido un impulso. No sabía a ciencia cierta que me estaba pasando y no me sentía capaz si quiera de poder explicarlo. Suspiré fastidiado y traté de acomodarme en el sillón quedando finalmente sobre mi costado izquierdo cerré mis ojos.

— ¡Auxilio!

Abrí mis ojos de golpe, aún estaba oscuro. No supe cuánto tiempo me habría quedado dormido y levantándome de inmediato corrí a mi habitación.

— ¿Bella? —Susurré viendo hacia todos lados, nadie estaba en mi habitación excepto nosotros dos.

El suelo estaba un poco frío mientras caminaba descalzo hacia la cama,  ella estaba dormida y se había movido tanto que se había enredado entre las sabanas y no podía moverse, sentándome junto a ella traté de despertarla con cuidado, sabía que las personas no debían despertarse de forma abrupta cuando tenían pesadillas, pero su nerviosismo me estaba contagiando.

— ¿Nena? —Despejé el cabello de su rostro. —Escucha estas soñando. —Susurré mientras pasaba mis pulgares por sus mejillas, lentamente deslicé mis dedos por su frente perlada de sudor, hasta que por fin sus ojos se abrieron y su vista desorbitada se centró únicamente en  mis ojos. —Estabas teniendo una pesadilla.

— ¿Eres tú? —Preguntó con voz rota. Asentí y ella me abrazó con fuerzas colgándose de mi cuello mientras trataba de contener los pequeños sollozos que escapaban de su pecho.

—Está bien, —froté su espalda —estoy aquí. —Duramos así unos minutos hasta que lentamente se separó de mí, sin embargo no la solté. — ¿Qué soñaste? ¿Qué ocurre?—Ella cerró sus ojos tratando se calmarse y negó con su cabeza a los lados.

—No lo recuerdo… —mordió su labio y sin mirarme murmuró —solo recuerdo estar perdida, pero ya pasó, fue solo una pesadilla.

Estaba mintiendo, estaba seguro. Definitivamente ninguno de los dos iba a ceder esta noche. Tomé un trago de aire…

—Mmm, ¿Quieres que duerma contigo? —Pregunté en voz baja y por Dios, quería darme una patada, porque si decía que sí me sería imposible intentar dormir.

—Sí.

Diablos. Su sonrisa fue deslumbrante y limpió con el dorso de su mano sus ojos mientras se recorría para que yo pudiera recostarme a su lado. Pasé mi brazo por detrás de sus hombros y ella se recostó en mi pecho, quedando tan perfectamente bien acomodados, que podría jurar que hacíamos esto todos los días. Hundí mi rostro en su cabello mientras los pequeños sollozos aún la acompañaban.

— ¿Quieres que te canté?  —Pregunté en un intento de reconfortarla. Sentí que sonrió contra mi pecho.

—Me encantaría.

—Quizás pienses que aún estás en tu pesadilla. —Murmuré sarcástico, yo no era bueno cantando. Su cuerpo se estremeció sin duda recordando de lo que iba su pesadilla y apretó más su agarre.

—No lo creo, además me encantaría escucharte cantar.

—Era broma Bella. —Sonreí mientras enterraba mi rostro en su cabello olor a fresas. Ella suspiró.  —Que lastima que no tengo aquí mi piano, si no tocaría una melodía para ti.

— ¿Tocas el piano? —Se levantó para verme sus ojos brillando con emoción.

Solía tocarlo —me encogí de hombros —un día si te portas bien… —la estreché más fuerte entrecerrando mis ojos sin dejar de verla,  ella soltó una risita —tocaré para ti, ahora descansa, no quiero que mañana conduzcas esa trampa mortal cansada. —Bella sonrío.

— ¿Siempre eres así de exagerado? Solo es una motocicleta. —Negó con su cabeza su expresión era de incredulidad mientras se recostaba en mi pecho.

—Nunca había tenido que tratar con una mujer que anduviera por ahí paseándose en una CBR600. ¿Tu padre sabe esto?

—Lo de la motocicleta no.

—Quizás tenga que llamarle.

—Y de pasada dile que estamos durmiendo juntos, así lo de la motocicleta pasara a segundo plano. —Un escalofrío recorrió mi cuerpo, ¡joder! no conocía al papá de Isabella.

—Bueno, solo porque en ese punto tienes razón, dejaremos esto por la paz. —Murmuré.

Ella volvió a reírse, deslicé mis manos por su cabello de arriba hacia abajo, una y otra vez tratando de que así olvidara cualquier pesadilla. Su respiración poco a poco se fue volviendo más suave y su cuerpo se relajó contra él mío. Desvié mi vista hacia la ventana donde el cielo estaba sumamente estrellado y me sorprendí tarareando una estrofa de la canción de Beck.

I need your lovin' Like the sunshine*

Desperté porque algo golpeo mi rostro haciéndome parpadear asustado. Afuera apenas comenzaba a amanecer y contra mi cara estaba la mano de Isabella, que por cierto estaba ligeramente destapada dándome una vista esplendida de sus cremosas piernas, ¿Por qué solo estaba en bragas? Suspiré mortificado. Sin embargo, imaginarme que pudiéramos estar de esta forma por siempre, me llenaba el corazón de un sentimiento indescriptible al que ni siquiera quería pensar en ponerle nombre.

Aún no… no me quería hacer falsas esperanzas.

Esta era la segunda vez que despertábamos juntos en no sé cuánto tiempo, se veía tan inofensiva y frágil que inevitablemente pasé mi pulgar por sus mejillas, su largo cabello mostraba reflejos rojizos esparcidos por mi brazo, y sus carnosos labios estaban entre abiertos, su suave respiración golpeaba contra mi pecho. Sin poder evitarlo rodé mis ojos, esto era tan ridículamente tentador. Con mucho cuidado moví su brazo y me levanté para darme una muy necesaria ducha fría.

Luego me dispuse a ir hacia el centro comercial para traer algo para hacer un buen desayuno y mientras manejaba mi auto recibí una llamada.

—Edd definitivamente que olvidados nos tienes.

— ¿Te dedicas a leer mentes? Justo contigo quería hablar mi adorado duende.

—Mentes no, pero hoy un presentimiento me hizo llamarte.

— ¿Enserio? Qué bueno porque tengo que consultarte sobre algo Alice…

— ¿Sobre qué? Te escuchas muy feliz.

—He decidido darme otra oportunidad con Isabella. ¿Cómo ves? —La línea quedó en silencio y tuve que mirar el teléfono para asegurarme que la llamada aún seguía.

—Edward Cullen creo que debes ir a un psiquiatra, ¿estás loco? —Suspiré.

—Alice en verdad sé que es estúpido, ¡joder sé que es lo más masoquista que puedo hacer! Pero… —suspiré —de verdad la necesito. Te prometo que no voy a caer ciegamente otra vez. —Dije mientras con un gesto, saludaba al guardia del centro comercial.

— ¿Otra vez? ¿Acaso saliste alguna vez de esto? Ed, me pones de nervios, de genio, me estresas quisiera ahorcarte pero aparte de que estas a mucha distancia, te adoro con todo mi corazón si Bella te vuelve hacer algo…

— ¿Tú también me vas a juzgar, al igual que Emmett?

Y sí, definitivamente iba a tener una charla con él.

Al igual que Emmett solo quiero lo mejor para ti.

—Lo mejor para mi tiene nombre y apellido. —Puse el gran espejo nuevo sobre el carrito de compras.

—Y supongo que no es Jessica Stanley.

— ¿Qué?... ¿Qué tiene que ver ella en esto? —Detuve mi marcha a mitad del pasillo.

Ha venido a casa a lloriquearle a Emmett que le de tu dirección.

—Eso ya lo sé, ya vino. —Respondí reanudando mi camino ya llevaba todo y me dirigí directo a la caja.

¿Vez? La detesto, Ed, tanto aferramiento no es bueno y lo que más me choca es que cuando no puede sola acude a la familia, si no es a Emmett es a Esme.

—Ella no es mala Alice, solo… bueno —pase una mano por mi cabello —hemos compartido casi tres años juntos, incluso la entiendo un poco, yo mismo le pedí que se quedara cerca.

¿Estás loco? ¿Quedarse cerca? ¿Cómo para qué? —Abrí la puerta de mi auto y fui subiendo las cosas. —No puedes hacerle eso a Bella, no puedes darle una oportunidad pero verte con Jessica…

—Basta Alice, —la interrumpí —yo tendré mis razones.

Voy a ir a visitarte, hay mucho que tenemos que hablar, a Jasper le han llegado algunos rumores pero mejor te hablo sobre ellos cuando nos veamos. No juzgues a Emm, solo queremos lo mejor para ti, él más que nadie odia verte sufrir…

—Sí es para sermonearme —volví a interrumpir —mejor ahórrate la vuelta.

No seas así Edward Cullen quiero tratar a Bella, quiero tratar a Jessica con cualquiera que te quieras quedar, solo… no me alejes de ti, te extraño.

Bella, seguramente ya habría despertado, miré mi reloj y ¡joder! Me había tardado demasiado en las compras.

—Como quieras duende fastidioso, ahora tengo que colgar, también te extraño y te quiero, nos vemos pronto.

En cuanto llegué a mi departamento me quedé inmovilizado fuera de la puerta, si mis oídos no fallaban esa canción era Toxic, pero… ¿otra versión? Apreté mis labios conteniendo una sonrisa y deslicé la llave. El olor a hot cakes golpeó mi nariz, y al buscar a Bella, la encontré en la cocina en una imagen que amenazó con destruirme, ella estaba haciendo el desayuno moviéndose sensualmente al compás de la música… Tan.Jodidamente.Seductora. Como aquella vez en el club Times, de pronto se giró hacia mí dándome una enorme sonrisa. Esto era tan irreal que estuve tentado a pellizcarme para despertar.

— ¿Bailas? —Sensualmente caminó hacia mí.

— ¿Britney? —Sonreí. —No lo creo.

—Oh vamos, —sus ojos brillaban con diversión —es una versión de Mark Ronson, me encanta este disco. ¿No me vas a complacer? —Preguntó en tono retador.

Llegó hasta mí y puso sus manos en mi pecho deslizándolas lentamente hasta llegar a mi cintura, sonreí mientras me inclinaba para dejar las bolsas de compras en el suelo, nuestros rostros quedaron a la misma altura por un momento. Ella me miró perpleja y luego se sonrojó deslizando sus manos a mis brazos. La música era sugestiva, incluso podía sentir como el vocalista deslizaba la letra seductoramente al cantar mientras Bella se encargaba de envolverme en toda esta extraña maraña de sensaciones.

—Hace mucho que quiero que me bailes. —Murmuré.

— ¿Qué te baile? —Se sonrojó.

—Sí, desde que estabas con aquel hombre en el club Times ¿Te acuerdas?

—Cómo olvidarlo me salvaste. —De nuevo su resplandeciente sonrisa.

—Como siempre lo hago —rodó sus ojos y luego comenzó a moverse contra mí, realmente a moverse.

Pasando una de mis manos por su cintura comencé a moverme junto con ella, obligándola arquearse contra mí mientras bailábamos.

Can you feel me now? —tarareó la canción y luego se atrevió a morderse el labio mientras se daba la vuelta y me restregaba su trasero.

Y sí, ahora por supuesto que la sentía, a este paso pronto ella me sentiría a mí también. Sonreí con anticipación, yo también podía jugar. La giré de nuevo hacia mí sujetando su cintura y con mi mano libre subí lentamente por su mandíbula hasta su cabello y me acerqué a su cuello, dando pequeños mordiscos, luego subí a su rostro nuestras narices casi se rozaban.

— ¿Dónde estabas? Espero que te guste el desayuno —Susurró. Su mirada ahora nerviosa y acalorada. —No tenías muchas cosas e hice lo que pude… pero si quieres puedo volver a cocinar.

— ¿Por qué no me esperaste? —Murmuré rozando levemente mi nariz con la suya.

—Hemm es que tengo que hacer unos presupuestos, para Mike… te dije que tendría que irme temprano… —La canción terminó pero seguimos en la misma postura sin soltarnos.

—Se dé algo que me gustaría desayunar. —Mi voz sonó ronca mientras mi pulgar vagaba por sus mejillas.

—Hice Hot cakes…  —Susurró nerviosa y con mejillas encendidas.

—Me encantan los hot cakes —sonreí y luego la solté para volver a tomar las bolsas de mandado —traje algunas cosas. —Apreté mis labios evitando sonreír al ver su mirada confundida.

**Bella POV**

—Serviré el desayuno. —Dije mientras me encaminaba hacia la cocina.

Maldición. Solo Edward podía voltear las cosas de esta forma, no sé qué demonios pensaba cuando lo vi, solo sé que quería bailar con él. Creí que de alguna manera podía ser seductora pero terminé siendo terriblemente seducida.

— ¿Qué música te gusta Isabella? —Preguntó mientras servía jugo de naranja.

—Hum, bueno… un poco de todo, ya sabes Black Keys, los Red Hot, the killers…

— ¿Tienes esa música en tu Ipod? —Murmuró mientras veía mi pequeño reproductor conectado en su gran equipo de sonido. Asentí — ¿Podrías prestármelo? —Se encogió de hombros —me gustaría escuchar música nueva.

—Pues los Red hot no son precisamente nuevos. —Sonreí.

—Te prestaré mi Ipod y cuando nos veamos de nuevo me dirás que tal. ¿Te parece?

 —Me parece Señor Director. —Di un mordisco a mi desayuno. Sus ojos se oscurecieron y dio un breve trago a su jugo.

— ¿Qué van hacer tu y Newton hoy?

—Más tarde saldremos a Seattle, no estoy segura de que me deje ir a Forks pero de ser así, quiero aprovechar para visitar a mi padre…

—No me gusta que viajes sola con Newton, me queda claro que no sabe cuidarte. —Frunció el ceño. — Sí te vas a Forks ¿Me avisaras?

—Claro cielo.  —Sus ojos se suavizaron y me regaló una pequeña sonrisa.

— ¿Tu padre vive solo?

—No, ahora vive con Sue, tienen muy poco viviendo juntos… —murmuré viendo distraídamente como ponía miel a sus hot cakes y me pregunté si algún día podría hacer eso en su piel, mi garganta se secó obligándome a aclarármela —hace ya mucho tiempo no vuelvo por aquellos lugares.

— ¿Lo extrañas? —Levanté mi vista hacia sus ahora cálidos ojos verdes.

— ¿A quién? —Pregunté notablemente distraída, no sabía si se refería a Forks o a mi padre. O ¿de que estábamos hablando antes de que me imaginara su piel con miel?

—Obvio a Black no. —Murmuró sarcásticamente. —Me refería a tu padre.

Rodé mis ojos, ¿Quién diablos estaba pensando en Jake? Definitivamente Edward tenía problemas de bipolaridad, un momento juguetón, otro preocupado, ahora enojado.

—Por supuesto que extraño a mi padre.

— ¿Por qué tu padre te dejo mudarte tan lejos de Forks?

—Bueno… —mordí mi labio —no le di muchas opciones, le dije que necesitaba crecer y él sabía que no tenía muchas opciones en Forks.

— ¿Te mandaba dinero? Debió ser duro para él.  —Murmuró.

—Bueno, sabía que no estaba sola. —Susurré. —Jacob también me ayudó a pagar mis estudios. —Detuvo el bocado de hot cakes a centímetros de su boca.

—Entonces… ¿Hace cuánto que conoces a Black?

—Hace ya muchos años, nuestros padres son amigos, ya sabes —me encogí de hombros tratando de restarle importancia —es un pueblo pequeño. —Sus ojos brillaron llenos de dudas y supe que de nuevo eran por culpa de Jake. Bajó la mano que aún tenía suspendida en el aire, dándome toda la impresión de que había perdido el apetito. —Edward —susurré mientras estiraba mi mano a la suya —Jake solo es mi amigo.

Él cerró sus ojos y solamente asintió. No quería hacerlo pero tuve que mirar el reloj para darme cuenta de lo que estaba postergando, tenía que irme. Él no se perdió el movimiento.

— ¿Es tarde? —Preguntó.

—Sí, —suspiré —me tengo que ir.

—Déjame te acompaño. —Nos pusimos de pie y yo caminé hacia la puerta mientras lo veía a él perderse en su habitación, tomé el casco y me puse mi cazadora. Edward apareció de nuevo, y extendió un pequeño Ipod hacia mí. —Viene música de toda. —Sonrió —Luego me dices que te parece.

Tomé el Ipod y cuando nuestros dedos se rozaron sentí una ligera corriente, como si de una pequeña descarga se tratara. Elevé mí vista hacia sus ojos claros como el agua, que ahora estaban oscuros como una tormenta. Jaló de mi mano y con su mano libre sujetó mi cabello y se inclinó hacia mis labios. Esta vez no había juegos, sin rodeos, solo éramos él y yo. Deseándonos de una manera tan insana, que parecía increíble. Mi otra mano soltó el casco y al verse libre se enroscó en su cabello rebelde mientras nuestras lenguas danzaban eufóricas. 

—No tienes idea de cuánto te deseó. —Murmuró entre mis labios, deslizándose hacia el lóbulo de mi oído donde me dio un pequeño mordisco. Sin poder evitarlo un pequeño gemido abandonó mis labios.

—Oh cielo, yo también pero… —tragué dificultosamente saliva —es tarde, tengo que irme.

— ¿Segura? —Gruñó.

—Sí. —Susurré entre sus labios.

—Es la primera vez que pasamos una noche juntos y solo dormimos. —Murmuró con voz ronca y frotó su nariz con la mía.

—Lo sé. —Respondí sintiendo el conocido rubor en mis mejillas. —Siempre hay una primera vez para todo. —Me reí como tonta, simplemente me sentía muy feliz.

Bajamos las escaleras y mi motocicleta ya estaba lista, Edward me miró con el ceño fruncido.

—En verdad Isabella como odio esta motocicleta —sujetó mi rostro y volvió a besarme con rudeza —quiero hacerte el amor sobre ella —murmuró sus ojos brillando llenos de promesas —y luego estrellarla para que nunca más conduzcas en ella. —Rodé mis ojos.

—Cuando regrese cielo, ya veremos. —Prendí la moto. —Aprovecharé para ir escuchando tu música. —Edward suspiró, me puse los audífonos y luego mi casco. Despidiéndome de él tomé la carretera.

La primera canción que se escuchó, fue “In my Place” de Coldplay, suspiré. La letra se asemejaba tanto a lo que vivimos. Perdida en el paisaje y con el viento golpeando en mi rostro aceleré un poco. A los pocos kilómetros de recorrido miré por el retrovisor a un auto lujoso de color negro que se acercaba a exceso de velocidad, me cambié hacia el otro carril para que me pasara.

Nunca faltaba él apurado.

El auto se cambió de nuevo hacia donde yo estaba, acelerando hasta casi chocarme. Nerviosa y asustada aceleré más, ¡rayos!,  la velocidad no era algo que me diera miedo… alguna que otra vez me tocó estar en un mal momento en el coche patrulla de Charlie y vivir persecuciones, solo que aquí, yo no era una experta en la motocicleta. Aún faltaban algunos kilómetros para la salida 278 y no se veía ningún oficial cerca.  Me moví de nuevo de carril y para mi sorpresa el automóvil volvió hacerlo, poniéndose detrás de mí. El miedo se estableció en mis músculos mientras miraba el velocímetro marcaba 140 km/h. eché un vistazo de nuevo hacia atrás, no podía ver bien quien era, no podía saberlo. O miraba el espejo lateral o miraba el camino,  el auto se cambió al carril derecho poniéndose a mi nivel y por los vidrios polarizados de negro, seguí sin saber quién era. Las manos inevitablemente comenzaron a sudarme.

Suspiré agradecida de que finalmente decidiera rebasarme pero de pronto, con un movimiento brusco embistió contra mí, las llantas de mi motocicleta rechinaron mientras me esforzaba por no perder el control. Tragué saliva nerviosa, no sabía si acelerar o cambiar de ruta. ¿Qué demonios está pasando?  Estabilizando la motocicleta deslicé mis dedos sobre el frío metal del embrague y aceleré de nuevo,  el sonido del auto rugir detrás de mí, prendió el resto de mis alarmas mentales.

Estaba a punto de arrollarme… casi podía verme debajo de las llantas.

Voy a morir, voy a morir.

A lo lejos distinguí mi salida, si lograba llegar podría mezclarme entre el tráfico. Apretando el embrague sentí a la motocicleta casi elevarse mientras el rugido del escape retumbó en mis oídos casi tanto como el ruido de mi corazón, si no me mataba ese auto lo haría yo misma.

Cambie mi peso lo más que pude hasta casi acostarme sobre la motocicleta y me dirigí hacia la salida a toda velocidad, inmediatamente entre al tráfico, disminuí la velocidad mezclándome entre los autos, mi corazón latía tan rápido que me faltaba el aire, jadeando miré por el retrovisor, el automóvil había quedado estancado en el tráfico, incapaz de detenerme seguí por la misma ruta, mis manos temblaban y mi cuerpo se sentía como gelatina, quería incluso vomitar. Miré en donde estaba y reconocí la calle cerca de la casa de Angela, conduje más despacio hasta llegar a su casa. Con dedos temblorosos y lágrimas saliendo de mis ojos llamé a la puerta.

— ¿Bella? —Angie me abrazó asustada y luego se separó mirándome. — ¿Qué ocurrió cariño? ¿Te peleaste con Edward?

Solo pude negar con mi cabeza mientras me aferraba a ella, todo mi cuerpo temblaba y en pocos segundos todo se volvió negro.

*

*

*

— ¿Estas bien? —La voz profunda y preocupada de Ben fue lo primero que escuché al volver de la inconsciencia.

Abrí mis ojos y me senté asustada. —Sí. —Mi voz sonó seca por lo que me la aclaré. —Me ocurrió algo muy extraño de regreso a casa. —Sin evitarlo un escalofrió me recorrió desde la nuca hasta los pies.

—Cuéntanos Bella, nos tenías muy alarmados. —Pidió Angie extendiéndome una taza de té, sus grandes ojos se mostraban preocupados.

Relaté mi historia, sin poder incluso creer que pude tomar el control de mi motocicleta y de mis miedos, hasta llegar a su casa.

—Bella, esto que dices es muy grave, ¡alguien quiso matarte! —Dijo Ben.

**Edward POV**

Jane me miraba desde la cama mientras acomodaba el espejo nuevo que había comprado en la mañana.

— ¿Cómo te fue con Bella? —Murmuró.

—Eh... pues bien.

— ¿Así?, solo… ¿bien? Ok Edward acuérdame ser igual de platicadora la próxima vez que me pase algo importante… —Giré mi vista hasta toparme con sus azules ojos. Su cabello estaba hecho nudo en un alto peinado, dejando caer algunos mechones rubios sobre su rostro.

—Vamos a seguir intentando ver a donde nos llevan las cosas, —tomé asiento a su lado —Bella necesita arreglar unos problemas.

— ¿Así como tú? —Bufé sin responder nada, giré mi vista hacia otro lado. — ¿Y qué más? —Preguntó Jane.

—Va a viajar hoy a Seattle y fuera de eso, estoy que me muero de celos.

— ¿Ahora porque? Dios eso no es normal Edward. —Dijo mientras tocaba mi frente como si tuviera fiebre, sonriendo retiré su mano.

—Por Black, siempre por él. Ese tipo me enerva. —Hablé entre dientes.

—Edward si lo quisiera a él, mejor se hubiera quedad en Nueva York —se recostó en la cama y miró el techo, sus pies quedaron colgando sin tocar el suelo mientras los movía distraídamente de arriba abajo — dime ¿Quién atraviesa tantas horas de camino solo porque sí?

—Odio esa motocicleta también.

—Haha no tienes remedio Ed, ¿y que va a pasar ahora? Te preguntó porque veo a Jessica bubistanley…

—Lo sé — la interrumpí y no pude evitar sonreír —pero no la puedo sacar de mi vida, es mi amiga.

—Estupeoresnada.

— ¿Qué? —Pregunté con voz divertida.

—Que te vas a quedar con nada. —Rodó sus ojos y luego se levantó de un salto. —Deberías revistarte lo oídos. —Sonrió y caminó hacia la estancia.

En la semana traté de avanzar a todo el trabajo acumulado, el pobre de Emmett estaba hasta el topé e incluso había tenido que llamar a mi padre para que nos auxiliara. Parecía un gran gorila disfrazado de ejecutivo, no se distraía ni para comer, en cambio yo sí tenía que comer, justo en este momento mi estómago gruñía en protesta de hambre.

Tomé mi abrigo y mientras me dirigía a la salida mi celular sonó

— ¿Edward?

— ¿Qué tal Jess?

—Tengo un problema con una documentación oficial de la compañía de mi padre, él ha puesto su confianza en mí, en que podré resolver esto, —sonreí hacia mucho que no sabía de su padre —llamé a un despacho de abogados y vendrán más tarde pero, quería consultar contigo unas cosas ¿Crees que pueda ir a tu oficina?

—De hecho voy saliendo Jess —murmuré mientras encendía mi auto —puedo pasar a tu oficina si quieres.

—Ehh… venir acá ¿dices?

— ¿No quieres que vaya? —Pregunté extrañado.

—Para nada acá te espero.

Saludé con un gesto a Jana su recepcionista, y al abrir la puerta vislumbre a Jessica hundida en un montón de papeles, su cabello rubio resplandeciendo por la luz que entraba a través de la gran ventana detrás de ella.

—Hola chico guapo, ¿Cómo estás? —Poniéndose de pie caminó a donde estaba, su traje blanco marcaba cada una de sus facciones, se veía bien.

—Bien, cuéntame de tu problema.

Casi me vuelvo loco cuando me dijo el nombre de la firma de abogados que la ayudaría, era la misma donde trabajaba Black. No que me pusiera celoso de que Jessica entablara cualquier tipo de relación con Jacob, era el simple hecho de que no quería tenerlo alrededor…

—Si quieres cambio de firma Ed, pero ya quita esa cara. —Murmuró Jessica tocando mis levemente mis mejillas.

—No es eso Jess, para nada es solo que…— Tragué en seco y desvié mis ojos de los suyos. Ella giró mi rostro de manera que la viera de nuevo.

—Cuéntamelo amor.  —Sus grandes ojos azules me miraron expectantes.

—No olvídalo, es algo sin importancia. —Di media vuelta y miré por la ventana.

—Sé que es el ex novio de Isabella, ¿es por eso?

— ¿Cómo lo sabes? —Pregunté extrañado. Ella solo sonrió y se encogió de hombros restándole importancia. —Bueno no, ellos ya no tienen nada que ver… bueno eso creo —Murmuré.

Jessica caminó hacia donde tenía algunas botellas en un gran estante en color caoba y sacando dos vasos, sirvió whiskey. Luego caminó a donde yo estaba, sonriendo me pasó un vaso.

Sí no me caerá nada mal uno…

—Cuéntame de una buena vez —dio un trago a su bebida —si no lo haces, sé que te perseguirá el resto de la semana ese pensamiento. —Suspiró y luego sus ojos se desviaron a la ventana —Bella y su ex novio aprendiendo a conducir… que interesante combinación. —Susurró, mientras yo me servía otro vaso.

**Bella POV**

Dejé la moto con Angie incapaz de volver a manejar y me fui en taxi rumbo a mí departamento, llamé a Mike para avisarle de mi retraso. No quise pensar en lo que había dicho Ben y luego no pude evitar sonreír.

 Angela no  debería dejarlo ver tantas películas.

Ni pensar en hablar de esto con nadie y mucho menos con mi papá. Estaba segura de que tomaría el primer vuelo a Nueva York y no quería asustarlo… más. Ya bastante consternado había quedado con lo del innombrable. Caminé por el largo pasillo blanco inmaculado rumbo a mi oficina junto a la de Mike, mis tacones era el único ruido y justo cuando iba a llamar a la puerta escuché unas voces dentro de la oficina, me di media vuelta para esperar a que Mike se desocupara pero en eso escuché mi nombre.

— ¿Por qué justamente Bella? —Preguntó Mike.

—Ya te lo dije Newton, ahora él está moviendo todas sus influencias para hundirnos, sabes bien que es poseedor de una enorme compañía y tiene mucho poder.

—Pues yo ya dije mi punto de vista. —Murmuró Mike en tono cortante. —Ese bastardo no puede ni siquiera opinar en esto.

—Pues si nuestras acciones se ven afectadas, me veré en la penosa necesidad de retirar mi capital de Newton LTD.

—Entonces hazlo. —Respondió Mike con voz fría y segura.

—Piénsalo Newton, esa mujer no vale tanto la pena.

Se escucharon  unos pasos y corrí antes de ser descubierta hacia la oficina de Eric

— ¿Qué ocurre Bella? —Preguntó Eric.

—Shh —dije viéndolo. Al ver de nuevo hacia la oficina la alta figura de Aro Vulturi llamó mi atención, iba saliendo de la oficina con Mike pisándole los talones, luego nuestras miradas se encontraron.

— ¿Lista Bella? —Mike dejó de seguir a Aro y caminó hacia mí. Aro solamente elevó una ceja al verme y siguió su camino.

— ¿Ocurre algo malo? —Murmuré angustiada. La sonrisa de Mike fue cálida.

—Nada que no tenga solución, ¿nos vamos? —Asentí.

**Edward POV**

—Pues eso es todo —mis ojos ya me pesaban algo, debí comer algo antes de beber, incluso no quería seguir haciéndolo, y no lo haría porque como ya le había dicho a Jane, era algo que yo podía controlar.

—Edward la verdad que peligrosa amistad la de Isabella y Jacob, amor tienes toda la razón del mundo en estar celoso, imagínate cuantas cosas pueden pasar entre dos personas que han vivido juntos —puso su vaso sobre el escritorio y caminó seductoramente hacia donde yo estaba sentado, poniéndose a horcajadas sobre mis piernas, quise protestar para que no hiciera eso pero puso un dedo en mis labios —imagínate cuantas cosas han compartido en un mes, seguramente se abrazó a su cintura mientras aprendía, —deslizó sus manos lentamente por los botones de mi camisa soltando uno a uno —se deleitó con su perfume mientras estaban juntos tocando cada parte de su cuerpo…

La sangré golpeó como una bola de demolición mi mente cegándome, me estaba volviendo loco de celos, y cuando su boca se posó lentamente sobre la mía, no fui capaz de moverme. Cerré mis ojos, quizás esto era lo mejor y debería de rendirme, no me sentía capaz de confiar del todo en ella. La lengua de Jessica encontró la mía profundizando el beso. Lentamente deslicé mis manos por debajo de su falda, sintiendo la textura de la tersa piel de sus piernas. Jessica enredó sus manos en mi cuello mientras se mecía contra mi cuerpo. El sonido de la puerta abriéndose de golpe nos hizo separarnos desconcertados.

**Bella POV**

En Seattle estaba lloviendo  y no pude evitar sonreír con nostalgia, al recordar cuando venía seguido con mi padre, hoy hacia un poco de frío.

— ¿Estas nerviosa Bells? —Preguntó Mike mirándome a través de sus zafiros azules. —Te juró que conozco bien a todos los inversionistas, no me separaré de ti ni un solo momento. —Con una media sonrisa bajé mi mirada y negué.

—No es eso, sé que me cuidaras.

— ¿Tu familia está en Forks no?

—Sí, ¿Por qué?

—Creo que te daré unas pequeñas vacaciones, —sus ojos brillaron —has sido la mejor asistente que nunca pensé tener, ya casi tenemos dos años juntos y no te he dejado descansar como te mereces.

—Mike —sonreí —no es necesario ya me diste vacaciones volviendo de las vegas yo…

—Nada Bells. —puso un dedo en mis labios. —Terminando la conferencia te pagaré un viaje completo a Forks, y nos vemos en unos días.

— ¿Es enserio? —tomé sus manos emocionada y en su boca se dibujó una amplia sonrisa.

— ¡Por supuesto!

Al terminar las conferencias, Mike me llevo los boletos de avión a mi habitación, alisté mi maleta y recordé que le había prometido a Jacob que le diría si iba a Forks, así que tomé mi celular.

**Edward POV**

— ¡Jessica! — Vestida en color negro que destacaba su corta y rubia cabellera, la señora Stanley lanzó una mirada de reproche a Jessica.

Jessica se paró asustada y acomodó su ropa mientras yo abrochaba apresurado los botones de mi camisa. ¡Joder!, ¿Qué estaba haciendo? Estaba enojado imaginando que Bella pudiera hacerme cosas que no sabía, en cambio yo que las estaba haciendo, estaba portándome justo como un imbécil.

—Madre —el timbre en su voz sonó alarmado pero se recompuso inmediatamente — ¿Qué no te enseñaron que hay que llamar antes de pasar? —Espetó Jess.

—Desconectaste la línea de teléfono, y Jana no puede pasarte llamadas. Necesito que atiendas a la firma de abogados que van a ver el caso de tu padre, están en mi oficina ve en este mismo instante. —La boca de Jessica se abrió de par en par. —No quiero discusiones ¡ve inmediatamente!

—No me tardo Ed, no te vayas a ir. —Jessica me regaló una pequeña sonrisa en cambio le dio una mirada furibunda a su madre y salió como alma que lleva el diablo de la oficina.

—Lo lamento señora Stanley, me retiro. —Tomé mi saco y caminé hacia la puerta.

—Un momento Edward. —Dio unos pasos hacia atrás y cerró la puerta asombrándome. —Tenemos que hablar.

—Si es para decirme que no juegue con Jess…

—No, eso no es de lo que quiero hablar —interrumpió —Edward esto es tan delicado que no sé ni por donde comenzar.

Extrañado por su comportamiento, tomé asiento de nuevo en el sillón sin dejar de mirarla incluso cuando se sentó frente a mí.

—Por favor… —revolvió sus manos, nerviosa. —Cuando terminé de contarte lo que tengo que decirte, promete por mi nieto que por favor no harás nada contra mi hija.

— ¿Qué tiene que ver la memoria de mi hijo en esto? —Pregunté furioso y pase una mano por mi cabello —No me gusta que lo metan en temas de ninguna índole.

—Júramelo Edward, por lo que más quieras entonces.

No entendía nada, pero sin duda no hablaría si no le juraba que, lo que sea que tenía que decirme, iba a quedar entre nosotros.

—Está bien, no haré nada lo juro. —Recargué mis manos sobre mis rodillas —Ahora por favor dígamelo porque si no, me veré en la necesidad de irme, tengo que reunirme con mi hermano.

—Jessica ha pasado por mucho, y lo sabes, —rodé mis ojos, seguramente me iba a pedir que reconsiderara volver con su hija o alguna estupidez —creí que estar contigo le hacía bien, sabía que era demasiado su capricho hacia ti, pero créeme cuando te digo —sus ojos azules se clavaron en los míos y su mirada se volvió indescifrable  —que nunca creí que fuera capaz de tanto.

— ¿A qué se refiere? —Fruncí el ceño confundido.

—Todo empezó hace algunos meses, Jess se comportaba de forma extraña, pero cuando volviste de las vegas y me llamaste diciendo que mandara a alguien por ella, su comportamiento empeoró, se volvió fría y distante, dejó de comer y comenzó a salir de la casa por largos periodos de tiempo con una amiga además, cada vez tenía que darle más dinero. Eso no era bueno, temí lo peor, que recayera en el alcohol y pudiera sufrir un accidente o algo. Así que llamé a su padre, John, y entre los dos decidimos poner guardias de seguridad a seguirla sin que se diera cuenta, ya sabes —se encogió de hombros —solo por si acaso y… —miró hacia otro lado y su voz se quebró cuando volvió a hablar —ella nos ha engañado Edward.

— ¿Cómo? —Moví mi cabeza hacia un lado sin entender nada. Ella tuvo que aclararse la garganta, sus ojos bailando con remordimiento.

—Me enteré que estaba depositando dinero a la cuenta del doctor Jankes, del hospital donde fue atendida de su accidente, se me hizo extraño, ella ya está recuperada y no entendía porque depositaba cantidades muy altas. Le pregunté pero dijo que solo necesitaba medicamento, eso no me convenció así que puse a mis contadores a trabajar, ellos descubrieron irregularidades… —tragó saliva como si tuviera un nudo en su garganta sus ojos bailaban nerviosos —Tuve que contratar un detective privado para esto, nada con el terminó “irregular” puede salir a la luz, eso perjudicaría a nuestra empresa. El investigador descubrió que Jess está sobornando al doctor, ella… —tragó saliva y su voz sonó ligeramente extraña cuando volvió a hablar —siempre ha podido caminar, tiene que darle mensualmente una cantidad considerable al doctor para pagar su silencio. —Sollozó.

La cabeza pulsando sobre mis sienes a punto de estallar hizo que comenzara a faltarme el aire. Esto no puede ser cierto, No, no... Pellizcando el puente de mi nariz cerré los ojos, ¡joder! La sangre abandonó mi rostro y mi estómago se revolvió amenazando con vomitar.Me costó volver a la oficina y enfocar mi vista en los llorosos ojos azules de la señora Stanley, mi corazón que se había detenido parcialmente, comenzó a latir desbocado. Jessica mintió Todo.Este.Tiempo

—Pero bueno, —reprimió un sollozo y con un pañuelo sorbió levemente su nariz —quisiera justificarla diciendo que es solo una niña desesperada y encaprichada con un hombre…

 — ¿Solo una niña encaprichada? —Grité furioso.

—Espera Edward yo podía regañarle por eso y así lo hice. Llorando como jamás la había visto, me suplicó que no te dijera nada, es mi hija y la amo, así que decidí guardar silencio. —Abrí la boca para protestar pero ella levantó su mano, diciéndome de esta forma que aún no acababa. —Pero al menos le conté a John, él me comentó que también a él le había pedido no hacía mucho tiempo una suma muy alta de dinero, preocupados por lo que Jessica pudiera estar haciendo pusimos al detective a investigar ahora sobre el uso que hacía con el dinero de John, esta vez descubrió que lo usaba para mover influencias contra… Isabella Swan. —Parpadeé asombrado y desconcertado mi corazón de nuevo amenazando con sufrir un ataque cardiaco.

— ¿Qué clase de influencias? ¿De qué forma? —Pregunté con voz rasposa y mortífera. Ella desvió sus ojos de los míos, moviendo nerviosamente sus manos sobre su regazo.

—Eso no lo sabemos Edward,  he querido mantenerla lejos de ti, pero cada vez es peor ahora lo que… —La puerta se abrió de golpe y ambos nos giramos para ver a una Jessica que nos miraba confundida desde la puerta.

— ¿Qué demonios… —miró a su madre —ocurre?

—Disculpe señora ¿Puede dejarnos solos? —Sisé entre dientes. La señora Stanley clavó sus ojos asustados en los míos, negándose a salir —solo un momento, se lo juré y no haré nada. —La miré directamente a los ojos, ella se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y asintiendo se dispuso a salir.

Jessica miró con odio a su madre, la señora ni siquiera la miró al salir de la oficina y luego caminó hacia mí tomando asiento a mi lado, mi cuerpo completo se tensó y cerrando mis ojos pellizqué el puente de mi nariz sin decir una sola palabra, tratando de digerir todo lo que estaba pasando.

—Ed, nada de lo que te haya dicho mi madre, —tomó mis manos —es cierto, ella está mal últimamente toma antidepresivos…

 


Hola hola ¿Comó estan? pues bueno para las que querian ver que pasaba con Jess, aquí empieza, muchas gracias por todo su apoyo, paciencia, comentarios y demás son unas lindas y gracias a todo esto me animo a seguir escribiendo. Espero en verdad estarles escribiendo una buena historia.

Rebbe linda, ¿qué seria de todo esto si no me ayudases? te quierote ya sabes eres muy buena consejera y beta :B no me dejes morir con el siguiente capi, jajaja. Gladys espero que ya estes mejor y te hayas recuperado del todo :)

Espero que les haya gustado ¿Comó creen que tomé esto Edward? yo digo que un poquito mal.

Ya saben me encuentran en http://www.facebook.com/danny.cullen.35

Ahh chicas olvide pegarles los links de las canciones


http://www.youtube.com/watch?v=WIVh8Mu1a4Q

esta es mi canción favorita además de que amo a Beck y es el tema de la peli Eterno resplandor de una mente sin recuerdos por si la buscan en español (sí, así de largo el titulo) es la mejor pelicula que he visto así romantica sin exagerar ;) si aún no la ven, ¿qué estan esperando??

Y aquí in my place de Coldplay

http://www.youtube.com/watch?v=yEoHFzEmld0

Y toxic de Mark Ronson

http://www.youtube.com/watch?v=-tNKF83Q_pk

Nos estamos leyendo!

Capítulo 41: Cita Capítulo 43: Confrontaciones

 


Capítulos

Capitulo 1: Superando Errores del pasado Capitulo 2: La nueva Asistente Capitulo 3: La razón Capitulo 4: Conociéndonos Capitulo 5: La comida Capitulo 6: Aventura Capitulo 7: Juegos Capitulo 8: Complicaciones Capitulo 9: Cada quién con su cada cual Capitulo 10: Aclarando dudas Capitulo 11: Planeando nuestra salida Capitulo 12: Bora Bora Capitulo 13: A flor de Piel Capitulo 14: Frente al mar Capitulo 15: Deteniendo el tiempo Capitulo 16: De regreso Capitulo 17: El viaje Capitulo 18: Confesiones Capitulo 19: Verdades al descubierto Capitulo 20: De regreso del Viaje Capitulo 21: Malos entendidos Capitulo 22: Cuestión de tiempo. Capitulo 23: Sorpresas Capitulo 24: Haciendo elecciones Capitulo 25: Por algo pasan las cosas Capitulo 26: Empezar de nuevo Capitulo 27: Cambios Capitulo 28: Amigos Capitulo 29: Final del día Capitulo 30: Salida Capitulo 31: Salida segunda parte Capitulo 32: Cosas por hacer Capitulo 33: Las Vegas Capitulo 34: No importa el tiempo Capitulo 35: En peligro Capitulo 36: Contigo Capitulo 37: Una nueva oportunidad Capitulo 38: Un mes Capitulo 39: Impulsos Capitulo 40: Queja Capitulo 41: Cita Capitulo 42: Nada es lo que parece Capitulo 43: Confrontaciones Capitulo 44: No hay vuelta atras. Capitulo 45: Central Park Capitulo 46: ¿Qué soy para ti? Capitulo 47: Visitas inesperadas Capitulo 48: Noticia Capitulo 49: Reacciones Inesperadas Capitulo 50: Adicción Capitulo 51: Todo o nada Capitulo 52: Propuesta Capitulo 53: Transtornos Capitulo 54: Tú, mi felicidad.

 


 
14445645 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios