Un Cuento de Hadas Moderno (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 01/12/2010
Fecha Actualización: 02/12/2010
Finalizado: SI
Votos: 35
Comentarios: 29
Visitas: 328516
Capítulos: 53

Bella recibe una beca para estudiar su carrera universitaria en Londres; allí conocerá a un chico de ensueño...¿los príncipes azules existen?, puede que sí.


Hola aquí estoy con otra historia que no es mía, le pertenece Sarah-Crish Cullen,  yo solo la subo con su autorización, es otra de mis favoritas, espero les guste…

Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer; los que no pertenecen a la saga son de cosecha propia de la autora. Las localizaciones y monumentos de Londres son reales.

 

 

 

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Capítulo 22: Un país sorprendido

Sede central del Daily Mirror; principios de octubre.

Paul Simmons y Jacob Black estaban esperando a James, su redactor jefe. Después de quince días de persecución, no habían podido dar con Sam Ulley para poder lanzarle la oleada de preguntas que tenían, hasta hoy.

Habían estado vigilando, y sabían que habían regresado a Londres, dado que la universidad estaba por empezar, aparte Edward había asistido a la inauguración de un centro social en Manchester.

Lo que pudieron averiguar de las chicas no fue gran cosa. La rubia se llamaba Rosalie Hale, procedía de Boston y era la novia de Emmet. Estaba aquí estudiando gracias a una beca... al igual que la que les interesaba de verdad.

-"Isabella Marie Swan, nacida en Forks el trece de septiembre de 1990. Hija de Charles y Renee Swan. Fue a la escuela primaria y al instituto en Forks; un historial académico excelente. Su madre falleció hace siete años, y su padre contrajo segundas nupcias con Sue Davis, hoy Sue Swan. No se le conocen líos ni novios en todos sus años de instituto. Estudia derecho y Relaciones internacionales, al igual que el príncipe, y son compañeros desde el primer curso de carrera. Se le ha visto varias veces, junto a Rosalie, en compañía de la princesa Alice... pero nada de nada con Edward aquí"- Paul terminó de leer el escaso historial que tenía acerca de Bella.

-¿El rectorado no te dijo dónde vivía?;- preguntó Jake curioso.

-No, no están autorizados a dar esa clase de información; lo único que he podido averiguar es que ni ella ni Rosalie se hospedan en alguna de las residencias de la universidad. De modo que al vivir en una casa particular, es complicado encontrarlas- musitó Paul pensativo.

-¿Habrá estado Edward allí?; ¿Te imaginas que la ha estado visitando en su casa y nadie se ha enterado?- cuestionó Jacob.

-Jake... yo sólo digo que si ésto es una mera amistad, cosa que no creo, sé lo que vimos en Port Ángeles- apuntilló Paul -James no llevaría dos horas al teléfono con Sam; así que me parece que la relación es más seria de lo que pensamos- terminó de decir. Jake asintió pensativo.

-Si, en eso te doy la razón... aquí hay algo más que una simple amistad; además, nunca había visto al príncipe así- hizo una pausa -se notaba relajado, contento, feliz... ya sabes que en los actos oficiales es muy tímido- exclamó.

Iban a seguir con la conversación, pero James entró en la sala... y no tenía muy buena cara.

-¿Qué ha pasado?- interrogó curioso Paul. Por la cara que traía, mezcla de desesperación y enfado, nada bueno había salido de esa conversación.

-Bueno...- James se rascó la cabeza, buscando las palabras adecuadas – hay una parte buena y una parte mala-.

-Primero la mala- pidió Jake, suspirando frustrado.

-Pues la misma cháchara de siempre... palacio no comenta ese tipo de temas; alegan que pertenece a la vida privada del príncipe Edward-.

-Es un personaje público y todo lo que haga es de interés general- bufó Paul molesto.

-¿Y la buena?- sondeó Jacob.

-La buena es que, a diferencia de otras veces, no lo han negado tajantemente- suspiró satisfecho.

-Eso significa que es su novia- resolvió Jake -no me cabe otra explicación-.

-A ver si me aclaro... llevamos desde Dios sabe cuándo sacando la lista de las posibles futuras princesas... ¿y resulta que ya había una?- Paul seguía alucinado.

-Si; obviamente, no me dado ningún detalle... pero apoyo la teoría de Jake; deben de llevar un tiempo juntos para que Edward haya ido a conocer a la familia de ella a Estados Unidos- dijo James.

-¿Le has dicho que tenemos pruebas?- sondeó Jake de nuevo, alegando las fotos, que llevaban quince días guardadas bajo llave.

-No... eso nos reventaría la exclusiva; y si se lo digo, estoy seguro de que nos prohibirían sacar esas fotos a la luz- la sonrisa del redactor jefe no presagiaba nada bueno. Jake se envaró.

-¿Me estás contando qué vamos a sacar esas fotos sin su autorización?- preguntó incrédulo -¡estás loco!; se nos van a echar encima; tú mismo nos dijiste que no se puede jugar con la Casa Real- explotó Jake.

-Ya me estoy imaginando el cabreo de Aro en su querido London Daily- Paul estaba emocionado.

-¿Y qué pretendes hacer?- le preguntó Paul a su amigo -¿esperar unos meses... unos años a ver si es la auténtica novia y qué anuncien el compromiso?-.

-Jacob, este negocio es así. Ni te imaginas las ediciones extra que habrá que sacar; Todo el mundo mataría por esa noticia... y la tenemos nosotros; es una orden y ya está decidido. Sale el viernes en portada- dicho ésto, James salió del despacho.

Paul se fue detrás de él, frotándose las manos... pero Jake siguió apoyado en la mesa, pensando.

El asunto no pintaba nada bien... y a partir del viernes, la vida de Isabella Swan no iba ser en absoluto un cuento de hadas.


El viernes de la primera semana de clases se me estaba haciendo aburridísimo. Estaba en clase de derecho penal, la única que no compartía con Edward. Me había mandado un mensaje, diciendo que el profesor se había retrasado veinte minutos, por lo que saldría más tarde. Rosalie y yo habíamos quedado en que Alice y Jasper nos pasarían a recoger para ir a comer a nuestra casa. Edward y Emmet vendrían después, como solían hacer siempre.

Según iba acercándome a la entrada, oí un escandaloso revuelo de gente. Me acerqué curiosa a ver qué ocurría... y juro que me quise morir en ese mismo instante.

-¡Ahí está!- gritó una chica joven, que se acercó corriendo, con un micrófono en la mano.

-¡¿Es cierto lo que ha publicado el Daily Mirror?- me preguntó poniéndome el micrófono pegado a la boca.

-¡¿Desde cuándo están juntos?- preguntó otra voz chillona, que no pude distinguir si era masculina o femenina.

-¡¿Conoce en personas a los reyes?- volvió a preguntar la la chica que me acercó la primera vez.

Sólo oía miles y miles de preguntas atropelladamente, y miles de flashes disparando uno detrás de otro, cegándome.

Debido al jaleo organizado, todo el campus estaba mirando hacia nuestra dirección, alucinados y sorprendidos por lo que estaban escuchando. No sabía que es lo que podía haber publicado el Daily Mirror.

No podía responder una palabra, estaba a punto de darme un ataque de histeria, ya que los periodistas, en un intento de preguntarme, se empujaban los unos a los otros, haciendo que me tambaleara de una esquina a otra; estaba rodeada por todos ellos, y no tenía salida alguna.

-¡Bella!- oí la voz de Rosalie. Quise ir hacia ella, pero no tenía escapatoria. Otra voz que conocía muy bien, resonó entre todo el tumulto.

-¡Dejadla!- bramó Emmet furioso. Al llegar ambos a mi lado, Emmet me rodeó los hombros, apartando a empujones a los periodistas y abriéndose paso. Mi amiga me tomaba del brazo que tenía libre.

-¿Qué es lo que está ocurriendo, Rose?- le supliqué que me dijera, presa de un ataque de nervios.

-Tranquila, te lo explicaré en el coche; Edward se ha ido a palacio, Emmet ha avisado a Quil y a Embry y se ha ido con ellos; él le ha dado órdenes a Emmet de que te sacara de aquí- me explicó al oído.

Una vez en la seguridad del coche, Rosalie sacó el Daily Mirror. Mis ojos se abrieron horrorizados. En primera plana, estábamos Edward y yo, besándonos en el mercadillo de Port Ángeles. Arriba, el simple y conciso titular:

"El Príncipe Edward enamorado"

Abrí por las páginas centrales; los seis estábamos en primera plana; incluso teníamos fotos en la pizzería de Port Ángeles, en dónde se veía claramente como tenía apoyada la cabeza en el hombro de mi novio. Las fotos del beso no eran muy claras... pero se diferenciaba de sobra a Edward.

Leí el artículo deprisa... sabían absolutamente todo sobre mí; mi lugar de nacimiento, mi historial académico, el nombre de mis padres... todo. Seguí leyendo hasta el final, mientras Emmet conducía a toda velocidad, esquivando el tráfico y a algunos periodistas, que nos seguían.

Rose iba detrás conmigo, abrazándome por los hombros. Por suerte, el coche tenía las lunas tintadas. Nada más acabar de leerlo, mis lágrimas hicieron acto de presencia, derrumbándome. Mis sollozos iban en aumento, cada vez más. Rose me abrazó, y así permanecí todo el trayecto hasta palacio, llorando presa de los nervios.

-Tranquila Bella, estamos llegando- me dijo Emmet; su tono de voz llevaba la preocupación reflejada.

-Date prisa Em; creo que le va a dar un ataque de ansiedad- le apremió Rose muy nerviosa.

No me di cuenta del momento en el que el coche atravesó la barrera de seguridad del palacio. Sólo quería ver a Edward y comprobar si estaba bien. El coche se detuvo, saliendo Emmet corriendo. Al de unos momentos, la puerta se abrió, y escuché la única voz que quería oír en esos instantes.

-Bella, cariño- me giré para mirar a mi novio. Su cara era una mezcla de preocupación absoluta, mezclada con un cabreo impresionante.

Salí del coche y me arrojé en sus brazos, llorando a pleno pulmón. Enseguida me rodeó con ellos, abrazándome con fuerza.

-Tranquila mi amor, ya está; ya se ha terminado- me consolaba con voz rota, besándome el pelo y estrechándome cada vez más hacia su cuerpo.

-Yo no he dicho nada, Edward; de verdad, yo no se qu...- me cortó enseguida.

-Ya lo sé cariño, ¿cómo puedes pensar eso?- me dijo sorprendido. No me salían las palabras, cada vez que intentaba hablar, me salía un sollozo.

Edward, asustado por mi estado de nervios, me cogió en brazos, entrando dentro de palacio. Escondí mi cara en cu cuello, llorando y llorando. No paró hasta qué cerró con el pie la puerta de su habitación. Me dejó en la cama un momento, para después tumbarse a mi lado. Me aferré a su cuerpo como si mi vida dependiese de ello, con un sentimiento de miedo atroz... de miedo a que se alejara de mi lado. Poco a poco mis lágrimas fueron remitiendo, dejando paso a un sueño debido al cansancio del llanto.

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EDWARD PVO

Mi niña se había quedado dormida, agotada de los nervios... todo lo que queríamos evitar, y sobre todo lo que quería evitar para ella, había explotado delante de nuestras narices.

La observé de nuevo; estaba acurrucada en mi pecho, dormida pero a la vez tensa, agarrándome con fuerza. Acaricié su cabello lentamente con los dedos, pero ella se revolvió inquieta, murmurando mi nombre.

-Edward...-.

-Shssss... tranquila cariño, descansa- ella suspiró aliviada, sin abrir sus preciosos ojitos. La puerta de mi habitación se abrió, entrando Jasper y mi hermana, que llevaba una taza entre sus manos.

-¿Cómo se encuentra?- interrogó preocupada, dejando la taza en la mesilla y sentándose a su lado.

-Duerme desde hace media hora- le dije, sin dejar de acariciar su preciosa melena.

-Le he pedido a Emily que le prepare una tila- me dijo señalando la taza. Asentí, diciéndole que después se la haría tomar.

-¿Cómo nos han pillado?; nadie sabía que estábamos allí- siseé frustrado.

-No lo sé Edward, no lo sé- exclamó Alice.

-Puede ser que alguien os reconociera en el mercadillo y os sacara fotos; hoy en día con los móviles es muy posible- sugirió Jazz.

-Pero es muy raro... si hubiera sido alguien anónimo, sólo habrían sacado fotos a Edward, pero han sacado a todos; Ben Ang, Rose... a Emmet... y eso es que lo han reconocido a él también- dijo mi hermana.

-Y sólo los periodistas ingleses conocen a Emmet y saben que es tu escolta- siguió atando cabos mi cuñado.

-Black... seguro que ha sido el quién nos ha seguido... ¿pero a quién se le ha escapado?- pregunté.

-¿Por qué supones que ha sido Black?- interrogó mi hermana.

-Las fotos han salido en el Daily Mirror, y Black da la casualidad de que trabaja allí- exclamé enfadado.

Ella y Jasper asintieron en silencio, sopesando la información.

-¿Qué va a pasar ahora?- volvió a preguntar Alice, después de unos minutos de silencio.

-No lo sé... mamá y papá llegan a la noche de Lisboa, hablaremos con Sam a ver qué ha pasado; ¿Rose y Emmet?- pregunté extrañado.

-Han ido a casa de Bella y Rose un momento, para buscar algo de ropa para unos días- me explicó Jasper.

Alice y Jazz se fueron, para que Bella pudiese descansar un poco más. Se despertó unos minutos, le hice tomar la tila y volvió a dormirse.

Cuatro horas después, la puerta de mi dormitorio se abrió. Mi madre se acercó apresurada a nosotros, y después de darme un beso, se giró para observar a Bella.

-¿Cómo está?- preguntó angustiada.

-Ahora un poco más tranquila, pero lo ha pasado muy mal- dije negando con la cabeza.

-Mi pobre niña- mi madre también había pasado por aquello, y era la que mejor entendía a Bella.

Bella abrió los ojos lentamente; estaba más tranquila, pero su cara roja y ojos hinchados no habían desparecido.

-Esme- susurró en voz baja. Mi madre se acercó y la abrazó, en un intento de reconfortarla.

-¿Dónde está papá?- pregunté mientras me levantaba de la cama.

-Esta en la salita; Sam nos ha puesto al corriente de la situación. Hablaremos ahora allí, todos- me explicó.

Mamá salió, para darnos espacio y que Bella pudiese asearse un poco. Una vez salió del baño, ya más tranquila, me acerqué a ella, rodeándola con mis brazos.

-Ha sido horrible Edward- dijo ella triste y apenada.

-Ya lo sé cariño; no entiendo nada... ¿cómo han podido saberlo?- me pregunté a mi mismo, frustrado.

-Los periodistas tienen muchas fuentes y espías por todos los sitios- meditó en voz alta -saben todo de mí... hasta mi historial académico- expresó molesta.

Le expliqué a Bella que teníamos una reunión en la sala con Sam y el resto. Ella asintió, y salimos rumbo hacia allí.

Nada más entrar mi padre se acercó a Bella, preguntándole por su estado. Allí estaban Alice, Jasper, Emmet, Rose, mi madre, Sam, Lorena Folder y el secretario de Sam, Jared.

Sam nos relató la conversación que mantuvo con James hace tres días.

-Además, recuerdo que el señor Black llamó a principios de agosto para una entrevista con el príncipe; le dije que al no estar Sam, no podía ser- explicó la mujer – simplemente dije lo que me ordenó Sam, que el príncipe estaba en un viaje privado- siguió relatando.

-Seguro que a partir de ahí empezó a hacer averiguaciones- apostilló Rosalie.

-Increíble- bufaba Jasper molesto.

-Y eso no es todo... el caso es que no me dijeron que tenían fotos, sino, obviamente, hubiera prohibido publicarlas- aclaró Sam.

-Así no les reventabas la exclusiva- siseé cabreado.

Bella permanecía en silencio, sumida en sus propios pensamientos, hasta que alzó la voz.

-¿Qué va a ocurrir a partir de ahora?- estaba asustada, lo notaba por la fuerza con la que me agarraba la mano.

Mi padre tomó aire, para empezar a hablar.

-Ya sabéis que Casa Real no confirma ni desmiente estas noticias... pero creo que hay que hacer algo al respecto- dijo mirando a Sam, cediéndole la palabra.

-Bien... creo que debemos tomar una decisión- Bella y yo le miramos sin comprender.

-Si nos arriesgamos a desmentirlo, la cosa volverá a explotar en cuánto los vuelvan a ver juntos; así que propongo lo que no se ha hecho otras veces... confirmarlo- terminó de explicar.

-¿Cómo dices?- le miraba alucinado, al igual que mi novia y el resto de los presentes.

-Hay precedentes de que otras Casas Reales han hecho lo mismo, y el acoso ha sido menor; es mejor así a que anden con especulaciones- dijo resuelto.

Al final, mi padre tomó la palabra.

-¿Podéis dejarnos hablar con Edward y Bella a solas?- el resto salió de la habitación, dándonos miradas de ánimo.

-Papá, si hacemos eso no la van a dejar en paz- dije en cuánto se cerró la puerta. Mi madre se acercó a Bella, cogiéndole de la mano.

-Eso mismo he pensado yo- meditó mi padre en voz alta.

-Además, no puede venir conmigo a los actos oficiales ni a los viajes hasta que no estemos prometidos oficialmente, y lo que esos periodistas quieren es una imagen nuestra, juntos- suspiré enojado... dichoso protocolo de las narices.

Miré a mi niña, que seguía asustada; me acerqué a ella, sentándome a su lado. Ella, después de un largo silencio, habló.

-Entonces... si palacio lo confirma...- mi madre terminó por ella.

-Significaría que seguiríais como hasta ahora, sólo que tendremos que ponerte seguridad- le explicó mi madre.

-La gente sabrá que sois novios... y no os voy a engañar; habrá debates y se inventarán rumores de todo tipo...- siguió explicando mi madre.

-Pero sé que no le gustaré a todo el mundo Esme... eso no lo voy a poder evitar... y creo que tendré que empezar a acostumbrarme- dijo mi niña, con una pequeña sonrisa.

Acaricié su preciosa carita con mis manos, enmarcando su rostro.

-No quiero hacerte pasar por ésto Bella, no quiero verte sufrir... eso me mata- le dije con pena. Ella negó levemente con la cabeza.

-Edward, prometiste estar a mi lado- me rebatió -y sé que nos esperan tiempos difíciles- hizo una pausa, meditando sus palabras -pero no quiero separarme de ti- musitó con una mirada de tristeza.

-Y no vamos a separarnos cariño, yo estaré contigo -la abracé fuertemente -no podría vivir sin ti- le susurré en voz baja, pero mis padres nos oyeron.

-Creo que hacéis lo correcto hijos; bien, mandaré a Sam que redacte un comunicado y lo mande a todas las redacciones. Quiero que estés tranquila Bella, no va a pasarte nada- le calmó mi padre.

-¿Será seguro que vuelva a su casa?- preguntó mi madre.

-Eso iba a decir ahora... ya que lo vamos a confirmar, creo que estará más segura aquí; los periodistas no pueden pasar la barrera de seguridad; en vuestra casa te estarían esperando en el portal- le expliqué a Bella.

-¿Y Rosalie?- mencionó ella preocupada.

-Hablaremos con ella, puede venirse aquí al apartamento de Emmet; ella también ha salido en el reportaje, le preguntarán sobre nosotros... y hay que llamar a Ben y Ángela- le recordé, me sentía mal por nuestros amigos y meterles en este embrollo.

-Y a mi padre y a Sue- dijo asustada.

-Tranquila cariño, yo hablaré con ellos- le dijo mi madre, reconfortándola.

-¿Tendremos que cambiar de clases?- siguió preguntado.

-Si no queréis no... pero intentad ser lo más discretos posible en cuánto a … muestras cariñosas- nos advirtió mi padre.

-Eso no es problema... será igual que hasta ahora- prometió ni novia, a lo que yo asentí.

Dimos por terminada la conversación, y me llevé a Bella a la cocina. No habíamos comido nada en todo el día, y no quería que le diera un mareo ni nada por el estilo. Al entrar, Emily se acercó a nosotros preocupada, abrazando a Bella.

-Sam me lo ha contado... malditos acosadores- murmuraba enfadada, maldiciendo a los periodistas.

Después de charlar unos minutos con ella, nos sentamos en la cocina, delante de la cena que nos había guardado a Bella y a mi. Bella apenas probó bocado, simplemente jugaba con su comida.

-Cariño, no has comido nada en todo el día- le señalé el plato, preocupado.

-No tengo hambre Edward... quiero hablar con mi padre- dijo sin levantar la mirada. Le tomé de la mano y fuimos a buscar a mi madre. Mi padre estaba con Sam, redactando el dichoso comunicado, y después iba a reunirse con el jefe de seguridad.

Bella explotó en llanto nada más escuchar la voz de Sue al otro lado. Pusimos el manos libres, y no dábamos crédito a lo que ésta nos contaba... ya se habían enterado.

-Esta mañana nos han invadido la comisaría, estaban aquí la NBC, ACB News... qué se yo, todos los canales y periódicos del país- nos explicó -tu padre ha tenido que echarlos a patadas-.

Una vez le explicamos lo qué íbamos a hacer, pareció meditar la respuesta.

-Bella, tu padre y yo estamos muy preocupados... pero creo que es la mejor solución; y tranquilo Edward, que no sacarán una mísera palabra de nuestros labios- dijo seria y rotunda.

-Eso ya lo sabía Sue, por eso no debo preocuparme- la tranquilicé.

-¿Cómo ha reaccionado la gente del pueblo?- preguntó Bella.

-Pues ya te lo imaginarás... ésto es un pueblo pequeño; pero le tienen el suficiente respeto a tu padre para hacer comentarios en su presencia- añadió medio divertida, queriendo animarnos.

Una vez hablamos con Charlie otro buen rato, y les tranquilizamos, Bella estaba más calmada.

Hablamos con los chicos; Rose no objetó nada en irse con Emmet. Sus padres también habían visto las noticias, al igual que Ángela y Ben, que nos prometieron no hablar con la prensa.

Por fin pudimos irnos a la cama, después de este día infernal. Bella se durmió enseguida de nuevo, agotada. Rose y Emmet irían con dos empleados de palacio a recoger el apartamento mañana, y Sue nos dijo que hablaría con la comisión que gestionaba la beca de Bella, para decirles que abandonaban el piso.

Esa noche no pude pegar ojo, la noticia mañana estaría en todos los medios de comunicación; todos los temores que tenía cuándo le pedí a Bella ser mi novia volvieron. No quería verla sufrir... pero no había otra solución; para poder casarnos debíamos terminar la carrera, y acabábamos de empezar el tercer año...

Todo el fin de semana lo pasamos en palacio, sin querer poner la televisión; pero sí habíamos visto las portadas de los periódicos... y la noticia fue una bomba. Pero el lunes tuvimos que salir de nuestro refugio para volver a clase. Para mi niña era un prueba de fuego. Decidimos ir en coches separados, y al final, después que el secretario de mi padre hablara con el rector, Bella cambió sus clases, de modo que ahora no coincidíamos en ninguna.

Ella iba con Rose y Emmet, y yo con Quil, otro de los escoltas.

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Sentía que la gente me observaba cual radiografía que te sacan en un hospital. Después de una charla de palacio con el rector, decidimos que lo mejor era cambiarnos de grupo. Se me haría muy cuesta arriba, ya que estaba acostumbrada a estar con él en clases. Nada más bajar del coche, una nube de fotógrafos corrió hacia nuestra posición. Emmet y Rose me rodearon, y yo no pude hacer otra cosa que agachar la cabeza, agarrando fuertemente mi bolso y mi carpeta.

Una vez segurA dentro del edificio, ya que los periodistas no podían entrar, me despedí de mis amigos, quedando en el receso para tomar un café. Entré en la clase, y sintiéndome observada, avancé con la cabeza gacha hacia mi sitio. Podía oír los murmullos de la gente, sorprendidos y alucinados, ya que nadie se lo esperaba. Oí hablar a Mauren y Cinthya, que se sentaban dos filas delante mío.

-Mírala, roja de vergüenza... en las fotos no parecía tenerla mientras se besaban- dijo en tono mordaz.

-¿En qué está pensando el príncipe?... ¿una reina americana?- respondió a modo de pregunta Mauren. Otra chica, que conocía de vista, le unió a la conversación.

-¿Qué tiene de malo?, si están enamorados me parece estupendo... además... en las fotos se ve claramente que los han pillado- contraatacó. Al ver el mutismo de las chicas, siguió hablando.

-Ellos mismos han sido de lo más discretos, nadie sabíamos nada, y los veíamos en clase juntos todos los días- siguió explicando.

Mauren iba a replicarle, pero el profesor entró en el aula. Suponía que nadie se sentaría conmigo... ahora entendía perfectamente lo que me explicó Edward el primer día que nos vimos en clase, pero esa chica lo hizo.

-Hola Bella- me saludó con una sonrisa sincera.

-Hola- musité asombrada.

-No las hagas caso, la envidia es muy mala- me reconfortó -por cierto, me llamo Lauren, Lauren Mallory-.

-Isabella Swan- me presenté con una pequeña sonrisa.

-Lo sé- ella rió... y yo reí con ella en voz baja. Parecía simpática, y no me hizo ninguna pregunta, lo cual agradecía.

Tres horas de clase después, por fin, sonó el timbre; media hora de descanso.

-¿Quieres un café?- me ofreció amablemente.

-Gracias, pero he quedado con Rose y...- me cortó al instante.

-¿Con tu chico, verdad?- me guiñó un ojo pícara. Asentí, notando mis mejillas arder.

-Tranquila, te veo en derecho financiero- me hizo una seña, para decirme algo en plan confidencia -y pasa de la gente... tienes un novio guapísimo-.

-Gracias... por no juzgarme- le agradecí sinceramente.

-Tranquila- me guiñó un ojo y salió del aula.

Con la mirada en el suelo, fui al encuentro de Edward. Estaba en un rincón del campus interno, con Emmet y Rose. En cuánto me sintió, su vista me acompañó hasta que me acerqué a su lado.

-Hola- dije mirando al suelo.

-¿Cómo estás cariño?- me preguntó poniéndose a mi lado, pero sin cogernos de la mano ni nada. Levanté la vista, sus ojos me miraban con auténtica preocupación.

-Bien, tranquilo- le aclaré.

Me senté al lado de Rose, que ya me había cogido el café. Emmet y Edward estaban frente a nosotras, de pie.

La gente miraba hacia nuestra posición, cuchicheando y murmurando sin parar. Suspiré para mis adentros, intentando hacer oídos sordos e integrándome en la conversación que mantenían mi novio y mis amigos.

 

 

Capítulo 21: Descubrimientos Capítulo 23: Acoso y derribo

 


Capítulos

Capitulo 1: Prólogo Capitulo 2: Dulces y Dolorosos Recuerdos Capitulo 3: Adiós Forks...hola Londres Capitulo 4: Regreso al hogar Capitulo 5: Primer día de clases Capitulo 6: Los principes azules si existen Capitulo 7: Largo verano de incertidumbre Capitulo 8: Entre sedas y terciopelo Capitulo 9: Volverte a ver Capitulo 10: Reacciones Capitulo 11: Besos furtivos Capitulo 12: Norfolk Park Capitulo 13: Simplemente amor Capitulo 14: Desahogo Capitulo 15: Confesiones suegra- nuera Capitulo 16: Un americano en Londres I Capitulo 17: Un americano en Londres II Capitulo 18: Un verano inolvibable I Capitulo 19: Un verano inolvibable II Capitulo 20: Chantajes Capitulo 21: Descubrimientos Capitulo 22: Un país sorprendido Capitulo 23: Acoso y derribo Capitulo 24: No hay final feliz Capitulo 25: Soledad Capitulo 26: Anhelo Capitulo 27: Quiero y no puedo Capitulo 28: Sospechas Capitulo 29: Hallazgos asombrosos Capitulo 30: Abriendo los ojos Capitulo 31: Y sin ti no puedo vivir Capitulo 32: Volviendo a vivir Capitulo 33: La Prometida del Príncipe Capitulo 34: Una pareja más o menos normal Capitulo 35: Salida al mundo Capitulo 36: Anochecer bajo el puente de los suspiros Capitulo 37: London Fashion Week Capitulo 38: California Dreamin Capitulo 39: Entre leyes y bisturíes Capitulo 40: ¿Qué llevas debajo? Capitulo 41: ¿Vacaciones tranquilas? ¡Ja! Capitulo 42: Encajando en el puzzle Capitulo 43: Víspera de boda Capitulo 44: Gran Bretaña ya tiene a su princesa Capitulo 45: Perdidos Capitulo 46: Cumpliendo un papel Capitulo 47: Primeras navidades de casados Capitulo 48: Apuestas Capitulo 49: Nueva vida en palacio Capitulo 50: Epilogo Capitulo 51: Outtake 1: Verano real en Forks Capitulo 52: Outtake 2: Obligaciones reales Capitulo 53: Outtake 3: ¡Qué alguien atrape a ese ratón!

 


 
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