Contacto (+18)

Autor: greis24
Género: Romance
Fecha Creación: 27/04/2013
Fecha Actualización: 01/01/2014
Finalizado: NO
Votos: 28
Comentarios: 165
Visitas: 81989
Capítulos: 51

Isabella Swan es una joven publicista con una tarea difícil por delante: transformar al equipo de Hockey sobre Hielo New York Blades, unos chicos bebedores, gamberros y salvajes en un grupo dócil y educado. su mayor obstáculo será  el capitan Edward Cullen, para quien el concepto de relaciones Públicas significa salir con una modelo diferente cada semana. L a actutud negativa de E dward a la hora de hacer algo similar a un anuncio dirigido al público familiar entorpecerá los objetivos profesionales de Isabella. El odio es mutuo hasta que -sin quererlo ni buscarlo- se encontrarán descubriéndose el uno al otro sus virtudes más recónditas.


Contacto la historia es original de un libro de deirdre Martin. Escrita primeramente por Cerezo de Luna con los personajes de Sailor Moon, yo con el debido permiso de ella lo tomé y le hice algunos cambios incluido los personajes de la saga crepúsculo de la magistral Meyer, les recuerdo que la copia y publicacion de esta historia esta prohíbida sin el permiso de cerezo o el mío. sin mas que decir espero que disfruten la historia aqui les dejo el prefacio. ( aqui tienen una pagina que acabo de crear donde publicare mis siguiente proyectos y les recomendare historias y canciones las que gusten agreguenme https://www.facebook.com/pages/Historias-Greiis/473715916083296 )

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 15: Capitulo 15

Capitulo 15

 

 

«Si es verdad que oír voces es un síntoma de locura, entonces es que estoy loca».

Era el lunes después de su fin de semana en la pista de baile y una Bella interior no hacía más que maldecirse una y otra vez.

« ¡Un fallo! ¡Un fallo garrafal! ¿Cómo demonios se te ocurrió decirle al capitán Perfecto que no habías seguido tus instintos emprendedores? ¡Ahora sabe que eres una perdedora! ¡Ahora piensa que eres una cobarde! ¿Sabes que hay hombres que se acuestan con mujeres que les dan lástima y luego dicen que ha sido un "polvo caritativo"? Pues muy bien, ¡tu baile con Edward Cullen fue un Baile Caritativo! Te sacó a bailar porque le dabas lástima. ¿Y quién puede culparle por ello? Eres patética. Como si un hombre como él pudiese sentir alguna cosa por ti. Dios, eres una idiota, ¿lo sabías? Una idiota redomada».

La voz imaginaria de Victoria se sumó a la voz interior de Bella e iniciaron un dúo de ataque y contraataque.

«Entre tú y Cullen hay química. ¿No lo ves? ¿Cuándo piensas DESHACERTE de ese GASTO social, Benjamin?».

« ¿Química? ¡Mira quién habla! Tú eres la pareja perfecta de Paul Meraz pero ni le viste porque estabas demasiado ocupada lanzándole caídas de ojos a James, como una idiota! ¿Química? Eso es una expresión estúpida de serial televisivo. ¿Cuántas notas de prensa insulsas lanzamos en Libre y salvaje hablando largo y tendido sobre la "increíble" o "innegable" química existente entre dos actores que se odiaban fuera del plato? ¡Química! ¡Chorradas!».

Apareció entonces una tercera voz, un auténtico trío en su cabeza. Una voz profunda, con cuerpo, confiada. La voz de Edward Cullen.

«Si no inicias tu propio negocio, acabarás odiándote».

« ¿Sí? Si ya me odio por eso».

Pero la voz que sonaba más suave en su cabeza no era la de la Bella interior, ni la de la imaginaria Victoria, ni la del imaginario Edward. Era una voz real, con un perfecto acento neoyorquino, y pertenecía a Jason. De aquí a dos noches se celebraba uno de los actos de recaudación de fondos más importantes de la ciudad, una cena de etiqueta para recaudar dinero para la United Way. Bella había conseguido convencer al antiguo capitán de los Blades, Laurent Tonner uno de los jugadores más queridos de toda la historia del hockey neoyorquino, para que asistiera al acto, una verdadera hazaña. Pero hacía menos de una hora que Jason la había convocado a su despacho para decirle que Laurent no podría asistir a la cena porque su hermano acababa de fallecer en Vancouver. Necesitaban un sustituto... rápidamente. Alguien equiparable a Laurent, para que los que habían pagado una morterada de dinero para codearse con una leyenda del hockey con la excusa de apoyar a una buena causa, no se sintieran defraudados.

—Consigue a Cullen—le había ordenado Jason, rematando un bocadillo de queso y huevo—Haz todo lo que tengas que hacer—suplicar, llorar, vender a tu primer hijo—no me importa. Pero consíguelo.

—Lo intentaré—le prometió Bella, sofocando sus náuseas al ver el río amarillo de yema de huevo que se deslizaba por el triple mentón de Jason.

—Consíguelo—repitió Jason—Hoy. Ahora. Y ahora, cuando salgas, tráeme una servilleta.

Así que allí estaba, a menos de una hora del comienzo del partido, dispuesta a intentar, una vez más, convencer al hombre menos colaborador del mundo de que hiciese algo que claramente odiaba. El momento no podía ser peor: el equipo solía estar disponible para la prensa o para algún encuentro informal en torno a las cuatro y media de la tarde, mientras preparaban los sticks y los patines, pero después de eso, el vestuario se cerraba a cal y canto y en él sólo entraban los jugadores, los preparadores y los entrenadores.

Y ahora, ella.

Tal vez, pensó, mientras corría por los laberínticos pasillos situados bajo la pista, lo encontraría un poco más relajado. El sábado por la noche la relación había empezado a repuntar, ¿o no? A lo mejor le daba lástima y accedía a ayudarla, aunque sólo fuera por esa vez.

La puerta del vestuario estaba cerrada. Intentó abrirla discretamente. Cerrada con llave. Muy mal. Tragó saliva y llamó a la puerta, dos veces. Un segundo después, la puerta se abría unos centímetros. Y Edward asomó la nariz por la raja. Se le había puesto ya «cara de partido». No pareció alegrarse mucho de verla.

— ¿Qué pasa?—gruñó.

—Tengo que hablar contigo. Es importante.

—Ahora no es un buen momento.

La puerta se cerró de golpe de un portazo.

Bella se quedó allí, la conocida sensación de náusea subiéndole por la garganta. Respiró hondo y volvió a llamar. Aquella vez, la puerta se abrió del todo. Bella vio a todos los jugadores reunidos en círculo detrás de la figura de Edward; quien los tenía a todos absortos un minuto antes. Y ahora estaban absortos mirándola.

— ¿Cuándo es un buen momento?—preguntó Bella.

—Si tiene que ver con las relaciones públicas, la respuesta es nunca.

Hizo un ademán para volver a cerrar la puerta pero Bella se interpuso entre el marco de la puerta y la puerta.

—No pienso ir a ninguna parte.

Edward rió tristemente entre dientes.

—Por supuesto que sí—Delicadamente, pero con firmeza, como si fuera ligera como el helio, la levantó y la depositó de nuevo en el pasillo.

—Pienso esperar aquí—le informó Bella—Como ya he dicho, es importante.

—Como quieras.

La puerta se cerró una vez más, con un golpe que hizo que se tambalease. Sola en el pasillo, Bella se apoyó en la fría pared de hormigón. ¿Por qué habría insistido Jason en que hablara con él ahora, en el momento en que el equipo pretendía concentrarse para el encuentro que se avecinaba? Era como enviar expresamente a un lindo y rechoncho corderito a la guarida del malvado lobo. Pasaron diez minutos. Quince. Media hora. Bella sabía que la charla de preparación estaba prolongándose más de lo habitual para torturarla. Lo sabía. Y justo cuando estaba a punto de coger el teléfono móvil para llamar al despacho de Jason e informarle de que podía despedirla cuando le apeteciera, se abrió la puerta y Edward salió al vestíbulo.

— ¿Y bien?—Estaba aún a medio vestir para el partido, con pantalón corto, calcetines altos gruesos y las camisetas de algodón gris de manga larga que el equipo utilizaba para sus encuentros. Llevaba vendadas las muñecas y los tobillos. Su mirada, dura.

—Mira, odio tener que molestarte, pero...

—Es importante—se burló él— ¿Qué pasa?

—El miércoles por la noche se celebra una de las cenas de etiqueta más importantes de la ciudad. Laurent Tonner se había comprometido a asistir, pero ha fallecido su hermano y no podrá venir.

— ¿Y?

—Pues que necesito que lo sustituyas—Bella siguió hablando enseguida, sin darle a él tiempo a protestar—Por favor. Si me haces este favor, juro por Dios que nunca volveré a pedirte nada más.

Edward pestañeó, impasible.

—Pídeselo a Jasper.

—Jasper no es igual que tú—replicó Bella, echando un rápido vistazo al vestíbulo vacío para asegurarse de que nadie la oía—No es uno de los mayores líderes de la historia del deporte. Con Jasper, la gente no tendrá la sensación de que ha merecido la pena gastarse tanto dinero.

— ¿Gastarse tanto dinero?—repitió Edward, su atractivo rostro desfigurándose con una mueca de desdén—¿Pero qué somos? ¿Artistas de circo que estamos ahí para entretener a los donantes ricos?

—Ya sabes que no quería decir esto.

— ¿Entonces qué querías decir? le respondió Edward, claramente reacio a ayudarla a salir del atolladero.

—Edward, este acto sirve para recaudar mucho dinero que va a parar a causas que merecen la pena. La United Way es una organización que agrupa asociaciones como Alimentos para Todos y Voluntarios contra el Analfabetismo. Cuanta más gente importante asiste a estos actos, más gente se apunta a ellos y más dinero se recauda. Cuando se difundió la noticia de que Laurent Tonner asistiría, se vendieron enseguida muchos menús. Y si la organización de los Blades no consigue sustituirlo por alguien equiparable, quedará terriblemente mal. Podría dañar nuestra reputación.

—Te refieres a la reputación de Milenio —dijo con sarcasmo Edward.

Bella se calló.

—No es mi problema.

—Dios, ayúdame—murmuró Bella para sus adentros, casi a punto de estallar—Te lo suplico, ¿de acuerdo? Ayúdame, por favor, sólo esta vez. «Por favor».

—No—Su mirada seguía imperturbable. Se pasó la mano entre su cabello azabache, frustrado—Ya sabes lo que pienso respecto a todo esto, Bella Déjalo correr.

—Oh, eso está bien—le soltó Bella—¡El hombre que me dijo que la persistencia es la clave para lograr cosas en la vida va y me dice ahora que lo deje correr! ¡Deberías estar feliz de que no te acose hasta no poder más, Edward! Te demuestra que me tomé muy en serio lo que me dijiste.

—Esto es distinto.

— ¡Y un cuerno que es distinto!—explotó Bella. Observó un suave destello de sorpresa en la cara de Edward y rió—¿Qué pasa? ¿Es que nunca habías oído a una mujer hablar así? Lo dudo.

—Di lo que quieras, piensa lo que quieras y suplica todo lo que tú quieras—fue la respuesta fría e inequívoca de Edward—Pero no pienso sustituir a Lurent.

—De modo que ésa es tu última palabra.

—Es mi última palabra.

—Nada de relaciones públicas, nunca, sin excepciones.

—Nada de relaciones públicas, nunca, sin excepciones—repitió él, girándose dispuesto a irse.

— ¿Sabes? Eres un hijo de puta hipócrita y sin corazón—le dijo entre dientes, al verlo marchar.

Edward se detuvo en seco. Bella vio que respiraba hondo, de forma calculada, antes de volverse de pronto para encararla. Y cuando lo hizo, en su mirada había nubarrones de tormenta, oscuros y peligrosos.

— ¿Qué me has dicho?

—He dicho que eres un hijo de puta hipócrita y sin corazón—repitió Bella, calentando el tema. Él le había devuelto la pelota y, le gustase o no, pensaba ir a por ella—Olvídate de Milenio por un momento, muy bien, y hablemos del equipo. Tú hablas de lo importante que es «compensar» a los chicos que tan duro trabajan para ti. Los tratas estupendamente, te aseguras de que todos estén felices, te aseguras de que los pobres novatos asustadizos se adapten para que los Blades sean una gran familia unida, feliz y victoriosa. Pero ¿sabes qué, Edward? Los chicos del equipo tienen una vida cómoda y estupenda. Ninguno de ellos percibe un salario que baje de las seis cifras.

— ¿Se te ha pasado alguna vez por la cabeza que estaría muy bien compensar de algún modo a la comunidad que hace posible todo esto? ¡Si no fuera por los aficionados que pagan por veros jugar, todos vosotros estaríais sin trabajo! ¿Qué te parecería compensar al pobre chico que no sabe apenas leer y que acude a aprender a los Voluntarios contra el Analfabetismo, y que gasta cada céntimo que le sobra del sueldo miserable que recibe en comprar entradas para ver a los Blades? ¿Piensas alguna vez en él? ¿O en los aficionados al hockey que están hospitalizados y que sólo pueden ver los partidos por televisión? ¿Tienes idea de la diferencia que podría significar para ellos una visita, una hora de tu vida apestosa y asquerosa? Tu fama es un recurso especial. ¿Por qué no utilizarlo? ¿Cómo es posible que no te importe nada de lo que sucede fuera de este vestuario?

Dio un paso atrás, asombrada y casi sin aliento después de su explosión. Mientras, Edward había permanecido con las manos en la cintura, la mirada clavada en el suelo. Respiraba fuerte, oleadas de resentimiento zigzagueando en su interior, una tras otra. Bella se dio cuenta de que estaba furioso en cuanto levantó la cabeza y vio una vena de su sien izquierda latiendo con fuerza.

—No tienes ni idea de lo que dices. No sólo eso, sino que tus malditos negocios no tienen nada que opinar sobre lo que yo decida hacer o no hacer, y mucho menos de criticarlo. Yo me juego el tipo en la pista de hielo cada noche, por mi afición. Si ésta no es manera suficiente de «compensarlos», o de compensarte a ti, entonces es que todo está mal. ¿Entendido?

—Oh, sí, entendido, claro—respondió Bella con amargura. Se enderezó y se abotonó la americana—Gracias por tu tiempo, capitán Cullen. Ha sido muy esclarecedor, como dicen.

Giró sobre sus tacones y se alejó de allí con la cabeza bien alta. Ahora venía la parte en la que se suponía que él debía correr tras ella, agarrarla del brazo y decirle: «Espera un momento, no hablaba en serio, te ayudaré, Bella». Pero no fue así. En cambio, lo único que Bella escuchó fue el sonido de sus propios pasos resonando por el pasillo y el portazo que cerraba la puerta del vestuario.

Capítulo 14: Capitulo 14 (Edward se hacerca a bella) Capítulo 16: capitulo 16 (sorpresa no grata)

 


Capítulos

Capitulo 1: Capitulo 1 Capitulo 2: Capitulo 2 Capitulo 3: Capitulo 3 Capitulo 4: Capitulo 4 Capitulo 5: Capitulo 5 Capitulo 6: Capitulo 6 Capitulo 7: Capitulo 7 Capitulo 8: Capitulo 8 Capitulo 9: Capitulo 9 Capitulo 10: Capitulo 10 Capitulo 11: Capitulo 11 Capitulo 12: Capitulo 12 Capitulo 13: Capitulo 13 Capitulo 14: Capitulo 14 (Edward se hacerca a bella) Capitulo 15: Capitulo 15 Capitulo 16: capitulo 16 (sorpresa no grata) Capitulo 17: captitulo 17 (visita inesperada) Capitulo 18: capitulo 18( y lo que no se podía evitar) Capitulo 19: capitulo 19 (interrupcion) Capitulo 20: capitulo 20 (la despedida de Benjamín) Capitulo 21: Capitulo 21 (no vale la pena) Capitulo 22: Capitulo 22 ( victoria y james) Capitulo 23: Capitulo 23(los hechos) Capitulo 24: Capitulo 24 (dando la cara) Capitulo 25: Capitulo 25 (la boca amenazadora y mentirosa de james) Capitulo 26: capitulo 26 (la pelea de edward y bella) Capitulo 27: Capitulo 27 (las cavilaciones de bella) Capitulo 28: Capitulo 28( La fiesta de navidad) Capitulo 29: 29 capitulo ( la ramita de muerdago) Capitulo 30: Capitulo 30 (Noche Buena) Capitulo 31: Capitulo 31 (Noche vieja) Capitulo 32: Capitulo 32 (Noche vieja aparición de Edward) Capitulo 33: Capitulo 33(sorpresa de edward en noche vieja) Capitulo 34: Capitulo 34 (celebracion privada de año nuevo) Capitulo 35: capitulo 35 (jacob en mi apartamento) Capitulo 36: Capitulo 36 (cambios en el trabajo) Capitulo 37: Capitulo 37 (James sigue con las suyas) Capitulo 38: Capitulo 38 (La propuesta de Edward) Capitulo 39: Capitulo 39 La lección de James! Capitulo 40: Capitulo 40 (charla con jason ) Capitulo 41: CAPITULO 41: planteando el problema Capitulo 42: Capitulo 42: Noticia inesperada Capitulo 43: capitulo 43: descubrimiento Capitulo 44: capitulo 44: declaración Capitulo 45: capitulo 45: el miron Capitulo 46: capitulo 46: El adios Capitulo 47: capitulo 47: la decision de bella Capitulo 48: Capitulo 48: Corazón de Hielo o no? Capitulo 49: Capitulo 49: Es hora de que lo sepas... Capitulo 50: Capitulo 50: Mi sabio padre Capitulo 51: Capitulo 51: LA DECISIÓN MAS IMPORTANTE SIEMPRE SERAS TU <3

 


 
14444416 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios