MI RENDICIÓN

Autor: kdekrizia
Género: + 18
Fecha Creación: 14/08/2013
Fecha Actualización: 07/11/2014
Finalizado: NO
Votos: 47
Comentarios: 274
Visitas: 112977
Capítulos: 64

A veces el primer paso para tomar el control es rendirse.

Bajo el engañosamente suave exterior Bella Swan es una mujer que sabe exactamente lo que quiere. Un hombre fuerte que la tome sin preguntar, porque está dispuesta a darlo todo...

El policía de Dallas Edward Masen, está en una misión: encontrar el hombre que mató a su compañero y llevarlo ante la justicia. Hasta ahora, ha encontrado un vínculo entre el asesino y Bella, y si Edward ha de acercarse a ella para atrapar al asesino, que así sea.

Bella es dulce y femenina, todo lo que Edward necesita y desea en una mujer, pero sospecha que ella está jugando. De ninguna manera va a permitir que un hombre tenga la última palabra en su relación. ¿O sí?

Bella ve en Edward un hombre fuerte, dominante como ella necesita, pero él parece decidido a mantener a distancia. Entonces decide tomar el asunto en sus propias manos para demostrarle a él que no es un juego. Ella está dispuesta a entregarse al hombre correcto. A Edward le gustaría ser ese hombre. Pero la captura del asesino de su compañero tiene que ser su primera prioridad. Hasta que Bella se ve amenazada y Edward se da cuenta que va a hacer todo por protegerla.

BASADA EN SWEET SURRENDER DE MAYA BANKS

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 49: CAPITULO 49

 

Capítulo Cuarenta y nueve

 

—Rose, me estás matando—dijo Esme con los dientes apretados. — Esto se supone que es un masaje, no una lección de hacer masa.

Rose se suavizó y murmuró una disculpa.

— ¿Qué pasa contigo, Rose?—le preguntó Bella desde la mesa de al lado. — Parece que estás... malhumorada.

Esme levantó la cabeza.

—Ella no ha llegado a ti todavía. Siéntete afortunada. Yo voy a tener moretones.

—Emmett me dio plantón—dijo Rose.

— ¿Que te dio plantón? ¿Teníais una cita?—preguntó Bella con voz excitada.

—No exactamente—murmuró Rose.

Continuó el masaje en la espalda de Esme, mucho más suave ahora, sin embargo Esme todavía podía sentir la tensión en sus dedos.

— ¿Qué quieres decir con “no exactamente”?—preguntó Esme mientras se relajaba en la mesa.

Rose suspiró.

—Ha cambiado la cita del masaje después de que yo hubiera comenzado con mi plan de seducción. Bueno, todavía no ha fijado una nueva cita exactamente. Él acaba de cancelarla.

—Uh-oh. Eso no suena bien—dijo Esme.

—Bella, ¿Emmett está saliendo con alguien?—preguntó Rose.

—No que yo sepa, pero no sigo su vida amorosa. ¿Por qué lo preguntas?

—Yo quiero oír hablar de ese plan de seducción—dijo Esme.

—Yo llevaba una camisa con la cual mis tetas estaban a punto de derramarse fuera de ella…

—Oh—dijo Bella con diversión. — Eso tenía que ser todo un glorioso espectáculo para contemplar. Tienes um, unas tetas impresionantes.

Esme se sentó, y las manos de Rose se apartaron de su espalda.

—No he terminado, cariño—protestó Rose.

—Oh, sí que lo has hecho. Quiero escuchar todo sobre esto, y odio tener una conversación acostada si no es con un magnífico hombre a mi lado.

Bella se echó a reír.

—Por si no lo sabes, tu eres la siguiente, Esme. Para que lo sepas.

Esme puso los ojos en blanco.

—Como si yo pensara que podría librarme de vosotras dos. — Se volvió para mirar a Rose. — ¿Y? Le mostraste la tetas, ¿y entonces qué?

—Nada. Eso es lo que he estado tratando de deciros. Aquí estoy luciendo mi escote, planificando cómo plantarle cara a Emmett, cuando llama para cancelar su cita.

—Ah, vaya, lo siento—dijo Bella, la simpatía asomaba a su bonito rostro.

—Pero hay algo peor—dijo Rose tristemente. — Estoy segura que una joven bonita le informaba, por detrás mientras hablábamos por teléfono, de que no tenía por qué pagar por un masaje, ya que estaría más que feliz de darle uno. Luego, cuando le pregunté si quería volver a programar la cita, me dijo que ya me llamaría.

—Oh, ¡vaya!—murmuró Esme. — En la línea de Ya te llamaré.

—Sí—se quejó Rose. — Colgó antes de que me diera tiempo a reaccionar. Está claro que necesito centrar mi atención en otra parte. Quiero decir, yo no soy un completo troll, ¿verdad? Nunca he estado con un hombre que quisiera ponerme una bolsa de papel en la cabeza mientras teníamos relaciones sexuales ni nada parecido…

Esme y Bella se echaron a reír.

—Lo siento, Rose—dijo Bella mientras se limpiaba las lágrimas de risa de sus ojos. — No tengo idea de cuál es el problema de Emmett. ¡Pero eres preciosa!

Rose puso los ojos en blanco.

—Hablas como le hablaría una amiga leal a una mujer fea.

Esme soltó una risita.

—Bueno, no eres tan guapa como yo, pero definitivamente no eres tan fea como para necesitar una bolsa.

Rose empujó a Esme con el hombro.

—Vaya, gracias, eres una amiga.

— ¿Por qué simplemente no pedirle una cita?—preguntó Esme. — Deja el plan de saltar sobre él mientras le das un masaje, a pesar de que la idea no era mala en absoluto, y atrévete a pedirle una cita. Si se niega entonces, bórralo de tu memoria y pregunta a Jasper o Jacob. Los dos son chicos calientes.

—No puedo salir con alguien que ha dormido con una de mis amigas—murmuró Rose. — Así que gracias, Bella, por arruinar a Jasper para mí.

Bella se echó a reír.

—Si supieras lo bueno que fue en la cama, no serías tan santurrona con lo de salir con él.

Rose gimió.

—Por el amor de Dios. Deteneros ya. Me estáis matando. ¿Qué no daría yo por un trío con dos chicos calientes? Infiernos, ahora mismo tomaría un chico caliente. O incluso un no-tan-caliente. Sólo quiero echar un polvo, maldita sea.

— ¿Los juguetes no funcionan para ti?—preguntó inocentemente Esme.

—Vete a la mierda—dijo Rose misteriosamente. — Dice la mujer que está segura de tener sexo mortal ahora que ha firmado para ser la esclava sexual de alguien.

—Lo que nos lleva al siguiente tema de nuestra conversación—dijo Bella. — ¿Carlisle ha encontrado a alguien para ti?

Esme se mordió los labios y miró a sus dos amigas, preguntándose si debería contarles todo.

—Lo ha hecho, ¿no es cierto?—Se abalanzó Rose. — Suéltalo, Esme. Queremos tener más detalles.

—No ha encontrado a alguien exactamente. — dijo ella. — Él se ofreció a sí mismo como voluntario.

La boca de Bella se abrió, mientras que Rose sólo parecía confundida.

— ¿Él hizo qué?—exigió Bella. — ¿En serio?

Rose miró rápidamente hacia adelante y hacia atrás entre Esme y Bella.

— ¿Qué me estoy perdiendo? Este es el tipo GQ, ¿verdad?

Bella no le hizo caso.

—Pero él no está metido en los juegos de rol y lo que es más en los juegos en general. Quiero decir, que una vez me dijo que si él tenía a una mujer a su manera, le echaría el guante y la ataría a la cama.

Un escalofrío delicioso comenzó en los pies de Esme y subió por todo su cuerpo hasta ponerle la piel de gallina.

—Bueno, no hace falta ser un genio para saber a dónde va esto—dijo Rose secamente.

Ahora era el turno de Esme de ignorar a Rose.

—Bueno, él hizo una especie mención a ello. No en términos tan específicos, que conste, pero eh, a mí me vale, al menos de manera temporal.

La preocupación nubló los ojos de Bella.

—Nunca me imaginé que Carlisle quisiera algo temporal. Él está muy centrado en lo que quiere.

—Tal vez él pueda hablarte de ello. — bromeó Rose.

Esme le lanzó una mirada.

—Vamos, Rose. ¿Realmente me ves como esclava sexual de alguien permanentemente? Está bien tener un poco de sexo muy caliente y una fantasía ardiente, pero ¿en la realidad? No es para mí.

— ¿Por qué no es para ti?—la desafió Rose. — Obviamente te llama de alguna manera básica o no te habrías ofrecido para que un hombre te ate y siga su mal camino contigo.

— ¿Alguien te ha dicho lo desagradable que eres?—se quejó Esme. — Es una fantasía. Todo el mundo tiene una, aunque no es algo que se pueda trasladar al mundo real. Tengo demasiado... un carácter fuerte que nunca me permitiría someterse permanentemente a un hombre.

—Edward, una vez me dijo que nunca iría a por una mujer que no fuera lo suficientemente fuerte como para someterse— dijo Bella en voz baja. — Se necesita ser una mujer fuerte. Nunca lo pongas en duda…

Rose y Esme se volvieron para mirar a la Bella en estado de shock.

—Espera un segundo. ¿Quieres decir que Edward y tu... que tienes ese tipo de relación con él?—preguntó Esme.

Bella se encogió de hombros.

—Yo no clasificaría nuestra relación como típica de cualquier cosa, pero si lo que me estás preguntando es si él es el dominante en nuestra relación, entonces la respuesta es sí.

—Oh, mierda, y ahora voy y te insulto—dijo Esme, ella frunció el ceño mientras se disculpaba con su amiga.

Bella sonrió.

—No, no es así. Yo pensaba como tú. Pero eso me hizo débil para querer que un hombre cuidara de mí, que yo no fuera una tonta pusilánime para someterme a un hombre. Pero era lo que quería, y yo estaba cansada de conformarme con el segundo mejor.

—Ser dueña de tu sexualidad—murmuró Rose. — Yo opino lo mismo, voy a tener que conseguir algo de eso.

—Amén—secundó Esme. — Bella, no pido detalles, pero simplemente tienes que darme más con lo que trabajar aquí.

Bella sonrió.

—Bueno, me temo que Carlisle es probablemente un poco más duro que Edward, por lo menos por lo que me dijo. Él desea... quiere una mujer. En sus propias palabras, quiere una esclava, aunque sí hay que decir que hace todo lo posible por oponerse al uso de esa palabra, sino todos los efectos prácticos que conlleva.

—Wow—sopló Rose. — Está haciendo calor aquí, y de repente estoy pensando en cosas que nunca antes pasaron por mi mente.

Esme puso los ojos en blanco.

—Rose, tú no tienes de humilde ni un solo hueso en tu cuerpo.

Rose sonrió con picardía.

—No… No lo tengo.

Esme se volvió hacia Bella.

—Muy bien, así que si Carlisle no está en los juegos o fantasías, ¿por qué diablos está firmando conmigo... como Amo? Dios, odio esa palabra. Suena tonta.

Bella se encogió de hombros.

— ¿Tal vez se sienta atraído por ti? ¿Tal vez este cansado de esperar a la mujer adecuada?

—O tal vez sólo quiere pasar unas cuantas noches de sexo caliente con una esclava—añadió Rose con una sonrisa pícara. — Quiero decir, vamos, ¿qué hombre va a rechazar a una mujer hermosa pidiendo que la posea?

Los ojos de Bella brillaban con diversión.

—Jasper me informó de que los hombres se vuelven locos por una mujer sumisa.

—Ah, mierda, no él también—se quejó Rose. — ¡Dios mío, mujer! Así que ¿dejaste que Edward y él, siguieran sus malas costumbres contigo? ¿Qué hiciste, dejar que te ataran y follaran tu cabeza?

Bella fingió interés en sus uñas y reparó en que Rose la miraba de soslayo.

—Más o menos.

—Eres una malvada puta—murmuró Rose. — ¿Y Edward estuco de acuerdo con esto?

—Aún tienes que preguntarlo—dijo Esme con paciencia. — Obviamente, él estaba desde antes que ambos estuvieran allí.

Rose sacudió la cabeza.

—Yo simplemente no lo he asimilado. Quiero decir, Edward es prohibitivamente posesivo con Bella y sin embargo, ¿permite que otro hombre la folle mientras mira? Eso está seriamente mal.

Bella resopló.

— ¿Cómo si tu rechazases un trío con dos chicos calientes?

—Por supuesto que no, yo no—exclamó Rose. — Estoy sorprendida de que tu hombre te permitiese salirte con la tuya.

—Fue idea suya—dijo Bella con una sonrisa.

Rose cerró los ojos.

— ¿Por qué todos los buenos están cogidos?

—Tal vez deberías reconsiderar tu postura de dormir con los hombres con los que tus amigas han tenido relaciones sexuales. — dijo Esme. — Olvídate de Emmett y redirige tu atención a Jasper. Si lo que deseas es tener sexo, seguro que podría adaptarse.

—Sí, claro, como si yo quisiera que comparara notas con los chicos entre el rendimiento en la cama de Bella y el mío. No, gracias.

—No es que te anime a ir por Jasper, pero él nunca haría eso—dijo Bella. — No es así.

— ¿Así que tu todavía estás durmiendo con él… ellos?—preguntó Rose.

Bella movió la cabeza.

—Yo no estoy diciendo que no volverá a suceder, porque es excitante para Edward, pero eso sólo ocurrió una vez.

—Está bien, entiendo por qué es excitante para una mujer—dijo Esme. — ¿Pero para el hombre? ¿Qué sacan de ello?

—Al infierno con la conversación. — interrumpió Rose. — Gracias a Dios que sois mis últimas citas del día.

Rose se apoyó contra la mesa de masaje y miró a Esme y a Bella.

—Las dos estáis sentadas aquí desnudas, y estamos hablando sobre chicos calientes. Hay algo que está seriamente mal con esta imagen.

—Tenemos toallas. — corrigió Bella.

Rose puso los ojos en blanco.

—Y cubren mucho…

— ¿Entonces?—Esme interrumpió— ¿Qué es lo que un hombre encuentra en ello, Bella? Me tiene totalmente intrigada. Siempre he pensado que la fantasía de un hombre era estar con dos mujeres, no con una mujer y otro hombre.

—Ohhh—exclamó Rose. — Los hombres no lo hacen… no lo hacen con otro hombre, ¿verdad?

Bella dejó caer su rostro entre las manos y dejó escapar un gemido.

—Esta conversación se ha deteriorado gravemente. Por el amor de Dios, Rose.

—Hey, es una pregunta legítima—dijo Esme.

—Gracias, Esme—dijo Rose mientras se cruzó los brazos sobre el pecho y miró a Bella.

—No, no lo hacen el uno con el otro—dijo Bella con voz estrangulada. — Ni siquiera se tocan entre sí.

—Entonces, ¿cuál es el punto?—preguntó Rose.

Bella hizo una mueca de desagrado.

—El punto es que se trata de que excita a Edward mirar mientras otro hombre folla a su mujer. Le gusta follar conmigo, al mismo tiempo. ¿Ya sabéis, diferentes orificios?

Esme soltó una risita.

—Ella dijo orificios

Bella arrojó una toalla en la cabeza de Esme.

—Os lo juro, que me arrepiento de haberos dicho nada a ninguna de las dos. Yo estaba tratando de ayudar a una amiga…

Rose se frotó la barbilla, pensativa.

—Así que estás diciendo que es una cosa primitiva y masculina. Algo así como, ‘Aquí está mi mujer. Ella es mía, pero puedes tenerla por un tiempo’.

Bella puso los ojos en blanco.

—Creo que se puede decir eso de una forma primitiva. No puedo hablar por los demás, pero en mi caso, los hombres se han centrado únicamente en mí. No se tocan entre sí. Estaban demasiado ocupados tocándome.

—Y follándote el maldito cerebro—añadió Rose.

—Eso también—agregó Bella con una sonrisa.

—Zorra afortunada—dijo Rose con tristeza.

—Por lo tanto, si somos capaces de dirigir la conversación hacia mí y mi esclavitud inminente—dijo Esme.

—Por supuesto—dijo Rose con ligereza. — No dejes que mis fantasías de ser colocada entre dos hombres calientes te interrumpa.

Esme miró a Bella.

— ¿Crees que estoy cometiendo un error al permitir que Carlisle cumpla mi fantasía?

Bella apretó los labios por un momento.

—Honestamente, no. No estoy segura de que pudieras pedir un hombre mejor. Estoy sorprendida de que esté de acuerdo, o que se ofrezca, supongo aunque no se lo hayas pedido exactamente a él, pero en realidad creo que es perfecto para ti. Y, sin duda ayuda que él sea tan malditamente caliente.

Esme vio que Rose ponía los ojos en el techo.

—Verde es el color, Rose—bromeó Esme.

Rose suspiró.

—Esa soy yo. Una zorra envidiosa.

— ¿Por qué no invitamos a Rose a tomar una copa?—Sugirió Esme. — Tal vez podamos abastecerla en el proceso y entonces Dios sabe que su estado de ánimo mejorará.

—No creo que se suponga que debas verte tan esperanzada, Rose—dijo Bella mientras se atragantaba con su risa.

Esme descartó su toalla, y se deslizó fuera de la mesa y envolvió la bata alrededor de su cuerpo.

—Bueno, vamos entonces. Vamos a adecentarnos y a beber. Teniendo en cuenta lo que acordé ayer, creo que me vendrían bien un o dos tragos.

—Sí, bueno, prométeme que me darás todos los detalles sucios de la temporada de esclavitud—dijo Rose. — Si me vuelvo muy desesperada, firmaré para tener una ronda con el Sr. GQ…

— ¿Pensé que no ibas a dormir con los chicos que habían tenido relaciones sexuales con tus amigas?—dijo Esme con una ceja levantada.

—Fue muy caritativo que me lo recordaras. — resopló Rose. — Parece que entre Bella, tú y la rubia tonta que se cierne sobre Emmett, todas tenéis los que valen. Es malditamente triste cuando en realidad estoy contemplando las sobras.

—Por el amor de Dios, Rose, cállate—dijo Bella. — Pensé que sólo los hombres se oponían a las sobras de los demás.

—Cariño, al parecer, vuestros hombres no—dijo Rose dulcemente.

—Bien chicas, suficiente. Vamos a emborracharnos antes de la pelea de gatas se inicie—interrumpió Esme.

—Emborracharnos y tener sexo—dijo Rose mientras realizaba un brindis fingido.

 

Capítulo 48: CAPITULO 48 Capítulo 50: CAPITULO 50

 


Capítulos

Capitulo 1: CAPÍTULO 1 Capitulo 2: CAPÍTULO 2 Capitulo 3: CAPÍTULO 3 Capitulo 4: CAPÍTULO 4 Capitulo 5: CAPÍTULO 5 Capitulo 6: CAPÍTULO 6 Capitulo 7: CAPÍTULO 7 Capitulo 8: CAPÍTULO 8 Capitulo 9: CAPÍTULO 9 Capitulo 10: CAPÍTULO 10 Capitulo 11: CAPÍTULO 11 Capitulo 12: CAPÍTULO 12 Capitulo 13: CAPÍTULO 13 Capitulo 14: CAPÍTULO 14 Capitulo 15: CAPÍTULO 15 Capitulo 16: CAPÍTULO 16 Capitulo 17: CAPÍTULO 17 Capitulo 18: CAPÍTULO 18 Capitulo 19: CAPÍTULO 19 Capitulo 20: CAPÍTULO 20 Capitulo 21: CAPÍTULO 21 Capitulo 22: CAPÍTULO 22 Capitulo 23: CAPÍTULO 23 Capitulo 24: CAPÍTULO 24 Capitulo 25: CAPÍTULO 25 Capitulo 26: CAPÍTULO 26 Capitulo 27: CAPÍTULO 27 Capitulo 28: CAPÍTULO 28 Capitulo 29: CAPÍTULO 29 Capitulo 30: CAPÍTULO 30 Capitulo 31: CAPÍTULO 31 Capitulo 32: CAPÍTULO 32 Capitulo 33: CAPÍTULO 33 Capitulo 34: CAPÍTULO 34 Capitulo 35: CAPÍTULO 35 Capitulo 36: CAPÍTULO 36 Capitulo 37: CAPÍTULO 37 Capitulo 38: CAPÍTULO 38 Capitulo 39: CAPÍTULO 39 Capitulo 40: CAPÍTULO 40 Capitulo 41: CAPÍTULO 41 Capitulo 42: CAPITULO 42 Capitulo 43: CAPITULO 43 Capitulo 44: CAPITULO 44 Capitulo 45: CAPITULO 45 Capitulo 46: CAPITULO 46 Capitulo 47: CAPITULO 47 Capitulo 48: CAPITULO 48 Capitulo 49: CAPITULO 49 Capitulo 50: CAPITULO 50 Capitulo 51: CAPITULO 51 Capitulo 52: CAPITULO 52 Capitulo 53: CAPITULO 53 Capitulo 54: CAPITULO 54 Capitulo 55: CAPITULO 55 Capitulo 56: CAPITULO 56 Capitulo 57: CAPITULO 57 Capitulo 58: CAPÍTULO 58 Capitulo 59: CAPÍTULO 59 Capitulo 60: CAPÍTULO 60 Capitulo 61: CAPÍTULO 61 Capitulo 62: CAPÍTULO 62 Capitulo 63: CAPITULO 63 Capitulo 64: CAPÍTULO 64

 


 
14440193 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10758 usuarios