-Edward.-dije en voz baja solo para el, intentando despertarlo.      

-Dime amor.- me contesto bastante dormido.

-Tengo antojo de helado de pistacho.- susurre algo avergonzada, después de darme cuenta que era nada mas y nada menos que las 02:30 de la mañana

-¿Helado de pistacho?- mee pregunto, tratando de confirma una información que parece no le había llegado.

-Si, es horrible las ganas que tengo de comer helado, hasta soñé con el, estoy desesperada.

-¿Que hora es?- Edward intento enderezarse para ubicar el reloj.- Bella son  las 02:30 de la mañana ¿donde pretendes que te saque helado de pistacho?

-Por favor, por favor, por favor.- dije con voz de niña pequeña mientras ponía carita de corderito a medio morir.

Edward no contesto nada, solo se enderezo de la cama mientras se talaba los ojos. Lo vi tomar los zapatos del piso antes de salir del cuarto con las llaves del auto en mano.

Podía sentir ya en mis labios el sabor del helado, frio y cremoso. Se me hacia agua la boca nada mas de pensar en comer una cubeta completa yo sola.

Me recosté en la cama, sabiendo que hasta que Edward no regresara con el helado no consiliaria el sueño.

Encendí la televisión y lo puse en el mínimo volumen para evitar despertar a alguien mas, mientras veía los comerciales de artículos de compra por tarjeta de crédito.

De repente en la pantalla, una sabrosa hamburguesa de Burger King se exhibía en sus aposentos y la boca se me hizo agua nada más de imaginarla.

De rente el helado paso a un segundo plano, y estuve tentada a marcarle a Edward para que no me trajera el helado sino una hamburguesa, pero me sentí mal por la hora en que lo había despertado y lo cansado que estaba el pobre.

Es que en definitiva yo estaba loca, como era posible que fuera tan bipolar para mandarlo a las 02:0 de la mañana a comprarme un helado de pistacho que ya ni quería, y aparte quería llamarlo para pedirle una hamburguesa que me tenia delirando hace dos minutos y que ahora me parecía hasta asquerosa.

Era una demente, estaba volviendo a Edward loco, entre los cambios de humos, los celos, este reciente ataque de antojos, ese asco repentino que sentía a veces porque me tocara, sin contar que de nada sentía que lloraría a mares, tenia que aislarme y pronto.

Estaba gorda, antojada, loca, cambiante, celosa hasta del aire que Edward respira, y aparte asqueada de una hamburguesa que hace minutos soñaba.

Sin poder evitarlo y para variar estaba llorando, desesperaba mientras estudiaba como había cambiado tanto. Yo no era así de bipolar, yo solía tener consideración con mi entorno.

Hice salir al pobre Edward a esta hora y prácticamente dormido a comprarme un helado.

Prácticamente dormido, podría tener una accidente de nuevo, podría morir, podría dejarme sola de nuevo con los niños, yo no podía quedarme sola por un helado.

Tome el teléfono y le marque a Edward para saber que no se había quedado dormido y un camionero ebrio se lo había levado por delante matándolo al instante.

Repico unas cuatro veces hasta que lo contestaron.

-Dime Bella.- contesto como molesto.

-Amor, soy una loca, te mando a comprar un helado a estas horas cuando estabas medio dormido, exponiéndote a un accidente, a un ladrón, a una tercera guerra mundial, a un meteorito, a Jane y que regrese por ti, a que te encuentres a Tanya...Dios Edward como pude ser tan estúpida.- estaba sollozando sin control mientras dejaba escapar como loca una palabra tas otra, al mejor estilo Alice.

-Amor calma, estoy acostumbrado a manejar a cualquier hora de la noche prácticamente recién levantado, te recuerdo que soy medico. Por favor respira profundo y deja de llorar, estoy bien, Jane no va a venir por mi, Tanya no esta en esta ciudad, no hay lluvia de meteoritos, no va a ver tercera guerra mundial y por ultimo y si las dudas, ningún alíen me va a raptar por haber salido a buscar una helado a mi antojada esposa, quien por cierto ya no quiere helado y menos de pistacho ¿cierto?

-¿Como lo sabes?

-Es normal que ahora pienses en el helado como algo asqueroso aunque hace unos minutos los deseabas con fervor. De todas maneras y por si acaso aun estoy fuera de casa, en un súper 24 horas de Forks, así que es ahora o nunca ¿Quieres algo? - visualice diferentes cosas, antes de antojarme de algo.

-Papas fritas, muchas, todas las que puedas traer.- dije desesperada mientras el reía.

-Bien te llevare papas fritas y un medicamento para el vomito.- soltó como quien no quiere la cosa.

-No voy a vomitar las papas, ya pase esa etapa.- conteste molesta.

-Esta bien.- su voz era como tratando de insinuar que estaba loca pero lo ignore.

Treinta minutos después....

Estaba con la cabeza clavada en el escusado, dejando escapar de mi cuerpo todas las papas que unos 5 minutos antes había consumido.

Pensé que ya había terminado e intente incorporarme, antes de volver hacia el escusado a seguir vomitando, mientras Edward me sostenía el cabello y me frotaba la espalda.

-Que asco, nunca mas vuelvo a comer papas.- dije mientras me lavaba la boca y me estrujaba los ojos.

-Chicos ¿están bien?- se escucho la voz de Esme desde afuera del cuarto.

-Si mama, solo que a Bella le cayo mal algo.- contesto Edward.

-¿La cena?- pregunto se madre.

-No mama, unas papas que me hizo comprarle, estaba antojada. Por cierto ¿podrías hacernos un favor?

-Claro hijo dime.

-Le traes un vaso de agua, le voy a dar una pastilla para la revoltura estomacal que le compre con las papas.- se rio un poco al final de la frase.

-¿Lo sabias?- indago Esme

-Claro mama, es normal que cuando se antojan así de algo les de asco, a lo mejor antes de comérselo o después, pero al final siempre les da asco y lo terminan vomitando.

-¿Por que se lo diste entonces?- Esme me quito la pablara de la boca.

-Porque si no nadie en esta cas iba a dormir con el antojo e la señorita.- se rio del comentario.

-Bien iré por el vaso de agua, recuéstala para que recupere fuerzas.

-Esta bien.- me tomo de la mano y salimos del baño incorporado de su cuarto para recostarnos en su cama.

-Eres un tramposo, lo sabias.- lo acuse.

-Te dije que eso pasaría, pero cuando se trata de antojos es mejor complacerlos aunque se sabe que terminaran en las aguas negras.-el en definitiva estaba mas que divertido con todo esto.

-Ja, ja.- fingí reírme.- Muy divertido Edward.

-Ya no pelees conmigo, sabes que tengo la razón, además ya paso el antojo y el vomito.

A lo poco llego Esme con el vaso de agua. Edward me dio una pastilla, porque era la dosis justa para el embarazo y después  se recostó en la cama a ver conmigo anuncios que pasaban a estas horas de la noche.

A eso de las 4 de la mañana me di cuenta que estaba viendo los comerciales sola, porque Edward se había quedado dormido, abrazando a mi, a nosotros.

Definitivamente, nada mejor para mí misma y mi bipolaridad que Edward.

Chicas quiero agradecerles un millón por la cantidad de visitas a mi fanfic recién alcanzadas, y también por cada voto que dejan y por acompañarme en cada capitulo de esta locura.

 Tengo que admitir que nada de lo que he escrito estaba planificado, todo se ha ido construyendo sobre la marcha, y me alegran mucho los resultados porque al parecer a ustedes les gustan.

 Esta capitulo va dedicado a todas y cada una de las personas que me leen, dejen comentarios o no y voten o no, solo por leer me hacen feliz y eso me ayuda a seguir.

  Por supuesto siempre hay una dedicatoria en especial y esta va a Zhari y Yirla, quienes me han apoyado mucho en este proyecto y mi versión de continuación de amanecer y en cada idea loca que tengo.

 Gracias por todo y gracias por irme acompañando en esto que denomino la consolidación de mis sueño en su recta final.

 Por si las dudas y disculpen la cadena, a cada persona que me quiera escribir una mensaje privado, pueden hacerlo sin ningún miedo a que no les conteste porque cuando lo vea inmediatamente lo contestare, no olviden que nosotros como escritores nos debemos a ustedes.

 Ahora  si me voy...gracias una vez mas…