Definitivamente algo en mi cuerpo era diferente. Todo me lo quería comer, estaba engordando a grandes pasos, sin contar las noches de llanto por las películas románticas que recordaba por el insomnio.
En toda la semana no había logrado escaparme de Edward, o de la familia y sus preguntas de la boda.
-La boda.- me dije en voz alta mientras caminaba por los pasillos de la farmacia de Forks. Estábamos a horas del nuevo año, y yo vagaba por la farmacia en brusquedad de una prueba de embarazo que me enviara directo a un nutricionista para solucionar mis problemas con la comida y las hormonas. En definitiva esto que tenia no era un embarazo, no, esto era una locura corporal.
Sabia que me tocaría un gran regaño, porque Edward despertaría y no me encontraría. Pero, aunque odiara dejarlo solo, mi único momento para venir aquí, sin darle esperanzas erradas, era mientras el dormía.
-Calma.- salí de la farmacia hecha una maraña de emociones. Quería llorar, queria correr, me sentía como perseguida por el mundo.
Al llegar a la casa, Esme preparaba el desayuno junto a mi madre.
-¿Donde estabas Bells?- pregunto con ternura mi madre desde la cocina. ¿Que le diría? invente lo primero.
-En casa.- su expresión fue extraña, pero luego pareció creerme
-Bien.- fue todo lo que contesto Camine hasta el baño de la tercera planta, decidida a terminar son la incertidumbre.
-Bien Bella, ahora o nunca.- gire la perilla del baño, y entre. Estaba decidida a sentirme feliz por cualquier resultado que arrojara la prueba.
Frente a mi, Alice y Rose me arreglaban el cabello y el rostro. Alice había insistido en que para año nuevo usara ropa nueva, así que compramos un vestido, que para ser sincera me hacia ver mas gorda.
-Bella te ves hermosa.- dijo Rose, fingiendo detener una lagirma en su lagrimal
-Gracias Rose.- alguien llamo a la puerta y las tres contestamos al mismo tiempo.
-Chicas liberen a mi prometida.- dijo Edward en la puerta. Estaba usando un pantalón negro con una camisa blanca y una corbata roja sangre. Casi me atragante al escuchar la palabra "prometida" de sus labios, refriéndose a mi. Instantáneamente me lleve la mano a cuello, buscando el collar que me había regalo, como símbolo de nuestro compromiso. Las chicas refunfuñaron pero decidieron salir.
-Faltan apenas 2 horas para que termine el año.- me susurro al oído, abrazándome.
-Apenas quedan 2 horas de todo un año de emociones.- le conteste sin separarme de el.
-Este sin duda ha sido mi mejor año.- afirmo.
-A mi no me parece tan bueno. Pasaron dos cosas que no me hicieron nada feliz.- me separo de el y me miro extrañado.
-Se fue Jacob. Yo lo amaba, eso me afecto y me afecta aun. Y tu casi te me escapas, y eso me hizo vivir uno de las peores experiencias de mi vida.- las lagrimas amenazaban en mis ojos, hasta que no pude reprimirlas mas y se escaparon.
-Ya bonita, no llores.- me estrecho contra el con mas fuerza.
Bajamos agarrados de la mano. La familia ya estaba abajo más que lista haciendo bromas y demás.
-Miren quienes llegaron, los enamoraditos.- dijo Emmet mientras reía.
-Me siento diabético de tanto amor.- continuo Jasper, antes de que Alice le diera un codazo.
-Silencio ambos.- exigió Esme.- Vamos a sentarnos a comer falta muy poco para el nuevo año.
Al terminar de cenar, Esme declaro que diríamos nuestros deseos para el nuevo año.
-Yo espero que los negocios sean mejores.- dijo Emmet.- Y también tener mucha salud.- continua al ver la expresión de madre.
-Yo espero que la familia se mantenga unida, y que en nosotros reine la felicidad.- dijo Carlisle.
-Yo espero que mis niños crezcan y se vuelvan mejores día a día.- dijo Esme al borde del llanto.
-Yo espero un sobrino.- dijo Alice.
-Yo espero un hijo.- contesto Jasper.
-Yo espero lo mejor para mi hijo y un amor saludable con mi esposo.- hablo Rose.
-Yo espero...- ¿Que iba a decir?- Que nos acepten.- fue lo único que se me ocurrió.
-¿A quienes?- pregunto Emmet.
-Básico tonto, a Edward y Bella.- dijo Alice.
-Siempre los aceptaremos.- contesto Esme con ternura. Todos nos volteamos y vimos a mi madre, que aun no deseaba nada.
-Yo espero...que mi hija sea feliz.- de nuevo las lagrimas estaban presentes.
-Gracias mama.- conteste.
-Bien, que comience la cuenta regresiva.- musito Alice. Todos nos pusimos de pie y nos acercamos, listos para felicitarnos. Hicimos la cuenta regresiva mientras mis nervios aumentaban. Cuando llegamos a cero, abrace a Edward, lista para lo que se venia.
-Feliz año mi Roma preferida y única.- susurro mientras me abrazaba con fuerza.
-Edward tengo que decirte algo.- le conteste.
-¿Que pasa cielo?- me alejo un poco para ver mi rostro, mientras el resto de la familia gritaba y se abrazaban. No quería verle la cara, sentía que no podía así. Lo abrace de nuevo y escondí mi rostro en su pecho.
-Edward ya no somos solo tu y yo.- le dije sin pensarlo.
-¿De que hablas Bella?- se le escuchaba confundido y a la vez extrañado. Me puse de puntitas para susurrar en sus oído.
-Estoy embarazada.- al instante me tomo por los hombros y me alejo de el. Estaba preparada para que me insultara o lo que fuera, pero solo me miro con una gran sonrisa.
-¿En serio?- pregunto.
-No estoy muy segura, solo se lo que me dijo la prueba casera hoy, pero imagino que si.- conteste con sinceridad.
-Te amo.- contesto mientras me abrazaba con más fuerza.
-Libera a Bella.- susurro Emmet cerca de nosotros. Me sentía tan feliz, que me voltee y me tendí en sus brazos, mientras lloraba.
-¿Que le hiciste?- pregunto juguetón Emmet.
-¡VOY A SER PAPA!.- grito Edward haciendo que todo la sala se paralizara y Emmet me estrechará mas.
-¿En verdad hermanita?- me pregunto Emmet.
-No lo se, yo creo, si.- conteste confundida. El me separo un poco para colocar su mano en mi vientre.
-Bienvenido a la familia pequeño.- dijo mientras hacia círculos en la casa de mi hijo.
|