Bella despierta, Edward quiere verte.- una chispita se encendió dentro de mi al escuchar que Edward quería verme. O sea que no lo había soñado, Edward si había despertado. Abrí lo ojos, y como siempre estaba en la sala de espera de cuidados intensivos. Ubique el reloj y pude ver que eran las 10:30. También pude ver a una doctora que caminaba desesperada por el pasillo.
-¡Tanya!- grito Alice una vez que ubico a la chica que caminaba hacia nosotros.
-¡Demonios! Odie mis vacaciones, no me entere de nada de lo que le paso a mi Ed. Acabo de hablar con Jessica y ella me contó. ¿Como esta?- Era alta, de cabellos rojizos y ojos miel.
-Tranquila Tanya. Edward esta bien, la inflación a cedido un poco, así que le permiten estar despierto por cortos periodos de tiempo. Ahorita de casualidad esta despierto.- Tanya camino hacia la caseta de enfermería y regreso de allí con una carpeta. Comenzó a hojear las paginas.
-Bella cariño, Edward se esta desesperando.- dijo Esme desde la puerta de su habitación. No pude evitar reírme ante el comentario.- Tanya querida, tenia tanto tiempo que no te veía.- le sonrío a la chica.
-Suegrita.- ¡¿QUE?!. ¿Como que "suegrita"?. El corazón se me acelero al instante.
-¿Cariño porque no pasas a ver a Edward?, junto con Bella.- pregunto a Tanya sonriéndole.
-Bella, ella es Tanya, la novia de Edward. Tanya ella es Bella, mi mejor amiga y la mejor amiga de Edward.- le tendí la mano a Tanya sintiendo el corazón salirse de mi pecho.
-Hay Alice no digas esas cosas, yo no soy su novia, terminamos hace algunas semanas. Un placer conocerte Bella, Edward me hablaba mucho de ti.- me obsequio una sonrisa.
-Bella, Edward amenaza con pararse de la cama y venir a buscarte.- sonreí ante la idea, y camine hasta la habitación. Edward me recibió con una hermosa sonrisa, mientras sacudía teatralmente las manos en el aire.
-Hola Roma.- me dijo una vez que me acerque a el. ¿Roma? ¿Esa de donde salio?...
-Hola.- no supe que decir, y el comenzó a reírse, antes de retorcerse del dolor.- Edward no lo hagas por favor.- puse mis manos en su pecho, para tratar de consolarlo.
-Lo siento.- en eso entro Tanya a la habitación.
-Hola mi Eddy.- dijo sacándome de mis casillas
-Hola bonita, ¿cuando llegaste?.- me voltee a ver a Edward, y creo que mi expresión debió ser muy buena, porque se le formo una automática sonrisa.
-Llegue ayer. Acabo de hablar con Jessica y me dijo que estabas aquí arriba, que habías tenido un accidente. Para la próxima, te agradecería que me avisaras cuando vas a pasar por cuidados intensivos.- las risas fueron obvias en los dos. Sentía que me desplomaría en el sitio al verlos tan felices.
-Ya vengo.- susurre, caminando hasta la puerta.
-Tanya, ¿me regalarías unos minutos a solas con Bella?. Ha estado aquí desde hace como un mes cuidándome, y ayer no le pude agradecer.
-Claro mi Eddy, nos vemos en un rato.- pude notar las tristeza en sus ojos, pero no me importo mucho, para ser sincera.
- Feliz cúmplenos mi Roma.- ¿Como sabia que ya había pasado mi cumpleaños?..¿y que demonios se traía con eso de Roma?
-Gracias.¿Como sabes que ya paso?
-Alice me estuvo contando como estuvieron las cosas. Me dijo que mentiste en tu trabajo, que dijiste que tu mama estaba enferma, para que te dieran el permiso para quedarte aquí. También me dijo que me cantabas todos los días. Y aparte me contó que pasaste tu cumpleaños sentada al lado de mi cama, llorando.- sentí que las lagrimas se agolpaban en mis ojos, listas para delatarme.
-¿Por que lloras?.- me pregunto preocupado.
-Yo…Yo...pensé que morirías. Pensé que no te volvería a ver despierto, sonriendo...pensé.- no pude seguir hablando, las lágrimas se apoderaron de mi, acompañadas de sollozos.
-Tranquila mi Roma, todo esta bien. Mírame.- con su mano buena levanto mi rostro.- Estoy aquí Bella. No me iré a ningún lado sin ti. No te dejaría sola nunca. Siempre juntos.- cubrí mi rostro con las manos para esconder las lagrimas.
-No puedo con esto Edward. Lo siento pero no puedo ser tu amiga, no lo soporto. Estoy inmensamente feliz de que estés bien, pero tu indiferencia me esta matando. Creo que lo mejor será que me vaya, y retome mi vida.
-¿Tienes alguna idea de por que te digo Roma?.- me pregunto sonriendo.
-No tengo ni la minima impresión.- respondí algo molesta.
-Roma al revés es amor. No te puedo decir mi amor, porque entonces eso iría en contra de tus condiciones. Se que voy a parecer desesperado, y hasta inmoral, pero ya no me importa si es a escondidas o públicamente. Te amo mas de lo que puedo resonar.- no sabia si reírme, llorar o saltarle encima, aunque la ultima era demasiado improbable.
-Yo me canse del escondite. Podemos decirle a quien quieras. Es mas podemos comenzar por tu amiguita, que me saca la piedra.- logre arrancar una sonrisa de su rostro.
-¿Estas celosa de Tanya? Te recuerdo que ella fue la que me termino.
-Como sea, me molesta ella.
-Pequeña celosa.
-Tu pequeña celosa que es diferente.
-Tienes razón, mía.- al menos algo bueno había sacado de esta estancia en la clínica, había conseguido regresar con Edward, y ahora nadie lograría que me separara de el, sin importar lo que dijera el mundo entero.
|