-¡Hermanita!.- Emmet me tenía abrazada de una manera que me estaba quitando el aire. Esta mas que feliz por la idea de Edward de que estas fiestas las pasáramos juntos. Alice ya casi me había matado del abrazo, mientras que Jasper simplemente me beso la mejilla, y Rose muy dulcemente me abrazo. Esme y Carlisle como siempre con abrazados calidos me recibieron en su casa y mi mama estaba contenta de que pudiéramos pasar unos bonitos días, estaba algo preocupada por el hecho de que este año no estaría Jacob.
-Emmet sabes que te quiero, pero en este momento necesito que me sueltes.- le susurre, rogando que me bajara. Me deposito en el suelo no si antes besar mi mejilla.
-Yo también te quiero.- todo estaba genial, excepto por el detalle de que por ningún lado veía a mi enfermito amado.
-¿Y Edward?.- pregunte.
-¿Ya lo extrañas?- me susurro Alice, tan bajito que estoy segura que solo yo la escuche. Cuando me voltee para encararla y preguntarle con la mirada de que se trataba, me sonrío y me guiño un ojo.
-El salio al pueblo. Tenia un asunto que arreglar que tiene que ver con navidad.- me dijo dulcemente Esme.
-Vamos Bella, te mostrare tu cuarto, y hablaremos de algo.- Alice me tomo de la mano y corrimos escaleras a arriba. Subimos hasta el último piso. Habían tres puertas en este piso, y mucha entrada de luz.
-El cuarto de Edward.- señalo la habitación que se ubicaba al cruce de izquierda de las escaleras.- El baño.- señalo la puerta de la derecha.- Tu cuarto.- señalo la puerta de enfrente. Abrió la puerta, y nos encontramos con un cuarto bastante amplio, de color blanco, con un hermoso piso de madera de roble, y una perfecta alfombra amarillo pastel en el centro de la habitación. La cama era matrimonial, y estaba pegada a la pared izquierda. Todo era más que perfecto.
-Bella te puedes acomodar como quieras, o si lo prefieres te puedes quedar con Edward, como te guste.- vi la sonrisa traviesa en su rostro.
-¿De que se trata Alice?- le pregunte agitando las manos.
-Bella, mi hermano siempre ha estado enamorado de ti. Yo siempre guarde el secreto, porque es mi hermano, es mi código de defensa familiar. Ahora me hace sentir feliz que el es feliz.- Alice era sincera en sus sentimientos. Ella sabía la verdad.
-¿El te lo contó?- pregunte lo obvio
-Tranquila, solo lo necesario. Veo que el amor te afecto porque, no te ofendas, estas algo mas gordita.- se río nerviosamente mientras decía esto.
-Oh por Dios, si.- Alice salio mi cuerpo dejarme sumergida en un mar de pensamientos. Ella lo sabia, pero al parecer no le importaba. En ese momento la pregunta de oro llego a mi cabeza: ¿Donde estaba Edward?
-¿Me extrañas?- escuche esa voz que me volvía loca, y que me avisaba que mi gran delirio estaba cerca. Sentí sus paso, y luego sus brazos alrededor de mi cintura.
-Mucho.- me voltee en sus brazos y lo bese. Era tan feliz mientras que estaba entre sus brazos. Estando con el, todo era mejor, la vida pasaba mas lento, y la realidad, por mas cruda que fuera, se transformaba en algo mas.
-Emmet quiere que hagamos un karaoke para celebrar esta reunión familiar.- me susurro en los labios.
-No canto.- dije
-No me importa.- contesto.
-A mi si.- le recrimine.
-Olvídalo Bella, igual vas a cantar.
Edward tenia razón, igual iba a cantar. Estábamos todos abajo, sentados en los sillones de la sala, viendo a Emmet y Rose cantar las viejas baladas en ingles.
Cuando a Edward le toco cantar, nadie esperaba que cantara esa canción tan pegajosa, pero poco normal en Edward.
No me preguntes por qué a veces la nombro por casualidad y es que aún la recuerdo y es que aún llevo dentro su forma de amar. Una razón para tí me pides motivos y una explicación para no desterrarla ahora y para siempre de mi corazón.
Yo soy así, y seguiré vagando errante por tu piel yo no podré dar todo de mi mientras que olvide a esa mujer.
Y sigo esclavo de sus besos y sigo preso de mis miedos hemos llegado a un punto de inflexión en el que ésta obsesión está apartándome de tí. Y sigo esclavo de sus besos y sigo preso de mis miedos y sigo sin saber por qué razón ella sigue en mi interior en nuestro punto de inflexión. Y sigo esclavo de sus besos.
No hay quien controle al amor de hecho te quiero como a nadie más pero a veces es ella la que me derrumba mi seguridad.
Yo soy así, y seguiré vagando errante por tu piel yo no podré dar todo de mi mientras que olvide a esa mujer.
Y sigo esclavo de sus besos y sigo preso de mis miedos hemos llegado a un punto de inflexión en el que ésta obsesión está apartándome de tí. Y sigo esclavo de sus besos y sigo preso de mis miedos y sigo sin saber por qué razón ella sigue en mi interior en nuestro punto de inflexión. Y sigo esclavo de sus besos.
-¿Quien será esa mujer que tiene a mi hermano de esclavo?- pregunto Emmet en cuanto Edward se alejo del micrófono, y se sentó con nosotros.
-Pronto te respondo esa.- me miro y me guiño un ojo. Si el iba a enviar mensajes indirectos en las canciones, yo también lo haría.
-Bella, vamos, queremos escucharte.- dijo mi madre.
Si se fue yo no se bien aun me resigno a no entender que pasa noches ya sin el como antes de que fuera mio definitivo yo no se una semana y sera un mes que pasan dias sin que muera suspirando en el vacio
y ya no quiero ser tan debil como el viento cuando la tormenta se ha ido que ya no sopla y esta frio uhooooo sin tu calor
*no te pido que traigas flores tampoco que me des bombones yo solo quiero una caricia que me digas que tu me quieres no te pido que te confieses ni que prometas ni que rezes yo solo quiero que me digas que no hay mujer que mas admiras*
Ay Diosito.....!!.....
Aja
Tal vez se nos fue el amor por la puerta en donde entro quizas en algun descuido se escapo sin darnos cuenta definitivo este dolor que me condena y me lastima sera la suerte quien decida si me mejoro o me domina
y ya no quiero ser una hoja de papel que se escribe dia a dia solamente con tu tinta uhoooo te digo mi amor
A mi me da pena contigo pero es asi de sencillo ganar de nuevo mi afecto que mi amor ya tiene un precio a mi me da pena contigo noche tras noches conmigo se que nunca fue perfecto pero mi amor ya tiene un dueño
-Ya entendí el mensaje, no flores, no bombones y no confesiones. Definitivamente te admiro.- me susurro al oído Edward una vez que me senté a su lado. Fue tan bajito que solo yo le entendí.
-No sabia que eres esclavo de mis besos.- le dije para rebatirle.
-¿Que te hace pensar que eres tu?- se río de mi expresión de sorpresa
-Me equivoque.- hice un puchero.
-Y mucho.- todo la familia contó y nos reímos con los temas que cada uno canto. Hubo canciones tontas, como hubieron unas con un mensaje detrás, o con una dedicatoria.
Después de todo, nos despedimos entre nosotros y subimos. Edward y yo estábamos en el mismo piso, solos. La idea de dormir con el nació en mi mientras llegaba a la puerta de mi cuarto.
-Adiós Roma.- susurro Edward, besando mi cuello.
-Adiós vida.- me deje envolver por la sensación de estar cerca de el. Luego abrí la puerta, y me cambie de ropa. Cuando me acosté en la cama, me deje llevar por el sentimiento de que estaba conviviendo con una verdadera familia. Solamente estando con mi madre, no formaba una sólida familia. No tenía hermanos, mi padre no estaba más, así que la familia no existía. Los Cullen siempre había estado conmigo, desde siempre me dije hermano- hermana con Emmet, y Edward y Alice también había sido muy especiales. Esme y Carlisle fueron mis otros padres, pero ahora era que me sentía mas parte de la familia. Siempre me acogieron, siempre me hicieron sentir parte de su familia, pero nunca me había sentido tan Cullen como hoy, cuando delante de todos ellos cante y compartí emociones. Hoy había descubierto que así se sentía tener una familia.
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