-Necesito pasar por la oficina, si no es mucha molestia, es que tengo proyectos pendientes.- el silencio en el auto de Edward era incomodo. Debía adelantar el trabajo que había dejado pendiente en navidad cuando viaje a Forks. Había regresado ya a mi casa en San Francisco y con eso a mi vida normal. Edward aun seguía de tiempo libre por su accidente, así que decidió venir conmigo hasta el próximo mes cuando debía regresar a Houston. Entre mis planes estaba pedir cambio a la sucursal a esta ultima ciudad, para así estar juntos.
-Claro que no, pasaremos por allí. Por cierto, ¿A quien le diremos primero?- la luz roja le permito verme para sonreírme.
-A quien te quieras.
-Aun estoy sorprendido, si planifique tener hijos, es mas, lo pensé siempre contigo, por eso estuve mas que feliz cuando supe que estabas embarazada, pero nunca pensé que fuera a pasarnos esto.- se reía solo mientras meditaba el asunto
-Yo tampoco lo pensé, ni cuando lo planifique ni cuando quede embarazada, es increíble.- mi voz se había tornado muy feliz, mientras imaginaba el abanico de posibilidades que se abrían para nosotros.
-Increíble.- repitió el.
Entre a mi oficina, intentando evadir a Alice.
-Cuñadita, ¿Y mi sobrino?- pregunto denotando que no había logrado pasar desapercibida.
-Hola Alice, bien, aunque no me deje comer mucho que digamos y por supuesto eso le amargo un poco la vida a tu hermano.- conteste mientras merodeaba por mi escritorio buscando todo para adelantar esta noche el proyectó que sabia que debía entregar mañana.
-¿Como les fue en el medico?- pregunto apartándose un poco para darme especio para pasar hacia un pequeño armario de papeles.
-Bien, el medico dejo que todo el triplemente perfecto.- sonreí al entender solo yo el sentido de la frase.
-¿Triplemente?
-¿Por que no vienes a mi casa hoy? Comes con nosotros, interactúas con tu hermano, y así te cuento el enigma de la consulta.- recordé que Edward me preguntaba a quien le diríamos primero, y yo ya estaba decidida a que seria Alice.
-¿Puedo invitar a mi esposo?
-A mi cuñado, claro.- respondí con una sonrisa.
-Bien, aun no me puedo ir, debo trabajar, así que paso por mi casa, me encuentro con Jasper y entonces voy a tu casa ¿Te parece?- lo explico todo con rapidez
-Si, perfecto. Ahora me voy, debo trabajar.- ya había notificado mi estado, y había pedido el día libre para ir al medico, a sabiendas de que el trabajo seguía pendiente, sobre todo un proyecto para mañana, que en realidad debí terminar en navidad.
Entre en el carro agitada y con el estomago revuelto.
-¿Estas bien princesa?- escruto Edward mientras acariciando mi mejilla.
-Si amor, por cierto invite a Alice y a Jasper a comer hoy para contarle lo que nos dijo el medico, será la primera.- le sonreí
-Amor ¿Que nombres has pensado?- Edward rompió el silencio cuando estábamos cerca de llegar a la casa.
-Bueno, siempre quise tener una niña y ponerle Gabriella.- conteste bajándome del carro mientras el sostenía la puerta.- ¿Y tu?
-Me gusta Elizabeth.- tomo mi mano en el umbral de la puerta
-Es hermoso
Antes de ponerme a trabajar, tome una refrescante baño y me deje envolver por ese perfecto olor a fresas de mi champú, que desde pequeña, jamás había cambiado.
Mientras el agua corría por mi cuerpo, acaricie mi vientre, soñando con comenzar a sentirlo hinchado y en movimiento. Esperaba con ansias la consulta del próximo mes, porque ya tendría una pancita agradable que presumir.
Un perfecto olor a pasta embriago mis sentidos mientras bajaba las escaleras.
-Huele delicioso.- exprese abrazando por la espalda a mi esposo cocinero. En un repentino momento, ese olor tan delicioso a pasta y salsa, mi comida favorita, se volvió repulsivo y hasta nauseabundo.
-Oh por Dios.- las nauseas estaban presentes, mientras luchaba por no vomitar en medio de la cocina.
-Amor ¿Estas bien?- me pregunto Edward tomándome del brazo para evitar que me fuera abajo victima de las nauseas y el mareo.
-Tengo unas nauseas horribles.- conteste corriendo fuera de la cocina.
Alice, Jasper y Edward comieron pasta, mientras que yo comí restos de lasaña de la noche anterior.
-Bueno hermanito, ¿Que tal les fue en el medico?- Alice rompió el silencio de la comida.
-Bueno Alice, tengo que decirte que nos dieron una noticia única, que nunca nos esperamos.- comenzó Edward, mirándome para que continuara
-Alice sujétate de la silla. No es un sobrino, son mas.- deje la duda en el ambiente.
-¿Emmet también esta esperando bebe?- pregunto con inseguridad.
-Son trillizos.- solté de pronto.
-¡¿QUE?! Mentira, me estas engañando.
-No te estamos engañando Alice, son tres.- afirmo Edward mientras se levantaba de la mesa. Regreso a ella con la computadora portátil y un CD en la mano.- Aquí están todas las imágenes de la ecografía, tal ves no las entiendas, pero yo te puedo explicar.- la fotos comenzaron a pasar mientras Edward le explicaba a Alice a Jasper que partes de la imagen en blanco y negro eran los embriones.
-Felicidades Bella, este algo único.- me dijo Jasper, separándose de Alice, quien se mantenía feliz junto a Edward.
-Gracias Jasper
-Como quisiera estar en el lugar de Edward.- dijo de repente.
-Eso debe estar por allí, esperándote. Cuando menos esperas las cosas, pasan. Ni Edward ni yo lo esperamos, y mira, son tres.- reímos al mismo tiempo mientras observábamos a Alice reír junto a Edward.
-Voy a tener tres sobrinos, tengo tanto que pensar. ¿Que nombres han pensado?- pregunto Alice mientras enterraba su rostro en el pecho de su hermano, producto de su amoroso abrazo.
-Edward quiere que una de las niñas se llame Elizabeth y yo quiero que una se llame Gabriella.
-Serán niñas las tres.- afirmo con determinación Alice.
-Exacto.- conteste.
-Yo voto por dos niñas y un niño.- comento Jasper
-Serán niños los tres.- se metió Edward.
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