En el momento en que entramos a la fiesta, nos dimos cuenta que la parte melosa ya había pasado, que ahora la fiesta estaba mas que activa. La música electrónica retumbaba en el lugar, mientras la novia disfrutaba el baile con su esposo. De repente un cambio drástico en la música hizo que todos volvieran a la pete melancólica. Comenzó a sonar una música bastante lenta, habiendo que todo el mundo se agrupara en parejas.
-¿Bailamos?.- me susurro Edward al oído mientras me abrazaba por al cintura.
-Claro.- adoraba el baile, mas que cualquier cosa en la vida, es mas si tuviera mas tiempo tomaría clases de baile para siempre estar en contacto con esa pasión.
Edward era un excelente bailarín, por demás de los sentimientos encontrados que fluían entre nosotros mientras bailábamos. Por momento nos acercábamos tanto que parecía que nos íbamos a besar, pero yo no estaba dispuesta a tanto en público. Sin darnos cuenta, la música termino, y nos toco sentarnos.
-Te amo, eres la mujer mas hermosa que he conocido en mi vida.- me susurro de repente Edward al oído mientras caminábamos para sentarnos. Simplemente le sonreí, era obvio que no tenia ni idea que decirle.
La noche fue avanzando, y tuve la oportunidad de conocer a Giovanna la novia, y Stefan el novio, además de muchos amigos y colegas de Edward. Por supuesto para todos era la amiga desdichada de Edward que el no podía dejar sola porque corría peligro de suicidio, y otras locuras que invito para que pareciera creíble que me había traído a mi su amiga, y no a alguna de sus conquistas.
Hubo un momento en el que me di cuenta de que Edward estaba loco por salir corriendo a compartir con sus amigos, por los cual que le ofrecí que fuera, que yo estaría bien, pero el insistió en quedarse conmigo, hasta que llego un mujercita que llegue a odiar sin saber su nombre.
-Mi Edward, vamos a bailar corazón.- le dijo la mujer, de estatura mediana, ojos azules, cabellos rubio ondulado.
-Lo siento Jessica, pero vine con alguien.- le contesto Edward en el tono mas educado que pudo.
-¿No se supone que es nada mas tu amiga?.- el tono en que dijo "amiga" me estaba molestando enormemente. Sentí que me levantaría y le daría una bofetada, pero no podía hacer semejante espectáculo.- Si es por no dejarla sola, yo te resuelvo eso.- la rubia se voltio y le hizo señas a un joven de ojos azules cabellos claro, alto y de un tono blanco- rosado muy propio de esta zona del país. Vi como el hombre camino hasta llegar al lado de Jessica.- Disculpa, amiguita de Edward.- en el momento que trato de llamar mi atención por ese apodo sentí que ahora si le daría una bofetada, pero de nuevo me contuve y me voltee para encararla. Antes de encontrarme con los ojos de Jessica, pude ver a Edward riendo a carcajadas por mis reacciones. ¿Con que quería jugar?. Pues jugaríamos los dos.
-Hola, soy Bella, la amiguita de Edward
-Hola Bella, el es Mike Newton, es un apuesto dermatólogo, es muy inteligente y parece que tienen mucho en común. Eso es lo que tu necesitas, un hombre que te ayude con la depresión, y no conozco uno mejor.- Jessica tenia un tono de voz aun mas chillón mientras se dirigía a mi. Creo haber entendido que Edward decía: "yo si", pero lo ignore.
-Hola Mike, soy Bella, soy decoradora de interiores, no se si tengo algo en común contigo pero no importa, y adivina que, me encanta el reguetón y sobre todo la canción que esta sonando, así que andando.- tome la mano de Mike sin siquiera voltear a ver a Edward, y me lo lleve a la pista de baile. A lo poco, pude divisar a Edward bailando ya muy animado con Jessica. Estaba tan embelesada viéndolo que se me había olvidado Mike.
-Entonces, ¿Bailamos o los miramos?.- me pregunto.
-Bailamos.- Hacia tanto tiempo que no había conseguido una buena pareja para bailar reguetón, estaba mas que feliz con Mike, y mas que con el, con las cara de Edward al verme bailar de lo mas desinhibida con el "extraño" colega. De todas maneras el también lo estaba haciendo, lo que es igual no es trampa o ¿Si?.
Pasaron alrededor de 2 canciones y media, antes de que perdiera a Edward de vista, dejando a Jessica sola en la pista.
De un momento a otro alguien me jalo por el brazo, separándome de Mike, de quien estaba demasiado cerca, ni siquiera me había dado cuenta cuan cerca.
-¿Que demonios intentas Isabella?.- grito Edward, haciendo que todos se voltearan a verme.
-Hey ¿Que pasa Edward?, es solo tu amiga, además ella sabe cuidarse sola, no le pienso hacer nada.
-Es que ese es el problema, que no es mi amiga, es mi novia grandísimo...
-¡Basta!.- grite antes de que Edward dijera una barbaridad.
-¿Por que me haces esto Isabella?. ¿Por que bailas con el?.
-Edward por favor que te guste no te da derecho a inventar que es tu novia.- dijo Mike mientras reía entre dientes
-No lo invento, ella es mi novia.
-¿Eso es cierto Bella?.- me pregunto Mike, en medio del bullicio de voces. No podía decir que si, había reconocido muchos rostros de personas con quienes trabaje alguna vez, y sabían de mi matrimonio con Jacob. No podía exponer allí, que a tres semanas de su muerte salía con Edward Cullen. Todos los ojos me miraban en ese momento. Entre los rostros pude reconocer a la Sra. Weber, había trabajo con ella en repetidas ocasiones en su casa, es mas ella había ido a mi boda con Jacob y conocía a Edward desde esa ocasión, y desde entonces era su paciente. Era obvio que sobraban las declaraciones amorosas en ese momento.
-¿Y bien?.- pregunto Mike.
-No Mike, Edward no es mi novio, es mi amigo, a lo mejor le gusto y por eso lo dice, pero para mi el es mi amigo.- instantáneamente fije mi vista en la Sra. Weber, quien sonreía ahora, en señal de estar mas tranquila. Al devolver la mirada a Mike, me encontré con la Edward, por su mejillas corrían unas lagrimas traicioneras.
-Es verdad no soy su novio, solo soy un tonto enamorado, que lo único que sabe hacer es dejarse llevar por los sentimientos, y mira como termina.- Edward se volteo y comenzó a caminar hacia la salida con la cabeza baja y las manos vueltas puños. Salí corriendo detrás de el, como iba caminando no fue fácil alcanzarlo.
-Edward tenemos que hablar.- le dije caminando a su lado.
-No te me acerques más Isabella, no quiero saber de ti. Si no querías nada conmigo no hacia falta que me lo restregaras bailando con Mike, o haciéndome pasar el ridículo que pase delante de todos. Si aun por lo menos como amigo me quieres, no te me acerques.- la voz de Edward había dejado de ser la dulce voz con que me refugiaba, ahora el cortante, y no me permitía encontrar refugio. Me detuve en seco ante la puerta, para verlo salir por ella, sin siquiera voltear a verme. Había cometido el peor error de mi vida, me había dejado llevar por el que dirán y ahora la persona de quien más me importaba la opinión estaba al volante de un auto con un camino incierto.
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