Nunca pensé pasar el 10 de septiembre en un avión, con los ojos hinchados del llanto, y pegada al teléfono de Alice, y al mío, esperando que Esme o Carlisle llamaran para avisarnos algo.
No podía evitar dejar vagar mi mente, generándome hipótesis de una vida sin Edward. No se que seria de mi sin la sonrisa de Edward. O sin sus frases sarcásticas, o sin sus hermosos ojos verdes, o sin sus caricias. ¿Que iba a hacer yo sin mi amigo, sin mi Superman, sin mi novio, sin el amor de mi vida, sin parte completa de mi vida?
La muerte representaba para algunos, el inicio de un nuevo camino de tranquilidad y encuentro con el paraíso. Para otros la muerte representaba un final, el cierre de un ciclo o el cierre de un libro. La muerte siempre a sido mucho mas fácil. Una vía de escape fácil a las dificultadas que representa la vida. Yo siempre había visto la muerte, no como un escape, sino como un sufrimiento agregado. Cuando se busca la muerte por uno mismo, quedas siempre con el dolor en el pecho, por el sufrimiento de tantas personas que dejas aquí en la tierra, esperando por ti con la cena hecha. Cuando la muerte llega sola, tu alma queda en paz, pero las almas de los mortales, quedan por días con el dolor, pero después se es capaz de pasar la pagina. Mi único problema, es que dudaba que pudiera pasar la página.
El sonido del teléfono, termino con mis teorías sobre la mortalidad.
-Hola.- conteste con la voz quebrada, por las lágrimas que sin darme cuenta habían comenzado a salir.
-¿Mi Bellita?.- era Esme. Ella desde pequeña me había dicho así, es mas era como mi segunda madre.
-Si Esme soy yo
-Bellita estoy desesperada, acaba de salir el medico y dijo que Edward tenia un brazo fracturado, tres costillas rotas y una inflamación muy fuerte en el cerebro. Según hay que tenerlo sedado hasta que la inflamación seda, si es que sede. Si la inflación no sede en un determinado periodo...hay no puedo decirlo, me cuesta mucho.- Esme estaba sollozando, mientras hablaba conmigo.
-Esme no va a pasar nada, ya veraz que todo va a salir bien Edward se va a recuperar. Tengo que dejarte porque tengo que despertar a Alice para dejar el avión. Cuídate, cálmate y nos vemos en unos minutos.- comencé a sacudir a Alice a ver si despertaba, pero estaba profunda.
-Claro mi Bellita, nos vemos.- Esme colgó y aun Alice no despertaba.
-Alice, vamos despierta, ya llegamos a Houston
-¿Mm.....?.- Alice comenzó a abrir los ojos y parecía despistada.
-Amiga despierta ya llegamos a Houston- Alice se levanto y caminamos por el pasillo del avión
Tomamos un taxi una vez que recogimos nuestras maletas, y sentí que el corazón se me salía del pecho. Pensé que sufriría un ataque cardiaco de lo rápido que me latía el corazón.
La subida en el ascensor fue la peor de toda mi vida. Si no fuera por el hecho de que Alice y otras 4 personas inocentes iban en el, hubiera rogado que se cayera, para acabar con esto de una vez.
Puede ver a Esme una vez que las puertas del ascensor se abrieron en el piso 7.
-Mama.- grito Alice corriendo para abrazar a Esme.
-Mi Alice, tranquila pequeña, todo esta bien, ya veraz que de esto quedara solo el recuerdo.- Esme abrazaba con fuerza a Alice, mientras esta lloraba. Me sentía tan sola, ¿quien me consolaría a mi?. Eso siempre lo hacia Edward, dijo una vocecita dentro de mi. Las lagrimas comenzaron a correr por mi rostro de nuevo.
-Tranquila hermanita, todo va a estar bien, Superman es fuerte.- no me di cuenta cuando Emmet llego, pero ahí estaba abrazándome, acariciándome el cabello y susurrándome estas palabras en un tono muy bajo y serio, que de verdad no conocía de Emmet.
No puede decir nada en mucho rato, solo llore, sin soltar a Emmet, quien me abrazo con fuerza en todo momento. Hubo un momento en el que sentí que otros brazos acompañaban a Emmet en el abrazo, era Rose, la reconocí por su siempre exquisito olor a rosas.
-Creo que debemos darle algo a Bella, o se va a deshidratar de tanto llorar.- susurro Emmet para alguien que definitivamente no era yo.
-Bella, hermanita, mírame.-Emmet me aparto un poco de su cuerpo para verme el rostro. Había mojado toda su camisa con mis insulsas lagrimas.- Hola bonita, como has cambiado. Ven vamos a tomar algo...-Todo se volvió negro, mientras escuchaba de fondo algunas vestigios de gritos en voces femeninas. De repente la negrura se ilumino, con la figura de Edward.
-Ed...-intente decir su nombre, pero entonces una puerta me golpeo la cara, separándome de la figura de Edward, y hundiéndome en una profunda y silenciosa negrura.
-¿Donde estoy?.- pregunte dentro de la oscuridad.
-Vámonos lejos mi amor, donde nada sea imposible, ven conmigo.- Edward me estaba hablando pero no sabia de donde.- Recuerda siempre mi vida, abre la puerta.- abrí la puerta y lo vi allí, con su bata medica y su camisa favorita azul rey con rayitas azul cielo.
-Edward yo te amo. Lo siento tanto por haber hecho lo que hice por ser como soy, por todo, lo siento mi vida, yo te amo
-Lo se mi vida, ahora lo se, pero vámonos que si no nos dejan.
-¿Quienes?.- pregunte algo indecisa.
-¿Confías en mi?.- me pregunto y me guiño el ojo.
-Toda la vida...
-Bella, despierta....-escuche la voz de Alice dentro de mi fantasía.
-Adiós mi Bella, mi vida, mi amor, mi esperanza, adiós...-Edward desapareció derepente, mientras la negrura se disipaba dando paso a la luz. Se despidió de mi, ¿eso quería decir que iba a morir?...
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