-Feliz navidad mi princesa.- estaba retorciéndome en la cama, mientras deliberaba entre si era un sueño, o de verdad Edward estaba conmigo. Abrí los ojos y lo vi, co la espalda recostada de la pared y mirándome fijamente con esa sonrisa torcida suya que tanto me mataba.
-¿Mmm?.- estaba algo perdida, entre el sueño y el en la realidad.
-Feliz navidad mi vida.- me susurro cerca de los labios, antes de besármelos.
-Feliz navidad.- repetí sin entender a que se debía todo esto, si aun era de noche.
-¿Que hora es?.- le pregunte, sentándome en la cama.
-1:30.- me voltee para encararlo y me sonrío.
-No tenia sueño. Además vine a invitarte a hacer lo que desde pequeño hago en la madrugada de la víspera de navidad.
-¿Que haces?.- pregunte.
-Sígueme.- se levanto con bastante agilidad, denotando que tenia mucho tiempo despierto o nunca se quedo dormido. Me levante ayudada por el, y caminamos escaleras abajo.
Cruzamos la sala, y las puertas de cristal de la misma, hasta llegar al hermoso y extenso jardín de los Cullen, que al igual que en mi casa, este se mezclaba con el bosque.
A unos 3 metros de nosotros, había una sabana blanca extendida a todo su anchura, rodeada por algunas velas blancas. En el cielo, la luna estaba junto posicionada sobre la sabana, dando ese brillo especial. Edward tomo mi mano y caminamos hasta la manta. Nos sentamos allí, y yo no sabia que esperar la verdad.
-Cada año desde los 8 vengo en la madrugada de víspera de navidad, a divisar una de las noches mas despegadas del año en Forks. Todas las noches el cielo esta nublado, excepto esta noche. Desde pequeño lo descubrí, y guarde el secreto para mi. Nadie nunca supo que yo hacia esto, hasta ahora.- subió su rostro hasta la bóveda estrellada y sonrío. Lo seguí con la mirada, y pude ver esas estrellas que nunca en San Francisco veía, y que en Forks, nunca descubrí cuando seria posible.
-Las estrellas envidian tu belleza, y por eso intentan imitar eso que tu en mi puedes lograr. Ese suspiro que me arrebatas al brillar, tres veces más que un estrella fugaz. Y con un sueño de caminos, tomo tu mano y vamos juntos, por los senderos de este mundo, con las estrellas de testigo, de que lo nuestro nunca terminara, como el universo, eterno siempre será, así esta escrito que lo nuestro perdurara.- esta atónita escuchando a Edward recitar un hermoso poema que no tenia ni la menos idea de donde lo había sacado.
-Es hermoso.- dije con las lagrimas agolpándose en mis ojos.
-Me inspire en ti para escribirlo.- bajo su rostro en mi miro. Sonrío y luego limpio una lágrima traicionera que no pude contener.- Yo solo quiero que mires conmigo las estrellas todos los días. Quiero que lo nuestro sea único, talvez no eterno, porque nada lo es, pero que lo poco o mucho que dure sea especial, y nunca me haga olvidar todo lo que te he llegado a mar por tantos años.- se acerco y deposito un dulce e inocente beso en mi mejilla.
-No se a ti, pero nunca se me va a olvidar que rápido el amor pude aparecer.- estábamos de nuevo concentrados en el firmamento.
-A mi tampoco.- nos dejamos llevar por la elegante oscuridad del cielo, que arropaba todas nuestra emociones. La luna nos sirvió de lucero para no quedar atemorizados por la penumbra del bosque. Las estrellas jamás fueron tan interesantes, y jamás tuvieron tanto significado para mí.
-Bella, amor, despierta.- escuchaba en el fondo de mi cabeza la voz de Edward, pero el sueño era más grande. Abrí los ojos y lo primero que vi fue el claro y virgen cielo de Forks, con algunos rayos de sol, como siempre un poco opacados por las nubes grisáceas.
-¿Dormimos aquí?- pregunte alarmada sentándome derrepente.
-Si amor.- me sonrío.
-¿Que hora es?.- pregunte alarmada. Dirigió sus mirada al reloj que llevaba puesta en el mano izquierda y me contesto.
-6:00. Anda levántate ya, para que amanezcas en tu cuarto, no quiero que nos descubran, no aun.- me sonrío.
-¿Hasta cuando lo vamos a esconder?-pregunte algo melancólica.
-Pronto Bella, muy pronto se acabara el escondite.- subí a mi cuarto no si antes despedirme de el en la puerta del suyo. Me tire en la cama y me sentía como envuelta por nubes.
-¡Hasta donde voy a engordar!- grite frutada viéndome en el espejo. Llevaba puesto para nuestra cena navideña, el mismo vestido que había usado para la fiesta de la empresa, y ahora mis caderas eran un poco más grandes. Comencé a meditar un segundo, y recordé que estaba en riesgo la vez que fui a visitar a Edward el fin de semana que lo dieron de alta.
-No creo que sea eso.- me refute en voz alta.- ¿O si?- sencillo, la respuesta estaba en una prueba de embarazo, allí todos mis dudas quedarían saldadas y descubriría lo que era obvio, que no estaba embarazada.
-A ver Bella, deja que te ayudemos.- entraron Alice y Rose a la habitación. Rosalie se encargo de dar color a mi rostro, perfeccionando cada facción del mismo con toque en colores acorde a mi vestido azul eléctrico. Alice, mientras se encargo de mi cabello, dándole mayor textura y presencia a mis naturales ondas. Cuando terminaron y me vi en el espejo me sentía diferente.
-Bella, ¿Tienes una pareja estable?.- pregunto Rose. No sabia que responder, Edward quería que las cosas se mantuvieran en secreto hasta un momento determinado, que solo el sabia cual era.
-No Rose, ¿Por que?
-Es una simple pregunta Bells.- dijo Rose.
Era una combinación única. La corbata de Emmet era del mismo tono verde botella del vestido de Rose, al igual que la camisa que Derek llevaba puesta. Al igual que la corbata de Jasper era de un amarillo canario como el vestido de Alice. Y por supuesto mi apuesto caballero llevaba la corbata azul eléctrico como yo. Esme llevaba un vestido rosa pálido, que combinaba con la corbata de Carlisle. Mi madre vestía un pantalón negro clásico y una camisa blanca bastante elegante.
-Feliz navidad.- me acerque para susúrrale a Edward mientras que nadie nos veía.
-Feliz navidad.- contesto.
Nos sentamos a la mesa a 15 minutos para las 12:00 AM. Emmet y Rose estaban sentados juntos, acompañados por Derek. También estaban juntos Alice y Jasper. Carlisle y Esme en las puntas de la mesa, y Edward y yo uno al lado del otro. A pesar de que la costumbre hablaba de que los regalos se abrían el 25 de diciembre para esta familia era diferente. Los abrían el 25, pero en madrugada.
-¡Que comience el intercambio de regalos!- grito Alice a las 12:00
.-Feliz navidad mi vida.- dijo Emmet entregándole a Rose una cajita pequeña envuelta en papel dorado. Dentro había un hermoso collar con dos dijes: E y D.
-¿Me ayudas?- pregunto Rose, casi llorando. Su espodo muy amablemente le tendio el collar por el cuello y lo abrocho. Se veian felices e integrados.
-Campeón, esta es para ti.- dijo Emmet entregándole a su hijo una caja mucho mas grande. El niño sin decir nada, busco para bajarse de los brazos de Carlisle y romper el papel de regalo. Dentro había una moderna consola de juego con muchas cajas de juegos también. El niño no dijo nada, solo corrió y abrazo a su padre quien lo alzo para que también pudiera abrazar a su madre.
-Feliz navidad mi príncipe.- susurro Rose abrazando a Emmet y a Derek a mismo tiempo.
Emmet le regalo a Alice una hermosa camisa rosada, que al parecer a Alice impresiono mucho. A Edward le tendió una pequeña caja rectangular mientras se miraban con expresiones de cariño. Al abrir la caja, Edward se encontró con una hermosa pluma negar con detalles dorados y grabado con su nombre: Dr. Edward Cullen.
-Hermano, gracias.- se acerco y lo abrazo.
-Eso es para agradecerte por no dejarme solo. Aunque soy el mayor, sin ti no creo que el mundo fuera mas fácil.- era tan emotivo el momento entre estos hermanos. Esme lloraba a todo pulmón en los brazos de Carlisle.
-Mama calma. -dijeron al mismo tiempo. Se acercaron y la separaron de su padre para abrazarla. Esme, tan pequeña, desapareció entre los fuertes brazos de sus dos hijos.
-Mis niños crecieron tan rápido. Aun no puedo procesar que casi pierdo a uno de mis tesoros.- de nuevo los sollozos ganaban la batalla.
-Mama mírame, sigo aquí, estoy aquí, y no me iré nunca.- le dijo Edward. Ahora Emmet soltó a su madre y al abrazo se cerro a Esme y Edward.
-Lo se cielito, pero nunca se me va a olvidar.- la escena era conmovedora. Emmet termino de repartir sus regalos mientras Esme se negaba a separarse de Edward.
Me sorprendí al ver la hermosa pulsera con un dije de estrella que me regalo.
-Gracias hermanito.- le dije abrazándolo.
-Siempre a tu orden.- contesto mientras me devolvía el abrazo y casi me asfixia
Todos recibieron sus regalos. Edward estaba entregando el de su madre, cuando de giro y me vio.
-Este es sin duda el regalo mas importante que voy a dar en todo la noche.- dijo. Saco de su bolsillo una cajita rectangular negra y la abrió dejando ver un hermoso collar con un dije con la letra: E
Se paro detrás de mi sin deslizar aun el collar por mi cuello.
-Isabella, El amor no conoce fronteras, ni estilos de vida, solo conoce a la persona por quien siente desenfrenada obsesión. Con este collar, te ofrezco todo lo que soy. Mi nombre, mi inicial, mi vida, mi alma, mi cuerpo, mi familia, mi todo. Te ofrezco todo lo que tengo, a cambio de que aceptes caminar conmigo siempre por los senderos de la vida. Bella, ¿Te casarías conmigo?.- esta vez si deslizo el collar por mi cuello, mientras yo veía la expresión atónita de todos en la sala.
-¡Oh Por Dios!- grito Alice.- Esme solamente me vio y me sonrío. Mi madre tenia la mandíbula desencajada de la sorpresa, mientras que Emmet se reía como si estuviera escuchando un chiste. Carlisle se veía feliz, y Rose estaba mas que complacida. Derek nos miraba a todos, sin entender nada.
-¿Y bien?- pregunto Edward con una voz nerviosa e impaciente.
-Si.- fue todo lo que pude contestar. La estancia rompió en aplausos, mientras que ahora si Edward me colocaba el collar. Me voltee, y delante de todos lo bese, agradeciéndole el gesto, y el mejor regalo de navidad.
-Bienvenida a la familia. Bienvenida a mi mundo.- susurro Edward en mis labios.
Les gusto la poesia que recito Edward?...la escribi yo...
Gracias por todo su apoyo, chicas ustedes son geniales, y me hace sentir muy bien el saber que mis ideas son del gusto de alguien. Besoa a todas y espero que les guste el capitulo...puse todo de mi haciendolo...besos
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