El sueño en letras cursiva
Mi mejilla era acariciada por uno de los más hermosos y dulces roces de mi vida. Unas risitas cómplices como de un niño pequeño acompañaban cada caricia.
Mis ojos se abrieron de repente para encontrarme a un hombre más que hermoso. Sentado, recostado de la pared, bañado por la dulce y perfecta luz de la luna y arropado por la simetría de la oscura noche, estaba mi esposo. Mi esposo era un término que no usaba desde que murió Jacob, y ya estaba de vuelta en mi vida.
-Duerme mi cielo, es muy tarde, tienes que descansar.- al escuchar si voz todos los hermosos recuerdos de el día perfecto de la semana pasada vinieron a mi mente. Sus palabras, el anillo, su sonrisa, la complicidad de la familia, sus felicitaciones, la cena de celebración, todo se pasó como diapositivas de un cuento de hadas que no me era ajeno.
-Si es tan tarde ¿Por que estas despierto?.- me enderece un poco para ver su rostro.
-No puedo dormir, estoy muy ansioso por la primera foto.- no podía negar que yo también estaba ansiosa porque saliera el sol y que juntos conociéramos un poco mas a nuestro hijo. Me acerque a el y lo bese con calma, tratando de transmitir un poco de mi calma y letargo a ver si conseguía hacerlo dormir.
-Si tu no duermes nosotros tanpoco podremos.- tome su mano izquierda y la lleve junto a la mía a mi vientre. Con nuestras manos entrelazadas, se recostó en la cama, obligándome a recostarme con el. Nos quedamos allí, aun con los ojos abiertos, analizando cada facción del rostro de cada uno. Yo solo imaginaba esos hermosos ojos verdes en una escala más pequeña en un cuerpo diminuto y frágil, casi tanto como el hermoso cristal de los ojos de Edward.
-Es hora de dormir.- susurro en mi oído. Estaba lista para rebatir pero el me desarmo por completo cuando comenzó a tararear mi nana. Los ojos comenzaron a pesarme y entonces deje de ser conciente de si el dormía o no.
En la conocida ventana de mi cuarto en la casa de mi madre en Forks, veía a Edward despedirse con la mano por la ventana de su Volvo, con una de las mejores sonrisas. Me despedí de el también de la mano, obligándome así a medio llevar mi vista a la parte inferior de mi cuerpo. Una hermosa y bastante grande panza se abría paso debajo de mi camisa materna, mostrando un estado avanzado de embarazo. Una sonrisa inmediata se mostró en mi rostro.
Baje las escaleras que conocía como la palma de mi mano mientras acariciaba sin césar mi panza. Me sentía tan realizada con ella, tan llena, tan madre.
Repentinamente un dolor muy fuerte surco mi vientre y me hizo retorcerme un poco en mi camino de bajada a la sala. Un pequeño grito escapo de mis labios, y de inmediato mi madre me estaba ayudando a bajar.
-Viene en camino.- susurro mi madre mientras dirigía su mirada a un enorme charco de agua transparente que se abría paso por mi pantalón y el piso. Algo dentro de mi se encendió, y me sentí eufórica. Inmediatamente pensé en que Edward acababa de irse y ya tendría que regresar, irónico.
-Hay que llamar a Edward para que regrese.- exprese. Mi madre me miro impresionada y luego cambio su expresión a una mezcla de ternura con lastima.
-Sigues viendo la imagen de la calle a través de la ventana.- afirmo.
-¿De que hablas mama?
-La imagen de Edward marchándose, la sigues viendo día a día como si ocurriera.
-¿Y es que acaso no ocurre?.- Renee más allá de darme respuestas, me complicaba más el asunto.
-Cariño debes afrontar esto. Yo se que es difícil porque es la segunda vez pero por tu hijo debes pasar la pagina.- me puso la mano en el hombro como intentando infundirme valor.
-¿De que hablas?.- sus acertijos me estaban dando miedo.
-Cariño Edward esta muerto, y que lo sigas viendo en la ventana salir como aquel crepúsculo, no lo hace diferente.- no podía decir nada. ¿Que clase de vida era esta?
-¿Y mi boda?
-Paso
-¿Los Cullen?
-En su casa.
-¿Jacob?
-En el cielo.
-¿Mi trabajo?
-Cambio de sucursal.
-¿Edward?
-Descansado.- un fuerte dolor se apodero de mi abdomen. No sabía si eran las contracciones o mi corazón que se desarmaba de nuevo.
-No, no, no no.- repetia una y otra vez.- No, no, no
-Cariño ya calma, debemos ir al hospital.- mi madre me tomo del brazo pero rápido me zafe
-No mama esto no es así, no debe ser así. ¿Donde esta mi "Vivieron felices para siempre"? En un cementerio.- me pregunte y me respondí. Otra punzada de dolor se apodero de mi, desgarrándome de adentro hacia fuera.
-¡NO!.- me salio un grito ahogado mientras me incorporaba en la misma habitación de la casa de los Cullen en Forks.
-Tranquila mi pequeña fue una pesadilla.- me susurro Edward mientra me acariciaba la espalda.
-Estas vivo.- afirme con un hilo de voz mientras lo abrazaba. Lo estreche con mucha fuerza, tratando de grabarlo ami, como intentando adherirlo para siempre a mi figura.
-¿Que?.- pregunto sorprendido.
-Prométeme que no iras a ningún lado de viaje sin mi. Al menos si el viaje termina mal, así moriremos los dos.- intento alejarme pero me aferre mas a el.- No me alejes, no me escuches, no me nada, nada mas prométeme que no me dejaras sola en el mundo.
-Te lo prometo amor, siempre juntos contra el mundo.
Gracias por su apoyo, y creo que las asuste cuando les dije que era el final, pues no aun me queda una carta que jugar, aun me queda una sorpresa y por supuesto mucho mas romanticismo de Edward y Bella, no puede sufrir todo el fanfic y ser feliz un capitulo...nos estamos leyendo y disculpen lo poco pero estoy full!
|