Cuando llegamos a casa con toda la familia reunida en el salón y sentada, pero esta vez no me miraban ni sonrientes ni relajados...Mi madre estaba al otro lado del salón apoyada en la pared con expresión siniestra, la tensión podía cortarse con un cuchillo.

Miré a Alice y le dediqué un “gracias” mentalmente mientras me miraba con cara de arrepentimiento.

-Renesmee, mejor ve y toma una ducha…-dijo mi madre.

-Pero…-le recriminé en tono bajo.

-¡Pero nada!¡Bastante has hecho ya por hoy! -gritó y todos nos quedamos de piedra. Ella respiró.-Por favor, ve y no empeores más las cosas.

Me di media vuelta con lágrimas en los ojos. No podía creer que me hubiera gritado, humillado y lo más importante, que no hubiera confiado en mí.

Subí las escaleras de dos en dos y fui directa al baño para mirarme al espejo.La imagen que vi me sorprendió de sobremanera estaba sucia con hojas y barro por el pelo y la ropa que también estaba destrozada todo acompañado de sangre para hacerlo, como no, todo más dramático…

Tomé mis cosas y me metí en la ducha mientras  pensaba en poner el escudo que me separaría del mundo, no quería saber que se cocía allí abajo…

Salí de la ducha pensando en lo incomprensivos que eran, ellos mismos habían pasado por lo mismo ¡Ellos! Y si no llega a ser por los malditos dones nadie salvo el tío Jazz me hubiera creído, estaba dolida ante esa forma de desconfiar de mí nunca les había fallado y ahora…estaba realmente enfurecida.

Salí del baño colocándome otro equipo de ropa, me daba la sensación de que no había acabado la noche, me puse los auriculares a todo volumen y me dejé caer en la cama mientras la estridente música rock llenaba por completo mis oídos.

Una mano tocó mi brazo y abrí los ojos. Alice. Apagué el reproductor y la miré:

-¿Querías algo?-dije suspirando.

-Sí, solo dos cosas…-dijo poco convencida de que la iba a escuchar.

-Dispara….-solté.

-Primero que siento no haber podido controlar mis pensamientos…pero no lo vi venir…-la miré con la ceja levantada, solo con el paso del tiempo vio ciertos puntos de mi vida con su don debido a mi naturaleza semivampira.-Perdóname…

-Está bien…-acepté.-¿Y la segunda?

-Que tu madre quiere que bajes ahora…-gruñí y me levanté de la cama.

Bajé las escaleras y cuando estaba frente a todos dije:

-¿Y bien?

-Renesmee,  yo…-dijo mi madre.

-¡Tú!-la interrumpí, furiosa.-Me has juzgado sin conocer lo que ha pasado…

-Para hija…-dijo mi padre.

-¡No! Tengo derecho a decir lo que pienso…-dije volviéndome hacia mi madre.-No has confiado en mí, no me has apoyado ni ayudado cuando estaba realmente asustada…Me has hecho pasar vergüenza delante de mis tíos…

-Déjame disculparme…-dijo suplicante pero no podía estaba realmente dolida.

-¡Basta Bella, ya has hecho suficiente por hoy!-dije repitiendo las palabras que había dicho anteriormente. Sabía que me arrepentiría pero ahora no.

Me di meda vuelta después de ver su cara de sorpresa ante mis palabras, pero no dijo nada solo tía Rose dijo:

-Para Nessie, ¿Dónde vas?-Ni siquiera me di la vuelta.

-A donde no pueda defraudar a nadie más esta noche…-la dije con voz fría.

Salí a correr por el bosque mientras le decía a mi padre que no iría lejos. Después de correr unos kilómetros encontré una piedra que sobresalía del río que pasaba por allí.Me senté y apoyé la cabeza en mis rodillas.

Necesitaba estar sola y pensar.