Jasper sintió la adrenalina correr por mi sistema nervioso,necesitaba alimentarme...la sed casi me impedía pensar debido al olor de aquel oso pardo. Pasé a varios grupos de hediondos herbívoros y aún así no paraba de correr. Mi tío Jazz me paró en seco.

-¿Qué ocurre Renesmee?-casi ni escuché lo que decía pero por mecánica respondí:

-Hace varias semanas que noto que mi sed va en aumento Jazz...Casi no soporto ni una semana sin alimentarme.-dije avergonzada.

-Eso se debe a que eres humana también Renesmee,necesitas alimentarte con más frecuencia eso es todo...-sentenció para que me calmara.

-Eso no es todo...cada vez me apetece menos los alces y cada vez que me topo con un carnívoro,antes casi no me controlo.-dije confesándolo. Me senté en una roca y mi tío me siguió.

-Pero tus padres lo tienen terminantemente prohibido...-recordó.-Me pregunto si no será más sobre protección que otra cosa...

-Lo es...-le interrumpí.-Y siempre estoy en un dilema,no quiero desobedecerlos pero tampoco quiero pasarme la eternidad entera pasando hambre...¿Podría hacer una escepc...?-en ese momento una brisa pasó llenando mis fosas nasales de un olor dulce,delicioso...No era tan intenso como el humano pero lo suficientemente fuerte como para atraerme.

Miré suplicante a mi tío y el sabiendo como me sentía solo asintió y dijo:

-Sigue tu instinto...

Solo cerré los ojos y al segundo siguiente los abrí para encontrarme volando por el bosque entre los árboles siguiendo el olor...No podía pensar racionalmente solo tenía en la cabeza la palabra “mío”.

Cuando el olor se hizo más latente casi sin pensarlo me agazapé y seguí el curso de la caza. Nunca había cazado así y aun cautelosa parecía saber que hacer en cada momento como si llevara toda la vida haciendo esto.

Cuando vi al gran puma dormido en el pequeño claro a unos 50 metros de distancia, trepé a un árbol que me permitiría caer sobre él y acabarlo cuando antes,sin complicaciones. Me apoyé en la rama del árbol y esperé,mi respiración se normalizó y pude oir cada sonido del bosque y al gran felino bufando dormido después del banquete que él había tenido horas antes, “pobre...no sabe que ahora él es la presa” pensé y sin más preámbulos me lancé a su yugular.

Aterricé sobre el puma y llevé mis dientes a su cuello,cuando atravesé su piel sentí un manotazo en un costado que me lanzó 5 metros hacia delante.

Solo alcancé a ver al felino mirarme furioso y malherido,sabía que había hecho un intento por protegerse y en ese intento había roto mi camisa y arañado mi piel sin muchos resultados claro está,solo sentía un escozor pero poco me importó...Traté de engañarle corriendo a toda velocidad por el claro y propinándole un golpe en la cabeza que le quedó aturdido. Aproveché ese momento para abalanzarme sobre él y terminar el trabajo.

Cuando la sangre entró en mi garganta lo primero que sentí fue alivio de que la sequedad y el ardor desaparecieran,a cada gota de sangre que drenaba del animal fui recuperando el control y fui consciente de un par de ojos amarillos que me miraban desde la linde del bosque,no eran dos pares de ojos.

Mis padres.

-Renesmee Carlie Cullen Swan...-bramó mi padre en el silencioso prado.-¿Cómo se te ha ocurrido hacer esto?¡No!Déjame reformular la pregunta...¿¡Qué diablos se te ha pasado por la cabeza para habernos desobedecido?

Solo tenía una respuesta en mi mente:“Sed.”

Él lo escuchó y se paró con los ojos como platos,mientras miré a mi madre que no tenía expresión alguna.

-Déjame explicarte mamá...-dije y ella solo cruzó los brazos en su pecho...-Lo siento,no se como explicarlo...pero...

En ese momento miré al suelo y ví lo que había hecho,el cuerpo sin vida del animal estaba a mis pies destrozado,casi descuartizado y no pude abrir la boca.

Mi madre seguía mirándome con una ceja levantada,mientras mi padre pensaba “La niña tiene el triple de sed de la habitual.”

Yo seguía mirando a mi madre pues sabía aún sin leer su mente lo que pasaba por su cabeza...La había desobedecido.

-Bien Renesmee,lo hecho hecho está-dijo disgustada.-Volvamos a casa.

Ella corrió fuera del claro mientras yo la miraba sorprendida y papá se acercó a abrazarme.

-Lo siento, no me ha dado tiempo de explicarle...-se disculpó.

-Da igual papá...-le atajé.-la culpa es mía...

-No, es mía...-dijo Tío Jazz que apareció de la nada.

-Tranquilo hermano...-dijo mi padre tocando su hombro.-Quizás solo has impedido una desgracia.Vamos volvamos a casa.

Corrimos a máxima velocidad para poder alcanzar a mamá pero no lo hicimos señal de que estaba muy disgustada...No quería estar mal con mamá,nunca la había visto así conmigo.

-Entenderá cuando se lo expliquemos todo...-me tranquilizó mi padre.

Eso esperaba,aunque en el fondo sabía que no solo era ella la que estaba furiosa.También yo.