La visión de Alice cambió para ver a todo un escuadrón de vampiros y lobos protegiéndonos de los Vulturis,la resolución era confusa pero eso me dió ánimos para seguir.

-¡Sí!-dijo mi padre.-¡Eso es!

-¿Edward?-dijo mi madre y paramos de abrazarnos.

-Bella,es hora de que los antiguos testigos se conviertan en luchadores,dispuestos a luchar por la libertad de sus clanes.

Mamá comenzó a sonreír con recelo al imaginarse la escena.

-¿Es qué acaso vamos a...?-dijo pero mi abuelo la interrumpió.

-Vamos a acabar con ellos.-dijo serio y enfadado nos miró a todos mientras los demás asentíamos.

-¿Cuánto tiempo tenemos Alice?-dijo papá emocionado.

-Tres meses.-dijo concentrada.-La decisión está tomada,quieren tomarnos por sorpresa porque hasta donde ellos saben si Renesmee está implicada no los puedo ver.

-Bien...-dije pensando en una idea que cambiaría la historia sobrenatural. Miré a las hermanas sonriendo y seguí hablando.-Nos dará tiempo prepararnos.

-¿Piensas...?¡Oh!.-dijo Shannara asombrada.

-Alto,alto...-dijo sonriéndo Kirah.-¿Crees que nos dará tiempo?

-Solo podemos averiguarlo de una forma...-dije mientras todos nos miraban.

-Vosotras os quedaréis al margen...¿De acuerdo?-dijo mi padre aterrado pues sabía que no podría hacer nada para deternernos.

-No es tu decisión papá,ni tu problema tampoco...-dijo mirándolo fijamente.-Si en verdad los vampiros queréis ayudarnos,nosotras estaremos en esa lucha defendiendo nuestro honor y nuestra libertad,de lo contrario...no dejaremos que nos ayudéis.-dije mientras Kirah se imaginaba a las seis semivampiras viajando a Italia.-Y creo que todas estamos de acuerdo.

-Bien.-dijo Jasper.-Debemos ponernos en marcha ya,eso nos dará ventaja.

-Primero de todo,creo que todos excepto Jasper,Alice,Renesmee,Edward,las hermanas y Bella deberemos ir a buscar a los “testigos”.-dijo Carlisle mientras sacaba un mapa y se repartían los lugares para ir.

-Yo voy a llamar a los Delani.-dijo mamá entrando en casa.

-Jasper,creo que tu eres el indicado para adiestrar a las semivampiras.-dijo Rosalie aterrada pues no quería que me ocurriera nada.

Minutos después de que los Delani confirmaran su asistencia,apareció Jacob y vió el revuelo que habíamos formado desde su marcha y me acerqué a él en un abrir y cerrar de ojos.

-Tranquilo Jacob todo va a salir bien.-dije temblando y abrazándolo.

-¿Qué ocurre?-dijo con la voz cortada por el miedo.

-Es hora de luchar Jacob.-dijo mi padre detrás mía.-Debemos acabar con los Vulturis de una vez por todas,¿Contamos con la manada?

-¿Cómo que luchar...?-dijo pues no lo comprendía así que coloqué mis manos en sus mejillas y recordé lo sucedido hace poco mientras él ponía los ojos como platos y me abrazaba.-No dejaré que te toquen,te lo juro.-después de esto me besó y fue a avisar a Sam.

-Rosalie,Emmett...debéis avisar a todos los nómadas de Europa contando con Peter y Charlotte,los rumanos,Alistair ...todos los que encontréis.

-Sí,lo haremos.-dijo serio Emmett.

-Zafrina,Senna.-dijo mi abuelo autoritario.-Vosotros debéis convencer al clan egipcio para que acepten venir.

-Bien,pero...¿Y Kachiri?-dijo prepcupada.

-Kachiri y Huilen,irán a Asia para ver si hay algún nómada o clan que no conozcamos.-dijo mirándolas y señalando varios puntos en el mapa.-Podréis viajar juntas hasta España,allí tendréis que separaros.¿De acuerdo?

Las cuatro asintieron y se dispusieron a prepararse como Emmett y Rosalie.

-Esme y yo iremos a ver al clan Irlandés y ver si ellos conocen a alguien más.-dijo suspirando.

-¿Qué pasará si no quieren venir?-preguntó Nirhú.

-Entonces que Dios nos asista.-dijo Esme tristemente haciendo que todos nos entristeciéramos,pero entonces llegaron unos veinte lobos siguiendo a Jake,al jardín de la casa y la atmósfera cambió.

-¡Wuau!-dijo Emmett que estaba observando la escena.-La manada ha vuelto a crecer,¡Míralos!

-Vienen solo la mitad.-dije sonriendo.

-Es increíble...-dijo Carlisle sonriendo.-Bienvenidos a mi hogar jóvenes.

-Hola de nuevo,doctor.-dijo mi padre traduciendo los pensamientos de Sam.

-¿Sabéis por qué estáis aquí?-dijo mi abuelo en alerta pues sabía del temperamento de la manada era inestable.

-Sí, y estamos dispuestos.-dijo mi padre.

-¿Sabéis a lo que os exponéis?-dijo mi abuelo.

-Debemos proteger al objeto de la imprimación de nuestro hermano,si ella muere...-dijo mi padre callándose abruptamente pues yo no tenía idea de ese hecho.

-¿¡Jacob muere si yo lo hago!?-dije histérica.-¿Más mentiras papá?

-No nos acordamos de contarte esa parte,te lo prometo.-Y pude ver en su mente que era cierto.-Lo siento.

-Hija...-dijo mamá colocando las manos sobre mis hombros por la espalda.-Vamos a salir todos de esta. Te lo prometo.

“Calma niña...” dijo Sam acordándose de su Emily que murió hace unos meses. “Es nuestro destino,él no tiene nada que ver en eso.” Al parecer solo mueren si no tienen descendencia de su imprimación y Sam tenía tres hermosos hijos... yo ni siquiera le había dado hijos a Jacob.

Estaba en shock mirando a mi novio que me miraba en forma de lobo esperando mi reacción y deseando acercarse aunque mantenía la distancia.

-Necesito irme de aquí.-dije medio mareada echando a correr.

Las voces que me llamaban se iban apagando conforme me alejaba de la casa y en pocos minutos estaba en mi cabaña,cerré la puerta y me apoyé con las manos en la chimenea.

Unos segundos más tarde Jacob entró por la puerta y la cerró.

-Nessie...-dijo con voz arrepentida.-Ni me acordé de eso,nunca quise ocultarte nada...lo juro,lee mi mente.

Respiré hondo y cerré los ojos para un momento después estar en frente suya sin poder evitarlo mientras pegaba su frente a la mía.

-Si te ocurre algo...-dije con voz dolida.-Si algo sale mal...

-No va a salir nada mal...-dijo mientras colocaba sus manos en mis mejillas.-Saldremos de ésta y nos reiremos dentro de unos siglos de lo fácil que va a ser acabar con los Vulturis. Ya lo verás...porque tú no puedes morir,no puedes...

No quería hablar más de aquello esa noche,estaba saturada. Así que lo interrumpí.

-Shhh...-dije poniendo mi dedo índice en su boca para luego quitarlo y besarle con urgencia.

Esta noche sabía a desesperación pero no me importaba,solo Dios sabía cuando volvería a estar entre sus brazos o si lo volvería a estar,así que me dejé llevar cuando me tumbó en la cama y comenzó a quitar mis ropas mientras besaba cada rincón de mi cuerpo.

Apartarlo de mi cuerpo fue difícil pero yo también quería dejar huella en su piel,que estas caricias las llevara para siempre consigo y nadie consiguiera borrarlas.

Me tumbé sobre él y besé y recorrí toda su anatomía mientras él me desnudaba del todo y yo hacía lo mismo con él.

Cogió mi pantorrilla y la dirigió a su cadera para que mis piernas las rodearan y así no hice,esta noche sería su esclava si hacía falta. Me dejé guiar por sus movimientos y rodamos en la cama haciendo más placentero nuestro vaivén,hoy había prisas y deseo...hoy entregaríamos todo,hasta la última célula de nuestro cuerpo para demostrar todo en ese maravilloso acto.

No sé cuantas horas estuvimos,pero no hubo descanso...Hora tras hora mostrando a mi Jacob cuanto lo amaba por si las cosas saliesen mal,que lo tuviera presente donde nos llevara el destino.

-Te amo...Como a nadie en este mundo.-dijo contra mi pecho tras haber caído rendido.

-Yo también te amo.-dije.-Jamás lo olvides.

Después de nuevo nos pusimos en alerta pues debíamos volver a la casa a ver que tal estaban los preparativos,casi había amanecido pero no tenía sueño debido al estado de tensión en el que me encontraba.

Cuando llegamos mamá y papá se encontraban sentados en la escalera con sus miradas ausente que se enfocaron al verme y suspiraron levantándose para comprobar que todo estaba bien.

-Hija,siento que te enterases de esto así.-dijo a modo de disculpa mi padre.- No era nuestra intención...

-Lo sé...-dijo suspirando y alicaída.-No te preocupes estoy bien.

-¿Seguro?-dijo mi madre mirándome preocupada. Estaba lejos de estar bien,pues que unos vampiros te quisieran matar a tí y a las de tu especie,que no supiéramos si nuestro plan fuese a funcionar,que tuvieses una fecha límite para adiestrarte y fortalecerte con la ponzoña,y que ahora sepas que tu novio muere si lo haces tú...¡Casi estaba al borde de la histeria!Pero no podía hacerlo notar.

-Sí,mamá estoy medianamente bien.-dije intentando sonreír al mirarla y luego lanzar una mirada de advertencia a mi padre que me miraba con una ceja alzada.-¿Ya se han ido los demás?

-No,saldrán en media hora.-dijo papá aún evaluando mi estado mental para cerciorarse que no me había vuelto loca.

-¿Y la manada?-dijo Jacob buscándolos por los límites del bosque que rodeaban la casa.-¿Se ha ido?

-Sí,se han retirado a descansar pues mañana comenzaremos con el entrenamiento.-dijo mi padre mirándome.-Renesmee,vosotras mañana comenzaréis con el experimento de Nahuel ¿Por qué no te retiras a descansar?

-¿Y las hermanas?-dije dándome cuenta que no estaban.

-Intentando descansar ya,aunque están nerviosas.-dijo mi padre.-Tú debes hacer lo mismo.

Asentí y pude ver como todos los vampiros salían de la casa.

-Nos vamos.-dijo Carlisle y vino a darme un abrazo.-Sé fuerte,¿Recuerda lo que te dije hace cincuenta años en mi consulta?

-Sí,hay que enfrentar los problemas.-dije con una lágrima en la mejilla.

-Eso es.-dijo sonriendo y limpiándola.-Debes ser fuerte. Nos vemos a la vuelta.

-Adiós abuelo.-dije y después de despedirnos todos partieron con esperanzas renovadas.-Adiós a todos...-susurré viendo como desaparecían en el cielo rojizo del amanecer.

-Debéis descansar.-dijo mi madre.

-Sí,yo voy a la reserva Nessie.-dijo Jacob acercándose de nuevo a mí.-Intenta descansar...

-No voy a poder.-dije terminando de limpiar mis lágrimas.

-Si lo harás,debes hacerlo.-dijo medio sonriendo.-Mañana comenzamos a entrenar.

Asentí y el me besó sin considerar que mis padres estaban delante.

-Hasta luego.-dijo sonriendo.

-Regresa,por favor.-dije mientras veía como la sonrisa se borraba de su cara al darse la vuelta.

-Pronto.-dijo y se fue corriendo hacia el bosque bajo mi mirada.

-Vamos a descansar Nessie...-dijo mi madre.

Me llevaron a su cuarto y me tumbé en la cama,después depositaron un beso cada uno en una mejilla.

-Que descanses bien,hija.-dijo mi madre.

-No os vayáis.-dije sin poder evitarlo.-Tengo miedo.

Se miraron y se tumbaron uno a cada lado de la cama para abrazarme mientras yo hacía lo mismo con ellos.

-¿Quieres que cante para tí como lo hacía cuando eras pequeña?-dijo papá.

Solo asentí y el comenzó a tararear mi nana al igual que hacía con mi madre cuando era humana. Poco a poco mis músculos se fueron relajando y caí en la cuenta de que habiendo esperanza,hay que luchar por ellas. Yo haría lo que estuviera en mi mano, y tras pensar y decidir esa resolución,me dejé ir en los brazos de mis padres y de Morfeo.