Tenía dos opciones. Una era darme la vuelta e irme. Y la otra escuchar a Edward quien, seguramente, me contaría que había sido eso.

Mientras me debatía que hacer, Edward estaba a mi lado.

-Bonita!- dijo abrazandome. Miro hacia ambos lados y me dio un beso.-  Es una hermosa sorpresa verte aqui- como vió que no le devolvía el abrazo pregunto.- ¿Estas bien?.

No iba a huir. Si quería una relación sana con este hombre debía darle un voto de confianza. Aunque mi cabeza imaginara otra cosa.

-Si Edward estoy bien.- Respondí sonriendo.

-Deja que tome mis cosas y nos vamos ¿Venías a buscarme verdad?- dijo tomandome la mano y llevandome con él.

Es difícil evitar que las inseguridades aparezcan.

Realmente quería estar con el, pero no me la ponía muy fácil.

-Si. Creí que podríamos hacer algo juntos.- respondí mientras agarraba sus cosas y cerraba su consultorio.

-Es una excelente idea- respondio mientras volvía a agarrar mi mano.- Pero ¿Por qué no me llamaste? Así no conducías hasta aqui.- 

-Tuve un día largo y necesitaba despejarme. Ademas no conocía el hospital. Debes saber que odio los hospitales, pero quería saber como era donde trabajabas ¿Te molestó?-

-Claro que no Bella. Nada de lo que haces me molesta.- Mmm, eso lo veríamos.- ¿Qué tienes pensado hacer?- preguntó mientras me tomaba de la mano al salir al estacionamiento.

- Alice fue a casa de Jasper y Rose con Emmett, y pensaba que podíamos cenar juntos. Cociné algo.- dije timidamente. En realidad estaba algo molesta.

- Me parece genial.- Sonrió.

 Como yo había llevado mi auto, y el tenía el suyo le dije que lo esperaba en casa.

Mientras conducía iba pensando.

-Un abrazo, fué lo único que ví. Nada mas extraño- Ahora hablas en voz alta, bien.

- Si, pero eso viste cuando salía. No sabes que paso ahí dentro.- Y encima eres una malísima consejera Isabella.

Decidí no pensar. Le preguntaría cuando estuviesemos en casa tranquilos. Seguramente tendría una explicación. Era raro que no me hubiese dicho nada. 

Estaba casi segura que lo se había dado cuenta que lo vi.

A pesar de que Edward maneja como loco, llegué antes que él. 

Entre a casa, prendí las luces y cuando estaba por prender el horno sono el timbre.

- Debes admitir que tardaste demasiado...- pero la frase quedó incompleta cuando vi quien estaba tras la puerta.

-¡¿¡¿Mike?!?!-