-¡Mama! ¡Papá!- grite cuando baje las escaleras junto a Al y los vi sentados hablando con Esme y Carlisle- ¡No sabía que venían! ¡Los extrañe mucho- y me sentí como niña chiquita.

-¡Bella amor! ¡Estas hermosa!- Me dijo mi mamá mientras me miraba de arriba abajo- No recuerdo la última vez que te pusiste vestido! Creo que usabas los de volados aún!- Ja. Gracias mamá. Menos mal que solo estaban Carlisle y Esme para escuchar las cosas que dice mi madre. Si estuviese Emmett dando vuelta... no quiero ni pensarlo.

-Si, es obra de Alice, como todo lo que ven aquí - dije sinceramente- para ser una mente maestra del mal, a veces lo hace bien no?- dije mirando a Esme y Carlisle- Oh! ya los conocieron. Mamá, papá ellos son las personas mas amables que existen en este lugar. Son los que me cuidan y me miman desde que llegue. -Dije mientras tomaba del brazo a Esme. Ellos hacian que mi "extrañamiento" a mis padres fuera un poco mas llevadero.

Deje a mis padres hablando con los Cullen mientras Alice recibía al resto de los invitados. No eran tantos en realidad, los Hale, algunos conocidos de Alice y míos del pueblo los Cullen, algunos compañeros de trabajo de Emmett y Rose, ya que debian conocernos para poder trabajar juntos, y mi familia. Me encamine a la cocina para terminar de servir las cosas que había cocinado. No había querido contratar a nadie que lo hiciera, ya estabamos bastante comprometidas económicamente con todo. Además cocinar siempre fue la mejor terapia para mi. 

Estaba terminando de servir algunos aperitivos cuando sentí esa voz que hacia rato no me hablaba, a mis espaldas.

-¿Necesitas ayuda Isabella?- El y su costumbre de decirme Isabella, aún sabiendo que no me gusta. Me di vuelta para responderle que no y lo que ví me dejo muda por un instante.

Edward estaba vestido con un pantalon oscuro, una camisa blanca y un chaleco gris ceñido al cuerpo, y que cuerpo por favor. No entendía como le daba el tiempo para ejercitarse, si es que acaso lo hacía. Me sentía mal. Su cabello broncino, estaba despeinado como siempre y tenía una sombra de barba que, particularmente, me encantaba como le quedaba. 

Cuando me repuse de mi shock momentáneo, aunque duro un poco más de lo que quisiera, lo mire y le sonreí diciendole- No Edward, gracias. Tengo todo controlado.- y me di vuelta para seguir lo que estaba haciendo mientras sentía que mi corazón latía bastante más rápido de lo que recordaba que podía hacer.

Pensé que se iría por donde vino, pero en vez de eso, camino hacia donde estaba yo y se apoyó en la mesada para observar lo que hacía.

Sentí el escrutiño de su mirada y un poco molesta me di vuelta para mirarlo y decirle- ¿Se te perdió algo cariño?- siempre usaba apodos cariñosos cuando algo me molestaba.

-No cariño- me respondió divertido- solamente observaba lo bonita que te ves ¿Esta mal?- Ah bueno. Realmente esto era lo último que esperaba de mister Simpatía.

-Gracias, fue un arduo trabajo.- le respondi sonriendo ironicamente.

-Pues yo no lo creo. Generalmente te ves bien.- Contesto levantando los hombros. 

Esto era mucho para mi sin duda. Primero piensa que soy corriente y ahora me ve bonita. Realmente tenía que dejar de intentar entenderlo. Por el momento no iba a indagar, tenía un lugar que inaugurar y a mis padres en el comedor a los que extrañaba mucho.

-Vamos Ed, ayudame a llevar esto al comedor y deja de decir tonterías.- le dije mientras le daba una bandeja

-Yo nunca digo tonterias Isabella, deberías saberlo ya.- Respondió guñándome un ojo. Ja, si claro.

Caminamos hacia el comedor, y mientras me acercaba a mis padres y a los Cullen, Edward se adelanto dicendo- Buenas noches, soy Edward su camarero esta noche.- mirando a mis padres con una sonrisa.

Me quedé en mi lugar observando asombrada mientras Emmett me quitaba la bandeja de la mano y me abrazaba con fuerza gritando- ¡Pequeña!-¿Pequeña?- ¡Ya te extrañaba! No me dejes otra vez por favor!- De más esta decir que todo el mundo se dió vuelta a vernos.

Yo, claro, estaba roja como un tomate.

- Oh Emmett, te dije que lo nuestro era imposible- le seguí el juego mientras ponía una mano en mi frente como hacen las actrices de drama- Sabes que nuestro destino es ser amigos, solamente amigos.- dije riendo.

Mis padres nos observaban divertidos. Creo que se alegraban que, finalmente, tenga buenos amigos.

La noche paso sin mayores inconvenientes. Dimos por inaugurado el centro cortando un listón rosado que Alice había exigido poner en la entrada. A todos les gusto como quedo nuestro lugar. Incluso mi madre saco fotos y nos hizo algunas preguntas a Alice y a mi sobre este proyecto diciendo que lo pondría en una nota de su revista.

Vi a Edward hablando con Rosalie en algún momento de la noche. No pude evitar tener una sensación extraña en mi estómago. Si, el había dicho que me veía bien, pero Rose era... bueno era Rose. En ese momento Edward me miro y me dedico una sonrisa torcida, esa que odiaba y a la vez me encantaba. Le respondí guiñandole un ojo y sonriéndole y continue con lo mío.

Al finalizar la cena los invitados fueron yendose quedando solo mis padres, los de Alice y sus hermanos. Mis papas estaban en un hotel cerca del centro, y se quedarían hasta mañana a primer hora, por lo cual no los vería hasta que volvieran a viajar o yo fuera hacia California. 

-Los extraño saben- les dije mientras saliamos- A ver, me encanta estar aqui. Lo disfruto cada momento- bueno, no todos pero la mayoría- pero me hacen falta. No quiero que piensen que soy una amargada o algo así, solo que los extraño mucho y quiero que sepan que siempre los tengo presentes si?- ¡Bien Bella! Evitaste las lágrimas.

-Claro que te entendemos amor. Nosotros te extrañamos mucho también. Pero somos felices sabiendo que haces lo que quieres y necesitas hacer. Con eso nos conformamos hija.- dijo mi papá mientras me abrazaba.

-Señores Swan- Escuche que Edward decía detrás mío- Quiero decirles que Isabella no esta sola aquí. Nosotros la queremos como una más y la cuidamos así también. Me gustaría que sepan que estamos para lo que ella necesita, y personalmente, estoy muy feliz de tenerla cerca, es una gran persona.- dijo mientras ponía una mano en mi hombro.

Si he vivido noches raras, esta le gana. Primero es agradable conmigo, después me ignora y ahora es un caballero andante rescatando a la damisela en peligro. Me va a volver loca, lo sé, y lo peor es que parece que lo estoy permitiendo contra mi voluntad.

- Gracias Edward.- Dijo Charlie- Nos alegra que los tenga a ustedes cerca. Sobre todo a Emmett, ese muchacho da miedo de lo grande que es!- termino diciendo mi padre riendo.

- Es bueno ver que nuestra niña no esta sola.- Agregó mi madre mientras me acariciabe la mejilla.

- Ya mamá. Voy a parecer una paria sin amigos.- Reí para disimular la gran verdad que había en sus palabras.

Luego  de abrazarlos y despedirnos también de Carlisle y Esme los llevaran al hotel, entramos a casa y vimos a Alice y Jasper concentradisimos en una conversación sobre vaya uno a saber que, y a Emmett y Rosalie jugando a la X box, que hizo que me pregunte de donde rayos había salido esa consola.

Edward me miro riendo y entendiendo mi expresión me dijo - La trajo por si se aburría.- Estallé en carcajadas. Realmente Emmett podría ser un niño de 12 años en un cuerpo de un hombre de 30.