Estaba teniendo un sueño de lo más tierno con Edward, cuando el sonido de mi despertador me trajo de nuevo al mundo real.

-¿Las 9am?- dije tomando mi teléfono- ¿Por qué puse mi alarma tan temprano? ¡Un domingo! -Un momento yo debo hacer algo hoy... ¿Que era?

¿A que hora nos acostamos anoche?

¡Y cuanto bebimos!

Nota mental, decirle que no a Rosalie cuando me ofrezca algo de tomar.

Apagué el reloj y volví a cerrar los ojos. Inmediatamente apareció la cara de Edward.

Y ahí van todos los suspiros en fuga... Dios! Ese hombre. Tan extraño, ciclotimico, arrogante...

Pero que también era bondadoso, caballero y sobre todo tierno. Tenía ganas de verlo.

-¡Rayos! ¡Eso es lo que tengo, tenemos, que hacer hoy!- dije mientras me levantaba rápidamente de la cama.

Hoy almorzaríamos en casa de los Cullen y vería al culpable de mis sonrisas matutinas y aparentemente nocturas.

Le había prometido a Esme llevar un postre.

-¡Tengo que ir ya a cocinar!- dije mientras buscaba ropa.

Me puse uno de mis jeans más comodos, un día familiar con Emmett arruina cualquier intento de producirme  formalmente. Pero en vez de usar uno de mis sweters super abrigados, opte por una polera negra y un chaleco tejido azul que , según Alice y en esto estoy de acuerdo, resaltan parte de mis atributos. En vez de botas altas, mis amadas zapatillas. Desde que comenzamos a trabajar en esto Alice me tiene prohibido usarlas y las extraño.

Una vez que estuve lista, atando mi cabello en una coleta, fui a realizar la tarea defícil del día: despertar a Alice y a Rosalie.

-Ali ali Aliiii- le dije mientras la tocaba suavemente.- Ali cariño, debemos ir a almorzar a lo de tus padres. Se que estas cansada, se que bebiste- bastante más que yo según recuerdo- pero debemos irnos en un rato ¡Vamos!-

Luego de decir algo intentendible me acerque a donde dormia Rose, pero no estaba.

Había una nota "Bells y Ali: Me fui temprano para pasar un rato con mi hermano, y porque sé que iran a almorzar a casa de Al. Si le sugieren a Emmett que me invite a salir, haganlo delicadamente por favor! Las quiero. Son las mejores amigas que he tenido. Rose".

Pensar que al principio me caía mal. Ahora era una las personas que más quería.

-¡Al, despiertate chica vamos!- le dije mientras le abría la ventana si yo no lo lograba, el frío lo haría.

Hablando de amigas, tenía un mensaje de Ángela. Pero si no me ponía a cocinar no iba a lograr llevar nada.

Estuve un buen rato en la cocina horneando un pastel de chocolate, afortunadamente tenía los ingredientes necesarios, aunque tuve que duplicar todo ya que Emmett, Edward y Carlisle amaban el pastel de chocolate.

Estaba envolviendo el pastel para llevarlo, cuando escuche unos pasos que caminaban pesadamente por la escalera.

-Hola Alice, buen día.- le dije sonriendo. Parecía una niña refunfuñando- ¿Quieres cafe?-

-No. Quiero dormir.- contesto haciendo puchero- ¿Ya nos vamos?-

-Si. Ya termine así que... ¡Vamos!- le dije emocionada. Tenia muchas ganas de ver a Edward. 

- Tu estas emocionada porque verás a mi hermano.- Refunfuño.- No entiendo porque Rose y Jasper no quisieron venir.- dijo aún molesta.

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-¡Al, enana, despierta! Ya llegamos.-

Se durmió apenas subimos al auto, al parecer no era tan resistente al alcohol como a caminar horas con tacos.

Miré hacia la casa.

Pensar que vería a Edward, después de lo de anoche, me provocaba muchas sensaciones. Nervios, ansiedad... muchas ganas de verlo. 

Bajamos del auto y nos encaminamos a la casa.

-¡¡Familia!!- grito Alice- llego la alegría- Sí, la alegría dormida.

Fui a la cocina a dejar el pastel cuando apareció Esme en la cocina.

-Hola Bella ¿Como estas preciosa?-

-¡Esme! - le dije abrazandola con ganas. -Con ganas de verlos.- Era verdad. A todos ellos, a uno mas que a otros, admito.

- Traje pastel de chocolate como te prometí ¿Donde estan los muchachos Cullen?- le pregunté extrañada de no verlos dando vueltas por la casa.

- Carlisle salió a atender una urgencia, pero vuelve pronto. Emmett y Edward estan afuera buscando algo de leña, si quieres verlos.- 

-Hola mami- dijo Alice- ¿Quienes están afuera?- preguntó mientras abrazaba a su madre.

-Emmett y Edward, Ali.- contesto Esme devolviendole el abrazo.

Termino de decirlo cuando entraron a la cocina trayendo bastante leña.

-¡Hermanitas!- Dijo Emmett cuando nos vió- ¡Tanto tiempo sin verlas!- Nos habíamos visto ayer, pero, quien entiende al grandote.- ¿Tienes novedades para mi?- preguntó mientras me abrazaba. Ahora entendía la emoción.

-Hola Emm, si tengo.-

-Genial, vamos a mi habitación y me cuentas.- dijo llevandome del brazo.

-¡Un momento Emmett!- lo detuvo Edward- ¿No vas a dejar que la salude?- preguntó luego de saludar a Alice.

¿Ahí? frente a todos? ¿Con Esme mirandonos? ¿Que quería hacer este muchacho? Por un momento tuve miedo.

-Hola Bella- me dijo mirandome a los ojos- ¿Como estas?- preguntó mientras me daba un suave abrazo. Se acerco a mi oído y añadió- Cuando estos cotillas se vayan te saludaré como es debido.-No solo el sonrojo no tardo en aparecer sino que mi corazón aumento su velocidad al latir tan solo pensarlo.

-¿Listo Edward, la saludaste? Bien 'Vamos Bellita, por favor!- Dijo Emmett volviendo a agarrarme el brazo. Si no hubiese estado tan preocupado por Rosalie seguramente hubiese hecho una cantidad importante de chistes sobre mi sonrojo.

Mire a Edward y le sonreí.

- Luego hablamos.- le dije. El solo respondió con una sonrisa hermosa.

Subimos a la habitación de Emmett. Bueno, me subió casi a la rastra debo admitir.

-Bueno, aqui estamos Emmet ¿Que quieres saber?- Le pregunté haciéndome la seria.

-¡Si ya lo sabes! Vamos Bellita, no me hagas sufrir ¿Hablaste con Rose? ¿Que le dijiste? ¿No le habrás dicho que estaba como tonto por ella no?- Si Emmett, exactamente eso hice.

-No Emm, tranquilo.-no se lo podía admitir. Se sentiría avergonzado.- No te puedo decir mucho, ya que hemos hablado bastante, y hay cosas que quedan entre nosotras. - La cara de Emmett era un poema. Si no supiese que me quiere tanto, hasta le tendría miedo.- Lo que si te puedo decir es que no le eres para nada indiferente. - Me miro con una sonrisa increíble

- ¿En serio? ¿Le gusto?-

Sentía que estaba teniendo una charla con un adolescente.

- En serio. Pero si quieres algo con ella, debes acercarte tu Emm. No puedes mandarme a mi a hablar con ella. No tenemos 15 años y tu- le dije mientras ponía el dedo indice en su pecho- eres más grande que todos nosotros, por lo cual debes dar el ejemplo.-

-¿Entonces dices que la invite a salir? ¿Que la lleve a cenar, a bailar? Ayudame en esta Bella, estoy perdido.-

-Todo eso esta bien, pero deberías acercarte y decirle lo que te pasa. Rose es una gran mujer, tu ya sabes eso, por eso se merece a un gran hombre. Si me pides mi consejo- y si no se lo iba a dar también- habla con ella. Has algo especial. Estate pendiente de las cosas que quiere o que le gustarían.- Parecía que estaba tomando nota mental de todo.-Pero sea lo que sea que hagas, demuestrale que la quieres.- Listo. Ya había hecho mi buena acción del día y realmente quería ver a Edward, por lo que me levante para irme.

-¡Bells!- me llamo -Gracias. Eres una gran amiga.- dijo abrazandome fuerte.

-De nada Emmett ¿Para eso estamos no? Ahora iré abajo a ayudar a tu madre.- le dije mientras salía- Llámala.- y cerré la puerta.

Estaba llegando a la escalera cuando una mano tomo mi brazo y me hizo retroceder.

-Ahora vienes conmigo "Bellita".- dijo Edward divertidamente mientras me llevaba con el.

-¿Y si no quiero?- le pregunté intentando hacerme la difícil.

-Entonces te dejaré ir...- Me dijo soltandome mientras entrabamos a su habitación.

- ¿Así de simple me dejarías ir? Que desilución, pensaba que al menos ibas a tratar de convencerme.- Dije mientras me apoyaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados, como suele hacer él.

Se dio vuelta mirándome intensamente, puso sus manos en mi cintura atrayendome a él, cerró la puerta tras de mi y dijo:

- Te dejaría ir, pero antes haría esto.- Y acercandome aún más a él me beso.

No fue como el beso que nos dimos en la cocina de casa, sino un beso mas profundo, cargado de sentimientos.

Un beso que hizo que sintiera al rededor fuegos artificiales.

Un beso que me hizo sentir lo que nadie, ni siquiera Mike, me hizo sentir nunca.

Cuando nos separamos,luego de un buen rato, no quise abrir los ojos.

Creo que era porque sentía que si los abría podría desaparecer y ser todo un sueño. Pero cuando sentí su mano suave acariciandome la mejilla los abrí. Y ahí estaba el. 

-Wow- le dije. Tan original.

- Lo mismo digo.-me dijo sonriendo- ¿Sigues queriendote ir?- me preguntó mientras volvía a besarme.

- Creo que puedo quedarme un rato más.- Respondí mientras me apretaba más a él y profundizaba el beso.