EL BESO DE LA NOCHE

Autor: andrea_Black
Género: + 18
Fecha Creación: 30/07/2012
Fecha Actualización: 26/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 64
Visitas: 46391
Capítulos: 45

**********FIC FINALIZADO!!!! ANIMENSE A ENTRAR**********

¿Cómo enamorar a alguien que no es capaz de recordarte? ...¿Como enamorarte de aquel enemigo al que estás destinado a matar?...¿Como poner todas tus últimas esperanzas de sobrevivir en aquel ser que ha matado a tantos de tu especie?

Jamás recordaría su tacto. Su beso. Su nombre… Su cuerpo sólo calmaría al de él por unos pocos minutos. No haría nada por aliviar la soledad de su corazón, que anhelaba que alguien lo recordara.

 Jacob Wolf Black es un cazafor oscuro, cuyo don es la amnesia para todo ser que lo haya visto. Después de 5 minutos nadie lo podrá recordar.

 Renesmee Cullen es una semi-vampiro con los dias contados, con una muerte lenta y dolorosa que la espera al cumplir 27 años.

...Esta es una historia basada en la saga Dark Hunter de la escritora Sherrilyn Kenyon...

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Capítulo 45: Epilogo

Chicas lo siento pero si es ese el final, lo que algunas no alcanzaron a leer fue que puse: "fanfic finalizado en espera de epilogo" asi que ahi les va su epìlogo.... sorry a veces me gusta ser troll.

 

EPILOGO

—¡Sam!

Sam despertó bruscamente ante el agudo chillido que repiqueteó en su cabeza. Estaba acostado, desnudo, en su cama, con sus sábanas de seda negra envueltas alrededor de su delgado cuerpo.

Maldiciendo, Sam dispuso la ropa sobre su cuerpo y salió como rayo de su hogar en Katoteros a la casa de Jacob.

Era demasiado tarde.

Jacob estaba en el living con Renesme en sus brazos. Su rostro estaba pálido, con un tinte azulado.

En cuanto el Vikingo lo vio, sus ojos llenos de lágrimas resplandecieron con odio.

—Me mentiste, Sam. Mi sangre la envenenó.

Sam tomó a Renesme de los brazos de Jacob y la recostó suavemente en el sillón.

Erik comenzó a aullar, como si comprendiese lo que había sucedido. Como si supiera que su madre estaba muerta.

El corazón de Sam dejó de latir.

Jamás había sido capaz de soportar el sonido de un niño llorando.

—Ve con tu hijo, Jacob.

—Renesme…

—¡Ve con Erik! –le dijo Sam bruscamente—. Ahora, y sal de la habitación.

Afortunadamente, el Vikingo lo obedeció.

Sam acunó la cabeza de Renesme en sus manos y cerró los ojos.

—No puedes resucitar a los muertos, Sam –dijo Artemisa mientras aparecía en la habitación—. Los Destinos no te dejarán.

Sam la miró y entrecerró los ojos.

—No te metas conmigo en este momento, Artie. Esto no te concierne.

—Todo lo que haces me concierne. Conoces nuestro pacto. No me diste nada a cambio del alma de Jacob.

Sam se puso de pie lentamente, con los ojos centelleando.

Artemisa dio un paso atrás, reconociendo el hecho de que él no estaba de humor para jugar con ella.

—Jamás tuviste su alma, Artemisa, y lo sabes. Lo usaste para proteger el linaje de tu hermano. ¿Qué mejor modo de liberarlo, para que proteja a su inmortal esposa y críe a hijos igualmente inmortales que sean lo suficientemente fuertes como para sobrevivir a aquellos que los quieren muertos?

—¡Jacob me pertenece!

—No es así. Jamás te perteneció.

Sam cerró los ojos y tocó la frente de Renesme.

Sus ojos parpadearon lentamente.

—¡No! –dijo Artemisa con brusquedad.

Sam la miró, con los ojos de un rojo brillante.

—Sí –siseó—. Y a menos que quieras tomar su lugar con Hades, sugiero que te retires.

Artemisa desapareció de la habitación.

Renesme se sentó lentamente.

—¿Sam?

—Shh –dijo él, apartándose de ella—. Está bien.

—Me siento tan extraña.

—Lo sé. Esa sensación desaparecerá pronto.

Renesme frunció el ceño mientras miraba alrededor.

Jacob regresó. Se quedó helado en cuanto vio a Renesme sentada. Más rápido de lo que Sam podía parpadear, había atravesado la habitación para poder tomarla en brazos y sostenerla contra sí.

—¿Estás bien?

Renesme miró a Jacob como si hubiese perdido la cabeza.

—Por supuesto. ¿Por qué no lo estaría?

Jacob la besó, y luego miró a Sam incrédulamente.

—No sé lo que hiciste, pero gracias, Sam. Gracias.

Sam inclinó la cabeza.

—Cuando quieras, Vikingo. Todo lo que pido es que los dos disfruten de su tiempo juntos y tengan montones de hijos. –Cruzó los brazos sobre su pecho—. A propósito, como regalo de bodas, revoco la maldición del sol a ustedes y sus hijos. Nadie que nazca de ustedes dos tendrá que volver a vivir por la noche. No a menos que lo elijan por sí mismos.

—¿Me estoy perdiendo de algo? –preguntó Renesme nuevamente.

Una esquina de la boca de Sam se elevó.

—Dejaré que Jacob te lo explique. Por el momento, regresaré a la cama.

Sam desapareció de la habitación.

Jacob levantó a Renesme y la llevó hacia su cama.

 

 

Artemisa estaba en el dormitorio de Sam, esperando que reapareciera. La expresión en su rostro le dijo que estaba planeando hacer el resto de su día miserable.

—¿Qué, Artie? –le preguntó, irritado.

Ella balanceaba un medallón con su dedo.

—¿Sabes a quién le pertenece esto?

—Jane.

—Jacob.

Sam sonriómalignamente.

—Jane. Dimitri es quien tiene el alma de Jacob. Piénsalo, Artie. ¿Cuál es la única regla de las almas?

—Deben ser otorgadas libremente.

Él asintió.

—Y tú jamás acordaste renunciar a la de ella. Usando el veneno de Vampiro, Jane drogó a Jacob para que él diera la suya, inconscientemente, a Dimitri. El hechizo que Dimitri usó para intercambiar sus almas se gastó luego de unos pocos meses, y el alma de Jane regresó a ti, mientras que la de Jacob regresó al amuleto que Dimitri tiene.

—Pero…

—No hay peros, Artie. Fui yo quien hizo inmortal a Jacob y le dio sus poderes. Si quieres regresar esa alma a alguien, entonces será mejor que llames a Dimitri y veas si está dispuesto a entregarte a Jane.

Ella chilló, furiosa.

—¡Me engañaste!

—No. Este es el modo en que se suponía que fueran las cosas. Necesitabas a alguien que engendrara a la heredera de Apolo. Por mucho que odie a tu hermano, comprendo porqué Renesme debe vivir y porqué Apolo no puede morir.

—Planeaste esto desde el principio –lo acusó.

—No –la corrigió él—. Simplemente tuve la esperanza.

Ella lo miró con rabia.

—Aún no comprendes la fuente de tus poderes Atlantes, ¿verdad?

Sam respiró entrecortadamente.

—Sí, Artemisa. Lo comprendo. Lo entiendo de un modo que jamás comprenderás.

Y con eso, pasó junto a ella y se recostó en su cama para poder obtener finalmente un poco de su muy bien merecido sueño.

Artemisa trepó a la cama detrás de él y se acurrucó contra su espalda. Le acarició el hombro con su rostro.

—Está bien, entonces –dijo suavemente—. Ganaste esta ronda contra mí y contra Didime. Te daré crédito por eso. Pero dime, Sam… ¿cuánto tiempo puedes continuar derrotándonos a ambas?

Él observó sobre su hombro para ver el maligno destello en sus ojos verdes iridiscentes.

—Cuanto sea necesario, Artemisa. Cuanto sea necesario.

Renesme despertó el día de su cumpleaños, con miedo a medias de que todo esto fuese un sueño.

Incluso Jacob nunca se aventuraba demasiado lejos de su lado, como si tuviera miedo de que pudiera evaporarse en el momento en que la dejara.

Regresaba corriendo a ella en todo momento, durante toda la tarde.

—¿Aún estás aquí?

Ella reía y asentía.

—Hasta ahora nada está yendo hacia el sur.

Para el momento en que el sol se puso y ella se veía igual que esa mañana, Renesme se dio cuenta de la verdad.

Había terminado.

Ambos eran libres.

Su corazón cantó con alivio. Jacob ya no tenía que cazar a su gente, y ella ya no tenía que vivir sus cumpleaños con terror.

Nunca más.

Era perfecto.

 

Tres años más tarde

 

No era perfecto.

Renesme se mordió los labios, parada en medio del patio con las manos sobre la cadera mientras Jacob, Seth, y Alec discutían acerca del set de juegos que ella estaba intentando que armaran para Erik.

Los trabajadores se habían retirado al frente de la casa, mientras que los tres hombres discutían en la parte de atrás.

—No, ves, el tobogán está demasiado alto –estaba diciendo Jacob—. Podría caerse y darse un golpe.

—Olvida eso –dijo Seth bruscamente—. Podría destruirse en el subibaja.

—Nada de subibaja –dijo Alec—. Las hamacas son un peligro asfixiante. ¿De quién fue la idea de que tuviese esto?

Renesme puso los ojos en blanco mientras Erik se aferraba a su mano y chillaba porque se estaban llevando su set de juego.

Mirando su hinchada panza, suspiró.

—Sigue mi consejo, pequeño. Quédate ahí tanto como puedas. Estos chicos van a volverte loco. —Renesme levantó a Erik y lo llevó hasta su padre. Forzó a Jacob a que alzara al pequeño llorando—. Explícale al bebé mientras voy adentro y coloco más acolchados en las paredes de su cuarto.

—Sabes –dijo Seth—, ella tiene razón. Realmente necesitamos más acolchados…

Y los hombres siguieron con ese tema.

Renesme rió. Pobre Erik, pero al menos sabía que lo amaban.

Deslizó la puerta de vidrio y regresó a la casa.

Dos segundos más tarde, Jacob estaba allí, levantándola en sus brazos.

—¿Ya te volviste completamente loca?

—No, pero creo que tú sí.

Él se rió.

—Una pizca de prevención…

—Vale por lo menos diez años de terapia.

Jacob gruñó profundamente mientras la cargaba a través de la casa.

—¿Realmente deseas que tenga esos juegos?

—Sí. Quiero que Erik tenga lo único que jamás tuve.

—¿Y eso es?

—Una infancia normal.

—Está bien –dijo él, suspirando—. Se los dejaré tener, si es tan importante para ti.

—Lo es. Y no te preocupes. Si se parece en algo a su padre, y así es, hará falta mucho más que eso para dañar su duro cráneo.

Jacob fingió indignación.

—Oh, ¿ahora me insultas?

Renesme envolvió sus brazos alrededor del cuello de Jacob y recostó la cabeza contra su hombro.

—No, mi dulzura. No estoy insultándote. Estoy admirándote.

Él sonrió.

—Bien, es una réplica segura. Pero si hablas en serio acerca de admirarme, puedo pensar en un modo mejor de hacerlo.

—Oh, sí, ¿y cómo es eso?

—Desnudos y en mi cama.

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Ahora si chicas, muchisimas gracias por haber leido esta historia, original de sherrilyn kenion, que su humuilde servidora adapto para jacob y renesme, gracias y nos vemos pa la otra, si quieren otra historia igual de buena, dejen sus comentarios acerca de quien les gustaria de protagonistas... ciao hasta la proxima.... andrea_black

Capítulo 44: CAPITULO 41

 
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