EL BESO DE LA NOCHE

Autor: andrea_Black
Género: + 18
Fecha Creación: 30/07/2012
Fecha Actualización: 26/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 64
Visitas: 46388
Capítulos: 45

**********FIC FINALIZADO!!!! ANIMENSE A ENTRAR**********

¿Cómo enamorar a alguien que no es capaz de recordarte? ...¿Como enamorarte de aquel enemigo al que estás destinado a matar?...¿Como poner todas tus últimas esperanzas de sobrevivir en aquel ser que ha matado a tantos de tu especie?

Jamás recordaría su tacto. Su beso. Su nombre… Su cuerpo sólo calmaría al de él por unos pocos minutos. No haría nada por aliviar la soledad de su corazón, que anhelaba que alguien lo recordara.

 Jacob Wolf Black es un cazafor oscuro, cuyo don es la amnesia para todo ser que lo haya visto. Después de 5 minutos nadie lo podrá recordar.

 Renesmee Cullen es una semi-vampiro con los dias contados, con una muerte lenta y dolorosa que la espera al cumplir 27 años.

...Esta es una historia basada en la saga Dark Hunter de la escritora Sherrilyn Kenyon...

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 24: CAPITULO 23

Elizabeth era el nombre de una de sus hermanas, que había muerto junto a su madre.

La sombra dio un paso hacia la luz para que pudieran ver su rostro, que era sorprendentemente parecido al de Renesme. La única diferencia era su cabello. El de Elizabeth era rubio dorado y lacio, y Renesme tenía apretados rizos rubio-rojizos. Elizabeth vestía un traje negro y no parecía llevar ningún arma encima.

—Soy yo, Nessie. Estoy aquí para ayudarte.

Renesme dio un paso atrás y chocó contra Seth, quien miró a la recién llegada sospechosamente. Incluso Kat estaba tensa.

Renesme dio un vistazo incrédulo a su hermana.

—Se supone que estás muerta.

—Lo estoy –susurró Elizabeth.

—Eres una Vampiro –dijo Jacob acusadoramente.

Elizabeth asintió.

—Oh, Elizabeth –dijo Renesme, su voz llena de decepción—. ¿Cómo pudiste?

—No me juzgues, hermanita. Tuve mis razones. Ahora tenemos que ponerte a salvo.

—Como si fuera a confiar en ti –dijo Renesme, poniéndose rígida—. Recuerdo al tío Demos.

—No soy el tío Demos y no tengo intención de convertirte en lo que yo soy.

Elizabeth dio un paso hacia ella, pero Jacob impidió que se acercara más a Renesme, hasta que él supiera la verdad de sus intenciones.

Elizabeth lo miró con irritación, luego regresó la vista a su hermana.

—Por favor, Nessie, tienes que creerme. Nunca, jamás te lastimaría. Lo juro por el alma de mamá.

Otro Vampiro entró por la puerta. Un hombre. Era alto y rubio, y Jacob lo recordaba muy bien del club. El Vampiro que lo había golpeado.

Este era el Vampiro que se había referido a Aro como su padre.

Kat jadeó.

—Apresúrate, Liz –le dijo el Vampiro a la hermana de Renesme—. No puedo mantener esto oculto mucho tiempo más.

Se detuvo lo suficiente como para encontrarse con la mirada de Jacob sin retroceder. La furia y el odio de ambos hombres era lo suficientemente tangible como para hacer temblar a Renesme. Esperaba a medias que uno de ellos atacara al otro en cualquier momento.

—¿Por qué estás ayudándonos? –demandó Jacob.

El Vampiro frunció los labios con repugnancia.

—Como si me importaras en lo más mínimo, Cazador Oscuro. Sólo estoy aquí para ayudar a mi esposa a proteger a su hermana menor. Lo que aún pienso que es una estúpida idea –miró a Elizabeth, que le devolvió la mirada irritada.

—Te sentirás mejor acerca de esto mañana –dijo Elizabeth.

El Vampiro bufó.

—Menos mal que te amo.

Kat se quedó boquiabierta.

—¿Alec tiene corazón? ¿Quién lo hubiese imaginado?

Alec la miró con rabia.

—Cállate, Abadonna.

Renesme vio el amor en el rostro de Elizabeth mientras Alec se acercaba a ella.

—Alec es quien me salvó cuando mamá murió –le explicó Elizabeth—. Él me sacó del auto antes de que la bomba explotara, y me escondió. Intentó salvar a mamá y a Nia también, pero no las alcanzó a tiempo.

Renesme no sabía qué pensar de eso. No tenía sentido que un Vampiro, menos aún uno emparentado con Aro, las ayudara cuando toda su vida habían sido perseguidas por la especie de Alec.

—¿Por qué?

—No hay tiempo para esto –siseó Alec—. Mi padre no es un hombre estúpido. Caerá en la cuenta rápidamente cuando no escuche nada sobre los dos hombres muertos.

Elizabeth asintió, luego giró hacia Renesme.

—Te estoy pidiendo que confíes en mí, Nessie. Juro que no lo lamentarás.

Renesme intercambió ceños con Jacob y Kat.

—Creo que podemos confiar en ella.

Jacob miró a Alec, luego a Kat.

—Dijiste que eran sádicos. ¿Hay alguna posibilidad de que estén jugando con nuestras cabezas?

Alec rió grave y amargamente.

—No tienes idea.

Elizabeth golpeó a su esposo en el estómago.

—Compórtate, Alec. No estás haciendo esto más sencillo.

Frunciéndole el ceño a su esposa, Alec se frotó el abdomen donde ella lo había golpeado, pero no dijo nada más.

—Hazlo –dijo Kat—. Si él está mintiendo, sé cómo lastimarlo.

Su mirada fue significativamente hacia Elizabeth.

Alec se endureció como una baqueta.

—Destructora o no, si alguna vez la tocas, te mataré, Katra.

—Entonces nos entendemos –dijo Jacob—. Porque si algo le sucede a Renesme, Kat será el menor de tus problemas.

Alec se adelantó, pero Elizabeth lo forzó a retroceder.

—Dijiste que debíamos apresurarnos.

Los rígidos rasgos de Alec se suavizaron mientras miraba a Elizabeth y asentía. Sin una palabra más, los condujo hacia un airboat negro que ya estaba sobre el hielo, esperando por ellos.

Seth subió a bordo primero, seguido por Kat.

Renesme hizo lo mismo.

—¿Es este el mismo barco que los Canadian Mounties usan para las búsquedas y rescates? –le preguntó a Jacob.

Jacob se aclaró la garganta como si estuviese ofendido.

—Son fabricados por la misma compañía, pero me agrada pensar que el mío es un poquito más agradable.

Y lo era. Lujoso hasta el extremo, hasta con asientos acolchados.

—Sí –dijo Seth mientras se sentaba y se ataba a sí mismo—. Nosotros somos Dudley Do-Right.

Renesme le sonrió mientras Jacob tomaba el timón. Su hermana subió, luego se detuvo cuando se dio cuenta de que su esposo se había quedado en el muelle y no estaba haciendo nada para unírseles.

El rostro de Elizabeth estaba aún más pálido.

—Ven con nosotros, Alec –le rogó, estirándose para tomar su mano.

Su voz estaba llena de tensión y preocupación.

Renesme observó sus manos unidas, que le mostraba cuánto deseaba cada uno de ellos aferrarse y jamás dejarse ir.

—Te matarán si descubren esto.

El dolor en el rostro de Alec mientras miraba anhelantemente a Elizabeth hizo que Renesme sufriera por los dos.

—No puedo, bebé, sabes que no puedo. Debo quedarme y tapar tus huellas, pero prometo que me pondré en contacto en cuanto pueda. –Besó a Elizabeth apasionadamente, luego le dio un beso en la mano y la soltó—. Cuídate.

—Tú también.

Él asintió, luego quitó el último pedazo de arnés.

—Cuida a mi esposa, Cazador Oscuro.

Jacob miró a Elizabeth y asintió.

—Gracias, Vampiro.

Alec se burló.

—Apuesto a que jamás pensaste que pronunciarías esas palabras.

Alec elevó las puertas del muelle al mismo tiempo que un grupo de Vampiros entraba al cobertizo.

Elizabeth jadeó y comenzó a ir hacia su esposo. Seth la sostuvo mientras Jacob aceleraba a fondo la máquina y volaba hacia el norte sobre el hielo. Afortunadamente, el viento estaba a su favor y aceleraron rápidamente.

—¡No! –Gritó Elizabeth mientras corrían sobre el lago—. No podemos dejarlo.

—No tenemos elección –dijo Seth—. Lo siento.

Renesme vio la desesperación en el rostro de su hermana, pero Elizabeth no lloró. Apenas miró hacia atrás, donde el cobertizo estaba desapareciendo rápidamente de su vista, con los ojos llenos de terror.

Renesme se aferró fuertemente a su cinturón de seguridad, con el corazón latiendo enloquecido.

—¿Qué tan rápido estamos yendo? –le preguntó a Seth.

—Por lo menos a más de 160 Km. –le respondió—. Estas cosas pueden moverse hasta 225 con viento a favor, y sólo a 65 en contra.

Wow. Miró a su hermana, que aún no había dejado de mirar atrás aunque el cobertizo ya había desaparecido de la vista.

—Él va a estar bien, Elizabeth –dijo Kat—. Su padre no lo lastimaría realmente. Aro puede ser psicópata, pero ama a Alec.

El rostro de Elizabeth mostraba cada pedacito de sus dudas.

—Continúa hacia el norte –le dijo a Jacob—. Tenemos un lugar seguro donde podemos esconderlos a todos.

En cuanto las palabras fueron pronunciadas, Renesme escuchó el violento chillido de algo que sonaba como si viniera de Hollywood. Fue seguido por el indudable sonido de unas alas batiéndose.

Mirando hacia arriba, vio el vampiro que se dirigía hacia ellos.

—Oh, mi… —no pudo completar las palabras porque el terror la ahogó.

Kat reaccionó instantáneamente. Se arrojó sobre Renesme.

El vampiro chilló más agudamente como si se hubiera frustrado por sus acciones. El fuego voló a través de la proa del barco.

Jacob no desaceleró para nada. Extrajo su arma y le disparó al vampiro.

El vampiro se lanzó directo hacia ellos, gritando mientras llegaba. Renesme pudo ver cuando las balas lo golpearon. El vampiro retrocedió, pero no frenó ni se desvió.

Continuó hacia ellos con una resuelta determinación.

Más cerca.

Más cerca…

Se abalanzó tan cerca que ella pudo sentir la caliente respiración del vampiro.

Jacob recargó su cartucho y disparó más.

Justo cuando Renesme estaba segura de que los devoraría, el vampiro desapareció instantáneamente.

Por diez segundos enteros, nadie se movió.

—¿Qué sucedió? –preguntó Seth.

—Debe haber sido llamado –respondió Kat—. Es lo único que podría haberlo detenido de ese modo.

Jacob finalmente frenó un poco.

—¿Llamado por quién?

—La Destructora –dijo Elizabeth—. No permitirá que lastime a Kat.

—¿Y por qué es eso, Kat? –preguntó Jacob.

Kat pareció incómoda por esa pregunta.

—Al igual que Aro, soy una de sus siervas.

—Pensé que servías a Artemisa –dijo Renesme.

—Sirvo a ambas.

Renesme inclinó la cabeza mientras miraba a su amiga. Alguien a quien había pensado que conocía durante años, y ahora se daba cuenta de que realmente no sabía nada sobre Kat.

—Pregunta –dijo Renesme, con el corazón latiendo fuertemente por el miedo—. ¿Qué sucede cuando tienes un conflicto de intereses? ¿A quién seguirás entonces, Kat?

Capítulo 23: CAPITULO 22 Capítulo 25: ATENCION CHICAS

 
14444229 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios