Renesme estaba tan enojada que no sabía qué hacer. En realidad, sí lo sabía. Pero eso incluía tener a Jacob atado en una habitación y ella con una enorme escoba en las manos para golpearlo.

¡O mejor aún, un palo con espinas!

Desdichadamente, necesitaría más que Kat y ella para atar al insoportable patán.

Mientras Kat conducía de regreso a su apartamento, luchó contra las ganas de gritar y demostar al imbécil que tenía la misma cantidad de compasión que un cerdo.

No se había percatado de cuánto se había abierto al Jacob de sus sueños. Cuánto le había dado de sí misma. Jamás había sido el tipo de mujer que confiara en alguien, menos que menos en un hombre. Y aún así lo había acogido en su corazón y en su cuerpo.

Cuánto más…

Detuvo su silenciosa perorata mientras sus pensamientos cambiaban de rumbo.

Esperen…

Él también recordaba sus sueños.

La había acusado de intentar…

—¿Por qué no pensé en eso mientras estábamos en el club? –preguntó Renesme en voz alta.

—¿Pensar en qué?

Miró a Kat, cuyo rostro estaba iluminado por la luz del tablero.

—¿Recuerdas lo que Jacob dijo en el bar? Me recordó de sus sueños y yo lo recordé de los míos. ¿Crees que nuestros sueños podrían ser reales?

—¿Jacob estaba en el bar? –Preguntó Kat mientras fruncía el ceño mirando a Renesme—. ¿El Cazador Oscuro con el que has estado soñando estaba allí esta noche? ¿Cuándo?

—¿No lo viste? – Replicó Renesme—. Vino directo hacia nosotras después de la pelea y me gritó por ser Semi-vampiro.

—La única persona que se acercó a nosotras fue el Vampiro.

Renesme abrió la boca para corregirla, pero entonces recordó lo que Jacob había dicho acerca de que la gente lo olvidaba. Por dios, lo que sea que fuese había hecho que su guardaespaldas también se olvidara completamente de él.

—Está bien –dijo, intentando nuevamente—. Olvida que Jacob estuvo ahí y regresemos a la otra pregunta. ¿Crees que los sueños pueden haber sido reales? ¿Quizás una especie de conciencia alterna o algo así?

Kat resopló.

—Cinco años atrás no creía que los vampiros fueran reales. Me has demostrado lo contrario. Querida, considerando tú extraña vida, diría que casi cualquier cosa es posible.

Cierto.

—Sí, pero nunca escuché de nadie que pudiera hacer esto.

—No lo sé. ¿Recuerdas eso que vimos hoy temprano en línea acerca de los Cazadores de Sueños? Pueden infiltrarse en los sueños. ¿Crees que puedan tener algo que ver con esto?

—No lo sé. Tal vez. Pero el sitio de cazador-de-sueños.com decía que ellos mismos se infiltraban en los sueños. No había nada allí sobre que reunieran a dos personas en un sueño.

—Sí, pero si son dioses del sueño, es evidente que podrían reunir a dos personas en su propio territorio.

—¿Qué estás diciendo, Kat?

—Sólo estoy diciendo que quizás conoces a Jacob mejor de lo que crees. Quizás cada sueño que has tenido con él ha sido real.

Jacob no tenía ningún destino en mente mientras conducía por St. Paul. En lo único que podía concentrarse era en Renesme y la traición que sentía.

—Ya me parecía –refunfuñó. Todo este tiempo y cuando finalmente encontraba una mujer adecuada que lo recordara resultaba ser una Semi-vampiro; el único tipo de mujer con la que estaba completamente prohibido que interactuara—. Soy un idiota.

Su teléfono sonó. Jacob lo tomó y atendió.

—¿Qué sucedió?

Se sobresaltó al oír la voz fuertemente acentuada de Sam Parthenopaeus del otro lado. Cada vez que Sam se enojaba realmente, revertía a su acento imponente, de macho alpha, al que sería imposible negarse.

Jacob decidió hacerse el desentendido.

—¿Qué?

—Acabo de recibir una llamada de Dante sobre el ataque de esta noche en su club. ¿Qué sucedió exactamente?

Jacob dejó escapar un suspiro cansado.

—No lo sé. Se abrió un portal y de él salió un grupo de Vampiros. A propósito, su líder tenía cabello negro. No pensé que eso fuera posible.

—No es su color natural de cabello. Confía en mí. Aro descubrió a L'Oreal algún tiempo atrás.

Jacob se apartó de la ruta mientras ese bocado lo traspasaba como un cuchillo en llamas.

—¿Conoces a ese tipo?

Sam no respondió.

—Necesito que tú y Emily se aparten de Aro y sus hombres.

Hubo algo en el tono de Sam que hizo que la sangre de Jacob se congelara. Si no supiera lo que debía hacer, juraría que había oído una verdadera advertencia.

—Es sólo un Vampiro, Sam.

—No lo es, y no viene a alimentarse como los demás.

—¿Qué quieres decir?

—Es una larga historia. Mira, no puedo irme de Nueva Orleáns ahora mismo. Tengo suficiente mierda con la que lidiar aquí, y probablemente es la razón por la que Aro está sacando sus porquerías ahora. Sabe que estoy distraído.

—Sí, bueno, no te preocupes por eso. Aún no he conocido a un Vampiro del que no pueda encargarme.

Sam hizo un sonido de desacuerdo.

—Adivina de nuevo, hermanito. Acabas de conocer a uno y, confía en mí, no es parecido a ningún otro que hayas conocido antes. Hace que Victoria parezca un hámster.

Jacob se recostó en el asiento mientras el tráfico corría junto a él. Definitivamente había algo más que lo que Sam estaba revelando. Por supuesto, el tipo era bueno para eso. Sam guardaba secretos de todos los Cazadores Oscuros y jamás revelaba ninguna información personal sobre sí mismo.

Enigmático, engreído y poderoso, Sam era el más viejo de los Cazadores Oscuros y a quien todos recurrían en busca de información y consejos. Durante dos mil años, Sam había luchado solo contra los Vampiros, sin otros Cazadores Oscuros. Diablos, el hombre había existido desde antes de que los Vampiros fueran creados.

Sam sabía cosas que ellos sólo podían imaginar. Y ahora mismo, Jacob necesitaba algunas respuestas.

—¿Cómo es que sabes tanto acerca de este y no sabías mucho de Victoria? –preguntó Jacob.

Como esperaba, Sam no respondió.

—Las panteras dijeron que estuviste con una mujer esta noche. Renesme Cullen.

—¿También la conoces?

Nuevamente, Sam ignoró la pregunta.

—Necesito que la protejas.

—Mierda –dijo Jacob bruscamente, enojado por el hecho de que ya se sentía usado por ella. Lo último que deseaba era darle otra oportunidad de entretenerse con su mente. Jamás le había gustado que alguien jugara con él, y luego del modo en que Jane lo había usado y traicionado, lo último que necesitaba era a otra mujer que lo jodiera para obtener lo que deseaba—. Ella es Semi-vampiro.

—Sé lo que es, y debe ser protegida a toda costa.

—¿Por qué?

Para su asombro, Sam en realidad le contestó.

—Porque ella tiene el destino del mundo en sus manos, Jacob. Si la matan, los Vampiros van a ser el menor de nuestros problemas.

Eso no era lo que quería escuchar esta noche.

Jacob le gruñó a Sam.

—Realmente odio cuando dices cosas así. –Se quedó callado mientras se le ocurría otra idea—. Si ella es tan importante, ¿por qué no estás tú aquí custodiándola?

—Principalmente porque no hay una sola Puerta del Infierno que proteger. Estoy metido hasta los codos en este Armagedon aquí en Nueva Orleáns y ni siquiera yo puedo estar físicamente en dos sitios al mismo tiempo. Ella es tu responsabilidad, Jacob. No me decepciones —Contra su opinión, Jacob escuchó que Sam le daba la dirección de Renesme—. Y, ¿Jacob?

—¿Sí?

—¿Alguna vez has notado que la salvación, al igual que las llaves del auto, generalmente suelen estar donde y cuando menos lo esperas?

Frunció el ceño ante las esotéricas palabras de Sam. El tipo era realmente, realmente raro.

—¿Qué diablos significa eso?

—Ya lo verás. —Sam colgó.

—Realmente odio cuando juega al Oráculo –dijo con los dientes apretados mientras daba vuelta su camioneta y se encaminaba a lo de Renesme.

Esto apestaba. Lo último que deseaba era estar cerca de una mujer que lo había seducido tan completamente.

Una mujer a la que sabía que jamás podría tocar en carne y hueso. Que sería un error aún mayor del que ya había cometido. Ella era Semi-vampiro. Y por los últimos mil doscientos años, él había pasado su vida persiguiendo a su especie y matándolos.

Y aún así la mujer lo atraía de un modo que lo desgarraba.

¿Qué iba a hacer? ¿Cómo podía sostener su código como Cazador Oscuro y mantenerse alejado de ella cuando todo lo que verdaderamente deseaba hacer era tomarla en sus brazos y saber si ella sabía tan bien en la vida real como en sus sueños…?

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