EL BESO DE LA NOCHE

Autor: andrea_Black
Género: + 18
Fecha Creación: 30/07/2012
Fecha Actualización: 26/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 64
Visitas: 46381
Capítulos: 45

**********FIC FINALIZADO!!!! ANIMENSE A ENTRAR**********

¿Cómo enamorar a alguien que no es capaz de recordarte? ...¿Como enamorarte de aquel enemigo al que estás destinado a matar?...¿Como poner todas tus últimas esperanzas de sobrevivir en aquel ser que ha matado a tantos de tu especie?

Jamás recordaría su tacto. Su beso. Su nombre… Su cuerpo sólo calmaría al de él por unos pocos minutos. No haría nada por aliviar la soledad de su corazón, que anhelaba que alguien lo recordara.

 Jacob Wolf Black es un cazafor oscuro, cuyo don es la amnesia para todo ser que lo haya visto. Después de 5 minutos nadie lo podrá recordar.

 Renesmee Cullen es una semi-vampiro con los dias contados, con una muerte lenta y dolorosa que la espera al cumplir 27 años.

...Esta es una historia basada en la saga Dark Hunter de la escritora Sherrilyn Kenyon...

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 28: CAPITULO 26

—¿Perdón?

—Él es nuestro enemigo, Nessie. ¿Qué esperabas que hiciéramos?

—Espero que lo dejen ir. Ahora.

—No puedo.

Renesme se detuvo sobre sus pasos.

—Entonces muéstrame la puerta de salida.

El rostro de Elizabeth reflejaba su incredulidad.

—¿Qué?

—Me escuchaste. No voy a quedarme aquí a menos que él sea bienvenido. Ha arriesgado su vida por mí. Su hogar fue destruido por mi culpa y no viviré cómodamente mientras el padre de mi bebé sea tratado como un convicto.

Alguien detrás de ellos comenzó a aplaudir.

Renesme giró para ver a un hombre que la empequeñecía. De más o menos dos metros quince de altura, era precioso. Rubio y esbelto, parecía tener la misma edad que ella.

—Lindo discurso, princesa. No cambia nada.

Renesme lo miró con los ojos entrecerrados.

—¿Y qué tal una buena paliza?

Él en realidad se rió.

—Estás embarazada.

—No tanto. –Lanzó una de las dagas que tenía en la muñeca hacia el hombre. Se incrustó en la pared justo al lado de su cabeza. Su rostro perdió todo el humor—. La próxima va a tu corazón.

—¡Nessie, detente! –ordenó Elizabeth, tomándola del brazo.

Renesme se quitó su mano de encima.

—No. He pasado toda mi adultez terminando con la desgracia de cualquier Vampiro o Semi-vampiro que cometiera el error de perseguirme. Si por un instante crees que Kat y yo no podemos destruir este sitio para liberar a Jacob, entonces necesitas pensarlo de nuevo.

—¿Y si mueres? –preguntó el hombre.

—Entonces todos perdemos.

Él la miró pensativamente.

—Estás fanfarroneando.

Renesme intercambió una mirada decidida con Kat.

—Sabes que siempre estoy desesperada por una buena pelea.

Kat extrajo su bastón de lucha del bolsillo de su abrigo y lo extendió.

Las ventanas de la nariz del hombre se ensancharon mientras las veía preparándose para librar combate.

—¿Así es como devuelves mi generosidad al acogerte?

—No –dijo Renesme con una calma que no sentía—. Así es como compenso al hombre que me protege. No aceptaré que Jacob esté así luego de todo lo que ha hecho.

Ella esperaba que el hombre luchara, pero en lugar de eso dio un paso atrás e inclinó la cabeza respetuosamente hacia ella.

—Tiene la valentía de un Spathi.

—Te lo dije –dijo Elizabeth, su rostro brillando de orgullo.

El hombre les sonrió ligeramente.

—Ve adentro con Elizabeth, princesa, y haré que tu Cazador Oscuro sea llevado hasta ti.

Renesme lo miró sospechosamente, insegura en confiar en él o no.

—¿Lo prometes?

—Sí.

Aún escéptica, Renesme miró a su hermana.

—¿Puedo confiar en eso?

—Puedes. Shanus es nuestro Consejero Supremo. Él jamás miente.

—Elizabeth –dijo Renesme sinceramente—, mírame. –Ella lo hizo—. Dime la verdad. ¿Estamos a salvo aquí?

—Sí, lo juro por todo lo que aprecio; incluso la vida de Alec. Estás aquí porque Aro jamás pensaría en buscarte en una comunidad Semi-vampiro. Cada uno de nosotros aquí sabe que si tu bebé muere, también muere el mundo. Y nuestras vidas, tales como son, aún son valiosas para nosotros. Para la gente que está aquí, veintisiete años son mejores que absolutamente nada.

Renesme respiró profundamente y asintió.

—Está bien.

Elizabeth abrió la puerta detrás suyo mientras Shanus se disculpaba y los dejaba para que explorar su nuevo hogar.

Renesme entró a un living extremadamente agradable. Probablemente tenía entre cuatro y cinco pies cuadrados, y poseía todo lo que un hogar humano normal podría tener. Un sofá relleno y un confidente, un centro de entretenimiento completo, con televisión, estéreo, y reproductor de DVD.

—¿Eso funciona? –preguntó Seth mientras se acercaba a inspeccionarlo.

—Sí –dijo Elizabeth—. Tenemos repetidores y líneas externas que pueden traernos el mundo humano hasta aquí.

Kat abrió las puertas de las habitaciones y el baño que estaban fuera del área principal del living.

—¿Dónde está la cocina?

—No tenemos cocinas –explicó Elizabeth—. Pero los consejeros están trabajando para traer un microondas y un refrigerador para ustedes. Junto con comestibles. Debería haber algo aquí para que ustedes coman muy pronto. —Elizabeth les mostró una pequeña caja verde en una mesa junto al sofá—. Si necesitan algo, el intercomunicador está aquí. Presionen el botón y una de las operadoras los ayudará. Si quieren llamarme, díganle que quieren hablar con la esposa de Alec y ellos sabrán con qué Elizabeth comunicarlos.

Se escuchó un golpe en la puerta.

Elizabeth fue a abrirla mientras Renesme se quedaba detrás con Kat y Seth.

—¿Qué piensan?

—Parece estar bien –dijo Seth—. No recibo ninguna vibración maligna, ¿y ustedes?

Kat se encogió de hombros.

—Estoy de acuerdo con Seth. Pero aún hay una parte de mí que no confía en ellos. No quiero ofenderte, Ness, pero los Semi-vampiros no son famosos por ser honestos.

—Dímelo a mí.

—¿Renesme?

Ella se dio vuelta para encontrarse con una mujer de su edad junto a Elizabeth. El cabello rubio de la mujer estaba recogido en un moño, y vestía un suéter pastel claro con un par de jeans.

—Soy la Dra. Lakis –le dijo, extendiendo su mano hacia Renesme—. Si no te molesta, me gustaría examinarte y ver cómo está el bebé.

Jacob estaba sentado en la celda, preguntándose cómo diablos se había metido en esto. Por lo que sabía, podían estar matando a Renesme, y él había permitido dócilmente que lo llevaran.

—Debería haber peleado.

Maldiciendo, dio vueltas por la pequeña celda donde lo habían encarcelado. Estaba en penumbras y húmeda, con tan solo una cama y un retrete dentro. Jamás había estado dentro de una cárcel humana, pero por lo que había visto en películas y en la TV, los Semi-vampiros habían tomado ese modelo para construir esta.

Escuchó pasos afuera.

—Estoy aquí en busca del Cazador Oscuro.

—Nos dijeron que debe quedarse.

—La heredera lo quiere, y no permanecerá bajo nuestra protección a menos que lo dejemos ir.

Jacob sonrió ante esas valiosas palabras. Déjenselo a Renesme. Ella era extremadamente terca cuando se trataba de salirse con la suya.

Era una de las cosas que más amaba de ella.

El corazón de Jacob se detuvo mientras ese pensamiento lo atravesaba. Había muchas cosas acerca de ella que le gustaban.

Cosas que iba a extrañar…

—¿Estás loco? –continuó discutiendo el guardia que estaba afuera—. Va a matarnos a todos.

—No tiene permitido matar a Semi-vampiros, lo sabes. Ningún Cazador Oscuro puede matarnos a menos que nos convirtamos en Vampiros.

—¿Estás dispuesto a apostar tu vida sobre eso?

—No –dijo Jacob en voz alta para que pudieran escucharlo afuera—. Está dispuesto a apostar la tuya. Ahora déjenme salir de aquí, para poder asegurarme de que no han lastimado a Renesme.

La puerta se abrió lentamente, para revelar a un hombre que era, sorprendentemente, más alto que él. No era frecuente que Jacob conociera a semejante persona.

—Entonces sí la proteges –dijo el hombre, tranquilamente.

—Sí.

El Semi-vampiro lo miró extrañado.

—La amas.

Era una declaración, no una pregunta.

—Apenas la conozco.

El hombre sonrió a medias.

—El tiempo no tiene sentido para el corazón. –Extendió la mano hacia Jacob, quien la estrechó reacio —. Mi nombre es Shanus y me alegra saber que harás cualquier cosa para mantenerla a salvo. Bien. Ahora, vamos, ella está esperándote.

Renesme estaba recostada en la cama mientras una enfermera la preparaba para su transfusión de sangre. También era algo bueno. Había estado débil antes de esta noche, pero la emoción agregada del ataque de Aro la había agotado.

La doctora le alcanzó una remera para que se pusiera, en lugar del suéter, para poder conectarla a la máquina. Al principio, se habían opuesto a que ella se negara a beber sangre. Aparentemente, los Semi-vampiros no eran delicados, pero Renesme tenía demasiado de humana para no querer hacer eso.

Así que, luego de un breve y acalorado debate, habían cedido ante ella.

Renesme se cambió la remera mientras la doctora la preparaba para una ecografía.

—Necesitarás más sangre de lo normal para proveer a tu bebé –le explicó la Dra. Lakis mientras Renesme se acostaba en la cama. La doctora levantó la remera de Renesme, dejando a la vista su estómago ligeramente redondeado—. Es bueno que estés aquí, ya que la sangre Semi-vampiro es más fuerte y tendrá los nutrientes que tu bebé necesita. También necesitarás mucho más hierro y calcio, ya que eres en parte humana. Me aseguraré que tengas mucha comida con agregados vitamínicos.

Renesme escuchó a Kat diciendo algo detrás de la puerta. Se levantó sobre los codos y estiró la cabeza para escuchar, pero no logró descifrar nada.

Qué raro. Seth y Elizabeth se habían retirado a sus cuartos a dormir.

Renesme estaba a punto de bajar de la cama para ir a ver qué sucedía afuera cuando Jacob atravesó la puerta.

El alivio la inundó ante la imagen de esos dos metros de musculosa forma masculina. Se veía cansado, pero sano. Ella absorbió la belleza de su cuerpo y de su rostro.

No obstante, la doctora lo observó sospechosamente.

—¿Eres el padre del bebé?

—Sí –respondieron al unísono.

Renesme estiró la mano hacia Jacob, que la tomó y luego besó sus nudillos.

—Llegas justo a tiempo –dijo la doctora mientras frotaba un gel aceitoso sobre la panza de Renesme.

Colocó la fría paleta contra ella.

La máquina que estaba sobre un carrito hizo ruidos.

Renesme miró ansiosamente la pantalla hasta que vio al diminuto niño que estaba pataleando sus pies.

La mano de Jacob apretó con más fuerza la suya.

—Allí está –dijo la doctora—. Un pequeño varón completamente sano preparado para llevarse el mundo por delante.

—¿Cómo puede saber que es un varón? –preguntó Renesme sin aliento, mientras veía a su hijo encorvarse.

A ella le parecía un renacuajo.

—Bueno, en realidad no podemos saberlo con certeza aún –dijo la Dra. Lakis mientras tomaba medidas con la máquina—, pero puedo sentirlo. Es fuerte. Un luchador, como sus padres.

Renesme sintió que una lágrima caía por la esquina de su ojo derecho. Jacob se la quitó con un beso.

Ella lo miró y vio la felicidad en su rostro. Estaba orgulloso de su hijo.

—Hasta ahora todo se ve bien –dijo la doctora mientras imprimía una pequeña fotografía del bebé—. Simplemente necesitas descansar mucho más, y hacer una dieta mejor.

La doctora secó la sustancia pegajosa de su panza mientras Jacob y Renesme observaban la diminuta foto.

—Parece un ángel –susurró Renesme.

—No lo sé. Yo creo que se parece más a una rana, o algo así.

—¡Jacob!

—Bueno, lo parece. Más o menos.

— ¿Dra. Lakis? –Ella esperó hasta que la mujer se detuvo y la miró—. ¿Cree que el bebé…? –vaciló, incapaz de completar la oración.

—¿Morirá como un Semi-vampiro? —Renesme asintió, con la garganta apretada por el temor. Los ojos de la Dra. Lakis eran compasivos—. Sinceramente, no lo sé. Podemos hacer exámenes una vez que esté aquí, pero la genética es una cosa extraña, así que en realidad no hay modo de predecirlo.

Tragando el nudo en su garganta, Renesme se forzó a hacer otra pregunta que estaba desesperada por que le respondieran.

—¿Hay algún modo de saber si viviré más tiempo?

—Ya conoces la respuesta a eso, Renesme. Lo siento. Eres una de las afortunadas que tiene algunas características humanas, pero tus genes son fuertemente Semi-vampiros. El simple hecho de que estés en medio de una transfusión de sangre lo dice todo.

Los ojos de Renesme se llenaron de lágrimas mientras sentía que su última esperanza menguaba.

—¿No hay algo que podamos hacer? –preguntó Jacob.

—Su única posibilidad de vivir más tiempo es convertirse en Vampiro, y por alguna razón dudo que le permitas esa opción.

Renesme aferró la fotografía de su bebé mientras se preguntaba cuán Semi-vampiro sería. ¿Él también estaría condenado?

No habló más mientras la doctora y la enfermera estuvieron en la habitación con ellos. Fue sólo cuando estuvo a solas con Jacob que lo buscó y se abrazó fuertemente a él.

Se aferró a él firmemente, temerosa del mañana. Temerosa de todo.

—Todo estará bien, preciosa –susurró él.

Capítulo 27: CAPITULO 25 Capítulo 29: ....ADELANTO...

 
14444106 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10761 usuarios