EL BESO DE LA NOCHE

Autor: andrea_Black
Género: + 18
Fecha Creación: 30/07/2012
Fecha Actualización: 26/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 64
Visitas: 46360
Capítulos: 45

**********FIC FINALIZADO!!!! ANIMENSE A ENTRAR**********

¿Cómo enamorar a alguien que no es capaz de recordarte? ...¿Como enamorarte de aquel enemigo al que estás destinado a matar?...¿Como poner todas tus últimas esperanzas de sobrevivir en aquel ser que ha matado a tantos de tu especie?

Jamás recordaría su tacto. Su beso. Su nombre… Su cuerpo sólo calmaría al de él por unos pocos minutos. No haría nada por aliviar la soledad de su corazón, que anhelaba que alguien lo recordara.

 Jacob Wolf Black es un cazafor oscuro, cuyo don es la amnesia para todo ser que lo haya visto. Después de 5 minutos nadie lo podrá recordar.

 Renesmee Cullen es una semi-vampiro con los dias contados, con una muerte lenta y dolorosa que la espera al cumplir 27 años.

...Esta es una historia basada en la saga Dark Hunter de la escritora Sherrilyn Kenyon...

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Capítulo 39: CAPITULO 36

Jacob colgó, con los pensamientos revueltos. Miró a Renesme, que había empalidecido.

—¿Qué dijo?

Una parte de él quería mentirle, pero no podía. Su relación estaba más allá de eso. Jamás le había ocultado nada. No iba a comenzar a hacerlo ahora. Ella tenía derecho a saber lo que estaba pasando.

—Aro quiere cambiar a tu padre por Erik. Si nos negamos, tu padre muere.

Lo que no le dijo era que su padre probablemente moriría, de cualquier modo, dado lo que conocía de Aro. Estaba casi garantizado.

Pero tal vez Alec podría mantener con vida a Jefferson Cullen, ya que tenía un interés personal en la salud de ese hombre.

Renesme se cubrió la boca con la mano. Sus ojos estaban abiertos de par en par, llenos de terror.

—¿Qué hacemos? No puedo permitir que mate a mi padre, y está malditamente claro que no puedo darle a mi bebé.

Jacob se puso de pie y mantuvo su voz calma para no alarmar más a Renesme. Ella tenía que preocuparse por su salud y la de Erik. Él se ocuparía de lo demás.

—Sólo hay una cosa que sé hacer. Iré a matar a Aro.

Ella se veía poco convencida.

—Hemos intentado eso, ¿recuerdas? No funcionó. Creo recordar que él y sus hombres hicieron muñequitos de papel contigo, los Licántropos, y Emily.

—Lo sé, pero lo que tenemos los Vikingos es que sabemos cómo tomar ventaja de los ataques sorpresa, y desorientar a nuestros oponentes. Él no esperará que yo ataque.

—Claro que sí. No es estúpido y sabe con quién está tratando.

—¿Entonces qué quieres que haga? –le preguntó, frustrado—. ¿Quieres que le entregue a Erik y diga bon appétit?

—¡No!

—Entonces ofréceme otra solución.

Renesme intentó desesperadamente pensar en algo. Pero él tenía razón. No había otro modo.

Tal vez si pudieran contactar a Alec, pero ya hacía varios días que se había ido y nadie, ni siquiera Elizabeth, había visto un pelo de él.

—¿Cuándo y dónde se supone que te encuentres con él? –le preguntó.

—Esta noche en el Inferno.

—Pensaremos en algo para entonces.

Eso esperaba Jacob. La alternativa era completamente inaceptable para él.

—Iré a ayudar.

Tanto Jacob como Kat miraron a Seth como si hubiese perdido la cabeza.

—¿Qué se supone que hagamos contigo, Seth? –Preguntó Jacob—. ¿Arrojarte por encima de ellos?

Seth se erizó, ofendido.

—No soy un bebé, Jacob. Resulta que sé cómo pelear. Demonios, he estado entrenando contigo durante años.

—Sí, pero nunca te golpeé en realidad.

Seth pareció aún más ofendido.

Kat le palmeó el brazo.

—No te preocupes, Seth. El día en que Sony PlayStation ataque al mundo y amenace con destruirlo, te llamaremos.

Seth hizo un sonido de irritación.

—¿Para qué me molesto?

Jacob respiró hondo mientras ajustaba su espada.

—Tu trabajo es proteger a Renesme y a Erik. Te necesito aquí, niño.

—Sí, sí. Siempre soy inútil.

Jacob tomó a Seth por la nuca y lo acercó a sí.

—Tú nunca eres inútil para mí. No quiero volver a escucharte decir eso. ¿Me entiendes?

—Está bien. —Seth cedió mientras intentaba soltarse del fuerte agarre de Jacob—. Supongo que mis habilidades para hacer bebés no están completamente difuntas con el nuevo heredero, ¿eh?

Jacob le revolvió el cabello, luego giró hacia Kat.

—¿Estás lista?

—Supongo. ¿Te das cuenta de que simplemente escaparán de mí?

—Bien. Mantenlos en movimiento. Si están ocupados preocupándose por no lastimarte, entonces no podrán concentrarse en cortarme en pedazos.

—Buen punto.

Mientras iba hacia la puerta, Renesme lo detuvo. Lo atrajo contra sí y lo abrazó con fuerza.

—Vuelve a mí, Jacob.

—Tengo toda la intención de hacerlo. Si dios y Odín quieren.

Ella lo besó y luego lo dejó ir.

Jacob miró por última vez a su esposa y al bebé que dormía en el suelo, completamente inconsciente de lo que estaba sucediendo esta noche. Inconsciente de que si Aro se salía con la suya, Erik moriría y el mundo también.

Cómo deseaba poder ser así de ignorante.

Pero no podía. Tenía un trabajo que hacer y demasiado que perder si fallaba.

En el fondo de su mente se repetía una idea… ¿cómo se había enterado Aro acerca del padre de Renesme?

¿Podía haberlos traicionado Alec? ¿Lo habría hecho?

Una parte suya quería creer que era una coincidencia. La otra no podía evitar preguntarse si Alec habría cambiado de opinión sobre ayudar a Aro después de todo. El hombre era su padre…

Jacob y Kat abandonaron el apartamento y se encontraron con Elizabeth en la entrada principal. Ella extrajo un collar y lo colocó alrededor del cuello de Jacob.

—Esto permitirá que la puerta de Elysia se abra cuando regreses. No pude ponerme en contacto con Alec y eso me preocupa. Sólo ruego que no se hayan enterado de la ayuda que nos otorga.

—Él está bien, Elizabeth –la tranquilizó Kat—. Créeme, es un gran actor. No tenía idea de que no era un completo idiota. Estoy segura de que su padre tampoco lo sabe. —Elizabeth parecía irritada por sus palabras—. Era una broma, Elizabeth –dijo Kat—. Alíviate.

Elizabeth sacudió la cabeza.

—¿Cómo puedes estar tan impasible cuando sabes lo que está en juego?

—Porque a diferencia de ustedes, sé que sobreviviré a esta noche, de un modo u otro. A menos que la tierra sea destruida o que me corten en pedazos, no corro peligro. Sólo temo por ustedes.

—Entonces asegúrate de mantenerte cerca mío –dijo Jacob, sólo bromeando a medias—. Necesito una armadura cubierta de teflón.

Kat lo empujó hacia la salida.

—Sí, sí. El gran defensor Vikingo escondiéndose detrás de mí. Creeré eso cuando lo vea.

Jacob encabezó el camino fuera de la ciudad, hacia la superficie. La camioneta en la que habían llegado había sido llevada a una cueva cercana que albergaba varios vehículos, guardados en caso de que una de sus personas se convirtiera en Vampiro y necesitase una conexión con el mundo humano.

Era enfermo, pero esta vez Jacob estaba agradecido por su “preocupación” hacia los Vampiros.

El deshielo de la primavera había comenzado, y el suelo no estaba tan congelado como antes.

Shanus le había entregado varias llaves para que escogiera el automóvil que pudiera sacarlos de allí más rápidamente. Jacob eligió un Mountaineer azul marino.

Kat entró primero. Él miró hacia atrás, por el camino en que habían llegado mientras sus pensamientos regresaban a su familia.

—Todo estará bien, Jacob.

—Sí –susurró él.

Sabía que así sería. Se iba a asegurar de eso, maldita sea.

Jacob subió a la camioneta y condujo de regreso a la ciudad. La primera parada sería su casa. O lo que quedaba de ella. Quería estar totalmente armado para este conflicto.

Viajaron al menos durante una hora antes de llegar a su propiedad. Jacob entró al camino que conducía a la casa y vaciló. Ya no había señales de batalla. Su garaje, sus ventanas, todo estaba intacto.

Incluso el portón de entrada estaba de pie.

—¿Aro lo reparó? –le preguntó a Kat.

Ella se echó a reír.

—No es su estilo. Créeme. Jamás repara el daño que causa. No tengo idea de lo que sucedió aquí. ¿Quizás tu Consejo de Escuderos?

—No. Ellos ni siquiera estaban enterados de esto.

Jacob abrió la traba del portón y luego se aproximó lentamente a la casa, esperando lo peor.

Mientras se acercaba a la puerta principal, se detuvo repentinamente.

Allí, en las sombras al lado de su casa, vio movimiento.

La bruma que provenía del lago era espesa, remolineante. Apagó las luces para que su visión no fuese dañada por ellas, y buscó la espada retráctil debajo de su asiento.

Había tres hombres muy altos, vestidos de negro, caminando hacia ellos lentamente, arrogantemente, como si tuviesen todo el tiempo del mundo. Estaban unidos en poder y fuerza, y su ansia de luchar brotaba de cada uno de sus poros.

Todos ellos eran rubios.

—Quédate aquí –le advirtió a Kat mientras se bajaba de la camioneta, preparado para la lucha.

La niebla se arremolinó alrededor de los tres hombres a medida que se aproximaban.

Probablemente de no más de un metro noventa y dos, uno de ellos vestía pantalones, un suéter y un sobretodo de lana. Una parte del abrigo estaba apartada para mostrar una antigua vaina y espada de diseño Griego. El del medio era cinco centímetros más alto. Él también vestía pantalones de lana y un suéter, junto con una larga chaqueta de cuero negra.

El tercero tenía el cabello corto, apenas más oscuro que el de los otros dos. Vestido completamente en cuero negro, tenía dos trenzas que caían desde su sien izquierda.

Y en ese instante, Jacob lo recordó.

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lA HISTORIA SE ESTA PONIENDO BUENA CHICAS.... QUE PASARA AHORA CON ELLOS??? QUIENES SERAN LOS MISTERIOSOS HOMBRES ALTOS Y RUBIOS??? .....

Capítulo 38: CAPITULO 35 Capítulo 40: CAPITULO 37

 
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