EL BESO DE LA NOCHE

Autor: andrea_Black
Género: + 18
Fecha Creación: 30/07/2012
Fecha Actualización: 26/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 23
Comentarios: 64
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Capítulos: 45

**********FIC FINALIZADO!!!! ANIMENSE A ENTRAR**********

¿Cómo enamorar a alguien que no es capaz de recordarte? ...¿Como enamorarte de aquel enemigo al que estás destinado a matar?...¿Como poner todas tus últimas esperanzas de sobrevivir en aquel ser que ha matado a tantos de tu especie?

Jamás recordaría su tacto. Su beso. Su nombre… Su cuerpo sólo calmaría al de él por unos pocos minutos. No haría nada por aliviar la soledad de su corazón, que anhelaba que alguien lo recordara.

 Jacob Wolf Black es un cazafor oscuro, cuyo don es la amnesia para todo ser que lo haya visto. Después de 5 minutos nadie lo podrá recordar.

 Renesmee Cullen es una semi-vampiro con los dias contados, con una muerte lenta y dolorosa que la espera al cumplir 27 años.

...Esta es una historia basada en la saga Dark Hunter de la escritora Sherrilyn Kenyon...

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Capítulo 31: CAPITULO 28

Renesme no despertó hasta casi las seis de la tarde. Estaba completamente sola en la habitación. Levantándose, se puso un par de pantalones de maternidad negros y un enorme suéter gris que Elizabeth le había dado.

Abrió la puerta y encontró a Seth, Jacob, y Kat comiendo, sentados en el piso del living. Se quedó boquiabierta al ver el festín que estaban consumiendo.

—¿Tienes hambre? –Preguntó Seth al verla dudando en la entrada—. Súmate. Jacob dijo que no había visto nada como esto desde sus días en un banquete escandinavo.

Renesme se unió a ellos junto a la pequeña mesa que tenía docenas de platos. Estaba asombrada por la variedad de comidas que los Semi-vampiros les habían conseguido. Tenían carne, pescado, pollo asado. Huevos, papas, bananas, manzanas asadas y cortadas. Lo que desearan.

Kat se chupó los dedos.

—Shanus dijo que no sabían qué o cuánto comían los humanos, así que se pasaron un poquito de la raya.

—¿Un poquito? –preguntó Renesme riendo.

Había comida suficiente para un ejército entero de Cazadores Oscuros.

—Sí, lo sé –dijo Kat sonriendo—, pero todo está realmente bueno.

Renesme estuvo de acuerdo en cuanto mordió una suculenta pata de cordero asado.

—Aquí está la salsa de menta –dijo Kat, alcanzándosela—. Espera hasta haber probado eso.

Jacob se estiró y secó el mentón de Renesme.

—Tienes un poquito de grasa.

—Gracias.

Él asintió cariñosamente.

En cuanto Renesme terminó y estaba satisfecha, quiso ir a caminar, para ayudar a combatir su consumo de comida. Jacob caminó con ella, sin querer dejarla ir sola en caso de que algo sucediera.

Abandonaron el apartamento y se encaminaron de regreso a la parte comercial de la ciudad subterránea para que ella pudiese mirar los escaparates. Pero mientras caminaban junto a los ciudadanos Semi-vampiros, la animosidad que dirigían hacia Jacob era tangible.

Y no era como si él pudiese mezclarse entre la alta y rubio—dorada raza. No había dudas de que Jacob no pertenecía allí.

Renesme estaba mirando una tienda que tenía ropa de bebés cuando un joven que tenía la apariencia de un humano de dieciséis años, pero que probablemente tenía sólo once o doce años Semi-vampiros, pasó junto a ellos.

—Discúlpame –dijo Jacob, deteniéndolo. Los ojos del chico estaban aterrados—. No te preocupes, niño, no voy a lastimarte –dijo Jacob, su voz era amable—. Sólo quería preguntarte acerca del emblema que tienes en el suéter.

Renesme giró para ver la trama circular entrelazada en el centro de la remera.

El chico tragó nerviosamente, como si estuviera aterrado de que Jacob estuviera a un paso de lastimarlo.

—Es el símbolo del Culto de Pollux.

Los ojos de Jacob se oscurecieron peligrosamente.

—Entonces sí esconden Vampiros aquí.

—No –dijo el chico, su rostro aún más asustado.

—¿Hay algún problema?

Renesme miró más allá del joven para encontrarse con una mujer de su edad aproximándose. Estaba vestida con un uniforme color crema que denotaba a un oficial de policía Semi-vampiro fuera de servicio. Aunque el término “policía” no tenía el mismo significado para ellos que para los humanos. La policía Semi-vampiro sólo servía para controlar a los Vampiros, ya que los Semi-vampiros raramente peleaban, y jamás rompían las reglas de su gente.

Elizabeth le había dicho que le pagaban a la policía Elysia para escoltar a cualquier Semi-vampiro que estuviera por convertirse en Vampiro fuera de la ciudad, y darles dinero y transporte hacia el mundo humano.

—No hay problema –le dijo Renesme a la oficial, quien miraba a Jacob fríamente.

El chico escapó corriendo mientras la mujer hacía un gesto de desprecio hacia Jacob.

—No soy una niña para vivir temiéndole, Cazador Oscuro. De cualquier modo, luego de esta noche no hay nada que pueda hacerme.

—¿Y con eso quiere decir?

—Que muero mañana.

El corazón de Renesme se encogió ante sus palabras.

—Lo siento.

La mujer la ignoró.

—Entonces, ¿por qué estaba asustando a mi hijo?

El rostro de Jacob estaba impasible, pero Renesme lo conocía lo suficientemente bien como para saber que le dolía la situación de la mujer tanto como a ella. Ella vio la compasión en sus ojos oscuros, lo escuchó en el tono de su voz cuando habló.

—Sólo quería saber acerca del símbolo en su remera.

—Es nuestro emblema –dijo ella, con los labios aún fruncidos—. Cada Semi-vampiro aquí presta juramento en su mayoría de edad para defender el Código de Pollux. Al igual que el antiguo dios, todos nosotros estamos ligados a los demás. Jamás traicionaremos a nuestra comunidad o a nuestros hermanos. Ni seremos cobardes. A diferencia de otros Semi-vampiros, no practicamos el ritual suicida la noche antes de nuestro cumpleaños. Apolo quiso que muriésemos dolorosamente, y no discutimos su sentencia. Mi hijo, junto con todos mis parientes, está vistiendo el distintivo para honrarme y para honrar el hecho de que rehúso a escapar de mi herencia.

Había un destello sospechoso en los ojos de Jacob.

—Pero he visto ese emblema fuera de aquí. Lo llevaba un Vampiro particularmente perverso, al que maté un año atrás.

El gesto de desprecio de la oficial se convirtió en uno de remordimiento. Cerró los ojos y dio un respingo como si la noticia la lastimara.

—Jason –susurró el nombre—. Siempre me pregunté qué habría sucedido con él. ¿Partió rápidamente?

—Sí.

La oficial suspiró recortadamente.

—Me alegra. Era un buen hombre, pero la noche antes de morir escapó de aquí, asustado. Su familia intentó detenerlo, pero él no quería prestar atención. Dijo que se rehusaba a morir cuando jamás había visto el mundo de arriba. Mi esposo fue quien lo sacó de aquí y lo dejó ir. Debe haber estado aterrado allí arriba, solo.

Jacob se burló.

—No me pareció que estuviera aterrado. Al contrario, él quemó ese emblema con cada humano que asesinó.

La oficial golpeó ligeramente su mentón tres veces con sus dos primeros dedos; un gesto Semi-vampiro sagrado.

—Que dios le conceda paz. Debe haber estado cazando almas malignas.

—¿Qué quiere decir? –preguntó Jacob.

—Él era uno de los Vampiros que se negaba a matar a humanos inocentes –explicó Renesme—, y que, en cambio, cazaba criminales. Después de todo, las almas criminales están llenas de poder, abastecidas de furia y odio. El único problema es que sus almas están contaminadas, y si el Vampiro no es lo suficientemente fuerte, su veneno puede apoderarse de ellos y hacer al Vampiro tan maligno como lo eran ellos.

La oficial asintió.

—Parece que Jason fue víctima de eso. Para el momento en que usted lo mató, él probablemente deseaba morir. Es una tortura total cuando las almas comienzan a tomar posesión y control sobre uno. O al menos eso es lo que me han dicho –suspiró—. Ahora, si me disculpan, me gustaría pasar todo el tiempo posible con mi familia.

Renesme le deseó buena suerte.

Con un asentimiento, la oficial los abandonó y fue en busca de su hijo.

Jacob miró a la mujer partir, con los ojos oscuros y tristes.

—Entonces no estabas haciéndome una broma acerca de los Vampiros.

—Por supuesto que no.

Jacob pensó en eso. Había tanto sobre ellos que los Cazadores Oscuros no sabían. En realidad lo asombraba.

Ella había tenido razón. Ya que los Cazadores Oscuros pasaban tanto tiempo aniquilando a los Vampiros, deberían tener una mejor comprensión de ellos.

Pero quizás era mejor que no. Era mucho más sencillo matar a alguien por quien no te apenabas. Era más sencillo pensar en términos de blanco y negro.

Bueno y malo.

—Vayamos a ver a Elizabeth –dijo Renesme, tomando su mano y llevándolo hacia otro corredor—. Me dijo que podía ir en cualquier momento.

No les tomó demasiado tiempo llegar al departamento de su hermana. El lado de la ciudad de Elizabeth era mucho más atareado que el suyo.

Jacob se quedó a un lado, viendo a los Semi-vampiros que caminaban apresuradamente junto a ellos mientras Renesme insertaba el código de la cerradura de Elizabeth.

Renesme estaba haciendo su mejor intento para no pensar en el futuro. O en la oficial que estaba pasando su última noche con su familia. Tal como ella haría un día, demasiado pronto, con Jacob.

Cómo necesitaba apartarlo. Mantenerlo a raya para que su muerte no lo lastimara demasiado.

En cambio, se concentró en el hecho de que aún tenía a una de sus hermanas con ella.

La puerta se abrió.

Renesme comenzó a entrar a la habitación, y entonces se quedó helada. Elizabeth estaba en el sillón, encima de Alec. Sus pieles desnudas parecían perfectas bajo la apagada luz de las velas que habían sido colocadas por todo el cuarto.

Renesme se quedó boquiabierta al encontrarlos en flagrante delito.

Elizabeth se sacudió, con la boca cubierta de sangre.

Mortificada, Renesme dio un paso atrás y cerró la puerta.

—Oh, es realmente un mal momento.

—¿Qué? –preguntó Jacob mientras giraba hacia ella.

Agradecida de que él no los hubiera visto y se hubiese vuelto loco por el modo en que la mayoría de los Semi-vampiros se alimentaban, Renesme lo tomó de la mano.

—Creo que hablaré con ella más tarde.

Jacob no cedió fácilmente.

—¿Qué sucedió?

Renesme no quería compartir su experiencia con un Cazador Oscuro que juzgaría duramente a su hermana por alimentarse.

La puerta del apartamento se abrió.

—¿Nessie? –Ahora Elizabeth vestía una gruesa bata de baño azul. Su rostro y boca estaban limpios, pero su cabello estaba completamente despeinado—. ¿Sucede algo malo?

—Nada que no pueda esperar –se apresuró a decir Renesme, para dejarla segura—. Ve a terminar y hablaremos más tarde.

Con el rostro sonrojado, Elizabeth regresó adentro.

Jacob se echó a reír.

—Déjame adivinar. ¿Alec está dentro con ella?

El rostro de Renesme se encendió aún más que el de su hermana.

Él rió con más ganas.

—No es gracioso, Jacob –le dijo bruscamente—. ¿Cómo te sentirías si alguien se entrometiera entre nosotros?

—Tendría que matarlo.

—Bueno, ahí lo tienes. Estoy segura de que Alec se siente del mismo modo. Ahora regresemos, así no tengo que pensar en el hecho de que la imagen de ellos dos juntos desnudos me dará pesadillas durante meses.

Mientras iban hacia el corredor, una niña se acercó corriendo a Jacob. Estiró el cuello para mirarlo acusadoramente.

—¿Realmente va a matar a mi hermanita esta noche porque no se lavó detrás de las orejas?

Ambos quedaron horrorizados por la pregunta.

—¿Perdón? –preguntó Jacob.

—Mi mami dice que los Cazadores Oscuros matan a los niños y a las niñas cuando no se comportan. No quiero que usted mate a Alycia. Ella no es mala, es sólo que no le gusta mojarse las orejas.

Jacob se arrodilló frente a la niñita y le apartó el cabello del rostro.

—Pequeña, no voy a lastimar a tu hermanita, ni a ti, ni a nadie más aquí. Te lo prometo.

—¡Dacia! –Dijo un hombre bruscamente mientras se acercaba con rapidez—. Te dije que jamás hables con nadie de cabello oscuro.

Tomó a su hija en brazos y escapó con ella, como si tuviese miedo de que Jacob fuera realmente a matarla.

—¿¡Nunca nadie les dijo que no lastimamos a los Semi-vampiros!? –Gritó Jacob detrás de ellos—. Por dios –dijo en voz baja—. Y todo este tiempo, pensé que Seth era la única persona a la que aterrorizaba.

Un hombre que pasaba respondió a sus palabras escupiendo los zapatos de Jacob.

—¡Hey! –Dijo Renesme con furia, yendo detrás del hombre—. No hay necesidad de ser rudo.

El hombre la miró con repugnancia.

—¿Cómo pudiste permitir que algo como él te tocara? Creo que deberíamos haber dejado que murieses a mano de los Vampiros. Es lo que una puta como tú merece.

Con sus ojos oscureciéndose, Jacob aporreó al Semi-vampiro. Duro. El Semi-vampiro se tambaleó y luego cargó contra él.

Atrapó a Jacob por el estómago y lo empujó contra la pared. Renesme gritó al verlos, deseando detenerlos, pero tenía demasiado miedo de lastimar al bebé como para intentarlo.

De repente, aparecieron Semi-vampiros por todos lados para separarlos. Incluso Alec apareció de la nada.

Fue él quien apartó a Jacob. El tono de su piel era ceniciento, y era evidente que estaba extremadamente débil. Aún así, se colocó entre Jacob y el Semi-vampiro, y mantuvo una mano sobre cada uno.

—¡Suficiente! –le rugió Alec a ambos.

—¿Estás bien? –le preguntó Jacob.

Alec los soltó. El Semi-vampiro fue llevado por los otros, pero les lanzó una malévola mirada mientras se iba.

—Es necesario que te mantengas fuera de vista, Cazador Oscuro –dijo Alec, su tono mucho más bondadoso de lo que había sido antes.

Se pasó una mano sobre la frente cubierta de sudor.

—Realmente no te ves bien –dijo Jacob, ignorando su advertencia—. ¿Necesitas algo?

Alec negó con la cabeza, como intentando aclararla.

—Sólo necesito descansar un poco. –Miró a Jacob con los labios fruncidos—. ¿Puedes mantenerte fuera de problemas lo suficiente?

—¿Alec? –preguntó Elizabeth mientras se unía a ellos—. ¿Tomé demasiado?

El rostro de Alec se suavizó instantáneamente. La apretó contra su costado y besó el costado de su cabeza.

—No, amor. Sólo estoy cansado. Voy a estar bien.

Se apartó y se encaminó de regreso a su apartamento. Y se tambaleó.

—Mierda –dijo Jacob. 

Capítulo 30: CAPITULO 27 Capítulo 32: CAPITULO 29

 
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