Gracias a las Estrellas.

Autor: 012Victoria210
Género: General
Fecha Creación: 19/01/2010
Fecha Actualización: 27/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 58
Comentarios: 180
Visitas: 224765
Capítulos: 36

TERMINADO

Tras un accidente, Bella se ve en la necesidad de acudir a la familia de Carlisle. Los Cullen, quienes seran en adelante su nueva familia. Alli se enamora, y aprende el significado de la frase "Sigue Adelante"  

Las cosas no siemore son como uno las planea. El destino es el que baraja las cartas, y nosotros somos los que jugamos. La vida podrá tener sus momentos alegres y cálidos, pero tambien dias tristes y no deseados.

"Yo jamás podre saber lo que el destino me deparará, pero hay algo de lo que estoy completamente confiada: El amor, todo lo puede"

Bella Swan

"Fruta Prohibida", en LunaNuevaMeyer

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=575

http://www.fanfiction.net/u/2218274/

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 26: ¿Quien soy yo?

 

Quiero que me digan todo. Quiero que me expliquen quien soy yo.

..

Nos sentamos en la estancia principal, donde estaban aquellos cómodos muebles blancos que tanto me habían gustado. No tenía idea del porque, pero me encantaban, y no reprimí el deseo de acariciar la aterciopelada superficie con las yemas de mis dedos.

—De acuerdo, ¿Por dónde comenzamos? — susurró Carlisle, mas para sí mismo que para todos. Esme se había sentado a mi lado, y acariciaba el dorso de mi mano con ternura. Me sentí completamente odiosa por hacer que esa mujer se sintiera tan mal con mi situación — hummm… creo que… desde el principio, cuando llegaste por primera vez — tomó aire, y luego exhalo con profundidad — Tu nombre completo es Isabella Marie Swan Dwyer, veinticinco años, doctora, y especializada en traumatología. Eres la hija de Charlie Swan, y Renee Dwyer, ambos, tus padres biológicos.

—¿Y donde están? — pregunté, sintiendo como la emoción me embargaba. ¡Tenía que conocerlos!

Carlisle negó con la cabeza.

—Bella. Tus padres murieron en un accidente aéreo cuando tú tenías alrededor de dieciocho años. En el testamento de tu padre, apunto que tu custodia estaba a mi nombre, y yo acepte gustoso de obtenerla. Tus abuelos dieron la autorización, y te trajimos hasta Forks, donde viviste con nosotros un poco más de un año, hasta que entraste a la universidad junto al resto de los chicos. Esme y yo, legalmente somos tus padres. Alice, Jasper, Edward. Rosalie y Emmett no presentes, son tus hermanos, y mis hijos adoptivos.

La primera parte de la información me dejo fuera de base. ¿Mis padres estaban muertos?

Una punzada se intensifico en el medio de mi pecho. Ese nombre… Renee. De inmediato no pude sacármelo de la cabeza. Y de pronto, una imagen surgió dentro de mi mente. Fue un flash rápido, fugaz, que me dejo insatisfecha y con ganas de más. Pero rebobine aquella imagen de nuevo, obteniendo así, la forma de una mujer de unos treinta y tantos, de cabello corto y rubio, sus ojos verdes y sonrisa llena de hoyuelos. Algo en mi cabeza me identifico el nombre de esa mujer. Esa mujer, era mi madre, Renee Dwyer.

Otra imagen invadió mi mente. Pareció ser una habitación pequeña, de paredes claras y cama pequeña. En los fugaces flashes que vinieron a mi mente sin control y en un corto tiempo, pude distinguir una puerta blanca con calcomanías azules. La puerta se abre, entra Renee. Al lado de ella un hombre alto y moreno, con una chaqueta verde y una sonrisa pequeña. Estoy afuera, en un… patio. Charlie me saluda, ambos chocamos nuestras manos. Un árbol de navidad, Renee lo decora con luces de colores mientras yo la ayudo con las bambalinas. Un atardecer, Renee y yo estamos en una azotea observando el Crepúsculo. Un marco, en el cuadro estamos Renee, Charlie y yo, abrazados. Una tarde lluviosa, Renee está bailando y saltando de un lado a otro…

Y con solo eso, mi cabeza comenzó a doler.

Gemí suave, respire hondo y trate de no esforzar mi mente de nuevo.

—¿Te sientes bien? — dijo Esme.

—Sí, estoy bien. Continúa por favor, Carlisle — susurré, aun abrumada por la intensidad de los recuerdos. Pero no desee comentarle nada a Carlisle para no interrumpir lo que seguía a continuación. Ya bastante desesperada estaba por saber todo acerca de mí para tener otra excusa para posponerlo.

—Hum. Creo que eso es prácticamente lo básico con respecto a donde perteneces en nuestra familia….

—¿Cómo ocurrió el accidente? — pregunté de repente, interrumpiéndolo. De reojo observe como Edward se encogía en su puesto al igual que Alice.

—Caminabas por la Push, la pequeña reservación que no queda muy lejos de aquí. Y según creemos nosotros, tropezaste y caíste por una especie de barranco. Eso te llevó hasta el final de un acantilado, donde, terminaste de caer y te golpeaste la cabeza en la caída, además de unos rasguños y una fractura en las costillas. Gracias al cielo, el agua suavizo tu caída, pero posiblemente la marea habrá provocado que te golpearas con una piedra. Te llevaron al hospital cuando un habitante de la Push se encontraba vagando por las playas junto a su novia, y ambos llamaron a una ambulancia para que te recogieran.

—¿Y cómo caí en un estado de coma, y porque no puedo recordar nada?

Carlisle me miro pensativo, antes de inhalar profundamente y responder.

—El golpe fue suficientemente fuerte como para provocar que tu cerebro se debilitara, y eso ocasiono el estado del coma. Es bastante común en estos casos, si el golpe es tan fuerte o haya dado en un punto exacto del cerebro. Hum, y acerca de tu memoria. Eso es un tema algo complicado. Veras, Bella, el cerebro funciona de una manera que hasta ahora no hemos llegado a comprender del todo. La mayoría de las veces son solo suposiciones, pero hasta ahora no se podría definir con exactitud como absorbe la memoria, como la retiene, como es exactamente como la forma en que el cerebro se desarrolla y amplia conocimientos. Eso es algo bastante difícil. Y… Bueno, en tu caso, el cerebro fue afectada por dos zonas: El lóbulo frontal, que está en tu frente, y el cual, se encarga más que todo con el razonamiento, el habla, concentración, y el movimiento del cuerpo. Allí la contusión no fue a mayor, no fue grave, y eso es un alivio. Ahora, el problema está en el golpe que recibiste en el lóbulo temporal, que está relacionado con el reconocimiento de los sonidos, y la memoria, más que todo. Gracias al golpe que tuviste allí, sufres de una pérdida de memoria, o en otras palabras, amnesia. Posiblemente se trate de una amnesia temporal producida por el golpe, y esto pasa muy a menudo. La diferencia consiste en la zona en que haya sido afectada cada persona, y que tan audaz o fuerte pueda ser la mente de cada quien. Hay casos en que la persona se despierta e inmediatamente reconoce todo y a todos, y su memoria está intacta. A veces sufren de un estrés pos-traumático; que es cuando la persona olvida lo sucedido justamente antes del accidente. A veces pierden la memoria de largo plazo, y pueden llegar a olvidarlo todo por completo y permanentemente. Y, está el caso de la amnesia temporal, en la cual, la persona estará recibiendo constantes estímulos en su memoria, y provocara que la mente se habrá y de paso a los recuerdos. No sé decirte cuál es tu caso con máxima exactitud, ya que los resultados varían. Pero posiblemente se trate de una Amnesia Retrograda, que es, la incapacidad de poder recuperar información almacenada, y si es causada por un trauma en tu cerebro, posiblemente la recuperaras con el tiempo.

—¿Y cuanto tiempo llevará eso? — pregunté, sin poder evitar sentirme aliviada. El había dicho que hay personas que pierden la anterior memoria para siempre, pero hay otras que la recuperan con el paso del tiempo. Yo acababa de llegar a la mansión y con la sola mención de ciertos nombres, ya estaba comenzando a sentir que recuperaba algo, lo que sea. Eso tenía que ser una buena noticia, ¿No?

Decidí no darle más vueltas al tema.

—Eso es algo que no puedo decirte, Bella. Los resultados varían. Tendrás que estar expuesta a todo lo relacionado con tu pasado para ver si ocurren avances con tu memoria.

—¿Y qué hacía yo en la Push? ¿Qué paso antes de eso?— pregunté, curiosa por saber que me había llevado a estar rondando sola. Todos miraron a Edward, quien al parecer, era el más indicado para explicarme él porque de mis actos, y un poquitico de mi pasado.

—Recién nos acabábamos de mudar a Forks cuando ocurrió el accidente — comenzó a explicarme, con voz neutra pero contenida — Yo estaba algo atareado con el papeleo en el hospital, donde ya estaba comenzando a trabajar. Recién nos habíamos graduado de la Universidad y, cosa extraña por tu parte, te sentiste con la necesidad de regresar a Forks. Me dijiste que sentías la necesidad de estar aquí de nuevo, que sería un buen comienzo porque no habían demasiados especialistas y hacían falta, y tu ya te sentías algo acostumbrada al clima. Yo no me opuse, porque yo no me sentía especialmente atraído por ninguna parte del país, así que acepte tu propuesta — en ningún momento durante su discurso, aparto sus ojos de los míos, y yo me sentí cautiva ante su atrayente mirada. Sus ojos eran de un color especial, un verde brillante y llamativo, profundos y magnéticos. Yo tampoco pude apartar mis ojos de los suyos — Estaba trabajando en el hospital, y recibí una llamada tuya donde me informabas que pasarías a visitar a Billy, el mejor amigo de tu padre, Charlie. Quedamos en encontrarnos para ir a un restaurante en Seattle para cenar, y dar un paseo por el centro comercial. También, para visitar a Carlisle y a Esme, quienes estaban en un apartamento de emergencia en Seattle mientras se mudaban a una casa que habían comprado ahí mismo. Cuando no contestaste el teléfono me comencé a preocupar, y luego recibí una llamada del hospital donde me avisaban que estabas internada en el hospital, porque allá todo el mundo te conocía. Luego de que te trajeran, y que Carlisle y yo viajáramos hasta aquí para encargarnos de tu situación… tú… ah…. tú — hizo una pausa, y muy discretamente le echo una mirada fugaz a Alice y Jasper, quienes lo miraban ceñudos. Jasper negó corta y disimuladamente con la cabeza, y luego me miró, antes de apartar la mirada al darse cuenta de que los había pillado en algo raro — caíste en un estado de coma que duro alrededor de un año — concluyó, mirándome de nuevo.

No pregunté nada, aunque sabía perfectamente que algo me estaban ocultando. Algo importante.

A pesar de eso, me tuve que concentrar muchísimo para digerir toda la información que estaba recibiendo amontonada. Y cuando la asimile por completo, de pronto comencé a llorar. Que injusta era la vida, que ahora no recordaba nada de lo aparentemente feliz que había sido en el pasado. Esme me abrazo, y yo lloré sobre su hombro, sintiéndome desgraciada y desdichada por no recordar a esta mujer tan cálida y maternal, por haber olvidado a un hombre tan amable y paciente como Carlisle, por haber olvidado a mis padres difuntos, y que, el solo pensamiento de ellos provocaba un enorme agujero en mi pecho. Por olvidar mi pasado, mi familia, y desgraciadamente… Por haber olvidado a Edward. Me sentía miserable por provocar sufrimiento por su parte, ya que aquella expresión torturada suya hacia que me helara hasta el último de mis huesos, y me hacía sentir mal provocar dolor a un hombre con quien, había compartido varias cosas. Sentía, que habíamos compartido demasiadas cosas. De repente, y sin previo aviso, sentía su dolor como si fuera mío. Y una pregunta, la pregunta bastante importante se me ocurrió soltar.

—Edward… — susurré, alejando mi cuerpo del de Esme y solamente sosteniendo su mano. Me seque las lagrimas con la manga de la camiseta beige que Alice me había comprado y lo mire —¿Quién eres tú para mi, especialmente? Cuándo dijiste que nos habíamos mudado a Forks luego de salir de la universidad, ¿Te referías a todos, o solo a nosotros?

Oh Dios, que no sea lo que estoy pensando.

—Ah… nosotros dos… ah…

Edward calló, pareciera que ya no tuviese fuerzas para seguir hablando. Abrió la boca un par de veces, pero sin decir nada en absoluto. Alice respondió por él.

—Bella — murmuró, mirándome con precaución — Edward es tu esposo.

Abrí los ojos de la impresión, y mi corazón se paralizó. ¿Esposo había dicho? ¿Edward y yo estábamos casados?

Mi mirada viajo rápidamente a su rostro, que estaba apagado e inexpresivo, y luego observe su mano izquierda, donde yacía un anillo de oro en forma de aro rodeando su dedo anular. Luego, pose mis ojos sobre mi mano. Y en ese instante me di cuenta de un detalle del que yo no me había percatado antes… Yo también tenía mi alianza. Allí permanecía, brillante y sujeta, completamente a mi medida. Acaricie el anillo con mi otra mano, con un suave roce y lo deslice de mi dedo para ver lo que decía adentro.

B&E. 10/7/07.

Al lado de nuestras iniciales y de nuestra fecha de boda, había una inscripción.

"Hasta que mi corazón deje de latir"

Mis ojos se pusieron llorosos, y las lágrimas comenzaron a abordar mis mejillas sin control. Alce la mirada, para toparme con los ojos tristes y hundidos de Edward.

¡Oh, pero cuánto dolor habrá sufrido durante tanto tiempo, y aun sufre! Edward no era un amigo, ni mi hermano, ni un novio como había asumido yo. Era mi esposo, yo era su esposa. Ambos tuvimos que habernos amado demasiado, haber compartido tantos momentos juntos como yo sospechaba y… y yo ahora lo había olvidado.

—Lo siento — susurré muy bajito, bajando la mirada.

El insoportable momento de tensión y de silencio fue interrumpido por un toqueteo en la puerta que nos sobresalto a todos. La persona que golpeaba la puerta lo hacía con mucha fuerza, y con mucho entusiasmo al parecer.

—Voy yo — anunció Alice levantándose de su asiento de un salto y dirigiéndose hacia la entrada principal. Abrió la puerta, y de repente ya no estaba tocando el suelo.

—¡Oh, Emmett, bájame!

—¿Emmett? — dijeron todos los presentes en coro sincronizado, completamente confundidos.

Un hombre alto y musculoso, se adentro a la casa tomado de la mano con una despampanante rubia, que se llamaba Rosalie, según me había dicho Alice. Rosalie se soltó del grandote para correr a los brazos de Alice.

—¡Ali!

—¡Rose! Los he extrañado, ¿Por qué se demoraron tanto en venir?

—Fue culpa de Emmett. El muy bestia fue arrestado por dos policías por no querer entregar su contenedor de licor de metal, y creyeron que era un criminal serial armado. Perdimos el vuelo y tuvimos que esperar al siguiente día — respondió, rodando los ojos.

—¡Pero cariño! Lo que ellos hicieron fue un abuso policial. Y no tenían derecho a quitarme a Randy— replicó Emmett entre risas, acercándose a nosotros con grandes zancadas. Me sentí confundida, pero supuse que Randy sería el nombre de aquel contenedor de licor — ¡Familia, eh vuelto!

—¿Qué haces aquí Emmett? — preguntó Jasper, con el ceño fruncido.

—Vaya, pero como me quieren — dijo con dramatismo, alzando los brazos al aire. Paso la mirada por la estancia hasta que sus ojos me localizaron. Sus ojos se agrandaron y su boca se entreabrió, y pude ver como contuvo su respiración. Parpadeo un par de veces, sin creer lo que veía, antes de que una enorme sonrisa se plantara en su rostro, dando a mostrar sus dos hoyuelos. Con esa sonrisa, se parecía muchísimo que hace siete años, en aquella foto en la nieve.

—¡Bella! — gritó, y de pronto yo ya no estaba sentada tranquilamente en mi asiento, y en cambio de eso, me encontraba en sus brazos, que me estaban empezando a apretujar de un modo que me corto la respiración. Empezó a mecerme de un lado a otro — ¡Oh, Bella, estas viva!

—Yo…. Yo…. — trate de decir, pero no podía hablar.

—¿Qué pasa? ¿Me extrañaste? Yo también, Bells. No tienes una idea… — dijo él, mientras continuaba con su mecedera.

—¡NO PUEDE RESPIRAR, EMMETT! — gritaron todos, haciendo que él me bajara bruscamente al suelo.

—Oh, lo siento — dijo, acariciando mis brazos con dulzura — Es que… no… puedo creerlo…

—¿Bella? — casi jadeo Rosalie, que estaba en casi toda la entrada y sus manos cubrían su boca. Sus ojos desmesurados —¡Oh, Bella! — y con lagrimas en los ojos, se acerco hasta mí y me abrazo. No pude resistirme a devolverle el abrazo. ¿Cómo no hacerlo, si me hacía sentir bien? Ellos eran mis amigos, mis hermanos adoptivos, y ahora estaban llorando porque yo había despertado. En el fondo sabia, que no podía rechazarlos. No porque no los recordara, sino porque no quería rechazarlos. Yo quería sentir cuanto me querían de verdad. Cuando se separo de mi, su mirada aun era incrédula — Pero… ¿Cómo? ¿Cuándo…?

—Hija, siéntate. Hay muchas cosas que debemos conversar — murmuro Esme, acercándose para abrazarla.

…..

—¡¿QUE? — gritaron Rosalie, y Emmett a coro, cuando Carlisle les explico detalladamente cómo era la situación, como era mi estado, y como teníamos que proceder a eso. Carlisle asintió.

—Es cierto. Bella tiene amnesia, y no puede recordarlos ni a ustedes ni a ninguno de nosotros — finalizó Carlisle. Emmett se giro hacia mí, con una mirada precavida y avergonzada.

—Supongo que te habré asustado un poco, ¿Verdad? — negué con la cabeza.

—En absoluto. Simplemente me sentí… Hum, sorprendida.

—Vale. Aun así, lo siento. Supongo que aun no eh podido dejar mis impulsos adolescentes.

—No hay porque disculparse — volví a negar con la cabeza —Incluso sentí que ya había pasado por esto, ¿Me habías abrazado así anteriormente? — cuestioné, curiosa por la respuesta, inquieta por saber si de verdad estaba empezando a recuperar algo de familiaridad.

—Todo el tiempo — exclamó, sonriendo como un niño — ¡Oh!, Bella recuerda mis abrazos cariñosos — me abrazo de nuevo, con mas ternura, al parecer bastante feliz de tenerme de vuelta. Esta vez sí le devolví el abrazo.

—Oh, Bella — murmuró Rosalie, quien todavía no se había recuperado de la noticia — Supongo que tendremos que comenzar de cero — dijo con voz triste.

—¿Por qué vinieron? — preguntó Edward, con mera curiosidad. Yo no me había atrevido a verlo a la cara desde que me entere que estábamos casados.

—Hum, tratare de omitir el pensamiento ofendido — Rosalie le dio un golpecito en el hombro, pero solo logro arrancar una pequeñísima sonrisa del rostro de Edward — Alice nos llamo hace como dos días, que teníamos que venir de emergencia para Forks, y no quiso explicarnos la razón. Dijo que no les dijéramos a ninguno que veníamos, y que sería una sorpresa — se giró hacia mí — Pero resulto que los sorprendidos fuimos nosotros, Bella. No tienes una idea de lo mucho que te hemos extrañado.

—Supongo — fue mi respuesta de premio Novel.

—¿Por qué no nos avisaron que Bells había despertado? — reclamó Emmett, algo ofendido mediante la frase.

—¡Porque ustedes estaban de fiesta! En…. ¿Un hotel 5 estrellas, no? Si. No quisimos avisarles ni preocuparles hasta que nos llamaran y nos dijeras que ya había terminado con su juerga — respondió Alice.

Emmett giró la cabeza, aun molesto, y Rosalie le tomo de la mano diciendo a su oído "Cálmate. Ya todo está bien, y eso es lo que importa"

—¿Y, que haremos ahora? ¿Cómo le haremos para que Bella recupere la memoria? — preguntó Emmett.

—¿Qué tal si comenzamos por presentarnos uno por uno? Decimos nuestros nombres, y damos un pequeño resumen de nosotros y de nuestra vida — propuso Jasper.

—Me parece una idea excelente — lo apoyo Alice — Yo comienzo — dijo sin permitir voto a los demás. Se acomodo en el sillón y cruzo una pierna encima de la otra — Mi nombre es Mary Alice Masen Cullen, o, Mary Alice Cullen, o, Mary Alice…

—Ya entendimos, Alice — dijeron todos, haciendo que ella rodara los ojos. No contuve una pequeña risita

—Pero puedes decirme Alice — terminó, mirándome cómicamente — Soy la mas enana de la familia Cullen, claro está. Tengo 25 años, cumplo 26 en Junio junto a Edward. Soy una adicta compulsiva por las compras, y me la he pasado toda mi vida dominando el estilo y la moda con la que todos ustedes, aquí presentes, deberían vestirse, incluyéndote a ti Bella — me miro, y me guiño un ojo — trabajo como decoradora de hogares, al igual que Esme. También diseño grafico, y soy parte de una línea de modas llamada Diamont. Soy la novia de Jasper, y estamos en planes de matrimonio, aunque la fecha no está fijada. Soy la mejor amiga de mi querida Bella, y la pesadilla andante de su aburrido esposo. Mi color favorito es el verde, adoro los paseos por la playa, comer fresas con crema, escuchar música Pop y ordenar cosas por catálogos. Y por supuesto, salir de compras. Cosa de la que tú no te salvaras pronto, Bella — me advirtió con una sonrisa— En un futuro espero poder vivir en una PH en Los Ángeles y tener trillizos, aunque tengo que ponerme de acuerdo con Jasper — le lanzo un beso.

Algo en mi interior me dijo que yo ya sabía que Alice era una loca psicópata de las compras, y no me sorprendí ni sentí como una nueva información que estudiara diseño grafico, ¿Por qué será? Hum… tal vez se haya tratado de la intuición.

—Soy Jasper Whitlock. 26 los cumplí este mes — se escucho un coro de "feliz cumpleaños" que provoco que Jasper rodara los ojos — Soy psicólogo, y vivo junto a Alice en una casa en California, pero algo me dice que tendremos que mudarnos de nuevo — se dirigió a Alice, y esta solo se encogió de hombros con una sonrisa — novio de la muy mencionada Alice, y pendiente de tomarla desprevenida para ofrecerle una petición extraordinaria — Alice aplaudió, y Jasper sonrió — Soy el psicólogo de la familia y el consejero de todos. Me describo como una persona tranquila y apacible, carismática y trabajador. Mi pasatiempo favorito es pasar tiempo con Alice, leer sobre cualquier tema relacionado con las guerras, y hacer apuestas con el mastodonte de Emmett, en las que, yo gano la mayoría de las veces — Emmett resoplo, y mascullo un "nos veremos a la salida" — acostumbro a ser el único reacio, aparte de Bella, en controlar un poco la situación cuando nos pasamos de copas. Y, por cierto, posiblemente yo me encargare de tus futuras sesiones terapéuticas Bella, ¡Bravo, es gratis! — me guiño un ojo, y no pude evitar reírme.

—Por favor, ustedes son un par de aburridos, sigo yo — dijo Emmett, recostándose cómodamente en su sillón — Soy Emmett, solamente Emmett, porque es un nombre demasiado genial para incluirle otro — todos rodaron los ojos, y se escucho un coro de "si claro", "¡como no!" — Emmett Cullen, 26 años y cumplo mis dulces 27 a comienzos de Junio. Como verán, nuestros padres biológicos, Elizabeth y Edward Masen, porque si, Edward es el favorito de ojos bonitos y por eso le pusieron Edward, cuadraron para que todos naciéramos en Junio, genial, ¿Verdad? — todos reímos, excepto Edward — Trabajo como entrenador en las ligas menores de Beisbol, que es como mi pasatiempo, y estoy además, graduado de Harvard como abogado. Conduzco un Toyota Rav4… cariño, es más divertido que tu auto — dijo dirigiéndose a mí, guiñándome un ojo — Adoro hacer apuesta con Jasper, competir en carreras de Karting, viajar con Rose a las exóticas islas del Caribe para reforzar nuestro amor, como unos recién casados — todos hicieron un coro de "hayyy" — mi bebida alcohólica favorita son las margaritas y el tequila, cosa que a ti Bella, no te cae bien para nada. Soy tu hermano favorito y has apodado a tu peluche con mi nombre.

—¿Tengo un auto? — pregunté, llena de curiosidad por saber que auto conducía, y si era alguno de los que estaban en la cochera.

—Oh, sí. Un volvo S60 de color perla rosa, como el de Alice. Te lo compró Edward hace como año y medio. Esa mierda es el auto más seguro del mundo, por eso Edward lo escogió para ti.

Edward me protege al extremo….Bueno. Hay que tomar en cuenta de que tiene razón. Y al parecer los anteriores actos que haya hecho para tratar de protegerme no hayan funcionado, porque de todos modos, llegué yo y como la señorita inteligencia, me caí por un maldito acantilado y me di un pequeño golpe en la cabeza. Aplausos para mí.

—Rosalie Hale, en un pasado, ahora, Rosalie Cullen. 26 años, me gradué de comunicación social. Hermana mayor de Jasper, y la hermana odiosa de la familia — soltó una risita — casada con mi amado Emmett, y considerada según la revista Cosmopolitan más hermosa que la mismísima Miss Universo — abrí los ojos de la sorpresa, y todos mascullaron "Por favor", "en tus sueños" — ¡Vale! Estoy jugando, es broma, ¡Cálmense! Tengo mejor gusto que Emmett con los autos, y aunque no lo creas, soy buena con los autos incluso más que Emmett. El no sabría reparar ni tu vieja Chevy — dijo hacia mí, y Emmett resopló, diciendo: "Ese cacharro, no sé como sigue vivo" — mi color favorito es el rojo pasión, ayudo a Alice algunas veces con los diseños para su ropa, y soy recreadora durante las vacaciones en el campamento de verano Luz de Sol. ¡Adoro a los niños! Emmett y yo estamos pensando en tener cuatro niños… pero eso nos tomara nuestro tiempo. Vivimos en una enorme casa con piscina en Florida, pero nos alojamos en estos instantes en el mismo hotel de Alice y Jasper por salir de los apuros. Hum, soy la única de la familia que tiene un oído tan potente como para escuchar a través de las paredes. Ya sabes Bella, jamás digas algo que no quieras que sepan en voz baja siquiera, ¡Porque lo escuchare!

Buen dato.

Todos miraron a Edward, quien era el próximo, y mi corazón se acelero. Era hora de conocer un poco de mi esposo.

El respiro hondo, antes de dirigirse hacia mí con aquellos ojos suyos tan…. Tan suyos. Volvió a enfocar toda su atención en mí.

—Supongo que hablaré por nosotros dos, para reforzar tu memoria — comentó, hablando conmigo — Mi nombre es Edward Anthony Cullen. 25 años, trabajo en el Hospital de Forks como Cardiólogo y Cirujano, y tengo una licenciatura como profesor de música, que es más que todo una carrera opcional. Anteriormente vivíamos en esta misma casa, cuando ninguno de nosotros estábamos en la Universidad. Pero al permanecer abandonada por más de tres años, ya que Carlisle y Esme se habían ido a vivir al apartamento en Seattle, decidimos que sería buena idea regresar y vivir aquí mismo de nuevo — con ese "nosotros", sabía que se estaba refiriendo a él y a mí — Hum, supongo que tengo como pasatiempo, tocar piano, leer, y escuchar música clásica. Conduzco un Ferrari 612, pero también tengo un Audi Coupe, que es algo viejo pero… le tengo cariño — se encogió de hombros, y esbozo una leve sonrisa — Odio que me digan Eddie, que es el apodo con el que Emmett me fastidia, pero en ti eso no me molesta una pizca — me sonrojé — Nos casamos antes de terminar la Universidad, como a los 22 años, y nos graduamos juntos exactamente hace año y medio. Planes que teníamos a futuro; una enorme casa en Phoenix, y… dos niños…. — su voz fue perdiendo intensidad, hasta convertirse en un murmullo suave. Para el final, pereciera que estuviese hablando mas consigo mismo que conmigo.

¡Oh, Dios! No podía sentirme más deprimida o culpable que ahora. ¡Habíamos creado una vida juntos! Casados, enamorados, con planes, metas… recuerdos…. Un futuro prometedor. Y ahora todo estaba arruinado. ¿Por qué las cosas tuvieron que pasar de esta manera? Ahora ambos estábamos sufriendo. Claro que sí, yo estaba sufriendo también. ¿Cómo no hacerlo, si prácticamente tenía la vida perfecta? ¿Cómo no hacerlo, si se me revolvían las entrañas con solo pensar que había olvidado tantas cosas? Mi vida, mis padres, mi familia, mi esposo…. ¡Niños! ¡Nosotros habíamos planeado tener niños!

—Creo que deberíamos dejar esto hasta aquí — susurró Carlisle, tomándome de los hombros. Hasta que él no abrió la boca yo no me había dado cuenta de que estaba sollozando sin control.

….

Me desperté a eso de las nueve de la noche, cuando visualicé el reloj a mi lado. Me removí al principio inquieta, sintiéndome desorientada del lugar en el que me encontraba. Estaba sobre una superficie suave, mullida, y cómoda. Al ajustar mi campo de visión note que estaba recostada sobre una enorme cama matrimonial, de sabanas color melón y blanco. Al mirar a los lados, me percaté de que estaba sola. En ese momento recordé lo que paso. Carlisle me había dado unas pastillas para que me relajara, y posiblemente habré caído rendida en el sofá de la sala. Quien sabe quien me habría traído hasta aquí.

Me levante, y me estiré, observando la habitación. Era enorme, dos mesitas de noche, un sofá, un baño propio. Al lado donde yo había estado recostada, había un marco, una foto. Encendí la lucecita de la lámpara que estaba en la mesita, y examine la foto. Éramos Edward y yo.

La foto no parecía ser demasiado vieja, e incluso parecía ser mas reciente. Edward pasaba un brazo por mis hombros, y mis brazos estaban alrededor de su cintura. Ambos sonreíamos, con una felicidad y una inocencia tan enorme que se me revolvió el estomago.

Y entonces escuché una melodía, suave… delicada, apacible. Era el sonido de las teclas de un piano.

Deje la foto en su lugar. Abrí la puerta de la habitación donde estaba y, sorprendiéndome a mí misma, supe por donde tenía que caminar exactamente para llegar a la estancia, que pasillo tomar, y me dije a mi misma que me encontraba en el segundo piso. Y tenía razón.

Baje las escaleras con cuidado, sintiéndome atraída por esa música tan suave, tan dulce, con un toque exacto de melancolía, una mezcla… extraña. Un equilibrio perfecto en las notas, y en las escalas. Me sentí extraña… porque, sentí, que ya la había escuchado antes. Estaba segura de que la había escuchado antes.

Cuando termine de bajar las escaleras, me tope con que la casa estaba casi a oscuras. Las luces estaban apagadas, y solamente podía verse la luz encendida de la cocina y la luz plateada de la luna. Frente a mí, Edward yacía dándome la espalda, y pude reconocerlo por sus cabellos desordenados y revueltos. Estaba sentado en una butaca, y parecía estar sumamente concentrado en sus notas, ya que era él el que estaba tocando esa familiar y exquisita melodía. No había notado aun que yo estaba parada justamente detrás de él.

En la oscuridad, solo iluminado por la luz de la luna y una pequeña lámpara, se encontraba alguien sentado en un hermoso y elegante piano de cola color negro. Me acerque solo lo suficiente para ver de quien se trataba. Pude reconocerlo por los cabellos cobrizos.

¿Edward? — dije casi en un susurro, pero la voz se me quebró un poco, todavía seguía alterada por la reciente pesadilla.

Cerré los ojos, sintiéndome mareada de pronto. ¿Fue eso un Recuerdo?

Me detuve a observarlo por unos momentos, escuchando la música. Y cuando detuvo, suspiró y se giró, abriendo los ojos cuando se dio cuenta de mi presencia. Ese movimiento, aquella forma elegante que utilizo para girarse de la butaca… el reflejo de la luna sobre su figura… la oscuridad…. provoco de nuevo esa inmensa sensación de Dejavu.

El me atrajo hacia su cuerpo para reconfortarme, y rodeo mi cintura con sus manos mientras me daba pequeños golpecitos en la espalda. Yo lloraba en su regazo. Posicione mis manos alrededor de su cuello y le apreté de una manera que pudo dejarlo oprimido. El no dijo nada, estaba seguro de que no se necesitaban palabras ya que sabía perfectamente la causa de mi depresión. El ya había pasado por lo que yo estaba pasando ahora. Lo sabía, Charlie me lo había dicho.

Luego de unos minutos, cuando logre controlarme de mi ataque, masculle:

Perdona por esto…. Es que…. – no pude terminar, mi cuerpo no me lo permitió. Me aleje de él limpiando las lágrimas con el dorso de mi mano.

No tienes nada que explicarme Bella, te entiendo, todo está bien, quiero que sepas que cuentas con mi apoyo y con el de todos nosotros, no estás sola – Su voz era como una caricia.

—¿Bella? ¿Estás bien? — Edward me zarandeaba suavemente. Abrí los ojos, topándome con su rostro a centímetros del mío. Sus ojos verdes brillantes, dos piedras de esmeralda.

—Yo… estoy… — sacudí la cabeza, y toque mi frente con mi mano — Creo que… he… — observe a Edward, quien tenía una expresión preocupada en su rostro — Siento que ya he vivido esto.. o, algo parecido. Creo que ha sido un recuerdo.

Edward amplio sus ojos, con una cara incrédula y escéptica. No sonreía, pero sus ojos expresaban la inmensa felicidad que le causaba esa noticia.

—¿Un recuerdo?

—Sí. Hum, tú estabas allí. Yo te llamé. Tú…. Estabas tocando, tocabas algo, no sé que era. Luego me abrazaste, y me explicabas que estaba todo bien, que tú estabas conmigo y… todos también…— Él frunció el ceño, y su rostro se veía concentrado, como si estuviese esforzándose en asimilar lo que había dicho con alguna cosa que haya ocurrido en el pasado. Yo seguía forzando mi mente a recordar aquel momento — tú me abrazabas, y yo lloraba en tu hombro…. Creo…. Creo que era algo relacionado con mis padres.

Tras unos segundos, en las que él permanecía absorto en su mente, Edward abrió los ojos como platos, como si ya hubiese recordado aquello. Luego, esbozo una enorme sonrisa, una sonrisa que me dejo tonta y embobada en mi lugar.

—Creo que sé que es lo que me estás diciendo — confesó, asintiendo con la cabeza — Si bien recuerdo, fue nuestra primera charla. Me extraña que puedas recordar eso, fue hace tantos años…

—¿Dónde están todos? — pregunté, extrañada de no ver a nadie más.

—Se han ido. Volverán mañana. Pero ninguno ha deseado quedarse aquí con nosotros… dicen… hum… que deberíamos pasar un tiempo a solas, para ver… si tu podías recordar algo. Y creo que ah funcionado — sonrió de lado, y yo no pude evitar ruborizarme ni por su comentario, ni por esa sonrisa.

—Esa habitación donde desperté, ¿Era la nuestra? — Asumí, por la fotografía — Pareciera que no la utilizases mucho.

Su rostro adopto una expresión seria.

—Sí. Es nuestra. Y se ve un poco vacía porque… — se detuvo, como si estuviese buscando las palabras exactas para explicarme, o también podría ser que ni siquiera supiera que decir con mi pregunta — no duermo allí, no desde hace meses. Se ve tan sola, tan vacía y me hace sentir tan solo dormir en una cama tan grande que... Duermo en mi antigua habitación. Pero te he llevado hasta allí porque la habitación es tuya, no mía exactamente. Ha sido tuya desde que llegaste aquí por primera vez.

Asentí con la cabeza, comprendiendo. Y volví a sentirme mal de nuevo.

—Edward… — murmuré —¡Oh! Como lo siento. Me siento tan, tan mala persona por haberlos olvidado a todos. Por hacer que hayan pasado el año más horrendo de sus vidas, y se hayan tomado tantas molestias. Por provocar que tú la hayas pasado mal todo este tiempo. ¡Por Dios, estamos casados y yo ni lo recuerdo!

—¡Calla! — Me silenció, mirándome con contrariedad — ¿Por qué dices eso? Tú no eres responsable de lo que pasó. Fue un accidente, nada más. Como todo lo que paso antes. Fue solo un accidente. Deja de echarte las culpas, o de sentirte de alguna manera responsable de lo sucedido. ¡Eres tan necia! Siempre haces lo mismo.

Eres tan necia.

Esa frase reboto en mi cabeza durante un buen rato. ¿Dónde la había escuchado antes?

—¡Claro que es mi culpa! — continué — ¡Sé que soy torpe! Y no porque casi haya rodado por las escaleras cuando baje hace unos instantes, porque me cueste caminar con los altos tacones que Alice me regalo, ni porque Alice lo haya mencionado o porque me haya caído de un maldito acantilado como prueba. Sé que soy torpe. Y esa torpedad ah provocado todo esto.

Edward me abrazo, y yo rompí en llanto de nuevo. ¡Como odiaba tener que pasar por todo esto! ¡Como odiaba no poder recordar! ¡Como odiaba no saber nada de nadie! ¡Como odiaba que mis padres estuvieran muertos!

—Shhhh… — él me mecía de un lado a otro, y sentí que ya había pasado por esto. Ese Dejavu, de nuevo, me indico que no era la primera vez que Edward me consolaba — No te alteres, eso no te hace bien. Y no deberías sentirte mal por mi estado, o por como yo lo haya pasado. Estoy bien.

—No, no lo estas — repliqué.

—Pues ahora lo estoy. Estas viva, y eso es todo lo que importa. No importa si no puedas recordarlo todo… lo que me importa es que estas aquí, despierta, el que pueda abrazarte de nuevo. Que puedas volver a reunirte con nosotros, conmigo. No te preocupes por mí, yo ya tengo mis planes.

Mi corazón se detuvo por unos instantes. ¿Planes? ¿Edward estaría pensando tomar su camino, abandonarme porque yo no podía recordar nada? ¿Alejarse de toda esta locura? No lo culpaba. ¿Quién querría estar con una mujer, que no podía recordarte?

—¿Qué quieres decir con que tienes planes? — masculle entre dientes.

—Quiero decir, que tendré que comenzar desde el principio — me explicó, separándose de mí, tomándome solamente de los brazos — Estoy dispuesto a enamorarte de nuevo.

Una sonrisa ladina surco sus labios.


¿Les ha gustado? ¿Merece un comentario, un voto o algo asi? xD
Aun faltan muuchas cosas por aclarar, y eso sera con el pasar de los caps...
Se preguntaran si Edward le dira a ella que le "monto los cuernos" una vez... si, lo dira. pero no ahora, tenganme paciencia ;)
Cuidenseme! Pasenla lindo, regalenme un voto, coman chocolate (eso hace feliz al mundo), y no me odien por dejarlas siempre en suspense! xD

Capítulo 25: Nada Que Perdonar Capítulo 27: Mi rostro por Doquier

 
14439569 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios